domingo, 22 de abril de 2012

KRUGMAN SE CENTRA EN ESPAÑA



Paul Krugman en su artículo semanal en el New York Times, que reproduce el diario El País, en la edición del domingo 22 de abril señala a Europa, y concretamente a España como ejemplo de una política económica errónea al servicio de no se sabe qué fines.


El artículo expone la acertada decisión del Banco Central Europeo, de comprar deuda de los países con más problemas de financiación de la deuda; mientras que los dirigentes políticos, especialmente de la vieja Europa: Alemania y Francia, han insistido en la política de austeridad y reducción del déficit público a costa de lo que sea y de quien sea. Como ejemplo, Krugman cita al caso español, como epicentro de la crisis, y por tanto sujeta a los vaivenes de las presiones de los mercados, con un 23,6% de desempleo, que en el caso de los jóvenes sube al 50%, lo que sin duda alguna es una buena razón para la desconfianza de los inversores en el futuro de la economía española, no importando cómo se ha llegado a esta situación, sino como en cualquier ámbito sanitario, lo urgente es parar la hemorragia y estabilizar al paciente.

Señala Krugman que en cualquier caso España no es ese país derrochador que el PP se encarga de dibujar, o que nuestro vecino Sarkozy quiere subrayar, antes de la crisis, la deuda pública española era de las más bajas del conjunto de la Unión Monetaria Europea, y en los años 2006 y 2007 llegamos a tener superávit presupuestario. El problema es que tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, sostenida por cierto, mediante créditos de bancos alemanes a sus homólogos europeos, y un fluido circuito financiero en forma de créditos a bajo tipo de interés y sin una valoración adecuada del riesgo, el desplome del mercado inmobiliario ha cortocircuitado el resto de la economía española, cuyo principal estímulo era el aire que llenaba la burbuja inmobiliaria, pero no la valoración real de los activos que formaban parte de su arquitectura.

En este momento, la crisis económica española ha ido "in crescendo", se ha llevado al Gobierno de Rodríguez Zapatero, previa caída de los Gobiernos socialistas en las autonomías, cinco meses antes, y cada vez va peor. Una crisis causada por la propia depresión económica generada por el desplome del mercado inmobiliario. Por tanto un efecto (la crisis), que es tratada como una causa, en economía esta situación no predice buenos augurios, ya que lo primero que debe plantearse es cuál es el origen y cuáles las consecuencias, para abordarlas convenientemente. Pero la vieja Europa, y los organismos económicos internacionales, como el FMI han decidido situar a España como el banco de pruebas, dictando la política económica al nuevo Gobierno popular del sr. Rajoy.

La Historia Económica nos enseña que la austeridad aplicada a una recesión, lleva a una depresión. Y una depresión es una situación de la que los inversores huyen. Krugman señala que en estos momentos en Europa se vive una situación similar a la década de los años treinta, aunque dicho sea de paso, las situaciones en economía, y en la vida en general no se repiten, sino que siempre muestran diferencias sensibles con respecto a experiencias anteriores, por mucho que se asemejen. Dicho esto, y siguiendo con la exposición de Krugman, recuerda que la salida a la situación de depresión de los años 30, fue la salida de los países europeos del patrón oro, lo que en estos momentos implicaría la salida de los países más tocados por la crisis de la moneda única, de la Unión Monetaria Europea, la salida del euro y la vuelta en nuestro caso a la peseta.

No es este el momento de ver pros y contras de dicha decisión, que ningún economista serio aconsejaría, aunque diferentes fuerzas políticas tanto de la extrema derecha y la izquierda ponen como posible salida a la situación, retomar las riendas de la política económica, que tiene en sus aspectos monetario y fiscal las principales herramientas. También es cierto, que la situación del desempleo, los profundos recortes a que se está sometiendo la política social o la propia evolución de la financiación de la economía española son insostenibles si seguimos por el mismo camino. Más austeridad significa menor crecimiento, y menor crecimiento significa mayor empobrecimiento de la economía, y por lo tanto remite a la necesidad del incremento de la austeridad.

La salida a la actual situación, sólo tiene según Krugman una solución, y es que Europa actue de forma responsable, como una verdadera entidad, con políticas monetaria y fiscal expansivas, que permitan crecer la economía real con un volumen mayor de dinero en circulación, y que los países con un potencial mayor de crecimiento, se estimule el gasto público y la inversión tanto pública como privada, para sostener a los que en estos momentos tenemos más problemas de crecimiento, como una política responsable y solidaria. Si seguimos insistiendo en la reducción del déficit a toda costa en todos los rincones de Europa, el Pacto de Estabilidad europeo nos llevará a unas políticas sociales regresivas, insolidaria e injustas, y Europa será un sueño, no sin antes un territorio sin futuro ni esperanzas, un actor internacional poco creíble y poco influyente en la actual globalización de la economía mundial.

Hoy, cuando se vota en Francia la primera vuelta, el escenario es claro, Sarkozy vs Hollande, el remate a la vieja Europa o la esperanza de que Europa pueda volver a la senda internacional. Aumento del IVA, menor subsidio al desempleo, educación en función de las capacidades, obsesión por el déficit cero, menos derechos para homosexuales, más exigencias para la seguridad europea, proteccionismo europeo, menos derechos a los inmigrantes.


Frente a ello, Hollande apuesta por  más trabajo para los jóvenes mediante ayudas del Estado a las empresas contratantes, reducción de la edad de jubilación, reducción de salario para los gobernantes e incremento salarial en función del crecimiento para los trabajadores, déficit público sostenible, fiscalidad progresiva, más profesores y mejoras educativas, tasa para las transacciones financieras, menos energía nuclear y más renovables, agencia de calificación europea, eurobonos y nuevo papel para el Banco Central Europeo, tratamiento individualizado a la regularización de inmigrantes.

Habrá que esperar 15 días más, a la segunda vuelta, para ver si continuamos en un proyecto de futuro común europeo, o hemos de aventurar nuevos recortes.

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