jueves, 29 de septiembre de 2016

EL SÍ O LA ABSTENCIÓN DE LAS NIÑAS




Nunca el PSOE ha interesado tanto en los medios de comunicación y a la sociedad en general. Leemos en El País: "Susana Díaz pide que el Congreso del PSOE se celebre cuando haya Gobierno". Si cogemos El Mundo, la noticia de portada es: "Susana Díaz se ofrece ahora para coser la brecha y dice que el PSOE no es sólo de sus militantes". Y así podríamos seguir con todas las portadas de la prensa española.

El pasado día 28 dimitían 17 miembros de la Ejecutiva, dejando a Pedro Sánchez una Ejecutiva con 18 miembros y dinamitando la propuesta de un Congreso para primeros de diciembre, previa elección del secretario general el 23 de octubre. 

Ya hablé en un post anterior que Pedro Sánchez como Secretario General ha tenido un objetivo, y es que el protagonismo de sus decisiones vengan respaldadas por los militantes del PSOE, el principal valor de un partido centenario. Las primarias son una apuesta decidida y firme de Pedro Sánchez, y rompe con una tradición en la que el Secretario General lo elegía los delegados previamente elegidos por las Agrupaciones y los Comités Provinciales a propuestas de los cargos orgánicos del Partido, y cuyo mecanismo parecen añorar muchos dirigentes, al comprobar que la fuerza de la democracia, de los votos de los militantes son tan fuertes, que se imponen a las estrategias partidistas.

Es cierto que la Teoría de las Elecciones, de Buchanan, ya demostró como la democracia entendida como participación en las decisiones de todos los ciudadanos que forman parte de un colectivo, tiene un problema, y es que no todos sus miembros tienen el mismo tipo de acceso a la información que se genera, y por tanto con desinformación o sin toda la información, las decisiones son escasamente eficientes. Aún así, el lema "un ciudadano, un voto", me parece perfectamente transferible al caso de los partidos políticos: "un militante, un voto", al menos para elegir al máximo representante de un Partido Político, de tal manera que todos los militantes se sientan representados por su Secretario General. 

El Partido Socialista no está en riesgo, el Partido Socialista tiene un buen soporte entre el electorado, y además la responsabilidad de ser una referencia no sólo para el electorado socialista, sino para el conjunto de la sociedad española, que necesita un partido socialdemócrata fuerte que permita defender los intereses de colectivos más débiles. Los debates son intensos en momentos puntuales, pero este Partido sólo quiere poner en valor las políticas sociales  y económicas que permitan superar una etapa de cuatro años de recortes injustos y dañinos para el Estado del Bienestar que tanto ha costado para nuestro país, y cuyo impulso se debe a etapas en las que el Partido Socialista ha tenido responsabilidades de Gobierno. Por eso es necesario un Congreso que a través del debate de sus ponencias y mesas de trabajo disponga la dirección adecuada del Partido Socialista de manera unívoca.

Decía en un post anterior, que en el mapa político hay dos grandes bloques: Derecha y centro derecha, en el que se encontrarían PP y Ciudadanos, además de partidos nacionalistas vascos y catalanes, y en el otro bloque estaría PSOE y Podemos. Debemos digerir que si queremos gobernar España debe ser en concurso de Podemos, y si no, no gobernaremos.

Es cierto, que Podemos no es un único partido, sino que es una confluencia de partidos, siendo difíciles en algunos momentos la toma de decisiones por ser varios los responsables que han de tomar las decisiones. No es menos cierto que algunas propuestas de Podemos son cuando menos poco afortunadas, incompatibles con nuestro modelo territorial (como el derecho a decidir), y en muchos casos financieramente  insostenibles; pero es el compañero de viaje, y la política es diálogo, y en el camino se encuentra el acuerdo.

En este momento, Pedro Sánchez siguiendo las directrices del Comité Federal del 28 de diciembre. y del 30 de enero, ha llevado a cabo la negativa a la investidura de Rajoy, pese a que algunos dirigentes socialistas se rasguen las vestiduras porque estemos todavía sin Gobierno, pese a que estos dirigentes siguen lejanos a lo que ocurre en las calles de sus Comunidades Autónomas, y que en los centros de salud de su ámbito territorial no sea posible conseguir cita para el médico de cabecera en el mismo día que lo pide, mientas miran hacia arriba dando consejos y exigiendo a Pedro Sánchez que cambie la postura que le encargó el Comité Federal para permitir con una abstención un Gobierno del PP. 

Parece que a históricos miembros del PSOE, y otros que hace cuatro años en las primarias socialistas, apostaron por Eduardo Madina, frente a Pedro Sánchez, prefieren una abstención a la investidura de Rajoy. Abstención condicionada o sin condicionar. Sin duda alguna, buscan la continuidad de la estructura del sistema sociopolítico y económico, sin tener en cuenta que el sr. Rajoy es incumplidor nato de sus compromisos, y como muestra el incumplimiento ante Bruselas del objetivo de déficit anual, pese a que le cuesta miles de millones de euros. Rajoy va a seguir si es que accede a formar Gobierno, una política continuista, gobernando por Decreto y sin acercarse mucho, por no decir despreciando, al Parlamento, nada nuevo que no esté haciendo en estos momentos.

Por otra parte, es necesario una política real de izquierdas que recobre los derechos perdidos de los ciudadanos, y los recortes en los servicios públicos que afectan a los colectivos más débiles, entre ellos desempleados y pensionistas. Y el socialismo es eso, remover todas las trabas que oprimen al proletario, lo dice la "Internacional". Miren, les contaré, el martes pasado utilicé los servicios del transporte sanitario para llevar a mi padre a una intervención en el Clínico de Madrid, llegamos hora y media tarde de la cita programada, tras un circuito por diferentes pueblos en fiestas de la Comunidad de Madrid, recogiendo pacientes.

Esta situación responde a un modelo neoliberal en que los servicios externalizados a cargo de empresas privadas únicamente les importan los pingües beneficios que obtengan, no la calidad del mismo, ni las necesidades de los usuarios, que son los pacientes que no tienen otra alternativa de transporte. Este modelo neoliberal hay que cambiarlo. Y eso implica hacer política de izquierdas.

Al sr. Rajoy sólo le importa que la economía española crezca por encima del 3%, la economía de las 700.000 personas que se han quedado sin ingresos no tiene respuesta, y que el 30% de los trabajadores tenga un sueldo que no le permita la subsistencia o que tengan que esperar al final del día para ver si van a trabajar al día siguiente tampoco. Es una razón para decir alto y claro NO a Rajoy, porque la reforma laboral, que es la estrella del programa de Gobierno de Rajoy, no va a cambiarla.

Es cierto que no es compatible el No a Rajoy, el NO a terceras elecciones y el NO a formar una alternativa de Gobierno del cambio. Pedro Sánchez ha propuesto el Gobierno alternativo, pero sabe que Ciudadanos (pese a que en unas terceras hipotéticas elecciones quedaría reducido a cenizas (con unos 20 diputados/as) y Podemos se repelen mutuamente,y nunca Ciudadanos formará parte de un Gobierno en que estén Podemos o partidos nacionalistas. Igualmente en este país hay una serie de poderes fácticos que están dispuestos a cualquier cosa antes de que Podemos tuviera cualquier responsabilidad de Gobierno.Y parece ser que a estos poderes fácticos se ha unido un nutrido grupo de dirigentes territoriales socialistas.

Descartado el NO a Rajoy, y el NO a un Gobierno del cambio, sólo nos deja la posibilidad de terceras elecciones, aunque nadie le gustaría quedar como el responsable de haberse convocado elecciones.

Por tanto, del Comité Federal del sábado 1 de octubre sólo caben dos soluciones: 1) Forzar a la dirección del partido para promover una abstención en una próxima investidura de Rajoy, o 2) Terceras elecciones, cuyo resultado previsiblemente mantendrá el pulso y no solucionará la situación política, ganará el PP, pero necesitará apoyos hasta llegar a 176, que no está a dispuesto a buscar mas allá de Ciudadanos y el PSOE.

La abstención para que gobierne Rajoy, es incomprensible, absolutamente incomprensible, permitir que gobierne un presidente rodeado de corrupción, un presidente que permite salvar a los bancos renunciando al cobro de 26.200 millones de euros y hundir en la miseria a trabajadores y colectivos desfavorecidos. Con Rajoy (y sus sucursales en las Comunidades Autónomas) los usuarios del transporte sanitario seguirán llegando tarde a sus citas.

Si se permite gobernar a Rajoy su estilo de gobierno y las políticas del área económica (fiscal, laboral, industrial) o social (educación, dependencia, sanidad) no se modificarán sustancialmente, ya que el problema de base es la financiación de las mismas, y para ello es necesario una modificación del sistema redistributivo de los ingresos del Estado, recaudar más, y gastar más eficientemente en función de las prioridades de gasto. Rajoy seguirá desarrollando sus leyes aprobadas en la legislatura anterior, tremendamente injustas e inequitativas, a través de disposiciones reglamentarias que no requieran su paso por el Congreso.

Asimismo, los nuevos proyectos de ley elaborados por el Consejo de Ministros, sin ir más lejos el Proyecto de Presupuestos, ¿también requerirán de la abstención del PSOE?. ¿Hasta qué límite ha de abstenerse el PSOE?. ¿O le investimos a Rajoy con una abstención, y luego bloqueamos la actividad legislativa?. Lo que sí está claro, es que las proposiciones de ley elaboradas y propuestas desde los grupos de la Cámara, si el PP no está conforme con su contenido sufrirán demoras en el Senado, con mayoría absoluta del PP.

Luego desde la oposición el poder de cambio será limitado. Lo que sí subrayará Podemos cada vez que estime conveniente en su argumentario, es que el único partido real de izquierdas es Podemos, que ha sido el que con su voto negativo no ha investido a Rajoy. Y los ciudadanos, comprenderán que voten al PP, Ciudadanos o PSOE, al final termina gobernando Rajoy, por lo que si no quieren que siga gobernando Rajoy en las urnas deben depositar las papeletas de Podemos. ¿Cree alguien que los que votaron el 20D o el 26J en las urnas al PSOE querían que gobernara Rajoy, o votaron en contra de la políticas y para que se fuera Rajoy de la Moncloa?. ¿Abstenerse no es prostituir el voto de millones de españoles?

Mañana a las 9:00 Ferraz tiene una cita, de la que saldrá la decisión del Partido Socialista de cara a una próxima segunda investidura de Rajoy: o bien se exige la abstención y se hace un flaco favor al Partido donando a Podemos la hegemonía de la izquierda, o bien mantenemos una hoja de ruta en la que se pueda definir tras una terceras elecciones un proyecto unificado y coherente con los valores de la izquierda, para derrotar las políticas injustas, insolidarias y neoliberales de la derecha, con las aportaciones de todos los socialistas.

Sin duda alguna, no se entiende abstenerse para luego coser, por muy afición de modista que una tenga, es mejor debatir, coser, cohesionar, unir, y luego en función del bordado que resulte decir sí a la izquierda o a la derecha (o a ambas, como Ciudadanos), abstenerse o ser locomotora de progreso económico y social, invitando a otros a unirse al tren del futuro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario