Estamos en un momento político cuando menos curioso. Un Gobierno de un país democrático, con separación de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) que gobierna por Real Decreto Ley, en concreto el primer año de legislatura (diciembre 2016 a diciembre 2017) ha aprobado 8 leyes (3 del Gobierno, 3 del PP, 1 del PSOE y PP, y 1 de Ciudadanos) frente a 28 pendientes y 34 vetadas del Gobierno, ha convalidado 16 Decretos Leyes, se le ha rechazado 1 Decreto Ley (el primero, de la estiba) y se han tramitado 435 proposiciones no de ley, votando 35 y aprobando 28.
Algunas de las iniciativas legislativas pendientes son la suspensión del calendario de implantación de la LOMCE o la equiparación de condiciones laborales para los trabajadores de subcontratas, que el PP intentó vetar, y la Mesa del Congreso decidió su continuidad, y que están recurridas por el Gobierno al Tribunal Constitucional.
Otras de las iniciativas pendientes y que son prorrogados los plazos de enmienda, son la reforma de la ley de seguridad ciudadana (¿se acuerdan de la Ley Mordaza?), la mejora de pensión de orfandad de los hijos de víctimas de violencia de género, la reversión de las limitaciones de la justicia universal, la modificación de las leyes de indultos y secretos oficiales, o las iniciativas populares de la dependencia y de establecimiento de una prestación de ingresos mínimos.
Ya se lo advertía en otras entradas de este blog cuando les decía que favorecer la investidura de Rajoy no implicaba que a través del debate parlamentario se pudieran conseguir aprobar propuestas que desarrollaran el programa electoral socialista ni que favorecieran al electorado socialista; VER ENTRADA NO A RAJOY, lamentablemente las predicciones se han cumplido.
Pero a esta situación se unen otras circunstancias en este momento relevantes, la autonomía catalana ha planteado la independencia saltándose la normativa estatal y autonómica, ha convocado un referéndum ilegal, y lo ha llevado a cabo. El Gobierno con el apoyo del PSOE y Ciudadanos ha aplicado el artículo 155 de la Constitución, para asegurar el cumplimiento de las leyes derivadas de la Constitución y del Estatuto de Autonomía, y ha convocado elecciones autonómicas cuyo resultado ha representado una victoria de Ciudadanos con 1.102.099 votos (25,37%) y 33 diputados, que no son suficientes para hacer frente a los 34 diputados de Junts per Catalunya y los 32 de ERC junto con los 4 de la CUP. La reducción a la insignificancia del PP que baja 7 diputados desde las anteriores elecciones para quedarse con 4 diputados, y el apoyo discreto del PSC, que sube 1 escaño hasta los 17 no ayudan a clarificar un panorama que no sea nacionalista e independentista. A todo esto el President Carles Puigdemont se encuentra en Bélgica huido de la justicia española donde se le pretende juzgar por sedición, y malversación de fondos públicos, junto con cuatro exconsellers.
El periodo de la constitución del Parlament tampoco aventura una salida positiva, se pretende que los exconsellers huidos y los que están esperando en la cárcel, más los pendientes de juicio en libertad vigilada, tomen acta como diputados, y se invista President Honorable, al fugado Carles Puigdemont (¿cómo se explica a un ciudadano normal que el President de una región es un presunto delincuente que se salta las leyes a la torera?).
Pero lo más gracioso es que la situación catalana ha eclipsado la actuación política en el resto de España, y las reformas pendientes educativa, fiscal y tributaria, de independencia de organismos reguladores, la ley electoral, van demorando su toma en consideración y su debate posterior, para llevarlas a cabo. El Gobierno, con un PP que sigue siendo una fuente de presuntos corruptos, especialmente en algunas partes del territorio español, como la Comunidad de Madrid, está paralizado, esperando no se sabe a qué o a quién, pretende aprobar unos presupuestos para 2018 con Ciudadanos y presionando al PSOE (espero que se haya aprendido la lección, y se de un NO rotundo, tan rotundo como la negativa del Gobierno a mejorar las condiciones laborales de los trabajadores más precarios y las condiciones de los desempleados, o a asegurar la sostenibilidad de las pensiones, clave para la cohesión social).
Con este Gobierno autista, y con Ciudadanos crecido tras la victoria electoral catalana, pero conocedor de que todavía no es su momento, y los sondeos no pasan de reflejar un posible incremento de escaños, pero sin llegar a incomodar a PP ni PSOE, y con un PSOE con dificultad para constituir un Gobierno alternativo, las expectativas de cambio se diluyen, pero no por ello son menos necesarias.
El PSOE tras obtener una victoria clara y rotunda en mayo Pedro Sánchez, y plantear en el 39º Congreso un modelo de Partido participativo, transparente, abierto y volcado en lo social, ha ido celebrando sus Congresos regionales y provinciales, y tiene la maquinaria a punto para como organización ofrecer una respuesta a los millones de españoles que demandan un cambio, un cambio real y no aparente, un cambio basado en la redistribución más justa de esa riqueza que se genera como país.
Ofrece a partir del sábado una campaña como es la de las "Asambleas Abiertas", debates en torno a temas de interés y actualidad, la primera son las pensiones, como tema estrella, con un documento base como propuesta, pero dispuestos a debatir sobre el fondo y las formas. Tras las pensiones, irá la educación, la industria, agua en un momento clave por la influencia del cambio climático y la sequía que padecemos, salarios, jóvenes, igualdad de género, financiación autonómica y local, y un nuevo pacto de reforma constitucional que modernice nuestras instituciones y las haga más transparentes y fuertes. En total desde hoy hasta mayo son 52 asambleas o encuentros los que están planificados, en los que los cargos orgánicos, públicos y expertos del partido explicarán las propuestas y debatirán alternativas, escuchando a la gente que padece los problemas de este país.
A partir de octubre, estos temas se presentarán en el Parlamento, como proposiciones de ley, que el Partido defenderá de la mano de la sociedad que habrá participado activamente en los debates propuestos, y que no tengo ninguna duda que los dirigentes del partido a nivel regional, provincial y local facilitarán y estimularán, porque sin un proyecto abierto, participativo, y colaborativo, las instituciones políticas en este momento no tienen ningún sentido, y las elecciones se ganan si la sociedad y el electorado perciben y comprueban que la organización tiene respuestas que ofrecer a la demanda de la ciudadanía, que el voto prestado se va a ejercer con responsabilidad y eficacia.
Te ofrezco este newsletter en torno a estas primeras actuaciones, ACCESO A NEWSLETTER001
Muchas gracias por la lectura, y recuerda que en el Partido Socialista tenemos proyecto, líder y capacidad de escucha.
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