La reforma laboral no es un capricho, es una necesidad, si queremos reducir la alta tasa de desempleo que lastra nuestra economía.
Los sindicatos y la patronal han tenido dos años para llegar a un acuerdo, no siendo capaces de hacerlo, lo cual sin duda alguna debería hacernos reflexionar sobre el coste que deberían pagar los sindicatos a sus bases y al resto de trabajadores, al no haber sido capaces de lograr la tarea que les ha pedido la sociedad, que es negociar y llegar a un acuerdo, sin dejar de reconocer la necesidad e importante labor de los sindicatos en una sociedad democrática como representantes de los trabajadores de diferentes sectores, y en especial de conseguir a lo largo de la vida laboral de las personas jubilaciones dignas.
En este momento toca, gobernar y la responsabilidad de la tarea del gobierno exige realizar una reforma laboral que permita rebajar sustancialmente la tasa de desempleo, favoreciendo que la oferta de trabajdores se acerque lo máximo posible a la demanda de las empresas, una reforma que fomente la contratación indefinida, un cambio que afecte a la jornada, condiciones de trabajo, regularización salarial, convenios y reducción del despido, sin lesionar los derechos de los trabajadores, y estoy seguro que nuestro presidente Rodríguez Zapatero lo va a conseguir, con el apoyo de todo el Partido Socialista y el resto de ciudadanos de bien.
Salud y trabajo.
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