Queridos amigos:
Me alegra participar en un debate vivo y edificante. Son muchas las referencias que se han hecho al comentario que expresé hace unos días, defendiendo las medidas adoptadas por el presidente Rodríguez Zapatero, y de cuyo éxito sin duda alguna depende que en un futuro cercano podamos seguir creciendo económicamente e impulsando políticas sociales, como las que señalé anteriormente.
Es un hecho contrastado que durante los seis años de Gobierno de Rodríguez Zapatero se han alcanzado cotas de bienestar inimaginadas, incluso se ha creado un nuevo derecho, recogido en la Ley de la Dependencia, el cuarto pilar del Estado del Bienestar.
Nadie se podía imaginar que los mercados iban a actuar contra la economía europea, el euro (nuestra moneda) y la deuda pública de algunos de los países, entre ellos España. El primer fin de semana de mayo hubo que actuar antes de que abriera la Bolsa de Tokio, con objeto de respaldar la deuda pública europa mediante la dotación de un fondo de 750.000 millones de euros.
Las críticas al presidente Zapatero, legítimas en una democracia, no tienen en cuenta que responden a un acuerdo de todos los dirigentes europeos, y que la única solución que podía mantener el diferencial de la deuda en unos parámetros aceptables era garantizar una reducción del déficit en un corto espacio de tiempo. A ello responden las medidas aprobadas. Era necesario reducir el déficit, y la medida que más directamente incide son los gastos de personal. Las partidas posibles de retocar para reducir gasto público son: pensiones, salarios del personal al servicio de la administración público, la cobertura por desempleo, la educación, los servicios sociales y la sanidad. ¿Dónde recortarían ustedes?.
Y aquí nadie vigila a nadie, las políticas de la UE se adoptan de manera concertada; estamos haciendo lo que recomienda el G-20 y la Unión Europea. Que se han tomando anteriormente medidas que han engrosado el déficit (cheque bebé, reducción de 400 euros en la base imponible del IRPF, extensión del desempleo a los trabajadores que han perdido su puesto de trabajo), y que podrían haberse evitado; sin duda alguna; pero también es cierto que hace dos años era conveniente incrementar gasto público para estimular la demanda agregada, de acuerdo con los cánones Keynesianos, al igual que corresponsabilizar a las Comunidades Autónomas incrementando sus capacidades de financiación para mejorar las políticas sanitarias y adecuar la calidad de los mismos a la demanda asistencial.
La economía requiere tomar decisiones adecuadas en cada momento, en función de las circunstancias, y en este momento, toca hacer un esfuerzo por explicar a los ciudadanos la necesidad de realizar un importante ajuste para salvar al euro, porque eso es salvar las pensiones, la educación, o la sanidad en los estándares actuales. Nadie va a perder poder adquisitivo, las pensiones subieron en 2009 por encima del coste de la vida, y en el caso de las mínimas van a continuar subiendo.
La actuación del PP es vergonzosa, especialmente cuando Rajoy denuncia una política de reducción del gasto que ha reclamado, y cuando en 1996 se congelaron los sueldos de los funcionarios, en un momento en el que los intereses hipotecarios estaban en un 9%, y la inflación cercana a un 4%. Además el señor Rajoy fue el responsable del recorte de becas, recorte del personal de las fuerzas de seguridad e incluso del salario mínimo interprofesional. El señor Rajoy con sus mensajes de desacreditación de las decisiones económicas, ejerce de activista generando descrédito hacia nuestro país y sembrando la desconfianza de los inversores. La política del PP no admite contrastes ni análisis, solo bocado en la yugular, la demagogia y el insulto.
Ahora toca la reforma laboral, los últimos datos del paro en el mes de mayo, uno de los tres mejores del mismo mes desde 1996, son un aliciente para conseguir crear más empleo, y disminuir nuestras tasas de desempleo, que lastran la recuperación económica, incrementando nuestro déficit presupuestario, y causan una sangría en las vidas de los desempleados y sus familias.
Confíemos en el presidente Zapatero, y dentro de dos años veremos qué decisión toman los españoles respecto a quien desean que les Gobiernen.
Saludos, y feliz semana.
Me alegra participar en un debate vivo y edificante. Son muchas las referencias que se han hecho al comentario que expresé hace unos días, defendiendo las medidas adoptadas por el presidente Rodríguez Zapatero, y de cuyo éxito sin duda alguna depende que en un futuro cercano podamos seguir creciendo económicamente e impulsando políticas sociales, como las que señalé anteriormente.
Es un hecho contrastado que durante los seis años de Gobierno de Rodríguez Zapatero se han alcanzado cotas de bienestar inimaginadas, incluso se ha creado un nuevo derecho, recogido en la Ley de la Dependencia, el cuarto pilar del Estado del Bienestar.
Nadie se podía imaginar que los mercados iban a actuar contra la economía europea, el euro (nuestra moneda) y la deuda pública de algunos de los países, entre ellos España. El primer fin de semana de mayo hubo que actuar antes de que abriera la Bolsa de Tokio, con objeto de respaldar la deuda pública europa mediante la dotación de un fondo de 750.000 millones de euros.
Las críticas al presidente Zapatero, legítimas en una democracia, no tienen en cuenta que responden a un acuerdo de todos los dirigentes europeos, y que la única solución que podía mantener el diferencial de la deuda en unos parámetros aceptables era garantizar una reducción del déficit en un corto espacio de tiempo. A ello responden las medidas aprobadas. Era necesario reducir el déficit, y la medida que más directamente incide son los gastos de personal. Las partidas posibles de retocar para reducir gasto público son: pensiones, salarios del personal al servicio de la administración público, la cobertura por desempleo, la educación, los servicios sociales y la sanidad. ¿Dónde recortarían ustedes?.
Y aquí nadie vigila a nadie, las políticas de la UE se adoptan de manera concertada; estamos haciendo lo que recomienda el G-20 y la Unión Europea. Que se han tomando anteriormente medidas que han engrosado el déficit (cheque bebé, reducción de 400 euros en la base imponible del IRPF, extensión del desempleo a los trabajadores que han perdido su puesto de trabajo), y que podrían haberse evitado; sin duda alguna; pero también es cierto que hace dos años era conveniente incrementar gasto público para estimular la demanda agregada, de acuerdo con los cánones Keynesianos, al igual que corresponsabilizar a las Comunidades Autónomas incrementando sus capacidades de financiación para mejorar las políticas sanitarias y adecuar la calidad de los mismos a la demanda asistencial.
La economía requiere tomar decisiones adecuadas en cada momento, en función de las circunstancias, y en este momento, toca hacer un esfuerzo por explicar a los ciudadanos la necesidad de realizar un importante ajuste para salvar al euro, porque eso es salvar las pensiones, la educación, o la sanidad en los estándares actuales. Nadie va a perder poder adquisitivo, las pensiones subieron en 2009 por encima del coste de la vida, y en el caso de las mínimas van a continuar subiendo.
La actuación del PP es vergonzosa, especialmente cuando Rajoy denuncia una política de reducción del gasto que ha reclamado, y cuando en 1996 se congelaron los sueldos de los funcionarios, en un momento en el que los intereses hipotecarios estaban en un 9%, y la inflación cercana a un 4%. Además el señor Rajoy fue el responsable del recorte de becas, recorte del personal de las fuerzas de seguridad e incluso del salario mínimo interprofesional. El señor Rajoy con sus mensajes de desacreditación de las decisiones económicas, ejerce de activista generando descrédito hacia nuestro país y sembrando la desconfianza de los inversores. La política del PP no admite contrastes ni análisis, solo bocado en la yugular, la demagogia y el insulto.
Ahora toca la reforma laboral, los últimos datos del paro en el mes de mayo, uno de los tres mejores del mismo mes desde 1996, son un aliciente para conseguir crear más empleo, y disminuir nuestras tasas de desempleo, que lastran la recuperación económica, incrementando nuestro déficit presupuestario, y causan una sangría en las vidas de los desempleados y sus familias.
Confíemos en el presidente Zapatero, y dentro de dos años veremos qué decisión toman los españoles respecto a quien desean que les Gobiernen.
Saludos, y feliz semana.
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