lunes, 1 de mayo de 2017

COMISIÓN PRESUPUESTOS DEBATE PGE2017

El señor LASARTE IRIBARREN (PSOE): Muchas gracias, señor presidente. Señor Nadal, secretario de Estado de Presupuestos y Gastos, bienvenido a esta Comisión de Presupuestos. Han sido dos comparecencias en dos semanas, tras año y medio sin informar a este Parlamento del estado de las cuentas públicas. Es buena señal, que espero refleje un cambio de comportamiento de su Gobierno con este Parlamento. Tenemos solo cinco minutos —es el tiempo que acordó la Mesa— para hacerle preguntas, pero dado el formato de esta comparecencia, que es más larga que otras, le pido al presidente un poquito de generosidad. 

Al secretario de Estado le pido que conteste a las preguntas y no haga como en su última comparecencia de la semana pasada. La primera pregunta que le quiero hacer es la siguiente: ¿Va a responder hoy a todas las preguntas que le hagamos? Porque su obligación en esta Cámara es explicar lo que hace su Gobierno, en su área de responsabilidad, y responder a las preguntas —a todas— que los grupos le formulamos. Y si conoce la respuesta, como puede ser posible en algún caso, siempre nos la puede enviar por escrito posteriormente. Le pido, por favor, que asuma esa responsabilidad y conteste a todas las preguntas. 

La semana pasada le dije que ustedes nos estaban engañando. Presentaron unas cuentas en 2016 para ser aprobadas por el Parlamento, cuando sabían desde el inicio que no se iban a cumplir. No cumplieron el techo de gasto no financiero, ni las previsiones de ingresos, ni los objetivos de déficit y deuda pública. Comprenderá que nos surjan serias dudas sobre la credibilidad de sus cuentas para el ejercicio 2017. Viendo el proyecto de presupuestos que han presentado en esta Cámara para el año 2017 me temo que vuelven a ser unas cuentas falsas, con unas previsiones de ingresos infladas, sobreestimadas, que pretenden ocultar el déficit estructural del 1,7 % de la Seguridad Social y con un riesgo de un nuevo incumplimiento en el objetivo de déficit pactado con Bruselas. 

Le quiero hacer la siguiente pregunta: ¿Usted nos puede garantizar que su Gobierno no va a volver a aprobar un acuerdo de no disponibilidad presupuestaria a mediados de año como hizo en el año 2016? En 2016 la desviación entre el déficit previsto inicialmente y el acordado finalmente con Bruselas, tras modificar la senda de consolidación fiscal para evitar una multa de 2.000 millones de euros. Es decir, del 2,8% inicial al 4,6% acordado con Bruselas fue una desviación del 64,28%. 

Esta fue la desviación del objetivo del déficit del año 2016, achacable a su Gobierno, lógicamente. ¿Cuál es la probabilidad que otorga al objeto de cumplimiento de déficit para el año 2017? ¿Va a ser este el primer presupuesto, por fin, en el que se cumpla el objetivo de déficit por parte del Gobierno del PP, tras cinco presupuestos en los que su mala gestión ha puesto en riesgo la credibilidad de España? Sabe que sus previsiones de ingresos no son creíbles. 

Para el año 2017 se prevé un crecimiento del PIB entre el 2,7 y el 2,8%, se ha actualizado al alza por fortuna y ustedes cuantifican un incremento previsto de ingresos del más de 7%. La propia AIReF cuestiona el excesivo optimismo del Gobierno, a la hora de presupuestar ingresos y advierte de un cambio en el modelo tendencial de ingresos que podría no comportarse como en otras etapas de crecimiento por cambios en la estructura impositiva y por las cuantiosas bases negativas a compensar en los balances de las empresas, como usted también reconoció hace una semana y afirma que la sensibilidad cíclica de los impuestos se está reduciendo. ¿Qué probabilidad le da al cumplimiento de sus estimaciones de ingresos? ¿Tienen un plan b, si no se cumplen? ¿Qué partidas de gastos congelarían? ¿Nos puede indicar si serían las mismas que en el año 2016? 

Por cierto, seguimos sin saber qué partidas de gasto congelaron en 2016, porque se lo preguntamos hace una semana, pero no nos lo quiso decir en su comparecencia. Su Gobierno sigue insistiendo en demostrar su falta de apuesta por el cambio del modelo productivo para este país. Tras años de recortes el incremento de las partidas de I+D+i, es de algo más del 1% y sigue estando muy por debajo del crecimiento estimado del 4,1% del PIB nominal, que ahora será más con la actualización de la estimación de crecimiento. Ocurre lo mismo con la inversión en infraestructuras, que sufren un nuevo recorte de más de un 20%. 

La previsión de crecimiento de la demanda interna se basa en el impulso de los sectores del turismo y de la construcción. ¿Le suena este modelo? ¿Le recuerda al modelo existente en el momento de la burbuja inmobiliaria? ¿Dónde está la apuesta por un nuevo modelo productivo que aumente la productividad del tejido económico español? ¿Dónde está la apuesta por el desarrollo de una economía de conocimiento que genere empleos de calidad y dignos? No está, ni existe ni se la espera con ustedes en el Gobierno. 

Su planteamiento cortoplacista, continuista y de falta de visión está hipotecando el futuro económico de este país y la vida de millones de trabajadores porque se ven condenados a empleos precarios y mal retribuidos, lo cual genera trabajadores pobres. 

Su proyecto presupuestario es injusto, olvida a esa amplia mayoría que ha sufrido los efectos de la crisis y beneficia a quienes más tienen. Presentan unos presupuestos que penalizan a más de doce millones de españoles, a pensionistas y a empleados públicos, quedando reducida un año más su capacidad adquisitiva que ven su renta real disminuida. ¿Ustedes no se preguntan qué está haciendo mal su Gobierno para que el crecimiento económico no llegue al conjunto de la sociedad, para que los salarios sigan perdiendo peso en la riqueza nacional, y en cambio el excedente empresarial siga aumentando en el porcentaje de reparto del nivel general de riqueza? 

Están haciendo políticas que trasladan riqueza y rentas de los trabajadores a los que más tienen, lo hicieron con su reforma fiscal y lo están haciendo como resultado de la reforma laboral y de sus políticas presupuestarias. Una de las mayores lacras de su modelo de política económica, también se lo comenté hace una semana en su última comparecencia, es el aumento de la desigualdad. La política fiscal, como bien sabe, es una herramienta para disminuir la desigualdad, tanto por la vía del gasto como por la del ingreso. 

Conocemos los resultados de sus políticas de ajuste y reducción en términos de PIB del gasto social que van en contra de una menor desigualdad y vemos que también por el lado de los ingresos están aplicando políticas fiscales de corte regresivo, menos redistributivas, ampliando la recaudación de los impuestos indirectos sobre los directos y con reformas fiscales que benefician a los más pudientes y a las grandes empresas. 

La pregunta que le hago es la siguiente: ¿Le parece esto justo en términos de equidad social? Esta es otra de las preguntas que le hice el otro día, pero no me la respondió. Hay un impuesto que no termina de arrancar en términos de recaudación, que es el impuesto sobre sociedades. Este impuesto recauda apenas la mitad que en el año 2007. ¿Tiene pensado el Gobierno cambios legislativos para que la aportación del excedente bruto empresarial, que ha recuperado niveles del año 2007, recupere también los niveles que le corresponden y sume en el porcentaje adecuado el esfuerzo fiscal del conjunto de los españoles? 

Ustedes aplican su ideología conservadora y neoliberal en los presupuestos. Concluyo, presidente. Quieren un Estado pequeño, jibarizado, dejando lo público en su mínima expresión y presumen de ello. No es el nivel de riqueza de un país el que explica la fortaleza de la presencia pública en el sistema económico, como dijo aquí la semana pasada; es una decisión política e ideológica de modelo social y económico lo que explica esto. 

El Ministro de Hacienda —su ministro— presumió recientemente en esta Cámara de la reducción al 42% del peso del gasto público sobre el PIB en España, de los menores de Europa. Su objetivo es que siga reduciendo hasta el 40% o menos, al igual que el peso de los ingresos tributarios sobre el PIB que no llega al 40%. Es un modelo ideológico: poco Estado y dejar más espacio para los negocios privados. Señor presidente, acabo enseguida. 

Es un modelo clasista y elitista que aumenta la desigualdad, como nos recuerdan continuamente todos los informes, desde la OCDE hasta Oxfam, donde aparecen datos devastadores sobre el número de personas en riesgo de exclusión social y pobreza. Ustedes hablan de empleo, y es bienvenido, por supuesto. Pero no vale cualquier tipo de empleo para disminuir la desigualdad. Le recomiendo que lea las cifras. En España hay más de 13 millones de personas en riesgo de pobreza y exclusión. España es el tercer país con mayor desigualdad de la Unión Europea, después de Rumania y Serbia. 

El 10% más rico obtiene una cuarta parte de los ingresos de toda la población, más de 4,6 millones de pensionistas están bajo el umbral de la pobreza, la tasa de trabajadores pobres ha pasado del 11,7% en 2013 a casi el 15% en 2015. Les falta sensibilidad. Su reforma laboral y sus políticas están creando una sociedad con trabajadores pobres, con empleos precarios y mal remunerado. Su proyecto de presupuestos persevera las políticas que nos han llevado a esa situación. Desde el Grupo Socialista trabajaremos para cambiarlo y mejorarlo radicalmente. Muchas gracias.

El señor ROLDÁN MONÉS (Ciudadanos): Muchas gracias, señor presidente. Gracias, señor Nadal, por venir a la Comisión y agradezco también su trabajo, que sé que ha sido duro porque hemos estado durante muchas semanas negociando partida por partida y millón a millón para que España pudiera tener un presupuesto, salir adelante y tener estabilidad como país, y hubiera cambios significativos en cuestiones importantes. 

Por desgracia otros grupos parlamentarios no han tenido la misma voluntad de cambio y se han quedado en casa o yendo en autobús, con lo cual celebro que finalmente hayamos conseguido un acuerdo para sacar el presupuesto adelante. Desde el principio, desde que escribimos el programa económico de Ciudadanos, nuestra prioridad era muy clara y básicamente centrada en dos objetivos: el primero, recuperar la clase media y trabajadora de este país porque durante años hemos sufrido un retroceso social importantísimo que luego abordaré. 

Y el segundo gran objetivo era empezar a sentar las bases de un nuevo modelo de crecimiento fundamentado un poquito más en la economía del conocimiento, en la educación, en la innovación, en el emprendimiento. Esos dos objetivos conforman la idea con la que nos sentamos en la mesa y nos pusimos a negociar —trabajando porque así es como se consiguen las cosas— con el Gobierno para poder sacar adelante, insisto, este presupuesto. 

Para nosotros el resultado es muy satisfactorio. Creo que las partidas concretas en estas dos áreas han sido realmente significativas. Voy a mencionar simplemente algunos de los puntos que hemos logrado, si consigo encontrar el gráfico que tengo aquí. En parte comparto el diagnóstico, evidentemente no las soluciones, y algunas de las cosas que han dicho tanto el portavoz de Unidos Podemos como el portavoz socialista; tenemos un problema de precariedad, de pobreza laboral, gigantesco en nuestro país, con más 6 millones de personas que, a pesar de estar trabajando, no logran llegar a lo que sería el equivalente al salario mínimo interprofesional a final del año. 

Por eso hemos acordado un complemento salarial para jóvenes dotado con 500 millones de euros, que se implementará y está reflejado en este presupuesto con ese nombre, que cuando se ponga en marcha va a producir un cambio significativo y a dignificar los salarios de cientos de miles de jóvenes de este país. Además, el complemento estará condicionado a formación, con lo cual será una política efectiva para que esa pobreza laboral no se produzca en el futuro. 

Gracias a que existe este presupuesto se extiende la tarifa plana de los autónomos, una reivindicación de hace años del colectivo y absolutamente justa. Es de justicia que se permita emprender y no se ponga trabas en este país a los autónomos que están creando riqueza. También se incluye un Plan integral de pobreza infantil —exigido por Ciudadanos en el punto 63, no voy a mencionar todos los puntos del acuerdo porque les voy a aburrir— dotado con 350 millones de euros. Probablemente el gasto más significativo en inversión es para abordar los problemas de los parados de larga duración. 

En España hay más de 1,5 millones de personas que llevan dos años sin trabajar, tenemos un reto gigantesco de ofrecer oportunidades a esas personas para reincorporarse al mercado laboral y realmente permanecer en el, no como ha sucedido durante muchos años porque básicamente hemos vivido con un tipo de políticas activas absolutamente inútiles, con unos índices de reintegración fracasados. Hemos dado un giro a esas políticas activas con una ampliación de criterios y de presupuestos muy significativas, que van a tener un impacto muy importante en aquellos que se han caído o se han quedado atrás. 

También habrá por primera vez una reversión de los recortes en dependencia, no habrá más recortes en servicios sociales, no habrá subidas de impuestos; digamos que es un presupuesto que coincide con las prioridades que teníamos. También incluye el aumento de los permisos de paternidad y otra serie de partidas sociales que no me voy a detener en abordar. 

Respecto al segundo objetivo que nos marcábamos, que es básicamente redireccionar o hacer un cambio de rumbo menos hacia la economía del ladrillo y del pelotazo y un poquito más hacia un modelo productivo —por cierto, compartido con el partido del señor Lasarte durante muchos años— basado en el conocimiento y en la innovación, tenemos también cambios muy significativos. Hay una bandera que ha defendido Ciudadanos durante años que es la Red Cervera de transferencia tecnológica, reflejada en una partida dotada con 500 millones de euros, que básicamente sirve para ayudar a las pequeñas y medianas empresas en los procesos productivos, con el fin de aportar tecnología y conectar la universidad y la empresa de manera que realmente haya innovación en este país. 

Hay también un giro en las políticas educativas y, por primera vez, no habrá recortes en educación, se incluye un Plan integral contra el fracaso escolar y un impulso a la economía digital con 90 millones para que nuestra economía, todavía industrial, se vaya transformando en una economía cada vez más digital, y hay más dinero para becas y formación profesional. También se destina mucho más dinero para mejorar y renovar las instituciones y, por ejemplo, se incluye un Plan para la modernización de la justicia dotado con 100 millones de euros. 

En fin, podría extenderme mucho más. El cambio o contraste es muy significativo, voy a dar algunos datos comparando lo que había en este país en el período 2010 a 2016 y lo que cambia este año: en materia de fomento del empleo en dicho período los fondos cayeron del 10 al 16%, un 33%, y en este presupuesto suben un 5%. La inversión en I+D+I había caído un 30% y en este presupuesto va a subir más del 1%. 

En educación los fondos habían caído un 20% y van a subir un 2%. En sanidad disminuyeron un 14% y van a subir un 2%; en servicios sociales habían caído un 16% y subirán un 5%. Y en justicia disminuyeron un 12% y van a subir un 8%. Entiendo que en este país tenemos unos retos muy importantes, pero, insisto, la manera de abordar esos retos es sentarse, negociar e intentar llegar a acuerdos. 

Como explicaba antes muy bien el secretario de Estado, si no existiera este acuerdo de presupuestos, no solo no habría todas estas partidas que redireccionan y dan respuesta efectiva a los problemas sociales y a la modernización urgente que necesita este país, sino que, además, tampoco existiría la financiación que se destina a educación y sanidad —señor Lasarte, me sorprende, no sé qué tipo de sesgo cognitivo tenemos aquí—, es decir, el 70% del dinero que se destina a las comunidades autónomas. 

No sé qué les explicará usted a los que están en las comunidades autónomas financiando todos estos gastos absolutamente imprescindibles; sin este presupuesto no hubiera habido la oferta de empleo público que hemos acordado; sin este presupuesto no habría transformación en las políticas activas; sin este presupuesto no habría el dinero suficiente para financiar la Seguridad Social. 

Hay una posibilidad en política que es dedicarse a hacer política de show, y otra posibilidad que es dedicarse a cambiar las vidas de la gente con negociación y con políticas efectivas. Es evidente que este no es el presupuesto de Ciudadanos, pero sí es un giro en la buena dirección. En cuanto a los argumentos del portavoz de Unidos Podemos respecto a las comparecencias —haré un comentario muy rápido y con esto ya termino—, nosotros estamos muy interesados en escuchar a la sociedad civil, pero traer a 220 personas durante cuatro días al Parlamento es simplemente un espectáculo; no es querer escuchar a la sociedad civil, es querer montar un espectáculo. 

Ya han hecho suficientes espectáculos, dedíquense a negociar para la gente que dicen que les preocupan y a conseguir acuerdos, y no a montar espectáculos que esta es una Comisión muy seria. Por tanto, muchas gracias al Gobierno por presentar este presupuesto.

El señor LÓPEZ MILLA (PSOE): Muchas gracias, señor presidente. Quiero comenzar, como es lógico, dando la bienvenida al señor Fernández de Moya a esta Comisión, al menos a aquel lado de la mesa de esta Comisión, donde creo que es la primera vez que se sienta en calidad de alto cargo del Gobierno para hablar del sexto presupuesto elaborado bajo la Presidencia de Mariano Rajoy. 

Durante todo este periodo nuestra economía y, en consecuencia, la gestión presupuestaria se han visto beneficiadas por el cambio de actitud del Banco Central Europeo, que se mantuvo prácticamente inactivo hasta el verano de 2012, por la devaluación del euro y por la caída del precio del petróleo, eso que algunos llaman vientos de cola, que es verdad que han beneficiado a todas las economías, pero especialmente a la economía española, porque somos una economía que tiene una dependencia especial del precio del petróleo, somos una economía que compite especialmente en precio —y, por tanto, para nosotros es más importante que para otros el tipo de cambio— y somos una economía que, como decía el otro día el ministro de Economía, el señor De Guindos, sería especialmente sensible ante la subida de los tipos de interés porque hemos sido una economía especialmente beneficiada por los bajos tipos de interés en una etapa de aumento muy notable del endeudamiento público. 

Ahora parece que estos vientos de cola se agotan y que podrían incluso volverse adversos, sumándose, eso sí, a algunas incertidumbres provocadas por el escenario internacional, como el brexit, las decisiones de Trump o las amenazas del terrorismo integrista. A juicio del Grupo Socialista, la política presupuestaria —utilizo este término en un sentido amplio— debería prepararse para afrontar estos cambios, a la vez que articula las medidas necesarias para que la recuperación económica llegue a todo el mundo y especialmente a quienes peor lo han pasado durante estos años, a quienes han perdido derechos, a quienes más han padecido los recortes en los servicios públicos y en las prestaciones sociales, mientras se les exigían más impuestos, mas tasas y más copagos. 

Me refiero a esas personas que oyen hablar cada día de recuperación y comprueban, también cada día, que no recuperan nada de lo que han perdido. Los presupuestos de 2017 recortan el gasto en 5.000 millones de euros respecto a los presupuestos de 2016, en 10.700 millones de euros respecto a los de 2015 y en 15.000 millones de euros respecto a los de 2014. 

Por tanto, no aprovechan el margen de esa recuperación económica para restituir los derechos perdidos y devolver prestaciones que fueron recortadas. El gasto social pierde peso respecto al PIB porque su tasa de variación es inferior a la prevista para el PIB nominal. ¿Cuánto tendría que haber crecido el gasto social para mantener su peso respecto al PIB que había en los presupuestos anteriores? Tendría que haber crecido tanto como el PIB nominal, es decir, faltan 4500 millones de euros de gasto social para que se mantenga respecto al PIB como estaba en los presupuestos de 2016 —unos presupuestos que también eran del PP—, después de perder peso durante dos años. 

Se trata, por tanto, de que el gasto social vaya creciendo menos que el PIB, para que se vaya encogiendo respecto al PIB y sea insuficiente para preservar el Estado del bienestar. En coherencia con ese objetivo de reducir el peso de nuestro Estado del bienestar, hicieron ustedes la reforma fiscal a la que se ha referido antes y que ha drenado más de 2.300 millones de euros a las arcas públicas en solo dos años, alrededor de tres cuartos en el IRPF y otro cuarto en el impuesto sobre sociedades. Eso significa que entre 2015 y 2016 las mayores empresas se han ahorrado 3.000 millones de euros en impuestos y se han dejado de ingresar 9300 millones de euros a través del IRPF. 

Decía usted antes que hemos reducido 12.300 millones de euros los impuestos a los españoles. Sí, pero a algunos más que a otros. A los accionistas de las grandes empresas, a ellos solos, 3.000 millones de euros, 9.300 millones de euros a través del IRPF. Dice la Comisión Europea que cada hogar del decil de renta más alto ha visto aumentar su renta disponible con esa rebaja del IRPF tanto como veintiún hogares del decil de renta más bajo. 

Esta fue la reforma fiscal, a nuestro juicio injusta, que fue la principal causa de incumplimiento del objetivo de déficit en 2015. Y si en 2016 el objetivo se ha alcanzado, mi grupo considera que no ha sido gracias a esa reforma fiscal ni ha sido gracias a sus presupuestos, ha sido a pesar de sus presupuestos. 

Por un lado, ha sido el fracaso de las políticas de austeridad de la Comisión Europea, que la obligó a flexibilizar el objetivo de déficit y, por otro, la constatación de la inviabilidad de unos presupuestos que estaban pensados en clave de campaña electoral, lo que obligó al Gobierno a declarar créditos indisponibles, cerrarlos anticipadamente y elevar los pagos fraccionados del impuesto sobre sociedades. Todo eso ha sido lo que ha permitido cumplir el objetivo. 

Porque ustedes en los presupuestos de 2016 —a los que se ha referido ampliamente— inflaron los ingresos para incluir gastos que sabían que no se harían, fuera cual fuera la cifra de déficit. Una simple comparación entre los presupuestos y la liquidación de 2016 revela que el IRPF recaudó —lo ha dicho usted— 3.000 millones de euros menos de lo que estaba previsto. ¿Y qué pasó con el impuesto sobre sociedades? Que ha aportado 3.000 millones de euros menos de los previstos, después de haber modificado los pagos fraccionados para proporcionar otros 3.000 millones de euros que inicialmente no estaban previstos. 

En total, entre IRPF y sociedades, más de 9.000 millones de euros de diferencia respecto a la previsión. Y en la Seguridad Social han faltado 13.700 millones de euros para cumplir con lo previsto en los presupuestos de 2016, una cifra que equivale prácticamente a tres cuartas partes de todo el déficit de la Seguridad Social y una desviación de ingresos que, a juicio de mi grupo, tiene mucho que ver con la poca capacidad de muchos de los empleos que se están creando —precarios, de reducida jornada y de bajos salarios— para aportar ingresos a las arcas públicas. 

En resumen, entre IRPF, sociedades y cotizaciones sociales se produjo una desviación respecto al presupuesto de casi 23.000 millones de euros, solo compensada, en una pequeña parte, por la diferencia entre los valores de reembolso y emisión de la deuda pública. Con estos precedentes nos traen ustedes unos presupuestos en los que los ingresos tributarios aumentan casi un 8%, el doble del crecimiento nominal previsto para la economía en 2017; a juicio de mi grupo, difícilmente se va a alcanzar ese aumento de los ingresos. 

Fíjese, en 2016, con un crecimiento nominal del PIB del 3,6, los ingresos tributarios aumentaron solamente 2,3, lo que significa una elasticidad de solo 0,64 respecto al PIB. Probablemente, la elasticidad este año sea algo mayor, pero será así porque, tal y como usted ha recordado —un tanto de pasada pero lo ha dicho—, en estos presupuestos sí hay ingresos fruto de subidas de impuestos, aunque algunos se empeñen en negarlo. 

Hay ingresos fruto de la subida del impuesto sobre el tabaco y sobre el alcohol; hay ingresos que son fruto de la reforma, a nuestro juicio parcial pero que apoyamos, del impuesto sobre sociedades, y hay ingresos que son fruto de la reforma de los pagos fraccionados del IRPF. Ciertamente, esos ingresos permitirán que la elasticidad de los ingresos tributarios respecto al PIB sea mayor que en 2016, pero, a juicio de mi grupo, con el tipo de empleo que se está creando —un empleo precario, de reducida jornada y de bajos salarios—, con un incremento de las pensiones de tan solo un 0,25%, con una subida de los salarios públicos de solo un 1% será muy difícil conseguir ese objetivo de recaudación. 

Como dije antes, el total de ingresos tributarios que el Gobierno presupuesta en 2017 está en torno a 200.000 millones de euros, una cifra parecida a la que se liquidó en 2007 pero con un cambio sustancial en la composición. Los impuestos indirectos aportarán 13.041 millones de euros más que en 2007, principalmente por el IVA, y la rebaja de la imposición directa será de 13.362, motivada por la caída del impuesto sobre sociedades. 

Es decir, nos encontramos con una recomposición de la cesta de ingresos a igual o semejante total que el de 2007 pero con más peso de la recaudación de impuestos indirectos y menos peso de la recaudación de impuestos directos por el efecto del impuesto sobre sociedades. Me gustaría traer a colación la comparecencia el otro día del presidente de la Airef en esta misma Comisión, que fue extraordinariamente clarificadora. 

Él hace un análisis de la evolución de los ingresos, en la que pone de manifiesto que hay una desviación de 12.700 millones de euros en la recaudación del impuesto sobre sociedades que no justifica ni explica la evolución de la economía ni los vaivenes del tributo y en sus cálculos de esa desviación solo 2.000 millones se arrastran de ejercicios anteriores. 

Es decir, en 2016 se ha producido una desviación en la recaudación de alrededor de 10.000 millones que no se puede explicar por causas que sea capaz de determinar la Airef y que avala la necesidad de llevar a cabo una reforma integral de este tributo. Concluyo, señor presidente. No me quiero olvidar, y les dedico solo un minuto, de los ingresos por cotizaciones sociales. 

El aumento que ustedes prevén en este ejercicio respecto a la recaudación es más modesto que el del año anterior, es verdad, pero está por debajo de la evolución de los ingresos por cotizaciones sociales en lo que llevamos de año y también de lo que se ha registrado en 2015 y en 2016, todo lo cual, señor secretario de Estado, refuerza nuestro escepticismo sobre las previsiones de ingresos contenidas en los presupuestos para 2017 y de las que ha venido usted aquí a dar cuenta.

El señor DE LA TORRE DÍAZ (Ciudadanos): Supongo que el mismo tiempo que los anteriores, que también debe de haber sido de cinco minutos. Muchas gracias, señor presidente. Muchas gracias, señor Fernández de Moya, por su intervención y por explicarnos detalladamente las previsiones de ingresos de estos presupuestos para 2017, que es en lo que se ha centrado su comparecencia. Le anticipo nuestra opinión. 

Creemos —y de hecho hemos llegado a un acuerdo presupuestario con ustedes— que estas previsiones de ingresos son muchísimo más realistas que las del año pasado. Usted lo ha estado comparando con lo que ocurrió el año pasado. Supongo que para ustedes, como para cualquiera, no es plato de gusto hacer cierres contables ni acuerdos de no disponibilidad, etcétera. Es evidente que las previsiones de ingresos del año pasado no estaban ajustadas a la realidad. En cambio, nos parece que las de este año son bastante más realistas. 

Tenemos alguna duda y voy a plantearla de forma relativamente sencilla. El IRPF proviene en un 85 % de los salarios —debería ser otra forma pero es como es—, algo parecido a las cotizaciones sociales, y se prevé un crecimiento de casi un 8%, superior al crecimiento de las cotizaciones sociales. En nuestra opinión, es una previsión quizás demasiado optimista. 

Respecto al resto de las previsiones, la del impuesto sobre sociedades, efectivamente, se ve afectada, pero no, como dice el señor López Milla, por  las medidas tomadas del año pasado, sino porque el año pasado en esta Cámara tuvimos que incrementar los pagos fraccionados —convalidando ese real decreto-ley— en 9000 millones y cuando se incrementan los pagos fraccionados hay que devolverlos al año siguiente. 

Por lo tanto, en este primer presupuesto —en el que, gracias al acuerdo con Ciudadanos, no hay incremento de impuestos de ningún tipo— nos vemos afectados también por medidas del año pasado que, desgraciadamente, a veces drenan los ingresos de este año. En este sentido, creemos que el impuesto sobre sociedades necesita una reforma pero, obviamente, dadas las fechas en las que vienen estos presupuestos y que el ejercicio de las empresas empieza el 1 de enero, no podemos cambiar las reglas a mitad de partida, en julio, a las empresas. 

Esto nos parece una cuestión de sentido común. Me gustaría destacar lo que usted no ha dicho, quizás porque precisamente no está en la previsión de ingresos de los presupuestos, que es que no figura ni el impuesto sobre bebidas azucaradas ni la previsión enviada a Bruselas de los impuestos denominados medioambientales. 

A diferencia de otros presupuestos aprobados cuando el Partido Popular estaba en el Gobierno, aquí no hay subidas de impuestos. De hecho, hay una rebaja que me extraña que no se haya comentado ya que usted estaba hablando de las medidas tributarias, que es la rebaja de lo que se denomina IVA cultural de los espectáculos en directo. Esta es una parte de la rebaja de la fiscalidad que soportan las actividades culturales. 

En este sentido, me gustaría dirigirle una pregunta bastante sencilla. De estas actividades ha quedado excluido, como todos sabemos, el cine porque, efectivamente, no es un espectáculo en directo y no estaba incluido en el acuerdo de investidura que tenemos con ustedes. Quiero saber cuál es su opinión sobre el compromiso adquirido voluntariamente por el ministro portavoz del Gobierno en el Pleno del Congreso de que en los próximos presupuestos se va a rebajar el IVA al cine, es decir, que el IVA pasaría del tipo general al tipo reducido. 

Este fue un compromiso que adquirió voluntariamente el ministro portavoz del Gobierno, señor Méndez de Vigo, en el Pleno del Congreso y me gustaría saber si usted lo comparte. Hay otra cuestión que me parece relevante de cara a los ingresos y es que, en nuestra opinión, aunque creemos que el objetivo de déficit de estos presupuestos es realista, va a ser complicado llegar al 3,1% aunque podría conseguirse. 

Eso sí, va a pasar necesariamente por que los ayuntamientos sigan teniendo superávit, si no, no va a ser posible. En este sentido, recientemente el Tribunal Constitucional, en dos sentencias, declaró parcialmente inconstitucional el impuesto municipal sobre el incremento de terrenos de naturaleza urbana. Yo le pregunto si entre los planes de su secretaría de Estado está la reforma del impuesto municipal de plusvalías, que se tiene que hacer en esta casa, en el Congreso, o si comparte el criterio del Grupo Parlamentario Popular, que estaba en contra de aplicar la doctrina del Tribunal Constitucional según se votó hace un mes en la Comisión de Hacienda. 

Por otra parte me gustaría aclarar, hablando también de rebajas de impuestos, que efectivamente en esta rebaja del IVA han incluido una cuestión —no hemos sido nosotros, han sido ustedes—, el caso de los espectáculos taurinos que hasta ahora nunca habían estado en el tipo reducido y ahora pasan a estarlo, cosa que tampoco ha comentado. Y para concluir quiero formularle una pregunta sobre la deuda pendiente de cobro y la litigiosidad tributaria. 

En estos momentos en los tribunales económico-administrativos hay más de 318.000 reclamaciones pendientes. Según los últimos datos que hemos podido consultar tenemos casi 50.000 millones de euros pendientes de cobro. Me gustaría saber qué medidas van a tomar para intentar resolver ambas cuestiones porque nos parecen fundamentales. 

En nuestra opinión, España necesita unos presupuestos; la alternativa no sería una situación normal sino unos presupuestos prorrogados que han tenido acuerdos de no disponibilidad, han tenido cierre contable, es decir una situación bastante compleja. Pero también necesitan los contribuyentes españoles rebajas de impuestos, estar en mejor situación los que cumplen, y para eso son fundamentales dos cuestiones. 

En primer término un control del gasto —ya sé que no ha venido aquí a hablar de eso— y en segundo término la lucha contra el fraude. Ya que usted ha sacado el tema —pensaba que lo iba a dejar para el director general de la Agencia Tributaria—, me gustaría que valorase que, a diferencia de los presupuestos que aprobaron ustedes y también el Partido Socialista, donde se fue reduciendo el presupuesto de la Agencia Tributaria, en estos presupuestos, gracias al cumplimiento en este punto del acuerdo de investidura, la Agencia Tributaria va a disponer de 100 millones de euros más de presupuesto. Quisiera conocer qué va a hacer la Agencia Tributaria con estos 100 millones adicionales de que dispondrá gracias precisamente al acuerdo con Ciudadanos. Dicho todo esto, solo me queda agradecerle una vez más su comparecencia. Muchas gracias.

El señor SAURA GARCÍA (PSOE): Gracias, señor presidente. Gracias, señora secretaria de Estado, doña Irene Garrido. Le agradezco que esté aquí, le doy la bienvenida en nombre del Grupo Socialista y además le deseo que tenga una tarde agradable con todos nosotros y nosotras. Quizá no sea tan buena noticia, desgraciadamente, señora secretaria de Estado de Economía, cómo queda el presupuesto del Ministerio de Economía y Competitividad en el conjunto del presupuesto para el año 2017. Ahí no hay tan buenas noticias, no es algo tan agradable, y supongo que estará de acuerdo con nosotros. 

Tampoco es una buena noticia para la productividad de la economía española porque el presupuesto del Ministerio de Economía se va a reducir alrededor de un 10% en relación con el del año pasado, y su ministerio es una de las palancas más importantes —el ministerio más importante, diría yo— para cambiar ese modelo de crecimiento e incrementar la productividad, pero, como digo, tiene un decrecimiento, una disminución del 10%. Solo el Ministerio de Empleo tiene una disminución mayor que su ministerio. 

Digo que no es una buena noticia supongo que para usted, para este Parlamento y desde luego para la productividad de la economía española. Antes de hacer algunas consideraciones sobre la política económica de su Gobierno, me gustaría plantear tres aspectos de índole económica. En primer lugar, desde nuestro punto de vista dos terceras partes de los actuales datos macroeconómicos de nuestro país tienen que ver con factores transitorios y no estructurales. 

Usted ha hecho referencia a alguno de ellos y ha hablado de los menores tipos de interés, pero a una economía más endeudada que la media eso le beneficia más. Usted ha hablado de la caída del precio del petróleo, pero a una economía que depende más de la energía evidentemente el viento de cola le es más favorable. Esa es la primera circunstancia: dos terceras partes del crecimiento actual de la economía española tienen que ver con factores coyunturales, transitorios, y no estructurales. 

La segunda cuestión de índole económica: tanto la OCDE como el propio Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea están poniendo énfasis en que el actual crecimiento no llega a la mayoría de la población, que el empleo que se crea es tan precario que hace imposible que ese crecimiento llegue a la mayoría de la población, un hecho novedoso en la historia del crecimiento económico europeo y también español. Ese aumento del empleo no permite, por la calidad del mismo, que el crecimiento llegue a la mayoría de la población. En eso insisten todos los organismos internacionales, todos, y también la Comisión Europea. 

La tercera consideración de índole económica es que ustedes mismos reconocen en el escenario macroeconómico que la productividad para el año 2017 va a disminuir nuevamente, y esa es una palanca importante para hablar del cambio de modelo de crecimiento, al que me iré refiriendo a lo largo de mi corta intervención, pero ustedes mismos reconocen que la productividad va a disminuir. Ese es el tercer aspecto que quería poner encima de la mesa antes de hablar de política económica. 

Para nosotros el bienestar de la sociedad tiene mucho que ver con la combinación simultánea de crecimiento económico y cohesión social. Por consiguiente, hay dos elementos importantes para nosotros a la hora de hablar de mejorar el bienestar de la sociedad española: cohesión social y productividad, dos palancas fundamentales que ayudan a entender la idea de que el bienestar llega a la mayoría en la medida en que simultáneamente se combine crecimiento económico y cohesión social. 

Sobre la cohesión social hay muchísimos datos. Solamente le quiero decir que en el año 2009 el peso de las ganancias de los asalariados en el PIB era del 51% y en el año 2013 y siguientes el peso de los asalariados en el PIB disminuye al 47%. Ese es un dato que está en la contabilidad nacional y que demuestra en términos agregados un incremento de la desigualdad. Pero la política fiscal del Gobierno no ayuda a recuperar la cohesión social. 

Los datos macroeconómicos dicen que hay crecimiento económico, pero no se aprovecha ese crecimiento para hacer una política fiscal de cohesión social, y me explico. Desde el año 2014, pero también en el año 2017, el gasto social va a perder peso en el PIB y también desde el punto de vista de la capacidad de compra que tiene el gasto social. Ustedes dicen en el plan presupuestario que el gasto social del conjunto de las administraciones va a crecer prácticamente el 1,4, pero la inflación va a estar más cerca del 2 que del 1,5, luego ese gasto social pierde poder adquisitivo; y, en segundo lugar, si la economía en términos nominales va a estar más cerca del 5 que del 4, pierde peso en el PIB. 

Hemos hecho números: si se mantuviese el gasto social en el PIB del año 2017, el incremento del gasto social tendría que haber sido de 17.000 millones de euros. Para haber mantenido el peso del gasto social necesitaríamos que el Gobierno hubiese hecho un esfuerzo de 17.000 millones de euros. ¿Eso es mucho o es poco? La reforma fiscal de su Gobierno más el manejo del impuesto sobre sociedades son 18.000 millones de euros desde el año 2014 hasta ahora, los años de la recuperación económica. 

Luego, hay recuperación económica, hay dinero para una reforma fiscal que fundamentalmente beneficia a las rentas más altas, pero no hay recursos para el gasto social. Por tanto, no hay cohesión social porque el crecimiento no lo permite y además porque la política fiscal no ayuda. Termino ya, señor presidente, pero la secretaria de Estado ha estado media hora. Sobre la productividad, ustedes mismos reconocen que va a disminuir y no podemos extrañarnos porque la I+D ha caído desde el año 2011 hasta ahora un 20%, la política de internacionalización ha caído un 32% y el programa de política industrial ha caído un 34% en estos años. 

Y me parece importante la siguiente reflexión que voy a hacer. Nosotros no pensamos que esté cambiando el patrón de crecimiento de la economía española por lo que he dicho anteriormente de la productividad. Ustedes dicen que el peso de las exportaciones ha crecido, que las exportaciones están creciendo, pero es que, señorías, eso siempre ha sucedido en España después de una crisis económica. En el año 1994 las exportaciones crecieron a una tasa del 17%. 

¿Qué es lo novedoso, qué subyace en esa recuperación de las exportaciones? Que por primera vez en la historia se hace como consecuencia de que el peso de la renta salarial es menor en el PIB y crece el peso de las rentas del capital. Eso no ha sucedido nunca. Después de una crisis siempre han crecido las exportaciones, ya sea por una devaluación externa o una devaluación interna. Esta es la novedad, devaluación interna. Para terminar, ese modelo de sociedad low cost o ese modelo de sociedad Estado social mínimo no es sostenible en el tiempo. Gracias, señor presidente.

El señor ROLDÁN MONÉS (Ciudadanos): Señora Garrido, bienvenida a la Comisión. Es un placer verla. Como ya le comuniqué al secretario de Estado de Presupuestos en la intervención anterior, hemos trabajado bien,  creo que ha habido una manera constructiva de abordar algunos de los cambios necesarios en este presupuesto y le agradezco su disponibilidad siempre. 

En relación al diagnóstico general de dónde estamos, primero me centraré en matizar algunas de las cuestiones que se han abordado y después diré cuáles eran las prioridades de Ciudadanos al negociar esto y por qué creemos que vale la pena apoyar este presupuesto y conseguir, digamos, un cambio, virar hacia un modelo mejor de crecimiento. 

Porque es verdad que ha habido una devaluación salarial muy grande, es verdad que venimos de una inflación muy baja, es verdad que veníamos de un entorno donde los precios de la energía eran muy bajos y que todo esto nos ha permitido tener unas ganancias de competitividad, pero eso no significa que estemos cambiando el modelo productivo. 

Es verdad que exportamos más, pero no está claro y ningún documento lo demuestra que hayamos hecho, digamos, un step up en el tipo de exportaciones que hacemos ni que hayamos llegado realmente a nuevos mercados en cadenas de valor con mayor valor añadido. Yo creo que, en cambio, sí se han dejado de hacer una serie de cosas importantes en un entorno que era enormemente favorable, con una mayoría absoluta, con crecimiento favorable, con las políticas monetarias del Banco Central Europeo favorables; es decir, que se podían hacer muchas más reformas de las que se han hecho para cambiar el modelo productivo. 

La reforma universitaria que los expertos propusieron se quedó en el cajón. La reforma educativa que se trajo a esta Cámara fue un fiasco. Seguimos todavía en niveles de I+D que son los más bajos de todas las grandes economía europeas. Eso en lo que se refiere al cambio de modelo productivo. La sustancia, la transformación hacia la economía del conocimiento no se ha dado en estos años ni el Gobierno ha demostrado ninguna voluntad de ir en esa dirección. Y tampoco en lo que se refiere a la respuesta, digamos, social a la crisis. 

El argumento central del Gobierno y de los portavoces que van pasando por aquí es que la creación de empleo es la mejor manera de luchar contra la desigualdad. Estamos de acuerdo, pero hay muchísimas más maneras de mejorar las políticas públicas, hacerlas más efectivas para responder a los retos que tenemos. No me voy a extender en el diagnóstico mucho más, pero tenemos a uno de cada cuatro niños en riesgo de pobreza; tenemos a seis millones de precarios que no llegan al salario mínimo, a pesar de estar trabajando, al final del año; tenemos 1,4 millones de parados de larga duración. 

Todos estos son datos de la OCDE o del FMI. Tenemos 3,5 millones de personas que se han caído de la clase media durante estos años. Y es urgente que empecemos a virar, a cambiar de rumbo y a ofrecer políticas más efectivas que permitan realmente la reincorporación de algunos de esos trabajadores, que ofrezcan respuestas efectivas a la precariedad, que realmente ofrezcan respuestas efectivas a la pobreza infantil. 

Ese doble objetivo ha sido la razón por la que Ciudadanos ha negociado y ha conseguido, digamos, acordar con el Gobierno una serie de propuestas. Yo no sé si a los portavoces de Podemos y del Partido Socialista les parece suficiente, conociendo que la alternativa es que no hubiera ningún presupuesto y que por tanto no hubiera ningún incremento en ninguna de las partidas. 

Pero en el ámbito de la respuesta social a la crisis, que era la primera prioridad, recuperar la clase media y trabajadora, tenemos en este presupuesto 500 millones para un complemento salarial para jóvenes menores de 30 años; tenemos la extensión de la tarifa plana para nuevos autónomos, que son 480 millones; tenemos un plan integral de lucha contra la pobreza infantil de 342 millones; tenemos un plan integral para responder al paro de larga duración, que es la lacra principal que tienen los parados en España, de 258 millones; tenemos un aumento en los permisos de paternidad; tenemos una reversión de los recortes en dependencia; tenemos por primera vez aumentos en las partidas de gasto social y de educación, y además tenemos 1200 millones de euros para formación para el empleo centrada en los cheques formación, con cambios de políticas ahora mucho más centradas en la orientación individualizada, mucho más centradas en los cheques formación. 

Hay dos alternativas en política, y una es quedarse en un rincón quejándose. Yo entiendo que Podemos, evidentemente, no va a pactar con el Partido Popular. Sí me gustaría ver en el Partido Socialista un poquito más de responsabilidad y antes de negarse de partida, sin ver absolutamente nada, intentar conseguir alguna mejora. Ya sé que a Podemos no le importa demasiado llegar a acuerdos, pero se trata de conseguir alguna mejora concreta a través de la negociación, que es como se consiguen las cosas en política. 

Evidentemente este no es el presupuesto ideal que le hubiera gustado tener a Ciudadanos, pero sí es un avance muy significativo en la mejora de esas políticas para, primero, responder a la urgencia de los que se han caído de la clase media y trabajadora y, segundo, para empezar a asentar las bases de un nuevo modelo de crecimiento basado en la innovación, más centrado en la educación, más centrado en el emprendimiento. 

Voy a repetir algunos datos que creo que son significativos. Con gobiernos del PSOE y del PP desde 2010 había caído la I+D un 31%. En este presupuesto, en el presupuesto del Gobierno, hay un uno y pico por ciento en I+D+i. Había habido una caída en sanidad del 14% de 2010 a 2016 y ahora hay un aumento del 2%. Había habido una caída del 16% en servicios sociales y ahora hay un aumento del 5%. Tenemos además de todas estas mejoras y reenfoque del gasto unos ahorros significativos porque en el punto 2 del acuerdo se comprometieron con nosotros la propia secretaria de Estado y el ministro a hacer una revisión integral del gasto, que va a hacer la Airef, para ahorrar 900 millones de euros. 

Como digo, hay una posibilidad que es negarse a hacer cosas y otra que es negociar, conseguir acuerdos y mejoras específicas y concretas para los que tienen problemas en España. Termino agradeciendo de nuevo a la secretaria de Estado su disponibilidad para venir y para acordar el presupuesto con Ciudadanos. Muchas gracias

No hay comentarios:

Publicar un comentario