Sobran los motivos para rechazar los presupuestos del PP, son inaceptables. La crisis fue la excusa para fulminar el Estado del Bienestar, con estos inaceptables presupuestos sigue haciéndolo. El desprecio de Montoro con el gasto social se refleja en su lenguaje y en estos presupuestos. Montoro ha comparado el gasto social con irse de copas y emborracharse. Pablo Iglesias votó en contra de un presidente socialista cuando la corrupción del PP era la misma. El objetivo de la convocatoria de la manifestación de Pablo Iglesias es injerir contra las primarias del PSOE. Montoro pide confianza mientras que el PP está acosado por la corrupción. La única fuerza política que puede conseguir una mayoría social para frenar a la derecha es el PSOE.
Unos presupuestos que recortan protección social, educación, salud e inversión, sólo aumentarán la precariedad de nuestros salarios y pensiones. Existe fundada sospecha de que desde las instituciones se advirtió a Ignacio González de que estaba siendo investigado. Algunos de los implicados en el caso Lezo se han beneficiado de la amnistía fiscal del señor Montoro. La corrupción que afecta a su partido resta cualquier credibilidad al Gobierno y a estos presupuestos. El modelo del PP es el de "En España lo hacemos más barato" y perseguir una sociedad low cost.
Con su recuperación han regalado 18.000 euros a las rentas más altas, pero reducen el gasto social. Con 6 millones de pensionistas más, el gasto en pensiones será menor, es decir pensiones más bajas, pensiones pobres. El PSOE rescató al país de unas terceras elecciones cuando usted propuso despeñarnos cuando estábamos en el precipicio.
El gasto público social va a crecer menos que los precios, vamos a tener el gasto social más pequeño de la UE. Los salarios bajos no son vía para salir de la crisis de forma sostenida, no se ha cambiado el modelo de crecimiento. El ajuste no puede venir por el gasto social, hay que subir los impuestos a los que más tienen. El PSOE no va a apoyar unos presupuestos que no pasen por una reforma fiscal profunda y que mantengan el Estado del Bienestar.
Proponemos movilizar en torno a 9.000 M euros para garantizar la cohesión social a través de 1.800 enmiendas a los presupuestos. 2.600 M para ingreso mínimo vital, 525 M becas, 283 M dependencia, aumento 2,5% pensiones mínimas y 2% resto, 100 M violencia género, 230 M infancia, aumento de la prestación por hijo, 600 M I+D+i, 1.000 M políticas activas empleo, 440 M jóvenes, 400 M competitividad, 1.300 M infraestructuras, 120 M internacionalización, aumento de tramos y tipos rentas altas, impuesto de grandes fortunas, 15% tributación Sociedades, disminución IVA cine, impuesto de transacciones financieras.
INTERVENCIÓN ANTONIO HERNANDO
El señor HERNANDO VERA: Señora presidenta, señorías, señor Montoro, señor Rajoy, tengo que iniciar el debate sobre los ingresos y los gastos públicos, esto es, sobre el destino de los recursos públicos, enmarcando mi intervención en la indignación y la vergüenza de los españoles ante el penúltimo caso de corrupción que afecta al Partido Popular, al partido del Gobierno, a alguno de sus ministros y altos cargos. (Aplausos).
La razón de ello es que la política económica y presupuestaria de un Gobierno se basa, entre
otras circunstancias, en la confianza y la credibilidad del mismo, señor Montoro, y hoy a este debate el
Gobierno viene con una credibilidad bajo mínimos y una confianza diezmada como consecuencia del
pantano de corrupción en el que están inmersos determinados dirigentes de su partido y demasiadas
organizaciones territoriales del Partido Popular.
Es larga la lista de corrupciones que afecta al Partido
Popular, pero el caso de Ignacio González sube varios peldaños de golpe la escala de la indignación y la
repugnancia. En este caso, su principal protagonista utilizó los poderes democráticos como consejero,
vicepresidente y presidente de la Comunidad de Madrid para robar y enriquecerse. Organizó una estructura
asociativa para ampliar lo más posible su radio de acción. Empleó en esta actividad a parte de su familia
y benefició a otra parte.
Financió ilegalmente sus campañas electorales, en las que él participaba, y también las campañas electorales del Partido Popular en la Comunidad de Madrid. Sí, de su partido, señor
Rajoy. Y para colmo, cuando aún estaba en libertad recibía palmaditas de ministros del Gobierno. Para
mayor escarnio, los máximos responsables de la fiscalía han tratado de torpedear las iniciativas del juez
instructor, y desde el Ministerio del Interior se ha recibido al hermano del señor González por parte del
secretario de Estado de Seguridad. Existen fundadas sospechas de que el objetivo de esas
comunicaciones…
Existen fundadas sospechas de que se le avisó de las escuchas legales y de que ese aviso tenía
como objetivo que el presunto delincuente se preparase y estuviese en mejores condiciones de proteger
sus intereses y pruebas, y todo ello —voy a la cuestión, señora presidenta— arrasa la confianza en un
Gobierno que hoy presenta sus presupuestos.
Lo quieran o no, señorías, 350 diputados y diputadas, este
debate está vinculado a lo que está pasando aquí y ahora en España. Este debate parte de lo que
sabemos hoy.
Señor Montoro, sus políticas económicas nunca nos han convencido porque no creemos que hayan
sido adecuadas para aprovechar el viento de cola en nuestra economía, para cambiar los pilares de la
economía, para crear empleo y para cerrar la enorme grieta social que se ha abierto con los años de la
crisis.
Pero sin duda es la corrupción que afecta a su partido la que destruye la imprescindible confianza
que es necesaria en un momento de recuperación económica como el que vivimos y la que destroza
cualquier credibilidad para los pactos, los diálogos y todo lo que el Gobierno quiera proponer a partir de
ahora, ya sea en política, ya sea en economía o ya sea en materia presupuestaria. (Aplausos). Señor
Montoro, de nuevo su amnistía fiscal en el centro del escenario político, porque alguno de los integrantes
de esta trama han sido beneficiarios.
¿Qué le parece a usted, como ministro de Hacienda, que dirigentes
de su partido supiesen desde hace dos años que un vicepresidente de la Comunidad de Madrid tenía
cuentas en paraísos fiscales? ¿Qué le parece a usted como ministro de Hacienda? ¿Usted hizo algo por
averiguarlo, por denunciarlo, por impedir el delito, por impedir el fraude a la Hacienda pública, por impedir
que se defraudase a todos los ciudadanos? No, no se hizo nada y, ¿sabe una cosa?, esto produce
indignación y repugnancia por parte de la ciudadanía. Sí, señor Rajoy, indignación que ustedes lo supiesen
y no hiciesen nada. (Aplausos).
Señora presidenta, no volveré en mi intervención a este tema, entre otras cosas porque, señor
presidente del Gobierno, en breve tendrá usted que comparecer ante la Comisión de investigación que
investiga la financiación irregular de su partido (Aplausos) y le aseguro que vamos a ser implacables a la
hora de pedir responsabilidades y explicaciones, pero mientras tanto también vamos a serlo para defender
la independencia de la justicia y de la fiscalía y para perseguir la corrupción.
Señor Montoro, antes de empezar quiero decirle una cosa.
Recientemente el presidente del Eurogrupo
acusó a los países del sur de Europa de una serie de cosas que no voy a repetir. Se pidió la dimisión del
presidente del Eurogrupo por acusar a los países del sur de Europa de determinados tipos de gastos con
el dinero y las ayudas que se les estaban dando; incluso su compañero de banco azul, el señor De
Guindos, le pidió que se arrepintiese por insultar a los países del sur. Usted hoy, hablando del gasto
público de las comunidades autónomas, las ha acusado de emborracharse de gasto público. (Un señor
diputado: ¡Hala!—Rumores).
Señor Montoro, es una vergüenza lo que usted ha dicho y, sobre todo, es
un insulto. (Aplausos). Pero yo lo que le quiero preguntar, señor Montoro, es si usted cree que es gastarse
en copas el dinero que se dedica a eliminar los copagos farmacéuticos a los dependientes o a las personas
mayores (Aplausos); si usted cree que es gastarse el dinero en copas reabrir servicios públicos; si usted
cree que es gastarse el dinero en copas reabrir escuelas rurales que ustedes habían cerrado cuando
presidían determinadas comunidades autónomas.
Señor Montoro, no solo usted ha insultado a las
comunidades autónomas sino a millones de personas que lo están pasando mal, acusándoles de gastarse
el dinero en copas cuando lo que están haciendo es deshacer todo lo que ustedes habían hecho mal.
(Aplausos).
Señor Montoro, hace tres años usted y el señor Rajoy nos anunciaron a bombo y platillo que la
recuperación había llegado. Nos dijeron que habíamos dejado atrás la crisis global —usted hoy lo ha
vuelto a decir—; una crisis financiera y económica sin precedentes que afectó a todo el mundo, a España
especialmente a través de la destrucción de empleo; millones de puestos de trabajo, de norte a sur y de
este a oeste destruidos. Especialmente les afectó a las mujeres, a los jóvenes que tenían su primer empleo, a los menos cualificados y a los hogares más vulnerables.
En el epicentro de la crisis se adoptaron
medidas que ustedes multiplicaron cuando llegaron al Gobierno, nada más tomar posesión del Gobierno.
Nada se salvó en aquellos años bárbaros de la brutal acometida. Todo —salarios, educación, sanidad,
servicios sociales, atención a la dependencia, protección a la familia, promoción efectiva de la igualdad
entre hombres y mujeres, inversiones públicas, investigación, innovación, tecnología, cultura, cine— lo
consideraron susceptible de medidas restrictivas del gasto que se implementaron a través de sucesivas
decisiones de indisponibilidad presupuestaria, recortes en las leyes de presupuestos, subidas fiscales
acompañadas de reducciones del IRPF a las rentas más altas y tratamiento fiscal favorable a las rentas
del capital.
Pero en 2014 nos dijeron que todo ello había acabado, que la recuperación ya estaba aquí y
que las medidas adoptadas por el Gobierno en el futuro iban a ser innecesarias. Nos lo repitieron
machaconamente en 2015, en 2016; usted lo ha dicho esta mañana aquí de nuevo.
Pero lo que estos
presupuestos ponen de manifiesto en este momento de recuperación es que no era la crisis lo que
motivaba las políticas injustas de recortes, desigualdad y precariedad; no era la crisis porque ahora ya no
estamos en crisis, es el tercer año de crecimiento y sin embargo las políticas persisten. No, no era la crisis,
era el Partido Popular, era su ideología, a la que usted ha llamado filosofía. ¿Por qué dice filosofía cuando
es ideología? Era y es el proyecto del Partido Popular que mantiene sus recortes sociales para la mayoría
mientras beneficia con amnistías fiscales a unos pocos.
Por cierto, algunos de ellos delincuentes y algunos
de ellos afiliados al Partido Popular. No era la crisis, es el proyecto y es la filosofía —que usted ha llamado
ideología— de un partido que nunca ha considerado que la igualdad y la cohesión social sean esenciales
para hablar de una sociedad justa y próspera. Por eso no vamos a apoyar estos presupuestos, señor
Montoro, porque la filosofía persiste en estos presupuestos, porque la ideología persiste en estos
presupuestos. No era la crisis, era el Partido Popular y la ideología del Partido Popular.
Por eso vamos a
votar en contra. (Aplausos). A mí, señor Montoro, no me importa perder o ganar el debate. Usted ha
dicho: a mí no me importa perder el debate si permanece la filosofía, es decir, si permanece la ideología.
Nosotros vamos a votar en contra de estos presupuestos precisamente por la ideología, aunque perdamos
el debate. (Aplausos).
Al defender estos presupuestos hablan de España, de economía, de reformas, de estabilidad —ha
hablado usted de estabilidad—, de confianza, de responsabilidad, de prestigio —tendremos tiempo—,
pero no hablan de los españoles, cuando se refieren a ellos los contemplan con grandes números, pero
no miran a los hombres y mujeres en concreto, a los que llevan años viviendo una situación muy difícil,
con recortes, con recortes de posibilidades, de horizontes, con incertidumbres respecto a qué será de sus
hijos.
Pero todo esto en estos presupuestos no cambia, si la recuperación se hizo realidad en 2014 —se
hizo realidad en 2014, ¿verdad, señor Montoro?—, ¿qué cree que piensan de esa recuperación los
todavía 4200000 desempleados? ¿Qué piensan de la recuperación, señor Montoro, los 1870900
desempleados de larga duración? ¿Qué piensan de la recuperación los 8610495 pensionistas de la
Seguridad Social que ven como este año sus pensiones se van a revalorizar un 0,25% mientras que la
inflación crecerá previsiblemente en torno al 2%?
¿Qué piensan de la recuperación que ustedes proclaman
a los cuatro vientos los 600000 jóvenes desempleados? ¿O aquellos jóvenes que trabajan unas horas a
la semana o unas semanas al año? ¿Qué piensan de la recuperación los trabajadores que cobran salarios
de miseria por jornadas agotadoras e interminables? ¿Qué piensan de esta recuperación, señor Montoro,
los 340000 dependientes que están a la espera de una ayuda? Estos no son conceptos abstractos, todos
ellos lo están pasando mal, señor Montoro.
¿Cómo responden estos presupuestos a todas estas personas?
Se lo voy a decir también con unas cuantas cifras en la mano. Las partidas destinadas a fomento del
empleo son todavía hoy, cuando ya llevamos tres años de recuperación —ya es una realidad—, un 25%
menos que las que figuraron en los presupuestos de 2011. Las de educación un 5,9% menos; un 20,4%
menos las de investigación, desarrollo e innovación; un 39,1% menos las de infraestructuras del sector
Estado, que si sumamos al sector Estado los entes públicos y las sociedades estatales es un 48,6%
menos en infraestructuras.
Las destinadas a comercio, turismo y pymes un 37,8% menos, y eso que han
firmado un acuerdo con algunas fuerzas políticas en el que dicen que van a promocionar a los
emprendedores y a las pymes, un 37,8% menos que en 2011, señor Montoro.
Los servicios sociales y de
promoción social un 4,2% menos, pero con la dependencia se ceban, es el doble, un 9,6% menos que
en 2011; la promoción de la igualdad entre hombres y mujeres un 36,6% menos, y para demostrar su gran
compromiso contra la violencia de género, señor Montoro, bajan la cuantía contra la violencia de género
un 8,7% respecto a 2011, el año que más violencia de género hay.
Ayer mismo en Alcobendas una mujer
de 44 años fue asesinada a puñaladas y su hijo también. ¿Ustedes están diciéndonos que quieren firmar un pacto de Estado contra la violencia de género y bajan un 8,7% el presupuesto contra la violencia de
género? (Aplausos). No nos esperen en ese paripé. Si estas cifras permanecen así en el presupuesto en
materia de violencia de género no volveremos a sentarnos en una mesa porque no vamos a hacer paripés
en la lucha contra la violencia de género, señor Montoro, se lo digo ya.
Las de protección por desempleo
un 39,9% menos, las destinadas a favorecer la vivienda un 61,1% menos, el gasto en sanidad un 4%
menos que en 2011, cuando el envejecimiento de la población ha seguido aumentando. Usted sabe que
esto es verdad, entonces, ¿qué espera, que nosotros apoyemos estos presupuestos? ¿De verdad cree
que nosotros vamos a apoyar estos presupuestos, señor Montoro? ¿Cree que nosotros vamos a negociar
estos presupuestos que consolidan la desigualdad y la precariedad? Se lo dije hace seis meses.
Hace
seis meses les dije que si los presupuestos de 2017 eran unos presupuestos continuistas nosotros no los
íbamos a apoyar. Me acusaron entonces, como lo han venido haciendo sucesivamente, de hacer juicios
de intenciones precipitados, pero una vez vistos los presupuestos aquel pronóstico se ha confirmado.
Como bien conocen sus señorías, señor Montoro, usted lo sabe muy bien, la economía española lleva
trece trimestres consecutivos creciendo, y es cierto que este año la economía española tendrá un
crecimiento más moderado que el registrado en 2016; los últimos datos hablan de un 3,2 y crecerá en
torno a un 2,7%, pero luego hablaremos de esto que ha colgado usted a las once y media en la página
web del ministerio (Muestra un documento), a las once y media lo ha colgado, señor Montoro, luego
hablaremos. Todos los análisis coinciden en que el crecimiento de la economía mundial seguirá
favoreciéndonos, las circunstancias de la economía, los bajos precios del petróleo, que no se dispararán
previsiblemente.
Por lo tanto, esos vientos de cola van a seguir funcionando, pero también van a ir
desapareciendo, según todos los analistas internacionales. Por eso, todos esos organismos vuelven las
miradas sobre algo muy distinto, que es la productividad, que es una variable clave para aumentar el nivel
de vida y el bienestar de los ciudadanos y consolidar una recuperación que todavía está en ciernes. Pero
en estos últimos años la recuperación de la productividad ha sido muy pobre, incluso en el Programa de
estabilidad 2017-2020 ustedes siguen fijando la productividad en un crecimiento plano.
¿Cómo es la
lectura de esos presupuestos en esta materia, es decir, para que pudiese despegar la productividad?
Desoladora, señor Montoro. Mire, con respecto de los últimos presupuestos de un Gobierno socialista la
inversión prevista en I+D+i es un 20,4% inferior a la de 2011, un 20,4%. Si de por sí esto ya es muy grave,
este año resulta que ustedes solo han ejecutado un 38% del presupuesto destinado en el proyecto de
presupuestos a I+D+i. Es decir, 2 de cada 3 euros en I+D+i no se gastan, señor Montoro.
Por lo tanto,
ustedes, primero, dibujan poco los presupuestos, pero es que además lo poco que dibujan, no lo gastan.
Por lo que se refiere a las políticas de promoción comercial, internacionalización de las empresas,
experimentan de nuevo, en comparación con el año 2011, un recorte del 32,2%, y en el programa de
política industrial el recorte es del 34,4%. En la inversión en infraestructuras la diferencia entre 2011
y 2017 será casi de un 50%; señor Montoro, un 50% en infraestructuras entre 2011 y 2017.
En estos
presupuestos se ha desplomado la inversión pública. La inversión pública territorializada ha bajado una
media de un 20%, luego usted le echa flores al ministro de Fomento si quiere, pero vamos a decir la
verdad: una media de un 20%. La inversión pública cae en dieciséis de las diecisiete comunidades
autónomas. ¿De verdad usted cree, señor Montoro, que esto no va a tener efectos en el empleo? Los va
a tener y lo sabe.
La pérdida de productividad y el consiguiente debilitamiento del crecimiento que estos
recortes anuncian se compensan en su esquema con la aportación de las exportaciones, de acuerdo, pero
es que la mayor aportación de las exportaciones no se hace porque lo hagamos mucho mejor o porque
estemos metiendo mucha innovación, mucha ciencia y mucha tecnología —que hay algunas empresas
que lo hacen—, se hace fundamentalmente de nuevo sobre la espalda de los trabajadores, reduciendo
sus salarios y sus condiciones laborales, que es la forma injusta que tienen ustedes de hacer que nuestras
empresas sean más competitivas en el exterior.
Esto es injusto e insostenible, señor Montoro. No pueden
seguir siendo tan injustos a la hora de tratar a los trabajadores.
Junto con la productividad, la otra palanca para incrementar el bienestar de nuestra sociedad es la
cohesión social, fundamentalmente para evitar aquello de en España lo hacemos más barato, que termina
dando lugar a una sociedad low cost no solamente en derechos sino fundamentalmente en los servicios
públicos que se prestan a los ciudadanos.
Sin embargo, señor Montoro, el problema real de estos años,
como le decía hace unos minutos, es que el crecimiento actual no está llegando a los españoles que peor
lo han pasado, a los que se han sacrificado, a esos que lo han pasado muy mal estos años, y gracias al
sacrificio de esos, en teoría, es como está saliendo este país adelante, pero precisamente a esos no les
están llegando ni tan siquiera las migajas de ese crecimiento.
Su política económica no ha conseguido que las bondades de los datos macroeconómicos lleguen a la mayoría, ni a las familias ni a los hogares,
a miles de familias y hogares. Fundamentalmente por dos razones. Una, su reforma laboral, que ustedes
se empeñan en mantener y nosotros nos empeñaremos en derogar (Aplausos), que no permite unas
relaciones equilibradas entre trabajadores y empresarios precisamente para que los incrementos de
productividad lleguen a los salarios de los trabajadores.
Y, en segundo lugar, su política fiscal y
presupuestaria que ha apostado por reducir el Estado del bienestar, por subir los impuestos a los
trabajadores y bajárselos a las rentas más altas. Señor Montoro, el bienestar de una sociedad solamente
mejora cuando se armoniza a la vez crecimiento económico con un reparto justo de ese crecimiento.
Sin
embargo, usted sabe que la remuneración de los salarios en porcentaje del PIB —y también hay que
hacerlo en porcentaje del PIB. Usted, en un momento dado, se estaba refiriendo a cifras absolutas y ha
dicho: y también en porcentaje del PIB. Pero en ningún momento ha dado el porcentaje del PIB— ha
pasado del 51% en 2009 a representar el 47% en 2013 y desde entonces constante. Los trabajadores con
menos renta han viso cómo su salario durante la crisis disminuía un 17%.
Por eso, es imprescindible que
los salarios crezcan tal y como pedían en el Primero de Mayo UGT y Comisiones Obreras; y que en la
negociación colectiva que se está llevando a cabo se alcance un acuerdo que permita recuperar una parte
de la enorme disminución salarial que su reforma laboral ha propiciado en los últimos años.
Desgraciadamente, el crecimiento no llega a los desempleados de larga duración.
Es evidente, se han
quedado sin prestación. El crecimiento no llega a los jóvenes con trabajos precarios. El crecimiento no
llega a la pobreza infantil. Por no llegar, el crecimiento no llega ni a los trabajadores que tienen un trabajo
y a los que se les ha disminuido el salario a lo largo de estos años.
Señor Montoro, persiste un elevado nivel de desempleo de larga duración cuya manifestación más
dramática es el aumento extraordinario de la caída de la protección por desempleo. Ha caído la protección
por desempleo.
Yo, estos días que he estado siguiendo las comparecencias de los secretarios de Estado
y de los altos cargos del Gobierno, veía que venían aquí y sacaban pecho, porque decían: efectivamente,
ha caído la protección por desempleo porque ha caído el desempleo. Pero fíjese, se han reducido un 40%
las prestaciones por desempleo con respecto a los últimos presupuestos de un Gobierno socialista, 12156
millones de euros, y sin embargo los desempleados han caído un 20%.
Quédese con estas dos cifras:
reducción del 40% y disminución del 20%. ¿Sabe lo que eso significa? Miles de trabajadores, cientos de
miles de trabajadores a los que se ha dejado en la cuneta sin ningún tipo de ingresos en sus hogares. Eso
es lo que significa esto, señor Montoro. (Aplausos).
Pero además, su reforma ha aumentado el problema
de la precariedad y de forma más explícita está fomentando el empobrecimiento de una nueva clase de
trabajadores, que son los trabajadores jóvenes con contratos de corta duración, con bajos salarios y con
menos condiciones laborales de las que tenían al principio de la crisis.
Con ellos están ustedes contrayendo
una deuda, pero están firmando una hipoteca con cláusulas abusivas con la economía española, que se
está perdiendo todo ese talento porque muchos de ellos son jóvenes investigadores que están saliendo
fuera de España y se van a quedar allí a poner sus conocimientos y su experiencia y no lo van a hacer en
España precisamente por este tipo de políticas, señor Montoro.
Por eso, es urgente que cuanto antes
empecemos a tramitar la derogación de esa reforma laboral y lo vamos a hacer respecto a la subcontratación
y esperamos tener el apoyo de toda la Cámara en esa materia. Pero es que además entre los hombres y
mujeres que sí tienen empleo, el deterioro de las condiciones de trabajo y específicamente la caída de los
salarios es muy grande, señor Montoro.
Fíjese, conforme a los datos oficiales, el trabajo ha dejado de ser
garantía de vida digna para un 14% de los trabajadores que estadísticamente son considerados pobres.
Señor Montoro, las cicatrices de la crisis, que son muy profundas, permanecen, son profundas y están
muy marcadas; y en lugar de curarlas, de regenerarlas, de regenerar ese tejido social, de borrar esas
huellas, estas políticas las cronifican.
Usted ha hablado de déficit y hay alguna cosa en la que podemos ponernos de acuerdo en relación con
este tema. Porque con el déficit público más grande de la Unión Europea —de la Unión Europea—,
con una deuda del cien por cien del PIB, con un crecimiento nominal del PIB de alrededor del 5%, la
reducción del déficit en una situación como la que tienen las finanzas españolas no es una opción, no es
política con mayúsculas, si me lo permiten, es aritmética.
Con este nivel de déficit y de deuda pública el
debate político no es si se puede o no se puede reducir el déficit, o si se quiere reducir; no. El debate,
donde entra la política, es en el cómo, y ahí es donde estamos radicalmente en desacuerdo, señor
Montoro, en cómo quieren ustedes reducir el déficit, porque ni estamos de acuerdo en su política fiscal ni
estamos de acuerdo en su política de ingresos y mucho menos estamos de acuerdo en su política de
gastos. Con este nivel de déficit y de deuda pública, ese es el debate de verdad.
No estamos de acuerdo en una reducción del déficit, que se está llevando a cabo, porque recae en los
hombros de los sectores menos favorecidos de la sociedad y, sobre todo, porque está recayendo en el
peso del Estado del bienestar, en los grandes servicios públicos, en eso que habían conquistado durante
muchos años generaciones completas de ciudadanos.
Ustedes han decidido que al final de su Gobierno
haya un Estado social cada vez más reducido y un Estado del bienestar disminuido. (Aplausos). En lo
más profundo de la crisis nos dijeron a todos los españoles que había que recortar el Estado del bienestar
para reducir el déficit y ahora, que ha llegado la recuperación económica, la política fiscal debería utilizarse
para cohesionar a nuestra sociedad y compensar a la mayoría del dolor que se les ha provocado durante
estos años.
Ahora nuestro país está creciendo y se podría hacer un esfuerzo, algunos podrían hacer un
esfuerzo; pero no, esa no es la respuesta que ustedes han dado. Ustedes han decidido regalar alrededor
de 18000 millones fundamentalmente a las rentas altas, mientras el gasto social va perdiendo peso en la
riqueza nacional, peso en la riqueza nacional en porcentaje, señor Montoro.
Si repasamos el proceso de consolidación fiscal en nuestro país desde 2014, primer año con
crecimiento económico positivo hasta las previsiones del Gobierno para 2017, se puede comprobar que
los ingresos totales se reducen un 0,6% en relación con el PIB y los gastos un 3,2%. Estos últimos
pasarán del 44,7% al 41,5%, del 44 al 41,5.
A esto ayuda, por una parte, la interpretación arbitraria que
ustedes están haciendo de la regla del gasto. Por cierto, señor Montoro, usted se ha comprometido con
esta Cámara a revisarlo antes de finales de este semestre y esperamos que lo revise, como le pidió la
mayoría de la Cámara y como le pide la Federación Española de Municipios y Provincias, porque no hay
derecho a que se esté analizando y se esté aplicando la regla de gasto de una forma tan inflexible e
irracional.
Han sido las administraciones locales las que más se han apretado el cinturón y, sin embargo,
usted les sigue aplicando la regla de gasto de forma irracional e ideológica, y son los ayuntamientos los
que están prestando grandes servicios a la ciudadanía. (Aplausos).
De otra parte, ustedes han hecho una reforma fiscal irresponsable.
Usted hizo una reforma fiscal antes
de las elecciones con el objetivo con el que la hizo, señor Montoro. Pero, fíjese, esa reforma fiscal
oportunista que ustedes hicieron antes de las elecciones, además de oportunista es injusta, pero lo más
grave es que estuvo a punto de costarnos una sanción por parte de la Unión Europea por incumplimiento
del objetivo de déficit.
Y lo peor es que el Gobierno les dijo a los españoles que ellos tenían que apretarse
el cinturón, mientras esa reforma fiscal regalaba millones de euros a las rentas más altas. Por tanto, la
política del Gobierno no radica en construir eso que Rodrik ha llamado un parachoques; un parachoques,
que es el Estado del bienestar, ante una situación que es la del mundo globalizado, la de la economía
globalizada que afecta a las personas.
Ustedes han pensado que esas dos caras de la misma moneda,
que es impulsar la modernización de la economía, competir en la economía internacional y, por otra parte,
compensar a los que están sufriendo los cambios tecnológicos y la competencia internacional, se pueden
disociar, y esa es precisamente la cuestión que no se puede disociar, salvo que ustedes quieran, señor
Montoro, lo que dicen los liberales: matar de hambre a la bestia.
La bestia es el Estado del bienestar,
señor Montoro. (Rumores). Aquí están los datos para corroborarlo. (Muestra un documento a la
Cámara). De acuerdo con la actualización del programa de estabilidad 2017-2020, aprobado por el
Gobierno el viernes, enviado a Bruselas el viernes o el sábado, señor Montoro, colgado en la página web
del ministerio hoy a las once y media de la mañana, el gasto social del conjunto de administraciones
públicas crecerá, en términos nominales, un 2,2% respecto de 2016, pero la inflación lo hará alrededor del
2% y un 5% el PIB nominal.
Luego el gasto social per cápita perderá poder de compra y perderá peso en
el PIB. En concreto, el gasto social representaba el 28,65% del PIB en 2014, se comprimirá al 26,9% en
2017 y su aspiración —se lo han dicho a Bruselas, aquí ha venido a contarnos otra cosa— es que en 2020
sea del 25,55%. ¿A quién miente, señor Montoro? ¿A Bruselas está mintiendo? Hay que ir a la página 101
del documento que ha colgado a las once y media para darnos cuenta de que cuando usted estaba en
esta tribuna sacando pecho por el gasto social nos estaba tomando el pelo, señor Montoro. (Aplausos).
Nos estaba tomando el pelo porque la protección social en 2011, según lo que usted ha comunicado a
Bruselas, fue del 16,83% y en 2020 será del 15,91%, y aquí están las pensiones metidas, señor Montoro.
Educación en 2011 supuso el 4,40% del PIB y en 2020 será el 3,67%. No son cuadros que yo haya
elaborado en mi casa o en mi despacho; he preferido traer los suyos para demostrarle que nos estaba
engañando, señor Montoro. (Aplausos).
Desde el año en que comenzó la recuperación económica hasta 2020 todo el ajuste se producirá por
el lado del gasto social y deben tener muy claro que con el modelo de sociedad resultante de un ajuste de
esas características no vamos a estar de acuerdo jamás. Ténganlo claro. Se lo digo muy claro, señor Montoro, no cuente con nosotros para esa escabechina social, no cuente con nosotros para formar parte
del pelotón de países de la Unión Europea que tiene un Estado social más reducido y, por supuesto, de
los países más desarrollados, que tienen un Estado social mucho más grande que el que usted pretende.
Nosotros no nos resignamos a eso.
Continúan poniendo en riesgo la Seguridad Social. Los ingresos por cotizaciones se desviaron
respecto a la previsión de 2016 en 13600 millones de euros —lo saben—, lo que pone de manifiesto que,
a pesar de la creación neta de empleo, de la división de empleo que se está haciendo, las previsiones del
presupuesto siguen siendo insuficientes para acabar con ese desequilibrio estructural.
Lo reconocía
incluso el otro día el secretario de Estado de Presupuestos, señor Nadal. ¿Por qué? Por la precariedad en
el mundo del trabajo, por los salarios que se están pagando, por el tipo de empleo que se está creando.
Como pone de manifiesto de nuevo la actualización del programa de estabilidad que usted ha enviado a
Bruselas, en el que les cuenta la verdad, por primera vez en la historia, como consecuencia de la reforma
de 2013, el gasto en pensiones en las próximas décadas será menor que el que tenemos hoy, pero con
alrededor de 6 millones de pensionistas más. ¿Eso cómo se come, señor Montoro? ¿Qué va a pasar con
las pensiones?
Cuénteselo ahora a los pensionistas cuando suba. La consecuencia es que la cuantía de
la pensión será menor o, al menos, tendrá mucho menos poder adquisitivo y eso es debido en gran parte
a que las pensiones en España se actualizan sin tener en cuenta la evolución de los precios. Eso no
sucede en ningún país del mundo, excepto en Lituania, por lo que tampoco cuenten con nosotros para que
mantengamos esa reforma de las pensiones que hicieron para desvincularlas de los precios. (Aplausos).
Tampoco para esto cuenten con nosotros, no hay pacto posible.
Termino. Señora presidenta, señorías, estos presupuestos se discuten en un momento en que los
ciudadanos se sienten profundamente asqueados por los últimos casos de corrupción que han aparecido
sin que el Gobierno haya movido un músculo. Antes bien, las actuaciones del Gobierno, señor presidente,
no van encaminadas a eso que usted repite de que quien la hace la paga; más bien lo contrario, van
dirigidas a proteger a los que la han hecho, a intentar que los que la han hecho se vayan de rositas.
Y en
este repugnante clima político, tras seis meses en plenitud de funciones, señor Rajoy, con una política de
recortes, de limitación de derechos, de pasividad frente a la pobreza o la desigualdad, de insensibilidad
social, de contumacia en la reforma laboral, que ha empobrecido y precarizado a millones de trabajadores,
con una pervivencia y una fiscalidad injusta y ausencia de alternativa en un modelo económico que está
obsoleto, vienen aquí para que apoyemos sus presupuestos. Pues no, señor Montoro, no vamos a apoyar
estos presupuestos.
Muchas gracias. (Prolongados aplausos).
RÉPLICA
El señor HERNANDO VERA: Señor Montoro, curiosa manera de defender los presupuestos de 2017
retrotraerse a 2007; se podía haber retrotraído a 2003 en los que, ¿se acuerda como se llamaba el milagro
económico? Rodrigo Rato. (Aplausos). Rodrigo Rato era el milagro económico; hoy está con un pie en su
casa y el otro en la cárcel.
Pero como tengo solamente cinco minutos le voy a hablar de dos o tres cositas nada más, para que
se le queden grabadas.
Ha terminado usted hablando de responsabilidad y de estabilidad, y voy a empezar
por ahí. Por la mañana también ha hablado de responsabilidad, lo ha hecho dos o tres veces al principio
de su discurso y yo no quiero eludir ese debate. Usted nos acusa de no ser responsables al haber
apoyado el objetivo de déficit, la senda de déficit, y no apoyar estos presupuestos, y no quiero que esto
quede sin debate.
Mire, entre ustedes y nosotros —incluso entre usted y yo— hay una gran diferencia en
este tema. Porque cuando este país, cuando España —lo ha dicho usted esta mañana— estaba al borde del colapso, al borde del precipicio, cuando estábamos a punto de ser rescatados, su partido a través de
usted se subió a esta tribuna a empujar para ver si nos despeñábamos.
Y mi partido, cuando España
estaba inmersa en una crisis institucional y política sin precedentes, hace solo unos meses, se subió a
esta tribuna, ¿sabe para qué, señor Montoro? Para rescatar a España de unas terceras elecciones. Esa es
la diferencia entre ustedes y nosotros. (Aplausos). Así que no intente darme lecciones de responsabilidad,
señor Montoro; a mi partido usted no le va a dar lecciones de responsabilidad porque llevamos 138 años
de historia siendo responsables, en la clandestinidad y en el exilio y, en democracia, en el Gobierno y en
la oposición, poniendo siempre por delante los intereses de España a los intereses de nuestro partido.
(Aplausos).
Y usted es testigo, y usted también, señor Rajoy.
Segunda cosa que le quiero decir en relación con la responsabilidad. El diccionario de la Real Academia
define responsabilidad como la cualidad de ser responsable. ¿Sabe cuál es la segunda acepción de
responsabilidad? Abro comillas. «Deuda, obligación de reparar y satisfacer, por sí o por otra persona, a
consecuencia de un delito, de una culpa o de otra causa legal».
¿Quieren que sigamos hablando de
responsabilidad? ¿De verdad quieren que sigamos hablando de responsabilidad en estos momentos?
¿De verdad? (Aplausos). Si ustedes hubiesen sido responsables no nos encontraríamos, y sobre todo
ustedes, en la situación en la que se encuentran pero mucho menos tendrían al país pendiente, por su
irresponsabilidad, de los casos de corrupción en los que están inmersos. (Aplausos). Así que, señor
Montoro, la próxima vez que me venga a dar lecciones de responsabilidad a mi o a mi partido, primero se
la aplica a usted y después se la exige al presidente del Gobierno, que le tiene sentado cerquita de usted.
(Aplausos).
Señor Montoro, me queda un minuto y medio. Ha hablado usted esta mañana de prestigio, de consistencia;
para el prestigio y la consistencia es fundamental la confianza. El señor De Guindos lo ha dicho en Bruselas
recientemente, y estamos de acuerdo: es necesario aprobar estos presupuestos —según ustedes— para
que haya confianza en España y para que se mantenga el prestigio de nuestro país. Y, efectivamente, la
confianza es un elemento voluble, es un elemento subjetivo.
La cuestión es que ustedes nos están acusando
de destruir la confianza o el prestigio de España por no apoyar estos presupuestos. Lo ha dicho usted.
Nosotros pensamos que unos malos presupuestos no generan confianza y estos no son los presupuestos
adecuados para España, pero sobre todo no son los presupuestos adecuados para los españoles. Pero
déjenme que les diga una penúltima cosa.
Si ustedes creen que no tener presupuestos es negativo para la
confianza, esperen a evaluar lo que va a suponer para el prestigio de la economía española ver a un
presidente desfilando ante los tribunales, a un Gobierno sentado sobre un polvorín de corrupción, a un
partido ocupando las instituciones para defender a sus compañeros encarcelados, a dirigentes saqueando
las empresas públicas y beneficiándose de amnistías fiscales para blanquear el dinero que han robado.
Eso
sí que es un arma de destrucción masiva de la confianza y del prestigio de la economía española y del país.
(Aplausos). Eso sí que acaba con la confianza y el prestigio, y no que haya unos malos presupuestos. Así
que nuestra responsabilidad para con el interés general es rechazar unos presupuestos y una política
económica que no reparte el crecimiento ni cierra la brecha social ni reconstruye el deteriorado Estado del
bienestar ni moderniza nuestra economía ni nos prepara para el futuro.
Ustedes cumplan con su
responsabilidad, y háganlo ya, y háganlo pronto. Asuman sus responsabilidades que nosotros vamos a
cumplir con la nuestra votando en contra de estos presupuestos, señor Montoro.
Gracias. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Socialista,
puestos en pie).
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