5 pasos para un Pacto Nacional por la Educación:
- Perfeccionar el proceso a la profesión docente, mediante un sistema MIR y un plan de carrera profesional, profesionalizar la función directiva.
- Sistemas de información del aprendizaje del alumno teniendo en cuenta el punto de partida.
- Invertir para asegurar la igualdad de oportunidades, garantizar el acceso a la educación temprana y sistemas de refuerzo y extraescolares para los alumnos que lo necesiten.
- Dotar de autonomía curricular y organizativa a los centros a medida que la acompañen de resultados académicos.
- Asegurar que los valores cívicos impregnan todo el sistema educativo.
No hay país europeo que permita tantas repeticiones en Primaria y Secundaria ni tanto fracaso escolar. Uno de cada tres estudiantes repite un curso antes de los 15 años, y uno de cada cuatro no finaliza la ESO (la mayor parte tienen familiares con fracaso escolar). El coste de la repetición son 2.500 M euros, un 8% del gasto en educación. El crecimiento futuro, las pensiones y la calidad de nuestras escuelas depende de la formación escolar. La crisis ha incrementado la matrícula en FP pero se ha ello de forma desordenada y sin recursos, dándole la espalda a las necesidades de las empresas.
Reducir las tasas de abandono escolar y mejorar la educación de la población es el elemento más importante para vencer las desigualdades y luchar contra futuras crisis. No se ha tenido un proyecto ambicioso, los gestores han sido incompetentes y elegidos por motivos políticos, y han prevalecido intereses partidistas o gremiales. El modelo educativo tiene que cambiar, será la prioridad presupuestaria, y además de dinero, hay que dinamizar los factores organizativos e introducir incentivos. Hay que facilitar el cambio en las aulas. La educación tiene que proporcionar competencias cognitivas y no cognitivas, y debe ser gratuita y universal en las etapas obligatorias; debe apostarse por la equidad y la igualdad de oportunidades, pero también por desarrollar el talento y las capacidades individuales, de forma menos memorística y más vinculada al razonamiento. Es esencial la formación del profesorado, premiar el esfuerzo y la responsabilidad del estudiante, más autonomía a los centros educativos en un modelo de rendición de cuentas para optimizar nuestros recursos.
Planteamos seis objetivos a medio plazo:
- Reducir las tasas de repetición, fracaso y abandono escolar temprano.
- Aumentar la escolarización en edad escolar temprana para familias menos favorecidas.
- Mejorar el resultado en matemáticas, idiomas y resolución de problemas.
- Destrezas orales en inglés tras el bachillerato o la FP.
- FP de calidad y empleabilidad.
- Mejorar el aprendizaje permanente
Debe atenderse a la diversidad, pero no sólo al alumnado con dificultades, debe actuarse de forma temprana, preventiva, detectando y corrigiendo problemas. También hay que atender al alumnado con mejores resultados. La educación infantil es un período esencial para el desarrollo de habilidades no cognitivas, atendiendo tanto al alumnado como a la familia. Hay que facilitar que las familias con menos recursos accedan a este nivel formativo informando, y proporcionando ayudas si fuera necesario.
Se propone crear la figura del tutor personalizado que arbitre la adquisición de hábitos de estudio, la orientación al alumno y su familia, y un seguimiento de resultados.
Hay que limitar las repeticiones, generan falta de incentivo para proseguir al no poder repetir una vez repetido en Primaria. Debe evitarse acumular repetidores, y las repeticiones en los últimos cursos que sólo determinan el deseo de finalizar cuanto antes.
Los currículos deben ser más flexibles, partiendo de una oferta común, atendiendo la capacidad del alumno para desarrollarla al máximo.
El alumnado debe obtener un título de educación postobligatoria.
Hay que fomentar los ciclos formativos de formación profesional de grado medio, y la FP dual invitando a las empresas al diseño de los programas formativos, debiendo desarrollarse un ambicioso Plan Nacional de FP Dual y vincular la FP a PYMEs. Debe fomentarse en FP competencias genéricas como idiomas o TIC para mejorar la empleabilidad en tiempos de crisis.
Hay que facilitar la gratuidad de los libros de texto, mediante la compra por el centro y un sistema de préstamo para las familias. Evitar el cobro de los centros concertados o públicos de cantidad adicional alguna por prestación de servicios educativos ordinarios.
Sería adecuada la presencia de profesores de apoyo en las aulas que permitan atender a la diversidad, reforzar, profundizar, colaborar.
Es necesario incrementar la exigencia en la selección del profesorado asegurando la motivación, la capacidad de comunicación y aprendizaje permanente. Debe haber un mayor componente práctico en la formación inicial del profesorado, y mayor autonomía de los centros en la selección del profesorado garantizando los principios constitucionales de mérito y capacidad. La promoción profesional y la remuneración deben estar vinculadas a la formación, implicación y labor en el centro educativo, todo el profesorado debería tener un dominio lectoescritor de la lengua inglesa. Debe profesionalizarse la función directiva e independizarla de la decisión del centro. Los inspectores de educación evaluarán periódicamente a los docentes y asegurarán la calidad de la enseñanza, y se creará un cuerpo de subinspectores de Educación para realizar tareas burocráticas. Las evaluaciones positivas del profesorado tienen que tener repercusión en su promoción profesional o salario.
Debe fomentarse la autonomía de los centros, permitiendo al equipo directivo seleccionar sus recursos humanos, especializarse curricularmente, potestad disciplinaria, todo ello en un entorno de rendición de cuentas a través de pruebas externas y análisis de los logros escolares teniendo en cuenta su contexto económico y social. La información sobre el proyecto educativo del centro y sus logros deben ser públicas antes de elegir centro las familias.
La participación de las familias es un objetivo irrenunciable.
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