jueves, 15 de marzo de 2018

DEBATE PENSIONES 14 MARZO CONGRESO

El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Rajoy Brey): Señora presidenta, señoras y señores diputados, quisiera comenzar esta intervención recordando a Gabriel, el niño de Almería. Quiero también trasladar todo mi cariño a sus padres, Patricia y Ángel, felicitar a la Guardia Civil por su labor y a todas las personas que han colaborado en la solución de este caso. Descanse en paz Gabriel. (Prolongados aplausos). 

Señora presidenta, señoras y señores diputados, comparezco a iniciativa propia en el Congreso de los Diputados para informar sobre la política del Gobierno para garantizar las pensiones públicas presentes y futuras, y lo hago también para responder a la petición de dos grupos políticos que reclaman conocer cómo va a afectar el factor de sostenibilidad a las pensiones. A nadie se le oculta que estamos ante asuntos de capital importancia, a todos los españoles nos preocupan y en el Parlamento a todos nos ocupan. 

Ello es así por su dimensión económica, que sin duda es decisiva, pero sobre todo por su trascendencia social. Estamos hablando de un elemento esencial de cohesión y solidaridad entre ciudadanos, de unos valores que se han construido con las aportaciones de muchas generaciones a lo largo de nuestra reciente historia. 

Sé que muchos españoles han podido sentir en los últimos días cierto desasosiego sobre el futuro de sus pensiones. Comienzo mi intervención diciéndoles que no hay motivo para ello. Todos los españoles, todos los pensionistas de hoy y los que lo serán en el futuro han de tener la seguridad de que su Gobierno y todos sus representantes políticos estamos comprometidos con el presente y el futuro de ese pacto entre generaciones que es nuestro sistema de pensiones. 

Señorías, a ustedes les garantizo mi compromiso absoluto de que este Gobierno hará todo cuanto esté en su mano para mantener y revitalizar cada día el consenso político y social sobre un asunto tan trascendental. Consenso y diálogo han inspirado los grandes acuerdos de nuestra democracia, acuerdos que han sido fructíferos, que han beneficiado a tantos españoles y que tienen en el Pacto de Toledo una de sus más genuinas expresiones. 

De los llamados Pactos de La Moncloa surgió precisamente, hace cuarenta años, en 1978, el actual modelo institucional de la Seguridad Social española, que no hemos dejado de perfeccionar desde entonces y que ha hecho de nuestro país un referente internacional en protección social. 

Por eso hoy, al hablar sobre el futuro de las pensiones afrontamos, en mi opinión, un debate de una enorme importancia. En primer lugar, porque afecta al conjunto de la población española; las pensiones importan a todos. Interesan, por supuesto, a quienes hoy son pensionistas, pero también a quienes pretendemos serlo en el futuro. 

Este debate incumbe, sin duda, a quienes reciben sus prestaciones cada mes, pero también interesa, y mucho, a quienes las hacen posibles con sus cotizaciones y sus impuestos. Insisto, este es un debate que a nadie puede resultar ajeno ni nadie puede patrimonializar porque afecta a los valores fundamentales que cohesionan nuestra sociedad.

Señorías, cuando hablamos del sistema de pensiones no hablamos de abstracciones ni de generalidades sino de los pensionistas españoles, es decir, de mujeres y hombres que han trabajado toda su vida, que conocen perfectamente y de primera mano lo que son el esfuerzo, el deber y el tesón. 

La pensión es el medio de vida, único en la mayoría de los casos, que tienen todas las personas que llegan a la edad de jubilación o que reciben una prestación por razón de viudedad, orfandad u otras. Cuando hablamos de pensiones hablamos de personas, de su vida, de sus necesidades. Señorías, como saben la acción de cualquier Gobierno no puede tener objetivo más noble que atender a las personas y más cuando se trata de aquellos que no hace tanto pusieron este país en marcha y hoy necesitan que les ayudemos. 

Si España es ahora la mejor versión de sí misma de toda su historia es por los españoles que ahora mismo cobran una pensión; ha sido su esfuerzo diario, su trabajo constante lo que nos ha traído hasta aquí. Por eso las pensiones para nosotros son irrenunciables, porque no entendemos una sociedad que no garantice unas prestaciones suficientes para asegurar una vida digna a nuestros mayores. Son —insisto— irrenunciables. 

Por eso es bueno que estemos aquí hablando de pensiones, porque estamos hablando de todos los españoles, de su vida presente y futura y de la solidaridad entre nosotros. Señorías, hay una segunda razón por la que pienso que este debate es tan necesario como importante: el gasto en pensiones es el mayor de las administraciones públicas, por tanto, el mayor gasto que hacemos los españoles. 

No hay partida en el presupuesto que se acerque, siquiera de lejos, a lo que gastamos en pensiones. Eso también nos obliga a actuar con responsabilidad, a estar a la altura de lo que nos exige esta materia para mantener el sistema, hacerlo sostenible y mejorarlo en lo posible. Por estas dos razones, señorías, me ha parecido que era oportuno pedir en esta Cámara un debate sobre la situación real de nuestro sistema público de pensiones y sus perspectivas de cara al futuro. 

Permítanme ahora, señorías, que haga algunas consideraciones iniciales sobre las cuales incidiré más adelante. La primera: Cuando me presenté por primera vez a la investidura en esta Cámara España vivía una crisis económica que ustedes a buen seguro recuerdan. Estuvo a punto de llevarnos a la quiebra y al consiguiente rescate de nuestra economía, como les sucedió a algunos países de nuestro entorno. 

Entonces nos vimos obligados a reducir el gasto de las administraciones públicas; era la única alternativa para evitar la quiebra y el rescate y así lo hicimos. Muchos me lo reprocharon entonces, pero el tiempo se ha encargado de demostrar que aquellas críticas no eran justas. En aquel momento de absoluta emergencia solo quedaron al margen de la reducción del gasto público las pensiones y el desempleo, las únicas partidas. 

Aquel fue mi compromiso en aquella lejana sesión de diciembre del año 2011 y así lo cumplí. Las pensiones se descongelaron y subieron todos los años; no lo que a mí me hubiera gustado, pero logramos, en una situación excepcionalmente complicada, mantenerlas y subirlas y, lo más importante, sentamos las bases para asegurarlas en el futuro. La segunda: Quiero recordarles mi compromiso de que mientras yo sea presidente del Gobierno las pensiones no se van a congelar, subirán siempre y haré lo que pueda para mejorarlas, subirán todo lo que sea posible. (Aplausos). 

La tercera: Me gustaría dejar sentado que para mí las pensiones son una política de Estado, y espero que todos compartan esta opinión. Las pensiones no las paga este Gobierno ni ningún otro Gobierno, las pagamos entre todos, con las cotizaciones y los impuestos. El Estado solo interviene como administrador y como garante, asegurando la equidad, la igualdad y la solidaridad entre los ciudadanos. 

Por eso, por la importancia de lo que estamos hablando, porque es un asunto que trasciende a cualquier Gobierno, porque afecta a un valor de nuestra convivencia como es la solidaridad, porque, en definitiva, es un asunto de Estado es por lo que en esta Cámara existe una Comisión permanente, la del Pacto de Toledo, para desarrollar entre todos una política que tiene que ser para todos. 

Estoy seguro de que todos los miembros de esta Cámara, sin excepción alguna, compartimos el deseo de que España pueda disfrutar hoy y siempre del mejor sistema de pensiones, un sistema que atienda a todos, que proporcione los medios suficientes para vivir dignamente y que sea sostenible en el futuro. Pero, señorías, no basta con desearlo, hay que saber cómo conseguirlo. Los buenos deseos aquí, como en tantas facetas de la vida, no son suficientes. 

La clave está en ser capaces de hacer una política que nos permita plasmarlos en realidades y, en consecuencia, mantener el sistema y mejorarlo. Lo fundamental es la capacidad para llevar a cabo una política económica que cree empleo y aumente el número de cotizantes a la Seguridad Social. Pero a este asunto me referiré luego. 

Señorías, después de estas consideraciones preliminares creo que es bueno recordar cómo funciona en España el sistema de pensiones, los recursos que destinamos a pagarlas y cuál es la evolución del mismo. Señorías, el gasto en pensiones en el año 2017 fue de 139.000.000.637 euros, lo que supone más del 40% del presupuesto que gestiona el Gobierno de España. Concretamente, dedicamos a pensiones el 29% del gasto público total español. 

Les hablo del gasto del Estado, es decir, de la Administración General del Estado, de las comunidades autónomas y de los ayuntamientos, es decir, de todo el presupuesto público español, más del 29% se dedica a pagar pensiones y más del 40% del presupuesto del Gobierno que yo presido se dedica a pagar pensiones. 

Señorías, no hay partida igual o parecida por su dimensión en los presupuestos de las administraciones públicas, no la hay. Las pensiones más que duplican el siguiente capítulo de gasto, que es la sanidad. Pero con ser muy importante su magnitud actual, no es menos importante su proyección de futuro; no hay gasto ninguno que experimente un incremento igual solo por la evolución democrática y sin necesidad de tomar decisión política alguna. 

No quiero aburrirles con cifras, pero algunas son muy expresivas del fenómeno al que me refiero. Hace tan solo diez años, el gasto público en pensiones era el 21,6 del total del gasto público en España; hoy es el 29. En diez años ha pasado del 21,6 del gasto público total español al 29%, un incremento de más de 48000 millones de euros. 

Les pondré un ejemplo muy concreto. Cuando yo llegué al Gobierno en el año 2011, la nómina mensual de pensiones era de 8100 millones de euros y la última que se ha pagado en febrero de este año 2018 es de 10100 millones de euros, es decir, 2000 millones más al mes de gasto en pensiones entre 2011 y 2018; 8000 al mes en 2011, más de 10000 al mes en 2018. 

Un dato más que es muy importante: la entrada de nuevos pensionistas en el sistema supondrá en este año 2018 un aumento del gasto en pensiones de más de 3800 millones de euros, y eso sin revalorización alguna, solamente la entrada de nuevos pensionistas supone un aumento del gasto de 3800 millones de euros; para que se hagan una idea, más del doble de lo que destinamos a pagar becas, bastante más de la mitad de lo que dedicamos a I+D+i o más de la mitad de lo que dedicamos a seguridad ciudadana. 

Eso es solo el crecimiento anual, sin tomar ninguna decisión de tipo político. Dicho de otra forma, el gasto en pensiones aumenta de forma automática a un ritmo en torno al 3%. Pues bien, señorías, con este gasto los españoles pagamos cada año más de 10600000 pensiones; de estas, más de 9,5 millones son contributivas, más de 454000 son no contributivas y 634000 responden al sistemas de clases pasivas. En su mayoría son pensiones de jubilación, pero también las hay, como saben muy bien, de viudedad, orfandad, incapacidad, etcétera. Me gustaría, señorías, añadir algo más. 

Nuestro sistema público de pensiones forma parte, además, de algo mucho más amplio, algo de lo que debemos estar orgullosos y que debemos sostener y preservar, que es nuestro Estado del bienestar, que atiende a las necesidades sociales básicas de la población y que no crean, señorías, que existe muchos países del mundo, más bien en pocos. 

Me refiero a la sanidad, a la educación, a la protección frente al desempleo y a la atención a muchas más personas, repito, muchas más que las que reciben una pensión. Como ustedes muy bien saben, señorías, son más de 14 millones de personas las que reciben en España todos los meses algún tipo de pensión, prestación o subsidio. 

Pues bien, preservar este modelo de bienestar, que es tanto como preservar la solidaridad de nuestra sociedad, nos exige a todos una visión equilibrada y realista del mismo, nos exige ser capaces de atender al mismo tiempo a quienes reciben las prestaciones y también a quienes las pagan. Pero, señorías, volvamos a las pensiones, que es lo que nos ha convocado hoy aquí. 

Tenemos la fortuna de contar en España con un buen sistema de pensiones. Entre otros muchos estudios, así lo dice el informe de la OCDE de 2017 sobre pensiones que hemos conocido hace unas fechas. Dicho informe estudia los treinta y cinco países de la OCDE que se encuentran entre los más desarrollados y que tienen los mejores sistemas de Seguridad Social. 

El análisis se centra en los niveles de renta de las personas de más de sesenta y cinco años. Me limitaré a darles tres datos. Primero. En España la pensión media representa un 72,3% del salario previo a la jubilación y en la OCDE es el 52%, es decir, en España estamos 20 puntos por encima de la media de los treinta y cinco países más desarrollados del mundo. Segundo. 

En España la renta de la población mayor de sesenta y cinco años representa el 98,8% de la renta media total de la población. Esta cifra está muy por encima de lo que ocurre en la OCDE, que es el 87,6%, y por encima de países como Alemania, Holanda, Reino Unido o Bélgica. Tercero. Miremos el aspecto más sensible, el que se refiere a la pobreza. 

En general, en los países de la OCDE, según la propia OCDE, las personas mayores de sesenta y cinco años tienen mayores probabilidades de caer en la pobreza que el conjunto de la población. Sin embargo, según la OCDE, España es uno de los países con menor población mayor de sesenta y cinco años en situación de pobreza, en niveles comparables a Dinamarca, Francia o Noruega y por delante de Bélgica, Austria o Alemania.

En suma, señorías, tenemos un sistema de pensiones que es eficaz en la atención a nuestros mayores y lo ha sido incluso en circunstancias tan adversas como las que hemos vivido recientemente durante la crisis. 

En la crisis económica que hemos atravesado en España el sistema ha cumplido su misión y se ha constituido en un instrumento de garantía de rentas para millones de hogares. Ha sido útil; más aún, ha sido decisivo. 

Pues bien, señorías, para seguir preservando este buen sistema para el futuro, para que puedan beneficiarse de él las próximas generaciones de españoles, son necesarias, en mi opinión, dos cosas: primera, un mínimo consenso a la hora de poner en marcha las reformas imprescindibles para adaptarnos a los cambios que se producen constantemente en nuestra sociedad, y segunda y más importante si cabe, es preciso seguir creando empleo, más y mejor empleo. 

Señorías, abordar un asunto de esta trascendencia requiere de un debate sereno y de un mínimo consenso. En esto consiste el Pacto de Toledo, que hoy necesita de un nuevo impulso, pero no de una rectificación. Insisto, un nuevo impulso, pero no una rectificación, porque la importancia del pacto y de su revitalización está precisamente en no volver a empezar de cero. 

En definitiva, lo que les propongo es seguir avanzando sobre lo ya construido y no dar marcha atrás en ninguna reforma de las que se han hecho a lo largo de nuestra democracia, en ninguna (Aplausos), y cuando digo en ninguna me refiero a las de 2013, a las de 2011 y a todas las que se han hecho en España en los últimos años. 

El Pacto de Toledo ha sido un instrumento tranquilizador, porque en términos generales ha sido capaz de forzar los mejores acuerdos para tutelar el sistema de pensiones, modernizarlo y adaptarlo a los cambios que se producen en la sociedad española. Debemos, por tanto, preservarlo, buscar el máximo consenso e intentar mantenerlo al margen del debate partidista. Esto, señorías, es lo que de verdad dará tranquilidad a nuestros pensionistas, que merecen disfrutar sin temores de esta etapa de su vida. (Aplausos). 

En consecuencia, señorías, deberíamos comprometernos a preservar el Pacto de Toledo, pero sabiendo que con ello no basta. No es suficiente el Pacto de Toledo, se necesita más. Dicho de otra forma, se necesita mucho más. Señorías, es imprescindible —esto se entiende muy bien— disponer de los recursos necesarios para poder mantener y mejorar el sistema. 

¿Dónde está el secreto? En lo único que garantiza de verdad el pago de las pensiones de hoy y de mañana: en el empleo. Las pensiones están hoy seguras porque este Gobierno ha fortalecido el puntal que las sostiene y que es el empleo, su fuente de financiación. Señorías, como todos ustedes conocen muy bien, en España hemos vivido una crisis económica como nunca habíamos conocido. 

Saben ustedes también que en esa crisis se perdieron 3.800.000 empleos, y saben también que los ingresos del Estado cayeron en 70000 millones de euros —que se dice pronto— en solo dos años. Pues bien, es esto, la pérdida de empleo y la consiguiente pérdida de recaudación, lo que ha puesto de verdad en peligro las pensiones. 

Fíjense, señorías, en el año 2011 por cada nuevo pensionista —uno— que entraba en el sistema, tres personas dejaban de cotizar a la Seguridad Social. Hoy la situación se ha invertido: por cada nuevo pensionista que entra en el sistema se crean seis nuevos empleos. 

Este es el secreto, y no hay más, señorías. Las pensiones se han sostenido por dos razones: primera, porque hemos evitado un rescate de la economía española que nos habría llevado a su drástica reducción; esto, como saben, ha ocurrido en otros países de nuestro entorno que todos ustedes tienen en su mente, en algunos casos con reducciones de hasta el 40% 

En segundo lugar, está aquí nuestro sistema de pensiones porque hemos sido capaces de darle la vuelta a la situación de nuestra economía y empezar a crecer y a crear empleo. (Aplausos). Incluso en una situación tan difícil —ustedes saben que era difícil— como la que hemos vivido, con una pérdida masiva de empleo y de recaudación, hemos sido capaces —no el Gobierno, los españoles— de no reducir las pensiones, de no congelarlas y hemos podido subirlas; poco, mucho menos de lo que nos habría gustado a todos, pero las hemos podido subir. 

Y, cabe preguntarse: ¿esto lo hemos conseguido gracias a que se ha reducido el número de pensiones que pagamos? No, señorías; todo lo contrario: el número de pensiones ha crecido, y muchísimo. Ahora ya son 742000 que en el año 2011, llegan hasta los 10600000, y hemos atendido a todos, a los que estaban y a los nuevos, desde el primero hasta el último. Señorías, ¿acaso para facilitar los pagos hemos mantenido las pensiones congeladas? 

En absoluto, como les he recordado antes, las hemos subido sin excepción con los recursos que nos proporcionaba el sistema. España no ha tenido que elegir, como otros, entre sostenibilidad económica, suficiencia de las prestaciones y cobertura del sistema en su conjunto. Hemos podido avanzar y mejorar en los tres objetivos, y hemos podido hacerlo porque nos hemos guiado siempre por la prudencia y por la responsabilidad. 

En suma, señorías, este sistema no se defiende solo con palabras, sino que se defiende con realismo, con reflexión, con números y también —tengo que decirlo— evitando cualquier tipo de demagogia.

Y defenderlo sin demagogia quiere decir pensar en soluciones que no miren solo a lo inmediato, sino que atiendan la sostenibilidad del modelo en el medio plazo. Para ello, el primer objetivo que no podemos eludir es la creación de empleo: cuanto más y mejor empleo, más y mejores pensiones. Por eso, nuestra política económica debe ser responsable. En un sistema de reparto y contributivo como el nuestro este es un factor esencial. 

Nuestra segunda responsabilidad es actuar para hacer frente a los factores demográficos. Ese camino ya lo inició el Partido Socialista en 2011, y no solo no revertimos la reforma, sino que continuamos en esa dirección en 2013: el mismo camino y la misma dirección por la que transitan todos los países que quieren preservar y proteger para el futuro sus sistemas de pensiones. 

Todos están reformando —o pensando cómo hacerlo—, sus sistemas de pensiones para tener en cuenta que vivimos más años y que en algunos casos nacen menos niños. Eso es el factor de sostenibilidad: hacer frente a nuestras responsabilidades para seguir pagando las pensiones a nuestros hijos. Significa hablar de garantía, hablar de futuro, hablar de esperanza de vida y de pacto entre generaciones presentes y futuras. (Aplausos). 

La sostenibilidad no es otra cosa que ser solidarios en el futuro con quienes están siendo solidarios en el presente. ¿O acaso alguno de ustedes cree razonable exigir a los jóvenes españoles que coticen para las pensiones de hoy sin ser capaces de garantizar las suyas en el futuro? 

Precisamente la respuesta a esta reflexión es lo que se llama el factor de sostenibilidad. Con él se garantiza que el valor de la pensión recibida en el conjunto de la vida de un nuevo pensionista que acceda al sistema dentro de algunos años, y que tendrá mayor esperanza de vida, sea equivalente al que se jubile hoy. 

Responde, como digo, a un pacto intergeneracional. Señorías, defender nuestro sistema de pensiones sin demagogia también quiere decir actuar con equidad, aportar fórmulas que consideran el justo equilibrio entre los intereses de todos los grupos que necesitan la protección del Estado y que son: los jóvenes, a los que hay que dar la formación del siglo XXI requiere; los parados de larga duración, que tienen que adquirir nuevas competencias para regresar al mundo laboral; las mujeres, que tienen que superar las dificultades que las desigualdades les supone para conciliar su vida personal y laboral —una conciliación que, por cierto, también concierne a los hombres—; las personas dependientes a las que afecta alguna discapacidad, porque ellos y sus familias necesitan que estemos a su lado. 

España es un país solidario y justo, lo es con todos y va a seguir siéndolo. Es una solidaridad que debe tener siempre presente que los recursos son limitados, porque lo son, y que es socialmente más justo lo que económicamente es más eficiente. Dicho todo esto, señorías, tenemos motivos para ser razonablemente optimistas. 

Tenemos motivos sólidos para confiar en que, si se mantiene una buena política económica que impulse la creación de más y mejor empleo, y si no se revierten las decisiones tomadas recuperaremos pronto el equilibrio del sistema. Señorías, hoy gracias a la intensa creación de empleo, por primera vez desde 2008 el pasado año las cotizaciones crecieron por encima de los gastos. Insisto: por primera vez desde 2008 las cotizaciones crecieron por encima de los gastos, un 5,3%, por encima del aumento del gasto en pensiones, un 3%. 

Además, en los últimos tres años, 2015, 2016 y 2017, se han creado más de 5 empleos por cada nuevo pensionista, y esto, como les dije antes, es clave para garantizar la sostenibilidad futura de las pensiones. Todo lo anterior ha sido posible gracias a una política económica que, como saben, se ha basado fundamentalmente en dos pilares: la consolidación fiscal y las reformas estructurales. Gracias en parte a esta política no solo crecemos y creamos empleo a la cabeza de Europa, por encima de la zona euro o de Alemania, Francia o Italia, sino que lo hacemos de forma competitiva, sin el déficit externo que tradicionalmente ha terminado —ahí está la historia económica reciente— con nuestro crecimiento. 

El año 2017 es el cuarto año consecutivo de crecimiento, creación de empleo y superávit externo, una combinación de tres elementos que en nuestro modelo, señorías, no se había dado nunca; simplemente nunca. Durante esta legislatura, la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado de 2017 ha sido muy importante porque ello ha generado un entorno de estabilidad y de confianza en los agentes económicos, factor fundamental para impulsar la recuperación económica y la creación de empleo.

Los presupuestos de 2017 seguirán cumpliendo esta función hasta que se puedan aprobar, lo antes posible, unos nuevos. Esto, además, ha sido muy bien valorado y visto como un ejercicio de responsabilidad desde fuera de España. Continuar así es la clave para que nuestras pensiones puedan seguir pagándose y sean mejores en el futuro. Señorías, debemos preservar las reformas que tan buenos resultados han dado para el bienestar y las oportunidades de los ciudadanos, y vamos a hacerlo cumpliendo el mandato de los españoles y nuestro compromiso con Europa. 

Nos gustaría hacerlo con el consenso de todos, de cuantos más mejor. Con esa voluntad aprobaremos, al final de este mes, en Consejo de Ministros los Presupuestos Generales del Estado de 2018 y los traeremos a esta Cámara. Es en el contexto de estos presupuestos donde podremos hablar de las mejoras posibles para el bienestar de los españoles, también en materia de pensiones. 

Señorías, el debate de presupuestos nos ofrece una magnífica oportunidad para discutir a qué vamos a dedicar el espacio presupuestario que estamos ganando gracias a la mejor situación de la economía. Yo les ofrezco trabajar desde este momento para alcanzar un acuerdo a lo largo de la tramitación de los Presupuestos de 2018, porque es en el marco de ese debate donde debemos valorar qué decisiones queremos tomar sobre ingresos tributarios y qué decisiones queremos tomar sobre gastos sociales, y debemos hacerlo teniendo muy en cuenta que no podemos gastar lo que no tenemos, porque eso fue lo que hundió a nuestro país, y que estamos obligados a cumplir nuestros compromisos europeos en materia de déficit público, porque eso fue lo que salvó a nuestro país. (Aplausos). 

Por mi parte, señorías, ya les adelanto que en el proyecto de presupuestos plantearé concentrar las ayudas fiscales en el IRPF para pensionistas y para familias, y plantearé también una mejora de las pensiones mínimas y de viudedad. (Aplausos). Señorías, este esfuerzo adicional podemos hacerlo ahora que la situación económica mejora, pero debe ser un esfuerzo responsable, lo que significa respetar el procedimiento general de revalorización, que está siendo un elemento determinante para garantizar la viabilidad del sistema a los pensionistas, a todos, a los de hoy y a las nuevas generaciones. 

No olvidemos que esa es nuestra mayor obligación y nuestra mayor responsabilidad para con nuestro país. En cualquier caso, como les decía antes, la sostenibilidad de nuestro sistema de pensiones y el importe de las mismas dependen del empleo, de que trabajen muchas personas y que lo hagan en empleos cada vez mejores; solo si hay más gente cotizando se pueden pagar más y mejores pensiones. 

Por ello mi prioridad es hacer todo lo posible para seguir creciendo y para crear empleo cada vez más estable y cada vez mejor remunerado. Por eso debemos perseverar en una agenda de reformas que nos lleve a crecer, a mejorar la productividad, a diversificar nuestra economía y a hacerla cada vez más capaz de adaptarse a un entorno cambiante y muy competitivo. 

Señorías, son muchos los ámbitos en los que tenemos que trabajar, insisto, para mejor crecer y para ganar empleo y, en consecuencia, mantener y mejorar el sistema de pensiones y en general todo el del bienestar social. Citaré algunos de los ámbitos que me parecen prioritarios. 

Primero, la estabilidad financiera. Mantener unas cuentas públicas saneadas y prudentes es condición necesaria para seguir generando confianza y creciendo. Señorías, lo sabemos por experiencia propia —insisto, por experiencia propia—. Segundo, la digitalización. 

La transformación digital es una auténtica revolución tecnológica que nos obliga a adaptarnos a una nueva realidad, pero también ofrece nuevas oportunidades que debemos saber aprovechar; la competitividad de nuestra economía depende de ello, y hay que actuar en muchas áreas, y en ello está mi Gobierno. 

Por ejemplo, despliegue de redes de alta capacidad; transformación digital de nuestra industria y de nuestros servicios; actuaciones en materia de I+D+i, determinantes a la hora de potenciar las nuevas tecnologías digitales; actuaciones dirigidas a mejorar el funcionamiento de los mercados avanzando en la eliminación de las trabas administrativas; seguir respaldando el emprendimiento y la iniciativa empresarial; mejorar las políticas activas de empleo; seguir fomentando la internacionalización de nuestras empresas, asunto capital, decisivo, para conseguir situarnos en una situación de recuperación económica y, por supuesto, continuar modernizando las administraciones públicas. 

Y fundamentalmente, señoras y señores diputados, actuaciones en materia educativa y formativa para que todas las mejoras anteriores sean una realidad palpable. Tenemos que garantizar una capacitación de calidad y adaptada a las necesidades para que los ciudadanos puedan competir con ventaja en el mundo global y los trabajadores puedan incrementar su productividad y, por tanto, sus salarios. Si perseveramos con más reformas en todos estos ámbitos y sin errores que puedan poner en peligro nuestra competitividad, podremos aprovechar las oportunidades que nos brinda un mundo más globalizado y cambiante. 

Solo así lograremos no quedarnos atrás, solo así conseguiremos seguir avanzando, terminar de revertir las consecuencias de una crisis económica sin precedentes y garantizar la permanencia de nuestro Estado del bienestar y nuestras pensiones. Termino ya, señora presidenta. 

Señorías, se lo digo como lo pienso. Tenemos un sistema que bien merece nuestra confianza y la de los pensionistas, un sistema que ha sobrevivido —que se dice pronto— a la pérdida de más de 3 millones de cotizantes mientras el número de pensionistas se incrementaba en 1 millón sin que en ningún momento se hayan dejado de pagar las pensiones, y eso bien merece nuestra confianza y la de los pensionistas. 

Hoy se pagan más pensiones que nunca, más altas porque quienes están entrando en el sistema han cotizado más tiempo, con más recursos y durante más tiempo, dada la estimable esperanza de vida que por fortuna tenemos en España. Nuestro objetivo es que siga siendo así en el futuro, es un sistema que poco a poco está recuperando el equilibrio financiero —no lo ha recuperado aún, pero lo está recuperando en un clima de gran creación de empleo— y ofrece las mejores garantías para corregir el déficit y ganar flexibilidad en sus decisiones, por ejemplo, mejorando las pensiones más bajas. En definitiva, señorías, los españoles pueden estar tranquilos porque no existe hoy ningún peligro por lo que se refiere al sistema de pensiones. (Aplausos). 

Lo único que puede amenazar nuestras pensiones es volver a las políticas erróneas, a las que generan desempleo, y lo que puede amenazar la tranquilidad de los pensionistas es que caigamos en la tentación de incluir las pensiones en el terreno de la pelea partidaria. Estos son los dos únicos peligros. Cuanto más nos importe el bienestar de los pensionistas, más procuraremos asegurarles la fuerza que nace del acuerdo. 

Cuanto más nos importe la solvencia, la estabilidad y el futuro de nuestro sistema, más deberá importarnos el consenso y la unidad a los que formamos esta Cámara. A estas reflexiones responde el Pacto de Toledo, que nació con el deliberado propósito de proteger el sistema de pensiones de todos frente a las opciones de algunos. No lo hemos escogido por ser solidarios, sino para que nuestra solidaridad sea eficaz. 

No lo escogemos para eludir el debate, ni para esconder las diferencias, sino porque es el único terreno en el que la confrontación, lejos de perjudicar, nos ayuda. Si de verdad pretendemos que principios como solidaridad, responsabilidad y sostenibilidad iluminen y den sentido al sistema de pensiones de los españoles, estamos proclamando la necesidad del acuerdo. 

El pacto se sostiene gracias a esa voluntad de servir con eficacia, con coherencia y con responsabilidad a un bien que es de todos y del que depende la vida de millones de españoles, de hoy y de mañana. Por eso, señorías, no estamos hablando de una política de partido ni de una política de Gobierno, sino de una política de Estado porque protege los intereses generales de la nación. 

Debe ser una política de Estado porque ha de proyectarse en el tiempo, más allá de lo que pueda durar un Gobierno, más allá de lo que dure una legislatura y bastante más allá de sucesivas generaciones de españoles. Debe ser una política de Estado porque hemos de diseñarla por acuerdo de los distintos grupos políticos y al servicio de todos. 

En fin, señorías, debe ser una política de Estado porque nuestro sistema de pensiones forma parte de ese proyecto de nación al que todos servimos y nos asegura que España, admirable ya por tantas cosas, lo sea también por el trato que garantiza para sus mayores. Los pensionistas españoles, que son siempre un ejemplo de responsabilidad y también de solidaridad, no merecen actitudes frívolas. 

Ellos son los primeros que quieren un país mejor, con empleos para sus hijos y oportunidades para sus nietos. Merecen respeto y dignidad, y que nadie los utilice en ningún debate ni en ninguna ambición por la sencilla razón de que ellos ya lo han dado todo por su país. Nada más, señora presidenta, y muchas gracias. (Prolongados aplausos de los miembros del Gobierno y de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, puestos en pie). 

La señora PRESIDENTA: Muchas gracias. A continuación intervendrán los representantes de los grupos parlamentarios. Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra la señora Robles Fernández. (Rumores). Ruego silencio, señorías. 

La señora ROBLES FERNÁNDEZ: Gracias, señora presidenta. En nombre de mi grupo parlamentario también queremos mostrar nuestra solidaridad con la familia del niño Gabriel, y con las familias de todas aquellas personas desaparecidas que en este momento lo están pasando mal porque sus seres queridos no aparecen. 

Dicho esto, señor Rajoy, lo primero que tengo que decirle es que no mienta a los ciudadanos. Usted no comparece aquí voluntariamente. Viene usted hoy aquí obligado, y viene obligado por la presión de la calle, por la presión de los pensionistas, por la presión de los grupos parlamentarios que habían pedido su comparecencia. 

Viene por un cálculo electoral. Usted ha visto que hay 9 millones de pensionistas y dice: si yo no voy a instancias de lo que me piden, fíjense qué papel hago. Pero, claro, usted no resulta creíble, y no resulta creíble porque en lo que va de legislatura aquí, en este Pleno, mi grupo ha traído 24 iniciativas y a ninguna iniciativa en el tema de pensiones ha dado usted respuesta. (Aplausos). En el Pacto de Toledo, señor Rajoy, no se ha hecho ninguna propuesta. 

El Pacto de Toledo, ¿por qué les suena a los ciudadanos? Por su presidenta, la señora Villalobos, que lo único que hace es insultar a los pensionistas Rumores y protestas). Incluso ayer, cuando hubo una proposición no de ley para reafirmar, para revalorizar el Pacto de Toledo, su grupo votó en contra. (Aplausos). 

Viene usted aquí, señor Rajoy, con un formato que le favorece, le favorece a usted. Acude al artículo 203 del Reglamento para tener usted un tiempo ¡ilimitado! de intervención mientras los demás grupos tenemos solo diez minutos. Además, viene sin proponer ninguna comunicación (rumores) para que podamos votar las propuestas. 

La señora PRESIDENTA: ¡Silencio! 

La señora ROBLES FERNÁNDEZ: Sí, señor Rajoy, usted viene, lee y no quiere que se vote nada. Mire, yo le diría que ya está bien de discursos complacientes como el suyo, de esos discursos que eluden lo que está pasando en la calle; lo que viven, la realidad de lo que viven los 9 millones de pensionistas. ¡Deje usted de leer tantos datos y explique la realidad!, la realidad que está viviendo la calle. Estamos un poco hartos, estamos un poco hartos porque este país está creciendo al 3,1%, pero no por sus políticas, señor Rajoy (rumores y protestas), está creciendo por el esfuerzo de los ciudadanos de este país (Aplausos). 

La señora PRESIDENTA: Silencio. 

La señora ROBLES FERNÁNDEZ: Mire, señor Rajoy, usted impuso unas medidas por decreto-ley en el 2012. (Aplausos). Usted ha rescatado a los bancos ¡con el esfuerzo de todos los españoles! (Aplausos): son 77000 millones los que se han empleado en el rescate a los bancos, de los que solo vamos a recuperar el 19%. —Solo—. 

También le diría —luego le hablaré de su reforma laboral— que vaya a los informes del Banco de España de 2016 cuando hablan de factores exógenos, cuando hablan de la política monetaria, cuando hablan de la bajada del precio del petróleo, así que, por favor, señor Rajoy, no se ponga medallas. El crecimiento económico es gracias al esfuerzo de todos los españoles, de los pensionistas también. (Aplausos). ¿Qué pasa? ¿Cuál ha sido su modelo de crecimiento económico? ¿Cuál es su modelo de crecimiento? 

Ese que recae en los hombros de las ciudadanas y de los ciudadanos españoles, en los hombros de los pensionistas, pues es un modelo que se basa en la desigualdad, solo para aquellos que tienen más. Usted está creando una España y una sociedad basada en la desigualdad. Ha hecho usted una reforma fiscal para el 10% que más tiene y además, por si era poco, ha hecho una amnistía fiscal de 40000 millones que hasta el Tribunal Constitucional se la ha tenido que anular por razones de fondo y de forma. 

¿Qué le iba a decir yo? Usted me habla de su reforma laboral. Yo le voy a hablar de esa reforma laboral de la que usted alardea tanto. Es una reforma laboral que ha traído precariedad en el empleo, que ha traído devaluación en los salarios, que lo que hace es que, aunque ahora tengamos el mismo número de cotizantes que hubo en el año 2011, las cotizaciones medias por trabajador sean muy inferiores. 

¿Y sabe qué? La gente de la calle tiene que saber que hay un 1,5 millones de personas que trabajan y que viven por debajo del salario mínimo, que hay 3 millones de personas que trabajan con su reforma laboral y que cobran menos de 1000 euros; tienen que saber también que hay una brecha salarial para las mujeres del 23% —no lo dice mi grupo, lo dice el INE— y tiene que saber también que las dos terceras partes de los contratos a tiempo parcial las realizan las mujeres como consecuencia de que ustedes no han hecho políticas de conciliación y de corresponsabilidad. (Aplausos). 

Usted llegó en 2011 dando lecciones y diciendo —ahí están las hemerotecas, esas malditas hemerotecas— que usted no iba a recortar el sistema de pensiones. (Risas.—Protestas)… 

La señora PRESIDENTA: Silencio. 

La señora ROBLES FERNÁNDEZ: … que iba a mejorar (continúan los rumores)… 

La señora PRESIDENTA: Silencio. 

La señora ROBLES FERNÁNDEZ: … que iba a mejorar el poder (rumores y protestas)… 

La señora PRESIDENTA: ¡Silencio! 

La señora ROBLES FERNÁNDEZ: No se pongan nerviosos. Ustedes, tranquilos, pero déjenme, déjenme porque no les gustará lo que van a oír. (Continúan los rumores).

La señora PRESIDENTA: Silencio. 

La señora ROBLES FERNÁNDEZ: Usted llegó diciendo que no se recortaría el poder adquisitivo de las pensiones. ¿Y sabe qué? ¿Sabe en qué situación nos encontramos ahora, y que usted no ha dicho? Hay un déficit estructural en la Seguridad Social, un déficit estructural, señor Rajoy, del 1,6% del producto interior bruto en el año 2017, o sea, 18000 millones de déficit, y a eso añádele usted —en esos cinco años de su Gobierno— 80000 millones de déficit. 

¿Y qué han hecho ustedes? ¿Qué ha hecho usted? Acudir a ese Fondo de Reserva de la Seguridad Social que le dejó el último Gobierno socialista. (Aplausos.— Rumores y protestas). Ese Fondo de reserva que le dejamos con 66000 millones de euros. 

Miren, en este momento ustedes han tirado de 74000 millones; hay 8000 millones, pero esos 8000 millones están porque el Estado ha tenido que dar en los presupuestos de 2017 un préstamo a ese Fondo de reserva tan denostado por usted y que ustedes sencillamente han esquilmado. (Risas.—Protestas.—Varios señores diputados pronuncian palabras que no se perciben). No se rían. 

La señora PRESIDENTA: Silencio. Silencio. 

La señora ROBLES FERNÁNDEZ: ¿Qué han hecho ustedes ante este déficit estructural? ¿Qué han hecho ustedes con sus políticas? Solamente recortar, recortar las pensiones. Lo hizo en 2012. Usted dice que el Gobierno socialista congeló las pensiones, pero usted, en el Decreto-ley de 2012 les quitó a los pensionistas el complemento para equiparar y recuperar aquellos gastos del poder adquisitivo. En 2012. (Aplausos). 

En 2013, sus reformas, tomadas solo por ustedes: un índice de revalorización, al que me referiré, y un factor de sostenibilidad que va a hacer que las pensiones que se inicien en 2019 todavía sean más bajas para los pensionistas que se incorporan a nuestro sistema de pensiones. Y le voy a decir lo que la calle entiende, la calle no entiende tantos datos como usted dice. 

Lleva cinco años incrementando las pensiones en el 0,25% y este año 2018 el índice de precios al consumo va a subir alrededor del 2%. Las pensiones más bajas van a subir 2 euros, están subiendo 2 euros mensualmente. ¿Usted cree que los pensionistas de este país se merecen esto? ¿Usted se lo cree realmente? (Aplausos). ¿Usted se cree que con esas subidas —que no van a hacer frente al poder adquisitivo— se van a adquirir fondos de pensiones privados? 

No nos tome el pelo. ¡No tome el pelo a los pensionistas de este país! Mire, la Airef lo dice claramente, como sigamos así en 2023 lo que va a ocurrir es que la pérdida del poder adquisitivo de los pensionistas de este país, de los jubilados de este país sea del 11,23%. Añádale usted el medicamentazo, añádale usted el copago farmacéutico. 

Sí, sí, lo tienen que pagar de su bolsillo. (Aplausos). Y ya no le digo nada, señor Rajoy, sobre esos dos o tres euros cuando hablamos de las mujeres. La brecha en materia de pensiones para las mujeres es del 38%. ¿Le parece a usted bien? El 38%. (Aplausos). Y viene usted aquí a hablar de que va a subir las pensiones de viudedad. 

Por favor, un respeto a las viudas de este país, que llevan seis años sin que ustedes hayan incrementado la base reguladora. (Aplausos). ¡Un respeto, por favor, a las viudas de este país! Mire, los socialistas somos los verdaderos padres del sistema público de pensiones y creemos que es viable, pero lo que no puede ser es lo que están haciendo ustedes. 

Únicamente están haciendo que sean los pensionistas los que soporten ese déficit estructural que ustedes no han sabido abordar. Por lo tanto mi grupo le exige medidas a corto plazo, ya, para 2018, que haya una revalorización de las pensiones con arreglo al índice de precios al consumo, que se suprima el factor de sostenibilidad. Hay que racionalizar gastos, vayan ustedes a los Presupuestos Generales del Estado para hacer frente a gastos determinados que se están imputando al Fondo de Reserva de la Seguridad Social, las tarifas planas, reducción de cotizaciones en las políticas activas de empleo, y sobre todo no cargue en los pensionistas exclusivamente el peso de la crisis. 

¡Debería darle vergüenza que con un incremento mensual de 2 euros al mes usted venga aquí a alardear y a hacer el discurso que ha hecho! Haga una política adecuada para los ingresos, y hágalo porque si no a partir del año 2023 cuando se incorporen las cohortes —esos nombres que a lo mejor no suenan— del baby boom todavía la situación va a ser más grave. Usted hablaba de la reforma laboral. 

Claro que es imprescindible la reforma laboral, porque mientras tengamos esa reforma laboral que usted ha puesto en marcha, que su Gobierno ha puesto en marcha que es una vergüenza para esos trabajadores, es evidente que por la vía de las cotizaciones no se va a reequilibrar el déficit estructural que tiene el Fondo de Reserva de la Seguridad Social, al que ustedes han contribuido. (Aplausos). Por lo tanto derogue la reforma laboral, vaya al pacto de rentas que los socialistas le hemos propuesto. 

No puede ser esa devaluación que hay de los salarios y que haya unos salarios solo para los más ricos. Señor Rajoy, tendrá que haber medidas extraordinarias que atajen esta situación hasta que por la vía de las cotizaciones no podamos hacer frente al déficit estructural. Ustedes —se lo digo con sinceridad y con dolor— se están tomando en esta legislatura el Pacto de Toledo a cachondeo. (Rumores). Han sido incapaces de hacer ninguna propuesta. (Aplausos). 

Así que le pido, en este limitado espacio de tiempo que me dan, que haga el favor de revalorizar las pensiones con arreglo al índice del coste de la vida, que derogue el factor de sostenibilidad y que aborde la necesidad de que haya ingresos extraordinarios. Nosotros hacemos una serie de propuestas a debatir en el Pacto de Toledo: un impuesto sobre la banca que todos los ciudadanos de este país hemos… 

La señora PRESIDENTA: Señora Robles, ha excedido su tiempo en demasía. 

La señora ROBLES FERNÁNDEZ: Voy terminando, señora presidenta. Voy terminando. (Protestas). 

La señora PRESIDENTA: ¡Silencio, señorías! 

La señora ROBLES FERNÁNDEZ: Voy terminando. Que aborde los impuestos extraordinarios que le pedimos, un impuesto sobre la banca, un impuesto sobre las transacciones financieras, y sobre todo que haga una política de empleo, una política que no devalúe los salarios, y por favor para 2018 los pensionistas de este país no pueden estar en la situación en la que están, perdiendo su poder adquisitivo. 

Diga usted a esas personas que hagan un fondo de pensiones privado. Por favor, un poco más de respeto a la ciudadanía de este país. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Socialista, puestos en pie).

El señor RIVERA DÍAZ: Gracias, presidenta. Me sumo a las palabras de los otros portavoces, y me quedo con la lección de vida que nos han dado Ángel y Patricia, sus padres, y con la imagen de esos dos guardias civiles abrazándose. Gracias. (Aplausos). El debate de hoy vuelve a girar en torno a una garantía constitucional. 

Hoy no estamos aquí porque simplemente nos apetezca debatir, no estamos aquí porque algunos partidos quieran hacer de esto un debate partidista en vez de Estado. 

Hoy estamos aquí porque el artículo 50 de la Constitución nos obliga a todos los legisladores de este país a cumplir ese artículo. Ese artículo expone que tiene que haber pensiones dignas, habla de revalorizar o actualizar periódicamente esas pensiones, y por tanto todos los grupos que estamos en esta Cámara —salvo los que no respeten la Constitución o quieran cambiar ese artículo— deberíamos estar de acuerdo en que este es un tema de Estado, en que gobierne quien gobierne siempre tienen que garantizarse esas pensiones dignas y esa periódica actualización. 

Esa Constitución algunos la desprecian, Constitución que por cierto PP y PSOE utilizan legítimamente a través de su artículo 134 para pedir garantías presupuestarias, eso que el PSOE llama vetos y es lo mismo que el señor Zapatero hizo con el señor Rajoy, a través de ese artículo 134 de la Constitución, y es lo mismo que el señor Rajoy ha hecho con las propuestas del PSOE, y yo les propongo que en vez de decir una cosa la oposición y otra el Gobierno y vetar permanentemente los debates, los abordemos. Por tanto abordemos este debate con seriedad. 

Otro de los asuntos acertados de esta Cámara, cuando hace muchos años solo existía el bipartidismo, fue el acuerdo al que se llegó en 1995, el Pacto de Toledo, en el que se garantizó que este debate no se iba a utilizar electoral ni políticamente. 

Nosotros no estábamos en aquel momento, pero nos parece un acierto que aquellos grupos decidieran en aquel momento apartar este debate de los asuntos electoralistas o partidistas, porque con los que han hecho un esfuerzo toda su vida trabajando no se juega, porque con los héroes de esta crisis económica, los pensionistas, que han ayudado a sus nietos, han pagado el piso a sus hijos y han mantenido a sus familias con su pensión, no podemos caer en el error de llevar esto a un debate de rojos y azules o azules y rojos. (Aplausos). 

Por eso lo primero que quiero pedir es respeto y dignidad para esos pensionistas que, repito, son los héroes de este país, los que han trabajado, los que han levantado a este país, los que han hecho un esfuerzo, los que han mantenido a sus familias y por tanto a los que les debemos unas pensiones dignas. Por tanto no es discutible ni está en discusión el modelo de pensiones y tampoco es discutible que hay que actualizarlas periódicamente; lo único que podemos discutir es qué hay que hacer para garantizarlas en un futuro. 

Déjenme que les diga que ni el presidente del Gobierno ni el resto de grupos —y llevamos casi hora y media de debate— han propuesto una solución de futuro, todo han sido debates cortoplacistas de ‘y tú más’’y tú hiciste eso y yo hice lo otro’… (Aplausos.—Rumores). 

La señora PRESIDENTA: Silencio. 

El señor RIVERA DÍAZ: Derogar leyes o que pidan subir las pensiones es muy fácil, lo difícil es reformarlas y hacer que sean sostenibles. Eso lo hace cualquiera, no hace falta ni ser diputado ni ser legislador. La obligación de un legislador no es proponer cosas populistas, la voluntad de un legislador ha de ser garantizar este sistema en el futuro. (Rumores). 

No se pongan nerviosos que solo tenemos diez minutos y vamos a intentar aprovecharlos. Por tanto no han hecho una sola propuesta. El Gobierno nos dice que todo va bien y, señor Rajoy, estoy de acuerdo en que no es discutible el sistema de pensiones, estoy de acuerdo en que hay ser serios y mantener la economía, estoy de acuerdo en que hay que garantizar el empleo, pero, señor Rajoy, le voy a decir también con lo que no estoy de acuerdo: en el triunfalismo, en la euforia que ustedes mantienen cuando con ustedes, en su mandato, le guste o no, 9 de cada 10 euros de la hucha de las pensiones han desaparecido; 9 de cada 10 euros, y cuando desaparecen 9 de cada 10 euros de la hucha de las pensiones, señor Rajoy, tenemos un problema y podemos hacer  dos cosas: negarlo y simplemente ir a un debate cortoplacista o evidenciarlo y hablar conjuntamente de soluciones. 

Ciudadanos, señor Rajoy, va a ayudar a este Gobierno y a esta Cámara si ustedes son valientes y hablamos de reformas de futuro; si simplemente vamos a pelearnos por subir 1 euro o 5 euros o jugar con la dignidad de los pensionistas no cuenten con nosotros; si vamos a hablar de reformas de futuro, de empleo de calidad, de luchar contra la precariedad, de crecimiento de la natalidad de nuestro país, que es uno de los más bajos de Europa, si hablamos de eso nosotros estamos dispuestos, porque queremos gobernar en el futuro en este país y porque queremos un debate serio y riguroso de las pensiones de este país. Por otro lado, señor Rajoy, vamos al diagnóstico, que no compartimos. 

Usted ha dicho que todo va bien, la hucha se está vaciando, nos dice la Airef, como se recordaba aquí, que en 2023 tendremos un problema mayor, pero usted si me lo permite tiene un discurso contradictorio en algo: dice que todo va bien, pero nos advierte que cada año necesitamos 4000 millones de euros más. 

Por tanto si todo va bien y cada vez hay menos dinero en la hucha, una de dos: o no va tan bien la cosa o ha pasado algo con la hucha y lo han gastado en otra cosa. Señora Robles, ha hablado usted de rescates bancarios. Tiene usted toda la razón, porque con ustedes y el Partido Popular, Caixa Catalunya, Bankia, Caixa Galicia, todas se han rescatado con dinero público, con ustedes. (Aplausos). Ustedes han sido un partido de Gobierno, han gobernado durante veinte años y no pueden venir con el mismo discurso de Podemos, señora Robles. 

Parece que ustedes no han gobernado nunca, parece que no han rescatado bancos, parece que no han tenido que vetar propuestas de revalorización, y yo le pediría al PSOE que no se podemice, que no se ponga nervioso ni con las encuestas ni con Podemos, sino que sea un partido de Estado, un partido de Gobierno, no un partido podemizado y a la deriva. (Protestas). Tranquilos, no insulten, si es un debate parlamentario, calma. Por tanto yo lo que les pido aquí es compromiso con el futuro, señor Rajoy. Si usted quiere hablar de futuro contará con nuestro apoyo; si usted quiere hablar solo de mercadeo electoral… (Rumores). 

La señora PRESIDENTA: Señorías, silencio, por favor; silencio. 

El señor RIVERA DÍAZ: Si hablamos de futuro, como les decía, contará con nosotros. Les voy a dar dos datos actuales: 9 de cada 10 empleos en España son precarios, señor Rajoy, y no me gusta que hagamos triunfalismo cuando hay mucha gente que tras un mes de trabajo le echan y se queda sin empleo. 

Si ha bajado la caja de la Seguridad Social es porque en buena medida el empleo es de mala calidad, y sin empleo digno no hay pensiones dignas —tampoco hay que ser Sherlock Holmes para saberlo—, y creo que eso se debe reconocer en esta Cámara. Sin empleo digno no hay pensiones dignas. Ustedes caen en el triunfalismo, en el conformismo, en no hacer reformas, por tanto le pido al Gobierno que acepte que debatamos la propuesta de lucha contra la precariedad que ha planteado Ciudadanos, que demos ayudas a las empresas que generan estabilidad y empleo de calidad. 

Si creamos empleo de calidad subirán las cotizaciones y podremos pagar las pensiones; si no generamos empleo de calidad todo esto es una discusión de mentira, es una discusión falsa, porque todos sabemos que hay que decirles la verdad a los ciudadanos y que este modelo no es sostenible si no creamos empleo de calidad. Así que la principal fijación de esta Cámara debería ser mirar hacia el nuevo modelo laboral del futuro y pensar en cómo aumentar la natalidad. 

Pongo propuestas encima de la mesa; propuestas además contadas y presupuestadas, ahora que está aquí el señor Montoro. Tenemos una propuesta de bajada del IRPF precisamente a los que menos tienen. Ya sé que esto a algunos grupos no les gusta, pero yo creo en ello. Creo que los que menos tienen han de pagar menos o no tienen que pagar impuestos; creo que el pensionista que no llega a final de mes no puede pagar IRPF (aplausos), y en España están pagando IRPF personas que no llegan a final de mes y que llevan toda la vida cotizando y trabajando, y no hay derecho. 

Por tanto una exigencia de Ciudadanos para apoyar los presupuestos, señor Rajoy —y la conoce usted— es que bajemos el IRPF a las rentas de entre 12000 y 17000 euros, lo que supone entre 33 y 60 euros en el bolsillo del 25% de los pensionistas. Por tanto, sin demagogias, sin populismos, sin debates electoralistas ni de mercadeo con los pensionistas se puede hacer una política fiscal que les deje en el bolsillo su dinero. 

No les vamos a dar nada, les dejamos en el bolsillo lo que es suyo. Por tanto, primera propuesta en el corto plazo: una bajada del IRPF para las rentas de entre 12000 y 17000 euros. Eso beneficia al 22% de los pensionistas de este país. Segunda medida: natalidad. 

Vamos a hablar de largo plazo. Sabemos que esto no viene mañana, que incrementar la natalidad no es inmediato por motivos obvios, pero hay que empezar ya, señor Rajoy. En los últimos presupuestos le pedimos dos semanas más de permisos de paternidad y una semana más en los presupuestos de 2018. 

Y otra cosa muy importante, que la educación infantil de cero a tres años tenga una deducción fiscal para familias que quieren tener hijos y no pueden, porque les digo una cosa, sin niños no hay país que tenga futuro. Si no apostamos por la natalidad y por esas familias jóvenes para que tengan hijos este país no tiene futuro. Señor Rajoy, prometía en su intervención que iban a subir siempre las pensiones. 

Pues bien, usted que siempre da consejos seguro que admite también consejos de quienes quieren que funcionen las pensiones en este país. En 2011 prometió que subiría las pensiones (muestra un documento) y no lo pudo hacer, por lo que le diría que no vuelva a prometer —por miedo a lo que digan el POSE o Podemos— cosas que luego no cumple, porque es peor. Señor Rajoy, seamos prudentes. 

Queremos reformar el sistema y garantizar las pensiones futuras, pero eso de prometer cosas, como hizo usted en 2011, y no cumplirlas frustra a muchos pensionistas. El debate hoy no es prometer lo que se puede o no pagar con el dinero de ellos, como usted bien ha dicho, sino cómo garantizar en un futuro esas reformas. Por tanto lucha contra la precariedad y contra el paro. 

Hay que admitir los problemas, señor Rajoy; el triunfalismo no es una buena solución. Es mucho mejor admitir los problemas que tiene España, que se pueden arreglar. Y en segundo lugar, futuro. Natalidad, familias, apoyo, para que en un futuro tengamos más gente joven pagando pensiones para que sus abuelos se puedan jubilar sin que sus abuelos tengan que mantenerlos. Señor Rajoy, estoy de acuerdo con que las pensiones tienen que ser dignas y se deben actualizar, se deben garantizar, pero también le digo una cosa. 

Hemos hablado poco o nada de las pensiones actuales de los que hoy están cotizando. Al que hoy trabaja también hay que garantizarle que las pensiones se paguen en un futuro. No quiero abuelos teniendo que sostener a sus nietos e hijos porque no tienen empleo. No quiero abuelos teniendo que aportar parte de su pensión para sostener empleos precarios de sus nietos o de sus hijos. 

Quiero que esos abuelos vivan dignamente con su pensión después del esfuerzo que han hecho, y que sus hijos y sus nietos tengan un buen sueldo y un futuro. El modelo de Ciudadanos es, pues, buenos empleos, calidad en el empleo, futuro, natalidad y reformas, y no mercadeo con el sentimiento de tantísima gente. (Aplausos). 

Señor Rajoy, les propongo que en el corto plazo quitemos esos impuestos a los que no llegan a final de mes, que en el medio plazo hagamos reformas como la reforma contra la precariedad laboral que propone Ciudadanos —estamos dispuesto a discutirlo con los demás grupos— para tener un contrato estable, para tener la mochila austriaca y para ofrecer un bonus a las empresas que contratan establemente, y en el largo plazo les propongo medidas desde ya, como las guarderías en la educación infantil o los permisos de paternidad, para que tengamos más niños y por tanto más trabajadores en la Seguridad Social en un futuro. 

Son propuestas sostenibles, que se pueden hacer y además algunas no solo no cuestan dinero, sino que generan nuevos ingresos. Le pido al Gobierno que, en vez de caer en el inmovilismo, en el conformismo o incluso en la euforia, seamos más realistas y conectemos con buena parte de la ciudadanía, que cree que las pensiones tienen que ser dignas. 

Para acabar, señor Rajoy, esta es la carta (muestra un documento) que envió el Gobierno a los pensionistas. Le digo una cosa, en el tono que estoy empleando: el triunfalismo sobra e incluso a veces ofende. Decir a un pensionista que le sube un euro y que el Gobierno se gaste más dinero en enviar la carta que en el euro que le sube no es una buena manera de contentar o en este caso de respetar la dignidad de los pensionistas. 

Por tanto menos euforia y menos cartas y más reformas y más futuro, porque España, señor Rajoy, sobre todo necesita un proyecto de futuro. No necesita debatir solo el hoy, sino también el mañana, porque el mañana y el futuro es el lugar donde vivirán nuestros hijos y todos nosotros. Así que yo les sugiero que lleguemos a acuerdos con datos, con números, pero sobre todo con reformas que garanticen el futuro. 

El populismo no es la solución, señor Rajoy, pero desde luego el conformismo, la falta de futuro y el inmovilismo tampoco lo garantizan. Yo prefiero que tengamos un proyecto para España y que cuenten con Ciudadanos para hacer reformas y garantizar las pensiones. No cuenten con nosotros para tirarse los platos a la cabeza y acabar en el ‘y tú más’. (Rumores). Los españoles que hoy nos están viendo esperan soluciones, respeto y sobre todo dignidad para todos esos pensionistas que han sostenido y han aguantado esta crisis. Muchas gracias. (Aplausos.—Rumores).



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