La señora MARTÍNEZ SEIJO: Gracias, señora presidenta.
Hoy vamos a debatir sobre modelos educativos y sobre cómo mejorar la educación española, porque
para nosotros, para los socialistas, la educación es un eje esencial, fundamental, para el futuro de las
personas que conforman esta sociedad.
Los socialistas siempre hemos concebido y concebimos la educación con la mayor seriedad, por eso
hemos contribuido a que se produzca, tal y como se demanda, un cambio de modelo educativo.
En
educación siempre han existido diferencias ideológicas. Está su modelo, el heredado del ministro Wert,
reflejado en esa ley cargada de aspectos negativos que tan poco gusta a la comunidad educativa. De la
Lomce no se puede oír nada bueno. Es más, cuestiona serios principios constitucionales, como puede ser
la segregación en la enseñanza diferenciada, el derecho a la participación, la elección entre religión o
valores, la segregación del alumnado por rendimiento, la extralimitación de competencias; motivos todos
ellos por los que ha sido recurrida en más de una ocasión ante el Tribunal Constitucional y sobre lo que
ya hay alguna sentencia. (La señora vicepresidenta, Navarro Garzón, ocupa la Presidencia).
Señor ministro, es un clamor social la necesidad de acabar con esta ley de una vez. Por eso hoy
mismo le pido que su grupo parlamentario deje de vetar esta proposición de ley sobre la Lomce —hasta
cuarenta y seis prórrogas de enmiendas lleva ya— y se empiece ya con urgencia a dar el paso hacia un
nuevo modelo educativo que acabe con tantos y tantos aspectos negativos que contempla. Ministro, no
queremos que continúe una ley basada en el principio de segregación por capacidades o por sexo; una
ley que estigmatiza a los alumnos desde edades tempranas;
una ley repleta de contenidos curriculares
excesivos y dispersos; una ley cargada de burocracia en el aula; una ley que complica la vida a los
docentes con tareas tediosas, inútiles y poco educativas, como la aplicación de los estándares de
aprendizaje; una ley que ha conseguido la mayor dispersión curricular entre comunidades autónomas
como nunca había existido anteriormente; una ley que no avanza; una ley que no pone ni los medios ni
los recursos necesarios para introducir adecuadamente nuevas metodologías que hagan un currículo más
comprensivo e inclusivo; una ley que obliga a elegir entre religión confesional o valores cívicos
constitucionales y derechos humanos, una ley que cierra puertas al alumnado en vez de abrírselas al
futuro;
una ley que se olvida de la educación infantil de cero a tres años; una ley que margina la escuela
pública y que ha roto el equilibrio entre la escuela pública y la escuela concertada; una ley que no pone
remedio a la prevención del fracaso escolar y no hace nada por el refuerzo de los niños y niñas en la
educación primaria; una ley que mutila el principio de escuela democrática y participativa; en definitiva,
una ley que debería ser pasado y no presente, una ley que no queremos para el futuro.
Señor ministro, en el tiempo que llevamos de legislatura no hemos visto ninguna voluntad de modificar
esa ley, salvo paralizar las reválidas; la Lomce ha avanzado inexorablemente.
La Comisión de Educación
ha aprobado numerosas proposiciones no de ley que han dejado claro que hay una mayoría parlamentaria
para que muchas cuestiones de la Lomce sean modificadas, pero nuestro sentir es que este Gobierno ha
utilizado sistemáticamente la subcomisión de Educación para responsabilizarla de encontrar soluciones a todas las críticas y a todos los problemas que venían sobre la Lomce.
A esto le llamamos dejación de
funciones, pasar la pelota y no actuar como Gobierno, y eso para prolongar la vida de la Lomce, y mientras
tanto, los niños y niñas de este país siguen sufriendo esta ley retrógrada y perjudicial para su futuro.
Señor ministro, la educación española necesita cambios urgentes; cambios que no pueden esperar;
la educación española requiere dar pasos adelante en un nuevo modelo educativo que garantice el
derecho a la educación, que garantice el derecho al aprendizaje, el derecho efectivo a la inclusión en el
aula y un modelo formativo que prepare para la sociedad del futuro a nuestros niños y niñas.
Si queremos
que España se incorpore plenamente a esta realidad con garantías, es necesario apostar seriamente por
la educación. Los socialistas creemos que debemos afrontar un nuevo avance del modelo educativo que
nos prepare para los retos del futuro y abordar con garantías de éxito y cohesión social la sociedad del
conocimiento.
Un nuevo modelo educativo debe tener a la escuela pública como eje vertebrador del
sistema educativo; es patrimonio de todos, es un eje importante de integración social, cultural e
interterritorial, y por ello hay que garantizar los recursos públicos que necesita. La escuela, señor ministro,
debe ser el elemento primordial para que las desigualdades de procedencia sean compensadas mediante
la acción educativa, el entorno escolar.
Nuestros niños y niñas deben poder contar con los recursos educativos, que les sean garantizados los
materiales curriculares y servicios complementarios. Y todo ello requiere una política de becas y ayudas
al estudio más justa de la que hay ahora. (Aplausos). Las becas no pueden ser un derecho sujeto a
limitación presupuestaria, sino un derecho subjetivo, con cuantías suficientes y con certidumbre para
todas las familias.
Consideramos imprescindible avanzar en una educación inclusiva, atendiendo
adecuadamente a aquellos alumnos que tienen necesidades de aprendizaje especiales, pero también a
aquellos que tienen altas capacidades. Se requieren recursos, fundamentalmente humanos, docentes en
las aulas; docentes que tengan la mejor formación continua en la actualización de contenidos, metodologías
y novedades que la sociedad ofrece día a día, no como ahora, que ustedes en aquellas comunidades
autónomas donde gobiernan se han cargado la formación continua del profesorado. (Aplausos).
Queremos también la mejor formación inicial posible sin olvidar la carrera profesional y, desde luego, el
necesario reconocimiento y prestigio social a la carrera docente.
Se debe tener muy presente la realidad territorial existente en España y el papel de la escuela rural,
que tanto se olvida, cuya prioridad debe ser siempre el alumno, buscando un equilibrio entre la socialización,
la cercanía al hogar, la calidad educativa y la igualdad de oportunidades —la igualdad de oportunidades,
ministro— Sin embargo la exigencia de más alumnos para ofertar optatividad, ciclos formativos o
modalidades de bachillerato se han visto reflejadas en una menor oferta educativa, por tanto, desigualdad.
Ministro, se necesitan también infraestructuras adecuadas, modernas y adaptadas a las necesidades
de nuestros tiempos; contar con laboratorios de idiomas, laboratorios para las áreas experimentales con
ordenadores que funcionen, conectividad en las aulas, talleres de formación profesional con maquinaria
actualizada y con suficientes medios, que en muchas ocasiones no hay por falta de recursos.
Y espero
que comparta con nosotros por lo menos la preocupación, porque las medidas ya sabemos que no, para
incrementar el número de alumnos que titulan en la ESO y reducir la tasa de abandono escolar de manera
real, no con atajos de la formación profesional básica, para que nuestros alumnos puedan tener una vida
plena y oportunidades en el futuro.
Y ello requiere hacer un sistema más atractivo, motivador y una mayor
oferta educativa, sobre todo de formación profesional de grado medio; es decir, que hay que potenciar y
prestigiar la formación profesional para que conecte realmente con las necesidades del mercado de
trabajo y permita la formación a lo largo de la vida.
La formación profesional tiene que desempeñar un
papel estratégico en un nuevo modelo productivo que queremos desarrollar en España, y una vez más,
señor ministro, se requiere inversión para crear nuevas plazas de formación profesional en los sectores
de mayor desarrollo para el futuro.
La extensión de la educación infantil de cero a tres años y garantizar una plaza pública a aquellas
familias que verdaderamente lo necesiten es otro desafío que el sistema educativo debe afrontar, porque
avanzar en éxito escolar requiere también una escolarización temprana. Mejorar la comunicación en
lenguas extranjeras es otro reto que requiere modelo y también recursos, empezando por la capacitación
y la formación continua del profesorado y ayudas y becas para la inmersión lingüística de los alumnos.
El modelo y el objetivo están claros para nosotros: introducir un currículo integrado para lograr la adquisición
de competencia lingüística en lenguas extranjeras al final de la educación obligatoria.
Y de lenguas extranjeras paso a otro gran reto de la sociedad del conocimiento: la alfabetización
múltiple, la necesidad de formarse en interacción con distintas tecnologías para adquirir las competencias necesarias para la vida propia y para la sociedad, en el presente y a lo largo de la vida.
El currículo
educativo actual está diseñado para la homogeneidad y, como comprenderá, no todos los alumnos son
iguales ni todos los alumnos necesitan lo mismo. Por eso, frente al encorsetado currículo de la Lomce,
nuestros niños requieren un modelo de diseño curricular mucho más flexible basado en un conjunto de
aprendizajes imprescindibles y con una responsabilidad mucho más amplia por parte de los centros
educativos, no simplemente para el diseño sino también para el desarrollo del currículo, es decir, desarrollar
plenamente lo que es la autonomía del centro.
Asimismo, todos los alumnos y alumnas al finalizar la ESO deberían tener un certificado de
competencias, como es lo habitual en nuestro entorno internacional, y que se utilice para una mejor
orientación de los estudios posobligatorios y para facilitar la continuidad y el regreso a la formación,
porque el sistema educativo debe ser considerado como un conjunto de oportunidades formativas
interconectadas entre sí que van abriendo puertas a los estudiantes en vez de cerrarlas, que establecen
pasarelas de unas vías a otras y que reducen al máximo las opciones irreversibles; es decir, que nosotros
queremos hacer real esa convicción de que siempre debe haber tiempo para la formación y posibilidades
para formarse, un concepto diametralmente opuesto al de las reválidas de su partido.
Siguiendo con las diferencias de modelo llegamos a un principio que para nosotros es básico: el que
los centros educativos sean un lugar para el aprendizaje de una cultura democrática, facilitando la
participación efectiva de todos los componentes de las comunidades educativas, su capacidad para
cooperar en la realización de un proyecto educativo y corresponsabilidad en el logro del éxito educativo.
Y junto con el principio de escuela democrática y participativa, queremos una escuela que integre en su
currículo de enseñanza valores cívicos y constitucionales, valores de igualdad, es decir, Educación para
la ciudadanía. (Aplausos). Y una escuela laica como garantía de los valores públicos comunes, una
escuela que fomente aprender a aprender. La convivencia es un factor de calidad que debe construirse
entre toda la comunidad educativa y que requiere un proceso en el que haya modificaciones en el currículo
y en la misma organización de los centros.
Y, por último, el sistema educativo en una sociedad del conocimiento necesita acompañarse de una
agenda de I+D educativa, coherente y bien financiada también para que los procesos de enseñanza y
aprendizaje sean trasladados a la formación inicial y permanente del profesorado y fortalecer el sistema
educativo frente a los cambios, sociales, tecnológicos y culturales. Y, como supondrá, todo este modelo y
estos retos deben venir acompañados de una importante financiación.
Se lo hemos dicho en muchas
ocasiones, nosotros tenemos identificados los objetivos, las necesidades, las demandas educativas, y las
cuentas con su propuesta no salen porque no ha habido voluntad real por su parte.
Finalizo esta intervención recordando que hay importantes diferencias ideológicas y de prioridades
políticas entre ustedes y nosotros. Ustedes son la derecha, nosotros somos la izquierda y eso también se
traduce en la educación.
Ustedes son de la Lomce y de los recortes y nosotros de la igualdad, de la
equidad, de la inclusión, de más oportunidades (aplausos) y de la profunda creencia, señor ministro, de
que la educación debe ser el eje transformador de la sociedad que queremos, una sociedad basada en
ciudadanos más libres y más formados, una educación que dé paso verdaderamente a la sociedad del
conocimiento.
Gracias. (Aplausos).
La señora VICEPRESIDENTA (Navarro Garzón): Muchas gracias, señora Martínez Seijo.
En nombre del Gobierno tiene la palabra el señor ministro de Educación, Cultura y Deporte.
El señor MINISTRO DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE (Méndez de Vigo y Montojo): Señora
presidenta, señorías, cuando el Grupo Socialista presentó esa interpelación me alegré sinceramente
porque dije bien, vamos a saber qué es lo que ha provocado la espantada del Grupo Socialista de la
subcomisión por el pacto social y político por la educación. Y le reconozco a usted que estoy, como diría
un ilustre antiguo miembro de su grupo, pasmado porque usted no ha dicho aquello que está esperando
todo el mundo dentro esta Cámara y fuera y es que nos explicara por qué han abandonado ustedes el
pacto.
Usted ha hecho una intervención, y se lo digo sin acritud, propia de la universidad de verano, de un
think tank y de contar el modelo educativo, que está muy bien, pero estamos hablando de política, esto es
un Parlamento y esto no es la UIMP. Estamos hablando de política en un momento muy determinado y
muy concreto. Su intervención, si existiera aquella máquina del tiempo que previó HG Wells y nos pudiera
retrotraer en el tiempo, es del año 2013.
Es una enmienda a la totalidad contra la Lomce. Pues muy bien, pero no estamos ahí porque han pasado muchas cosas desde entonces y ha pasado una muy importante
que ha tenido que ver con esta Cámara y es que aquí ha habido una votación de investidura del presidente
del Gobierno y en esa votación de investidura llegamos a acuerdos importantes con su grupo, señorías.
Esos acuerdos consistían, y le recuerdo el debate de investidura, en que el Gobierno retiraría y suspendería
temporalmente los efectos de las evaluaciones en cuarto de la ESO y en Bachillerato y, a cambio, lo que
haríamos es ir a un pacto de Estado social y político por la educación. Y ese pacto no surge de la nada,
ese pacto, señorías, estaba en los acuerdos que el señor Sánchez y el señor Rivera habían concertado
en la investidura fallida del señor Rivera, capítulo tercero: Constituir una mesa para alcanzar un pacto
social y político por la educación que en el plazo de seis meses permita la elaboración de un marco legal
consensuado.
Eso lo hicieron los señores Sánchez y Rivera. No tuvo efectos. Se recogió en los acuerdos
posteriormente entre PP y Cs, punto 78: Impulsar un pacto nacional por la educación que cuente con el
consenso de las fuerzas políticas, constituir una subcomisión parlamentaria en el Congreso de los
Diputados que permita la elaboración de un acuerdo consensuado en el plazo de seis meses y durante
ese plazo y hasta que se logre un acto nacional se congelará el calendario de implementación de la Lomce
en todos aquellos aspectos que no hubiesen entrado en vigor. ¿Lo recuerda usted?
Ese es el acuerdo al
que llegamos; acuerdo al que ustedes habían presentado previamente una proposición de ley y yo
recuerdo que en el debate de esa proposición de ley, que fue tomada en consideración y a la que usted
se ha referido antes y sobre la que luego volveré, yo me levanté desde mi escaño y dije que para lograr el
objetivo nosotros nos comprometíamos a hacerlo rápidamente porque una proposición de ley, como saben
ustedes, tiene un plazo largo de tramitación; y me comprometí a hacerlo mediante un decreto-ley. Además
me comprometía también a que ese decreto-ley lo iba a consensuar con las comunidades autónomas.
Pues bien: lo hice. Lo consensué en la Conferencia sectorial de las comunidades autónomas el 28 de
noviembre del año 2016; lo elevé al Consejo de Ministros, y lo convalidó esta Cámara, señoría. ¿Y qué
convalidó? Convalidó el decreto-ley, que tenía dos elementos fundamentales —que eran también, por
cierto, los de su proposición de ley—: suspendamos los efectos de las evaluaciones en tanto en cuanto
no haya un pacto y establezcamos un procedimiento para lograr ese pacto; y vamos a residenciar ese
pacto en una subcomisión del Congreso de los Diputados. ¡Oiga, yo no tenía ningún interés especial en
residenciar el pacto en una subcomisión! ¡Al Gobierno le quita margen de maniobra!
Pero era el acuerdo
de esta Cámara. Estaban en ese acuerdo Rivera-Sánchez, estaban en el acuerdo Rajoy-Rivera, ¡pues lo
mantuvimos, señoría! Y a partir de ahí, la subcomisión empezó sus trabajos, y le recuerdo que en la
constitución de esa Comisión hubo tres grupos que votaron a favor; creo que el resto se abstuvo; pero
votó su grupo a favor junto con PP y con C’s; el resto, se abstuvo. También, señoría, en el tiempo, la
Conferencia de Presidentes del Senado decidió que el Senado tenía que incorporarse, puesto que este
pacto se iba a hacer solo en la subcomisión del Congreso.
Pues bien: estuvimos de acuerdo, señoría.
Hubo un primer debate el 27 de marzo del año 2017 en el Senado, a partir de ahí se ha constituido una
ponencia en el Senado que está trabajando y que está haciendo su trabajo. Bien. Sigue su curso.
El Consejo Escolar del Estado. El 19 de diciembre de 2017 le pedí, señoría, que hiciera un documento
sobre el pacto escolar. Lo está haciendo; está trabajando; las entidades educativas, la comunidad
educativa, las entidades sociales.
Y aún más, señoría. La conferencia sectorial, donde están presentes
todas las comunidades autónomas, el 30 de marzo me pidió elaborar también una serie de estudios sobre
ese pacto educativo, sobre temas concretos del pacto educativo.
Y como están las actas —lo repito
aquí— yo dije que tenía una complicación política para aceptar eso y era que yo, al ser el ministerio parte
de la conferencia sectorial, iba a ser juez y parte en ese pacto puesto que al final era el ministerio el que
tenía que presentar el proyecto de ley de normativa básica. Bien. Pero ustedes me dijeron que era
conveniente, que era importante que las comunidades autónomas se sumaran —y yo estoy de acuerdo
con ello, claro está—, ya que si son los que ejecutan y desarrollan legislativamente los pactos es lógico
que estén.
Y hemos constituido en el seno de la conferencia sectorial un grupo de comunidades autónomas
que están trabajando en todos estos temas, señoría. O sea que tenemos a la subcomisión, al Senado, al
Consejo Escolar del Estado y a la conferencia sectorial trabajando en un pacto de Estado social y político
por la educación. Bien.
Tuvimos un debate en esta Cámara el 20 de septiembre. Otra interpelación presentada por su grupo.
Y usted dijo, textualmente: Ustedes entendían la educación por el diálogo y la participación, pero también
queremos dejar claro que con el consenso: el acuerdo se logra dialogando, no imponiendo. Son sus
propias palabras, señoría. Pues bien, hace solo un mes, en Navarra Información dijo que el consenso en
materia educativa debería estar por encima del momento y del oportunismo político. Y yo estoy de acuerdo con usted. ¿Por qué no nos ha explicado usted, cuando ha subido aquí, por qué han pegado ustedes la
espantada de la subcomisión? ¿Por qué no nos lo ha explicado?
¡Señoría, es que ha tenido usted aquí
diez minutos! ¡Es que ni lo ha mencionado! ¡Es que es como si no existiera, señoría! Usted nos ha hablado
de algo que pasó en el año 2013 y de modelos educativos, pero aquí estamos hablando de política y usted
no nos ha contado por qué ha pegado la espantada en la Comisión. Hay algunos que dicen que eso son
consideraciones partidistas y oportunismo político. Pero no puede ser, porque usted está en contra de
esto como dice en Navarra Información. ¡No puede ser oportunismo político!
Es una semana en la que su
partido ha pedido, primero, elecciones anticipadas; luego ha pedido una cuestión de confianza… Ustedes
de pronto un día pegan la espantada en la Comisión. Eso es lo que queremos que nos explique, señoría,
por qué se han ido ustedes de la Comisión.
Ha habido 83 comparecencias en la Comisión. El otro día, el pasado lunes, en Bruselas, el comisario
Navracsics, que vino desde Bruselas para comparecer ante esta subcomisión, me preguntaba cómo iba
la subcomisión.
Yo dije que ahí estaba, trabajando. Resulta que da igual que haya habido 83 comparecencias.
Ahora dice usted que no, que se va, porque hay que retomar el cauce parlamentario. Yo creía que la
subcomisión era un cauce parlamentario. ¿La subcomisión no es un cauce parlamentario? Claro que lo
es. ¿Ese trabajo de año y pico no vale para nada?
Usted nos explicará, señoría —espero que nos lo
explique—, cuál es la razón por la que ustedes se han ido de la subcomisión, porque 8.125.000 alumnos
y 800000 profesores quieren ese pacto de Estado social y político por la educación, y lo quieren porque
desean que España tenga un modelo educativo estable y permanente, porque quieren incorporar todas
las innovaciones de la revolución digital, porque todos los estudios internacionales dicen que nuestro
modelo educativo es bueno pero que necesita un salto de calidad, porque estamos dando pasos
importantes y positivos en la educación en España, porque la tasa de abandono escolar —cuando ustedes
estaban era del 28%— está ahora en el 18,28%, porque cada vez hay más gente que se queda estudiando,
que es muy importante porque es una manera eficaz de luchar contra el desempleo.
Pues bien, tendrán
ustedes que explicárnoslo, señoría; tendrán ustedes que decirnos por qué pegan la espantada y no
quieren seguir trabajando en ese acuerdo.
Le he oído decir en su intervención, donde por cierto no ha mencionado el pacto, que lo que hay que
hacer es retomar la proposición de ley, derogar la Lomce a través de proposiciones de ley. ¿Eso es lo
que usted propone?
¿De verdad propone usted eso? Le voy a decir una cosa, porque a lo mejor como
ha pasado tiempo no se acuerda usted. En la proposición de ley de 9 de septiembre, cuya toma en
consideración aprobó esta Cámara, no se habla de derogar la Lomce, señoría, se habla del pacto de
Estado social y político por la educación. Señoría, las leyes no se pueden derogar con 85 diputados y
no se pueden derogar cachito a cachito.
Si no me cree a mí, crea, por ejemplo, a alguien de su grupo,
como el senador Álvarez Areces, que en marzo de 2016 dijo en el Senado: Derogar la Lomce sin poner
otra ley que la sustituya es dejar a los niños en el limbo. ¿Eso es lo que quieren ustedes? ¿A eso
obedece la espantada que han dado? ¿Qué alternativas dan ustedes?
Viene hoy aquí, se sube a la
tribuna en una interpelación urgente —todos esperábamos que fuera a tratar el tema que está en los
medios de comunicación estos días— y nos explica por qué el PSOE aceptó la convalidación de un
decreto-ley supeditada a la elaboración de un pacto escolar, votó a favor de la creación de una
subcomisión para residenciar en él el pacto escolar, pidió una Conferencia de Presidentes a través de
los presidentes de comunidades autónomas que se debatiera en el Senado, pidió que en la conferencia
sectorial se hablara del pacto de Estado social y político por la educación.
Después de pedir una
interpelación, sube a la tribuna y no dice una palabra del pacto. Fantástico. Le pido que en la respuesta
me lo cuente, no a mí, sino a todos los miembros de esta Cámara y a los que nos están escuchando,
a los 8 125 000 chicos que están esperando que el PSOE dé una respuesta a algo a lo que se había
comprometido.
Señoría, termino, porque se me acaba el tiempo. Hay una canción de Los Secretos, cuya letra dice:
Estoy metido en un lío y no sé cómo voy a salir. Yo creo que está usted en esa situación, señoría; está
metida en un lío porque no sabe cómo explicar la espantada que han dado y no tienen ninguna alternativa
al modelo educativo actual, señoría. Espero que usted suba a esta tribuna y me cuente por qué han dado
ustedes esta espantada.
Muchas gracias. (Aplausos).
La señora MARTÍNEZ SEIJO: Gracias, señora presidenta.
Ya veo que está muy preocupado, muy inquieto, antes que hablar del modelo educativo, que para eso
es ministro de Educación. Yo he hecho una interpelación en principio para hablar de modelos educativos
y le he dicho claramente que hay un modelo, el de la derecha, que es el de la Lomce.
Por cierto, por si
usted no se acuerda, la Lomce está vigente, la Lomce sigue teniendo el rechazo de la comunidad educativa
y la Lomce la están sufriendo esos 8100000 alumnos a los que usted ha hecho referencia. (Aplausos).
Hemos venido aquí a hablar de educación, hemos venido aquí a hablar de una ley que no quiere nadie
—a ver si se entera ya de una vez— y no a pasar página, que es lo que han pretendido hacer durante
estos últimos meses.
Nosotros nos hemos sentado a hablar de educación durante todos estos meses y lo
hemos hecho con lealtad, lo hemos hecho con seriedad, lo hemos hecho con la responsabilidad que
siempre este grupo parlamentario y el Partido Socialista han tenido en materia de educación. Nosotros no
hemos venido —como ustedes hicieron con la Lomce— torpedeando el sistema educativo y atacando la
parte fundamental, esencial, que es la participación de la comunidad educativa y con un modelo impositivo.
Y ahora, aunque a usted no le guste la herencia que le dejó el señor Wert, tiene que vivir con ella, y tiene
que vivir también con la herencia de la política de recortes.
Señor ministro, le voy a explicar por qué le hemos dicho que hasta que no hubiese una propuesta de
financiación seria nosotros no íbamos a volver a los trabajos de la subcomisión, su 3,67%. (Aplausos).
Su compromiso de infrafinanciación con la educación española, el compromiso de la pobreza educativa
que con su ridícula propuesta de 5000 millones de euros va a dejar a la educación española. Le voy a
decir claramente lo que se puede hacer con esos 5000 millones de euros, que es todo lo que ustedes han
sido capaces de poner encima de la mesa.
Tenemos un estudio serio y riguroso hecho por comunidades
autónomas para revertir los recortes que ustedes, con su política y con ese decreto de 2012, han impuesto
en la educación española.
Ese informe nos indica que con sus 5000 millones de euros —para esos seis
años— no llegaríamos ni siquiera a un tercio de las necesidades que tiene el sistema educativo para
revertir los recortes producidos y avanzar en la modernización de nuestro sistema. Si nosotros aceptamos
esa infrafinanciación para el sistema educativo estamos castigando, penalizando por tiempo y tiempo no
simplemente la educación española, sino el futuro de la sociedad de este país (aplausos), el futuro del
modelo económico de desarrollo, señor ministro.
Eso es lo que nos estamos jugando. Esa es la
consecuencia de la ridícula propuesta de financiación que hacen.
Sé que hay una clara diferencia entre los que apuestan por la financiación en el sistema educativo
y los que no.
Las cuentas que ustedes y su partido nos han traído a la mesa de la subcomisión, curiosa
e interesadamente, son a fecha de 2015, cuando hubo un cambio de Gobierno en la mayoría de las
comunidades autónomas. Le voy a dar un par de datos. Su secretario de Estado —que ha sido consejero
de la Comunidad de Castilla-La Mancha— fue el agente, el responsable de un decremento de inversión
educativa de más del 29%. ¿Sabe lo que ha sucedido desde 2015 hasta ahora? Un incremento del 14 %
en Castilla-La Mancha. (Aplausos).
Le voy a hablar de Baleares, 18 % de incremento en gasto educativo.
Le voy a hablar de Aragón, 27% de incremento en gasto educativo. Le voy a hablar de Extremadura,
el 6% del PIB, el mayor porcentaje del PIB de toda España de inversión educativa. (Aplausos). Le
hablo también de Andalucía, con una inversión progresiva, 5 % del PIB. Comunidad Valenciana, todos
sabemos lo que ha sucedido en estos últimos años en la Comunidad Valenciana —no hace falta que se
lo recuerde—, 15% de incremento en inversión educativa desde el año 2015.
¡Eso sí es apostar por la
educación! ¡Eso sí es apostar por revertir los recortes! (Aplausos). ¡Eso sí es apostar por creer en un
modelo educativo que obligatoriamente tiene que venir acompañado de financiación! ¿Para qué, señor
ministro?
Para volver a tener docentes en las aulas, para tener mejores infraestructuras educativas,
para tener una política de becas y ayudas al estudio que fomente la igualdad de oportunidades, la
equidad y la inclusión. Todo eso, requiere recursos económicos.
Hablemos de futuro, porque usted, como ministro, no ha traído ni una sola idea de modelo educativo.
Usted no ha sido capaz de dar una muestra de voluntad real para modificar la Lomce que, aunque no le
guste, le recuerdo que sigue ahí. Lo único que está paralizado son las reválidas, lo único. Mientras tanto,
la Lomce sigue haciendo ese daño con todas las cuestiones que le he dicho anteriormente, porque entre
ustedes y nosotros sí hay diferencias en el modelo educativo.
Le he dicho que nosotros creemos en la
equidad y en la igualdad, en los ciudadanos libres, formados, preparados para el futuro y ustedes parece
que quieren creer en un sistema educativo que vaya hacia atrás como el cangrejo.
Voy a acabar con una referencia a la sabiduría popular, manifestada a través de Mafalda, una gran
ilustrativa de la realidad social que tenemos en España.
No queremos que en la educación española suceda lo que Mafalda pronostica, que de tanto ahorrar en educación nos vamos a convertir en millonarios
en ignorancia. Desgraciadamente, con esa política que ustedes han traído y han puesto encima de la
mesa, ese puede ser el pronóstico de la educación española: millonarios en ignorancia.
No lo queremos
ni lo vamos a aceptar y mucho menos con esos recortes y esa infrafinanciación en gasto educativo.
Muchas gracias. (Aplausos).
La señora VICEPRESIDENTA (Navarro Garzón): Muchas gracias, señora Martínez Seijo.
Para concluir el debate, tiene la palabra el señor ministro de Educación, Cultura y Deporte.
El señor MINISTRO DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE (Méndez de Vigo y Montojo): Señora
presidenta, señorías, acaba usted citando a Mafalda. Yo voy a citar al señor Meijón. Al lado de Mafalda,
seguro que en su familia subirá usted muchos puntos. Declaraciones del señor Meijón en La Voz de
Galicia el 7 de agosto —habla del pacto educativo, de que conseguir un pacto va a ser complicado—:
El primero que se levante de la mesa va a tener que explicar a sus votantes por qué lo hizo. Hay que
entender que pactar significa ceder. El pacto va a tener un coste, eso está claro, pero nos saldrá mucho
más caro que no lo haya. (La señora presidenta ocupa la Presidencia).
Yo prefiero al señor Meijón que
a Mafalda, señoría, porque tiene razón, porque hay que explicar por qué se va uno de un pacto en el que
ha comprometido a la comunidad educativa, en el que lleva año y medio, en el que están implicados el
Senado, el Consejo Escolar del Estado y las comunidades autónomas. Usted ha subido aquí y no ha dicho
nada, lo de siempre, que nosotros somos malísimos y ustedes son estupendos.
Nada, señoría.
Financiación. Vamos a hablar de financiación con seriedad. La subcomisión acordó quince medidas,
quince grandes ejes. Ustedes se empeñaron en poner la financiación en el segundo eje. ¿Qué le dijeron
a usted el PP o C’s?
Le dijeron a usted una cosa muy sensata y que entiende cualquiera —no hay que ser
un experto en materia educativa—, y es que el coste de una reforma se mide por la ambición del contenido
de la reforma. Es de sentido común. Nadie pone el carro delante de los bueyes. Lo que había que hacer,
lo que se hace en cualquier negociación —esto no tendría que explicarlo yo aquí—, es ver qué es lo que
se negocia, cuál es el contenido, y luego ver cuánto cuesta, no decir primero cuánto nos vamos a gastar
sin saber cuál es el contenido.
¿Cómo vamos a pedir a los españoles que aumenten la cantidad que sea
de gasto, de inversión en educación, sin decirles qué es lo que vamos a hacer, qué es lo que vamos a
cambiar del modelo educativo? Eso no tiene sentido alguno.
Ustedes se empeñaron en colocarlo en el segundo eje y cuando ha llegado el segundo eje han dicho:
el 5% del PIB. Antes a su compañero le he explicado por qué creo que no es bueno utilizar un porcentaje
sobre el PIB, pero todo eso es debatible.
Ustedes se han empeñado en el 5% del PIB y, como no les han
dado el 5% —porque yo no tengo nada que ver en esto—, porque han entendido que no era razonable
hablar de una cifra cuando no se sabía el contenido, ustedes se han largado, han pegado la espantada,
solo por eso. ¿Esta es la manera de entender el consenso? Señor interpelante, ¿eso es el consenso?
¿Lo que usted llama consenso es eso?
Lo decía una conocida diputada británica y primera ministra, con
la que usted no tiene nada que ver. Decía: consenso es que yo digo lo que quiero hacer y los demás me
siguen. Esto se llama el trágala en lenguaje de Fernando VII: o el 5% o no hay nada que hacer, o me dan
ustedes el 5% sin saber cuál es el contenido —pero quiero el 5%— o me voy y pego la espantada. Eso
es lo que han hecho ustedes, señoría.
Va a tener usted mucha dificultad en explicar esto a la comunidad
educativa.
Con su intervención de hoy me ha dado la impresión de que ustedes no tienen el más mínimo interés
en el pacto, ni con el 5% ni con el 6% ni con nada, porque ha hecho usted un alegato en contra de la ley
y en establecer cuáles son las diferencias de modelos educativos, cuando el pacto, como muy bien dice
su compañero el señor Meijón, es acercar posiciones.
Si usted sube a esta tribuna, no cuenta por qué da
la espantada y se dedica a estirar posiciones, eso pone de manifiesto una voluntad política, que es: yo no
quiero pacto. Pues dígalo, señoría, tiene usted derecho: yo no quiero que el Partido Popular o que el
Gobierno popular obtenga un pacto en educación.
Dígalo, señoría. Explíqueselo luego a la gente, pero
dígalo. Yo creo, como he dicho antes, recordando a Los Secretos, que está usted metida en un lío, y su
grupo también, que no van a saber explicar esto y que hay mucha gente de su grupo y de su partido que
quiere el pacto porque sabe que es importante para España.
Señoría, yo no utilizo términos como ceder o dar vuelta atrás; yo solo le pido que reflexione.
Esto es
un asunto de grupos parlamentarios, usted pretende una negociación con el Gobierno. Esto es un asunto
parlamentario, son los grupos parlamentarios los que en la subcomisión tienen que llegar a acuerdos y
luego traerlos al Pleno y ver dónde está la mayoría. Esto no es una negociación con el Gobierno; el Gobierno tiene que presentar luego un proyecto de ley de acuerdo con ese contenido. Yo le pido,
señoría, que reflexione, que piense… —no quiero calificarlo— … que piense en la gente; que piense en
los alumnos; que piense en los profesores; que piense en los muchos millones de personas que estaban
ilusionadas con este pacto porque creen que es importante para España; que piensen en ellos; que
reflexionen, señoría.
Y que piensen que, al final, hay disposición. Yo lo dije el 27 de marzo en el Senado:
No habrá acuerdo sin acuerdo presupuestario. Soy un convencido de ello, pero no pueden ustedes decir,
cuando de los quince ejes hemos examinado uno, que ustedes quieren un determinado tanto por ciento,
del que no se apean ustedes, o si no no hay nada. Señoría, esas no son maneras serias de acordar, de
dialogar ni de respetar a esta Cámara.
Por lo tanto, yo les pido que reflexionen, que se salgan del lío, porque saliéndose del lío ustedes, creo
que daremos una satisfacción y esperanza a todos los españoles. Y creo que eso es lo que le conviene
en estos momentos a España y lo que esperan de nosotros nuestros compatriotas. Por tanto, señoría, no
le digo más, reflexione, dele una pensada y sigamos trabajando juntos en aquello que usted dice que es
muy importante para su grupo —yo no lo pongo en duda—, pero que es también muy importante para el
resto de los españoles.
Muchas gracias. (Aplausos).
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