jueves, 26 de octubre de 2017

SITUACIÓN CATALUÑA 26 OCTUBRE


MAGDALENA VALERIO: “PERSISTIR EN EL USO DE LA HUCHA DE LAS PENSIONES SUPONE UNA SOLUCIÓN CORTOPLACISTA, ADEMÁS DE UNA CARGA DE PROFUNDIDAD PARA SU FUTURO Y VIABILIDAD”


La secretaria ejecutiva de Seguridad Social y Pacto de Toledo del PSOE, Magdalena Valerio, ha criticado duramente hoy el anuncio del Gobierno de volver a utilizar el Fondo de Reserva de la Seguridad Social para afrontar los pagos de pensiones de aquí a final de año. Para Valerio “persistir en el uso del Fondo de Reserva para pagar lo que resta de gasto en pensiones este año, puede solucionar el problema en el corto plazo, pero es sin duda un parcheo del problema y una carga de profundidad en el corazón del futuro y la viabilidad de las pensiones de nuestro país”.

La responsable socialista ha recordado que “cuando el PP y Mariano Rajoy llegaron al Gobierno en 2011, el Fondo contaba con 67.000 millones y hoy sólo dispone de 11.600 millones, de los que el Gobierno pretende detraer 4.000 antes de fin de año, y es evidente que ni las inversiones realizadas ni el alza de la afiliación a la Seguridad Social han detenido al Gobierno a la hora de esquilmar la hucha”.

Magdalena Valerio ha recordado que “fue el PP el que eliminó el límite de poder utilizar sólo un 3% al año del Fondo de Reserva y desde entonces ha sido también el PP el que ha dejado de pensar en el futuro de las pensiones y en el bienestar de los trabajadores y trabajadoras de nuestro país”. En este mismo sentido, ha recordado que “el expolio ha afectado al Fondo de Reserva, pero también al Fondo de excedentes de las mutuas por 8.600 millones y, no contentos con ello, han acudido a un crédito presupuestario”.

“El Gobierno –ha asegurado Valerio– ha preferido anteponer la solución fácil y momentánea que la solución seria, que empezaría por reconocer un problema de fondo en materia de Seguridad Social, un problema agravado por la reforma laboral del 2012 y su impacto en las cotizaciones, y seguiría por buscar una solución en el largo plazo que garantice la suficiencia financiera del sistema de pensiones sin apelar al Fondo de Reserva, que ha de servir para hacer frente a otros problemas de mayor calado en el futuro como el avance en el envejecimiento de la población o la llegada a la jubilación en 2023 de la generación del baby boom”. A su juicio, “si el futuro del sistema de pensiones está hoy más comprometido que nunca, es exclusivamente por la irresponsabilidad del Gobierno del PP”.

La secretaria de Seguridad Social y Pacto de Toledo ha concluido afirmando que “el Gobierno va a encontrar la oposición frontal del PSOE en este expolio del Fondo de Reserva, pero si el Ejecutivo asume el problema con la seriedad que merece, si asume que debe dialogar con los grupos políticos y los agentes sociales para buscar la viabilidad del sistema, el PSOE estará dispuesto a dialogar dentro del respeto a los derechos de los trabajadores y de los pensionistas”.


MANUEL ESCUDERO DENUNCIA LOS PROBLEMAS “ESTRUCTURALES Y DE NATURALEZA REGULATORIA” QUE HAY TRAS LOS PICOS DEL PRECIO DE LA LUZ

El secretario de Política Económica, Manuel Escudero, ha denunciado los problemas “estructurales y de naturaleza regulatoria” que están detrás de los picos del precio de la luz que se han registrado en fechas recientes. El responsable económico de la dirección federal lamenta que “siempre haya una justificación” por parte de la Administración cuando suceden episodios “de alarmantes variaciones en los precios, que en realidad provienen de un mercado mal diseñado e ineficiente”. Escudero ilustra esta denuncia apelando a las “explicaciones oficiales que culpan a la sequía, a la falta de viento, a la ola de frío o de calor… a cualquiera justificación por parte del Gobierno cuando saltan las alarmas por los altos precios de la electricidad”.

Para Manuel Escudero, que trae a colación el episodio registrado el pasado 23 de octubre, con precios muy elevados en el mercado de la electricidad entre las siete y las diez de la noche, “las alarmas sobre los altos precios de la electricidad en España aparecen de manera sistemática con la ocurrencia de episodios llamativos. Pero la alarma debería ser constante, porque los precios son estructuralmente superiores al conjunto de los costes de la electricidad debido a una mala regulación. Esta situación, que España arrastra desde hace casi dos décadas, se está agudizando además por la aparición de tecnologías disruptivas, como son las renovables, cuya capacidad competitiva es incompatible con la regulación vigente de los mercados eléctricos en España”.

En el contexto de la reflexión que está efectuando el PSOE sobre la arquitectura de los organismos reguladores y la limitación del poder de los oligopolios en España”, Manuel Escudero deplora que “la CNMC, por su falta de especialización, no este capacitada para hacer propuestas regulatorias que aborden los problemas de fondo”. 

Entre estos problemas, el secretario de Economía cita “la consideración por la regulación vigente de que todos los kWh son iguales, sean de origen fotovoltaico, eólico, hidroeléctrico o nuclear, presten el servicio que presten al Sistema Eléctrico y que por ser iguales deben tener todos el mismo precio para los consumidores, aquel que determina un mercado hipermarginalista que fija como precio, para todos los kWh, el del kWh de mayor coste que vacía el mercado”. 

Un precio que se ve incrementado con otras variables adicionales, “y en los cuales los operadores pueden alterar estratégicamente sus ofertas y sus demandas, para aumentar sus beneficios, en una dirección que nada tiene que ver con una operación técnica y económicamente eficiente para el sistema en su conjunto”.


FERRER: “UN TRIMESTRE MÁS LA EPA DEMUESTRA QUE LA CREACIÓN DE EMPLEO EN ESPAÑA SE ASIENTA EN LA PRECARIEDAD Y LA TEMPORALIDAD, ENDÉMICAS EN EL MODELO LABORAL DEL PP”


El secretario de Empleo y Relaciones Laborales del PSOE, Toni Ferrer, ha valorado hoy los datos de la EPA referidos al tercer trimestre del año asegurando que “aunque la reducción del desempleo es un buen dato, la precariedad y la temporalidad, consecuencias directas de la reforma laboral del PP en 2012, son los males endémicos asociados al modelo laboral del PP, y vamos a seguir viendo sus efectos en la EPA mientras no se derogue esa reforma laboral”.

“Los socialistas queremos terminar con el uso indiscriminado de la contratación temporal, que sigue siendo de 9 de cada 10 contratos firmados, y para ello apostamos por reformar la causalidad, penalizar los abusos que se vienen realizando, incrementar los recursos de la inspección, equiparar los derechos de los temporales y los indefinidos como se está planteando en el ámbito europeo y limitar adecuadamente la concatenación, propuestas que van en una línea muy diferente de la que quiere el Gobierno”, ha asegurado Ferrer.

Según el dirigente socialista, “aunque la EPA arroje un resultado positivo en la generación de empleo, la situación dista mucho de ser aceptable: el número de ocupados aún debe aumentar para alcanzar los niveles previos a la crisis, hay casi 1,2 millones de hogares con todos sus miembros en paro, la cobertura del sistema de protección por desempleo sigue sin reponerse a los niveles previos a la crisis y el desempleo juvenil continúa en cifras inasumibles (la EPA refleja que el paro ha aumentado entre los 16 y los 19 años y que la ocupación ha descendido entre los 30 y los 34 años). En resumen, la recuperación económica ni siquiera se ha aproximado a amplias capas de la población”.

El secretario de Empleo socialista ha hecho hincapié en que “los datos conocidos hoy, siendo buenos en lo que a creación de empleo se refiere, reflejan una gran estacionalidad por el peso del sector Servicios y se debe destacar que la bajada del desempleo ha sido de menor calado que en trimestres equivalentes de otros años”.

Ferrer ha concluido asegurando que “revertir esta situación de precariedad laboral que ya está incardinada en el sistema por la estrategia laboral del Gobierno pasa por varios pasos fundamentales: derogar la reforma laboral de 2012; recuperar la inversión en políticas activas y definir un plan de choque dirigido especialmente a jóvenes, parados de más de 45 años y parados de larga duración; promover un pacto de rentas que dote de más poder adquisitivo a los trabajadores, siendo el primer paso la subida del salario mínimo hasta los 1.000 euros en 2020; aumentar la cobertura en la protección por desempleo; y poner fin a las políticas que promueven un falso crecimiento a costa de un empleo juvenil escaso y precario”.


INTERVENCIÓN DE PEDRO SÁNCHEZ EN EL FORO ECONÓMICO DE EL NORTE DE CASTILLA

Buenos días, Quiero empezar mi intervención con unas palabras que alguien pronunció hace más de cuarenta años. “El verdadero progreso no estriba en un desarrollo ilimitado y competitivo, ni en fabricar cada día más cosas, ni en inventar más necesidades al hombre, ni en sostener a un tercio de la Humanidad en el delirio del despilfarro mientras los otros dos tercios se mueren de hambre; sino en racionalizar la utilización de la técnica, facilitar el acceso de toda la comunidad a lo necesario, revitalizar los valores humanos y establecer las relaciones hombre-naturaleza en un plano de concordia.” 

Son palabras de Miguel Delibes; pronunciadas el día 23 de mayo de 1975, en su discurso de ingreso en la Real Academia de la Lengua. Y, francamente, no se me ocurre mejor forma de abrir mi intervención que recordar hoy aquí, en Valladolid, a alguien que dirigió esta cabecera, El Norte de Castilla, y que forma parte del patrimonio cultural, y también espiritual de Castilla y León, y del conjunto del país. Las grandes inteligencias, los grandes hombres y mujeres, son atemporales en su pensamiento y su obra. Trascienden su tiempo, su época. 

A lo que hace referencia Miguel Delibes con las palabras que les acabo de citar es, desde un pasado cada vez más lejano, ni más ni menos, que a grandes desafíos que nos son muy cercanos, propios de nuestro tiempo. Y, de entre todos esos desafíos, Delibes hablaba de la necesidad de orientar el pensamiento económico hacia la estrategia de desarrollo sostenible respetuoso con nuestro entorno y superador de la inhumanidad que subyace en la desigualdad en el reparto de la riqueza y de las oportunidades en el mundo. 

Hablar de desarrollo sostenible, hoy y aquí, en Valladolid, no es sólo hablar de un modelo de transición ecológica de nuestra economía que nos ayude a pensar un futuro que ya es presente. Es, por encima de todo, hablar de las condiciones de vida de los ciudadanos. Y hacerlo aquí, en Castilla y León, tiene un significado especial. No sólo porque sea la más extensa de todas las comunidades autónomas en las que se organiza territorialmente nuestro país. Sino porque a esa dimensión geográfica, que en sí misma constituye una fuente de riqueza paisajística, cultural, gastronómica y también económica, une la extraordinaria complejidad de tener en su seno nada menos que 2.248 municipios.


Más del 25% del total de los que existen en toda España, dispersos en una superficie mayor, por ejemplo, de la que ocupan 15 de los 28 Estados miembros de la Unión Europea. Este sólo dato, el de la extensión territorial de Castilla y León, unido al de la dispersión de la población y la baja densidad de la misma, nos pone frente a dilemas y desafíos que la política tiene el deber de afrontar sin excusas. ¿Cómo cumplir de forma eficiente la obligación de los poderes públicos, desde los ayuntamientos al Gobierno de España, –que es al tiempo un derecho ciudadano- de garantizar la prestación de los servicios básicos a toda la ciudadanía, independientemente del lugar en el que residan? 

En un momento en el que la propia articulación territorial del España está en cuestión por hechos y acontecimientos que están en la mente de todos, conviene tener presente que la lucha contra la desigualdad no puede ceñirse a la simple confrontación entre territorios, por muy atractivo que sea este discurso para algunos. Sino en cómo combatir la desigualdad radical que existe, por ejemplo, entre el acceso a los servicios públicos en el ámbito urbano y el ámbito rural, y muy especialmente desde una perspectiva de género, centrada en la mujer. 

Luchar contra esa fuente de desigualdad requiere, desde mi punto de vista, partir de la base de que el medio rural debe entenderse como una fuente de riqueza, de oportunidades. Un patrimonio material, pero también inmaterial, y no sólo porque sea justo y lo más decente por hacer. Sino porque la evidencia nos demuestra, muchas veces a través de hechos dramáticos como los que hemos vivido estas últimas semanas, que el medio rural está en la primera línea en el combate contra el cambio climático. Que no se trata de preservar un medio de vida por razones casi sentimentales, sino porque, en esencia, nos va el futuro en ello. 

Hechos dramáticos recientes, como la oleada de incendios que se ha vivido en el Norte de España y en Portugal, nos ponen frente a las consecuencias nefastas de la ausencia de una estrategia nacional para la lucha contra los incendios, el desarrollo rural, la despoblación y la pérdida, por ejemplo, de los usos tradicionales en la agricultura o en la preservación del monte, que funcionaban como estabilizadores naturales en el equilibrio entre el hombre y el entorno al que hacía referencia Miguel Delibes en su discurso. 

Priorizar el medio rural, la dispersión de la población o la extensión geográfica, por ejemplo, en un nuevo modelo de financiación autonómica, no es sólo un acto de justicia hacia la población rural que sufre las consecuencias de la despoblación. 

La consideración de ese factor, el de la dispersión territorial, debe estar muy presente en cualquier debate centrado en la reforma del modelo de financiación autonómica. Y nosotros, como socialdemócratas, la defenderemos desde la convicción ideológica, pero también desde la lógica económica. Porque es una inversión de futuro que parte de la base de que la supervivencia de la España interior, de la España rural, tiene retornos económicos mucho más inmediatos de lo que pensamos. 

Además de que, reitero, es lo justo si uno tiene en cuenta lo que cuesta prestar servicios sanitarios o educativos en un territorio con baja densidad de población, como es caso de Castilla y León. La estrategia del crecimiento sostenible y de la transición ecológica a un nuevo modelo económico, está muy presente en las prioridades no ya futuras de un próximo gobierno socialdemócrata para España, sino presentes en otros ámbitos en los que somos gobierno. 

Y estando en Valladolid, no puedo dejar de resaltar la apuesta de su alcalde, Oscar Puente, por iniciativas como estas, basadas en la transformación sostenible de la ciudad a través de la eficiencia energética o la movilidad del vehículo eléctrico. 

Medidas que, en el medio plazo, claramente entroncan con la necesidad de abordar el debate de la reindustrialización de una región, Castilla y León, que tanto defiende Luis Tudanca en todas sus intervenciones y en la que podemos y debemos ir de la mano de sindicatos y empresarios desde la experiencia, por ejemplo, de la interlocución que existe aquí, en Valladolid en este ámbito. 

Un modelo de interlocución y acuerdo que ha sido históricamente ejemplar y que constituye un camino perfectamente exportable, basado en la primacía del pacto para sacar adelante una tierra, una ciudad, una región, un país. Y si los efectos de la dispersión de la población deben estar presentes en el debate de la financiación autonómica y local, los del envejecimiento de la población nos enfrentan a uno de los grandes desafíos de nuestro tiempo. 

Un desafío que entronca con la sostenibilidad de nuestro sistema público de pensiones, de la mera supervivencia de núcleos de población que son parte de nuestra cultura y de nuestro propio bagaje sentimental. Y que, al mismo tiempo, nos enfrenta a una de las más dramáticas consecuencias de una crisis económica en la que la doctrina de la austeridad, que tan fielmente aplicó el actual Gobierno, ha terminado por exportar el bien que menos deberíamos exportar: la juventud y el talento.

La pérdida de parte de esa generación, formada en nuestro sistema educativo, con nuestra política de becas, para que desarrolle su proyecto vital a miles de kilómetros, es la dolorosa evidencia de una derrota para España como país. Algo que nos debe ofender, que nos debe casi avergonzar, que nos debe doler. Por lo que supone de fractura emocional con parte de nuestros conciudadanos, que han ido a buscar fuera las oportunidades que, por ejemplo, los recortes en ciencia, en investigación, en I+D+i les negaban aquí. 

Pero también por la descapitalización futura de nuestro sistema de pensiones u otras prestaciones del Estado del Bienestar, en un momento en que la pirámide generacional empieza a ofrecer peligrosos síntomas que coinciden con la llegada a la edad de jubilación de una parte muy numerosa de nuestra población. 

Tenemos que promover iniciativas de apoyo financiero al emprendimiento, y acciones estatales de retorno, porque si la pérdida del talento es en sí un drama, la ausencia de una estrategia nacional de retorno de ese talento es imperdonable. Y al PSOE, como izquierda de Gobierno que somos, le incumbe una tarea capital en este tiempo que, internamente, abrimos con el 39 Congreso en el que tuve el honor de ser elegido Secretario General por el voto directo de la militancia. 

Voto mayoritario en esta región, algo que agradezco de corazón. Una tarea basada en la idea de que los españoles necesitan una alternativa creíble desde una izquierda creíble. Una izquierda que va más allá de la indignación moral ante la injusticia social, que también, pero que, a diferencia de otras izquierdas, tiene vocación de gobierno y que piensa no en la España que es, sino en la España que quiere ser. 

Una izquierda de Gobierno que defiende una España diferente a la del conservadurismo que hoy lidera el país, pero que coincide en la defensa de la integridad territorial de nuestro país. En esencia, si me lo permiten, el conservadurismo define a España como la nación en la que vivimos, y la socialdemocracia como la nación en la que queremos vivir. 

Y en ese querer ser hay una enmienda a la totalidad a muchas de las políticas económicas de austeridad y recortes que han laminado en buena medida nuestros servicios públicos, sino la capacidad de imaginar nuestro país más allá del ejercicio presupuestario en curso de cada año. Es en esas coordenadas en las que quiero que entiendan nuestra propuesta de reforma constitucional. Como saben, en seis meses hemos acordado PSOE y PP abrir una reforma de la Constitución.

Una propuesta que no trae causa en exclusiva de la crisis territorial que atraviesa nuestro país ni supone negación alguna de todo lo que supuso el pacto constitucional de 1978. Sino de la necesidad de reconectar con nuestro tiempo. De superar la crisis de la democracia representativa, para que los más jóvenes añadan su letra, el espíritu de su tiempo, a ese pacto de convivencia que es, en esencia, una Constitución. 

La generación que desbordó las calles y plazas hace seis años, durante el 15M y que estaba reivindicando poder ser protagonista de su tiempo. Nosotros no renegamos del pacto constitucional, como si hacen otros según convenga, unas veces negándolo y otras reivindicándolo para echar en cara la ruptura según proceda. 

Partimos de todo lo bueno que se hizo hace cuarenta años, que fue mucho, y de la necesidad de incorporar la voz de una generación que tiene el derecho a marcar su impronta y su huella. Una impronta que pasa por ejemplo por: - Cuestionar la vigencia de los aforamientos, una figura que tuvo sentido en el contexto de una democracia frágil, como la de 1978, pero que debe ser evaluada desde el prisma de la regeneración democrática del presente.
  • Plantearnos la necesidad de reconstitucionalizar derechos sobre los que hoy tenemos la plena convicción de su naturaleza como “fundamentales” pero que no tienen ese reconocimiento en el texto de 1978, como es el derecho a la Sanidad Pública. 
  • En fortalecer los mecanismos de lucha contra la desigualdad, especialmente en favor de la mujer, desde la óptica de nuestro tiempo. A modo de anécdota. En 1978, sólo hacía cuatro años que se había reformado el Código Civil para permitir que una mujer pudiera abrir una cuenta bancaria sin el consentimiento del padre o el esposo. Pocas imágenes pueden sintetizar mejor la diferencia del contexto histórico de 1978 con el de hoy como ésta. El de una España, la de entonces, que empezaba a salir de la oscuridad, frente a otra, la de hoy, que supera en mucho a la norma jurídica. 
  • Introducir variables que eran pura utopía en 1978, como los derechos medioambientales, nuestra pertenencia a la UE, o las derivadas de la revolución digital que experimentamos desde finales del siglo pasado, y que son esenciales para entender nuestra sociedad actual. Un ejemplo muy paradigmático podría ser el del “derecho al olvido”, en la web, por ejemplo. 

Y tengo la total convicción de que este proceso, reconstituyente para España, si se le puede definir de este modo, debe tener en cuenta la participación ciudadana desde el primer momento. Un movimiento reconstituyente, de abajo arriba, con un Congreso que abra las puertas a la participación de la sociedad civil, y que permita revigorizar y reconectar con la sociedad actual a nuestra Constitución. El PSOE es el único partido que, habiendo estado en aquél momento histórico, subsiste como tal en la actualidad. 

Por ello, porque fuimos protagonistas de un proceso esencial para consolidar la democracia, hemos reivindicado con insistencia la necesidad de su reforma a lo largo de estos años. Una reforma que, tal como les mencionaba, no sólo trae causa de la crisis territorial que el independentismo ha abierto en Cataluña. Sino de la necesidad de interpretar este momento histórico como una exigencia, pero también como una oportunidad. Exigencia porque, insisto, cada generación debe ser protagonista de su tiempo. 

Y este es el tiempo de quienes no participaron en la redacción de un texto constitucional que acumula casi cuatro décadas de vida prácticamente inalterada. Oportunidad, porque España puede y debe ser el primer gran país de Europa Occidental que ponga en marcha una reforma constitucional inclusiva, abierta a la participación de la ciudadanía y que, sobre todo, ponga voz a la España que ha de ser, a la España que queremos construir entre todos, sin exclusiones. 

Un país que, desde la perspectiva de mi partido y de la socialdemocracia europea a la que representa, reconcilie crecimiento y progreso social. Que ofrezca un nuevo contrato social basado en la asunción de que una economía social de mercado como la nuestra no puede edificarse sobre las bases de una generación de perdedores de la globalización. 

De derrotados por la ficción de un PIB que, cuando crece, olvida a una parte, y cuando se contrae, lo hace sobre las espaldas de esos mismos olvidados. España es hoy un país rico con trabajadores pobres. 

El crecimiento económico se ha desconectado del progreso social a través de una desigualdad social y de oportunidades, en cifras nunca vistas en nuestro país y en nuestro continente. Y no se me ocurre síntoma más obvio de esa desconexión que la consolidación de la figura del trabajador pobre, precario y desprovisto de derechos. 

Una figura creciente en nuestro país que alimenta la idea de que las grandes cifras caminan en una senda distinta a la que ofrece la realidad que los ciudadanos en su día a día. Hay una deuda social que devolver desde los poderes públicos a la mayoría social de este país. Si la clase media y trabajadora fue la primera en sufrir los efectos de una crisis que ellos no provocaron, deben ser los primeros en beneficiarse de la recuperación económica.

Una deuda social que incluya, primero, un Pacto de Rentas, con crecimientos salariales del 2,5% en 2018 y el 3% entre 2019 y 2021. Un aumento del SMI a 1.000 euros antes de 2020. Y que incorpore la aprobación en el Congreso de una Ley de Igualdad Laboral. No podemos tolerar, ni normalizar como país, un escenario en el que los salarios de los jóvenes hayan caído de media un 5.5% en estos años. De hecho, quien accede hoy al mercado laboral, lo hace con unas condiciones salariales inferiores en un 25% al del resto de trabajadores. 

En un contexto en el que más del 60% de los hogares tiene problemas para llegar a fin de mes, hablar con tanta ligereza como hace el Gobierno de recuperación económica es el combustible del desencanto político que estamos viviendo. Por ello, como país, tenemos la obligación de mirar más allá de lo que dicen los grandes indicadores. Y de hacerlo conscientes de que hay una realidad paralela y divergente entre lo que dichas cifras cuentan y lo que percibe la gente. 

Lo que nos dicen las grandes cifras es que la economía española ha recuperado este mismo año el nivel previo a la crisis, casi diez años atrás. Lo que nos dice la realidad de ese día a día, es que la inmensa mayoría de los ciudadanos no perciben esa mejoría. El resultado de esta ecuación es el de más desigualdad; y a mayor desigualdad, más frustración social, más desencanto y más incentivos para que las soluciones que ofrecen partidos y propuestas rupturistas sean más atractivas sobre la base de ofrecer soluciones simplistas a problemas complejos. 

Al PSOE jamás se le encontrará en ese tipo de soluciones. Porque este partido sabe lo que es gobernar. Y está preparado para volver a hacerlo frente al proyecto agotado del Partido Popular. Un proyecto sin horizonte a largo plazo. 

Con la sola idea de gestionar el día a día desde la aceptación casi fatalista de lo que somos, pero con la ignorancia consciente de lo que los españoles queremos ser. Un proyecto, el del PSOE, en el que la defensa de nuestros principios ideológicos no nos exime de la responsabilidad que como partido siempre hemos contraído con la defensa del Estado de Derecho y de este proyecto compartido llamado España, ante el que la izquierda que represento mira con ilusión pero también con enorme responsabilidad al futuro. 

Es esa idea, la de una izquierda de Gobierno, la que subyace en nuestra posición frente al inaceptable desafío rupturista de quienes dirigen hoy la Generalitat de Cataluña. Una idea basada en el sentido de Estado con el que este partido siempre ha pensado España y que defenderemos con la fuerza de nuestras convicciones. De sobra saben que el PSOE ha mantenido siempre la idea de que Cataluña debía tener un mejor encaje en nuestro marco constitucional y territorial. 

De sobra es conocida nuestra apelación al diálogo desde la autoridad moral que da el saber que somos el único partido que ha gobernado todas y cada una de las comunidades autónomas de nuestro país. Es esa misma convicción la que se encuentra detrás de la defensa que hacemos de nuestro marco constitucional y del imperio de la ley, como únicas vías para solucionar una crisis de cuya deriva son únicos responsables las élites políticas del secesionismo en Cataluña. 

Llegados a este punto, solo hay dos caminos posibles: dar la espalda a España o ser leales a nuestra Constitución. El camino de la socialdemocracia es el de la Constitución y el diálogo desde el respeto a la legalidad vigente. 

Defendemos la Constitución. Y defender la Constitución significa poner freno a cualquier intento de quiebra unilateral por parte del secesionismo en Cataluña y reformarla para que represente a la sociedad española del siglo XXI, y también para que reconcilie a todos los pueblos de España. La respuesta que ofrece la Constitución española, a través de su artículo 155, no es una herramienta ajena, extraña en el constitucionalismo europeo y el derecho comparado. 

Es la defensa obvia de un Estado Social y Democrático de Derecho frente a una amenaza de secesión construida sobre la apelación: 
  • A la política de los hechos consumados de referéndum unilaterales sin ningún tipo de garantías; 
  • A la sustitución de la legalidad vigente por normas que derogaban de facto una norma constitucional. Una norma que por su naturaleza, precisamente constitucional también forma parte del corpus comunitario, y que en consecuencia violenta la normativa europea; 
  • A la fragmentación y la división del pueblo catalán. Es más, a la apelación a que parte de ese pueblo carece de la condición de tal, en tanto en cuanto no acepta participar de los postulados del secesionismo. 

Tengo la plena convicción de que la mayoría de la sociedad catalana no quiere seguir la senda que conduce al abismo abierta por los actuales dirigentes de la Generalitat. Que hay una mayoría de catalanes para quienes la independencia no es un horizonte factible, como tampoco deseable para Cataluña. 

Es a esa Cataluña a la que hay que apelar al final de un camino que debe conducir a unas elecciones autonómicas en las que el pueblo catalán opine. Para salir de un escenario que sólo conduce a la marginación económica de la que el éxodo empresarial de las últimas semanas sólo es la punta del iceberg. 

Para evitar que, al final de este camino, sean los trabajadores –que ya han sufrido bastante en estos 8 años de crisis económica- los que terminen pagando la cadena de irresponsabilidades de sus gobernantes. Afirmo que no hay ninguna bandera de la izquierda en la causa del secesionismo. Ninguna. 

Ni la de la razón democrática, ni la de la convivencia, ni la de catalogar a los ciudadanos catalanes de primera o de segunda en función de su afinidad o no a las tesis secesionistas, ni la económica, ni la de aislar internacionalmente a una sociedad abierta y cosmopolita como la catalana. La izquierda debe estar en la defensa de la Constitución española y del Estatuto de Autonomía de Cataluña. Defendiendo la diversidad y la igualdad, la pluralidad y la concordia. 

Y el único partido de izquierdas que lo ha entendido es el PSOE. Añado más: para los socialistas, la defensa del ordenamiento constitucional es, en esencia, la defensa de un europeísmo de base internacionalista, de un europeísmo federalista. Europa es un proyecto de integración y el secesionismo catalán de exclusión. 

Por razones tan obvias como la que nos ofrece una realidad en la que las amenazas a las que se enfrenta la sociedad internacional saltan los límites fronterizos y las capacidades de respuesta del viejo Estado nación con una facilidad que hacen inútil el intento de salvaguardar las viejas esencias detrás de una aduana. 

Enfrentar el cambio climático, la robotización y el desafío tecnológico, la lucha contra los paraísos fiscales, el combate contra la pobreza, las crisis alimentarias, los desafíos migratorios o la respuesta ante el terrorismo internacional, exigen de respuestas multilaterales. Una Europa debilitada, fragmentada en unidades políticas que se miran las unas a las otras con el recelo de las viejas consignas, es un regalo para todos aquéllos actores que extraen su fuerza de la máxima del "divide y vencerás". 

La unión hace la fuerza. Y la fuerza del proyecto europeísta superará la crisis en Cataluña, que no es sino la manifestación de un desafío identitario de alcance global, del que ya hemos visto ejemplos en otros Estados en los que gobiernos irresponsables agitan las banderas de antaño para apelar a los sentimientos en lugar de a la razón.

Para conquistar con una fe religiosa, casi irracional, lo que el sentido común les negaría. Para volver, en definitiva, a un pasado que los europeos creímos superado y que nos remite a la parte más triste de la memoria de este continente. 

Decía Mark Twain que la Historia no se repite, pero que rima. En nuestra mano está evitar que la rima de lo más triste de nuestro pasado termine por romper todo lo bueno que hemos construido en España y Cataluña a través de un historia común que nadie tiene el derecho de ignorar a beneficio de inventario. Muchas gracias.










TWEETS PSOE
  • Europa es un proyecto de integración y el secesionismo catalán de exclusión.
  • La izquierda debe estar en la defensa de la Constitución española y el Estatuto de Autonomía de Cataluña. Defendiendo la diversidad y la igualdad, la pluralidad y la concordia. Y el único partido de izquierdas que lo ha entendido es el PSOE.
  • No hay ninguna bandera de la izquierda en la causa del secesionismo. Ninguna. Ni la de la razón democrática, ni la de la convivencia, ni la de catalogar a los ciudadanos catalanes de 1a o 2a en función de su afinidad a las tesis secesionistas.
  • Defendemos la Constitución. Y defender la Constitución significa poner freno a cualquier intento de quiebra y reformarla para que represente a la sociedad española del siglo XXI, para que reconcilie a todos los pueblos de España.
  • Solo hay dos caminos posibles: dar la espalda a España o ser leales a nuestra Constitución. El camino de la socialdemocracia es el de la Constitución y el diálogo desde el respeto a la legalidad vigente.
  • En un contexto en el que más del 60% de los hogares tiene problemas para llegar a fin de mes, hablar con tanta ligereza como hace el Gobierno de recuperación económica es el combustible del desencanto.
  • No podemos tolerar, ni normalizar como país, un escenario en el que los salarios de los jóvenes han caído de media un 5,5% en estos años.
  • Hay una deuda social que devolver desde los poderes públicos a la mayoría social del país.
  • España es hoy un país rico con trabajadores pobres. El crecimiento económico se ha desconectado del progreso social a través de una desigualdad social y de oportunidades, en cifras nunca vistas en nuestro país.
  • España puede y debe ser el 1r gran país de Europa Occidental que ponga en marcha una reforma constitucional inclusiva, abierta a la participación de la ciudadanía y que ponga voz a la España que ha de ser, a la España que queremos construir.
  • Cada generación debe ser protagonista de su tiempo. Y este es el tiempo de quienes no participaron en la redacción de la Constitución que acumula casi cuatro décadas de vida prácticamente inalterado.
  • Un movimiento reconstituyente, de abajo arriba, con un Congreso que abra las puertas a la participación de la sociedad civil, y que permita reconstituir, revigorizar nuestra Constitución.
  • Tengo la total convicción de que este proceso, reconstituyente para España, si se le puede definir de este modo, debe tener en cuenta la participación ciudadana desde el primer momento.
  • Nosotros no renegamos del pacto constitucional, como si hacen otros según convenga, unas veces negándolo y otras reivindicándolo para echar en cara la ruptura según proceda. 
  • El conservadurismo define a España como la nación en la que vivimos, y la socialdemocracia como la nación en la que queremos vivir.
  • Una izquierda que va más allá de la indignación moral ante la injusticia social, que también, pero que, a diferencia de otras izquierdas, tiene vocación de gobierno y que piensa no solo en la España que es, sino en la España que quiere ser.
  • Tenemos que promover iniciativas de apoyo financiero al emprendimiento, y acciones estatales de retorno, porque si la pérdida del talento es en sí un drama, la ausencia de una estrategia nacional en este ámbito es imperdonable.
  • La evidencia nos demuestra, muchas veces a través de hechos dramáticos, que el medio rural está en la primera línea en el combate contra el cambio climático.
  • La lucha contra la desigualdad no puede ceñirse a la simple confrontación entre territorios, por muy atractivo que sea este discurso para algunos.
  • Todo lo que un Estado independiente pretende ya lo garantiza el Estatut.
  • Podemos dice que no quiere la independencia pero defiende las acciones para proclamarla.
  • La independencia de TV3, la defensa de una salida constitucional y el cese del 155 si desaparecen las causas, enmiendas del PSOE al 155.
  • President, si decideix anar al Senat a demanar i oferir diàleg polític, jo l'acompanyo.
  • "Se han roto las reglas del juego y eso pone todo en riesgo, es normal que el Estado reaccione ante esto".
  • "Reclamamos abordar la cuestión de fondo. Debemos ir al origen del problema e iniciar el diálogo".
  • "La aplicación del 155 es el fracaso de la política. Reclamamos reflotar la política".
  • "Anant al Senat a demanar i oferir diàleg o convocant eleccions al Parlament aplicant la legalitat estatutària i de la LOREG".
  • “President, evitar l’aplicació de l’article 155 està en les seves mans. I pot comptar amb nosaltres per fer-ho”.
  • "Els Estats democràtics tenen el costum d’assegurar la vigència d les respectives constitucions en el conjunt del seu territori”.
  • "Si vosté, el Govern i majoria parlamentària que li dóna suport no accepten ja la legalitat constitucional i estatutària,el 155 és inevitable”.
  • “Vostè pot anar al Senat demà. M’ofereixo a acompanyar-lo. Si vol anar a demanar i oferir diàleg polític estaré al seu costat”.
  • “Al Senat podria reiterar q la independència no ha estat declarada i q el Govern està disposat a un diàleg sense apriorismes”.
  • “Pot fer dues coses: convocar eleccions al Parlament d’acord la legalitat vigent o anar al Senat”.
  • “Com vol, en aquesta circumstància, que no s’apliqui l’article 155? Però encara té l’oportunitat d’evitar-ne l’aplicació”.
  • “Va evitar respondre clar el requeriment i en la segona carta va dir que podria proclamar la independència quan cregués oportú”.
  • "Em podrà dir que l’ambient no és el més propici. I no li diré que no. Però això no és raó per defugir la seva responsabilitat".
  • “Vostè hauria d’haver anat al Senat a defensar les institucions d’autogovern i també a demanar i oferir un diàleg polític”.
  • “President, avui vostè no hauria de ser aquí. Aquest ple no s’hauria d’haver celebrat avui, i potser tampoc demà”.
  • “Malauradament avui no podem negar la divisió i l’esquerda de la societat. S’ha iniciat un camí de fractura”.
  • “Desd q el procés es va radicalitzar les institucions europees desaconsellaven amb fermesa moviments unilaterals i i il·legals”.
  • “Les 40 empreses més grans que han marxat representen el 30% del PIB català. Si us plau els demano, no ho minimitzin”.
  • “A d’altres països processos similars han estat irreversibles.És millor que marxi aquest Govern i que no marxin les empreses!”.
  • “Han marxat els dos bancs. Sis de les set empreses catalanes que cotitzen a l’Ibex 35. I més de 1.300 empreses més”.
  • “Quan algú els deia que els bancs i les grans empreses es veurien obligats a marxar, vostès alçaven el crit al cel”.
  • "La raó fonamental per la qual no poden procedir com pretenen fer-ho és que no tenen una majoria de la societat que ho avali”.
  • “Vostès van aprovar dues lleis que sabien perfectament que escapaven a les competències d’aquest Parlament”.
  • “L’origen del 155 no és altre q l’aprovació els dies 6 i 7 de setembre de la llei del referèndum i la llei de transitorietat”.
  • “Tenim 1 gran país però hem tingut 1 pèssim Govern q es va equivocar en tria d prioritats i ha estat incapaç d corregir errors”.
  • “El procés ha absorbit temps i energies,malbaratat recursos i no ens ha fet avançar ni un mil·límetre com a país ni societat”.
  • “Tenim avui una societat més dividida, una economia afeblida i un país més aïllat internacionalment”.
  • Podríamos decir que estamos ante un momento histórico, una vez más, pero realmente estamos en un momento de mucha responsabilidad histórica. Hay una historia compartida de Cataluña en España que nos une a través del tiempo.
  • “Fue el consenso, el acuerdo entre posiciones aparentemente irreconciliables, el punto de encuentro desde el que empezamos a construir una España constitucional, plenamente democrática y que, por primera vez en siglos, llegaba en hora a su cita con la Historia.”
  • “Juntos, hemos construido cuatro décadas de prosperidad económica, social y cultural, que coincidieron con el desarrollo de las mayores cotas de autogobierno para Cataluña en toda su historia.”
  • Lo hicimos posible cuando pensamos España más allá del vértigo de la inmediatez y el recuerdo amargo de las heridas del pasado.
  • Fueron ellos –la generación de 1978- los que, con esas herramientas, levantaron un edificio en el que cabía, por fin, la construcción de un espacio público en el que nadie tuviera que ocultarse por temor a expresar sus ideas. Un edificio que llenamos de solidaridad. Entre los territorios; pero también entre las personas.
  • “Todos los responsables políticos debemos ser conscientes de que todo esto es lo que se está poniendo en peligro.”
  • Nos mostramos decepcionados por la no convocatoria de elecciones y por esta nueva oportunidad perdida. Los ciudadanos no se merecen este espectáculo.
  • Por eso nos mostramos decepcionados por la no convocatoria de elecciones y por la nueva oportunidad perdida, la de hoy. Y también por este reiterado espectáculo, incertidumbres, indecisiones, moratorias, negaciones… La ciudadanía no se merece este espectáculo. De hecho, en buena medida, esto provoca desafección respecto de la utilidad de la representación política.
  • Porque la política es, por encima, de todo, aportar soluciones y servir a todos y de momento solo parece ofrecer problemas.
  • “Le decimos al president Puigdemont que todavía estamos a tiempo. Que no se escude en que no se le dan las garantías suficientes para convocar unas elecciones autonómicas.”
  • Hoy hemos presentado una enmienda a la aplicación del artículo 155 en el Senado, con la que pretendemos que este artículo no se active en caso de convocatoria electoral. Que si se vuelve a la normalidad democrática el Estado no aplicará el 155.
  • "Esta enmienda es una garantía; pero también una alternativa. Una alternativa para no defraudar a los españoles y los catalanes que han visto abierta una puerta a la esperanza. Es responsabilidad de todos que esta puerta siga abierta."
  • Esta es la posición del PSOE: hasta última hora intentar que el sentido común, la cordura, la sensatez se mantenga. Y es también la que ha expresado el primer secretario del PSC, Miquel Iceta en su intervención en el Parlament de Cataluña.
  • El Gobierno y el Partido Popular tienen que estar a la altura del momento transcendental en el que nos encontramos. El Gobierno tiene que ser consciente de que lo deseable es que la defensa del Estado de derecho tenga el mayor respaldo posible.
  • “Somos el partido que más está haciendo por buscar una solución democrática, de diálogo y vamos a seguir intentándolo hasta el último minuto.”
  • “Le reiteramos al Señor Puigdemont, si ha sido sincero, que las razones que le han llevado en las últimas horas a plantearse una convocatoria de elecciones en Cataluña se mantienen. ”
  • “Que tenga el coraje político necesario para hacer prevalecer los intereses de la mayoría sobre cualquier otro.”
  • Si existían esas razones esta mañana, a estas horas todavía no han desaparecido tales razones. Porque lo que está en juego es la convivencia, el futuro y el bienestar de Cataluña.
  • Le pedimos que tenga el coraje político necesario para hacer prevalecer los intereses de la mayoría sobre cualquier otro interés, sobre cualquier otro proyecto o propuesta. Que no se deje presionar por los que empujan a la confrontación y que tenga altura de miras. Que piense en los catalanes, en todos los catalanes. En todos. Que ejerza la ética de la responsabilidad, que es lo que en definitiva debería hacer cualquier gobernante”.
  • VIDEO DECLARACIÓN JOSÉ LUIS ÁBALOS

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