viernes, 1 de junio de 2018

DEBATE ALBERT RIVERA - PEDRO SÁNCHEZ MOCIÓN INVESTIDURA 31052018

El señor RIVERA DÍAZ: Gracias, presidenta. Hoy estamos, sin duda, en un momento trascendente en la historia de España, ante una moción de censura que puede cambiar las alianzas futuras y sobre todo quién manda en este país; y no me estoy refiriendo al candidato en este caso, sino a quien le acompaña, sus socios de gobierno. Pero también nos jugamos superar una crisis institucional sin precedentes. Coincidimos con la mayoría parlamentaria de esta Cámara en que esta legislatura está liquidada. 

La corrupción ha liquidado la legislatura; la corrupción y la condena al partido del Gobierno en la sentencia Gürtel han liquidado la confianza de esta Cámara en el Gobierno de España. Por lo tanto, el debate hoy no es si se ha acabado la legislatura o no, el debate es quién toma las riendas del país una vez que se acabe la legislatura. 

Por eso, estamos ante una triple crisis. Una crisis institucional; el CIS sigue situando la corrupción, a pesar de todo, como el segundo problema de España, y esta sentencia que condena al partido del Gobierno no va a ayudar, todo lo contrario. Tenemos una crisis constitucional, una crisis de valores democráticos, un golpe a la democracia que algunos partidos de esta Cámara han intentado dar en Cataluña, que por cierto son socios del señor Sánchez en esta moción. 

Por lo tanto, la unión, los derechos, la libertad, la igualdad entre españoles, también están en juego. Estamos tomando decisiones sabiendo que a un lado tenemos que regenerar la vida pública y volver a creer en la política, en las instituciones y en la democracia, pero, por otro, estamos también ante una crisis donde hay que garantizar la igualdad de los españoles, la unión de los españoles y que se respeten los derechos y libertades también en Cataluña, en mi tierra, allí donde gobiernan los que han intentado dar un golpe a la democracia. 

Y finalmente, tenemos una crisis económica que aún no hemos superado del todo. A pesar del triunfalismo del Gobierno, la realidad es que todavía hay muchas familias superando esa crisis, todavía hay mucha gente con sueldos precarios, todavía hay gente que no llega a final de mes con sus pensiones y, por tanto, hay que seguir trabajando para dar estabilidad económica, estabilidad financiera, en un momento complicado para Europa. 

Ante tres crisis de esta naturaleza —crisis de confianza, crisis constitucional y de unión y crisis económica—, en todo lo que hagamos en esta Cámara a partir de ahora, señorías, a mi juicio hay que tomar siempre la decisión adecuada para que estas tres crisis puedan tener solución en un futuro. Por eso, estamos de acuerdo en que la legislatura se ha acabado y estamos de acuerdo en que la corrupción la ha liquidado. 

No voy a parafrasear ni a leer frases de la sentencia que ya han leído el propio proponente, señor Ábalos, esta mañana y algunos otros portavoces. Hay perlas auténticas en esa sentencia Gürtel que acusan de una trama paralela de corrupción para llevarse mordidas de manera estructural, una especie de estructura paralela al Estado para financiar al partido que está en el Gobierno; eso, junto a la cuestión que afecta a la credibilidad del presidente del Gobierno, todo eso hace imposible continuar con esta legislatura y con este Gobierno. 

Con todo esto, por cierto, a estas alturas, faltando unas pocas horas para la moción, siendo socios de la investidura, habiendo votado los presupuestos de 2017 y 2018, habiendo apoyado la aplicación de la Constitución junto al Partido Socialista y al Partido Popular, a estas horas Ciudadanos no tiene noticias del señor Rajoy, ni una sola llamada, ni una sola propuesta. (Rumores y protestas.—Aplausos). 

Ya sé que les parece alucinante; a mí también. Pero la realidad es que el señor Rajoy, que tampoco está en el hemiciclo acompañándonos en una moción de censura a su propia persona y al propio presidente, y yo creo que ante un momento tan delicado hay que tener sentido de Estado y hay que mirar alto y no pensar en tu partido… (Fuertes rumores). No han gritado cuando hablaba Esquerra Republicana, solo cuando habla Ciudadanos, los del Partido Popular. (Aplausos). 

El señor Rajoy tenía que haber tomado las riendas en el momento en que se produjo esa sentencia judicial. Tenía que haber liderado una respuesta. La sensata era reunir a los grupos parlamentarios y decirles que la legislatura se ha agotado, que no tiene mayoría y que hay que dar una salida ordenada y democrática a la legislatura. 

Tenía que liderar, aunque fuera por primera vez, la salida de esta crisis institucional. Pero no lo ha hecho. El señor Rajoy no ha tomado ninguna decisión. Es más, a estas horas ni está en la Cámara ni la ha tomado y, por eso, como socio de la investidura, como socio de los presupuestos, como socio de la aplicación de la Constitución, precisamente porque hemos sido los únicos que le apoyaron en la investidura, precisamente porque somos los únicos que han estado ahí, con la Constitución, con España, con los presupuestos del 2017 y 2018, debo decirle que se equivocaron de adversario. 

Cuando el señor Rajoy hace pocos días me decía: Debería usted, señor Rivera, aprender del señor Sánchez y de la lealtad del señor Sánchez. Pues miren la lealtad: moción de censura presentada (aplausos) pocas horas después, sin ni siquiera consultar no solo a sus bases, sino que me consta que ni algunos diputados conocían esa presentación. El señor Rajoy nos decía también: Aprendan ustedes del Partido Nacionalista Vasco; un partido leal, un partido serio, con palabra. Pues ahí tienen ustedes la palabra: voto a favor de la moción de censura contra el Partido Popular. (Aplausos). 

El presidente del Gobierno debería estar aquí, debería tomar decisiones, debería hablar con aquellos que hemos sido absolutamente leales a este país, a la Constitución… (Rumores y protestas). 

Como les decía, lealtad a la Constitución, lealtad a una investidura y a un pacto que hemos estado aplicando hasta ahora, hasta que la corrupción en este caso ha liquidado la legislatura. Por tanto, no está aquí el señor Rajoy, pero debo decirle que tenía razón en que había ‘aprovechateguis’, pero no era Ciudadanos, eran aquellos que hoy son desleales con aquel acuerdo. (Aplausos). Pero ante esta tesitura todavía hay una última opción, todavía hay un último cartucho, todavía hay una manera que el propio candidato ha puesto encima de la mesa, y creo que ha sido muy honrado por su parte que lo diga abiertamente. 

El señor Sánchez ha dicho —corríjame si me equivoco, señor Sánchez— que si dimite el presidente del Gobierno cae la moción de censura. (Rumores). Eso es lo que ha dicho, y eso es lo que dice el Reglamento y la Constitución. Por tanto, el señor Rajoy, que no está aquí, el señor Rajoy, que no ha hablado con nosotros, el señor Rajoy tiene una última oportunidad para parar la moción de censura que él debería haber parado convocando elecciones, que es presentar su dimisión y permitir una salida ordenada de la legislatura. (Aplausos). 

Si el señor Rajoy ejerce esa responsabilidad, aunque sea tarde y mal, nosotros estamos dispuestos a hablar de cómo salir de este agujero en el que estamos metidos por culpa de la corrupción. Hay que asegurar la aplicación de la Constitución en Cataluña, hay que asegurar la ejecución de los Presupuestos Generales del Estado, hay que dar estabilidad mínima al país para poner un horizonte electoral a medio plazo que pueda garantizar, en definitiva, que los españoles, y no el señor Sánchez, con veintidós partidos, incluidos Bildu y Esquerra Republicana, decidan en un despacho. 

Estaremos de acuerdo en que, ante una crisis de confianza, lo que hay que recuperar, primero, es la confianza, y la confianza no la pueden dar veintidós partidos políticos separatistas, populistas, junto al Partido Socialista, sino que la confianza la tiene que dar el pueblo español. (Aplausos). 

Por tanto, aunque no hayan hablado con nosotros, se lo digo aquí en la tribuna porque no he tenido ocasión de hablar con el presidente del Gobierno, les propongo una salida pactada en este momento: que dimita el señor Rajoy, que se quede en funciones, pactamos la convocatoria de unas elecciones a medio plazo, aseguramos… (Protestas y rumores.—El señor Hernando Fraile: ¡Haz números!). La señora PRESIDENTA: Silencio, señorías. El señor RIVERA DÍAZ: Ustedes no quieren asumir la realidad. (Rumores). Voy a intentar seguir. (Rumores).

Es curioso que el partido del Gobierno interrumpa más al único socio que ha tenido en la legislatura que a todos los demás, que apoyan la moción de censura. (Aplausos). Por tanto, les propongo esa salida, porque estoy convencido de que si el señor Rajoy toma el liderazgo, aunque sea tarde, en este momento podemos evitar que Bildu, que el señor Tardà, que el señor Rufián, que el señor Torra, que el señor Puigdemont tomen el rumbo y las decisiones por nosotros. Vamos a devolverle la voz al pueblo español. (Aplausos). Es tarde pero estamos a tiempo, y creo que en este  momento es mejor pensar en España que en la carrera política de nadie. Ninguna carrera política… (Protestas y rumores). 

Es mejor pensar en este momento en España que en la carrera política de nadie. Ninguna carrera política hoy es más importante que España, ninguna (aplausos), y desde luego para devolver la voz al pueblo español la mayoría de estos grupos podrá contar con nosotros, para que los españoles voten, decidan, elijan. ¿Tienen miedo a que los españoles elijan de verdad? ¿Tienen miedo a que los españoles tomen nota de lo que ha pasado hoy aquí? ¿Tienen miedo a que los españoles vean el espectáculo de esta mañana y puedan elegir una alternativa? ¿Tienen miedo a eso? 

Algunos dicen: No, no convoquemos elecciones a ver si no ganamos nosotros. Bueno, es que eso es la democracia. La democracia no es convocar elecciones para que gane siempre tu partido. (Aplausos). Eso sería otra cosa, ¿no? Así que no tengan miedo al pueblo español; tengan miedo a los corruptos, al paro, a los problemas de España. Tengan miedo a todo eso. 

Ni el Partido Popular ni el Partido Socialista deberían temer, como se está viendo en este debate, al pueblo español. En el artículo 113 se habla de la moción de censura y la moción de censura en España tiene dos partes. Una, la censura al Gobierno, que es justamente de lo que estaba hablando. Hay que censurar a este Gobierno. Si fuera por separado la censura de un nuevo Gobierno, habría que votar a favor de esta moción de censura. 

Por tanto, sí. Si esto fuera un impeachment, un mecanismo simplemente para cambiar de Gobierno o para convocar elecciones, votaríamos que sí porque es justamente lo que estamos pidiendo, unas elecciones para acabar con esta legislatura. ¿Cuál es el problema de nuestro modelo? Que a eso hay que ponerle al lado un Gobierno, un objetivo de Gobierno y un pacto entre grupos parlamentarios. 

Ese es el problema, señor Sánchez, que usted puede coincidir conmigo, con mi grupo y con otros, en que hay que censurar al presidente del Gobierno y a su grupo en este momento, pero no estamos de acuerdo en que la solución, como he dicho antes, al problema constitucional que vive este país sea que Bildu, los antiguos amigos de Batasuna, que los señores de Esquerra Republicana, que el señor Puigdemont, que el señor Torra, ese que usted llama racista y yo también, porque lo es, tomen las riendas de nuestro país. 

Señor Sánchez, yo le miraba mientras escuchaba a estos grupos hablar y estoy convencido de que no solo usted, sino también muchos socialistas ven con bochorno que su partido, que es un partido constitucional, con tradición progresista, que defiende los valores de la igualdad y de la libertad, como nosotros y otros grupos, esté de la mano del señor Torra. El señor Torra, ese que usted dijo que era Le Pen —es verdad, yo estoy de acuerdo—, ese que usted dijo que era racista —es verdad, yo estoy de acuerdo—, ese que dijo que todos los diputados de esta Cámara que no sean catalanes son bestias con taras genéticas. 

Eso que dijo el señor Torra es racismo, nacionalismo, y no puedo entender, señor Sánchez, que usted, y sobre todo su partido —ya no solo usted, sino el Partido Socialista, con el que además tenemos acuerdos en muchas partes de España, con el que hemos aplicado la Constitución junto al partido conservador—, se dé la mano, vaya aliado con partidos de esta naturaleza. 

Yo creo que España se merece mucho más por eso señor Sánchez, no por no censurar al Gobierno, que hay que censurarle, sino por no apoyar a un Gobierno Frankenstein; eso que decía el señor Rubalcaba, eso que decía Felipe González, eso, en lo que en definitiva tenían razón, yo también lo pienso. Yo también pienso, como el señor González, que este Gobierno es imposible, que con ochenta y cinco diputados no sale. 

Yo también pienso, como el señor Guerra, que la unión de los españoles, en definitiva, es defender la igualdad y que no hay que ir con aquellos que quieren romper nuestro país. Yo también pienso, como el señor Lambán, el señor Page, el señor Bono o la señora Susana Díaz, que no vale gobernar a cualquier precio. 

Usted, señor Sánchez, legítimamente volvió a ser secretario general de su partido y, paradójicamente, consultó a las bases de su partido, cosa que hacemos algunos y practicamos —es sano consultar y hacer primarias—, pero a las bases de España, a los españoles no quiere consultarles. (Aplausos). No quiere consultar al pueblo español. La pregunta que hay que hacerse es: 

Además de censurar al Gobierno, ¿hay alternativa de Gobierno? ¿Se puede gobernar con ochenta y cuatro escaños? ¿Se puede gobernar con veintidós partidos políticos? ¿Se puede gobernar España con los que la quieren liquidar? La respuesta es clara: No. ¿Y sabe qué va a pasar? Que lo van a ver ustedes. Lo van a ver ustedes, lo decía el señor Rajoy y tenía razón. Si con 137 diputados y haciendo pactos con diferentes partidos ha sido muy complicado sacar medidas del pacto de investidura, ¿cómo van a poder gobernar España con ochenta y cuatro escaños y veintidós partidos y los señores que quieren liquidar España poniendo hipotecas a los españoles cada día? ¿Eso es lo que usted va a intentar? ¿O es que usted quiere ser presidente por unos meses? 

Porque yo creo que aquí hay otra cosa. Aquí no solo hay la voluntad de formar un Gobierno Frankenstein con veintidós partidos; aquí hay la voluntad de llegar a ser presidente de su país a cualquier precio. Le digo una cosa, señor Sánchez. Es legítimo querer ser presidente de un país, cosa que compartimos y seguro que también lo comparto con el señor Rajoy. El señor Rajoy, que es presidente, y usted, que ha sido candidato, y yo también seguramente sabemos que lo mejor que le puede pasar a alguien es poder participar de la vida pública de su país. Es legítimo que usted quiera ser presidente del Gobierno de España. 

Lo que no es legítimo es que usted quiera hacerlo con los que quieren liquidar España. Esa es la diferencia entre usted, señor Sánchez, y yo. Compartimos la censura y compartimos la Constitución, pero yo nunca seré presidente con el apoyo de los que quieren liquidar mi país. (Aplausos). Hay motivos para la censura por el caso Gürtel, por la sentencia y por las que quizá vendrán —ya veremos—, pero, señor Sánchez, que el partido de los ERE quiera pactar con el partido del tres per cent para quitar al partido de la Gürtel no parece tampoco una gran idea. (Aplausos). 

Si queremos regenerar la vida pública, démosles a los españoles la oportunidad de hacer borrón y cuenta nueva. Démosles el voto y, en definitiva, la confianza para que ellos elijan. A uno le puede gustar más o menos lo que voten los españoles, puede estar de acuerdo o no, le puede parecer que le han votado más o menos, pero no puede darle la espalda al pueblo español. 

Señor Sánchez, si es demócrata, si cree en la democracia, si no le tiene miedo al pueblo español, si quiere ser presidente de España legítimamente, le propongo simplemente que lleguemos a un acuerdo: que retire esta moción, que pactemos unas elecciones —con el Partido Popular, con Podemos o con quien sea— y pongamos voz al pueblo español para que no mande el señor de Bildu ni el señor Rufián ni el señor Tardà; que manden los españoles, que para eso nos pagan el sueldo y es a quien servimos, a todos los españoles. 

Por tanto, está a tiempo también y le propongo que rectifique y que no le tenga miedo a las urnas. Pongamos fecha, busquemos una salida, pactémosla entre los grupos. Al espectáculo de esta mañana del campeonato de corrupción entre el señor Ábalos y el señor Rajoy —a ver quién se tira más casos de corrupción, a ver quién critica más lo que ha hecho el otro partido—, al espectáculo del bipartidismo hay que ponerle fin dándole la voz al pueblo español y que ellos elijan. 

Si el espectáculo de esta mañana está legitimado en las urnas, no hay nada que decir. Si los españoles quieren más Gürtel, más ERE, más tres per cent y más corrupción, lo votarán. ¿Pero se han preguntado una cosa? ¿Y si los españoles están hartos? ¿Y si los españoles ya no aguantan más? ¿Y si los españoles quieren finiquitar esta etapa y abrir una nueva no de bipartidismo ni de rojos contra azules, sino de ciudadanos españoles que se dan la mano en lo importante, en lo que nos une, que es mucho más que lo que nos separa? 

Por tanto, les propongo que, en vez de tirarnos los platos a la cabeza, en vez de ver quién tiene más casos de corrupción entre ustedes, le demos una salida democrática a todo esto. Les digo una cosa, y me dirijo ahora al grupo que me precedía en la intervención, a Esquerra Republicana. Aprovechen estos meses para violar derechos y libertades. (Rumores y protestas). Aprovechen estos meses para que no se aplique la Constitución en Cataluña. Aprovechen estos meses de Gobierno Frankenstein para que no se pueda defender la libertad y la unión. Acosen a la gente estos meses. Señalen a la gente estos meses (rumores y protestas), porque ¿saben qué pasa? 

Que de aquí a muy poco tiempo los españoles van a decir basta y van a decir que en Cataluña también se cumple la Constitución. (Aplausos). Porque estoy convencido de que el pueblo español está tomando nota. Estoy convencido de que el pueblo español está viendo, por un lado, el espectáculo del bipartidismo y, por otro, a los que quieren sacar tajada de la debilidad institucional de nuestro país, y nosotros no vamos a permitir eso. 

Nosotros queremos una salida democrática, digna, pactada y en las urnas. Así es como mejor se escogen las cosas: decidiendo entre todo el pueblo español. Pero vamos también a su modelo, señor Sánchez, porque usted hablaba aquí de la nación de naciones. Otra vez ha vuelto a aflorar el proyecto que tenía detrás: la nación de naciones. 

¿Se acuerdan cuando pusieron en marcha la comisión de las naciones? Ustedes decían que era para ver cómo mejoraba el Estado autonómico. No, no, no; hoy lo hemos vuelto a ver aflorar. Era para hablar de nación de naciones. Era para decir que en el País Vasco hay que apoyar, como está proponiendo el PNV y Bildu, un estatuto vasco donde haya ciudadanos de primera y de segunda. Lo que usted ha dicho aquí la verdad es que me preocupa y me lo podría explicar en su intervención. ¿Cómo es eso de recuperar la parte inconstitucional de un estatuto? ¿Cómo se hace eso? 

Si es inconstitucional, señor Sánchez, estará usted de acuerdo con que no puede entrar en vigor otra vez. Estará usted de acuerdo con que si el Tribunal Constitucional ha dicho que no se puede salir de la Constitución, usted no puede poner en marcha algo contra la Constitución. Por tanto, ¿me puede decir cómo piensa liquidar, desde la Presidencia del Gobierno, supongo que de la mano del PDeCAT, de Torra, de Puigdemont, de Rufián, de todos sus portavoces, el estatuto constitucional? ¿Me puede usted decir qué tiene de malo que el estatuto de Cataluña sea constitucional? 

Porque a mí me gusta que el estatuto de mi tierra, que el estatuto de autonomía, sea constitucional, y no que los que quieren liquidar mi país le digan al presidente del Gobierno que haga leyes inconstitucionales. (Aplausos). 

Hay una diferencia importante entre ese Gobierno de veintidós partidos, con partidos que quieren liquidar España, y el Gobierno que a nuestro juicio debería salir de unas urnas, que sea un Gobierno que respeta la Constitución, que trabaja en la diversidad de España pero para unir también y facilitar que se den la mano de nuevo los españoles, en una nación, señor Sánchez, de ciudadanos libres e iguales, una nación que somos los españoles. 

Ya sé que ustedes dicen que Madrid es una nación, lo decía el candidato del Partido Socialista —ahora resulta que Madrid también es una nación—. Decían también que Formentera es un Estado a partir de ahora si el señor Sánchez gobierna. Hemos escuchado decir también —¿cómo era esa frase suya?— que hay tantas naciones como naciones tiene España: una frase de las suyas. Creo que eso es bastante más sencillo: España es un país, una nación de ciudadanos libres e iguales que en la diversidad somos más ricos, pero en la unión somos más fuertes. Eso es para mí España. (Aplausos). 

Por eso, apoyamos la censura y por eso no apoyamos a este Gobierno, y por eso no le apoyamos a usted como candidato con un Gobierno con veintidós partidos políticos porque, además de que le va a ser imposible gobernar, va a tener exigencias e hipotecas. Usted seguramente no nos ha contado buena parte de las hipotecas que tiene; es lógico, tiene que taparse la cabeza, los pies y las extremidades de los brazos y de las piernas, todo; tiene que taparse con la manta, y la manta es muy pequeña porque son 84 escaños. 

Usted ha venido claramente a convencer al Partido Nacionalista Vasco, es legítimo, pero a la vez quiere decir que usted tiene un proyecto de igualdad para los españoles. Pues es imposible porque si el Partido Nacionalista Vasco —que no se esconde y lo defiende— cree que la nación vasca —dicen ellos— es distinta, tiene privilegios y derechos distintos y hay ciudadanos de primera y de segunda, eso es incompatible con la igualdad de los españoles, como lo es el proyecto que nos ha dicho el señor Tardà. 

¿Usted cree que es compatible el modelo de su socio Tardà con el modelo de muchos socialistas constitucionalistas españoles, de muchos socialistas en Castilla y León, en Castilla-La Mancha, en Madrid, en Aragón, en todos los lugares? Yo estoy convencido de que no es compatible. Usted no nos ha contado lo que hay detrás de este pacto. Lo entiendo porque seguramente sería más escandaloso. Supongo que detrás de este pacto están los indultos que el señor Iceta defendió a capa y espada —así le fue— toda la campaña electoral. 

Hay que indultar a los que han dado un golpe de Estado en España: esa es la propuesta estrella del Partido Socialista en Cataluña. ¿Y no será mejor proteger a los que cumplen, a los servidores públicos y a los que son acosados y amenazados? ¿No será mejor defender la legalidad democrática que prometer indultos a aquellos que se han saltado la legalidad democrática? (Aplausos). Yo no quiero indultos. Estatutos inconstitucionales, estatutos con ciudadanos de primera y de segunda, privilegios, cupos y, por otro lado, indultos para los políticos que cometen delitos… 

Ese no es el modelo de Gobierno que nosotros queremos, señor Sánchez, y por eso no le podemos apoyar. Pero sí queremos apoyar una España que viene, una España distinta, una España que se abre paso, una España que además los españoles van a apoyar —estoy convencido— en las urnas, más allá de cuántos escaños tenga cada partido porque, gane quien gane las siguientes elecciones, lo que está claro es que los españoles quieren recuperar la dignidad, quieren volver a sentirse partícipes de la vida pública, quieren volver a sentir que todos somos iguales ante la ley y que nada, ni un puñado de escaños ni un pacto en un cuarto oscuro, cambian sus derechos y libertades. 

Señor Sánchez, yo no quiero un Gobierno zombi por la corrupción, pero tampoco quiero un Gobierno Frankestein con los que quieren liquidar España. Quiero un Gobierno fuerte, un Gobierno limpio, un Gobierno con legitimidad democrática, y la única legitimidad democrática que tenemos, con la crisis que estamos viviendo y con la falta de confianza que tenemos, nos la dan las urnas. 

Por eso, le pido, señor Sánchez, que rectifique, que no tenga miedo al pueblo español porque no pasa nada. Que gane el mejor, que los españoles escojan al que quieren que sea el presidente del Gobierno, la mayoría parlamentaria, pero no siga hurtando al pueblo español la capacidad de resolver lo que hoy está pasando aquí con un voto. 

El voto, en definitiva, es la munición de los demócratas, es lo que nos da fuerza, lo que nos da vida como demócratas, lo que da sentido a que estemos aquí. Estamos aquí sentados porque los españoles nos confiaron una legislatura. La legislatura se ha abortado, se ha liquidado, se ha acabado. Por tanto, la única salida democrática es que volvamos a las urnas y que los españoles vuelvan a situar a cada uno en su sitio, que escojan ellos lo que quieren para el futuro.

Déjenme que les diga también que en esa España que viene, una España diversa, una España unida, una España fuerte, una España limpia de corrupción, en esa España hay que sumar, no hay que restar. No podemos ir de la mano de los que nos quieren dividir, no podemos ir de la mano de los que quieren situar fronteras entre españoles. 

No hay nada más inmoral que una frontera entre compatriotas, no hay nada más inmoral que decir a un ciudadano de un país que unos son de primera y otros de segunda, no hay nada peor que hacer extranjeros en nuestro propio país a nuestras familias, y ese es el proyecto con el que usted se ha aliado, señor Sánchez. 

Supongo que usted quiere llegar a cualquier precio y le quiere quitar importancia, pero los que hemos defendido la Constitución en Cataluña, los que hemos conocido desde hace muchos años lo que pasa en Cataluña y los que además hemos ganado las elecciones en Cataluña sabemos que en este momento más que nunca, en vez de estar tirándose los platos a la cabeza socialistas y conservadores, deberíamos estar trabajando juntos para garantizar unas elecciones, pero también para garantizar la aplicación del 155, para garantizar los presupuestos, en definitiva para ir juntos y no separados. 

En definitiva, yo propongo un Gobierno escogido en las urnas, que recupere el prestigio, donde la gente vuelva a confiar, donde los españoles vuelvan a tener esperanza e ilusión en el futuro, donde no vivan bochornos, sino que en definitiva tengan oportunidades y vean y sueñen cada día con un país mejor. Este es un gran país. Ni siquiera sus socios de investidura, estoy convencido de que aunque lo intenten —vamos a intentar también los demás evitarlo— van a poder liquidar este país, porque ha costado mucho, y ustedes lo saben. Lo decía con razón y yo se lo reconozco. 

Hay muchos socialistas de pro, muchos hombres de Estado que venían de su partido, esos que hoy le recomiendan que no haga este Gobierno, esos hombres de Estado con los que yo me siento también partícipe de este país. Yo no tengo diferencias sustanciales en los temas importantes de país con esos socialistas que son hombres de Estado. Las tengo con su invento, las tengo con este pacto que no tiene ningún sentido para intentar gobernar España con los que quieren liquidar España. 

Por eso nosotros vamos a votar hoy sí a España, porque hay que mantener que España siga siendo un país unido, un país con libertades, con igualdad. Vamos a votar también sí al sentido de Estado, que nos obliga a buscar una solución democrática. Hay que intentar convencer al presidente del Gobierno hasta el último minuto de que tome la decisión, la única que puede tomar para ir a las urnas y para salir de una manera democrática. 

Hoy hay que votar que sí también a lo que hemos conseguido juntos, porque los españoles hemos conseguido muchas cosas juntos, pero nos tienen que servir para aprender y mirar al futuro. En definitiva, en la España que viene tiene que haber más esperanza que frustración, más ilusión que oportunismo, más ganas de cambiar las cosas que de que sigan igual. En la España que viene seguramente el bipartidismo formará parte, pero no podrá liderar una alternativa si no somos capaces de mirar al futuro juntos. 

En lo que sí han coincidido ustedes, señor Sánchez, eso sí, en esta legislatura con el Partido Popular es en no cambiar la Ley electoral —la han bloqueado juntos— y en no cambiar la fiscalía —han querido juntos que siga siendo el Gobierno el que la escoja—, y no han querido que el Poder Judicial se reforme, no han querido que haya un pacto educativo. 

En definitiva, en los temas en los que sí hay que ponerse de acuerdo ustedes nunca se ponen de acuerdo y en los temas en los que no habría que ponerse de acuerdo sino tener un modelo independiente, ustedes bloquean y pactan las reformas que necesita este país. Por tanto, si queremos reformas, si queremos cambios, necesitamos un Gobierno fuerte, no un Gobierno débil como el que usted propone. 

Si queremos mirar al futuro con esperanza pero unidos, no podemos dejar las riendas de nuestro futuro en manos de los que van a liquidar nuestro país. Por eso, señor Sánchez, desde la cercanía en algunos asuntos de tipo social, económico o constitucional, pero desde la absoluta distancia en esta fórmula que usted trae hoy aquí con los que quieren liquidar el país, con los populistas y con cualquiera que se arrime, nosotros no podemos legitimar lo que pueda suceder a partir de ahora con ese Gobierno en minoría, con un país en circunstancias complicadas, con una economía en circunstancias difíciles en este momento, como usted sabe, y también con una situación en Cataluña donde la pauta de lo que hagamos allí no la pueden marcar los que han intentado dividir a los catalanes. 

Para acabar, presidenta, estoy convencido de que muchos españoles no se han sentido representados esta mañana por ese debate de dos Españas mantenidas artificialmente, una batalla entre dos líderes políticos, uno tocado por la corrupción y otro que no ha ganado en las urnas, que no ganó una investidura, que además ha tenido que volver a replantear el proyecto de su partido y que hoy intenta llegar a La Moncloa de cualquier manera. Señor Sánchez, no se les puede dar la espalda a los españoles, hay que  darles la voz, no se les puede negar la voz, es el momento de darles la voz y no de tener miedo. 

Yo no les tengo miedo a los españoles, no tengo miedo a sus decisiones. A lo que sí tengo miedo es a que unos señores que quieren que este país no funcione, unos señores que quieren cargarse lo que se ha conseguido juntos, tomen las riendas de nuestro país. Por todo eso les propongo que abramos un nuevo tiempo. Usted decía esta mañana que hay que abrir un nuevo tiempo. Yo estoy de acuerdo, señor Sánchez, con que hay que abrir un nuevo tiempo, estoy seguro de que se ha acabado una etapa determinada en la que la corrupción marca el signo de los tiempos, también espero que en su partido y en otros casos de corrupción. 

Pero, señor Sánchez, esa nueva etapa de España, el nuevo tiempo de España, eso no lo puede abrir el señor Torra, eso no lo puede abrir el señor Rufián, eso no lo puede abrir Bildu, eso no lo pueden abrir los populistas, ese nuevo tiempo en España lo tienen que abrir los españoles votando, eligiendo y decidiendo. Por tanto, abramos un nuevo tiempo donde esa España que viene se abra paso, donde nos demos la mano los que pensamos lo mismo y donde no tengamos complejos, en definitiva, es sumar. 

Yo les tiendo la mano, y si hay unas elecciones democráticas, si los españoles escogen en las urnas, me comprometo aquí a que, pase lo que pase en esas elecciones, Ciudadanos estará para sumar, para hacer más fuerte este país y para tener un país más democrático. Y si alguien quiere romper este país o quiere seguir tapando la corrupción, nos tendrá enfrente. Muchas gracias. (Prolongados aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Ciudadanos, puestos en pie). 

El señor CANDIDATO A LA PRESIDENCIA DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Gracias, señora presidenta. Gracias, señor Rivera. No me ha quedado claro qué va a votar (risas), no sé si va a votar sí o no a la moción de censura, si se va a abstener. En definitiva, me gustaría que lo aclarara porque… (Rumores). … nos ha dicho sí a España, sí a un montón de cosas. 

Me imagino además que habrá recitado enfrente del espejo el discurso que nos ha referido a toda la Cámara, pero honestamente me parece que es un sumatorio de argumentarios, señor Rivera, dicho con todos los respetos. (Aplausos). Desde el momento en que se presentó la moción de censura…, voy a ir un día antes. 

Desde el 24 de mayo, el primero que salió, lógicamente, fue el señor Rivera en los medios de comunicación y dijo lo siguiente, dijo que había un antes y un después de esta sentencia y que convocaba una ejecutiva extraordinaria el ¡11 de junio! 

El viernes 25 de mayo el señor Villegas, en una comparecencia ante un medio de comunicación que pasará a la historia —como también la del señor Páramo— a la hora del conocimiento que tiene el Grupo Parlamentario de Ciudadanos de la Constitución y del Reglamento de esta Cámara, dice que no, que no hay moción de censura, que lo que se tiene que hacer es convocar unas elecciones anticipadas, desconociendo que cuando se presenta una moción de censura, lógicamente no se pueden convocar las elecciones anticipadas. 

Pero ¡qué más da!, en palabras del señor Páramo, esto es burocracia reglamentaria. (Rumores). El lunes 28 de mayo, el señor Rivera —inexplicablemente ese fin de semana parece que no salió en ningún medio de comunicación, se le echó de menos— en una rueda de prensa propuso dos iniciativas —porque el señor Rivera siempre tiene dos iniciativas para un mismo tema, al menos—. 

El señor Rivera dijo: En primer lugar, pactar con el señor Rajoy un adelanto electoral en otoño y, en segundo lugar, proponer al Partido Socialista que retirara la moción y que firmáramos otra con un candidato independiente. 

Al Grupo Parlamentario Popular y al señor Rajoy le pide adelantar las elecciones y a nosotros retirar la moción de censura y presentar una moción de censura para convocar las elecciones anticipadas; es decir, sorber y soplar al mismo tiempo, señor Rivera. ¡Eso no es posible en política! ¡Ni en la vida! (Aplausos). ¡Mójese, diga sí o no a la moción de censura! (Aplausos). 

Señor Rivera, el 30 de mayo —porque esto no acaba aquí—, sin haber hablado con ninguno de los candidatos potenciales, el señor Villegas propone en una conversación con el señor Ábalos a Javier Solana como candidato instrumental sin consultarlo lógicamente con estas personalidades. Luego aparece el señor Rivera en un medio de comunicación y propone a Javier Solana, a Ramón Jáuregui —me lo recordaba antes el diputado Ábalos—, a Nicolás Redondo o a Alfonso Guerra, sin haber hablado con ninguno de ellos, sin al menos la cortesía parlamentaria de haber hablado y de haber propuesto, y al Grupo Parlamentario Socialista y al Partido Socialista tampoco. 

Por cierto, señor Rivera, ¿por qué no propone usted a una mujer? (Rumores.—Aplausos). Ya que se pone a hablar de candidatos instrumentales, ¿por qué no propone usted a una mujer? (Rumores). Señor Rivera, lo que yo le digo es que no dé muchos circunloquios, no dé muchas vueltas, diga usted aquí y ahora si apoya la moción de censura o no, no diga que hasta el último momento va a intentar convencer al señor Rajoy de que adelante las elecciones y dimita. 

No, señor Rivera, ya no estamos en esa página, ya no estamos en esa pantalla, se va a producir una votación para saber exactamente el resultado de esa moción de censura. Señor Rivera, si usted quiere elecciones… Por cierto, a mí no me va a dar usted lecciones de democracia, ninguna, pues yo represento a un partido, al Partido Socialista Obrero Español, que en su historia ha defendido la democracia de este país antes de que usted llegara, señor Rivera, antes de que usted llegara. (Aplausos). ¿Cuál es el problema? 

¿El problema es convocar elecciones, señor Rivera? ¿O el problema es quién convoca esas elecciones, quién firma el decreto de convocatoria de esas elecciones? Yo creo que es más lo segundo que lo primero, señor Rivera. Por tanto, ya no estamos hablando de esa España que dice usted, estamos hablando de sus intereses electorales y partidarios, señor Rivera. Usted crece en las encuestas —y luego le haré una reflexión sobre las encuestas, señor Rivera— por la incapacidad del Partido Popular de hacer frente a su discurso irresponsable de confrontación territorial y por supuesto por la incapacidad del Grupo Parlamentario Popular en asumir las responsabilidades políticas. 

Por tanto, larga vida al señor Rajoy, señor Rivera, como presidente del Gobierno para seguir arañando expectativas electorales. (Aplausos). Usted no puede permitir esa estrategia electoral que le han vendido, que ha diseñado o que se ha creído —o todo a la vez, porque la verdad es que da igual, parece que usted tiene muchas cosas en la cabeza que luego cuesta mucho entender y cohesionar para darles coherencia—. (Rumores). 

Lo que le quiero decir, señor Rivera, es que usted no puede permitir que el Partido Popular renueve su liderazgo, haya un nuevo líder, porque si eso ocurre, señor Rivera, las expectativas electorales de su partido irán a la baja, caerán en picado. Por eso usted aquí nos dice que quiere adelantar las elecciones, que quiere que los españoles hablen —que son palabras muy grandilocuentes—, que el voto de los españoles es lo importante, que decidan ellos. 

Las otras soluciones que ofrece la Constitución —porque no se las está inventando el Partido Socialista ni mi persona— están recogidas en el artículo 113. Dice usted que hablen los españoles, pero en realidad, señor Rivera, lo que usted quisiera y quiere es que el señor Rajoy continúe de presidente del Gobierno para ver cocer en la salsa de la corrupción al Partido Popular mientras se deteriora todo el sistema democrático. 

Usted al menos tiene la esperanza de esa expectativa que le venden en las encuestas. (Aplausos). Señor Rivera, de verdad que para lo que le sirva, a lo mejor le encaja en su discurso preparado y precocinado. (Risas.—Rumores). De verdad, se lo digo en serio y, fíjese, se lo digo además con respeto. No cometa el mismo error que cometió el señor Iglesias cuando votó en contra de la investidura de un candidato socialista. 

El señor Iglesias, también como consecuencia de las expectativas electorales que tenía entonces por unas encuestas que decían que iba a ‘sorpassar’ al Partido Socialista— pensó legítimamente —no digo que no— que a lo mejor iba a superar al Partido Socialista, se iba a convertir en el líder de la oposición y se iba a instaurar un nuevo bipartidismo, como dijo en un determinado medio de comunicación en una entrevista. 

Señor Rivera, le digo con todo el cariño y todo el respeto que ya veremos si es usted tercera fuerza política en las elecciones. Si usurpa el espacio que tiene el Partido Popular y si este a partir de hoy hace sus deberes, ya le auguro un negro futuro. (Rumores.—Varios señores diputados: ¡Oh,oh, oh!). 

Luego, señor Rivera, usted habla de responsabilidad, habla de sentido de Estado. Si estas palabras no se acompañan de hechos, si no se acompañan de un contenido que sea consistente, quedan huecos. Nos habla de la necesidad de unir a los pueblos de España, de la necesidad de garantizar la igualdad, de garantizar la libertad, de que los compatriotas no podemos ceder fronteras. 

Con eso estamos todos de acuerdo, señor Rivera. El problema, señor Rivera, es que con su discurso incendiario en la crisis territorial lo que está haciendo es provocar más desafección, polarizar a las sociedades y no asumir ningún coste político como consecuencia del caudal de confianza que consiguió en Cataluña. Han pasado meses desde que se convocaron y se celebraron las elecciones en Cataluña el pasado 21 de diciembre. 

Ustedes fueron la primera fuerza política. ¿Hicieron algo? ¿Hablaron con algún grupo parlamentario? ¿Propusieron una salida a la situación que se vive en Cataluña? Lo único que hicieron, lógicamente, fue exigir al Gobierno de España el cumplimiento con la legalidad, decir que se quiere una solución política y, de nuevo, solamente proponer recursos ante el Tribunal Constitucional. 

En definitiva, señor Rivera, usted vive bien y vive a costa de la confrontación territorial. (Aplausos). Eso me recuerda a épocas pasadas. Eso me recuerda a las épocas de José María Aznar como presidente del Gobierno. ¿Sabe qué le digo, señor Rivera? Que enfrente va a tener al Partido Socialista que defiende el Estado autonómico, la descentralización, una España diversa y plural (aplausos), y no la España homogénea, uniformada que usted defiende. ¿Cuál es el valor de su palabra, señor Rivera? 

Yo, que no he estado en esta legislatura desde que dimití como diputado, no he estado muy atento al día a día de la realidad parlamentaria ni de los trabajos parlamentarios y, por tanto, toco de oídas, pero he escuchado, por ejemplo, al Grupo Parlamentario Popular en muchas ocasiones criticar de desleal al señor Rivera. 

No es que yo crea al Gobierno ni al Grupo Parlamentario Popular, pero alguna razón tiene para decirlo cuando el señor Rivera aparece cinco minutos antes que el señor Montoro para anunciar las grandes virtudes de los Presupuestos Generales del Estado y decir que son unos presupuestos naranjas. 

Como llegamos a un acuerdo de investidura, también le concedí el beneficio de la duda, pero lo que es para nota son las múltiples versiones que, a lo largo de estos últimos días, desde que se presentó la moción de censura, ustedes han estado virtiendo a los medios de comunicación. Señor Rivera, usted ha dicho que yo no contacté con usted para hablar sobre esta moción de censura. Usted miente, y lo sabe. (Aplausos.—Denegaciones). 

A lo mejor esto de la deslealtad empieza a coger algo de cuerpo, señorías del Grupo Parlamentario Popular. El señor Rivera me dice: Mejor no nos veamos, señor Sánchez; mejor que se vean el señor Ábalos y el señor Villegas. Lo digo más que nada porque, como ustedes han compartido la versión, yo voy a poner negro sobre blanco, para que conste en el Diario de Sesiones, qué es lo que ha ocurrido durante estos días. 

El señor Ábalos se reunió con el señor Villegas, y el señor Ábalos le dijo al señor Villegas: Si aquí hay un problema de convocatoria de elecciones, se soluciona, (el señor Rivera Diaz: ¿Y qué más?), habrá elecciones generales. No, nosotros lo que no queremos es que quien convoque las elecciones sea el señor Sánchez. 

Es más, usted presume y ha presumido en esta tribuna, señora Rivera, de que es una persona leal al Grupo Parlamentario Popular y al Gobierno y yo les voy a decir simplemente lo que dijo el señor Villegas sobre el horizonte de estabilidad y de lealtad que le proponía al Grupo Parlamentario Popular y al Gobierno de España en los próximos meses: No iban a apoyar su techo de gasto, iban a levantar los vetos a muchas de las leyes que ustedes han bloqueado en la Mesa y, por supuesto, iban a desestabilizar lo máximo posible al Gobierno de España y al Grupo Parlamentario Popular. (El señor Rivera Díaz: Lo saben ellos). 

Esto es lo que nos dijo el señor Rivera. (Protesta y aplausos del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso.—Un señor diputado: ¡Traidor!—La señora Vázquez Blanco: ¡Fuera! ¡Fuera!). Lo que ocurre, señor Rivera es que usted, simple y llanamente, no tiene palabra. (Rumores.—Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Socialista, puestos en pie). 

La señora PRESIDENTA: Les ruego silencio, señorías. Señorías, por favor. En el turno de réplica, por el Grupo Parlamentario Ciudadanos, tiene la palabra el señor Rivera Díez. 

El señor RIVERA DÍEZ: Gracias, señora presidenta. Yo me había propuesto no bajar al barro, al nivel de esta mañana entre el señor Ábalos y el señor Rajoy, y le confieso que no me veo capaz de bajar hasta donde usted ha bajado, porque España se merece bastante más de un presidente que lo que ha demostrado usted en esta tribuna. 

Pero también, que quede claro, le voy a decir la verdad. Lo que les dijimos a usted de que no apoyaríamos el techo de gasto se lo dijimos también al señor Martínez-Maíllo. Le dijimos exactamente lo mismo, porque no lo vamos a apoyar. (Aplausos). Y le dijimos al señor Martínez-Maíllo que aplicaríamos la sentencia del Constitucional en el sentido de los vetos en la Mesa, cumpliendo la sentencia del Constitucional. Por tanto, señor Sánchez, le dijimos exactamente lo mismo al partido con el que tenemos un pacto de investidura.

Por cierto, es verdad, usted me pidió con un SMS —ni siquiera me llamó— cuando presentó la moción de censura, a ver si hablábamos con alguien de Ciudadanos, y le remití al señor Villegas, que es mi secretario general y habló con el señor Ábalos. Creo que no estoy mintiendo, ¿verdad, señor Ábalos? Ustedes no propusieron convocar elecciones; ustedes quieren gobernar a cualquier precio durante un tiempo, porque usted, como se ha visto aquí, tiene mucho tiempo libre en Ferraz, pero no es diputado, no está en La Moncloa y quiere serlo a cualquier precio. (Aplausos). 

Desde luego, como le he dicho aquí delante de los demás, no tengo ningún problema, pero yo no voy a hacer como usted, yo no voy a contar aquí lo que usted me haya dicho del señor Iglesias o del señor Rajoy. Ni se me ocurriría porque, en definitiva, yo no soy como usted. Muchas gracias. (Aplausos). Vamos a intentar retomar el vuelo, porque el vuelo gallináceo para una moción de censura y un debate de Estado como este no es muy aconsejable. 

Lo que sí me ha sorprendido y me ha confirmado lo que leí en aquella portada de El Mundo es que el señor Sánchez, efectivamente, le está haciendo el boca a boca al Partido Popular. El señor Sánchez aquí, literalmente, ha defendido las bondades del Gobierno del Partido Popular, ha defendido los presupuestos de Ciudadanos. ¿A que son buenos los presupuestos de Ciudadanos con el Partido Popular? (Protestas). 

Por tanto, señor Sánchez, sí, efectivamente, esos presupuestos que negociamos en septiembre, por cierto, cuando ustedes estaban en el no es no, son los mismos presupuestos que usted dice que hay que aplicar, ¿quién tiene un problema? ¿Usted que no cree en esos presupuestos o nosotros que los hemos defendido? 

El problema lo tiene usted. Tenemos un futuro presidente de Gobierno, si no lo impide el señor Rajoy dimitiendo en el último instante, que va a aplicar los presupuestos que ayer estaba votando en contra en la Comisión de Economía. Ayer ustedes votaron con Podemos subir los impuestos. Ayer, no hace veinte días. (Aplausos). 

La intervención del señor Sánchez confirma lo que esperábamos, confirma que hay un pacto en el bipartidismo para aguantar como sea este régimen que se agota (rumores), un pacto para defender aquello que dijo el señor Sánchez de «el PP no está tan mal». (Continúan los rumores). Es que no me dejan hablar ni los de la izquierda ni los de la derecha, vaya. (Rumores). Sí, se acaba una etapa y ustedes necesitan salvarse. 

De hecho, me consta por fuentes socialistas —y usted lo sabe—, que ustedes en la Moncloa pactaron con el señor Rajoy alargar hasta el último día la legislatura con un único objetivo: intentar —decían ustedes— achicar espacios y que Ciudadanos no creciera en las encuestas. ¡Deje usted de mirar las encuestas, señor Sánchez, que ha presentado una moción mirando las encuestas! (Aplausos). 

Y si usted hubiera destinado la mitad de vehemencia, la mitad de garra, la mitad de ganas, incluso de pasión, que le ha dedicado a mi intervención con Esquerra Republicana, nos hubiera ido mejor. (Aplausos). Pero es que para usted, como para Esquerra Republicana —lo han visto los españoles—, el principal enemigo es Ciudadanos, que quiere defender la Constitución, que tiene Gobiernos con el Partido Socialista y que hemos llegado a acuerdos con el Partido Popular, y el aliado son aquellos que dicen que los españoles somos bestias con taras genéticas. Esos son sus aliados. Usted tiene un problema, señor Sánchez, y es que sus aliados creen que somos inferiores a aquellos que queremos ser españoles. 

Y no somos inferiores, somos iguales. Creen que hay que levantar fronteras entre españoles. ¿Y usted va a legitimar todo ese discurso? Usted hoy va a legitimar a aquellos señores que han intentado romper nuestro país, los que han intentado hacer extranjeras a nuestras familias en nuestra tierra, los que han acosado y han señalado a sus concejales y a los míos y a los del Partido Popular y a otros, los que han rodeado a jueces para que no salgan de la Consejería de Economía, los que han señalado a los magistrados, los que han señalado a sus familias. Esos hoy quiere que sean los socios del Gobierno de España. 

Por eso, señor Sánchez, no es no, por eso vamos a votar que no, porque no podemos legitimar que los que quieren liquidar este país lleguen al Gobierno de España. Por tanto, tome usted nota, que esa frase le suena: no es no, porque de esta manera no se puede llegar al Gobierno. 

Convoque elecciones usted si quiere y demostrará que no le tiene miedo al pueblo español. Pero si usted es finalmente investido presidente y no lo evita el señor Rajoy, si usted llega a presidente del Gobierno con todos estos socios, efectivamente vamos a hacer oposición a un Gobierno que, en definitiva, pretende desmantelar la igualdad entre españoles, que pretende liquidar la solidaridad y que pretende señalar a aquellos que piensan distinto; vamos a hacer frente a esos socios —los suyos— que pretenden sacar tajada de la debilidad de su Gobierno y de un posible presidente. 

¿Se acuerdan de aquello de «vamos a hacer una moción de censura contra Ciudadanos para que se retraten»? Pues, mire, ¿sabe cuál es la foto del retrato? El Partido Socialista con Bildu, con Esquerra Republicana, con Torra, con Puigdemont, con Podemos, con las Mareas y con Colau. Esa es la foto que usted tiene para gobernar con ochenta y cuatro escaños. Esa es la foto que se nos queda. (Aplausos). 

Claro que hay que censurar a este Gobierno, claro que hay que finiquitar la legislatura, claro que habrá que poner urnas y claro que tendrán que votar los españoles, pero lo harán precisamente para evitar que no vayamos de mal en peor, que no tengamos que escoger entre susto o muerte. Los españoles ya no tienen que escoger entre susto o muerte, ya no tienen que escoger entre corrupción o división, ya no tienen que escoger entre taparse la nariz para votar a los rojos o a los azules; los españoles tienen más alternativas, por suerte, diría. 

Por tanto, señor Sánchez, si usted es presidente de España porque el señor Rajoy no lo evita, si usted quiere ser presidente de España, solo le propongo una cosa: eleve usted un poquito más el listón de lo que hoy nos ha mostrado aquí y sea un poquito más beligerante con los que quieren liquidar nuestro país y un poquito más amable con los que en algunos aspectos compartimos proyecto de país. No se equivoque de adversario. 

El adversario, en este caso, de la democracia española es el separatismo, es el populismo, no es el constitucionalismo. Yo quiero que este país tenga un Gobierno entre constitucionalistas que pensamos distinto pero que tenemos valores comunes, que tenemos una Constitución que nos une, que es mejorable pero que nos une. 

Por tanto, señor Sánchez, estoy convencido de que muchos socialistas hoy no se sentirán satisfechos con pactar con los separatistas. Estoy convencido de que hay muchos socialistas que no entienden por qué durante cuarenta años han estado defendiendo la Constitución y la igualdad y hoy su secretario general intenta llegar al poder de cualquier manera con los que quieren liquidar la igualdad. Estoy convencido de que hay muchos socialistas de bien como el señor Guerra, que ha dicho frases que suscribo, como el señor Felipe González, como el señor Nicolás Redondo, como el señor Lambán, que pedía elecciones, o el señor García-Page. 

Todos esos compañeros suyos, señor Sánchez, no son mis adversarios, son mis compatriotas, comparto mucho con ellos. Y le diría que comparto mucho con usted también, salvo una cosa, que es llegar al poder a cualquier precio. España no se merece un Gobierno con veintidós partidos que quieren liquidar este país. España no se merece más debilidad, necesita más fortaleza. Por tanto, trabajaremos, ya veremos si con unas elecciones o con un Gobierno Frankenstein. 

En todo caso, para acabar, me quiero dirigir a los españoles que nos están viendo en este debate. Más allá de la batalla de hoy entre rojos y azules, más allá del no a Rajoy o el no a Sánchez, hay país, hay esperanza, hay ilusión. (Rumores). Hay una tercera España que se abre camino… Voy a intentar acabar, no se pongan nerviosos. Les decía que hay una tercera España que se abre camino, que no tiene que pegarse a garrotazos, que quiere sumar y no restar, que quiere unir y no dividir, que quiere darse la mano y no la espalda. Esa es la España en la que creo, esa es la España de ciudadanos libres e iguales que se dan la mano a pesar de la diversidad. (Rumores). 

Es la España que une a los españoles, la que nos ha traído hasta aquí y, sobre todo, es la España que nos tiene que llevar muy lejos. Por tanto, a los españoles que estén viéndonos, más allá de este debate, más allá del espectáculo de esta mañana, más allá del bajo nivel que hemos visto, más allá de los socios de Gobierno que pretende el señor Sánchez, más allá de la corrupción del Partido Popular… (Rumores).  

Intento acabar, ya queda poquito. Como les decía, esa España, en definitiva, que se abre camino entre rojos y azules, que quiere darse la mano, que quiere volver a levantar la democracia española, que quiere reconstruir los puentes, sí, entre españoles diversos pero unidos, esa España estoy convencido de que va a acabar llegando. 

Llegará un España en las urnas que va a impedir que personas como el señor Rajoy se enroquen en su escaño y no les importe España (rumores) y que personas como el señor Sánchez quieran llegar al Gobierno a cualquier precio. Se acabó tener que escoger entre lo malo y lo más malo. Ahora es momento de escoger, de votar, de elegir y, sobre todo, de escoger lo más bueno para España. 

Que decidan los españoles, que a ellos nos debemos. Muchas gracias. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Ciudadanos, puestos en pie). 

La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra el candidato a la Presidencia del Gobierno. 

El señor CANDIDATO A LA PRESIDENCIA DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Gracias, señora presidenta. Bueno, por fin nos ha dicho que va a votar en contra de la moción de censura. (Rumores). A lo mejor, con el torrente de palabras del señor Rivera, lo siento, pero no lo cogí. Este ejercicio de contorsionismo, señor Rivera, es simplemente posible en una personalidad política como la suya. 

¿Hay que censurar a este Gobierno? Sí, pero voy a votar en contra de esta moción de censura. ¿Hay que convocar elecciones anticipadas? Sí, pero voy a votar en contra de esta moción de censura para desbloquear la situación y que los españoles hablen. Señor Rivera, no se puede estar en los dos lados del balancín en política. Usted tiene que escoger. 

Al final, a la fuerza acaba escogiendo y mirando a la derecha. En fin, yo no he visto ningún peligroso independentista —por seguir con sus palabras— en la moción de censura que el Partido Socialista presentó al Partido Popular en la Comunidad de Madrid. Tampoco vi peligrosos independentistas —según sus palabras— en La Rioja ni en Murcia. ¿Y usted qué ha hecho finalmente, señor Rivera? Usted lo que ha hecho ha sido perpetuar al Partido Popular en los Gobiernos autonómicos. (Aplausos). 

El problema es que no son consistentes, que las palabras y los hechos no le acompañan, señor Rivera, y usted dice distintas cosas en función del día, del dúplex en el que está y, a partir de ahí, todos tenemos que hacernos una composición. Y no vuelva a mentir, señor Rivera. Usted no me quiso ver. Usted pidió que se vieran el señor Villegas y el señor Ábalos y que si merecía la pena, entonces ya nos podríamos reunir. 

Pero ustedes, señor Rivera, no quieren elecciones. No las quieren. (Rumores). ¡No las quieren! Porque nosotros hemos propuesto acordar con ustedes y con el resto de la Cámara la celebración de unas elecciones y usted simplemente dijo que no. ¿Cuál fue el problema, señor Rivera? 

Su problema, su resistencia, es que no quiere que sea yo quien firme ese decreto de convocatoria de las elecciones generales, señor Rivera. Usted lo que quiere es que continúe Mariano Rajoy como presidente del Gobierno. (Aplausos). Fíjese en lo que le digo, señor Rivera. Sí, claro, lo hace porque primero les señala y les dice que son un partido que no asume la corrupción y, por otro lado, les exige que tengan un discurso duro en Cataluña extendiendo o prolongando el artículo 155. 

Al menos convendría, dado que usted reivindica la autoría del artículo 155, que se leyera el acuerdo del Senado porque nosotros en las negociaciones que tuvimos con el Gobierno de España no vimos a ningún diputado o diputada de Ciudadanos negociando con el Gobierno y con el Partido Socialista. 

Es verdad que luego usted se puso la medalla; pero, en fin, estas cosas siempre ocurren cuando hablamos del señor Rivera y de Ciudadanos. En todo caso, señor Rivera, esa es su estrategia y eso es lo que ha quedado desvelado en este proceso de moción de censura. 

Si usted hubiera sido consecuente, coherente con sus palabras, diciendo que quiere elecciones generales, que quiere que los españoles y españolas hablen y decidan, lo que tendría que haber hecho es apoyar esta moción de censura. ¿Cuál es el problema, cuál es el dilema, cuál es la imposibilidad de hacerlo? Pues que usted no quiere desencantar demoscópicamente a los votantes desencantados del Partido Popular. (Rumores). Usted me dice que nosotros planteamos una retórica y una dialéctica parlamentaria de vuelo gallináceo —me parece que ha dicho— y que hay que levantar el vuelo y que hay que elevar el debate político. 

Yo estoy de acuerdo, señor Rivera, hay que hacerlo. Pero, insisto, la democracia no es solo demoscopia, señor Rivera, la democracia son principios, son valores, es consistencia, es coherencia. (Aplausos). Es que dice cosas que a mí me causan hasta rubor. Porque en el día en el que presentamos la moción de censura, en el día en que hemos escuchado las cosas que hemos escuchado del Grupo Parlamentario Popular hacia el Grupo Parlamentario Socialista y hacia mi persona, ¡usted me acusa de tener un pacto con el bipartidismo! ¡Así que nosotros votamos en contra del Partido Popular para que permanezca en el Gobierno y usted vota a favor de que Mariano Rajoy continúe en el Gobierno y dice que quien tiene un pacto con el Partido Popular es el Partido Socialista! ¡Hombre! (Aplausos).

Señor Rivera, ya lo hemos hablado en alguna ocasión cuando yo fui diputado y tuvimos la legislatura con la investidura y hablamos mucho sobre la política y se conocieron nuestros equipos e hicimos el acuerdo de investidura y demás. Yo creía honestamente, señor Rivera, que Ciudadanos iba a ser otra cosa. De verdad se lo digo. Creía que se podía abrir la expectativa. El señor Errejón me dice: «ya se lo dije yo». Bueno, reconozco mi error. 

Yo creía honestamente que Ciudadanos iba a ser otra cosa, que iba a ser un espacio de centro conservador que entendiera perfectamente lo que representa una visión conservadora de España pero autonómica que, en definitiva, viniera a regenerar la vida democrática de este país. Y al final, señor Rivera, usted ha venido aquí simplemente a vivir de la parálisis y la incapacidad del Partido Popular por resolver sus casos de corrupción. (Rumores). 

Y por eso, señor Rivera, esa estrategia que tiene usted de cuanto peor, mejor, ya le adelanto que va a ser cuanto peor, peor, para el país y para usted. (Los señores Rivera Díaz y Villegas Pérez señalan al orador). Parafraseando una de sus extraordinarias frases que pasarán a la historia del parlamentarismo, cuando salga de aquí y el Grupo Parlamentario Socialista vote a favor de esta moción de censura podré mirar a los ojos a los españoles. (Rumores.—Varios señores diputados: ¡Sí, sí!). Usted, señor Rivera, tendrá que agacharlos, porque no ha sido coherente con lo dicho y con lo hecho. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Socialista, puestos en pie.—Rumores).

No hay comentarios:

Publicar un comentario