miércoles, 16 de marzo de 2016

INTERVENCIONES PLENO 15 MARZO 2016 CONGRESO

El señor PRESIDENTE: Ahora damos paso al orden del día. En primer lugar, se debatirán conjuntamente, conforme a la solicitud de los grupos proponentes y según se ha trasladado a la Junta de Portavoces, la proposición no de ley del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, sobre la unidad de España, y la proposición no de ley del Grupo Parlamentario Ciudadanos, relativa a la defensa de la democracia, la igualdad y la unión de todos los españoles. 

Para la presentación de las iniciativas y, en su caso, para la defensa de las enmiendas tiene la palabra, en primer lugar, por el Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, que en este turno defenderá su proposición no de ley y también la enmienda que han presentado, la señora Montserrat, por un tiempo de diez minutos.

El señor RIVERA DÍAZ: Señor presidente, señorías, ciudadanos que nos ven en este Pleno, el siguiente después del debate de investidura, ¿por qué defendemos hoy aquí lo que parece obvio: la igualdad de todos los españoles, el respeto a las reglas de juego, a la democracia, y la unión del pueblo español y la soberanía nacional? 

Lo hacemos porque, lamentablemente, en los últimos meses y especialmente en Cataluña, en mi tierra, Junts pel Sí —que son dos grupos parlamentarios que están representados en esta Cámara democrática— defendieron y siguen defendiendo la ruptura de la legalidad democrática, la ruptura de la igualdad de los españoles y la ruptura de la convivencia en nuestro país. 

Frente a eso, frente a la tentación que algunos pueden tener de pensar que, como no hay Gobierno porque está en funciones, no tenemos Parlamento, hoy les quiero lanzar un mensaje claro a todos los españoles: hay Parlamento, hay legislador y hay una amplia mayoría que defiende y va a defender la unión de todos los españoles. 

Hoy los españoles tienen que saber que tres cuartas partes de esta Cámara van a apoyar lo que nos une, van a apoyar la Constitución española, van a apoyar cualquier reforma dentro del marco constitucional y van a apoyar que todos los españoles somos iguales ante la ley y todos decidimos sobre nuestro país; no por territorios, no por comunidades autónomas, no por provincias, no por comarcas, sino entre todos, como hacen las naciones más avanzadas del mundo. 

Hoy venimos a defender el artículo 1 de la Constitución. (Muestra un ejemplar de la Constitución española). Y dirán ustedes, está escrito en la Constitución —Constitución que, por cierto, en esta misma tribuna algunos han roto y otros han resquebrajado y otros quieren hacerlo políticamente—, pero nosotros venimos a defender que esta Constitución está viva, que esta Constitución es lo mejor que ha pasado en los últimos años de la historia de España, pero que es necesario revisarla y actualizarla, como cualquier otra constitución del mundo. Por tanto, el artículo 1 de la Constitución es fundamental. 

Para nosotros, la igualdad no se negocia, la unión de los españoles no es una moneda de cambio de ningún pacto de Gobierno ni de ninguna legislatura, sino que es algo fundamental para prosperar juntos en nuestro proyecto común. 

Finalmente, también queremos dejar claro en esta iniciativa que el Gobierno en funciones no puede hacer lo que quiera al estar en funciones, pero a la vez tiene que tener el apoyo de esta Cámara para tomar decisiones, al igual que queremos que esta Cámara diga claramente que el Poder Legislativo ampara y amparará al Gobierno en funciones para defender la legalidad democrática como se ha hecho de manera consensuada en los últimos meses y como se tiene que seguir haciendo gobierne quien gobierne, sea quien sea el presidente y sea cual sea la mayoría. 

Hoy los españoles pueden estar tranquilos porque sabrán que, después de esta votación, tres cuartas partes de la Cámara, tres cuartas partes del pueblo español dice que, gobierne quien gobierne, la igualdad y la unión no se negocian. Este es un mensaje de tranquilidad, de estabilidad política y también un mensaje de futuro para los españoles. 

¿Por qué traemos esta iniciativa en estos primeros pasos de esta legislatura? Como les decía, porque hay un reto, porque hay gente, hay diputados, hay parlamentarios y hay Gobiernos autonómicos que defienden la ruptura de nuestro país abiertamente. Hay una hoja de ruta pactada por grupos parlamentarios en el Parlamento de Cataluña que dicen abiertamente que en menos de dieciocho meses quieren dar un golpe contra la Constitución, saltarse las reglas del juego y, por tanto, menoscabar la igualdad y los derechos fundamentales de todos los españoles, también de los catalanes. 

Por tanto, queremos dejar clara esa posición. Nosotros, los que estamos aquí, representamos con gran honor a los ciudadanos españoles. Por otro lado, también queremos dejar claro hoy en esta iniciativa que, frente a los titubeos, frente a la tentación de los pactos, frente al intercambio de cromos, frente a cosas que han sucedido en los últimos años, algunos partidos no han trabajado por el bien común, sino que han intentado condicionar a los Gobiernos de España o a esta Cámara no por el bien común, sino por un bien particular —alguno incluso personal, como hemos visto en algunos casos de corrupción— y que, a partir de ahora en esta Cámara, los temas nacionales se tratan entre partidos nacionales, que invitamos a los partidos nacionalistas a participar de las reformas de este país, pero que nunca más los que quieren romper nuestro país pueden condicionar lo que queremos todos juntos. 

Por consiguiente, esta mayoría parlamentaria de tres cuartas partes que hoy se va a visualizar en esta Cámara representa a millones y millones de españoles, por lo que también quiero dejar claro en esta tribuna que no vamos a reformar la Constitución para contentar al señor Mas o al señor Junqueras, pero que sí podemos satisfacer a la inmensa mayoría de los españoles con un proyecto que se renueva, con un proyecto que vuelve a coger impulso, con un proyecto que tiene que cambiar muchas políticas, no solo la Constitución —políticas económicas, políticas sociales, políticas de justicia, educativas—, que pueden, a través de la actualización de nuestra Carta Magna, impulsar nuevamente el proyecto común. 

Por tanto, no es el objeto de esta iniciativa, ni de la reforma constitucional que algunos defendemos, contentar a los que nunca estarán contentos; sí es el objeto de la misma el que los españoles, que son los que atesoran la soberanía nacional, estén satisfechos con quienes les gobiernan y con las Cámaras que les representan. Finalmente, quería también dejar claro que, aunque algunos digan mentiras mil veces, no por repetirlas mil veces van a ser verdad, aunque a algunos ya les gustaría. 

Hemos escuchado en los últimos años, incluso a algunos partidos de ámbito nacional como Podemos, que han caído en la trampa de ese discurso, invocar, por ejemplo, el derecho de autodeterminación. El derecho de autodeterminación es un derecho que la Carta de Naciones Unidas, en su Resolución de 1960, deja claro que es para pueblos oprimidos, para minorías perseguidas, para persecución, en este caso étnica o religiosa, pero en ningún caso se puede invocar el derecho de autodeterminación en un país democrático porque sería tanto como reconocer que no somos una democracia, porque sería tanto como reconocer que perseguimos a las minorías, porque sería tanto como reconocer que no hay autogobierno en Cataluña, en Euskadi o en cualquier otro territorio. Les invito a leer el punto 6 de la Resolución 1514, de 1960, lean lo que dice. 

Nunca se podrá invocar el derecho a la autodeterminación para romper unidades nacionales, ni países que pertenecen a la propia entidad, a Naciones Unidas. Por tanto, no vale invocar el derecho de autodeterminación porque es falso, porque es un derecho que no se puede invocar en un país democrático. Solo hay una constitución en el mundo que recoge ese derecho, la de Etiopía, que no es precisamente un ejemplo de la prosperidad ni democrática ni económica ni social que nosotros queremos. 

El resto de constituciones reconocen la reforma, la capacidad de cambio, pero en ningún caso la ruptura como fórmula de trabajo. Segunda mentira, la Constitución española es un muro, la Transición fue una mordaza, esta Constitución es antigua. Miren, es de las constituciones más nuevas de Europa porque hay constituciones de los años sesenta, de los años setenta y hay otras, como la de Estados Unidos, de dos siglos o dos siglos y pico. Por tanto, es falso. Segundo, es un muro porque no se puede reformar. Falso.

La Constitución española, a diferencia de otras constituciones, se puede cambiar. Es más, podemos cambiar hasta el modelo de Estado. Yo les invito a que lo intenten en la Constitución italiana. No pueden. Yo les invito a que intenten cambiar el modelo federal en Alemania. No pueden. 

Pero en España sí podemos escoger si queremos ser monarquía o república, podemos escoger si queremos autonomías o modelo más federal, o menos autonomía. Porque nos dieron, nuestros padres de la Constitución, una Carta Magna abierta, flexible, para adaptarla a los tiempos. 

Por lo tanto, es mentira que nuestra Constitución sea antigua, es de las más nuevas; es mentira que nuestra Constitución no se pueda cambiar. Lo que pasa, señores, lo que sí es verdad, es que se tiene que cambiar por amplias mayorías; por suerte, porque, si no, las minorías impondrían al resto de la población cuestiones que no son aceptadas por la mayoría. ¿Queremos desde Ciudadanos reformar la Constitución, actualizarla o mejorarla? Sí. ¿Queremos que algunos rompan nuestra Carta Magna, nuestra convivencia y nuestra unión? No, nunca; ni lo vamos a permitir democráticamente, con esta votación lo vamos a demostrar. 

Así que es tiempo de reformas, es tiempo de una nueva etapa política, pero no es tiempo de romper lo que nos une. No es tiempo de dinamitar la convivencia ni la unión entre españoles. No es tiempo del privilegio ni la desigualdad, es tiempo de igualdad, de convivencia y de prosperidad para todos los españoles. 

Por amplia mayoría deberemos reformar la Constitución española y el resultado de la votación que hoy se va a ver aquí es el necesario para reformar la Constitución, y yo invito al Partido Popular a que igual que acordamos hoy votar este punto conjuntamente, que además recoge el acuerdo entre el Partido Socialista y Ciudadanos —es el mismo punto del mismo texto—, ya que vamos a votar esto así, ¿por qué no vamos pensando si entre la inmensa mayoría de esta Cámara, que somos tres cuartas partes de la población española, empezamos a ver en qué puntos nos une la reforma constitucional? 

Yo les dejo decidir si recogen el guante o no a esta reforma. Insisto, una reforma para refortalecer el proyecto común, una reforma para garantizar la igualdad entre españoles, una reforma para limpiar y sanear nuestra democracia, no una reforma para romperla como a algunos les gustaría. Así que yo invito a la mayoría amplia, amplísima, que va a votar hoy este punto que también pensemos que en un futuro nos va a tocar actualizar e impulsar nuevamente nuestro proyecto común. 

Así que con el texto que ha quedado finalmente, transaccionado con el Grupo Socialista, sumado a la iniciativa que presentó días más tarde el Grupo Popular pero que recoge básicamente lo mismo —la unión, la soberanía, el respeto a la Constitución y la convivencia—, hoy votemos juntos esto. Invitamos a los demás partidos a que se sumen a cualquier reforma de nuestra Constitución, a cualquier cambio dentro de la ley y también queremos dejar claro a aquellos que quieren romper la convivencia, a aquellos que quieren romper lo que nos une, que la democracia española tiene mecanismos para reformarse, pero que la democracia española tiene mecanismos también para hacerle cumplir la ley a todo el mundo. 

Por lo tanto, hoy el Gobierno en funciones tiene también un aval de esta Cámara para seguir haciendo cumplir las leyes en todo el conjunto del territorio español. Finalmente, haré una reflexión. Hay algo que comparto con matices, no exactamente como lo ha dicho la representante del Partido Popular, aunque comparto la mayoría de su intervención. Yo creo que España no es un proyecto identitario. 

España es un proyecto civil. España es un proyecto de valores civiles. España es un proyecto donde no hay una identidad común, ni en España, ni en Cataluña en particular, ni en el País Vasco; hay 47 millones de identidades, cada uno tiene su identidad individual, cada uno tiene su libertad de interpretar este país como quiere y sentirse como quiera sentirse. No pretendemos decirle a nadie en qué lengua tiene que hablar porque, por suerte, tenemos varias lenguas oficiales y cooficiales. 

No pretendemos decirle a nadie cómo se tiene que sentir, cada uno que se sienta como le apetezca. No pretendemos decirle a nadie ni siquiera que se sienta más español o menos. Simplemente le pedimos que comparta un proyecto común, que respeten las leyes democráticas y que participen de las reformas de este país. 

Ese es nuestro modelo de España, una España diversa pero una España unida, una España que defiende valores civiles más allá de las identidades particulares e individuales de cada español, a los que respetamos profundamente. Por tanto, señorías, queremos que hoy se dé el primer paso para una amplia mayoría que sirva para garantizar la unión, pero que sirva también en un futuro para revisar e impulsar una nueva etapa política ilusionante, reformista, con ganas de volver a poner a España y a los españoles donde se merecen. En definitiva, señores, España merece la pena, pero, sobre todo, los españoles se lo merecen. Muchas gracias. (Aplausos).


La señora BATET LAMAÑA: Gracias, señor presidente. Señorías, se traen a esta Cámara dos iniciativas en las que se insta al Gobierno a defender la legalidad y a reafirmar valores que están en nuestra Constitución, como la igualdad entre españoles, la integridad territorial o la unidad de España. El Grupo Socialista, más allá de mostrar la conformidad y la defensa de la Constitución, como siempre hemos hecho, ha presentado una enmienda con el objetivo de ofrecer una solución política a la crisis territorial, que es uno de los principales problemas políticos que tiene nuestro país. 

Es obvio que compartimos, como cualquier demócrata que el Gobierno, así como todos los poderes públicos, tiene que defender la legalidad vigente. El imperio de la ley ha sido, sin duda, una de las grandes conquistas de la civilización y es el origen último de nuestra libertad. Dicho esto, el Parlamento está para plantear soluciones a los problemas reales de los ciudadanos y nos tenemos que preguntar: ¿no sería mucho más útil estar sustanciando hoy, por ejemplo, la comparecencia del presidente del Gobierno en funciones para que fuera al Consejo Europeo con una posición común, con un mandato de este Parlamento, para atender la mayor crisis humanitaria, la más dolorosa y alarmante, que estamos viviendo? (Aplausos). 

Nos tenemos que preguntar: ¿resultamos realmente útiles? Esta Cámara, este Parlamento, ¿resulta útil a los ciudadanos votando la Constitución en forma de proposiciones no de ley? ¿Aporta algo, aporta alguna solución o deberíamos ir más allá? La respuesta, desde nuestro punto de vista, es que esta Cámara debe hacer política y, señora Montserrat, para nosotros hacer política no es solo decir que hay que cumplir la ley y la Constitución, que cae por su propio peso, es una obviedad, sino que hacer política es dialogar (Rumores), hacer política es escuchar, es entenderse con el otro, es aproximarse, es buscar puntos de encuentro, es acordar. (Rumores).

Eso es algo que no han hecho durante estos cuatro años y me temo que tampoco lo están haciendo en esta nueva legislatura. (Un señor diputado del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso pronuncia palabras que no se perciben). 

Las dos proposiciones no de ley subrayan que se debe respetar la Constitución cuando esta habla de la unidad de España, la soberanía nacional o la igualdad entre españoles —nosotros estamos de acuerdo—, pero también se debe respetar la Constitución en lo que se refiere a ser un Estado social, al derecho de huelga como un derecho fundamental y, por tanto, no restringible (Aplausos), al reconocimiento de la diversidad de España, de sus lenguas, de sus culturas o de la autonomía política de las comunidades autónomas. 

Todo eso y muchas otras cosas también están en nuestra Constitución y también debe ser respetado. (Aplausos). Pensamos que la solución a los problemas territoriales no vendrá de proclamas solemnes, sobreactuadas y resistencialistas como las del Grupo Parlamentario Popular, sino de ponernos a trabajar para tener un país mejor, y eso es precisamente lo que han hecho el Grupo Parlamentario Socialista y el Grupo Parlamentario Ciudadanos. 

La solución a los problemas territoriales, la mejor manera de defender la unión entre todos los ciudadanos, es construir una España mejor desde los poderes públicos, es apostar por un país que reconozca la diversidad de manera sincera y orgullosa, es invertir en educación, es invertir en sanidad, es democratizar las instituciones, es generar bienestar, es que el Estado defienda las culturas y las lenguas —todas las lenguas españolas— como una riqueza propia, es tener un proyecto de país que clarifique las competencias de cada cual para evitar la actual conflictividad, es reformar el Senado para que las comunidades autónomas se sientan representadas y participen activamente en un proyecto y en una gobernanza común, y es también un sistema de financiación más justo. 

Todo esto, desde nuestro punto de vista, es una manera mucho más útil y eficaz de defender la unidad de España. Pero, hablemos claro: más allá de reafirmaciones sobre principios constitucionales, estas proposiciones no de ley van sobre uno de los principales problemas políticos que tenemos como país, que es la crisis territorial en Cataluña. A ello han hecho referencia los dos oradores que me han precedido. 

Los problemas políticos no se solucionan exclusivamente, como ya he dicho, alegando el cumplimiento de la ley. La actual situación de Cataluña exige una solución política, lo llevamos diciendo desde hace más de cuatro años. Para los socialistas, esta solución pasa por una reforma constitucional para caminar hacia una España federal. 

El Partido Socialista entiende España como un país plural, como un país diverso, y esa es una de las mayores riquezas que tenemos y es una riqueza colectiva de la que todos deberíamos sentirnos orgullosos. Hoy, es cierto, hay muchos catalanes descontentos con la actual relación entre Cataluña y el resto de España. 

Algunos se querrán ir hagamos lo que hagamos, pero estoy segura, estamos seguros en el Grupo Parlamentario Socialista de que la mayoría, la inmensa mayoría de esos catalanes, así como de otros muchos españoles, están esperando a que cambiemos algunas cosas para volver a sentirse parte de un proyecto común, ilusionante, un proyecto que podamos seguir construyendo juntos y conquistando juntos. 

El mejor servicio que podemos hacer como representantes de todos los ciudadanos es huir de la confrontación y buscar el diálogo. Hay que defender la ley porque fuera de la ley solo existe la arbitrariedad, pero no compartimos que ello derive en una retórica vacía y contundente contra el independentismo, porque eso ya lo ha estado practicando cuatro años el Gobierno del Partido Popular y nos ha conducido hasta aquí. (Aplausos). 

De hecho, eso es lo fácil pero es tan fácil como estéril y dañino. Vayamos más allá, cambiemos el rumbo porque eso es lo que nos está pidiendo la inmensa mayoría de ciudadanos de este país; defendamos el Estado de derecho pero luego hagamos política, busquemos lo que nos une, abordemos la reforma del marco de convivencia, abordemos una reforma constitucional entre todos y contando con todos, porque defender hoy la reforma de la Constitución es la mejor manera de defender la Constitución. Muchas gracias. (Aplausos).

El señor PRESIDENTE: Continuamos con la proposición no de ley del Grupo Parlamentario Socialista, relativa a recuperar el Pacto de Toledo, como expresión de consenso político, y el diálogo social, con el fin de acordar las medidas que permitan asegurar pensiones dignas y fortalecer la viabilidad del sistema público de pensiones. Para la presentación de la iniciativa, tiene la palabra, por siete minutos, la señora Rodríguez Fernández.

La señora RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ: Señor presidente, señorías, tengo que reconocer que me siento muy honrada de que la primera iniciativa que defiende el Grupo Parlamentario Socialista en esta Cámara sea sobre la reconstrucción del Pacto de Toledo y la dignidad de nuestro sistema de pensiones, que es lo mismo que defender la seguridad y la dignidad de los más de 8,5 millones de hombres y mujeres, muchos de ellos y ellas viudos, mayores, enfermos… (Rumores). 

El señor PRESIDENTE: Un momento, señora Rodríguez. Por favor, guarden silencio, y los que tengan que discurrir por el Parlamento hacia las afueras que lo hagan también en silencio, por favor. 

La señora RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ: Gracias, señor presidente. Decía que defender el Pacto de Toledo y la dignidad de nuestro sistema de pensiones es tanto como defender la seguridad y la dignidad de esos 8,5 millones de personas, de mujeres y hombres, muchos de ellos viudos y viudas, mayores y enfermos que viven de una pensión, aunque quizá sea más de justicia decir que han trabajado duramente para poder vivir hoy de una pensión y que han sido los grandes héroes de esta crisis, porque muchas de las familias de nuestro país han aguantado la falta de trabajo y el recorte de las prestaciones por desempleo porque estaban los abuelos y abuelas y sus pensiones para dar de comer a sus hijos y a sus nietos. 

Es la primera iniciativa de esta legislatura del Grupo Parlamentario Socialista; una iniciativa sobre la defensa de las pensiones; una iniciativa sobre personas, sobre los problemas de las personas. Es importante la patria, señorías, muy importante, pero, más allá de la retórica vacía y a veces hueca, la patria es la gente, nuestra gente, sus problemas, sus deseos, sus expectativas, sus esperanzas. (Aplausos). 

Eso es lo verdaderamente importante para el Grupo Parlamentario Socialista y eso será —me atrevo a decirlo en nombre de todos mis compañeros y compañeras— lo que marque nuestro trabajo político en esta Cámara: traer aquí la voz y los problemas de la ciudadanía; perseguir aquí la mejora de la calidad de vida de nuestros compatriotas. Eso es ser patriota, y no hablar de la unidad de España. 

Señorías, el sistema público de Seguridad Social —y, dentro de él, el sistema de pensiones— constituye la pieza más importante de nuestro Estado del bienestar, como plasmación de una acción solidaria y redistributiva garante de la cohesión social. Nuestro sistema público de pensiones —y remarco lo de público— es un gran pacto entre generaciones, entre trabajadores activos y trabajadores jubilados, para la defensa de su mutuo bienestar; un sistema que hemos construido entre todos, pero que se ha visto amenazado —me atrevería a decir que seriamente amenazado— desde el año 2012 por las políticas del Partido Popular.

Para empezar, las pensiones no han subido tanto como dicen sus señorías del Partido Popular. A nosotros nos acusan una y otra vez de haber congelado un año las pensiones, y pudimos cometer un error, pero la cuantía de las pensiones mínimas subió más de un 53% en siete años y con el Partido Popular la subida no ha llegado al 6% en cinco años. Y en general, digan lo que digan sus señorías del Partido Popular, en esta legislatura las pensiones no han subido más que un raquítico 3,75%, lo que significa 33 euros en cuatro años en una pensión media que no alcanza los 900 euros. 

El Partido Popular se ha pulido —y perdonen que lo diga con esta expresión— además el Fondo de reserva de la Seguridad Social. En lo que va de legislatura, el Partido Popular ha sacado de la hucha de las pensiones más de 47.200 millones de euros, a los que hay que sumar —aunque son más opacos, señorías, pero hay que sumarlos— los más de 8.600 millones de euros que han esquilmado de los fondos de las mutuas. 

En total, y lo voy a decir con todas las cifras, señorías, han sido 55.822 millones de euros los que el Partido Popular ha sacado de las arcas públicas de los pensionistas. En fácil, para que nos entiendan todos, el Partido Popular se ha gastado 6.560 euros de cada uno de los pensionistas de nuestro país. 

Ustedes, señorías del Partido Popular, que después de más de cuatro años siguen hablando de la herencia socialista, deberían también recordar esta herencia: los socialistas dejamos, después de haber gobernado cuatro años de dura crisis, más de 66.800 millones de euros en el Fondo de reserva; ustedes van a dejar —porque espero que sea así, que lo vayan a dejar después de haber gobernado cuatro años de dura crisis— poco más de 32.000 millones de euros. 

En cuatro años, señorías del Partido Popular, se han gastado más de la mitad del Fondo de reserva, y la autoridad independiente que ustedes crearon cuando dicen que no nos rescataron nos acaba de advertir que si seguimos a este ritmo y no cambiamos las políticas de seguridad social, el Fondo de reserva, la hucha de todos los pensionistas se va a agotar en menos de dos años. 

Ustedes me dirán seguramente, señorías, lo han dicho siempre: es que no hay fondos para pagar las pensiones, y yo les contestaré, señorías del Partido Popular, que cómo va a haberlos con su política de empleo. Les daré un ejemplo: entre enero y noviembre del año 2015, los cotizantes a la Seguridad Social ha subido casi un 4% y, sin embargo, la recaudación por cotizaciones a la Seguridad Social han subido poco más de un 1%. ¿Saben por qué se produce esta disfunción? 

Porque con un modelo de empleo precario —un modelo de empleo basado en la devaluación salarial, un modelo en el que no se controlan las horas extraordinarias ilegales, un modelo en el que no se controla el fraude en la contratación temporal— y con una política de empleo que se basa en la exención de cotizaciones a la Seguridad Social no se llena la caja de las pensiones. 

Es su política de empleo, señorías del Partido Popular, la que está poniendo en riesgo las pensiones. Si no cambiamos entre todos la política de empleo del Partido Popular, señorías, corremos el riesgo cierto de que no podamos tener pensiones en el futuro. (Aplausos). 

Señorías del Partido Popular, nosotros tenemos herencia, pero ustedes tienen algunos récords que conviene recordar: tienen el récord de haberse firmado más de 17 millones de contratos precarios en un solo año; tienen el récord de haber bajado más de un 3% los salarios en una legislatura; tienen el récord vergonzoso de tener más de 2,5 millones de trabajadores pobres y de haber hecho que por primera vez en la historia de la democracia la Seguridad Social tenga déficit cada uno de los cuatro años de su mandato. Esto, señorías, lo han hecho solos, ustedes solos; no les ha ayudado nadie, han sido ustedes solos. 

Y quizá lo peor de todo sea que han despreciado el pacto político y social que significa el Pacto de Toledo. En el año 1995 las fuerzas políticas y sociales de nuestro país decidimos que las políticas de seguridad social tenían que estar al margen de la lucha partidaria, que el modelo de pensiones de nuestro país era tan importante para la conformación de nuestro modelo de convivencia que tenía que estar basado en grandes acuerdos sociales en lugar de en grandes acuerdos políticos, y ustedes, señorías, han quebrado ese consenso y debilitado hasta el extremo el Pacto de Toledo. 

Nada de lo que han hecho en pensiones, nada de lo que han hecho en seguridad social ha contado con el consenso de ninguna fuerza política. Todo lo que han hecho en pensiones, todo ha sido pura imposición a los pensionistas y a los ciudadanos de nuestro país. Señorías, estamos en un nuevo tiempo —y termino ya—, un tiempo de pluralismo político y social que invita más que nunca —y lo digo con toda sinceridad— a los consensos en la construcción de los pilares básicos de nuestra convivencia y de nuestra democracia. 

El sistema de pensiones es sin ninguna duda uno de ellos, no solamente porque hoy viven de él más de 8,5 millones de personas de nuestro país, sino porque con prontitud, a veces más pronto que tarde, viviremos de él todos nosotros. Por eso, señorías, les invito desde esta tribuna a empezar por reconstruir el Pacto de Toledo como una seña de identidad de este nuevo tiempo. Muchas gracias, señor presidente. (Aplausos).

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Rodríguez. Ahora es el turno de los grupos que han formulado enmiendas. En primer lugar, por el Grupo Parlamentario Ciudadanos, tiene la palabra el señor Roldán. 

El señor ROLDÁN MONÉS: Señor presidente, señorías, es un honor para mí realizar mi primera intervención en esta Cámara, en nombre del Grupo Ciudadanos, para mostrar nuestro respaldo a la proposición no de ley del Grupo Socialista para recuperar el espíritu de consenso y de diálogo que inspiró el Pacto de Toledo firmado hace veinte años. Esta misma demanda que hace en su PNL el Grupo Socialista viene recogida en el acuerdo que hemos firmado con el Partido Socialista para un Gobierno reformista y de progreso. 

Es urgente y necesario que, como en tantos otros temas de Estado, dejemos el cortoplacismo político de lado y abordemos conjuntamente, sobre el diálogo y la sensatez, los enormes retos a los que se enfrenta el futuro de nuestro Estado del bienestar. En esta intervención voy abordar tres cuestiones que considero absolutamente prioritarias. En primer lugar, quisiera tratar de concienciar —o al menos ayudar a hacerlo— sobre los enormes retos demográficos a los que nos enfrentamos. 

En segundo lugar, quisiera subrayar que para abordar la cuestión de las pensiones y la sostenibilidad del Estado del bienestar es imprescindible abordar otras reformas estructurales absolutamente necesarias en nuestro país. En tercer lugar, destacaré algunos de los principios que para nosotros inspirarían esas reformas que consideramos necesarias. España está envejeciendo, y lo está haciendo a un ritmo más rápido que el de los países de nuestro entorno. 

Tenemos una de las esperanzas de vida más altas del mundo, pero también una de las tasas de fecundidad más bajas de los países desarrollados. Para que los ciudadanos puedan hacerse una idea de cómo se ha transformado nuestra demografía, es bueno pararse a analizar algún dato. Por ejemplo, mientras que en 1919, cuando se establecieron los sesenta y cinco años de edad de jubilación, tan solo uno de cada tres ciudadanos alcanzaba esa edad, hoy uno de cada tres ciudadanos llega a los ochenta y nueve años. 

Es decir, los sesenta y cinco años de 1919 son los ochenta y nueve años de hoy. Al mismo tiempo, en España se tienen cada vez menos hijos; la tasa de fecundidad es la segunda más baja de los veintiocho países de la Unión Europea. ¿Por qué tenemos una tasa de fecundidad tan baja? 

La razón principal es la enorme precariedad de nuestro mercado laboral. Con unos niveles de rotación y de temporalidad como los que tenemos, con 7 millones de trabajadores que no logran llegar al salario mínimo interprofesional a pesar de estar trabajando, porque se pasan la vida entrando y saliendo del mercado laboral, es imposible tomar decisiones vitales como la de emanciparse o tener hijos. Asimismo, como hemos insistido muchísimo desde Ciudadanos, existe en España un enorme problema de conciliación que dificulta muchísimo la decisión de tener hijos; si no pueden conciliar su vida familiar y laboral, las familias jóvenes deciden no tener hijos. 

El resultado de esas tasas de fecundidad tan bajas es que nuestro equilibrio intergeneracional en cuanto a las pensionas va a ser muy difícil de defender. Si queremos que en el futuro se mantenga el poder adquisitivo de las pensiones, como dice esta PNL, tenemos que ser valientes y hacer reformas que cambien nuestra manera de trabajar y producir. Con un 90% de los trabajos de carácter temporal y una tasa de paro estructural que es el doble de la media de la Unión Europea, simplemente los gastos de seguridad social seguirán siendo más altos que los ingresos. 

Por mucho que queramos mirar hacia otro lado, debemos abordar reformas profundas en nuestro mercado laboral para mejorar la estabilidad de nuestros trabajos y para permitir a los jóvenes tener unas vidas laborales más dignas, que les permitan conciliar el trabajo y la vida personal. 

Solamente así la Seguridad Social podrá generar los ingresos que necesita. Por mucho que queramos mirar hacia otro lado, también debemos abordar reformas profundas en nuestro sistema educativo y en nuestras políticas de formación que nos permitan ser más productivos y serlo durante más años. Promesas como reducir la edad de jubilación a los sesenta años solo sirven para generar frustración, engaño y desconfianza en los políticos. No hacemos un favor a nadie prometiendo políticas que no podemos financiar. 

Repito, no hacemos un favor a nadie prometiendo políticas que no podemos financiar. Ahora mismo en Grecia estamos viendo las dramáticas consecuencias de unas políticas irresponsables con respecto, precisamente, a las pensiones. Tsipras, después de prometer durante años lo contrario, acaba de recortar de manera muy significativa los ingresos de los pensionistas. 

Si nuestro objetivo es seguir ofreciendo unas pensiones dignas y justas, tratar de mantener su poder adquisitivo y evitar que colapse nuestro sistema de pensiones, tenemos que hablar y hacerlo sobre el consenso, buscando soluciones razonables. Ese diálogo necesario en el Pacto de Toledo debe basarse en dos principios esenciales. En primer lugar, el sistema necesita una mayor flexibilidad. 

Aquellos que quieran trabajar durante más tiempo —pensemos en escritores, profesores, médicos— deben poder jubilarse más tarde. Debemos imitar a nuestros socios del norte, permitiendo una mayor flexibilidad para combinar el trabajo con la pensión. En segundo lugar, necesitamos un sistema más transparente, en el que los pensionistas puedan conocer los ingresos que van a tener cuando se jubilen y puedan tomar decisiones de ahorro a lo largo de su vida laboral. 

En definitiva, España envejece a toda velocidad y, siguiendo las tendencias presentes, avanzamos hacia un mundo en el que por cada persona jubilada tendremos, en vez de dos, como teníamos hasta hace poco, una sola para sostenerla. Dejemos de mirar hacia otro lado, hablemos y sentemos las bases del futuro Estado del bienestar que queremos. Prometer cosas imposibles no sirve y tampoco sirve quedarse con los brazos cruzados. Muchas gracias. (Aplausos).

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Roldán. También como grupo enmendante, por el Grupo Parlamentario Popular tiene la palabra la señora España. 

La señora ESPAÑA REINA: Muchas gracias, señor presidente. Señorías, dice esta proposición no de ley que el Pacto de Toledo hay que reconstituirlo, y yo digo que ha estado muy vivo en la anterior legislatura y que todas las reformas que ha hecho el Partido Popular han sido siguiendo las recomendaciones del Pacto de Toledo, como ahora veremos. La Ley de Mutuas, el factor de sostenibilidad, el índice de revalorización, el complemento de maternidad, el régimen de las empleadas de hogar, el tiempo parcial o la jubilación anticipada, todas estas reformas han sido debatidas hasta la saciedad en el Pacto de Toledo. 

Y, señorías, no hay nada más contrario al espíritu del Pacto de Toledo que, sin que el mismo se haya reunido, traer a Pleno un debate parlamentario para utilizarlo como confrontación. Nosotros hemos presentado una enmienda precisamente para empezar a trabajar a raíz del informe exhaustivo que va a presentar el Gobierno y no entendemos cómo el Grupo Socialista no la acepta. 

Bonita forma de recuperar el consenso en el Pacto de Toledo no aceptando una enmienda que supone empezar a trabajar a raíz de ese informe exhaustivo. Vamos por partes. Hablan ustedes del índice de revalorización, de recuperar el poder adquisitivo. Tengo que decirles que gracias al nuevo índice de revalorización los pensionistas han ganado poder adquisitivo. 

Es falso lo que dice la exposición de motivos, que se han ganado 200 millones al año de poder adquisitivo y que se han gastado 800 millones al año de copago farmacéutico. Es absolutamente falso. Solo en el año 2013 los pensionistas han ganado más de 1.300 millones de euros en poder adquisitivo. Lo han ganado en 2013, en 2014, en 2015 y posiblemente lo harán en 2016, porque las pensiones han subido siempre por encima del IPC; por cierto, 16.000 millones de euros de copago farmacéutico, porque hubo que tapar el déficit de 16.000 millones de euros que dejaron ustedes en la sanidad. 

Este índice supone también que nunca nadie va a volver a poder congelar las pensiones, porque la mayor pérdida que han tenido los pensionistas en este país fue la congelación que hicieron los socialistas cuando el IPC estaba cercano al 3%, más de 2.000 millones de euros. Además, señorías, el nuevo índice de revalorización sigue las recomendaciones del Pacto de Toledo. La recomendación segunda menciona la posibilidad de utilizar otros índices de revalorización empleados por los países de nuestro entorno. 

¿Para qué queremos un Pacto de Toledo y unas recomendaciones si, cuando las seguimos, ustedes hacen caso omiso y votan en contra? Díganles la verdad a los pensionistas. Díganles que si hubiésemos aplicado la ley anterior, la del IPC, hubieran salido perdiendo. 

Hoy, con el IPC en el menos 0,8% y una subida del 0,25%, los pensionistas tienen ya más de un 1% de ganancia de poder adquisitivo. Señorías del Grupo Parlamentario Socialista, si alguien ha roto alguna vez el Pacto de Toledo ha sido el Gobierno socialista, que congeló las pensiones, sin consenso en el Pacto de Toledo, y aumentó la edad de jubilación de los sesenta y cinco a los sesenta y siete años, sin consenso en el Pacto de Toledo. 

Señora Rodríguez, ¿eso es ser patriota y mirar por la gente? ¿Congelar las pensiones y aumentar la edad de jubilación, que supuso un recorte de un 20% en las pensiones? Luego hablan ustedes del déficit en la Seguridad Social. Señorías, les voy a decir que la primera vez que expedientaron a España por déficit excesivo fue en el año 2009. 

Tienen ustedes el dudoso honor de dejar a la Seguridad Social en déficit cada vez que gobiernan. Nosotros estamos intentando reducir poco a poco —y lo estamos consiguiendo— el déficit en la Seguridad Social, pero esos números rojos solo se reducen cuando se crea empleo. Les recuerdo que ustedes mandaron a 3,5 millones de personas al paro y ahora, con el Gobierno del Partido Popular, se han creado más de un millón de empleos. 

Y no me hable de empleo precario, señora Rodríguez, porque cuatro de cada diez nuevos empleos indefinidos en la zona euro son empleos españoles. (Rumores). Dicen ustedes también que hemos deprimido los ingresos. Nada más lejos de la realidad. Hemos culminado la separación de las fuentes de financiación, que es la primera recomendación del Pacto de Toledo. 

Eso supone poner encima de la mesa 13.000 millones de euros que van a la Seguridad Social para pagar la parte no contributiva. Ustedes hicieron todo lo contrario: cargaron 40.000 millones de euros de gastos impropios al sistema. Luego hablan del Fondo de reserva. (Rumores). 

El Fondo de reserva se les está dando a los pensionistas en el momento que más lo necesitan. Se está utilizando para lo que se creó, para pagar pensiones. Sin embargo, ustedes utilizaron el Fondo de reserva no sabemos para qué. Hubo 15.000 millones de euros de excedente de la Seguridad Social que no fueron al Fondo de reserva ni fueron a pagar pensiones porque las congelaron. 

Por lo tanto, quien se saltó el Pacto de Toledo fue el Gobierno socialista. Les voy a decir una cosa. Es verdad que los pensionistas han sido el sostén de muchas familias, que lo han pasado mal y que han ayudado a muchos hijos y a muchos nietos, pero desde luego los pensionistas están peor si se les congela la pensión que si se les sube, están peor si se crea paro que si se crea empleo, están peor si se cargan gastos impropios al sistema que si se aportan recursos al sistema. 

Por lo tanto, señores de la izquierda, no me hagan demagogia. Les voy a dar un dato clarísimo para la sostenibilidad del sistema. Por cada pensionista que entraba en el sistema cuando ustedes gobernaban tres trabajadores salían de él; ahora por cada pensionista que entra en el sistema tenemos cinco nuevos trabajadores. 

Eso es sostenibilidad. Por lo tanto, señorías, las reformas del Partido Popular han seguido las recomendaciones del Pacto de Toledo, y si alguna vez se ha roto ha sido cuando se congelaron las pensiones sin consenso y cuando se elevó la edad de jubilación. Termino, señor presidente. 

Mano tendida, diálogo, consenso y trabajo conjunto; eso es lo que queremos en el Pacto de Toledo y lo que está en nuestra enmienda, que no entendemos por qué no ha sido admitida. Trabajemos juntos por todos los pensionistas. Arrimen ustedes el hombro y pongámonos a trabajar. Si no, va a parecer que están ustedes en permanente campaña electoral. Muchas gracias. (Aplausos).

SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO PODEMOS-EN COMÚ PODEM-EN MAREA, DE CREACIÓN DE UNA COMISIÓN PERMANENTE NO LEGISLATIVA DE DERECHOS DE LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA, CPDIA. (Número de expediente 155/000005).

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Olòriz. Por el Grupo Parlamentario Ciudadanos, que ha presentado además una propuesta en relación con esta iniciativa, tiene la palabra señora Miguel. 

La señora MIGUEL MUÑOZ: Muchas gracias, señor presidente. Señorías, el Grupo Parlamentario Podemos-En Común Podem-En Marea presenta esta propuesta de creación de una comisión parlamentaria no legislativa sobre los derechos de la infancia y de la adolescencia, justificando esa necesidad sobre dos ejes fundamentales que compartimos. En primer lugar, que es de justicia. 

Es verdad que nuestra propia Constitución, desde la aceptación de la Convención de los Derechos del Niño de Naciones Unidas, sitúa al niño en un lugar preeminente en cuanto al desarrollo de políticas y legislación que aseguren su bienestar y su desarrollo pleno. En segundo lugar —además se ha debatido en esta Cámara hoy con respecto al Pacto de Toledo—, hay una razón demográfica. 

El alarmante envejecimiento de nuestra población hace especialmente importante el tratamiento de manera específica de la problemática y necesidades de los niños y sus familias. Y, sobre todo, mi grupo parlamentario apoya la creación de esta comisión porque el colectivo de niños y adolescentes está formado en España por un gran número de individuos que bien merecen tener un espacio en esta institución, donde se debaten de manera específica y especializada las medidas y políticas que les afectan.

Nuestra enmienda, como ha comentado nuestra compañera de Democràcia i Llibertat, no va encaminada a restringir esta propuesta, sino a hacerla más adaptable, más susceptible de consenso por parte de toda la Cámara, pues creemos que es muy importante que se constituya esta comisión. 

Luego, en su seno, se podrán debatir los pactos, el aumento presupuestario y todo lo que creamos conveniente. Nos congratulamos de que al menos en este aspecto la Cámara haya sido capaz… (Rumores). ... de alcanzar un amplio consenso. 

Mi grupo espera que en los próximos días seamos capaces de alcanzar otros amplios acuerdos en temas no menos fundamentales que todos o por lo menos la gran mayoría compartimos. Muchas gracias. (Aplausos). 

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Miguel. Por el Grupo Parlamentario Socialista tiene la palabra la señora Rodríguez García. 

La señora RODRÍGUEZ GARCÍA: Buenas tardes. Señor presidente, señorías, permítanme, aunque sea de manera rápida, empezar esta intervención, que se refiere a la infancia, recordando mi niñez. Soy niña de pueblo pequeño y estudié en un colegio público, con buenos recursos y buenos profesores. Tuve acceso a la lectura gracias a centros de bibliotecas públicos, estuve atendida en un magnífico centro de salud y pude ir a la universidad y estudiar gracias a un sistema de becas. 

Esta es mi realidad, pero también la de millones de niños españoles. He querido empezar así para agradecer el trabajo que hicieron quienes cuando nosotros éramos niños se sentaban en estos escaños o gobernaban nuestro país. Siempre es bueno ser agradecido y quería empezar así esta intervención. (Aplausos). Cuando algunos de nosotros acabábamos de nacer se sentaban en nuestro país las bases del Estado del bienestar, que nos han permitido avanzar individualmente y como sociedad. 

Con la apuesta por la sanidad pública y universal se garantizó la protección de la salud de todos los niños y niñas. Gracias al compromiso por una educación pública de calidad se hizo posible que los hijos e hijas de las familias trabajadoras accediéramos a la universidad, un avance sin precedentes en la igualdad de oportunidades en nuestro país. Estos hitos, señorías, se produjeron durante Gobiernos socialistas, pero no los hicimos solos, sino de la mano de la sociedad. 

Es un éxito colectivo de nuestro país. Y en esta Cámara también, señorías, hace muchos años —por ejemplo, en 1991, y no me refiero a mi grupo, sino que quiero mencionar a otro, al Grupo Parlamentario CDS— se propuso la creación de una ponencia sobre los derechos del niño en el seno de la Comisión de Política Social y de Empleo para garantizar la situación actual de la infancia. 

Quiero decir con esto que son ya muchos los avances en nuestro país. Es cierto que en la pasada legislatura mi grupo parlamentario trabajó en numerosas iniciativas que aquí se han mencionado, por lo que no las voy a repetir, pero por desgracia las iniciativas que aquí se plasmaron no tuvieron como consecuencia una buena gestión del Gobierno; también se han mencionado las consecuencias del Gobierno del Partido Popular en lo que se refiere a la desigualdad y a la injusticia social, que fundamentalmente padecieron después los más débiles, también los niños y las niñas. 

La pasada fue una legislatura marcada por la combinación de altas cifras de desempleo, de precariedad, de reducción de la protección social, que, como digo, trajeron esos datos a los que ya se ha hecho alusión y no voy a repetir. Simplemente quiero agradecer a las entidades, a las organizaciones no gubernamentales, a Save the Children, a Unicef, a Cáritas y a tantas otras, que nos hayan facilitado durante estos cuatro años de Gobierno del Partido Popular datos para conocer la realidad de lo que estaba sucediendo en nuestro país, pero, señorías, tras el 20 de diciembre no podemos conformarnos con esto. Es una buena noticia. 

Felicito al grupo proponente y les animo para que lancemos desde esta nueva Cámara, que representa al Congreso de los Diputados tras las elecciones, un mensaje claro de priorización de las políticas de infancia. Está bien que lo hagamos desde el Congreso de los Diputados, pero con la creación de esta comisión no es suficiente. ¿Qué les quiero decir, señorías? 

Que está muy bien que tengamos esta comisión para atender aquí de manera singular los problemas, los retos y las oportunidades de la infancia y la adolescencia; que está muy bien que garanticemos aquí que todas las leyes y los proyectos pasen los filtros para proteger el interés del menor; que está muy bien que hagamos aquí un seguimiento transversal de lo que sucede en los diferentes ministerios; que está muy bien que escuchemos en el Parlamento a las entidades que representan la defensa de los derechos de los niños y las niñas. 

Todo eso está muy bien, lo compartimos y por eso apoyamos esta iniciativa, pero lo verdaderamente importante será contar con un Gobierno comprometido con este tipo de políticas, dispuesto a afrontar los problemas que existen en nuestro país, como la pobreza infantil o el desafío de reforzar las políticas de natalidad. 

Tenemos que acabar con dos dramas: con el drama personal de muchas mujeres y parejas jóvenes que quieren tener hijos y no pueden y con el drama colectivo de un país que envejece cada día. (Aplausos). 

Eso es lo que deseamos en el Grupo Parlamentario Socialista. Deseamos desarrollar un plan estratégico para la infancia, como han dicho aquí otros grupos, lograr un pacto por la educación, avanzar en la universalización de las escuelas de cero a tres años, configurar las becas como un derecho, poner en marcha un ingreso mínimo vital e incrementar su cuantía por cada hijo a cargo. 

Queremos aprobar una ley marco de servicios sociales. Queremos incluir en la cartera de servicios sanitarios la atención temprana. Queremos ampliar los permisos de paternidad y maternidad a las veintiséis semanas. Queremos reconocer a todas las mujeres con un bonus de cotización de dos años por cada hijo a efectos de su pensión. Queremos un pacto nacional por la racionalización de los horarios que nos permita ver a nuestros hijos y a nuestros hijos ver a sus padres. 

Son solo diez medidas que hace unos días les presentábamos aquí en ese Gobierno de cambio que proponíamos los socialistas. Son solo diez y sé que podrían ser muchas más. Estoy convencida de que si la mayoría de los que hoy deseamos un cambio de Gobierno —un Gobierno alternativo al del Partido Popular, al de los recortes y al de la desigualdad— trabajamos para hacerlo posible, esta puede ser una legislatura en la que los niños de hoy puedan comprender mañana que trabajamos por garantizarles el mejor presente y el mejor futuro, que no es otra cosa que garantizar el mejor presente y el mejor futuro para nuestro país. Hagámoslo posible. (Aplausos).

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