Buenos días, compañeros y compañeras, amigos y amigas.
Lo primero que me gustaría es expresaros un deseo a todos vosotros y a toda
la militancia socialista, unas felices fiestas en compañía de vuestros seres
queridos, con un recuerdo especial a aquellos familiares y amigos que nos
dejaron durante este año que está a punto de terminar.
Lo segundo que quiero deciros es, gracias. Gracias a los cientos de miles de
socialistas de corazón, con o sin carnet, que han trabajado duro durante la
campaña, pegando carteles, siendo agentes electorales, haciendo puerta a
puerta, siendo interventores y apoderados…
Trabajando, en definitiva, bajo circunstancias adversas, con escasos recursos
pero cargados de ilusión y de esperanza. Todos ellos constituyen lo mejor del
Partido Socialista, y lo mejor de la política como ciudadanía y participación, de
la política como generosidad y servicio.
Todos ellos y ellas trabajaron para lograr la victoria del Partido Socialista, de
un Partido como el nuestro cuya naturaleza es ganadora, porque sólo así se
puede gobernar y transformar una realidad a todas luces injusta. No lo
logramos y asumo toda la responsabilidad de no haberlo logrado el 20 de
diciembre, pero su trabajo, su dedicación y compromiso entusiasta, nos sirven
de ejemplo y de guía para los pasos que nuestra organización centenaria dé en
las próximas semanas, meses y años.
Y lo tercero, es dar las gracias de corazón a los millones de españoles, más de
cinco millones y medio de hombres y mujeres, que votaron socialista el pasado
20 de diciembre. A todos ellos y a todas ellas, les doy las gracias de corazón y
les digo que me comprometo a cumplir con su mandato. El voto socialista es el
voto por el cambio, por la izquierda y por el diálogo. Y cumpliremos.
Compañeros y compañeras.
Hoy más que nunca el Partido Socialista quiere enviar un mensaje de confianza
a la sociedad española. Confianza en el futuro. Confianza en la democracia y en
sus posibilidades.
Respetamos los tiempos y los procedimientos de la democracia, convencidos de
que con tranquilidad, paso a paso, y sin atajos, las soluciones irán apareciendo.
Confianza en la democracia. Funcionará.
Como dije el pasado domingo, y como recordé tras reunirme con el presidente
Mariano. Rajoy la pasada semana, corresponde a la primera fuerza, al PP,
intentar formar Gobierno. Si el Sr. Rajoy logra la investidura, el Partido
Socialista liderará una oposición exigente y leal, como hemos hecho hasta
ahora.
Será exigente en la defensa de los derechos de la ciudadanía, y leal para llegar
a acuerdos en los asuntos de Estado, especialmente en la lucha contra el
terrorismo y en la defensa del ordenamiento constitucional frente a los desafíos
independentistas.
Este es, por tanto, el tiempo para que el PP intente formar Gobierno. Y el PSOE
respetará ese tiempo con la responsabilidad y con la prudencia debidas.
Ahora bien, si el Sr. Rajoy y el PP fracasan en su intento de formar Gobierno,
quiero dejar claro que el PSOE asumirá su legítima responsabilidad de convocar
a todas, repito todas, las fuerzas políticas y sociales en la apasionante tarea de
abordar las transformaciones estructurales que necesita España para ganarse
su futuro.
Si llega ese momento, dado que algunos se han apresurado a trazar líneas
rojas, lo haríamos con una condición previa: la renuncia a cualquier
planteamiento que implique fracturar la convivencia entre españoles.
En momentos como este, donde necesitamos consolidar una recuperación
demasiado frágil y hacer que los frutos del crecimiento se distribuyan de forma
equitativa, estoy convencido de que España necesita un Gobierno firme y
estable que sea capaz de afrontar los retos, en lugar de apartarlos, de
encontrar soluciones, en lugar de problemas, de generar consensos, en lugar
de confrontaciones. Tenemos que hacer política de gobierno a partir de la
pluralidad expresada por las urnas.
La celebración de unas nuevas elecciones es la última de las opciones (de
hecho no es una solución sino el aplazamiento del problema), puesto que su
repetición no supondría más que el reconocimiento de la falta de capacidad de los partidos para cumplir con el mandato que nos han dado las urnas, que es el
de dialogar y el de entendernos.
Así que los 5 principios básicos sobre los que dialogaremos en este nuevo
tiempo político, son:
- Primero: el Partido Socialista estará, una vez más, a la altura de sus
responsabilidades. En nuestras decisiones, en nuestro compromiso, en nuestro
comportamiento, primará siempre el interés general de la sociedad española. El
interés de los españoles ante todo y sobre todo. Esta ha sido una constante
histórica en la actitud del PSOE, y lo será también en este tiempo abierto tras el
pasado 20 de diciembre.
- Segundo: el Partido Socialista votará en contra de la continuidad Mariano Rajoy
como presidente del Gobierno y también de cualquier otro candidato del PP a la
presidencia del Gobierno. Porque lo que hay que responder es si se perpetúan
las crisis por la continuidad en el Gobierno de su principal causante, el PP, si
asumen o no sus responsabilidades por los graves casos de corrupción que les
afectan, nos indignan a los ciudadanos y dañan nuestra democracia, o si por el
contrario abrimos una etapa de cambio que pase, por fin, la página negra de
estos 4 años, y resolvamos entre todos la crisis política, económica, social y
territorial que atraviesa España.
Estoy convencido de que estamos preparados para liderar un nuevo tiempo
donde tendamos nuestra mano abierta a derecha e izquierda, a nuevos y a
clásicos, para iniciar la recuperación justa y renovación institucional que exigen
los españoles. No con un solo partido, y mucho menos a cualquier precio, sino
en interés de los españoles.
- Tercero: mi postura es que si Rajoy y el PP son incapaces de liderar este nuevo
tiempo con la capacidad de diálogo que se exige, el PSOE abordará con firmeza
su legítima responsabilidad de ofrecer una alternativa de Gobierno a España.
Un Gobierno progresista, reformista, con capacidad de diálogo y acorde con los
planteamientos del ideario del Partido Socialista.
- Discutir la política de alianzas es necesario hacerlo, probablemente sea
inacabable, pero no olvidemos que el debate político esencial, en el que se
concentran todas las cuestiones incluida la de la política de alianzas, es la
cuestión esencial hoy en España: si el principal causante de las crisis continua gobernando, o si por el contrario empieza la etapa del cambio, la
modernización, la regeneración y la recuperación justa que demandan los
españoles, de la mano de la única organización que tiene equipo, con
capacidad, experiencia, liderazgo y proyecto para hacerlo: el PSOE.
- En definitiva, gobernar para dejar las cosas como están, no. Gobernar para
transformar, sí.
- Cuarto: si llega ese momento, el momento del diálogo con otros partidos para
formar Gobierno, el PSOE lo hará con luz y taquígrafos. Transparencia sobre los
términos de la conversación y la negociación, sólo así garantizaremos el
derecho de los ciudadanos a saber de qué se habla y qué se acuerda.
Y reitero: dialogaremos, intentaremos llegar a acuerdos, trabajaremos para que
haya un Gobierno de cambio progresista, reformista, pero con la misma firmeza
que digo sí al cambio también digo, que no haya duda, no formaremos
Gobierno a cualquier precio.
- Y, por tanto, en quinto lugar: no dialogaremos sobre cuestiones como la
integridad territorial de España. La crisis de convivencia en Catalunya sólo se
resolverá con un nuevo acuerdo, que es la reforma constitucional federal que
proponemos los socialistas, y no un referéndum que rompa España. El derecho
a decidir sí, pero el derecho a decidir sobre su futuro de todos los españoles
todos juntos.
Compañeros y compañeras.
El resultado de las elecciones del 20 de diciembre plantea un escenario político
nuevo, con más actores a izquierda y derecha, muy diferente a lo que hemos
visto durante estos últimos 37 años de democracia.
Es cierto que lo ocurrido el pasado domingo en la política nacional se anunciaba
ya en las elecciones autonómicas y municipales. Y en todas ellas, el Partido
Socialista logró ser la centralidad sobre la que se articuló y lideró el cambio
demandado por los votantes. Sobre esa base gobernamos en miles de
ayuntamientos, en la mayoría de Diputaciones y en la mayoría de Comunidades
Autónomas.
Todos los compañeros y compañeras que hoy dirigen las instituciones,
contasteis con la confianza de esta Dirección federal que siempre supo que
dialogaríais y actuaríais en interés general de los vecinos y vecinas, de vuestros municipios y regiones. Gracias por el trabajo bien hecho. Gracias por iniciar el
cambio.
Quisiera saber de vuestra experiencia de Gobierno, y de vuestra colaboración
con otras formaciones políticas tanto a izquierda como a derecha. Llegado el
caso, vuestra experiencia y consejo a nivel municipal y autonómico me será de
utilidad. No sobra nadie, os necesito a todos y a todas.
Igual que entonces, pese a la complejidad del resultado electoral del pasado 20
de diciembre, las urnas nos han dejado algunos mensajes bastante claros.
El
principal: que los españoles y españoles votaron, cambio y diálogo.
Más del 71% de los votos han rechazado la continuidad de las políticas del PP.
La mayoría de los votos escogieron cambio a partir de valores y propuestas de
izquierdas y progresistas.
Y la gran mayoría de los votantes nos han dado un mandato a favor del diálogo
y los acuerdos.
Pero hay que preguntarse , ¿qué cambio, qué izquierda y qué diálogo?
Sobre el cambio, los españoles quieren una política nueva, renovada, limpia.
Quieren abrir las ventanas, ventilar las instituciones, aire fresco. Quieren
desatascar de una vez los problemas atascados.
Quieren confiar en sus
instituciones, que éstas sean inclusivas y democráticas; quieren políticos que no
les mientan, que sean transparentes en sus decisiones y den participación a la
ciudadanía. En suma, anhelan otra forma de gobernar que profundice en los
pilares democráticos que se asentaron en la Transición.
Un cambio que cohesione, porque Mariano Rajoy estuvo cuatro años dividiendo
y confrontando. Gobernando solo y contra todos.
Contra las fuerzas parlamentarias de la oposición, despreciando al Parlamento.
Utilizando para sus fines partidistas las instituciones de todos. Y contra la
sociedad civil.
Llevamos demasiados años sufriendo rupturas y fracturas. El cambio que piden
los españoles es cohesionar todo lo que la derecha ha fracturado.
En segundo lugar, sobre qué izquierda, la nuestra es la izquierda de la
igualdad, con un proyecto común para todo el país.
España está fracturada por la desigualdad económica, la desigualdad social, la
desigualdad generacional, la desigualdad de género y la desigualdad territorial.
Ante esas múltiples rupturas, ante esos desafíos comunes que afectan al
conjunto de españoles, y ante los cuales sólo unidos podremos hacerlos frente
con garantía de éxito, el PSOE se erige como el partido más transversal y más
dialogante, como el único capaz de llegar a acuerdos con todos. Y os aseguro
que nos dejaremos la piel en el empeño de construir una mayoría política que
atienda a lo que ha dicho con claridad la mayoría social con sus votos: que nos
fijemos en lo que nos une y no en lo que nos separa.
A escasas horas de cerrar las urnas, algunos político se apresuraron en llenar el
espacio político de líneas rojas, confundiendo la nueva política con la imposición
de sus planteamientos, escribiendo desde el día 20 líneas rojas, cuando
nosotros lo que queremos es escribir un catálogo de todo aquello que nos
acerca a otras fuerzas políticas.
Y no nos importa, porque estamos al servicio de unir lo que la derecha ha
separado, estamos al servicio, como en los 136 años de nuestra historia, de
cohesionar la sociedad. No vamos a buscar ni cordones sanitarios, ni líneas
rojas, ni trincheras, ni atalayas. En lugar de confrontar, convocaremos.
Nuestro referente es la igualdad. Guiándonos por ella, vamos a buscar los
puentes que unen. Y allí donde no los encontremos, los vamos a tender, en
todas las direcciones, porque lo más dañino para nuestro país en este momento
sería el bloqueo político que nos impidiera poner en marcha con rapidez la
reconstrucción del país que tan urgente resulta.
Cada minuto que tardemos en pasar esta página negra de nuestra historia será
un minuto más de sufrimiento político y social, un minuto más de incertidumbre
económica.
Somos el partido más capacitado para el diálogo y nos vamos a
dejar la piel en ese empeño.
Somos el partido del diálogo. Lo hemos sido y lo vamos a seguir siendo
siempre. Somos el Partido con mayor capacidad de acuerdo, porque somos la
centralidad política. Pero cualquier negociación la hemos afrontado desde la
firmeza de nuestras convicciones. Y una de ellas es la integridad territorial de
España, la unidad de España. No es la primera vez que se discute sobre la
integridad territorial de España, con el mal llamado derecho a decidir. Y los
socialistas nunca cedimos.
No lo hicimos en Euskadi, cuando mataban a compañeros, no lo hemos hecho en Catalunya, y no lo haremos porque nos lo
proponga un tercero.
No pondremos en cuestión el país que queremos gobernar, porque creemos en
nuestro país, creemos en la fuerza de permanecer unidos y creemos en la
fuerza de nuestra diversidad cultural cuando no se utiliza para separar, sino
para unir; cuando no se utiliza para negar la ciudadanía sino para reforzarla.
De
esa diversidad vamos a hacer cohesión y no división, porque cuando esa
diversidad se ha negado, siempre hemos retrocedido. Por el contrario, cuando
más hemos dialogado los españoles hemos escrito las páginas más brillantes de
nuestra historia. Que nadie tenga duda: defendemos y defenderemos la
integridad territorial de España.
Y no vamos a aceptar un referéndum que, lejos de ser el final, sería el principio
de nuevas rupturas, como ya ha ocurrido. Los políticos estamos para encontrar
soluciones, para convocar a nuevos acuerdos no para crear nuevos problemas.
Nadie que quiera ser el Presidente de todos los españoles, nadie que quiera
unir lo que la crisis ha separado, puede querer levantar muros entre españoles
ni establecer nuevos privilegios de ninguna clase en un país que vive ya con las
más agudas desigualdades sociales, generacionales y territoriales de nuestra
historia reciente.
Allí donde hay tensión social, pondremos medidas urgentes; allí donde hay
tensión política, pondremos diálogo y allí donde hay tensión generacional,
crearemos oportunidades para los jóvenes.
Pero que nadie cuente con nosotros
para negar la ciudadanía común que nos ha hecho alcanzar las más altas cotas
de paz y bienestar.
Nuestro referente ha sido siempre la igualdad, y por ello vamos a sentarnos a
hablar con todos cuantos quieran construir cohesión.
Y tal y como exige este tiempo nuevo lo haremos con nuevas formas,
anteponiendo los intereses de los españoles sobre los de cualquier partido,
incluido el nuestro, porque somos más conscientes que nunca de que los
partidos somos instrumentos de los ciudadanos para gobernarse a sí mismos.
Eso es la democracia.
Ni vamos a levantar muros entre españoles, ni vamos a levantar cordones
sanitarios respecto a ningún partido, ni vamos a aceptar maximalismos que
obedecen a tácticas cortoplacistas y no al interés de España.
Vamos a buscar lo que nos une, y lo que nos une está mucho más allá de los
partidos, vamos a buscar lo que nos une como sociedad, para emprender con el
esfuerzo de todos el camino de la recuperación justa. Cualquiera que quiera
una sociedad más justa será bienvenido a este tiempo nuevo y encontrará
tendida la mano del Partido Socialista.
Por el contrario, quienes vengan a hablar
de lo suyo y no de lo de todos, quienes quieran seguir levantando barreras nos
encontrarán enfrente, porque el Partido Socialista ha sido siempre el partido de
la igualdad.
La vamos a perseguir, conscientes de que en ese empeño nos jugamos nuestro
futuro como país y como sociedad.
Los españoles nos han mandado un mensaje claro: dialoguen ustedes,
dialoguen y dialoguen. Y cuando terminen, sigan dialogando.
Pues
dialoguemos.
Dialoguemos para convocar a la enorme y apasionante tarea de renovar
España.
Los españoles nos piden convocar y no confrontar. Lo dije y lo reitero: gobernar
para dejar las cosas como están, no. Gobernar para transformar, sí.
Y para ello necesitamos convocar a la mayoría de partidos y a la mayoría de
españoles en torno a 8 grandes acuerdos para hacer progresar nuestro país.
- Primero, un gran pacto para la recuperación económica justa. Que llegue a una
clase media y trabajadora castigada por la crisis, que ha visto devaluado su
bienestar y las oportunidades de sus seres queridos. España necesita unos
nuevos Pactos de la Moncloa que sumen todas las fuerzas institucionales,
económicas y sociales para propiciar una recuperación económica justa, que
implique lo siguiente:
- (a) Un nuevo Estatuto de los Trabajadores
- (b) Una fiscalidad suficiente y progresiva
- (c) Una transición energética
- Segundo: un pacto por la educación, la ciencia y la cultura, que convierta la
extensión del conocimiento en la palanca definitiva para el desarrollo de
nuestro país.
- Tercero: un gran acuerdo para reconstruir nuestro Estado del Bienestar,
nuestro patrimonio colectivo, como el mejor instrumento de la lucha contra las
desigualdades, contra la pobreza.
Para rescatar con un Ingreso Mínimo Vital a quienes cayeron en el paro y la
marginalidad social. Para erradicar la pobreza infantil en cuatro años. Para
recuperar la tarjeta sanitaria universal. Para hacer realidad los derechos que
una mayoría socialista estableció en la Ley de la Dependencia y que una
mayoría de derechas malogró.
Para un reparto justo de la carga del déficit entre administraciones, que permita
a las Comunidades Autónomas financiar los servicios de los que depende el
bienestar de las mayorías.
- Cuarto: la reconstrucción del Pacto de Toledo, hacer frente al desafío del
envejecimiento de la población, garantizar las pensiones, asegurar ingresos
suficientes en el sistema de pensiones. Garantizar que las pensiones mínimas
suban al menos por encima del coste de la vida. Y porque además hemos de
suprimir los copagos que asfixian a muchos pensionistas, que en muchos casos
se han convertido, además, en sustento vital imprescindible para hijos y nietos.
- Quinto: un pacto contra la violencia de género, para proteger a las víctimas,
para castigar a los culpables y, sobre todo, para involucrar a toda la sociedad y
a todas las instituciones en la lucha contra la desigualdad y el machismo
cultural que constituyen el origen y la raíz de esta lacra terrible.
- Sexto: un pacto para regenerar la vida institucional y política; un pacto que
extirpe la corrupción y la prevenga, para que las practicas turbias y
fraudulentas no se vuelvan a repetir, para que las instituciones sean
transparentes, democráticas, eficaces y eficientes, para garantizar la
independencia de la Justicia y para instaurar un Gobierno abierto en todos los
ámbitos de la administración.
- Séptimo: convocar al conjunto de fuerzas parlamentarias a abrir una ponencia
en el Congreso de los Diputados para llevar a cabo la reforma que mejorará y
pondrá al día nuestra Constitución
Para poner nuestros derechos sociales a salvo de recortes y privatizaciones.
Para impulsar la participación, la transparencia y la regeneración de nuestras
instituciones democráticas.
Y para actualizar nuestro modelo territorial, aclarando competencias,
reconociendo singularidades y asegurando la unidad y la igualdad de derechos
de todos los españoles y españolas. Dando el paso natural del Estado
Autonómico al Estado Federal. Reconociendo el derecho a decidir de todos, sí,
de todos y todas los españoles, a decidir conjuntamente y sin fracturas nuestro
propio futuro.
- Octavo: convocar a un gran pacto por Europa, siendo un socio leal con el resto
de Estados Miembros y cumpliendo con nuestras responsabilidades, renovando
el compromiso de la sociedad española con la construcción de un gran espacio
europeo de derechos, de libertades y de ciudadanía.
En resumen, si gobernamos lo haremos para transformar y para cohesionar y
no lo haremos a cualquier precio.
Así que la recuperación económica justa con más y mejores empleos,
reconstruir el Estado del Bienestar, lograr un acuerdo por la educación, ciencia
y cultura, recuperar el Pacto de Toledo, lograr el Pacto contra la Violencia de
Género, abrir la ponencia Constitucional, regenerar nuestra democracia y
recuperar el protagonismo perdido durante esto últimos años en la construcción
europea son los grandes acuerdos a los que convocaremos los socialistas a la
mayoría de españoles, para hacer progresar a España durante los próximos
cuatro años.
Compañeros y compañeras.
Lo decía al principio de mi intervención. El Partido Socialista no cumplió sus
objetivos en las elecciones del 20 de diciembre. Salimos a ganar y no ganamos
las elecciones. Esta es la realidad insoslayable. Y no me conformo con estos
resultados, porque dirijo un partido ganador. Después de 18 meses yo asumo
mi responsabilidad y la sumo en primera persona. Ya os digo que no me que aspiro a que seamos la fuerza ganadora que siempre ha sido el Partido
Socialista.
Ahora bien, para responder con eficacia a nuestro deber hemos de hacer un
análisis riguroso y bien contextualizado de los datos.
Los ciclos políticos en este país nunca fueron de tan solo cuatro años. Cuando
un partido sale del Gobierno en un clima de contestación social, no recupera
fácilmente su credibilidad como alternativa mayoritaria en un solo mandato.
Esto no ha sucedido nunca.
No le sucedió al PP, que necesitó dos legislaturas de oposición para recuperar la
mayoría tras su derrota en 2004. Y no le sucedió a nuestro partido a partir de
1996. Cuatro años después de nuestra salida del Gobierno, retrocedimos en
votos y retrocedimos en casi 20 escaños. Solo ocho años después de aquella
derrota recuperamos el crédito como alternativa mayoritaria.
La respuesta de los españoles a cuatro años de abusos, de recortes y de
corrupción por parte de la derecha, ha sido un vuelco electoral hacia opciones
progresistas y de izquierda.
Las formaciones progresistas han recibido la mayoría de los votos. Y el PSOE ha
sido una vez más la fuerza favorita para los votantes de izquierda. Pero la
representación extraordinariamente fragmentada de ese voto ha impedido una
hegemonía clara en el Parlamento.
Es cierto que el resultado de estas elecciones asemeja España a otros países de
nuestro entorno con democracias maduras, en las que cuesta encontrar apoyos
electorales superiores al 30% y en las que existe una gran tradición de
acuerdos poselectorales entre varias fuerzas políticas. Pero los socialistas no
nos conformamos.
Nuestro propósito fue siempre y sigue siendo el de
representar a las grandes mayorías progresistas.
Tras poco más de 18 meses al frente del partido y habiéndonos enfrentado a 4
elecciones en un año: las elecciones de marzo en Andalucía, las municipales y
autonómicas en mayo, las elecciones catalanas en septiembre y las generales
en diciembre, con la actual Dirección federal y entre todos hemos recuperado
gobiernos municipales y autonómicos, y somos la alternativa al PP. Insisto, no
me conformo, soy autocrítico, pero seguimos siendo la alternativa al PP.
Así que son buenos cimientos sobre los que devolver el protagonismo que queremos
para el Partido Socialista y el que esperan y merecen los españoles.
Pero quisiera advertir de que durante estos meses, se ha producido una
evidente coalición de intereses contra el Partido Socialista.
Bajo el argumento del fin del bipartidismo, lo que se trataba de alumbrar era un
sistema monopartidista, esto es, una derecha con capacidad de gobernar
mientras la izquierda se fragmenta, tratando de debilitar a la única izquierda
con capacidad de transformación y gobierno: el Partido Socialista Obrero
Español.
Desde la derecha política y sus aliados tradicionales se procuraba el desgaste
del PSOE para compensar la previsible reducción de apoyos al PP.
Y desde el resto de la izquierda política se procuraba también el desgaste del
PSOE para dividir al electorado progresista, favoreciendo indirectamente el
triunfo del PP.
De hecho, durante los últimos meses, todos las atenciones y todas las
estrategias electorales parecían centradas en competir con el PSOE por los
apoyos en el electorado socialdemócrata.
Los poderes económicos intentaron condicionar y hasta someter al PSOE, y no
lo lograron. Yo, personalmente, pasé el Rubicón frente a sus pretensiones
cuando declaré la incompatibilidad del PSOE con el PP y su máximo dirigente,
Mariano Rajoy.
De ahí los duros ataques de la derecha.
Hoy somos más fuertes, podemos reivindicar la autonomía que nos exigen los
ciudadanos para decirles alto y claro que todo lo que hagamos, todo lo que
decidamos, estará siempre al servicio del interés de la mayoría de españoles,
sobre todo, de quienes más necesitan de un proyecto socialista al frente de las
instituciones
Compañeros y compañeras.
Humildad, coraje y mucho, mucho dialogo, eso es lo que estamos orgullosos de
ofrecer hoy a la sociedad en correspondencia al apoyo que nos han dado,
conscientes de que no han confiado en el Partido Socialista para que
contemplemos pasivamente la situación, sino para que nos impliquemos en
resolver los problemas de España.
En esta situación de incertidumbre, los españoles pueden estar tranquilos. Los
socialistas no nos quedamos con los brazos cruzados ni un minuto y
asumiremos nuestra responsabilidad: desde la oposición o desde el Gobierno.
Que cada uno se haga responsable de sus decisiones. Queremos ganar el
futuro de convivencia que los españoles nos demandan y vamos a hacer todo lo
posible para que esa colaboración que es real y fructífera en la sociedad y en
las calles, lo sea también en la vida política.
Estamos dispuestos a trabajar sin desmayo, si con ello empezamos ya desde
hoy a aliviar el sufrimiento social de los españoles y a despejar las
incertidumbres que en nada nos benefician. Tenemos mucho trabajo por
delante, tenemos un país entero por reconstruir y no vamos a retrasar esa
apasionante tarea política que nos ha encomendado la ciudadanía.
La ruptura social se ha transformado en fragmentación política y por ello,
queremos empezar a reconstruir desde la política esa fraternidad que
necesitamos como sociedad. Aquí no sobra nadie.
La cohesión política traerá la cohesión social, generacional y territorial. Esa es la
cohesión que necesita nuestro país .
Hoy lo somos un poco más que ayer, porque, tras una crisis económica brutal,
los ciudadanos han transformado su comprensible frustración en un voto a
formaciones democráticas y no en un voto xenófobo, excluyente o cerrado,
como ha ocurrido en muchos países europeos.
Los ciudadanos nos han pedido también que miremos al mundo y
contribuyamos a hacer una Europa más unida, más cohesionada y más atenta a
las necesidades de los ciudadanos.
Estamos orgullosos de la respuesta democrática de la ciudadanía, y desde un
partido renovado, -que cree en la política como herramienta de progreso social
y que abomina de la corrupción y los privilegios-, queremos liderar a esa
sociedad contenida y dialogante, que con su ejemplo nos ha planteado un reto
extraordinario.
Queremos transformar esa lección en ejemplaridad institucional, para que el
mismo orgullo cívico que hoy sentimos respecto a nuestros ciudadanos, lo
sientan ellos respecto a sus instituciones y sus representantes.
Recogemos ese guante: vamos a estar a la altura de la lección democrática que
han dado los ciudadanos, no vamos a caer en la resignación ni en el
maximalismo, no vamos a ser cobardes ni extravagantes. De este reto
obtenemos la fuerza para dar a nuestro país el impulso de regeneración política
y cohesión social que necesita, el impulso de modernización y de progreso que
nos llevará de nuevo a escribir un capítulo memorable de la historia de España.
Muchas gracias.
IDEAS PRINCIPALES DE LA INTERVENCIÓN DE
PEDRO SÁNCHEZ ANTE EL COMITÉ FEDERAL
- Hoy más que nunca el Partido Socialista quiere enviar un mensaje de confianza
a la sociedad española. Confianza en el futuro, en la democracia y en sus
posibilidades.
- El Partido Socialista no cumplió sus objetivos en las elecciones del 20 de
diciembre. Salimos a ganar y no ganamos las elecciones. Esta es la realidad
insoslayable. No me conformo con estos resultados, soy autocrítico, porque
dirijo un partido ganador y aspiro a que seamos la fuerza ganadora que
siempre ha sido el Partido Socialista.
- Este es el tiempo para que el PP intente formar Gobierno. Y el PSOE respetará
ese tiempo con la responsabilidad y con la prudencia debidas.
- Ahora bien, si Rajoy y el PP fracasan en su intento de formar Gobierno, el PSOE
asumirá su legítima responsabilidad de convocar a todas las fuerzas políticas y
sociales en la apasionante tarea de abordar las transformaciones estructurales
que necesita España para ganarse su futuro.
- Los 5 principios básicos sobre los que dialogaremos en este nuevo tiempo
político, son:
- 1) El interés general de la sociedad española.
- 2) El Partido Socialista votará en contra de la continuidad Mariano Rajoy como
presidente del Gobierno y también de cualquier otro candidato del PP a la
presidencia del Gobierno.
- 3) Si Rajoy y el PP son incapaces de liderar este nuevo tiempo con la
capacidad de diálogo que se exige, el PSOE abordará con firmeza su
legítima responsabilidad de ofrecer una alternativa de Gobierno a España.
- 4) El PSOE lo hará con luz y taquígrafos. Transparencia sobre los términos de
la conversación y la negociación, sólo así garantizaremos el derecho de los
ciudadanos a saber de qué se habla y qué se acuerda.
- 5) No dialogaremos sobre cuestiones como la integridad territorial de España.
La crisis de convivencia en Catalunya sólo se resolverá con un nuevo
acuerdo, que es la reforma constitucional federal que proponemos los
socialistas, y no un referéndum que rompa España. Lo ocurrido el pasado domingo en la política nacional se anunciaba ya en las
elecciones autonómicas y municipales. Y en todas ellas, el Partido Socialista
logró ser la centralidad sobre la que se articuló y lideró el cambio demandado
por los votantes.
- Todos los compañeros y compañeras que hoy dirigen las instituciones,
contasteis con la confianza de la Dirección federal que siempre supo que
dialogaríais y actuaríais en interés general de los vecinos y vecinas, de vuestros
municipios y regiones. Gracias por el trabajo bien hecho. Gracias por iniciar el
cambio.
- El 20 de diciembre los españoles y españoles votaron cambio y diálogo. Más del
71% de los votos han rechazado la continuidad de las políticas del PP. La
mayoría de los votos escogieron cambio a partir de valores y propuestas de
izquierdas y progresistas.
- Nuestro referente es la igualdad. Guiándonos por ella, vamos a buscar los
puentes que unen. Y allí donde no los encontremos, los vamos a tender, en
todas las direcciones, porque lo más dañino para nuestro país en este momento
sería el bloqueo político que nos impidiera poner en marcha con rapidez la
reconstrucción del país que tan urgente resulta.
- Ni vamos a levantar muros entre españoles, ni vamos a levantar cordones
sanitarios respecto a ningún partido, ni vamos a aceptar maximalismos que
obedecen a tácticas cortoplacistas y no al interés de España.
- Los españoles nos han mandado un mensaje claro: dialoguen ustedes,
dialoguen y dialoguen. Y cuando terminen, sigan dialogando. Pues dialoguemos
para convocar a la enorme y apasionante tarea de renovar España.
- Y para ello necesitamos convocar a la mayoría de partidos y a la mayoría de
españoles en torno a 8 grandes acuerdos para hacer progresar nuestro país:
- 1) Un gran pacto para la recuperación económica justa, que implique un
nuevo Estatuto de los Trabajadores, una fiscalidad suficiente y progresiva y
una transición energética
- 2) Un pacto por la educación, la ciencia y la cultura
- 3) Un gran acuerdo para reconstruir nuestro Estado del Bienestar. Poner en
marcha un Ingreso Mínimo Vital, erradicar la pobreza infantil en cuatro
años, recuperar la tarjeta sanitaria universal, recuperar la Ley de la
Dependencia y para un reparto justo de la carga del déficit entre administraciones, que permita a
las CCAA financiar los servicios
de los que depende el bienestar de las mayorías.
- 4) La reconstrucción del Pacto de Toledo. Hacer frente al desafío del
envejecimiento de la población, garantizar las pensiones, y suprimir los
copagos
- 5) Un pacto contra la violencia de género
- 6) Un pacto para regenerar la vida institucional y política; que extirpe la
corrupción y la prevenga, para que las instituciones sean transparentes,
democráticas, eficaces y eficientes, garantizar la independencia de la
Justicia e instaurar un Gobierno abierto en todos los ámbitos de la
administración.
- 7) Convocar al conjunto de fuerzas parlamentarias a abrir una ponencia en el
Congreso de los Diputados para llevar a cabo la reforma que mejorará y
pondrá al día nuestra Constitución
- 8) Convocar a un gran pacto por Europa
- En resumen, si gobernamos lo haremos para transformar y para cohesionar y
no lo haremos a cualquier precio.