lunes, 28 de diciembre de 2015

COMITÉ FEDERAL PSOE

Buenos días, compañeros y compañeras, amigos y amigas. Lo primero que me gustaría es expresaros un deseo a todos vosotros y a toda la militancia socialista, unas felices fiestas en compañía de vuestros seres queridos, con un recuerdo especial a aquellos familiares y amigos que nos dejaron durante este año que está a punto de terminar.

Lo segundo que quiero deciros es, gracias. Gracias a los cientos de miles de socialistas de corazón, con o sin carnet, que han trabajado duro durante la campaña, pegando carteles, siendo agentes electorales, haciendo puerta a puerta, siendo interventores y apoderados… Trabajando, en definitiva, bajo circunstancias adversas, con escasos recursos pero cargados de ilusión y de esperanza. Todos ellos constituyen lo mejor del Partido Socialista, y lo mejor de la política como ciudadanía y participación, de la política como generosidad y servicio.

Todos ellos y ellas trabajaron para lograr la victoria del Partido Socialista, de un Partido como el nuestro cuya naturaleza es ganadora, porque sólo así se puede gobernar y transformar una realidad a todas luces injusta. No lo logramos y asumo toda la responsabilidad de no haberlo logrado el 20 de diciembre, pero su trabajo, su dedicación y compromiso entusiasta, nos sirven de ejemplo y de guía para los pasos que nuestra organización centenaria dé en las próximas semanas, meses y años.

Y lo tercero, es dar las gracias de corazón a los millones de españoles, más de cinco millones y medio de hombres y mujeres, que votaron socialista el pasado 20 de diciembre. A todos ellos y a todas ellas, les doy las gracias de corazón y les digo que me comprometo a cumplir con su mandato. El voto socialista es el voto por el cambio, por la izquierda y por el diálogo. Y cumpliremos. Compañeros y compañeras. Hoy más que nunca el Partido Socialista quiere enviar un mensaje de confianza a la sociedad española. Confianza en el futuro. Confianza en la democracia y en sus posibilidades.

Respetamos los tiempos y los procedimientos de la democracia, convencidos de que con tranquilidad, paso a paso, y sin atajos, las soluciones irán apareciendo. Confianza en la democracia. Funcionará. Como dije el pasado domingo, y como recordé tras reunirme con el presidente Mariano. Rajoy la pasada semana, corresponde a la primera fuerza, al PP, intentar formar Gobierno. Si el Sr. Rajoy logra la investidura, el Partido Socialista liderará una oposición exigente y leal, como hemos hecho hasta ahora.

Será exigente en la defensa de los derechos de la ciudadanía, y leal para llegar a acuerdos en los asuntos de Estado, especialmente en la lucha contra el terrorismo y en la defensa del ordenamiento constitucional frente a los desafíos independentistas. Este es, por tanto, el tiempo para que el PP intente formar Gobierno. Y el PSOE respetará ese tiempo con la responsabilidad y con la prudencia debidas.

Ahora bien, si el Sr. Rajoy y el PP fracasan en su intento de formar Gobierno, quiero dejar claro que el PSOE asumirá su legítima responsabilidad de convocar a todas, repito todas, las fuerzas políticas y sociales en la apasionante tarea de abordar las transformaciones estructurales que necesita España para ganarse su futuro. Si llega ese momento, dado que algunos se han apresurado a trazar líneas rojas, lo haríamos con una condición previa: la renuncia a cualquier planteamiento que implique fracturar la convivencia entre españoles.

En momentos como este, donde necesitamos consolidar una recuperación demasiado frágil y hacer que los frutos del crecimiento se distribuyan de forma equitativa, estoy convencido de que España necesita un Gobierno firme y estable que sea capaz de afrontar los retos, en lugar de apartarlos, de encontrar soluciones, en lugar de problemas, de generar consensos, en lugar de confrontaciones. Tenemos que hacer política de gobierno a partir de la pluralidad expresada por las urnas.

La celebración de unas nuevas elecciones es la última de las opciones (de hecho no es una solución sino el aplazamiento del problema), puesto que su repetición no supondría más que el reconocimiento de la falta de capacidad de los partidos para cumplir con el mandato que nos han dado las urnas, que es el de dialogar y el de entendernos.

Así que los 5 principios básicos sobre los que dialogaremos en este nuevo tiempo político, son:

  • Primero: el Partido Socialista estará, una vez más, a la altura de sus responsabilidades. En nuestras decisiones, en nuestro compromiso, en nuestro comportamiento, primará siempre el interés general de la sociedad española. El interés de los españoles ante todo y sobre todo. Esta ha sido una constante histórica en la actitud del PSOE, y lo será también en este tiempo abierto tras el pasado 20 de diciembre. 
  • Segundo: el Partido Socialista votará en contra de la continuidad Mariano Rajoy como presidente del Gobierno y también de cualquier otro candidato del PP a la presidencia del Gobierno. Porque lo que hay que responder es si se perpetúan las crisis por la continuidad en el Gobierno de su principal causante, el PP, si asumen o no sus responsabilidades por los graves casos de corrupción que les afectan, nos indignan a los ciudadanos y dañan nuestra democracia, o si por el contrario abrimos una etapa de cambio que pase, por fin, la página negra de estos 4 años, y resolvamos entre todos la crisis política, económica, social y territorial que atraviesa España. Estoy convencido de que estamos preparados para liderar un nuevo tiempo donde tendamos nuestra mano abierta a derecha e izquierda, a nuevos y a clásicos, para iniciar la recuperación justa y renovación institucional que exigen los españoles. No con un solo partido, y mucho menos a cualquier precio, sino en interés de los españoles. 
  • Tercero: mi postura es que si Rajoy y el PP son incapaces de liderar este nuevo tiempo con la capacidad de diálogo que se exige, el PSOE abordará con firmeza su legítima responsabilidad de ofrecer una alternativa de Gobierno a España. Un Gobierno progresista, reformista, con capacidad de diálogo y acorde con los planteamientos del ideario del Partido Socialista.
    • Discutir la política de alianzas es necesario hacerlo, probablemente sea inacabable, pero no olvidemos que el debate político esencial, en el que se concentran todas las cuestiones incluida la de la política de alianzas, es la cuestión esencial hoy en España: si el principal causante de las crisis continua gobernando, o si por el contrario empieza la etapa del cambio, la modernización, la regeneración y la recuperación justa que demandan los españoles, de la mano de la única organización que tiene equipo, con capacidad, experiencia, liderazgo y proyecto para hacerlo: el PSOE. 
    • En definitiva, gobernar para dejar las cosas como están, no. Gobernar para transformar, sí. 
  • Cuarto: si llega ese momento, el momento del diálogo con otros partidos para formar Gobierno, el PSOE lo hará con luz y taquígrafos. Transparencia sobre los términos de la conversación y la negociación, sólo así garantizaremos el derecho de los ciudadanos a saber de qué se habla y qué se acuerda. Y reitero: dialogaremos, intentaremos llegar a acuerdos, trabajaremos para que haya un Gobierno de cambio progresista, reformista, pero con la misma firmeza que digo sí al cambio también digo, que no haya duda, no formaremos Gobierno a cualquier precio. 
  • Y, por tanto, en quinto lugar: no dialogaremos sobre cuestiones como la integridad territorial de España. La crisis de convivencia en Catalunya sólo se resolverá con un nuevo acuerdo, que es la reforma constitucional federal que proponemos los socialistas, y no un referéndum que rompa España. El derecho a decidir sí, pero el derecho a decidir sobre su futuro de todos los españoles todos juntos. Compañeros y compañeras. 

El resultado de las elecciones del 20 de diciembre plantea un escenario político nuevo, con más actores a izquierda y derecha, muy diferente a lo que hemos visto durante estos últimos 37 años de democracia. Es cierto que lo ocurrido el pasado domingo en la política nacional se anunciaba ya en las elecciones autonómicas y municipales. Y en todas ellas, el Partido Socialista logró ser la centralidad sobre la que se articuló y lideró el cambio demandado por los votantes. Sobre esa base gobernamos en miles de ayuntamientos, en la mayoría de Diputaciones y en la mayoría de Comunidades Autónomas.

Todos los compañeros y compañeras que hoy dirigen las instituciones, contasteis con la confianza de esta Dirección federal que siempre supo que dialogaríais y actuaríais en interés general de los vecinos y vecinas, de vuestros municipios y regiones. Gracias por el trabajo bien hecho. Gracias por iniciar el cambio. Quisiera saber de vuestra experiencia de Gobierno, y de vuestra colaboración con otras formaciones políticas tanto a izquierda como a derecha. Llegado el caso, vuestra experiencia y consejo a nivel municipal y autonómico me será de utilidad. No sobra nadie, os necesito a todos y a todas. Igual que entonces, pese a la complejidad del resultado electoral del pasado 20 de diciembre, las urnas nos han dejado algunos mensajes bastante claros.

El principal: que los españoles y españoles votaron, cambio y diálogo. Más del 71% de los votos han rechazado la continuidad de las políticas del PP. La mayoría de los votos escogieron cambio a partir de valores y propuestas de izquierdas y progresistas. Y la gran mayoría de los votantes nos han dado un mandato a favor del diálogo y los acuerdos. Pero hay que preguntarse , ¿qué cambio, qué izquierda y qué diálogo? Sobre el cambio, los españoles quieren una política nueva, renovada, limpia. Quieren abrir las ventanas, ventilar las instituciones, aire fresco. Quieren desatascar de una vez los problemas atascados.

Quieren confiar en sus instituciones, que éstas sean inclusivas y democráticas; quieren políticos que no les mientan, que sean transparentes en sus decisiones y den participación a la ciudadanía. En suma, anhelan otra forma de gobernar que profundice en los pilares democráticos que se asentaron en la Transición. Un cambio que cohesione, porque Mariano Rajoy estuvo cuatro años dividiendo y confrontando. Gobernando solo y contra todos. Contra las fuerzas parlamentarias de la oposición, despreciando al Parlamento.

Utilizando para sus fines partidistas las instituciones de todos. Y contra la sociedad civil. Llevamos demasiados años sufriendo rupturas y fracturas. El cambio que piden los españoles es cohesionar todo lo que la derecha ha fracturado. En segundo lugar, sobre qué izquierda, la nuestra es la izquierda de la igualdad, con un proyecto común para todo el país. España está fracturada por la desigualdad económica, la desigualdad social, la desigualdad generacional, la desigualdad de género y la desigualdad territorial.

Ante esas múltiples rupturas, ante esos desafíos comunes que afectan al conjunto de españoles, y ante los cuales sólo unidos podremos hacerlos frente con garantía de éxito, el PSOE se erige como el partido más transversal y más dialogante, como el único capaz de llegar a acuerdos con todos. Y os aseguro que nos dejaremos la piel en el empeño de construir una mayoría política que atienda a lo que ha dicho con claridad la mayoría social con sus votos: que nos fijemos en lo que nos une y no en lo que nos separa.

A escasas horas de cerrar las urnas, algunos político se apresuraron en llenar el espacio político de líneas rojas, confundiendo la nueva política con la imposición de sus planteamientos, escribiendo desde el día 20 líneas rojas, cuando nosotros lo que queremos es escribir un catálogo de todo aquello que nos acerca a otras fuerzas políticas. Y no nos importa, porque estamos al servicio de unir lo que la derecha ha separado, estamos al servicio, como en los 136 años de nuestra historia, de cohesionar la sociedad. No vamos a buscar ni cordones sanitarios, ni líneas rojas, ni trincheras, ni atalayas. En lugar de confrontar, convocaremos.

Nuestro referente es la igualdad. Guiándonos por ella, vamos a buscar los puentes que unen. Y allí donde no los encontremos, los vamos a tender, en todas las direcciones, porque lo más dañino para nuestro país en este momento sería el bloqueo político que nos impidiera poner en marcha con rapidez la reconstrucción del país que tan urgente resulta. Cada minuto que tardemos en pasar esta página negra de nuestra historia será un minuto más de sufrimiento político y social, un minuto más de incertidumbre económica.

Somos el partido más capacitado para el diálogo y nos vamos a dejar la piel en ese empeño. Somos el partido del diálogo. Lo hemos sido y lo vamos a seguir siendo siempre. Somos el Partido con mayor capacidad de acuerdo, porque somos la centralidad política. Pero cualquier negociación la hemos afrontado desde la firmeza de nuestras convicciones. Y una de ellas es la integridad territorial de España, la unidad de España. No es la primera vez que se discute sobre la integridad territorial de España, con el mal llamado derecho a decidir. Y los socialistas nunca cedimos.

No lo hicimos en Euskadi, cuando mataban a compañeros, no lo hemos hecho en Catalunya, y no lo haremos porque nos lo proponga un tercero. No pondremos en cuestión el país que queremos gobernar, porque creemos en nuestro país, creemos en la fuerza de permanecer unidos y creemos en la fuerza de nuestra diversidad cultural cuando no se utiliza para separar, sino para unir; cuando no se utiliza para negar la ciudadanía sino para reforzarla.

De esa diversidad vamos a hacer cohesión y no división, porque cuando esa diversidad se ha negado, siempre hemos retrocedido. Por el contrario, cuando más hemos dialogado los españoles hemos escrito las páginas más brillantes de nuestra historia. Que nadie tenga duda: defendemos y defenderemos la integridad territorial de España. Y no vamos a aceptar un referéndum que, lejos de ser el final, sería el principio de nuevas rupturas, como ya ha ocurrido. Los políticos estamos para encontrar soluciones, para convocar a nuevos acuerdos no para crear nuevos problemas.

Nadie que quiera ser el Presidente de todos los españoles, nadie que quiera unir lo que la crisis ha separado, puede querer levantar muros entre españoles ni establecer nuevos privilegios de ninguna clase en un país que vive ya con las más agudas desigualdades sociales, generacionales y territoriales de nuestra historia reciente. Allí donde hay tensión social, pondremos medidas urgentes; allí donde hay tensión política, pondremos diálogo y allí donde hay tensión generacional, crearemos oportunidades para los jóvenes.

Pero que nadie cuente con nosotros para negar la ciudadanía común que nos ha hecho alcanzar las más altas cotas de paz y bienestar. Nuestro referente ha sido siempre la igualdad, y por ello vamos a sentarnos a hablar con todos cuantos quieran construir cohesión. Y tal y como exige este tiempo nuevo lo haremos con nuevas formas, anteponiendo los intereses de los españoles sobre los de cualquier partido, incluido el nuestro, porque somos más conscientes que nunca de que los partidos somos instrumentos de los ciudadanos para gobernarse a sí mismos. Eso es la democracia.

Ni vamos a levantar muros entre españoles, ni vamos a levantar cordones sanitarios respecto a ningún partido, ni vamos a aceptar maximalismos que obedecen a tácticas cortoplacistas y no al interés de España. Vamos a buscar lo que nos une, y lo que nos une está mucho más allá de los partidos, vamos a buscar lo que nos une como sociedad, para emprender con el esfuerzo de todos el camino de la recuperación justa. Cualquiera que quiera una sociedad más justa será bienvenido a este tiempo nuevo y encontrará tendida la mano del Partido Socialista.

Por el contrario, quienes vengan a hablar de lo suyo y no de lo de todos, quienes quieran seguir levantando barreras nos encontrarán enfrente, porque el Partido Socialista ha sido siempre el partido de la igualdad. La vamos a perseguir, conscientes de que en ese empeño nos jugamos nuestro futuro como país y como sociedad. Los españoles nos han mandado un mensaje claro: dialoguen ustedes, dialoguen y dialoguen. Y cuando terminen, sigan dialogando.

Pues dialoguemos. Dialoguemos para convocar a la enorme y apasionante tarea de renovar España. Los españoles nos piden convocar y no confrontar. Lo dije y lo reitero: gobernar para dejar las cosas como están, no. Gobernar para transformar, sí. Y para ello necesitamos convocar a la mayoría de partidos y a la mayoría de españoles en torno a 8 grandes acuerdos para hacer progresar nuestro país.

  • Primero, un gran pacto para la recuperación económica justa. Que llegue a una clase media y trabajadora castigada por la crisis, que ha visto devaluado su bienestar y las oportunidades de sus seres queridos. España necesita unos nuevos Pactos de la Moncloa que sumen todas las fuerzas institucionales, económicas y sociales para propiciar una recuperación económica justa, que implique lo siguiente: 
      • (a) Un nuevo Estatuto de los Trabajadores 
      • (b) Una fiscalidad suficiente y progresiva 

      • (c) Una transición energética 
  • Segundo: un pacto por la educación, la ciencia y la cultura, que convierta la extensión del conocimiento en la palanca definitiva para el desarrollo de nuestro país. 
  • Tercero: un gran acuerdo para reconstruir nuestro Estado del Bienestar, nuestro patrimonio colectivo, como el mejor instrumento de la lucha contra las desigualdades, contra la pobreza. Para rescatar con un Ingreso Mínimo Vital a quienes cayeron en el paro y la marginalidad social. Para erradicar la pobreza infantil en cuatro años. Para recuperar la tarjeta sanitaria universal. Para hacer realidad los derechos que una mayoría socialista estableció en la Ley de la Dependencia y que una mayoría de derechas malogró. Para un reparto justo de la carga del déficit entre administraciones, que permita a las Comunidades Autónomas financiar los servicios de los que depende el bienestar de las mayorías. 
  • Cuarto: la reconstrucción del Pacto de Toledo, hacer frente al desafío del envejecimiento de la población, garantizar las pensiones, asegurar ingresos suficientes en el sistema de pensiones. Garantizar que las pensiones mínimas suban al menos por encima del coste de la vida. Y porque además hemos de suprimir los copagos que asfixian a muchos pensionistas, que en muchos casos se han convertido, además, en sustento vital imprescindible para hijos y nietos. 
  • Quinto: un pacto contra la violencia de género, para proteger a las víctimas, para castigar a los culpables y, sobre todo, para involucrar a toda la sociedad y a todas las instituciones en la lucha contra la desigualdad y el machismo cultural que constituyen el origen y la raíz de esta lacra terrible. 
  • Sexto: un pacto para regenerar la vida institucional y política; un pacto que extirpe la corrupción y la prevenga, para que las practicas turbias y fraudulentas no se vuelvan a repetir, para que las instituciones sean transparentes, democráticas, eficaces y eficientes, para garantizar la independencia de la Justicia y para instaurar un Gobierno abierto en todos los ámbitos de la administración. 
  • Séptimo: convocar al conjunto de fuerzas parlamentarias a abrir una ponencia en el Congreso de los Diputados para llevar a cabo la reforma que mejorará y pondrá al día nuestra Constitución Para poner nuestros derechos sociales a salvo de recortes y privatizaciones. Para impulsar la participación, la transparencia y la regeneración de nuestras instituciones democráticas. Y para actualizar nuestro modelo territorial, aclarando competencias, reconociendo singularidades y asegurando la unidad y la igualdad de derechos de todos los españoles y españolas. Dando el paso natural del Estado Autonómico al Estado Federal. Reconociendo el derecho a decidir de todos, sí, de todos y todas los españoles, a decidir conjuntamente y sin fracturas nuestro propio futuro. 
  • Octavo: convocar a un gran pacto por Europa, siendo un socio leal con el resto de Estados Miembros y cumpliendo con nuestras responsabilidades, renovando el compromiso de la sociedad española con la construcción de un gran espacio europeo de derechos, de libertades y de ciudadanía. 

En resumen, si gobernamos lo haremos para transformar y para cohesionar y no lo haremos a cualquier precio. Así que la recuperación económica justa con más y mejores empleos, reconstruir el Estado del Bienestar, lograr un acuerdo por la educación, ciencia y cultura, recuperar el Pacto de Toledo, lograr el Pacto contra la Violencia de Género, abrir la ponencia Constitucional, regenerar nuestra democracia y recuperar el protagonismo perdido durante esto últimos años en la construcción europea son los grandes acuerdos a los que convocaremos los socialistas a la mayoría de españoles, para hacer progresar a España durante los próximos cuatro años.

Compañeros y compañeras. Lo decía al principio de mi intervención. El Partido Socialista no cumplió sus objetivos en las elecciones del 20 de diciembre. Salimos a ganar y no ganamos las elecciones. Esta es la realidad insoslayable. Y no me conformo con estos resultados, porque dirijo un partido ganador. Después de 18 meses yo asumo mi responsabilidad y la sumo en primera persona. Ya os digo que no me que aspiro a que seamos la fuerza ganadora que siempre ha sido el Partido Socialista. Ahora bien, para responder con eficacia a nuestro deber hemos de hacer un análisis riguroso y bien contextualizado de los datos.

Los ciclos políticos en este país nunca fueron de tan solo cuatro años. Cuando un partido sale del Gobierno en un clima de contestación social, no recupera fácilmente su credibilidad como alternativa mayoritaria en un solo mandato. Esto no ha sucedido nunca. No le sucedió al PP, que necesitó dos legislaturas de oposición para recuperar la mayoría tras su derrota en 2004. Y no le sucedió a nuestro partido a partir de 1996. Cuatro años después de nuestra salida del Gobierno, retrocedimos en votos y retrocedimos en casi 20 escaños. Solo ocho años después de aquella derrota recuperamos el crédito como alternativa mayoritaria.

La respuesta de los españoles a cuatro años de abusos, de recortes y de corrupción por parte de la derecha, ha sido un vuelco electoral hacia opciones progresistas y de izquierda. Las formaciones progresistas han recibido la mayoría de los votos. Y el PSOE ha sido una vez más la fuerza favorita para los votantes de izquierda. Pero la representación extraordinariamente fragmentada de ese voto ha impedido una hegemonía clara en el Parlamento. Es cierto que el resultado de estas elecciones asemeja España a otros países de nuestro entorno con democracias maduras, en las que cuesta encontrar apoyos electorales superiores al 30% y en las que existe una gran tradición de acuerdos poselectorales entre varias fuerzas políticas. Pero los socialistas no nos conformamos.

Nuestro propósito fue siempre y sigue siendo el de representar a las grandes mayorías progresistas. Tras poco más de 18 meses al frente del partido y habiéndonos enfrentado a 4 elecciones en un año: las elecciones de marzo en Andalucía, las municipales y autonómicas en mayo, las elecciones catalanas en septiembre y las generales en diciembre, con la actual Dirección federal y entre todos hemos recuperado gobiernos municipales y autonómicos, y somos la alternativa al PP. Insisto, no me conformo, soy autocrítico, pero seguimos siendo la alternativa al PP.

Así que son buenos cimientos sobre los que devolver el protagonismo que queremos para el Partido Socialista y el que esperan y merecen los españoles. Pero quisiera advertir de que durante estos meses, se ha producido una evidente coalición de intereses contra el Partido Socialista. Bajo el argumento del fin del bipartidismo, lo que se trataba de alumbrar era un sistema monopartidista, esto es, una derecha con capacidad de gobernar mientras la izquierda se fragmenta, tratando de debilitar a la única izquierda con capacidad de transformación y gobierno: el Partido Socialista Obrero Español.

Desde la derecha política y sus aliados tradicionales se procuraba el desgaste del PSOE para compensar la previsible reducción de apoyos al PP. Y desde el resto de la izquierda política se procuraba también el desgaste del PSOE para dividir al electorado progresista, favoreciendo indirectamente el triunfo del PP. De hecho, durante los últimos meses, todos las atenciones y todas las estrategias electorales parecían centradas en competir con el PSOE por los apoyos en el electorado socialdemócrata. Los poderes económicos intentaron condicionar y hasta someter al PSOE, y no lo lograron. Yo, personalmente, pasé el Rubicón frente a sus pretensiones cuando declaré la incompatibilidad del PSOE con el PP y su máximo dirigente, Mariano Rajoy.

De ahí los duros ataques de la derecha. Hoy somos más fuertes, podemos reivindicar la autonomía que nos exigen los ciudadanos para decirles alto y claro que todo lo que hagamos, todo lo que decidamos, estará siempre al servicio del interés de la mayoría de españoles, sobre todo, de quienes más necesitan de un proyecto socialista al frente de las instituciones Compañeros y compañeras. Humildad, coraje y mucho, mucho dialogo, eso es lo que estamos orgullosos de ofrecer hoy a la sociedad en correspondencia al apoyo que nos han dado, conscientes de que no han confiado en el Partido Socialista para que contemplemos pasivamente la situación, sino para que nos impliquemos en resolver los problemas de España.

En esta situación de incertidumbre, los españoles pueden estar tranquilos. Los socialistas no nos quedamos con los brazos cruzados ni un minuto y asumiremos nuestra responsabilidad: desde la oposición o desde el Gobierno. Que cada uno se haga responsable de sus decisiones. Queremos ganar el futuro de convivencia que los españoles nos demandan y vamos a hacer todo lo posible para que esa colaboración que es real y fructífera en la sociedad y en las calles, lo sea también en la vida política.

Estamos dispuestos a trabajar sin desmayo, si con ello empezamos ya desde hoy a aliviar el sufrimiento social de los españoles y a despejar las incertidumbres que en nada nos benefician. Tenemos mucho trabajo por delante, tenemos un país entero por reconstruir y no vamos a retrasar esa apasionante tarea política que nos ha encomendado la ciudadanía.

La ruptura social se ha transformado en fragmentación política y por ello, queremos empezar a reconstruir desde la política esa fraternidad que necesitamos como sociedad. Aquí no sobra nadie. La cohesión política traerá la cohesión social, generacional y territorial. Esa es la cohesión que necesita nuestro país . Hoy lo somos un poco más que ayer, porque, tras una crisis económica brutal, los ciudadanos han transformado su comprensible frustración en un voto a formaciones democráticas y no en un voto xenófobo, excluyente o cerrado, como ha ocurrido en muchos países europeos.

Los ciudadanos nos han pedido también que miremos al mundo y contribuyamos a hacer una Europa más unida, más cohesionada y más atenta a las necesidades de los ciudadanos. Estamos orgullosos de la respuesta democrática de la ciudadanía, y desde un partido renovado, -que cree en la política como herramienta de progreso social y que abomina de la corrupción y los privilegios-, queremos liderar a esa sociedad contenida y dialogante, que con su ejemplo nos ha planteado un reto extraordinario.

Queremos transformar esa lección en ejemplaridad institucional, para que el mismo orgullo cívico que hoy sentimos respecto a nuestros ciudadanos, lo sientan ellos respecto a sus instituciones y sus representantes. Recogemos ese guante: vamos a estar a la altura de la lección democrática que han dado los ciudadanos, no vamos a caer en la resignación ni en el maximalismo, no vamos a ser cobardes ni extravagantes. De este reto obtenemos la fuerza para dar a nuestro país el impulso de regeneración política y cohesión social que necesita, el impulso de modernización y de progreso que nos llevará de nuevo a escribir un capítulo memorable de la historia de España. Muchas gracias.

IDEAS PRINCIPALES DE LA INTERVENCIÓN DE PEDRO SÁNCHEZ ANTE EL COMITÉ FEDERAL

  • Hoy más que nunca el Partido Socialista quiere enviar un mensaje de confianza a la sociedad española. Confianza en el futuro, en la democracia y en sus posibilidades. 
  • El Partido Socialista no cumplió sus objetivos en las elecciones del 20 de diciembre. Salimos a ganar y no ganamos las elecciones. Esta es la realidad insoslayable. No me conformo con estos resultados, soy autocrítico, porque dirijo un partido ganador y aspiro a que seamos la fuerza ganadora que siempre ha sido el Partido Socialista. 
  • Este es el tiempo para que el PP intente formar Gobierno. Y el PSOE respetará ese tiempo con la responsabilidad y con la prudencia debidas. 
  • Ahora bien, si Rajoy y el PP fracasan en su intento de formar Gobierno, el PSOE asumirá su legítima responsabilidad de convocar a todas las fuerzas políticas y sociales en la apasionante tarea de abordar las transformaciones estructurales que necesita España para ganarse su futuro. 
  • Los 5 principios básicos sobre los que dialogaremos en este nuevo tiempo político, son: 
      • 1) El interés general de la sociedad española. 
      • 2) El Partido Socialista votará en contra de la continuidad Mariano Rajoy como presidente del Gobierno y también de cualquier otro candidato del PP a la presidencia del Gobierno. 
      • 3) Si Rajoy y el PP son incapaces de liderar este nuevo tiempo con la capacidad de diálogo que se exige, el PSOE abordará con firmeza su legítima responsabilidad de ofrecer una alternativa de Gobierno a España. 
      • 4) El PSOE lo hará con luz y taquígrafos. Transparencia sobre los términos de la conversación y la negociación, sólo así garantizaremos el derecho de los ciudadanos a saber de qué se habla y qué se acuerda. 
      • 5) No dialogaremos sobre cuestiones como la integridad territorial de España. La crisis de convivencia en Catalunya sólo se resolverá con un nuevo acuerdo, que es la reforma constitucional federal que proponemos los socialistas, y no un referéndum que rompa España. Lo ocurrido el pasado domingo en la política nacional se anunciaba ya en las elecciones autonómicas y municipales. Y en todas ellas, el Partido Socialista logró ser la centralidad sobre la que se articuló y lideró el cambio demandado por los votantes. 
  • Todos los compañeros y compañeras que hoy dirigen las instituciones, contasteis con la confianza de la Dirección federal que siempre supo que dialogaríais y actuaríais en interés general de los vecinos y vecinas, de vuestros municipios y regiones. Gracias por el trabajo bien hecho. Gracias por iniciar el cambio. 
  • El 20 de diciembre los españoles y españoles votaron cambio y diálogo. Más del 71% de los votos han rechazado la continuidad de las políticas del PP. La mayoría de los votos escogieron cambio a partir de valores y propuestas de izquierdas y progresistas. 
  • Nuestro referente es la igualdad. Guiándonos por ella, vamos a buscar los puentes que unen. Y allí donde no los encontremos, los vamos a tender, en todas las direcciones, porque lo más dañino para nuestro país en este momento sería el bloqueo político que nos impidiera poner en marcha con rapidez la reconstrucción del país que tan urgente resulta. 
  • Ni vamos a levantar muros entre españoles, ni vamos a levantar cordones sanitarios respecto a ningún partido, ni vamos a aceptar maximalismos que obedecen a tácticas cortoplacistas y no al interés de España. 
  • Los españoles nos han mandado un mensaje claro: dialoguen ustedes, dialoguen y dialoguen. Y cuando terminen, sigan dialogando. Pues dialoguemos para convocar a la enorme y apasionante tarea de renovar España. 
  • Y para ello necesitamos convocar a la mayoría de partidos y a la mayoría de españoles en torno a 8 grandes acuerdos para hacer progresar nuestro país: 
      • 1) Un gran pacto para la recuperación económica justa, que implique un nuevo Estatuto de los Trabajadores, una fiscalidad suficiente y progresiva y una transición energética 
      • 2) Un pacto por la educación, la ciencia y la cultura 
      • 3) Un gran acuerdo para reconstruir nuestro Estado del Bienestar. Poner en marcha un Ingreso Mínimo Vital, erradicar la pobreza infantil en cuatro años, recuperar la tarjeta sanitaria universal, recuperar la Ley de la Dependencia y para un reparto justo de la carga del déficit entre administraciones, que permita a las CCAA financiar los servicios de los que depende el bienestar de las mayorías. 
      • 4) La reconstrucción del Pacto de Toledo. Hacer frente al desafío del envejecimiento de la población, garantizar las pensiones, y suprimir los copagos 
      • 5) Un pacto contra la violencia de género 
      • 6) Un pacto para regenerar la vida institucional y política; que extirpe la corrupción y la prevenga, para que las instituciones sean transparentes, democráticas, eficaces y eficientes, garantizar la independencia de la Justicia e instaurar un Gobierno abierto en todos los ámbitos de la administración. 
      • 7) Convocar al conjunto de fuerzas parlamentarias a abrir una ponencia en el Congreso de los Diputados para llevar a cabo la reforma que mejorará y pondrá al día nuestra Constitución 
      • 8) Convocar a un gran pacto por Europa
  •  En resumen, si gobernamos lo haremos para transformar y para cohesionar y no lo haremos a cualquier precio. 


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