jueves, 10 de diciembre de 2015

RESUMEN DE LEGISLATURA

Nos enfrentamos quizás a las elecciones más reñidas de la historia de la democracia española, y con resultado más incierto, en parte por las fuerzas emergentes que han surgido porque las dos grandes fuerzas de nuestro país no han sabido adaptarse y responder a las necesidades de una sociedad que ha sufrido las consecuencias de una crisis financiera, causada por la irresponsabilidad de las entidades financieras que inflaron la burbuja inmobiliaria hasta límites insostenibles.

Dicho esto, nos enfrentamos a unas elecciones en las que la sociedad va a votar sin comprender qué ha pasado realmente en los últimos cuatro años. Las familias perdieron su trabajo y el dinero que tenían en determinados activos, así como en muchos casos sus hogares; y a partir de del 2014 el empleo en nuestro país empieza a repuntar, eso sí de una manera distinta a como se perdió dicho empleo.

A lo largo de los últimos cuatro años, que van desde que el presidente Rodríguez Zapatero dejó el Gobierno hasta ahora, es decir la era Rajoy se ha caracterizado por una serie de subidas de precios, mientras los salarios se reducían, el crédito universitario ha subido de media 3,68 euros, el gasto sanitario se ha reducido en 133 euros por persona, hay 400.000 funcionarios menos, los precios han subido un 2,6%, la luz ha subido un 11%, ha subido un 10% la población que tiene problemas para llegar a fin de mes (alcanzado un 39% de la población), ha aumentado un 12,8% la población entre 16 y 29 años con riesgo de pobreza y exclusión social que alcanza a un 36,4% de este sector de la población. La mediana de ingresos se ha reducido en 1.336 euros, alcanzando una diferencia con el resto de la UE de 2.600 euros, cuando en 2011 las cifras eran parecidas.

Ha subido un 4,1% la privación material que impide pagar los compromisos asumidos, alcanzando a un 17,8%. La desigualdad ha aumentado en 1,2 puntos, hasta alcanzar el 34,7%, un 3,7% más que la media de la Unión Europea. El 12,6% de las personas trabajadores sufre pobreza laboral, un 3% más que la Unión Europea. La tasa de paro en España (21,2%) es 12 veces superior la respectiva cifra europea. 1,8 millones de personas han abandonado España, reduciendo la población activa en 540.000 personas, y hay 104.000 personas menos trabajando. En cuanto a extranjeros hay 760.000 personas menos trabajando. La contratación indefinida (73,8%) ha caido un 2,6%, que se traduce en un aumento de 300.000 contratos temporales y una pérdida de 400.000 contratos fijos. La pérdida de salarios en empleos temporales ha caído hasta un 44%.

Es cierto que no todo va a ser negro, el fracaso escolar se ha reducido un 7% en mujeres y un 5,4% en hombres, matriculamos 73.000 vehículos más, y la tasa de criminalidad se ha reducido en un 4,1 por 1000 habitantes. Pero como vemos la realidad es negra desde la perspectiva de condiciones sociales de los trabajadores, ha existido toda una devaluación salarial ya que no era posible una devaluación de la moneda.

Ante este panorama, ¿qué cabe esperar?. Lo lógico es que el PP no ganara, y los ciudadanos apostaran por un cambio de gobierno que dignificara su condición de vida. Pero parece que va a ser todo lo contrario. El PP descenderá en número de votos, pero ganará las elecciones, porque han vendido que el PP ha sacado a España de la crisis, y lo han repetido en televisiones hasta la saciedad. Igual que dicen que han subido las pensiones, y la realidad es que por cada euro que han subido las mismas, los pensionistas han pagado 4,5 euros en copago farmaceútico, y el 14,76% de la población no retira medicamentos prescritos por problemas económicos.

Pero hay que reconocer que más que ganar el PP, es el PSOE el que ha perdido, no habiendo sido capaz en toda la legislatura de articular un discurso coherente y transmitir un mismo mensaje en toda España, eso le ha hecho que la gente le asocie al presidente Rodríguez Zapatero y le atribuya una expectativa de querer cambiar todo, derogar la LOMCE, la reforma laboral, pero sin saber cómo.

No voy a decir que la última legislatura del presidente Rodríguez Zapatero no haya estado plagada de luces y sombras. La crisis financiera ocultó cualquier otro logro, porque la escalada del desempleo fue una losa. Es lógico que en una crisis financiera, donde el músculo afectado principalmente era y es el sector bancario, como seguimos apreciando, que tiene un peso estratégico en nuestro índice bursatil, preocupara y ocupara al Gobierno de la nación.

Lo cierto, es que la Administración Central se desvió 0,3%, la Seguridad Social 0,4%, los Ayuntamientos un ajustadísimo 0,08, y las Comunidades Autónomas, gobernadas en su mayoría por el PP un 1,64%, que les obligaba a hacer un ajuste de 18.000 millones de euros. Si Rajoy no lo sabía malo, pero si lo sabía (que es lo más lógico, ya que el PP trabaja en equipo, como a ellos les gusta decir), es un estadista cuando menos calificable de indigno, pues si tanto ama a su patria, lo lógico no es hablar de la herencia de ZP, sino de la herencia de Cospedal, Monago, Valcárcel y Fabra entre otros. Esos son los culpables, no deben buscarse en montañas o partidos lejanos. Esa es la herencia, la mataron y echaron la culpa a ZP, para colgarle una losa, y que no volviera a gobernar un PSOE manirroto que no es capaz de someter al control la economía nacional, como sí lo hacen Montoro y Rajoy.

Efectivamente han pasado 4 años, y dirán que en este tiempo han alejado el fantasma de la crisis (aunque la sábana del mismo sigue rondando el IBEX 35, y lo mismo vuelve en un momento dado en que el BCE absorba la liquidez actual), y han mejorado el mercado laboral con 1.500 contratos diarios. En el primer semestre de 2015, de 6.321.862 contratos celebrados, sólo 548.207 eran indefinidos, el 8,60%, y lo preocupante 1.904.545 eran contratos temporales a tiempo parcial. El 25% de los contratos firmados entre enero y abril han durado 7 días o menos.

En el tercer trimestre del año, según los datos de la EPA todos los contratos fueron temporales, 205.500, con el agravante que en ese mismo período se redujo el empleo indefinido en 18.900 personas, es decir echamos a los fijos y con el mismo contrato fijo creo 9 temporales. Más de un millón y medio de familias tenían todos sus miembros en paro.

De 2004 a 2011 con el presidente Rodríguez Zapatero se crearon 1 millón de puestos de trabajo, mientras que con Rajoy se han destruido 500.000 (200.000 si tenemos en cuenta datos de afiliación a la Seguridad Social).  La causa de esa destrucción de empleo fueron los errores de la austeridad que Rajoy vendía en 2011 y que nos sacaría de la crisis, el rescate, la fuga de capitales de 2012 -la mayor de la historia de España-, el desplome del crédito y de la inversión empresarial que vino detrás y la deflación salarial provocada por la reforma laboral de Rajoy.

Los efectos del desastre de la gestión de la política económica de Rajoy quedan reflejados en los salarios de los trabajadores que han caído 40.000 mill de euros desde 2011. Si dividimos la masa de salarios por el número de trabajadores obtenemos el salario medio que ha caído desde 2011 un 5% nominal, la primera caída de salarios nominales en España desde que existen estadísticas. Si tenemos en cuenta que el IPC y el coste de la vida media ha subido un 2% desde 2011, la pérdida de capacidad adquisitiva con Rajoy de un trabajador medio ha sido del 7%.

Si sumamos que Rajoy ha subido el IRPF, el IVA e impuestos especiales por valor de 14.000 mill, el 3% de la masa salarial, un trabajador medio en España es un 10% más pobre hoy que cuando Rajoy llegó a la Moncloa. Y la desigualdad ha aumentado ya que la deflación salarial se ha cebado con los salarios. Por lo tanto, todos somos más pobres pero unos más pobres que otros. Pero la mayor cicatriz de la legislatura que costará mucho tiempo cerrar son los 700.000 españoles que siguen en el paro, que han perdido la prestación desde 2011 y que viven de la beneficencia y de las ONG’s, que han aumentado significativamente a las personas atendidas desde que Rajoy llegó a la Moncloa.

Las pensiones desde 2011 han subido 1% y el IPC 2%. Por lo tanto, los pensionistas han perdido poder adquisitivo. Si sumamos impuestos y copagos, los pensionistas son un 4% más pobres hoy que cuando Rajoy llegó a la Moncloa. Pero los precios de la luz y los alimentos han subido un 7% desde 2007. Estos dos componentes representan la mayor parte de la cesta de la compra de las pensiones mínimas. Por lo tanto, todos los pensionistas son más pobres con Rajoy, pero unos más pobres que otros. ¿Qué sucedió durante las dos legislaturas de Zapatero? Además de crear 1 millón de empleos, como se puede comprobar en el gráfico, el salario medio aumentó un 33%. Si corregimos el aumento de la inflación que fue del 24%, los trabajadores españoles eran en media un 9% más ricos en 2011 que en 2004. Los pensionistas también ganaron un 7% de poder adquisitivo desde 2004. Pero las pensiones mínimas subieron un 50% y las de viudedad con hijos a cargo un 90% desde 2004 hasta 2011.

¿Cuál es el resultado? Aumento del empleo y de los salarios desde 2004 hasta 2011, mayor recaudación de la seguridad social y del estado, subidas de las pensiones, aumento de la hucha y mejor sanidad, dependencia, becas y educación. Desde 2011 con Rajoy hay menos empleos y menores salarios, menos ingresos en la seguridad, se come la hucha de las pensiones y deja un agujero de 32.000 mill.

¿De qué recuperación estamos hablando?. Pues el PP habla y muy tranquilamente de crecimiento y recuperación, dos palabras mágicas que le servirán para una previsible victoria electoral el próximo día 20 de diciembre. Hoy, sin ir más lejos, el señor De Guindos que entre octubre y diciembre nuestra economía crecerá un 0,9% finalizando el año en situación de aceleración económica, que dejará el PIB en 2015 en un 3,3%, la locomotora de Europa, reconoce eso sí, algunas debilidades, la precariedad laboral, pero que no nos alarmemos que el trabajo a tiempo parcial sólo supone un 15%, lejos del 22% europeo, y la elevada deuda neta, por la cual tendremos que financiar en 2016 400.000 millones de endeudamiento público y privado.

Vivimos pues en un país magnífico que permite que el señor Rajoy exima de IRPF a los trabajadores mayores de 65 años, a los parados que encuentren un empleo durante el primer año, a los autónomos que monten un negocio durante los dos primeros años, y bajará los tipos mínimo y máximo al 17% y 43%, no siendo necesario hacer ninguna modificación en su maravillosa reforma laboral, qué ideas tiene Pedro Sánchez, derogar una reforma laboral gracias a la cual vienen las empresas automovilísticas a probar aquí sus prototipos. Campeones somos, pero los socialistas que son unos destripaterrones quieren volver a sumirnos en la pobreza y en la oscuridad, qué malos son los socialistas.

Por eso, el 20 de diciembre nos jugamos seguir en un mundo de sueño, que no es real, y que al despertarnos (y los sueños se acaban) con una actuación decidida, por ejemplo del BCE, veremos cómo este empobrecimiento progresivo de la mano de obra, de los asalariados, se torna en pobreza y necesidades de un país que no sólo puede vivir de fútbol o toros. Pobreza que nos alcanzará a todos, y veremos como las carreteras, los vehículos, las viviendas, terminan para los que queden en el país por sufrir la decadencia que sólo hemos empezado a vislumbrar. Sólo hay una opción, como dice Pedro Sánchez, y es empezar a derogar leyes, que supondrán en cualquier caso la recuperación de derechos sociales que nunca se debieron perder, y que a la derecha le importan muy poco, o nada.

Eso sí, el PSOE ha pasado cuatro años mirándose el ombligo, entre procesos internos y liderazgos cuestionados. Se ha perdido una oportunidad histórica de renovar el partido y elegir para los gobiernos locales y autonómicos a los mejores, y no sólo a los amiguetes o a gente próxima al aparato castigando a militantes alejados del mismo, o ignorando a militantes y ciudadanos simpatizantes, o no, o gente de otros partidos y otras sensibilidades políticas, que desde la profesionalidad y la independencia podrían haber hecho de catalizador para las próximas elecciones.

Si el PSOE gobierna es una tarea pendiente, pues si no, estaremos taponando una herida, pero la hemorragia sigue activa. Si el PSOE no gobierna hay que hacer una profunda refundación, y sanear la estructura de los edificios socialistas, porque la socialdemocracia es la respuesta idónea combinar empleo de calidad y seguridad laboral, con la garantía de asegurar unos derechos que a la sociedad nos ha costado tanto conquistar. Si no lo hace, otras fuerzas políticas, desde el centro liberal estarán legitimadas para intentar lograr estos objetivos, evidentemente con otras estrategias y otras consideraciones, igual de válidas y que pueden suponer progreso para una sociedad, que lo que no admite es una derecha conservadora al servicio del capital y de la macroeconomía y que ningunea la fuerza del trabajo, al sentirse seguros de que su oferta es muy superior a la demanda empresarial.

Publicado está y los votantes tienen ojos para leerlo y cerebro para procesarlo y sacar conclusiones. Entre 2008 y 2011 España ha cambiado en muchos aspectos. La crisis financiera, ha traído una destrucción de empleo masiva; en efecto al principio de 2008 había 20.620.000 personas, y algo más de 2 millones de desempleados, y cuando Rajoy asume el poder el número de ocupados baja a 18.153.000 y el número de desempleados asciende a 5.287.300; 2,5 millones de desempleados más y el paro seguiría subiendo durante buena parte de la legislatura, al menos 1,5 millones de estos 2,5 millones de desempleados son a causa del pinchazo de la burbuja inmobiliaria que se gestó de 1998 a 2004, cuando comprar una casa pasó de 3.5 veces su salario medio a 7 veces. Y llegamos al tercer trimestre de 2015, con 18.048.700 ocupados (menos que cuando el sr. Rajoy coge el gobierno) y 4.850.800 desempleados, 400.000 parados menos, y 500.000 activos menos también.


Una legislatura perdida. En salarios en 2011 el salario medio era de 1842 euros, y en 2014 fue de 1881 euros, 40 euros de subida en 4 años. Pero si observamos qué ha pasado respecto al salario por grupos de edad los jóvenes de 16 a 24 años han visto reducir su salario desde 1.119 a 1.031 euros, es decir 90 euros; y el grupo de edad que va desde los 25 a 34 años desde 1.644 a 1.576 euros, es decir 80 euros. Claro, nos referimos a los afortunados que trabajan. ¿Es Rajoy el presidente de los jóvenes?

Más interesante es la evolución de las tasas de cobertura (prestaciones contributivas, subsidio, renta activa de inserción, subsidio agrario) que en 2011 beneficiaban a 2.845.652, con una tasa del 70,7%. La situación en 2015 es de 2.239.351 con una tasa de cobertura del 55,9%, un 15% menos de población desempleada protegida. Es decir que 4 de cada 10 parados en este momento no cobran prestaciones, ni contributivas ni subsidios. Más de 320.000 parados que cobraban prestaciones con Zapatero ahora no cobran nada. ¿Es Rajoy el presidente de los desempleados?. Por cierto, la prestación contributiva media ha bajado de 843 euros a 779 euros. Todo eso se traduce en un desembolso de 10.000 millones menos en prestaciones de desempleo, con un aumento de desempleados que no reciben ingresos. ¿Qué pueden esperar los desempleados del sr. Rajoy?

Las subidas impositivas comenzaron en 2010 con el presidente Rodríguez Zapatero, subiendo el IVA, eliminando deducciones del IRPF, incrementando las retenciones para profesionales y autónomos, y aumentando los impuestos especiales. Pero Rajoy siguió su estela, aprobando una fuerte subida de IRPF nada más tomar el poder, que se ha mantenido hasta 2014 y suprimió la deducción por vivienda, poco después subió el IVA, varias veces los impuestos especiales y limpió de deducciones y beneficios el Impuesto de Sociedades. La subida de impuestos se calcula en 23.000 millones de euros, que con la reducción aplicable este año queda la legislatura en 19.500 millones con los tipos medios más altos en dos décadas (15,2%, frente a un 13,4% en 2011 con el presidente Rodríguez Zapatero) y los tipos marginales al máximo, lo que ha hecho caer la renta de las familias desde 2088 un 8,8% solo a causa del efecto impositivo. ¿Es Rajoy el presidente de las familias?

Lo de la Seguridad Social es de traca. Se ha registrado un déficit de 5.337 millones de euros hasta octubre (por cierto lejos del superávit de 5.610 millones de euros en 2011), en un entorno de crecimiento de empleo; pero se han registrado 84.000 millones de euros menos de ingresos, lo que indica que los nuevos ocupados cotizan menos que los ocupados de 2011, además de unirse en muchos casos bonificaciones a la contratación, pero otro motivo es que hay 800.000 desempleados menos cotizando, 800.000 desempleados que han agotado su prestación, y no cotizan, pues no cobran, reduciendo la aportación de los desempleados un 33%. Además hay 8,5 millones de pensionistas, 400.000 más que en 2011, creciendo el gasto un 9,1%. En resumen suben un 1% los ingresos (procedentes de cotizaciones del Régimen General) de la Seguridad Social y un 3% los gastos.

Con más gastos y menos ingresos, nos encaminamos a un 1% del PIB, de déficit de la Seguridad Social, 10.000 millones de euros, recurriendo al fondo de reserva para tapar el déficit, un fondo de reserva que el presidente Zapatero dejó con un montante de 70.000 millones de euros, y en septiembre de este año 2015 quedaban algo más de 44.000 millones de euros. Pero este déficit posiblemente según la Autoridad Independiente fiscal subirá hasta el 1,5% el próximo año, poco comparable con el 0,3% previsto por el Gobierno … señores, aquí hay un serio problema, y con la cuantía de las pensiones subiendo un 0,25%, es decir congeladas en castellano. ¿Es Rajoy el presidente de los pensionistas?



Si Rajoy no es el presidente de los jóvenes, ni de los desempleados, ni de los pensionistas, ni de los sufridos ciudadanos que pagan religiosamente sus impuestos. Si la deuda ha subido prácticamente al 100% del PIB, incrementándose en un 73% esta legislatura, si deja un déficit en el conjunto de la Administración central y la Seguridad Social superior en un 50% al que heredó de Zapatero, ¿quién le vota?. O, ¿por qué le votan?. ¿Cómo es posible que se vote a un presidente que nos deja un regalo de 9.000 millones de euros por desviación de déficit público, y que obligarán a recortes en políticas públicas en la siguiente legislatura?.

Efectivamente va quedando menos para el 20 D, una fecha que será igual que cualquier otra; estamos en manos del márketing y los publicistas, y les interesa vendernos la campaña más intensa de todas, la más trascendente del siglo, todo puede pasar. Pero a día de hoy el balance que puede hacerse de la campaña es muy pobre, ha sido, está siendo y será una campaña de slogans: CREAMOS EMPLEO 1.400 PUESTOS DE TRABAJO AL DÍA Y HEMOS EVITADO EL RESCATE; DEROGAR LA LEY DE CALIDAD DE LA EDUCACIÓN Y LA REFORMA LABORAL PARA RECUPERAR DERECHOS; CONTRATO ÚNICO Y RENTA SALARIAL ANUAL PARA CREAR EMPLEO ESTABLE. Amén de debatir sobre la figura penal de la violencia doméstica, si es igual la violencia doméstica que la violencia machista o la violencia de género, o si se debe dar una respuesta armada a los terroristas islámicos. Son cuestiones importantes porque determinan los valores que subyacen a una sociedad.

Pero no hemos entrado a definir el modelo de sociedad para los próximos 4 años en educación, sanidad, dependencia, política municipal, política fiscal, política energética, política industrial, empleo y economía. ¿Por qué?, porque no merece la pena, lo importante es sacar un voto más que el contrario e intentar formar gobierno.

Lo del PP es de traca marinera valenciana, con cohetes, y pirotecnia de todos los colores. Transmiten que el país crece y se crearán 2 millones de empleo en los próximos años, cuando la Eurozona se desacelera sosteniendo su escaso crecimiento el consumo interno al haberse paralizado la inversión y estar en riesgo el saldo exterior por la crisis de los países emergentes, que se va a ver agravada por la subida de tipos de interés de la Reserva Federal norteamericana. Gracias al BCE y su política monetaria expansiva ilimitada el colchón para afrontar la crisis financiera está siendo más cómodo y acomodaticio.

Pero, las propias empresas españolas que forman parte del Ibex 35, la banca y las empresas constructoras no pasan sus mejores momentos, y la rentabilidad de sus acciones caen, así como los inversores internacionales están reduciendo su exposición a la Bolsa española (la falta de credibilidad de las autoridades económicas europeas respecto al presupuesto español para 2016, el incumplimiento sistemático del déficit que nos obligará a recortar 9.000 millones de euros en 2016, la incertidumbre política y su agravamiento en Cataluña son factores que condicionan la inversión internacional).

Ante este panorama y la negación de una realidad que nos dibuja un panorama interno con más empleo, pero débil por su excesiva temporalidad y precariedad que no permite cubrir las necesidades más básicas a 7 millones de españoles, una elevada tasa de paro juvenil y de paro de larga duración en la que muchos de los desempleados mayores de 45 años será difícil que vuelvan al mercado laboral, y un agujero de 10.000 millones en la Seguridad Social, cuyos gastos crecen un 2% por encima de sus ingresos, nos sitúan en un panorama desolador para los próximos cuatro años, en los que serán necesarios más recortes y menos inversión, especialmente si se sigue insistiendo en bajar los impuestos, porque además el IRPF y Sociedades son los únicos impuestos con capacidad recaudatoria suficiente, y sensibles al ciclo económico.

El 21 D llegará, lo único claro que pronostican las encuestas es que el PP con la apelación al diálogo de los últimos tres meses de legislatura y su capacidad de escucha, además de la rebaja de impuestos del ejercicio de 2014 y 2015, han conseguido mantener una intención de voto, que de cumplirse será el partido más votado con una diferencia de cinco puntos respecto al segundo, y 40 diputados más. En esas condiciones lo lógico es que intente formar gobierno. El resto de fuerzas, parece ser que están prácticamente empatadas, y que la posición del segundo al cuarto se va a decidir por un puñado de votos.

Los programas económicos de PP y Ciudadanos son compatibles. En este sentido hay que decir que Ciudadanos ha hecho un esfuerzo soberbio por presentar un programa que es de los más detallados y precisos, por eso recibe más ataques que el resto de fuerzas escondidas en intenciones y sloganes, con propuestas ambiguas. Un gobierno PP – Ciudadanos donde el PP doblara en representación a Ciudadanos, supondría una continuidad de una política económica dañina para el futuro del país. Si se intentara alguna de las propuestas de Ciudadanos (pacto educativo, refuerzo de la etapa de formación profesional, sistema de selección del profesorado, contrato único, complemento salarial, modificación del sistema de I+D+i, incentivación del turismo) podríamos sentar las bases de un nuevo crecimiento, pero, ¿el PP está dispuesto a cambiar una reforma laboral que sitúa a nuestro país como destino de inversiones de las compañías automovilísticas a la búsqueda de mano de obra barata?.

Otra solución podría ser y sería la mejor opción PSOE + Ciudadanos, que podrían sentar las bases de una regeneración institucional necesaria, y un cambio en el modelo laboral hacia mayor inversión en la I+D+i. Si que es cierto que el control del déficit público y la conversión en deuda no se podrían relajar, si no queremos tener problemas de impago.

Hay retos pendientes, la financiación de las Comunidades Autónomas, el tamaño de nuestras Administraciones, la política energética, la política educativa, la financiación de los Ayuntamientos y Diputaciones, que requieren de soluciones que eviten que los problemas se parcheen y perduren en el tiempo.

Se tardará en formar gobierno, pues salvo que Podemos y PSOE puedan formar Gobierno, algo bastante improbable, Ciudadanos tendrá que decidir si pacta con PP, si apoya la investidura o se abstiene y se queda en la oposición, o si vota en contra, al igual que la postura que adoptará con respecto al PSOE, y eso tampoco será fácil, pues un partido con vocación de Gobierno, podría beneficiarse del desgaste del PP dentro de 4 años en un entorno económico que resultará complicado y en el que habrá que adoptar decisiones difíciles que tendrán un coste electoral que se pueden llevar también detrás del PP a la formación naranja si forma parte de un gobierno de coalición o apoya la investidura con un pacto, o beneficiarse del ejercicio de políticas decididas dentro del margen de autonomía que le dejen los posibles pactos y demostrar su eficacia en la gestión pública. O desde la oposición crea un clima de encuentro entre el Gobierno y el resto de la oposición, pactando las reformas necesarias para dar mayor solidez al país. Porque tampoco parece que formar parte de una oposición presuntamente liderada por el PSOE sea lo más conveniente para las expectativas de la formación naranja.

La conclusión es que el PP va a jugar cuatro años contra viento y marea, un viento causado por una sociedad más pobre y enormemente desigual, a la que se someterá a más recortes provocando una fractura social importante, y una marea determinada por los problemas estructurales que sigue padeciendo la economía española, que volverán a ponerse de manifiesto al tener que hacer frente a los desequilibrios de la financiación de las Administraciones Públicas y a la escasa liberalización y excesivo estrangulamiento de sectores estratégicos, entre otros la energía, un mercado laboral renqueante y que no crea empleo digno, y una Seguridad Social incapaz de pagar sus prestaciones a medio plazo. ¿Va a ser cómplice Ciudadanos de una situación que ha diagnosticado en su programa electoral y contra la que ha clamado en la campaña?.

Por eso reitero que un pacto PSOE y Ciudadanos podría ser útil para afrontar las reformas necesarias desde la madurez institucional, y permitir que dentro de cuatro años nos encontremos un país más transparente, solidario y equitativo, y dispuesto a emprender el camino hacia un modelo educativo, sanitario, social, y económico duradero en el tiempo. El PSOE tendrá que ceder y tendrá que aceptar más libertad de mercado; Ciudadanos tendrá que ceder y tendrá que aceptar un sistema público con unas dimensiones determinadas consolidado, pero en dicho encuentro está el futuro de España y lo que es más importante de los españoles. Merece la pena, pero se puede, y es posible una esperanza y un gobierno para la mayoría sin renunciar a la ilusión de un cambio en las políticas de este país. Yo apuesto por ello, ¿y tú?

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