A pesar de la caída, Rivera cree que Ciudadanos ha logrado consolidar un espacio de centro con más de 3,2 millones de papeletas. En su opinión, los 32 escaños de su grupo parlamentario no son decisivos para la investidura, pero sí para la gobernabilidad del país. Sobre las tablas del Infanta Isabel, el presidente de Ciudadanos desvela la estrategia parlamentaria de Ciudadanos.
Rivera vislumbra un gobierno del PP en minoría y una “legislatura en la que todo puede pasar”, con su formación política situada en una oposición responsable y dialogante. No existen mayorías de bloqueo y Ciudadanos se presenta como una especie de fiel de la balanza. Se pueden negociar iniciativas con el PP, pero también con la oposición (PSOE y Podemos) llegado el caso. Y sus reformas prioritarias están definidas: mercado laboral, educación y regeneración política.
Rivera cierra la puerta a una mayoría alternativa de gobierno con el PSOE y otros partidos si fracasa Rajoy y no se mueve un ápice de sus compromisos de campaña. El líder de Ciudadanos, a pesar de las críticas de algunos de los intelectuales catalanes que fundaron el partido, no se plantea entrar a un gobierno presidido por Mariano Rajoy. En cuánto a la investidura, insiste en que sus diputados no son determinantes y apela a la responsabilidad del PSOE para frenar unas terceras elecciones que nadie desea. El presidente de Ciudadanos tiene pendiente una cita con Rajoy el martes, pero deja entrever que la abstención, aunque insuficiente, es una posibilidad. “Nunca seremos un obstáculo”, dice.
A pesar de ver reducida su representación de 40 a 32 escaños, la aritmética ha querido que los diputados de Ciudadanos pesen más que en la efímera pasada legislatura. La suma del centro derecha (PP y Ciudadanos) es de 169 escaños, a sólo siete de la mayoría absoluta del Congreso.
Rivera está recibiendo muchas presiones para levantar un veto que, según matiza, nunca ha impuesto. Para el líder de Ciudadanos, la fórmula ideal es “un acuerdo amplio entre PSOE, PP y Ciudadanos”, pero si no es posible la formación naranja deja abierta una puerta a la abstención responsable en una segunda vuelta del debate de investidura, en la que el candidato necesita la mayoría simple de la Cámara (más 'síes' que 'noes') para ser elegido.
“Si finalmente PP y PSOE siguen dándose la espalda y no mueven ficha, nosotros nunca hemos sido ni seremos un obstáculo”, dice. Según Rivera, esa abstención no sería polémica, porque matemáticamente no es decisiva. La abstención de Ciudadanos dejaría los síes en los 137 diputados del PP, así que seguiría siendo necesaria la abstención de al menos una parte de los 85 escaños socialistas: “Si el PSOE no se abstiene, los votos de Ciudadanos no ponen en marcha la legislatura. No depende de nosotros. Nuestro electorado quiere regeneración y cambio, pero también estabilidad”.
Pese a las tres negaciones del Comité Federal a Rajoy, Rivera traslada la presión a Pedro Sánchez. Para Ciudadanos cualquier acuerdo con partidos nacionalistas está descartado. Una de las opciones aritméticas para la investidura es un pacto (es decir voto afirmativo) de PP, Ciudadanos y PNV, que sumaría 174 escaños, casi mayoría absoluta: “Hemos votado cosas juntos en el Parlamento con el PNV, incluso con Podemos o ERC. Pero una cosa es una ley y otra llegar a un pacto de Gobierno estable con partidos que defienden privilegios territoriales o el derecho de autodeterminación”.
Así que en opinión de Rivera, la presión es para Sánchez y el PSOE. Rivera comparte la tesis de Felipe González a favor de la abstención: “Hay quién cree que una abstención en segunda votación es asumir el programa electoral del PP. No es así. Se trata simplemente de que España se ponga en marcha”. Y añade: “Es muy complicado pedir al PSOE que asuma el programa del PP, pero una abstención en la segunda vuelta, en el último minuto, que permita que España se ponga en marcha no perjudica al PSOE”.
Sánchez ha dicho este sábado que el PSOE se va a la oposición. Rivera lo comparte y, por si quedaba alguna duda, asegura que Ciudadanos no repetirá el pacto de 'El abrazo' ni formará parte de una mayoría alternativa si se estrella Rajoy, tal y como sugirieron algunos barones socialistas como Miquel Iceta. PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos suman 188 escaños.
“Nuestros votos no van a estar en una suma de 18 partidos”, asegura Rivera. “No comparto esa mayoría. No comparto ni los postulados territoriales de Podemos ni la subida de impuestos de Podemos ni las posiciones poco europeistas de Podemos, y mucho menos después de esa amalgama que han hecho ahora con IU”. En opinión del líder de Ciudadanos, el PSOE “tiene una decisión que no puede aplazar: si quiere que se ponga en marcha la legislatura y liderar la oposición desde la izquierda o que se bloquee el país e ir a unas terceras elecciones”.
Rivera no quiere ni pensar en una tercera vuelta electoral. Preguntado por si ese fracaso podría suponer la dimisión en bloque los cuatro principales líderes nacionales, responde entre risas: “Es una opción”
Rivera se mantiene firme en su decisión de no entrar a formar parte de un gobierno presidido por Mariano Rajoy. Lo dijo en campaña y lo mantiene en estas semanas previas a la Constitución de las nuevas Cortes Generales el 19 de julio.
“Es una posición clara de regeneración y de cambio (..) que choca con las políticas llevadas a cabo en la mayoría absoluta de Rajoy, y sobre todo con la falta de regeneración política y democrática que ha demostrado este último gobierno con la corrupción como por la falta de ambición reformista”, dice.
El rechazo de Ciudadanos a la coalición con el PP no está condicionado. Ante la posibilidad de que una negociación convierta, por ejemplo, a Ignacio Prendes en presidente del Congreso, asegura que no habrá cambio de cromos.
“Queremos que la Mesa sea plural y tenga presencia de los cuatro principales partidos”, dice. “No vamos a pedir ni la presidencia ni una vicepresidencia. Son negociaciones que se llevarán a cabo, pero no es una moneda de cambio ni una exigencia”.
Rivera augura un gobierno del PP en minoría y en este caso sí pone en valor los 32 diputados de su grupo parlamentario, que en su opinión pueden ser determinantes. Ciudadanos se plantea ejercer una oposición responsable, negociando leyes y presupuestos: “Tener 32 escaños decisivos en un Parlamento donde parece que va a haber un gobierno en minoría y sin que nadie te pueda bloquear por mayoría absoluta va a ser muy importante”.
Es, según Rivera, una “legislatura de oportunidades en la que todo puede pasar”. Su prioridad es un gran acuerdo constitucionalista de PP, PSOE y C's, que con 254 escaños pudiera afrontar reformas como la de la Constitución. Pero, sabedor de que es altamente improbable, defiende una geometría variable de acuerdos impulsados desde el centro para negociar a izquierda y derecha.
“Ciudadanos puede presentar algunas de esas reformas en la legislatura que viene y si el PP se opone, pues hay oposición. Y si la oposición se opone, pues también se puede hablar con el PP”, señala. “Si presentas una reforma de los autónomos o una reforma de la ley electoral, nadie va a poder poner el rodillo de la mayoría absoluta por delante. Va a ser una legislatura en la que todo puede pasar, donde nadie tiene segura la votación en cada punto”. “No es fácil, pero a lo mejor España tiene una oportunidad”, añade.
Rivera identifica las tres reformas prioritarias que le gustaría sacar adelante: “Reforma laboral, en su sentido amplio autónomos y empleo, reforma educativa y ciencia y reforma política”. Ciudadanos defiende aquí su modelo a favor de un contrato único indefinido con indemnización creciente, el pacto educativo y la inversión en I+D+I y una amplia reforma del sistema político, que incluye la ley electoral, la obligación de primarias en los partidos y la lucha contra la corrupción.
En paralelo al trabajo legislativo, Ciudadanos inicia ahora un periodo de introspección tras un año electoral frenético. Quedan dos últimas y exigentes pruebas en las autonómicas de Galicia y el País Vasco, en las que confía en obtener representación parlamentaria. Pero el partido inicia ahora una evaluación para estudiar sus resultados y construir una alternativa de gobierno desde el centro: “La izquierda en España ha tendido a no cuadrar las cuentas y a ofrecer soluciones. Y la derecha ha tendido a intentar cuadrar las cuentas, pero no a dar igualdad de oportunidades. Eso en Europa le llaman el centro, le llaman el liberalismo social, le llaman la democracia liberal, le llaman como quieras llamarlo. A mí en esta España actual me gusta hablar del centro”.
Para Rivera, Ciudadanos no puede quedarse sólo en ser un partido centrista “capaz o no de apoyar la gobernabilidad y reformas”, sino que debe ser un proyecto político “capaz de competir electoralmente de tú a tú con el PSOE y el PP”. “Tenemos que hacer una reflexión de futuro. Qué salto tenemos que dar estructuralmente, territorialmente, sectorialmente, en equipos, en formación para que Ciudadanos se convierta ya no solo en un partido de centro que aspira a estar con fuerza en un Parlamento sino un partido que aspira a ganar las elecciones”, dice.
Y sobre su liderazgo al frente de Ciudadanos, Rivera no se pone fecha de caducidad, pero asegura ser consciente de que en “política no puedes pensar más allá de un día”.
“Tú puedes tener una reputación y en un minuto tienes que marcharte. La política es así y lo tengo asumidísimo”, dice. “Tengo la suerte que mi vida no se acaba ni empieza en la política. Con 36 años todavía no tengo fecha de caducidad, salvo que un día hagas algo mal, que no te voten, que no te quieran tus militantes y te vas a casa. La mejor manera de asumirlo es pensar que puede pasar cada día”.
Rivera, amante confeso de la política norteamericana, cumplirá uno de sus sueños este domingo reuniéndose con el presidente de EEUU, Barack Obama. En su despacho en la sede C's en Madrid cuelga un póster de John F. Kennedy. En su despacho en el Congreso, otro de Martin Luther King.
Será un encuentro breve, en el que además de la foto, Rivera tratará de explicar a Obama qué es Ciudadanos y cuál es el proyecto que tiene para España: “Barack Obama, además de lo que ha hecho en sus gobiernos, pasará a la historia como uno de los líderes más emblemáticos, con más carisma y más capacidad de comunicación”.
“Lo que sí quiero trasmitir al presidente de los Estados Unidos es que somos un partido que defiende la buena relación con EEUU. El antiamericanismo histórico de una parte de este país no lo comparto”, dice.
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