jueves, 14 de febrero de 2019

DEBATE PRESUPUESTOS 2019 CASADO vs MINISTRA HACIENDA

El señor CASADO BLANCO: Gracias, señora presidenta. Señora Montero, ¡vaya papelón le han hecho hacer! venir a explicar unos Presupuestos Generales del Estado que ya están heridos de muerte. Es como vender un pescado que ya empieza a oler mal. Lo ha hecho, además, durante treinta minutos abroncando a quien acata la Constitución y haciéndose la ofendida con aquellos que la atacan. 

Es como esa escena de Casablanca en la que el inspector Renault dice: ¡Qué escándalo, qué escándalo, aquí se juega!, mientras recibe las ganancias de su juego. Es decir, hoy ustedes vienen aquí a decir ¡qué escándalo, qué escándalo, los independentistas para aprobar los Presupuestos Generales del Estado nos pedían apoyar la autodeterminación! Y ¿qué pensaban ustedes?, ¿que les pidieran una letra para el himno de España? Pero si es lo que le han pedido en la moción de censura (aplausos), lo que le llevan pidiendo en estos ocho meses y lo que han pactado, probablemente, debajo de la mesa desde que ustedes están sentados en ese banco azul. 

¡Qué escándalo, qué escándalo, los independentistas son independentistas, el secesionismo quiere romper España, pide la autodeterminación! ¡Que escándalo que además coincida con la apertura del juicio del procés! Porque al final, la política presupuestaria, como toda la poca política que ha tenido este Gobierno, ha estado vinculado al procés. Hoy precisamente, que se inicia este juicio contra el peor golpe al Estado que ha sufrido la democracia española desde el 23-F, del que aquí todavía hay algunos vestigios (rumores), hoy lo que tengo que hacer es reivindicar la labor del Partido Popular. 

Gracias a este grupo parlamentario se recurrió el estatut y están siendo juzgados en el Supremo (aplausos), si no estarían siendo juzgados en el Tribunal Superior de Cataluña, con magistrados nombrados por los partidos independentistas en el Parlament de Catalunya. (Aplausos). Gracias al Partido Popular y al Gobierno —que supuestamente por regeneración el señor Sánchez quiso quitar con una moción de censura, y lo consiguió— hay ocho actos recurridos en el Constitucional. 

Gracias a este Gobierno se depuso a un Gobierno golpista de la Generalitat cuyos líderes están hoy sentados en el Tribunal Supremo o están huidos de la justicia española. Gracias a que aplicamos el 155. Gracias a eso, hoy la justicia puede hacer su trabajo. Y gracias también a otras personas, a las que quiero recordar. Por ejemplo, al fiscal general del Estado, José Manuel Maza, que fue injustamente reprobado por esta bancada en esta Cámara. (Aplausos). O gracias al instructor Pablo Llerena, que es escracheado y vilipendiado por sus socios de Gobierno, por los independentistas que le echan pintura amarilla a su portal o van a restaurantes a amedrentarle a él y a su familia. 

O gracias a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que cumplieron con su obligación, poniendo orden, cumpliendo con la ley y las instrucciones judiciales, mientras demasiados partidos de esta Cámara les insultaban y reprochaban que un Gobierno mandara sobre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, tal y como exigían los jueces, en este caso una jueza. (Aplausos). 

En definitiva, el Partido Popular siempre va a defender la justicia, su actuación, pero, por desgracia, el Gobierno del Partido Socialista ha intentado quitarle a la justicia la espada para clavársela a la Constitución por la espalda. (Una señora diputada: ¡Hala!—Rumores). Eso es lo que hemos visto, y por eso lo que hemos visto es que durante dos meses el presidente del Gobierno ha ocultado el documento con veintiuna medidas de esa fantasmagórica cumbre de Pedralbes, en la que fue recibido como un jefe de Estado extranjero. 

Por mucho que le ha pedido el Partido Popular que lo publicará, nos hemos tenido que enterar la semana pasada por una filtración del señor Torra de lo que pedía ese documento. Un documento en el que se hablaba de una justicia franquista, de abusos policiales y judiciales, de connivencia del Poder Judicial con los partidos políticos, de que había que recuperar la separación de poderes, la independencia judicial. Un documento en el que se hablaba también de un mediador internacional, entre una comunidad autónoma y el Reino de España. 

Un documento que hablaba de que la monarquía parlamentaria también era una institución prácticamente tardofranquista, que había que intentar blanquear o mejorar. Un documento en el que se hablaba, por supuesto, de la autodeterminación. Todo eso ha pasado y lo hemos conocido la semana pasada. Pero, por desgracia, y como decía, la línea del Gobierno de Pedro Sánchez coincide con el procés y con la negociación presupuestaria; y lo voy a explicar. 

En la única reunión que hemos tenido en el Palacio de la Moncloa, dos de las cuestiones de las que se hablaron se hicieron públicas por parte del Partido Socialista y del Partido Popular, tal y como se combino, y eran los presupuestos y la respuesta del Estado al golpe de los partidos independentistas. 

En las dos cuestiones —también lo hicimos a través del Ministerio de Hacienda— propusimos nuestra colaboración. Dijimos que se podían acordar unos Presupuestos Generales del Estado si se bajaban impuestos, si se respetaba la senda de déficit y si se amortizaba deuda. También dijimos que podíamos ir juntos a frenar la escalada de los líderes independentistas, aplicando el artículo 155 con la mayoría absoluta del Partido Popular en el Senado. 

La respuesta se conoció, se pactaron a bombo y platillo los presupuestos con Podemos y se empezaron las negociaciones con los líderes independentistas. Algunas de ellas se intuían a partir de agosto, desde esa frase ya, por desgracia, famosa del señor Torra diciendo que había que apretar y atacar al Estado; a lo que salió en su rescate la vicepresidenta Calvo para decir que eran solo frases desafortunadas. 

Seguimos con aquella apelación a la ministra de Política Territorial para que no hubiera presos en prisión preventiva; el deseo de la delegada del Gobierno diciendo que, ojalá, recibieran un indulto si eran condenados; la apelación a la nación catalana del propio ministro de Exteriores en la BBC, o esa violencia asumible de la que hacía gala el secretario de organización después de la jornada reivindicativa de kale borroka del 1 de octubre. 

Mientras tanto, hay que reconocer que los independentistas hablaban claro y decían lo que querían hacer. Para empezar, lo que vino a decir, sin ir más lejos, el señor Torra es que apoyaba a los CDR, a los CDR que estaban tomando el Parlament, que apaleaban a mujeres que quitaban lazos amarillos, que intentaban asaltar manifestaciones pacíficas de policías en Barcelona, aquellos CDR que iban a hacer escraches a los domicilios de los líderes de la oposición en Cataluña, aquellos que reventaban los coches, aquellos que iban a comercios, en definitiva, aquellos que alentaban incluso a la vía eslovena, es decir, a la confrontación civil, tal y como este racista, supremacista —según sus escritos de juventud—, el señor Torra, deseaba para Cataluña. 

Sin embargo, la respuesta no vino, ni en esta Cámara ni en cualquier petición de los partidos constitucionalistas, solo recibimos ataques. Se hablaba de diálogo. ¿Dialogar con quién y sobre qué? No se puede dialogar con los presos independentistas más que pedirles que dialoguen con su abogado y que den explicaciones a los jueces. ¿Dialogar con quién y sobre qué? 

Con los líderes independentistas en la Generalitat solo se puede dialogar de cuándo se aplica el 155, de cuándo son depuestos y cuándo se recupera la legalidad y la convivencia en Cataluña. Dialogar, decía la señora Montero, como hacía Suárez. Señora ministra, Adolfo Suárez, en el último golpe de Estado que hubo en España, se levantó y se enfrentó a los golpistas mientras zarandeaban al vicepresidente del Gobierno. (Aplausos). 

Su jefe, Pedro Sánchez, lo que hace es ir a Pedralbes a negociar con aquellos que están dando el golpe de Estado. Las comparaciones son odiosas, no me compare usted al presidente Suárez con el presidente Sánchez. Es exactamente lo contrario, o se planta cara a los que dan un golpe o se necesita su apoyo para seguir en el banco azul. (Aplausos). 

Nos lo dijeron en la última comparecencia parlamentaria. Lo dijeron el señor Tardà y el señor Campuzano: Señor Sánchez, usted está sentado en el banco azul gracias a los votos de los partidos de Esquerra Republicana y del PDeCAT en la moción de censura. Es más, dijeron: Usted debería haber cumplido con lo que se comprometió. Eso dijeron ellos. Cuando repaso lo que ha estado pasando, a lo mejor es que usted se ha comprometido, como hizo, a exigir a la Abogacía del Estado que retirara la acusación de rebelión contra los presos independentistas. 

Todavía no ha dado cuenta su ministra de Justicia de por qué removió al jefe de la Abogacía del Estado cuando se negó a retirar esa acusación. A lo mejor es que el señor Tardà y el señor Campuzano saben que usted se comprometió a pedir a la fiscalía que retirara esa calificación penal, a lo que, afortunadamente, la fiscalía se ha negado. 

O, a lo mejor, tenía razón un periódico cuando publicaba a cuatro columnas que el Tribunal Supremo estaba recibiendo órdenes intolerables e injerencias del Gobierno para influir en este proceso. Por tanto, lo que está pasando es de extrema gravedad y, además, pretenden ahora alargarlo con estos presupuestos. Trae aquí la señora ministra de Hacienda unos presupuestos como el último tablón del naufragio, como la última posibilidad de sujetarse después de haber chocado con el iceberg, con esa legalidad que la sociedad española, el pasado fin de semana, ya tuvo que salir a la calle a reivindicar. 

Vienen aquí a decir, ahora, que los partidos políticos tenemos que apoyar unas cuentas que, además, son injustas, desiguales y que pretenden seguir financiando la ruptura de la legalidad por parte de los partidos en Cataluña. Usted dice que todas las comunidades autónomas estaban bien tratadas, no es cierto; hemos visto el incremento de inversión en Cataluña e incluso el cumplimiento de la disposición adicional del propio estatut. Usted viene aquí a decir que por lo que se estaba velando en estos presupuestos solo es por el crecimiento económico y por la garantía de la política social de los españoles, lo que es absolutamente falso también. 

Pero, antes de entrar en ello, insisto, es un tablón más en una política en la que todo lo que hemos recibido los partidos que defendemos la Constitución es el rechazo, porque desde agosto, en estos ocho meses hemos traído más de diez medidas legislativas a esta Cámara para que ustedes las hubieran podido aprobar; mañana tienen la oportunidad de aprobar una de ellas, que es la tipificación del referéndum ilegal en el Código Penal, tal y como lo tenía el Partido Popular, gracias a la cual pudimos parar el plan Ibarretxe, con la que no hubiera hecho falta ni siquiera llegar a los tribunales para intentar detener el plan Puigdemont y la que permitirá parar el plan Torra en cuanto lleguemos al Gobierno. 

Hemos traído aquí también una iniciativa para prohibir los indultos a condenados por rebelión y sedición; ustedes han rechazado su tramitación en la Comisión correspondiente. Hemos traído también aquí una iniciativa para regular el espacio público y defender a través de una ley de símbolos que no se pueda utilizar ni por parte de los funcionarios ni por parte de aquellos que quieren invadir esas calles para fomentar la independencia. 

Hemos planteado también la modificación de la Ley sobre Financiación de Partidos Políticos para que no se reciba un euro por parte de aquellos partidos cuyos líderes hayan sido procesados por rebelión y sedición. Hemos pedido que actúen a través de la Ley de partidos para ilegalizar cualquier organización política que promueva la kale borroka, la violencia o la justifique. 

Hemos pedido una modificación de la Ley de acción exterior para acabar con Diplocat y cerrar las mal llamadas embajadas, que lo que hacen es financiar con nuestros impuestos la independencia en otros países. Hemos pedido también que se ponga en marcha la Ley de seguridad ciudadana para dar indicaciones a los Mossos d’Esquadra frente a aquellos líderes políticos prevaricadores que no les permiten cumplir con su deber. Asimismo, hemos pedido que se actúe en base a la Ley de la estabilidad presupuestaria para que se tomen las cuentas de las finanzas de la Generalitat y que no se utilicen recursos en esta ruptura de la legalidad. 

Hemos perdido muchísimas cosas y hemos tenido siempre la negativa por parte del Partido Socialista; es más, incluso le hemos visto votar a favor de despenalizar los ultrajes al rey de España, que fue fundamental con el discurso del 3 octubre para que esa España de los balcones saliera de su letargo y exigiera también el cumplimiento de la legalidad en Cataluña. (Aplausos). 

Ahora vienen aquí con unos Presupuestos Generales del Estado y lo hacen en una coyuntura de desaceleración que todos los indicadores internacionales ya están viendo. Lo hacen en un momento en el que ni siquiera la Comisión Europea se cree su perspectiva de cumplimiento del déficit. 

Decía la señora ministra: bueno, hemos tenido que traer una senda de déficit de 1,3 % porque no han apoyado el cambio. ¿Qué ha cambiando para que usted dijera en otoño que no presentaban los presupuestos porque no se cambiaba la senda de déficit y ahora los presente? Es decir, usted no podía traer unos presupuestos —vamos a poner un símil— del número 38 para meterlos en un zapato del número 33 y, ahora, según todos los indicadores internacionales, estamos ya en el 41, en el 42 ¿y pretende meterlos en un zapato de 33? O destroza el zapato o no permite que camine esa persona, en este caso que camine la economía española. 

Pero a usted le da igual, ¿verdad? Eso se arregla tranquilamente, como cuando le pillaron a usted en un corrillo, con unos 1200 millones arriba y abajo. Estamos ya en una situación económica preocupante. Hemos hablado en otras sesiones parlamentarias de cómo está la prima de riesgo, con los 30 puntos básicos que ha subido ya tiene usted un problema de 3.000 millones de euros de financiación. Hemos hablado de cómo está el mercado de trabajo y usted no ha hecho referencia a la EPA de enero, una EPA en la que hay 80000 parados más y en la que hay 200.000 afiliados a la Seguridad Social menos en relación con ese periodo del año anterior. 

Usted no ha hablado tampoco del índice de producción industrial, ni de cómo van los bienes de equipo ni cómo va, por ejemplo, el consumo o cómo está el endeudamiento. No ha hablado usted tampoco de cómo están yendo las perspectivas que tienen otros organismos internacionales como la OCDE, el FMI o la Comisión Europea respecto de esas cuentas que ha presentado durante demasiados meses y que no viene usted aquí a cambiar. 

Por tanto, que venga usted aquí a decir que la política económica del Partido Popular era mala, es algo que, además de ser incierto, es tremendamente sagaz, audaz. Es decir, que usted, que ya era consejera de Hacienda y Economía en la Junta de Andalucía, con unas dudosas cuentas públicas en su haber; usted, que tiene un jefe que ya era diputado en esta Cámara cuando Rodríguez Zapatero dejó este país en la ruina más absoluta; usted, que ya sabe perfectamente que en el mes de enero se han destruido 6.000 empleos todos los días, cuando en el mes de mayo se creaban 7.000 todos los días en España; usted, que recordará perfectamente esos 10 puntos de déficit público, esos 3,5 millones de desempleos que dejaron; usted, que recordará perfectamente cómo escondieron en los cajones y en las alfombras esos 16.000 millones de euros de facturas en el sector sanitario, los 25.000 millones de euros de déficit tarifario; 

usted, que conocerá que tuvimos que lanzar un plan de proveedores de casi 40000 millones de euros para pagar sus deudas; usted, que sabrá del déficit oculto; usted, que sabrá de la deuda pública que tuvimos que aumentar pagando sus facturas; usted, que sabrá de lo que decía todo el mundo sobre la economía española, que nos venga a decir a los que arreglamos su desaguisado que hacemos una mala política económica es algo injusto y absolutamente audaz y temerario por su parte, señora ministra. (Aplausos). 

En cuanto a la política social de la que usted presume diciendo que hemos tenido siete años de recortes —creo habérselo escuchado también al presidente del Gobierno el otro día—, ¿siete años de recortes son 26000 millones de euros más en gasto social, que es lo que protagonizó el Partido Popular? ¿Siete años de recortes es revalorizar las pensiones y el sueldo de los funcionarios, que dejaron ustedes congelados en 2010 con el voto del señor Sánchez? (Aplausos). 

Si el propio señor Zapatero lo reconoció; acudió a esta Cámara en una comparecencia ya famosa —vino como usted; siempre venía con una comparecencia ómnibus para hablar del Consejo Europeo—, en la que vino a decir aquello de: aquellos que han sufrido los efectos de la crisis ahora tienen que arrimar el hombro para intentar resolverla. Es decir, los de siempre: las clases medias. 

Porque ustedes no están aquí sencillamente para hacer justicia social, como decía esta mañana; la justicia social o esa redistribución de la riqueza se tiene que hacer cuando se crea riqueza, y ustedes generan miseria, paro, deuda, déficit. Lo han hecho siempre; lo hizo el señor Zapatero, lo hizo el señor González y lo va a hacer en récord de tiempo el señor Sánchez. Por tanto, si usted apela a seguir con unas buenas políticas sociales, por lo menos reconozca que en este presupuesto ya tenía aprobadas varias por el Partido Popular. En este presupuesto ya habíamos dejado revalorizadas las pensiones un 1,6% de media, un 3% las mínimas y un 8% las de viudedad.

En este presupuesto ya estaba acordada la equiparación salarial de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. En este presupuesto ya estaba admitida y asumida la subida del sueldo de los funcionarios, a quienes ustedes, insisto, les quitaron incluso la paga extraordinaria y les rebajaron el sueldo un 5% en esa época, de la que el señor Sánchez no se acuerda pero bien que pulsaba el botón. 

En este presupuesto ya estaba incluido también que las transferencias a cuenta de las comunidades autónomas pudieran mejorar la sanidad, la educación o las políticas que ellas consideraran. Por cierto, en récord histórico la política educativa en becas; por cierto, en récord histórico el fracaso y el abandono escolar mitigado por la ley educativa que ustedes ahora se quieren volver a cargar. (Aplausos). Un 8%, señora Celaá, un 8%. Pero eso ya estaba planteado. 

Era una política presupuestaria que ustedes, al ver que se quedaba aprobada, que se escapaba el Gobierno del Partido Popular otros dos años, corrieron a la moción de censura, porque sabían que ya teníamos una política presupuestaria que pretendía ayudar a quien peor lo había pasado en la crisis y que, además, pretendía hacerlo bajando impuestos. 

Pretendía hacerlo como las cosas funcionan, no como hacen ustedes. Ustedes traen aquí un presupuesto en el que se incluyen más de 5000 millones de euros en subidas de impuestos, es decir, una subida de impuestos real, con unos gastos reales, pero, según todos los observadores internacionales, en la partida de impuestos, es decir, de ingresos, no se va a cumplir y en la partida de gastos se va a superar. 

Me explico, en la partida de ingresos ustedes plantean, por ejemplo, la subida al diesel. Eso sí que es de las clases ricas, ¿no? Diecisiete millones de españoles a los que les meten un hachazo en un impuesto supuestamente verde por tener un coche diesel, por cierto, yendo contra la economía productiva de España, porque hay cuarenta mil empleados que dependen de la industria del motor y que fabrican componentes para coches diesel. (Aplausos). 

Brillante, la idea es brillante en un sector como el de la automoción. Ya sabemos que como no les gusta el diesel, ni tampoco les gusta la caza, ni tampoco les gusta la pesca y tampoco les gustan los toros, acabarán prohibiendo los coches diesel, si les parece bien. Pues bien, esos 600 millones de euros —creo que usted ha hecho referencia a 670— son prácticamente lo mismo que lo que pretenden recaudar con el IRPF de las rentas más altas; por cierto, IRPF de una rentas que son las que crean empleo y las que se pueden ir a otros países o tienen la posibilidad de que ese dinero no sea recaudado porque se pueden ir a otras zonas. 

Lo digo porque como usted pretendía luchar contra el fraude fiscal, lo hace muy bien subiendo impuestos. Y luego planteaba que la tasa Tobin iba a recaudar, si no recuerdo mal, 800 millones de euros. ¿Sabe usted cuándo se implantó la tasa Tobin en Suecia? En el año 1986. ¿Sabe lo que pasó? Que el Gobierno socialdemócrata quería recaudar 1500 millones de coronas y recaudó 50, la tuvo que retirar porque al final no se pueden poner puertas al campo. 

Lo que usted no puede hacer en pleno brexit, cuando debería estar compitiendo para atraer a las empresas de la City, es poner un impuesto a las transacciones financieras. Igual que no puede poner un impuesto a la repatriación de beneficios societarios de nuestras multinacionales, que nos apetece que venga el dinero que ganan en otros países para invertir en España. 

Igual que usted no debería plantear una tasa tecnológica cuando lo que queremos hacer, según su presidente del Gobierno, es de España un startup nation o un Silicon Valley, lo cual me parece muy bien, sobre todo si dejan de hablar del Valle de los Caídos alguna vez y hablan de otras cuestiones. (Aplausos). 

Qué casualidad, lo dije el otro día, que iban a hablar de Franco esta semana, ya lo dije. Oye, me hacen preguntar por el aborto, me hacen preguntar por las cuestiones de la mujer; ya verás cuánto tardan en hablar de Franco. Pues nada, han tardado veinticuatro horas, ya quieren exhumarlo por cuarta vez, ya no sé si lo van a encontrar, sinceramente. 

Pues bien, más impuestos a las clases medias, cotizaciones sociales. Ustedes destopan las cotizaciones sociales y suben las mínimas un 22%, que es lo que sube el salario mínimo interprofesional. Por cierto, ya lo subió el Partido Popular un 8% y un 4% respectivamente en los dos últimos años, y ya estaba acordado con sindicatos y patronal que subiera a 850 euros en un acuerdo sectorial, como se hacen las cosas, de aquí al año 2020. 

Usted hace una subida que, según el BBVA Research, según el Banco de España, según la AIReF, puede suponer desde sesenta mil hasta cien mil puestos de trabajo menos para los sectores más vulnerables, jóvenes, mujeres y parados de larga duración, y además lo que hace es incrementar el impuesto a la contratación, exactamente lo que necesita España, un país que sigue con el doble de desempleados que la media comunitaria; usted así quiere quitar la reforma laboral, quiere encarecer la contratación y además encarece la contratación por el tramo alto un 7%. 

Por tanto, todo esto más la subida de los autónomos y más la subida al impuesto sobre sociedades. Claro, me dice usted: no hablan ustedes de lo que se va recaudar bajando 2 puntos a las pequeñas y medianas empresas. Sí, unos 200 millones de euros, pero es que usted sube 1.000 millones de euros a todas las demás, que también crean empleo. Pues esa es la partida de ingresos, eso es lo que usted pretende ingresar, como siempre, un hachazo fiscal, es decir, intentar poner palos en la rueda a la economía. 

Esto es, como decía Reagan, la economía del socialismo, si se mueve, póngale un impuesto; si se sigue moviendo, regúlelo, y si ya no se mueve más, póngale un subsidio. Eso lo hacen ustedes fenomenal, es como saben hacer la economía (aplausos), intervencionismo para que paguen siempre los más necesitados, siempre hacen lo mismo. Pues bien, en la partida de gastos hemos dejado muy claro que estos presupuestos pretenden otra vez financiar una campaña electoral del señor Sánchez. 

La subida del gasto es solo equiparable a la que presentó el señor Rodríguez Zapatero en aquellos años del PlanE, en los que el señor Solbes le decía el señor Pizarro que mentíamos y en los que el señor Zapatero decía que éramos una catástrofe de profetas y unos profetas de la catástrofe. Al señor Zapatero no le hizo falta reconocerlo porque le echaron los españoles en las urnas; el señor Solbes sí que lo reconoció en un libro, de esos que le gusta mucho escribir al señor Sánchez o por lo menos publicar, sí que reconoció que había mentido al señor Pizarro (aplausos.—Rumores), sí que dijo: oiga, es verdad, en el debate tenía razón el señor Pizarro. Es decir, ustedes quieren volver a financiar una campaña electoral a costa del contribuyente. 

Y además lo hacen en un momento que ya he recordado aquí, en ese momento en el que el señor Sánchez me insultaba por ir a Bruselas a decir que el presupuesto no le iba a gustar a la Comisión Europea. Ya me he enterado un poco de la historia de cuando decía usted que la señora Calviño había pactado con Moscovici y resulta que no había nada pactado, como se pudo ver, y al final la Comisión Europea rechazó las cuentas. (La señora ministra de Hacienda, Montero Cuadrado, hace signos negativos). ¡Hombre no!, ¿no rechazó las cuentas y por eso no las presentó usted? Y también el FMI y la OCDE. Es decir, unas cuentas que ni siquiera habían pasado por el Congreso. 

Pero, como decía, ahora que nos recuerda a lo que hacían ustedes ya en esos años de la gran recesión, de la gran crisis económica, con estos presupuestos ¿qué pretenden, señora Montero? ¿Pretenden expandir el gasto para ver si cuela? ¿Pretenden dar, de forma asimétrica, una subida de más del 50% a las inversiones en Cataluña cuando mete un tijeretazo a las de Galicia, a las de La Rioja o a las de la Comunidad de Madrid —es decir, los presupuestos asimétricos—, como también hacía Zapatero, y ver dónde pueden gobernar, según vayan las encuestas, para meter hachazos allí donde nosotros no podamos hacer nada? 

Hoy decía que estos presupuestos representan tanto a Cataluña como a Extremadura. ¡Que pregunten a los extremeños si la inversión que hay para Extremadura es la misma que para Cataluña! (Aplausos.—La señora ministra de Hacienda, Montero Cuadrado, pronuncia palabras que no se perciben). ¿La misma? Me parece estupendo. Señora Montero, estos presupuestos son los más nefastos de la historia de la democracia. Afortunadamente, parece que ni siquiera usted tiene confianza en que se acaben aprobando. Afortunadamente, como decía, parece que es la financiación de una campaña electoral, a la que damos la bienvenida: parece que, por fin, según filtran a la agencia pública de noticias —y luego desmienten, y luego amenazan, y luego se retractan, en definitiva, la instrumentalización de las instituciones, sea el CIS, sea la Agencia EFE, sea cual sea, en beneficio de la estrategia de Ferraz—, ya se deciden a convocar elecciones. Bienvenidas sean. Ya se lo hemos dicho durante muchas sesiones parlamentarias. 

Fíjese usted que, hoy, después de haber relatado lo que pasa en Cataluña, ya no he pedido que apliquen el 155, porque creo que el 155 que se aplique les va a incluir a ustedes. (Protestas). Ustedes también tienen que ser desalojados del Gobierno porque ya no pueden aplicar ni una política presupuestaria ni pueden aplicar una política de defensa de los intereses legales de los independentistas. (Aplausos.—Protestas). 

Entiendan la ironía, porque si describimos la realidad, insultamos; si decimos irónicamente que a ustedes les vienen bien las urnas como un 155 de facto para que ustedes dejen paso a quien sabe gobernar, a lo mejor me encuentro el titular en el que señor Sánchez también se ofende porque le he dicho no sé qué participación y entonces me retira el saludo, que por cierto ya no sé si lo tengo o no lo tengo por su parte. Como le decía, señora Montero, estos presupuestos son nefastos para la economía a nivel nacional. (Rumores). 

Vienen en una coyuntura internacional como la del brexit, vienen con las incertidumbres en Italia, con la guerra comercial entre Estados Unidos y China, con un cierto repunte del precio del crudo, aunque se ha aminorado, con una cierta amenaza de que los tipos de interés van a ir subiendo, y usted hace exactamente lo contrario de lo que toda lógica podría indicar. Esto es como lo que decía Jacques Delors: Usted puede avanzar un tiempo —lo hizo también Zapatero, es verdad—, por la inercia, como una bicicleta que, al dejar de pedalear, sigue avanzando. 

El problema es que, si no reanuda el pedaleo, se acaba cayendo. Eso es lo que le pasó a la economía en la década de 2010 y lo que les puede pasar a ustedes —espero que no tengan tiempo para ello—. Han dejado de hacer reformas. Han boicoteado la reforma educativa, han boicoteado la reforma laboral, han puesto en duda la reforma que había creado mucha riqueza, como la unidad de mercado, como la reforma de la Administración pública, y ahora tienen un problema, y es que ya no tienen tiempo para renovar las reformas y pretenden venir aquí con un presupuesto que, insisto, no se cree nadie, que es malo para España. 

Pero al señor Sánchez le da igual: como el clásico de Horacio, él se aplaude mientras el pueblo le silba. A él le da igual lo que digan en la calle, porque todos son fachas. A él le dan igual los editoriales de los periódicos, porque están todos comprados. A él le da igual lo que digamos todos los constitucionalistas en la Cámara, porque, en el fondo, solo él defiende la Constitución, eso sí, con aquellos que quieren destruir España. A él le da igual lo que digan los indicadores internacionales, porque solo él sabe hacer política económica. A él le da igual lo que resista la sociedad española, que ya es poco, porque él tiene un ‘manual de resistencia’. (Aplausos). 

El problema es que su huida ha acabado. El problema para usted. Señora Montero, señor Sánchez, señores del Gobierno, han estado ocho meses mal gobernando España. Yo podría decir que nunca nadie hizo tanto mal en tan poco tiempo. Han conseguido que el Gobierno de España sea visto por todo el mundo como un rehén de los independentistas. 

Han conseguido, de forma vergonzante, caer en las reivindicaciones absolutamente ignominiosas del separatismo para con el propio Gobierno de España. Han intentado perpetuarse con unas cuentas públicas, que espero que no salgan adelante y que se voten estas enmiendas a la totalidad, para permanecer un mes más con el Falcon, un mes más en el banco azul, un mes más recibiendo a gente en el Palacio de la Moncloa o un mes más paseando por el Palacio de Pedralbes con aquellos que le dan la respiración asistida a cambio de millones, a cambio de impunidad en su golpe de Estado, a cambio de retirar acusaciones o a cambio, directamente, de humillar a España por la permanencia en el poder. España se le queda demasiado grande, señor Sánchez; se lo he dicho muchas veces: el hábito no hace al monje, por muchas gafas de sol que se ponga, por muchas fotos en un helicóptero o por mucho avión que utilice. 

Defender a España requiere defender la Constitución; defender la democracia requiere tener muy claro que se está en contra de los que quieren destruirla; defender la libertad, defender el Estado de derecho o defender incluso la tradición o la continuidad histórica de nuestro país requiere diferenciar muy bien quiénes pueden ser sus aliados y quiénes deberían ser en este caso sus adversarios. 

Hoy, afortunadamente, tenemos la suerte de vivir en un país en el que el Poder Judicial actúa, en el que la Constitución se preserva, en el que los poderes públicos no se van a dejar atacar por aquellos que quieren romper con nuestro país, pero lo que le falta a este país es un buen Gobierno. No alargue más su agonía, convoque elecciones cuanto antes; los españoles se lo han pedido ya, desde luego, y espero que la Cámara, votando en contra de estos presupuestos, se lo reclamará una vez más. Muchas gracias. (Prolongados aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, puestos en pie). 

La señora MINISTRA DE HACIENDA (Montero Cuadrado): Muchas gracias, señora presidenta. Verá usted, señor Casado, creo que solo ha habido que dejarle hablar durante treinta minutos sobre qué idea tiene usted de país, qué le parecen a ustedes estos presupuestos o cómo defiende usted el diálogo aquí, en este Estado, para que tengamos, señorías, razones de más para que estos presupuestos continúen su tramitación. (Aplausos). Ha sido absolutamente expresivo. (Rumores). Ha sido expresivo el señor Casado. 

Espero que le haya escuchado el resto de los grupos de la Cámara para desmarcarse de esa posición de país que el señor Casado ha descrito. Señor Casado, usted ha fundamentado gran parte de lo que usted ha dicho en mentiras. ¿Va a hablar usted de justicia, señor Casado? En su intervención desde esta tribuna no ha respetado la independencia de los jueces catalanes. (Rumores). Se ha quedado igual, le da igual cuando se le dicen este tipo de cosas. Usted no ha hecho que dimita el señor Cosidó cuando a través de un wasap le ha trasladado a este país la manipulación de la justicia. (Aplausos.—Protestas). 

Y miren, señorías, que tenían ustedes razones, entre otras cuestiones por la implicación el caso Kitchen. (Rumores). Pero a ustedes les da igual todo eso, han montado un relato sobre este país que se fundamenta en la crispación, en la mentira, en el cuanto peor mejor, en lo que le venimos escuchando desde el primer momento en que lideró usted el Partido Popular y en lo que parece que su partido se conforma o al menos no ha hecho nada por intentar negar aquello que usted comenta. Usted sigue hablando, señoría, de la letra del himno de España, sigue hablando de la bandera…

Usted sigue metido dentro de ese debate sin querer salir, ¿y saben por qué, señorías? Porque en el fondo el señor Casado, cuando está diciendo que no a estos presupuestos está expresando claramente su modelo de sociedad. Ha sido muy claro en su exposición y creo que en eso no engaña a nadie. Usted dice no a la subida del salario mínimo interprofesional. (Denegación del señor Casado Blanco.—Protestas). Lo ha dicho; ahora dice que sí, pero lo ha dicho. (Aplausos). Dice que no, dice que no, y dice que no porque a usted, señoría, le parece un lujo que un trabajador pueda cobrar 900 euros al mes. (Protestas). Lo ha explicado perfectamente. (Aplausos). Usted dice que no a la subida de las pensiones (varios señores diputados del Grupo Parlamentario Popular: No, no, no.—Risas) porque ustedes preconizan, señorías (protestas)… si me dejan hablar… (Rumores). 

Yo creo, señorías que a pesar…  a pesar de los insultos que hemos escuchado…  Les decía, señorías —se lo voy a volver a repetir— que ustedes dicen que no a la subida de las pensiones porque ustedes preconizan y van alimentando que los ciudadanos se hagan seguros privados de pensiones porque ese es su modelo de sociedad. (Rumores.—Aplausos). Ustedes dicen que no a la flexibilización del objetivo de déficit que han ido ustedes parando. (Rumores).  Ustedes dicen que no a la flexibilización del objetivo de déficit porque el objetivo es que siga reduciéndose el gasto público ya que, tenga el coste social que tenga, para ustedes el gasto público es un despilfarro. 

Lo han ido diciendo a lo largo de estas semanas y es que ustedes no comparten las partidas presupuestarias que figuran en estos presupuestos simplemente porque el gasto social para ustedes no es una política de inversión, es claramente un gasto superfluo o un gasto eliminable. Es lo que han practicado durante todos los años de Gobierno. Ustedes dicen que no a revertir los recortes en educación y dicen que no a la subida de un 10% de las becas porque su modelo es que la escuela pública se quede sin contenido para derivar a colegios privados y a centros concertados con deducciones fiscales. (Aplausos). 

Esa es la verdad del modelo de sociedad que ustedes defienden. Dicen que no a la retirada del copago porque su preferencia es la provisión médica con seguros privados, como llevan ustedes preconizando en las deducciones fiscales que ustedes cada año intentan plantear. Y ustedes dicen que no a la subida en sociedades y a la bajada de las pymes porque usted protege los intereses de las grandes rentas y usted protege los intereses de las grandes corporaciones frente a la mayoría social de este país, que está constituida por hombres y mujeres de clase media y trabajadora y por pequeños y medianos empresarios y por autónomos que intentan todas las mañanas levantar este país gracias a su esfuerzo. (Aplausos). 

Ustedes dicen que no a la bajada del IVA, dicen que no a los productos de higiene femenina, al libro electrónico. En definitiva, señorías, ustedes preconizan un modelo de sociedad distinto al que nosotros preconizamos. (Varios señores diputados: Sí). Lo que ocurre es que nosotros sí hablamos del tipo de sociedad al que aspiramos, no nos escondemos detrás de los insultos ni nos escondemos detrás de las mentiras. Señor Casado, cualquiera que haya escuchado su intervención en el día de hoy habrá podido concluir que ha sido una mezcla de: Que caiga España, que ya la levantaremos nosotros o del: Que se fastidien, que decía Andrea Fabra. 

Ustedes todo lo que preconizan es que ya llegarán ustedes para recoger todos los destrozos que se hayan podido plantear. Porque en realidad el señor Casado ha intentado utilizar este debate para ajustar cuentas con el Gobierno pero no solo con él, sino para ajustar cuentas con todos los que no piensan como usted. A mí me preocupa el cariz autoritarista que sus palabras han tenido en esta tribuna, señoría, sí, me preocupa, me preocupa; me preocupa y mucho. 

Porque usted habla de golpismo, usted habla de ilegitimidad, usted habla permanentemente de que solo los que piensan como usted están en el marco de la Constitución. Por tanto, señoría, es preocupante la deriva de su partido a la que usted lo está conduciendo, en el que no cabe nadie dentro de España que no piense como el señor Casado, esa es la realidad. (Aplausos). 

Y señor Casado, a usted esta tarde solo le ha faltado decir: la calle es mía. Le ha faltado eso, a pesar de que el seguimiento de la calle no ha sido el que usted esperaba (aplausos) pero es lo que intentaba decir. Pero es que se equivoca, se equivoca. La calle no es suya ni es de los que piensan como usted, es de todos los españoles que tienen libertad para decir lo que piensan en un marco de respeto. Ustedes están mirando todos los días las banderas de los balcones, pero ¿sabe qué hace este Gobierno? 

Este Gobierno está intentando hacerse cargo del estado de ánimo de los hogares y del interior de las casas para intentar resolver sus problemas y, por tanto, para intentar arreglar la justicia del día a día que la gente quiere y pide. Señor Casado, usted está impidiendo que la voluntad popular se exprese en este Parlamento y yo le voy a decir por qué. Algunos ejemplos. 

Ustedes han modificado la Ley de Estabilidad doce veces con ampliaciones de plazo. Eso es como usted cree que las instituciones tienen que continuar avanzando cuando están paralizándolas. Ustedes han modificado la Ley de Violencia durante la Guerra Civil y la Dictadura, que es algo que parece que a sus socios de Gobierno no les gusta mucho, con veintitrés ampliaciones de plazo. Ustedes han modificado o han detenido la Ley de regulación de la eutanasia con dieciséis ampliaciones de plazo y es una vergüenza, señorías, que en el día de ayer la sociedad haya tenido que presentar en esta Cámara más de doscientas cincuenta mil firmas para levantar ese veto del Partido Popular. (Aplausos). 

¡Ni qué decir con el Estatuto de los Trabajadores! Cuarenta y seis ampliaciones de plazo o con la limitación de las prórrogas de plazo a las enmiendas de iniciativa legislativa, cinco ampliaciones de plazo. Si quiere podemos seguir, señoría, para poner de manifiesto que ustedes están paralizando las instituciones. Ustedes que reivindican que los demás trabajemos solo y exclusivamente desde las instituciones a la hora de la verdad están poniendo palos en la rueda porque, en realidad, señor Casado, usted quiere agitar España. Usted vive a lomos de la confrontación y usted quiere agitarla por interés electoral porque, verá, creo que cuando se ha subido aquí también ha intentado excluir al Partido Socialista de lo que usted llama el bloque de los constitucionalistas. (Un señor diputado del Grupo Parlamentario Popular: ¡Claro!). ¡Ah, claro!, dice alguna de sus señorías. ¿Ustedes le van a dar lecciones al Partido Socialista de constitucionalismo? (Varios señores diputados del Grupo Parlamentario Popular: ¡Sííí!). ¡Hombre! (Aplausos.—Rumores). 

Es una broma, señoría. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Socialista, varios de ellos puestos en pie). Es una broma. Nosotros fuimos padres y madres de la Constitución. Ustedes ni existían. Creo que somos de las pocas fuerzas políticas… (Rumores.—El señor García Egea: ¡Pregúntele a Alfonso Guerra lo que opina!).Creo que somos de los pocos partidos de la Cámara que estábamos en el diseño y en la concepción de la Constitución. 

Cada uno de ustedes estaría en el lado que correspondiera. Señor Casado, ¿de verdad cree usted que merece la pena enfrentar a Cataluña contra el resto de España solo por un puñado de votos? Cuando ustedes hablan de recuperar su esencia —frase que le gusta mucho y no precisamente se refiere a la colonia—, ¿a qué se está refiriendo? ¿A que, según usted, hay que retrotraerse en la historia de España cuarenta años atrás? Porque yo le escucho a usted hablar permanentemente de esa necesidad, ustedes que parece que ahora echan de menos determinadas cuestiones relativas a ese tiempo pasado, y probablemente si hubiera existido el Partido Popular del señor Casado en el momento de la Transición en este país ni se hubiera legalizado el Partido Comunista.  Eso se lo puedo asegurar. (Aplausos.—Rumores). ¡Claro! Si yo sé que a alguno le da alergia. 

Escuchándole, del espíritu de concordia, del espíritu de diálogo, del espíritu de debate y del espíritu de ceder para que otros también puedan sumarse al proyecto, no le oigo hablar en ninguna parte. Ustedes permanentemente hacen un discurso para excluir y justamente lo hacen con Cataluña, señor Casado, porque ustedes creen que a lomos de la confrontación entre España y Cataluña van a ser capaces de arañar un puñado de votos. 

¿Qué alternativa tiene usted para Cataluña, señor Casado? Este Parlamento no ha escuchado ni una sola propuesta de alternativa del señor Casado para Cataluña. ¿Qué han dicho ustedes que van a llevar a Cataluña? ¿Un 155 sine die? ¿El proyecto que tiene al Partido Popular para Cataluña es intervenir la autonomía de Cataluña para siempre, algo que ni siquiera es constitucional, señor Casado? ¿Cuál es su respuesta ante el desafío territorial? Nada. 

La propuesta del Partido Popular se resume en una palabra, que es: nada, porque ni la solución es intervenir la autonomía de Cataluña, ni tampoco, por supuesto, es la autodeterminación. (Aplausos). Entre quitar la autonomía a Cataluña y querer irse, parece de lógica y de sentido común que se encuentre el punto de solución en el que este país se tiene que ir modulando. Y por supuesto, señoría, continuaremos vigilando que la legalidad se cumpla por parte de todos. Y ¡cuidado!, señoría, con intentar blanquear los discursos homófobos, los discursos que dan la impresión de que, incluso cuando uno es inocente, esté pareciendo que se salta las normas. Voy a insistir solo una vez más para que ustedes lo escuchen: 

La única salida al desafío independentista es el diálogo, y este es imposible si, por un lado, el principal partido de la oposición tanto en España como en Cataluña, se niega a dialogar y, si por otro, también los independentistas piden cosas imposibles. (Rumores). Señor Casado, se han hartado ustedes estos días de decir que este Gobierno había hecho concesiones a Cataluña. ¿Me puede usted decir aquí en la tribuna qué concesión ha hecho este Gobierno a Cataluña en los Presupuestos Generales del Estado? (Una señora diputada: Una pasta.—Rumores). Se lo digo yo, ninguna; no ha hecho ninguna. (Rumores). No ha hecho ninguna. No hay ninguna concesión para Cataluña. 

Hay algo que ustedes nunca han aceptado: una concepción diferente del Estado de las autonomías. Eso es lo que hay en estos presupuestos. Por tanto, siguen ustedes mintiendo a propósito de que estaban pactados y de qué manera se han hecho. Y por cierto, señor Casado, cuando en el año 2017 el señor Rajoy anunció en Cataluña, a bombo y platillo, 4.200 millones de inversiones para tapar grietas y daba esa batalla, según el señor Rajoy, por la moderación y la sensatez, ¿a usted le parecía que el señor Rajoy estaba vendiendo a España y cediendo al chantaje de los independentistas? (Un señor diputado: En cuatro años.—Aplausos). 

Ahora sí, si en vez del señor Rajoy, lo hace el señor Sánchez, es porque se arrodilla ante los nacionalistas, porque humilla a España. El señor Rajoy, no, el señor Rajoy podía prometer 4.000 millones y eso era para distender, calmar y ser capaces de desinflar un poco la crispación. ¿Intentar cumplir las leyes que ha votado este Congreso es romper España, señorías del Partido Popular? ¿Cumplir los estatutos de autonomía, según ustedes, es romper España? Porque el único partido leal con la Constitución ha sido y sigue siendo el PSOE y este Gobierno. Y esa es la realidad, señorías. (Aplausos). 

Ustedes han aprovechado el desafío independentista para trasladar toda una serie de ideas o de imágenes que son mentira, que una por una se desmontan conforme pasa el día. Y además le digo una cosa, señor Casado, ¿quién gobernaba en Moncloa cuando se celebró el referéndum del 1 de octubre? (Rumores). ¿Quién gobernaba en Moncloa cuando se hizo la declaración unilateral de independencia? ¿Qué partido gobernaba en Moncloa cuando Puigdemont huyó por la frontera de Francia? ¿Se imaginan ustedes la que hubiera liado el señor Casado si llega a ser con un Ejecutivo socialista? (Varios señores diputados: ¡Muy bien!—Aplausos). ¿Sabe cuál es la diferencia? 

La diferencia es que el presidente Sánchez y el PSOE estuvieron con el Gobierno, estuvieron detrás del Gobierno. Podríamos haber buscado un rédito electoral, pero no, nosotros elegimos la estabilidad nacional, elegimos la lealtad a la Constitución, elegimos el Estado de derecho, cosa para la que a usted ni está ni se le espera. (Aplausos). Señor Casado, hay algo que desde mi punto de vista supone definitivamente atravesar la línea roja. 

Usted cuestiona la legitimidad de este Gobierno y lo hace usted a diario en las calles de nuestro país, pero le voy a decir una cosa, señor Casado, es mucho más legítimo llegar a la Moncloa de la mano de una moción de censura que llegar a la Moncloa a lomos de la crispación, del enfrentamiento y de hacer que los ciudadanos peleen entre ellos, señoría, por la fractura que ustedes están intentando plantear. Señor Casado, hoy ha estado usted más moderado en la tribuna y se lo agradezco. (Rumores).  Pero usted, señor Casado, ha estado durante estos días previos con una suerte de insultos en un lenguaje —permítame que le diga— guerracivilista… (Denegación del señor Casado Blanco.—Fuertes protestas). Sí, señorías. Sí, señorías. … en un lenguaje guerracivilista que lo iguala a la ultraderecha cuando no acepta la voluntad que se expresa en este Parlamento y en la Constitución. 

Porque la Constitución, señor Casado, aunque a usted le gustaría, no es de quita y pon. En la Constitución no se queda uno con lo que gusta y quita lo que no le gusta. Usted no puede llamar al señor Sánchez presidente ilegítimo sin faltar a la Constitución. No lo puede usted hacer. (Aplausos). No lo puede hacer. Le llamó incluso golpista el 24 de octubre en esta Cámara y ustedes ya hablaban de pactos ocultos. 

Sin embargo, que yo sepa, ni en la última semana ha habido DUI ni el president se ha fugado ni ha habido despliegue policial. Más bien al contrario, durante esta semana se inicia un juicio como respuesta del Estado de derecho y, por tanto, creo que la diferencia entre lo que ustedes hacían y lo que nosotros estamos haciendo es bastante evidente. (Un señor diputado: Bastante, bastante). 

Señor Casado, cuando un Gobierno llega al poder tiene la obligación de intentar resolver los problemas de la gente e imagino que ustedes también, si algún día acceden al poder. Eso es lo único que intenta este Gobierno con respeto a la ley y a la Constitución. Y lo que se espera de un partido de gobierno como el suyo, señorías, es un mínimo de lealtad; no con el Gobierno —no se le pide lealtad con este Ejecutivo—, se le pide lealtad con el Estado. 

Se le pide lealtad con el Estado de derecho y se ve, señoría, que usted no puede seguir con esa diatriba de conmigo o contra mí. Usted no puede seguir creyendo que el que piensa como usted entonces es legítimo y el que no piensa como usted entonces es ilegítimo. (Aplausos). A usted le molesta, señor Casado, pero nosotros vamos a intentar con diálogo y determinación superar el desafío independentista. Señorías, antes o después esta situación requiere una solución dialogada. 

Vamos a intentar quitarles la razón a los que quieren independizarse de España y lo haremos con la ley y también con argumentos. Provoca con Cataluña, pero también provoca usted con insultos al presidente y provoca insultando a las mujeres. (Protestas.—Un señor diputado: ¿Cómo?—La señora Vázquez Blanco: ¡Eh!, frena). Señor Casado, ¿no se lo dicen sus compañeras de partido? Señor Casado, ha llegado a decir: Si queremos financiar las pensiones, debemos pensar en cómo tener más niños, no en abortar. Eso es lo que usted ha dicho, señor Casado, y eso es un insulto a las mujeres. (Aplausos). 

¿Cómo se atreve usted poco menos que a culpar a las mujeres de que el sistema de pensiones no sea sostenible? Esa afirmación es machista, señor Casado. Espero que sus compañeras se lo hayan trasladado. ¿De verdad nos va a echar usted encima también la responsabilidad de sostener el sistema de pensiones? Usted ha hablado estos días de la derogación de la actual Ley del aborto, que ya ha sido avalada por el Tribunal Constitucional —¿recuerda?—, y quiere volver a una ley de 1985; una ley que, por supuesto, ustedes no apoyaron. 

¿Ha debatido usted esto en el interior de su partido, señor Casado? ¿Está usted seguro de que la propuesta que quieren ustedes hacer en relación con esta cuestión es volver a una ley de hace más de cuarenta años? ¡Otra vez con los cuarenta años! Es que el señor Casado se ha quedado fijado en esa etapa y quiere volver a hace cuarenta años. (Risas y aplausos). Dice que no es partidario de políticas que defienden a todas las mujeres o que intentan criminalizar a todos los hombres; lo ha dicho usted también. Pero, señor Casado, ¿usted sabe que hay decenas de mujeres que son asesinadas cada año simplemente por el hecho de ser mujeres? ¿Usted se ha enterado realmente de qué va el problema de la igualdad? ¿Usted se ha enterado de cuáles son las causas profundas que están debajo de la discriminación hacia las mujeres? 

Señor Casado, espero que afortunadamente en su partido no todo el mundo piense como usted. La pregunta es si ese nuevo aire autoritario que hemos escuchado esta tarde en la tribuna —reaccionario, si me permiten la expresión—… (Varios señores diputados del Grupo Parlamentario Popular: ¡No! ¡No!—Protestas). Sí, sí, así, así, una mala copia del señor Aznar, …se va a convertir en la posición dominante dentro de su grupo. 

Me preocuparía que el resto de los miembros de su partido no estén trasladándole al señor Casado que evidentemente con la dignidad de las mujeres no se juega y, por tanto, simplemente tenemos que ser coherentes con las políticas que tienen que remover las causas de la desigualdad. (Aplausos). Porque sus palabras son machistas, señor Casado. Se lo digo: son machistas. Es lo contrario a lo que tienen estos presupuestos. 

Usted dice que no a las cotizaciones de las cuidadoras no profesionales —creerá que el papel de la mujer es cuidar de las personas mayores—, usted dice que no a la equiparación de los permisos de paternidad, usted dice que no a la bajada del IVA, que no a los 220 millones de lucha contra la violencia de género... Usted no quiere saber nada de la lucha por la igualdad, cosa que lamento porque, evidentemente, esto es algo que nos compete a todos. Además, también le tengo que decir que creo que en la última parte de su intervención usted ha demostrado claramente cuál es su modelo de fiscalidad. 

A usted le parece que subir la fiscalidad al 0,5% de las empresas y subir la fiscalidad al 0,7% de los contribuyentes es un hachazo a la fiscalidad de la clase media y de la clase trabajadora. Lo ha dicho usted. O sea, subir los impuestos a ese porcentaje de la sociedad que son los que tienen más renta, según usted, es atacar a la clase media y a la clase trabajadora. 

Usted no se entera de lo que es el Estado del bienestar. (Protestas). No, señoría, porque esa mayor aportación supone revitalizar los servicios públicos y que la clase media y la clase trabajadora tengan una sanidad de calidad, una educación de calidad y unas políticas sociales de calidad. (Aplausos). Eso es lo que queremos y eso es lo que necesitamos. 

Usted también ha criticado alguna de las figuras fiscales. Yo le voy a leer algo que ustedes dijeron sobre el diésel. Dijeron ustedes sobre el diésel: el Gobierno diseñará una reforma de la fiscalidad medioambiental que mejore la aplicación del principio ‘quien contamina paga’ atendiendo a los principios de equidad, proporcionalidad… ¿Le suena, señor Casado, o también ha dejado eso en un segundo plano? La ley de cambio climático y de transición energética, ley que se está tramitando en el Congreso, justamente contiene este párrafo sobre el diésel. Pero le digo otra cosa. 

¿Ustedes, señorías del Partido Popular y de Ciudadanos, saben que el presupuesto del año 2018 preveía para este año, desde enero, una subida generalizada de los combustibles en nueve comunidades autónomas, del diésel y también de la gasolina, mayor de la que está promoviendo este Gobierno para el diésel? Ustedes empezaron este año con los presupuestos de 2018 bien señalados con una subida de los hidrocarburos en nueve comunidades autónomas. ¿Y eso, señoría, no es hachazo fiscal a las clases trabajadoras, a las clases medias, a las que utilizan un vehículo? (Aplausos). 

Termino, señor Casado. Usted lo puede leer en el proyecto de presupuestos que usted aprobó y que ustedes habían planteado. Y dos premisas falsas, señor Casado, de las que se desprenden de su intervención los mantras que el Partido Popular lleva trasladando. Usted dice que el PP tiene la fórmula perfecta para que la economía española opere un milagro y que el milagro económico les avala. 

Eso lo dicen ustedes sin ponerse colorados. En segundo lugar, que los recortes del Partido Popular eran lo que exigía Bruselas. Falso, señor Casado. Ni existe milagro económico del Partido Popular ni los recortes eran por Bruselas. Los recortes eran pura ideología. (Aplausos). Eso lo han demostrado con la senda de estabilidad. Les daré algún dato. 

Durante la etapa de Gobierno del Partido Popular la deuda pública aumentó veintiocho puntos porcentuales, incumplió el objetivo de déficit sistemáticamente, acumuló 32000 millones de euros de desfase respecto a los objetivos iniciales, vació la hucha de las pensiones, 74000 millones de euros, incluyendo los intereses, empujó al 60% de los parados a la exclusión social, obligó al 50% de los trabajadores a un empleo parcial sin quererlo, abandonó a la exclusión social a uno de cada cuatro niños o niñas, duplicó el número de jóvenes que tenían que emigrar cada año... ¿Sigo, señor Casado, con el milagro económico del Partido Popular? (Aplausos). 

El logro de este Gobierno, señorías, ha sido demostrar que era posible una política económica compatible con la recuperación de los derechos de los ciudadanos. Eso es lo que el señor Casado no quiere que se demuestre a través de la tramitación de ese presupuesto. El logro es que nosotros hemos conseguido presentar unas cuentas públicas que cumplen con Bruselas. ¿Cómo que no cumplen, señor Casado? ¿Usted ha visto alguna recomendación, carta o escrito de Bruselas diciendo que se retire este proyecto de presupuestos? No, porque la única que existe es cuando Bruselas dice que adelante con el proyecto de presupuestos. 

Y eso es lo que a usted le pesa, porque se fue usted a la puerta a decir que no lo dijera. (Aplausos). Lo digo por todo lo que ha dicho relativo a Bruselas. Ustedes fueron más duros que lo que exigía Bruselas. La prueba es que se pueden reducir los desequilibrios económicos a la vez que se construye una sociedad más justa. Por tanto, señoría, sobre ese particular yo creo que usted se ha quedado desnudo. 

Le decía ya para terminar, señoría, inversión en Extremadura, tren de Extremadura, ministro de Fomento, siete millones de euros. Esa es la apuesta que hizo el Gobierno del Partido Popular por Extremadura, siete millones de euros para el tren, eso es lo que hicieron. (Aplausos). Y por cierto, señor Casado, a usted el resto de comunidades autónomas… 

Como hay algunos voluntarios o espontáneos en la bancada del Partido Popular a veces me tengo que interrumpir. Señor Casado, ¿a usted desde Andalucía no le han dicho que se respeta el estatuto de autonomía al igual que en Cataluña? ¿A usted el señor Moreno Bonilla le ha dicho que rechace este proyecto de presupuestos, cuando es la primera vez que se respeta el Estatuto de Autonomía para Andalucia? (El señor García Egea: Sí.—El señor Hernando Fraile: Sí lo ha dicho). ¡Ah!, ¿sí que se lo ha dicho? Pues entonces el señor Moreno Bonilla dará cuenta a los ciudadanos de Andalucía. (Aplausos). Le decía, para terminar, señor Casado, usted se ha quedado desnudo…

Se ha quedado desnudo dentro de todo este debate de falsas noticias, dentro de todo este debate de mentiras que se ha ido trasladando a la opinión pública desde el momento en que se queda al descubierto que lo que usted decía que se estaba haciendo a escondidas —cesiones, chantajes, todo tipo de prebendas— con los nacionalistas se pone de manifiesto que no ha sido verdad. Ese es el problema que ustedes tienen. El problema que ustedes tienen es que, a partir de ahora, ¿qué, señor Casado? 

¿En qué van a monopolizar su discurso? ¿Van a seguir diciendo que este Gobierno ha estado de forma vergonzante —según sus palabras— haciendo concesiones por debajo de la mesa? ¿Van ustedes a seguir diciendo que este Gobierno lo que ha hecho es intentar no presentar, dentro de sus obligaciones, un proyecto de presupuestos? ¿Van a seguir ustedes diciendo que todo lo que han venido trasladando era mentira? Cuando ustedes sumen sus votos a los votos de los independentistas, previsiblemente, ¿qué le van a explicar ustedes a la calle, señor Casado? (Aplausos). 

¿Que tienen un pacto oculto? Ese es el problema; el problema es que se pone de manifiesto que era mentira todo lo que decía el Partido Popular, todo el relato que les ha traído hasta aquí. Señor Casado, no se preocupe por las elecciones, no se preocupe. Ustedes están todo el día contando votos, todo el día; todo el día están si ahora sacan cuatro, si sacan cinco (rumores), si me interesa esta fecha, si me interesa esta otra, si me acerco a Vox para evitar la sangría de votos, si me alejo de Vox porque ahora no me interesa, si me pongo en la foto, si me dejo de poner. 

¡Dejen de contar votos y ocúpense de los problemas de los ciudadanos, que es para lo que estamos aquí! Muchas gracias. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Socialista y de los miembros del Gobierno, puestos en pie). 

El señor CASADO BLANCO: Gracias, señora presidenta. Señora Montero, ser constitucionalista es preferir ser oposición en el sistema que otorgó la Constitución a ser presidente del Gobierno en el sistema que pretenden imponer los independentistas. (Aplausos.—Protestas). Eso es ser constitucionalista. 

El problema es que el señor Sánchez prefiere seguir en la poltrona del Gobierno incluso si tiene que romper la Constitución y España, pese a quien pese y sea con quien sea. (Protestas). Es la primera vez que hay un presidente del Gobierno que pierde las elecciones dos veces con el peor resultado histórico; la primera vez que alcanza el poder con una moción de censura no propositiva; no hubo programa de Gobierno, simplemente fue mentir sobre lo que había hecho el Partido Popular, mentir sobre que iba a convocar elecciones y ahora mentir diciendo que va a convocarlas, sencillamente, cuando le dejen sus socios independentistas. (Un señor diputado: ¡Muy bien!). Es decir, es el presidente de la mentira. (Aplausos). 

Yo le recomiendo que haga caso al señor Rubalcaba cuando decía que España no se merece un Gobierno que mienta o cuando decía que lo que tiene usted ahora es un Gobierno Frankenstein o, mejor, yo diría que ahora es zombi, porque es un Gobierno que está muerto, que aún no lo sabe y que va deambulando intentando pactar los presupuestos con aquellos que ya le han dicho lo mismo que le dijeron hace ocho meses, que solo le utilizan —como dijo Dolors Bassa— para que se mantenga en el poder para sus propios beneficios en su proceso de ruptura. Preguntaba usted, señora Montero, qué propuesta tenemos para Cataluña. 

Le he explicado las diez iniciativas que hemos planteado en los últimos ocho meses, mucho más de lo que ha hecho su Gobierno. Le voy a decir algo, lo que no pretendemos es seguir otros cuarenta años intentando integrar a aquellos que quieren desintegrar España. ¡Se acabó! (Aplausos). 

La nación española ha dicho basta. Por tanto, le quiero dejar muy claro que el Partido Popular va a ser la contención al chantaje independentista y, sobre todo, la contención a la rendición socialista. (Rumores). Habla usted de Constitución. 

Le debería preguntar al señor Guerra o al señor Felipe González o a todos los barones del Partido Socialista lo que opinan sobre su cesión —la del señor Sánchez— a las reivindicaciones independentistas. (Rumores). No lo digo yo, lo dice incluso su bancada, lo dicen aquellos que sí participaron en una Constitución. Por cierto, lecciones al Partido Popular, ni una. Cuatro ponentes de la Constitución acabaron en el Partido Popular: Manuel Fraga, Gabriel Cisneros, José Pedro PérezLlorca y Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón. Cuatro ponentes de la Constitución. (Aplausos). 

Por tanto, lecciones, ninguna. Ni con la rendición de Zapatero en 2008, que, por cierto, amputó al Partido Socialista, tanto al PSE —para UPyD— como al PSC, del que provenían gran parte de las personas que fueron fundadoras de Ciudadanos. Es decir, que esto pasa factura. 

Lo que está haciendo ahora Pedro Sánchez, igual que lo que hizo el señor Zapatero, les va a pasar factura. Nosotros no contamos votos, pero sí les sugiero que ustedes los cuenten de una vez para llegar al Gobierno, no cuenten solo partidos independentistas para llegar a mayorías en esta Cámara, intenten contar votos y ganar las elecciones de vez en cuando. (Aplausos). Nosotros pensamos, por lo que ustedes filtran, que sí es momento de convocar las elecciones. 

No nos dé lecciones a nosotros de economía. ¡Que el Partido Socialista dé lecciones de economía (la señora ministra de Hacienda, Montero Cuadrado: Sí) es una broma! Es que ustedes dejaron quebrada España en 1996. El señor Solbes, ese que recomendaba abrir planes de pensiones privados… Tuvimos que pedir un crédito a la banca privada para pagar la extraordinaria de diciembre. (Protestas). ¿Ustedes nos dan lecciones a nosotros del sistema de pensiones? (La señora ministra de Hacienda, Montero Cuadrado: Sí). 

¿Ustedes, que congelaron las pensiones ya en la época de Zapatero, que dejaron tres millones y medio de parados, España en el rescate y un déficit de nueve puntos? ¡Pero cómo tienen la desfachatez de venir a hablarnos a nosotros que hemos rescatado a España, que evitamos también la intervención internacional (protestas), que hemos creado tres millones de empleos, que pudimos hacer reformas macroeconómicas sin ningún apoyo por su parte! 

¡Cómo nos da lecciones usted, que ha arruinado Andalucía, que ha formado parte del Gobierno más corrupto, más nefasto, con más paro y con más deuda de toda la historia democrática autonómica de España! (Aplausos). ¡La ministra que estaba ahí con los ERE, la ministra que está con las colas en educación y en sanidad, la ministra del 23% de paro viene aquí a dar lecciones a este grupo parlamentario que, muy a su pesar, ha salvado a España dos veces de la crisis! (Protestas). Que se estudian en todo el mundo los dos milagros económicos protagonizados por Aznar y Rajoy, muy a pesar de lo que hace el Partido Socialista siempre. (Aplausos.—Rumores.—Protestas). 

Señores del Partido Socialista, lecciones de mujeres y de defensa de la igualdad, ni una. Este partido fue el que lanzó el Plan nacional contra la violencia de género (protestas) y el Pacto de Estado contra la violencia de género. (Aplausos.—La señora Álvarez Álvarez, puesta en pie: ¡Mentira, mentira!—Fuertes protestas). Año 2004 y 2015. Este partido… El partido que ha mejorado la pensión de las madres trabajadoras un 5, un 10 o un 15%, que ha reducido la brecha salarial 4,5 puntos, el partido con el que durante su Gobierno se duplicaron las consejeras en los consejos de administración del IBEX, el partido que ha legislado el teletrabajo, que ha legislado la conciliación, que ha extendido el permiso de maternidad y paternidad, el partido que ha acabado con todo el desempleo de mujeres que ustedes habían creado (Aplausos). 

No hay mayor política de igualdad que la autonomía de las mujeres para dar un portazo a los maltratadores o para dar un portazo a la dependencia que tenga cualquier persona, dependencia sobre cualquier presión. Esa es la política que tenemos a favor de la natalidad, a favor de la lucha contra la desigualdad, a favor de la lucha contra la violencia de género. Autonomía. 

La igualdad en derechos y obligaciones de las mujeres. ¡Cómo puede hablar su partido de educación, si han protagonizado las leyes más nefastas, con más fracaso y abandono escolar de toda la historia de España! (Aplausos). ¡Cómo puede hablar su partido de equilibrio presupuestario, usted que lo ha incumplido sistemáticamente como consejera y nosotros tuvimos que reducir 6 puntos el déficit! Pero ustedes se quejaban y decían: van ustedes demasiado rápido y han subido la deuda pública. 

Hombre, claro, abrimos los cajones y nos encontramos 100.000 millones de euros que debían ustedes a proveedores, de déficit tarifario, a los hospitales. (Aplausos). ¡Pero qué desfachatez! Es decir, esconden el déficit, engañan a la Comisión Europea, venimos a arreglarlo, ¿y tenemos la culpa nosotros? Sinceramente, creo que este Gobierno da las últimas bocanadas, este Gobierno agoniza ya entre estertores y me viene usted a decir que hoy se certifica eso de que no hemos cedido en nada con los independentistas. ¡Pero si les han dejado en ridículo, si han tenido que filtrar ellos el documento dos meses después de que se lo pidiéramos! ¡Si han tenido ellos que explicar lo que le habían pedido en Pedralbes, si han tenido que venir a reconocer y enmendar a la vicepresidenta del Gobierno eso del relator que lideraba las negociaciones! ¡Qué bochorno! 

Ustedes van a estar poco tiempo en el Gobierno, pero pasarán a la historia como el Gobierno que estuvo nueve meses dependiendo del apoyo de los que querían romper España. No puede ser presidente del Gobierno alguien que se avergüenza de España. No puede ser presidente del Gobierno alguien que critica a la gente que se manifiesta por la unidad nacional. 

¡No puede ser presidente del Gobierno alguien que prefiere estar pactando con los que dan un golpe de Estado que con aquellos que le tendimos la mano en agosto para intentar paliar ese golpe de Estado! ¡Ustedes no dan la talla y ustedes —y lo digo aquí solemnemente— han traicionado la Constitución española! ¡Convoquen elecciones! ¡Váyanse! (Rumores.—Protestas). ¡Este país merece un Gobierno mejor que el que ustedes ahora mismo representan! (Prolongados aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, puestos en pie.—Rumores). 

La señora PRESIDENTA: Silencio, señorías. Tiene la palabra la señora ministra de Hacienda. (Rumores). Les ruego silencio a todos. 

La señora MINISTRA DE HACIENDA (Montero Cuadrado): Muchas gracias, señora presidenta. Si me permiten la broma, señorías, ¡qué pena que no haya más debates de este tipo!, porque al señor Casado solo hay que dejarlo hablar, que se suba a la tribuna, para que a uno le dé susto,… (Risas.— Aplausos.—Un señor diputado: ¡Pues bebe agua!) … señor Casado, por tal como usted se expresa, en el lenguaje y en el tono en el que se expresa. Señor Casado, yo creo que en el calentón —si me permite la expresión— del discurso… (rumores), —sí, sí, del discurso, sí— usted no cae en lo que dice; quiero pensarlo, señor Casado, porque sería mucho más grave que usted fuera consciente. 

Usted utiliza palabras como contención, como rendición. Como le decía antes, son palabras totalmente guerracivilistas (rumores) que usted utiliza para referirse al resto de grupos parlamentarios que componen esta Cámara. Usted ha dicho aquí algo que se me ha escapado. ¿Qué va a hacer con los catalanes que no opinan como usted, señor Casado? ¿Qué ha dicho usted que va a hacer con los catalanes que no comparten su pensamiento? ¿Qué va a hacer, señor Casado, porque usted ha dicho…? (El señor Casado Blanco y el señor García Egea: La ley, la ley). Ah, la ley; la ley es la que aplicamos y la que se está aplicando en este país, ¿no? (El señor García Egea: El relator). Señorías, ustedes se retratan solos… (Rumores) porque a ustedes no les interesa defender la ley, ustedes quieren la mentira y la confrontación para llegar a la Moncloa. (Aplausos). Me preocupa, me preocupa la idea de España que ha reflejado el señor Casado en esta tribuna. 

Todos los que no opinen como uno opina están fuera de la España del señor Casado, y eso, señoría, es una deriva muy peligrosa, es una deriva que tienen ustedes que hacérsela mirar, porque esta España es inclusiva, en esta España todos tenemos un hueco y no hay nadie que tenga que ser excluido por su forma de pensar. Verá, señoría, quien no defienda el Estado del bienestar y no defienda el Estado de las autonomías no puede defender la Constitución española. Es que es así de sencillo. (Aplausos). 

Ustedes, que debilitan el Estado de las autonomías y el Estado del bienestar no se pueden llamar constitucionalistas. Porque se rompe España, señor Casado, cuando se enfrentan los territorios, se rompe España cuando se enfrenta a los ciudadanos, no cuando se dialoga dentro del marco que establece la Constitución. Se rompe España con las actitudes que usted tiene, señor Casado. Usted, como los malos actores, sobreactúa. 

Por eso le digo que hay que dejarlo, que usted se suba a la tribuna y hable durante mucho tiempo. Se está usted encasillando en ese mismo papel, en un papel que conduce al incendio y a la crispación. Yo creo, señoría, que en el fondo ustedes de lo que no quieren hablar es de los problemas cotidianos de la gente y tampoco quiere el Partido Popular hablar de los casos judiciales que afectan al propio Partido Popular. Porque usted todo lo convierte en un enfrentamiento interno, lo convierte en un arma arrojadiza. 

Se lo voy a decir muy claro, señorías de esta Cámara, el Partido Popular no tiene alternativa. Durante los últimos siete años se ha demostrado el fracaso económico y social de sus políticas. (Protestas). Y no se lo iba a decir, señor Casado (Rumores)… No se lo iba a decir cuando le iba a hablar del milagro económico, pero como usted se ha deslizado por esa vertiente aludiendo a mi papel en Andalucía, se lo voy a decir: ¿Sabe dónde está el milagro económico del Partido Popular, señor Casado? En la cárcel. El milagro económico está en la cárcel. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Socialista, algunos puestos en pie). 

No, señor Casado, recortes y corrupción no es lo que quieren los españoles, por mucho que ustedes agiten la bandera. Los españoles quieren menos crispación y eso se consigue con más derechos, se consigue con mejores servicios públicos, con mayor estabilidad política y económica: lo que aporta realmente este proyecto de presupuestos. La esencia de un debate, señor Casado, es ponerse en la posición del otro e intentar avanzar, escuchar sus argumentos e intercambiar ideas, pero usted ha negado cualquier posibilidad de escuchar al que no piensa como usted, venga de donde venga. 

Señoría, usted ha hablado también de elementos que, desde mi punto de vista, son importantes. Usted ha subido aquí y ha hablado de algo tan esencial como la lucha por la igualdad y digo yo, señor Casado, si en el fondo usted dice creer en la lucha por la igualdad, ¿por qué ha dicho usted todas esas cuestiones sobre las mujeres que yo le he relatado en mi intervención previa? Y usted hace un gesto así desde la tribuna diciendo que le da igual. 

El problema es que el señor Casado, que no cree en la igualdad, como se demuestra cada vez que habla (rumores), al final se ve obligado a tener que hacer una especie de gesto de cortesía, no vaya a ser que alguien le interprete por el camino que usted no quiere tirar. (Aplausos). Y la lucha por la igualdad, señorías del Partido Popular, le corresponde al conjunto de la sociedad. Por tanto, no hay ningún motivo que nos permita quitar esas cuestiones que para todos nosotros son importantes. 

Señor Casado, usted ha hablado de todos esos elementos que, según usted, estaban fuera de la ley o fuera de la Constitución, pero ¿cuándo van ustedes a retirar al señor Cosidó de la portavocía del Senado? ¿Usted sabe que la investigación judicial arroja que utilizaron fondos reservados para intentar ocultar las cuestiones que derivaban en el Partido Popular? (Aplausos.—Rumores). Eso dice la investigación judicial, señoría. Ustedes vaciaron la hucha de la Seguridad Social, lo saben todos los ciudadanos. 

Ustedes vaciaron la hucha de la Seguridad Social. Ustedes, señorías, están permanentemente trasladando elementos que para nada se corresponden con la realidad. No es verdad, ustedes destruyeron empleo durante los años de la crisis, claro que destruyeron empleo durante los años de la crisis, y claro que la recuperación del empleo se está llevando a cabo ahora, señorías, ahora. (Varios señores diputados: ¿Ahora?—Rumores.—El señor García Egea pronuncia palabras que no se perciben). Sí, señorías, ahora, claro (rumores), porque ustedes han hablado de los datos de la crisis…  Señor García Egea, es la tercera vez que usted me alude. Señor García Egea, yo espero que ahora que gobiernan en Andalucía, dejen de manosear y utilizar Andalucía siempre para desprestigiarla hablando de la corrupción, del paro o de lo que corresponda. (Aplausos.—Rumores). Por lo menos ahora que gobiernan en Andalucía. 

La señora PRESIDENTA: Silencio. 

La señora MINISTRA DE HACIENDA (Montero Cuadrado): Señorías, Andalucía siempre cumplió con los objetivos de estabilidad, está aquí el señor Montoro para corroborarlo. Cuando esta ministra era consejera de Hacienda, cumplió con los objetivos de estabilidad (rumores), cumplió con la deuda y el déficit público. 

Ustedes no cumplieron nunca, señorías, por tanto a mí no me lo pueden ustedes decir. (Aplausos). Termino, señor Casado. Yo diría que usted sigue instalado en el mismo discurso. A usted le sigue interesando el enfrentamiento y las armas arrojadizas. 

Ustedes están intentando blanquear las posiciones del partido de ultraderecha del que ustedes son socios, con el que ustedes están dialogando, con el que ustedes se ponen en la foto, porque permanentemente, señorías, están dando un rumbo al Partido Popular hacia la ultraderecha pensando que esa sangría de votos la pueden evitar. ¿Y sabe qué le digo, señor Casado? Que cuanto más se arrima usted a Vox, más votos le arrima usted a Vox. Eso es lo que está ocurriendo en este país. (Aplausos.—Rumores). 

Y eso es algo que se tiene que hacer mirar, porque es peligroso que la ultraderecha de este país esté blanqueada a manos del Partido Popular, es bastante peligroso. (Aplausos). Como le digo, señor Casado, no tienen ustedes alternativa y este es un motivo más para que ninguna fuerza política vote con el señor Casado. 

Me cabe la curiosidad de a qué va a dedicar la energía el señor Casado los días después de que, previsiblemente, salgan adelante las enmiendas a la totalidad, si va a seguir usted engañando al conjunto de los ciudadanos hablando de pactos ocultos, de sesiones intolerables o de desafío a la Constitución. 

Creo, señoría, que a partir de ese momento usted va a hacer lo que ha hecho hoy en esta tribuna, seguir contando votitos, seguir contando votos, en este caso pidiendo elecciones. ¿Y sabe qué le digo, señor Casado? Tendrá usted tiempo de recomponerse porque este Gobierno continuará mejorando la vida de los ciudadanos mientras pueda y lo hará desde la lealtad, desde la Constitución y desde la empatía de ponerse en la piel de otros, no como usted, que vive atrincherado en sus filas de derecha. Muchas gracias. (Prolongados aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Socialista y de los miembros del Gobierno, puestos en pie).

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