Un Congreso que ha puesto al día el proyecto político socialista en nuestro país, con propuestas como el avance hacia la configuración de un Estado federal, que refleje la diversidad de los pueblos que integran el Estado español, perfectamente compatible con la soberanía del pueblo español, la despenalización de la eutanasia, la desaparición de privilegios económicos y fiscales de la Iglesia Católica, la reivindicación de una jornada laboral de 35 horas semanales, establecer el salario mínimo en 1.000 euros, la equiparación de rentas del trabajo y capital en la declaración del impuesto sobre la renta, la intervención pública en el mercado de la energía eléctrica, la creación de una banca pública, y una mayor democracia interna para que los afiliados del Partido Socialista elijan su candidato a la Presidencia del Gobierno, Comunidad Autónoma y Alcaldía.
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En definitiva, reafirmamos los valores de igualdad, libertad y solidaridad, que son los clásicos del Partido Socialista con más de 130 años de historia, reforzándolos en un mundo cambiante y lleno de desafíos, que permite un PSOE que sale del Congreso fortalecido, creíble, coherente y que apuesta por reivindicar la socialdemocracia, siendo el objetivo del Partido Socialista ganar a la derecha para gobernar desde la justicia social, transformando el futuro gobernando el presente.
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En definitiva, reafirmamos los valores de igualdad, libertad y solidaridad, que son los clásicos del Partido Socialista con más de 130 años de historia, reforzándolos en un mundo cambiante y lleno de desafíos, que permite un PSOE que sale del Congreso fortalecido, creíble, coherente y que apuesta por reivindicar la socialdemocracia, siendo el objetivo del Partido Socialista ganar a la derecha para gobernar desde la justicia social, transformando el futuro gobernando el presente.
El lunes 19 de junio, la nueva Ejecutiva comenzó a trabajar, porque no se puede perder el tiempo, acordando abrir un espacio de encuentro y de coordinación parlamentaria, una agenda de medidas concretas, que mediante alianzas parlamentarias permitan introducir reformas importantes en el marco legal actual, y si fuera posible una alternativa de Gobierno, y mientras es posible dicha alternativa, realizar una oposición de Estado, que haga frente a los daños que el PP está ocasionando al Estado de Derechos. En ningún caso el PSOE de Pedro Sánchez contempla sustentar un Gobierno en un apoyo de las fuerzas separatistas que quieren romper con España.
El martes 20 de junio, se reunía Pedro con los diputados y senadores del Grupo Parlamentario Socialista, proponiendo una Mesa por el Cambio a Ciudadanos y Unidos Podemos, que superando los vetos, se intenten determinar los puntos en común que permitan el cambio político que necesita el país, siendo la prioridad para el Partido Socialista cambiar un Gobierno que ha capturado las estructuras de Estado, secuestrando las instituciones públicas y poniéndolas a su servicio, habiendo dañado instituciones importantes como la Administración de Justicia, la Fiscalía General del Estado, la Agencia Tributaria, la televisión pública o la cohesión social.
Una primera iniciativa sería un rescate a los jóvenes, como colectivo con una tasa de emancipación superior a 30 años y que en un 75% de los jóvenes menores de 35 años sufre desempleo, precariedad o emigración, y el 30% de los menores de 16 años está en riesgo de exclusión o pobreza. Algunas de las propuestas que se tratarán de abordar es acabar con el trabajo no remunerado de los becarios, dar una salida a los jóvenes que abandonaron sus estudios para dedicarse a la construcción durante la burbuja inmobiliaria, impulsar políticas públicas que favorezcan la emancipación, rebajar las tasas universitarias y aumentar las becas.
Se abre una etapa en la que no sólo hay que defender el Estado de Derecho sino el estado de los derechos recortados y conculcados por el PP, cuyo Gobierno ampara, permite, facilita y tapa la corrupción, la impunidad, la falta de ejemplaridad, siendo más necesario que nunca que el Presidente Rajoy, que pide moderación en un momento en que están siendo juzgados destacados exdirigentes del PP, y que lo que hace falta es decencia y ejemplaridad del Gobierno de Rajoy, y no amparar Ministros de Justicia que nombran Fiscales Generales del Estado que alaban a fiscales anticorrupción con bienes en paraísos fiscales, altos dirigentes del Ministerio del Interior que se chivan a delincuentes de las actuaciones judiciales contra ellos, o Ministros de Hacienda que suben impuestos a los contribuyentes honrados y perdonan a defraudadores. Sin duda alguna, esta indecencia política y el uso de este presidente con su Gobierno de las instituciones es lo que provoca indignación y crispación en la ciudadanía, por lo que el reclamo de moderación debe exigirse a un Presidente que tolera lo intolerable desde una falta de ética social y moral tanto del Gobierno como del Partido Popular en todo el territorio español siendo la corrupción sistémica en dicho partido político.
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Precisamente el jueves, se aprobaba por unanimidad en el Congreso la proposición de ley propuesta por el Grupo Parlamentario Socialista para recuperar la independencia de la Corporación de RTVE y el pluralismo en la elección parlamentaria de sus órganos, aprobando la elección del Presidente del Consejo de Administración por concurso público ratificado por una mayoría de 2/3 del Congreso, recuperando de esa manera una radiotelevisión pública, independiente, plural, veraz, creíble y transparente.
Es cierto que algunos dirigentes de otros partidos están intentando vender que el PSOE está cambiando de postura en aspectos fundamentales como consecuencia de la llegada de Pedro Sánchez a la Secretaría General, y la ausencia de un proyecto político serio y definido, por parte de la derecha que representa el PP y la neoderecha de Ciudadanos, que es al PP, como Hacendado a Mercadona. Baste decir que el jueves 22, Pedro Sánchez se reunía con el comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, el socialista francés, Pierre Moscovici, al que aseguró apoyar al Gobierno de Mariano Rajoy en la defensa de la Constitución ante el reto separatista catalán, así como la necesidad de la defensa de los intereses de los europeos y españoles en las negociaciones de la Comisión Europea con el Reino Unido para el Brexit. Del mismo modo apoyó una Unión Europea con más derechos para los ciudadanos.
Si es cierto que expuso críticas al reciente Tratado de Libre Comercio entre la UE y Canadá (CETA), por las dudas jurídicas que suscita como la existencia de tribunales arbitrales, la existencia de una diferencia sustancial entre la defensa de los intereses de los inversores frente a los trabajadores a los que en algún caso puede dejar desasistidos ocasionando una mayor precariedad laboral, que es un factor que está en este momento ocasionando una desigualdad social importante, o la ausencia de garantías reales de protección al medioambiente, siendo necesario una mayor participación social en este tipo de pactos; por todo ello el PSOE se abstendrá con respecto a la firma por parte del Gobierno español de dicho Tratado, entendiendo que hay una vía alternativa al liberalismo radical del PP y al proteccionismo que pregona Unidos Podemos, que estando de acuerdo con la globalización sea respetuosa con los derechos de las personas.
Igualmente Pedro Sánchez manifestó al sr. Moscovici la necesidad de conseguir reducir el déficit público no sólo reduciendo el gasto público, que es lo que contempla el Programa de Estabilidad enviado por el Gobierno de Rajoy a Bruselas, reducir en tres puntos el gasto social, considerando Pedro Sánchez que al contrario, debe aumentarse el gasto social para afrontar los retos que tiene el Estado del Bienestar, siendo necesario otro tipo de medidas, como disminuir el gasto superfluo y modernizando la política fiscal.
Muchos de vosotros me habéis preguntado mi opinión con respecto al momento político. Todos sabéis que he apoyado a Sánchez desde que por primera vez se presentó a la Secretaría General, lo apoyé tras su dimisión y especialmente en la campaña a las primarias socialistas. Y tengo que decir que dichas primarias han abierto una puerta a la esperanza que era necesaria para muchos hombres y mujeres militantes, simpatizantes y electores socialistas.
Ante un panorama político con un Partido Popular que alberga desde la derecha democrática hasta la extrema derecha, y con un inmovilismo en aspectos sociales y económicos que impiden al país adaptarse a los retos del siglo XXI, creando precariedad laboral, pobreza salarial, exclusión social y extrema desigualdad entre clases sociales, además de estar inmerso en un mar de corrupción a nivel general que debería desalojarlo del Gobierno del país y de las Comunidades Autónomas por higiene democrática y por el daño que están haciendo gobernando contra el Estado de Derecho y los derechos de los ciudadanos con total impunidad, haciendo gala de esta actitud déspota y despreciando al resto de los que no piensen como ellos desde el presidente Rajoy hasta el último de sus concejales.
En este panorama, Ciudadanos y Albert Rivera representan el centro derecha español, con un programa y un ideario liberal progresista, liberal en lo económico y progresista en lo social, es decir defendiendo la libertad del ciudadano a la hora de ejercer sus derechos y cumplir sus deberes, con una intervención de la Administración para asegurar la igualdad en el acceso a estos derechos en todo el territorio español. Ya sabéis que a mí particularmente me gustan algunas de las propuestas económicas de Ciudadanos, y que permiten una mejora de calidad de vida de la clase media y trabajadora, y una regeneración de las instituciones del país. Sería bueno y positivo contar con una fuerza política que desarrolla políticas útiles para los ciudadanos, aunque es cierto que Albert Rivera sabe que compite con el electorado tradicional del PP, y no le interesa un pacto estrecho con el PSOE y ni mucho menos con Unidos Podemos.
En este momento, muchas de las reformas que se están llevando a cabo (Ley urgente de medidas para los trabajadores autónomos, complemento salarial para jóvenes, incremento de los permisos de paternidad) llevan el sello naranja de Ciudadanos, que proporciona a la vez estabilidad y reformas, y que se encuentra cómodo con una oposición al PP mientras impone sus medidas naranjas al Ejecutivo de Rajoy. Le interesa esperar a las elecciones generales y que se prolongue la legislatura para que el electorado visualice la labor de Ciudadanos. Por otra parte, los líderes de Ciudadanos, empezando por el propio Rivera no mantienen la equidistancia entre PP y PSOE, ya que tragan con las medidas del Gobierno del PP aunque expresen su descontento, pero en ningún momento van más allá, mientras que critican al PSOE su posición con respecto a diferentes cuestiones políticas de actualidad, siendo necesario un respeto mayor por las opiniones de los demás, si de verdad quieren ser nueva política.
Y por el otro extremos tenemos a Unidos Podemos, una fuerza populista que prefiere dar paseos en autobús, convocar mociones de censura sin tener mayoría parlamentaria que aseguren su éxito, o manifestaciones en las calles, pero no han presentado ninguna proposición de ley que permita modificar las condiciones de vida de los españoles a través de su representación en el Congreso de los Diputados. Ahora bien, ante el polo de la derecha y el centro derecha representados por PP y Ciudadanos, y que son dos partidos políticos que en la actualidad llegan fácilmente a acuerdos y que en el futuro formarán gobiernos de coalición, el otro gran eje de la izquierda y del centro izquierda lo ocupan Unidos Podemos y Partido Socialista Obrero Español, por lo que si queremos que no ya a corto plazo, que habrá que intentarlo, por dignidad democrática, desalojar al PP del Gobierno, sino a medio plazo conformar un Gobierno tras unas elecciones, ha de ser juntando los diputados de PSOE y Unidos Podemos, lo cual no se trata de plegarse a sus intereses, ni mucho menos, sino desde la independencia de ambas fuerzas y dejando los límites claros.
En esta encrucijada me parece que el PSOE, y Pedro Sánchez, deben orientar su acción política hacia las fuerzas del cambio en nuestro país, Ciudadanos, sin esperar mucho de esa relación, porque no le interesa a Albert Rivera, y genera desconfianza en muchos socialistas (casi tantos como los liberales de nuestro país), pues responden a modelos distintos del papel del capital y la distribución de riqueza entre los ciudadanos; y por otro lado con mucha más probabilidad de éxito, con Unidos Podemos, como aliado natural, y con el que se han de llegar a acuerdos parlamentarios, que permitan vislumbrar si los 85 diputados del PSOE y los 71 de Unidos Podemos (en total 156 diputados, por lo tanto a 20 de la mayoría absoluta) permiten con el apoyo de alguna otra fuerza del arco parlamentario formar una alternativa de Gobierno y desalojar a Rajoy de La Moncloa.
Es cierto que hay cuestiones del proyecto de Pedro Sánchez con las que no estoy de acuerdo, como la abstención ante el Tratado de Libre Comercio de Europa con Canadá, del que creo que no nos podemos quedar al margen, supone nuevos mercados para los trabajadores e inversores de nuestro país, permite atraer inversión internacional y mejorar la competitividad del país, evidentemente con medidas desde el Gobierno que permitan adaptar nuestro modelo económico a las exigencias de dicha competitividad, que no son distintas de las de modernizar el país. Igualmente, tampoco estoy de acuerdo con la creación de una banca pública, la banca es un negocio cuyos beneficios se obtienen de la diferencia entre los ingresos por activos y el coste de mantener un pasivo que permita disponer de unos activos de la máxima calidad. En definitiva, por simplificar el modelo la diferencia entre lo que el banco cobra por la concesión de préstamos y lo que abona en los depósitos bancarios. Por lo que sólo en el mercado bancario en competencia perfecta es posible sostener el negocio de la banca, una banca pública incrementaría el déficit fiscal; otra cuestión son programas estratégicos de concesión de créditos a colectivos específicos.
Pero en general, avalo y alabo como militante socialista tanto a Pedro Sánchez, a su Ejecutiva, felicitando especialmente tanto a Mónica Silvana, diputada en la Asamblea de Madrid, y aunque de origen argentino, alcalaína de hecho y de derecho, y comprometida con el socialismo y con los más desfavorecidos, y por supuesto a Magdalena. Magdalena Valerio extremeña, aunque alcarreña de adopción, una mujer fuerte, valiente, competente, y conocedora del sistema de pensiones español, y que con su secretaría de pensiones y Pacto de Toledo, ayudará al debate y a generar alternativas viables al aseguramiento de las pensiones desde un sistema de reparto, como el actual, con la garantía del mantenimiento del poder adquisitivo.
Y avalo igualmente el nuevo proyecto socialista, y desde la discrepancia interna, que como digo manifiesto hacia algunas cuestiones, defenderé la posición oficial del Partido, siendo leal al proyecto del PSOE, el PSOE de siempre, nuestro PSOE que gobernó desde 1982 hasta 1996, y posteriormente desde 2004 hasta 2011, y que volverá con Pedro Sánchez a La Moncloa, para seguir profundizando en el derecho de los españoles. Hagamos izquierda y cambio. Creo sinceramente que el PSOE está listo y gobernará España más pronto que tarde.
Os dejo con el video de la Internacional Socialista y con una parodia de nuestro gran orador Rajoy. Que las disfrutéis.
VIDEO LA INTERNACIONAL SOCIALISTA
VIDEO RAJOY EN EL CLUB DE LA COMEDIA RAJOYCLUBCOMEDIA2
Igualmente Pedro Sánchez manifestó al sr. Moscovici la necesidad de conseguir reducir el déficit público no sólo reduciendo el gasto público, que es lo que contempla el Programa de Estabilidad enviado por el Gobierno de Rajoy a Bruselas, reducir en tres puntos el gasto social, considerando Pedro Sánchez que al contrario, debe aumentarse el gasto social para afrontar los retos que tiene el Estado del Bienestar, siendo necesario otro tipo de medidas, como disminuir el gasto superfluo y modernizando la política fiscal.
Muchos de vosotros me habéis preguntado mi opinión con respecto al momento político. Todos sabéis que he apoyado a Sánchez desde que por primera vez se presentó a la Secretaría General, lo apoyé tras su dimisión y especialmente en la campaña a las primarias socialistas. Y tengo que decir que dichas primarias han abierto una puerta a la esperanza que era necesaria para muchos hombres y mujeres militantes, simpatizantes y electores socialistas.
Ante un panorama político con un Partido Popular que alberga desde la derecha democrática hasta la extrema derecha, y con un inmovilismo en aspectos sociales y económicos que impiden al país adaptarse a los retos del siglo XXI, creando precariedad laboral, pobreza salarial, exclusión social y extrema desigualdad entre clases sociales, además de estar inmerso en un mar de corrupción a nivel general que debería desalojarlo del Gobierno del país y de las Comunidades Autónomas por higiene democrática y por el daño que están haciendo gobernando contra el Estado de Derecho y los derechos de los ciudadanos con total impunidad, haciendo gala de esta actitud déspota y despreciando al resto de los que no piensen como ellos desde el presidente Rajoy hasta el último de sus concejales.
En este panorama, Ciudadanos y Albert Rivera representan el centro derecha español, con un programa y un ideario liberal progresista, liberal en lo económico y progresista en lo social, es decir defendiendo la libertad del ciudadano a la hora de ejercer sus derechos y cumplir sus deberes, con una intervención de la Administración para asegurar la igualdad en el acceso a estos derechos en todo el territorio español. Ya sabéis que a mí particularmente me gustan algunas de las propuestas económicas de Ciudadanos, y que permiten una mejora de calidad de vida de la clase media y trabajadora, y una regeneración de las instituciones del país. Sería bueno y positivo contar con una fuerza política que desarrolla políticas útiles para los ciudadanos, aunque es cierto que Albert Rivera sabe que compite con el electorado tradicional del PP, y no le interesa un pacto estrecho con el PSOE y ni mucho menos con Unidos Podemos.
En este momento, muchas de las reformas que se están llevando a cabo (Ley urgente de medidas para los trabajadores autónomos, complemento salarial para jóvenes, incremento de los permisos de paternidad) llevan el sello naranja de Ciudadanos, que proporciona a la vez estabilidad y reformas, y que se encuentra cómodo con una oposición al PP mientras impone sus medidas naranjas al Ejecutivo de Rajoy. Le interesa esperar a las elecciones generales y que se prolongue la legislatura para que el electorado visualice la labor de Ciudadanos. Por otra parte, los líderes de Ciudadanos, empezando por el propio Rivera no mantienen la equidistancia entre PP y PSOE, ya que tragan con las medidas del Gobierno del PP aunque expresen su descontento, pero en ningún momento van más allá, mientras que critican al PSOE su posición con respecto a diferentes cuestiones políticas de actualidad, siendo necesario un respeto mayor por las opiniones de los demás, si de verdad quieren ser nueva política.
Y por el otro extremos tenemos a Unidos Podemos, una fuerza populista que prefiere dar paseos en autobús, convocar mociones de censura sin tener mayoría parlamentaria que aseguren su éxito, o manifestaciones en las calles, pero no han presentado ninguna proposición de ley que permita modificar las condiciones de vida de los españoles a través de su representación en el Congreso de los Diputados. Ahora bien, ante el polo de la derecha y el centro derecha representados por PP y Ciudadanos, y que son dos partidos políticos que en la actualidad llegan fácilmente a acuerdos y que en el futuro formarán gobiernos de coalición, el otro gran eje de la izquierda y del centro izquierda lo ocupan Unidos Podemos y Partido Socialista Obrero Español, por lo que si queremos que no ya a corto plazo, que habrá que intentarlo, por dignidad democrática, desalojar al PP del Gobierno, sino a medio plazo conformar un Gobierno tras unas elecciones, ha de ser juntando los diputados de PSOE y Unidos Podemos, lo cual no se trata de plegarse a sus intereses, ni mucho menos, sino desde la independencia de ambas fuerzas y dejando los límites claros.
En esta encrucijada me parece que el PSOE, y Pedro Sánchez, deben orientar su acción política hacia las fuerzas del cambio en nuestro país, Ciudadanos, sin esperar mucho de esa relación, porque no le interesa a Albert Rivera, y genera desconfianza en muchos socialistas (casi tantos como los liberales de nuestro país), pues responden a modelos distintos del papel del capital y la distribución de riqueza entre los ciudadanos; y por otro lado con mucha más probabilidad de éxito, con Unidos Podemos, como aliado natural, y con el que se han de llegar a acuerdos parlamentarios, que permitan vislumbrar si los 85 diputados del PSOE y los 71 de Unidos Podemos (en total 156 diputados, por lo tanto a 20 de la mayoría absoluta) permiten con el apoyo de alguna otra fuerza del arco parlamentario formar una alternativa de Gobierno y desalojar a Rajoy de La Moncloa.
Es cierto que hay cuestiones del proyecto de Pedro Sánchez con las que no estoy de acuerdo, como la abstención ante el Tratado de Libre Comercio de Europa con Canadá, del que creo que no nos podemos quedar al margen, supone nuevos mercados para los trabajadores e inversores de nuestro país, permite atraer inversión internacional y mejorar la competitividad del país, evidentemente con medidas desde el Gobierno que permitan adaptar nuestro modelo económico a las exigencias de dicha competitividad, que no son distintas de las de modernizar el país. Igualmente, tampoco estoy de acuerdo con la creación de una banca pública, la banca es un negocio cuyos beneficios se obtienen de la diferencia entre los ingresos por activos y el coste de mantener un pasivo que permita disponer de unos activos de la máxima calidad. En definitiva, por simplificar el modelo la diferencia entre lo que el banco cobra por la concesión de préstamos y lo que abona en los depósitos bancarios. Por lo que sólo en el mercado bancario en competencia perfecta es posible sostener el negocio de la banca, una banca pública incrementaría el déficit fiscal; otra cuestión son programas estratégicos de concesión de créditos a colectivos específicos.
Pero en general, avalo y alabo como militante socialista tanto a Pedro Sánchez, a su Ejecutiva, felicitando especialmente tanto a Mónica Silvana, diputada en la Asamblea de Madrid, y aunque de origen argentino, alcalaína de hecho y de derecho, y comprometida con el socialismo y con los más desfavorecidos, y por supuesto a Magdalena. Magdalena Valerio extremeña, aunque alcarreña de adopción, una mujer fuerte, valiente, competente, y conocedora del sistema de pensiones español, y que con su secretaría de pensiones y Pacto de Toledo, ayudará al debate y a generar alternativas viables al aseguramiento de las pensiones desde un sistema de reparto, como el actual, con la garantía del mantenimiento del poder adquisitivo.
Y avalo igualmente el nuevo proyecto socialista, y desde la discrepancia interna, que como digo manifiesto hacia algunas cuestiones, defenderé la posición oficial del Partido, siendo leal al proyecto del PSOE, el PSOE de siempre, nuestro PSOE que gobernó desde 1982 hasta 1996, y posteriormente desde 2004 hasta 2011, y que volverá con Pedro Sánchez a La Moncloa, para seguir profundizando en el derecho de los españoles. Hagamos izquierda y cambio. Creo sinceramente que el PSOE está listo y gobernará España más pronto que tarde.
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