Buenos días, permítanme que inicie este parlamento leyéndoles una cita de un prestigioso metafísico español, maestro, compañero y amigo: “Las llamadas crisis o situaciones de enorme complejidad suelen ir acompañadas de la pérdida de coherencia, de consistencia y de resistencia de los discursos,… y continúa diciendo: Un discurso ha de ser un acto de comunicación en el que participar y compartir, no solo una afirmación que concita la adhesión inquebrantable.
Frente a los discursos inquisitivos, dominantes, exaltados y vacíos, precisamos palabras que afronten la situación convocando y sosieguen activando”. Como fácilmente habrán deducido, la cita es de Ángel Gabilondo.
Voy a hablarles y para ello estoy aquí: del PSOE-M; de lo que hoy es Madrid; de lo que no queremos que sea, del Madrid que queremos y cómo lo vamos a hacer para que sea posible.
Cuando hace exactamente 102 días el 13º Congreso del PSOE de Madrid me refrendó como Secretario General, después de haber sido elegido para dicha responsabilidad por sus militantes, adquirí el compromiso de conseguir su unidad y coherencia y, lo que es más importante para los ciudadanos, recuperar para los madrileños el gobierno de su Comunidad y de los Ayuntamientos que aún no gobernamos.
Así como incrementar los apoyos donde ya gobernamos, porque hemos demostrado y estamos demostrando que desde la izquierda se gobierna con eficiencia, con eficiencia y rigor sobretodo para todos los ciudadanos.
En esta tarea, como ustedes entenderán, no sobra nadie, al contrario necesitamos un PSOE unido y contar en ese compromiso con el apoyo de la mayoría de los ciudadanos. Conociendo por ellos sus problemas, construyendo conjuntamente las soluciones y proponiendo un proyecto ilusionante y transformador de cambio de las políticas y las formas de hacer la política. Conseguir de Madrid como el título del relato de Hemingway: “Un lugar limpio y bien iluminado”.
Hacerlo por Madrid ya sería importante. Pero, además, recuperando Madrid para las políticas de progreso abriremos el camino para conseguir la regeneración de España volviendo a la senda de una Democracia Avanzada con un Presidente socialista en la Moncloa.
No es “dar coba” al Secretario General del PSOE, es una cuestión de convicción y necesidad.
España tiene un cuadro clínico preocupante: un peligro de ruptura territorial con heridas que restañar; pérdida progresiva de los derechos sociales, creciendo las desigualdades; ayuna de un proyecto de Estado; perdiendo día a día protagonismo en una Europa que nos necesita y a la que necesitamos, y viviendo una lamentable calidad democrática. Nos urge una regeneración democrática. Madrid es el paradigma de esta imagen gris de España.
Durante más de veinte años hemos sido el laboratorio de experimentación de: la vía española al neoliberalismo y al nacionalismo conservador. A costa del bienestar, en muchos casos, de los madrileños, para ser el modelo de descohesión social para otros lugares de España.
¿Qué es hoy Madrid? Una comunidad con el mayor índice de renta per cápita de España, un índice de paro muy por debajo de la media nacional, menor presión fiscal que el resto de comunidades, y la de peor distribución de la riqueza, el mayor grado de desigualdad social, una tasa de pobreza creciendo y un volumen de deuda en alza consecuencia de la insuficiencia de sistema fiscal que, además, es tremendamente injusto.
Y siendo el epicentro del problema más grave de nuestra democracia: la corrupción. La derecha presenta Madrid por como una suma agregada e inconexa de datos macro, diciendo, falazmente, que es el paraíso de la buena gobernanza, del desarrollo y bienestar. La pregunta que habría que hacerse, y que yo les pido que se hagan: ¿Para quién es el bienestar?
No para los 200.000 parados sin prestación; no para el 20% de la población que sobrevive con contratos temporales; no para ese 36% de asalariados que han de mantener a sus familias con 970 € al mes; no para los 20.000 dependientes sin subsidio; no para las mujeres que son el 60% de los parados de la región y soportan una brecha salarial solo por el hecho de ser mujer. El ejemplo más triste y paradigmático es el que representan las camareras de pisos, que cobran en muchos casos 75 céntimos de euro por dejar una habitación terminada, es decir 2€ por hora.
No para los ciudadanos, que ven cómo se deterioran instalaciones educativas, hospitalarias y judiciales, esenciales para su bienestar; no para los mayores que esperan una residencia geriátrica y una pensión digna; no para los jóvenes excluidos del mercado laboral y deseoso de emanciparse frustrados por el alza del precio de los alquileres; no para las personas con discapacidad sin accesibilidad en muchos servicios públicos como el transporte, y sin posibilidad de ejercitar un derecho fundamental como es el de participación. Aunque gracias a una iniciativa del Grupo Parlamentario Socialista de la Asamblea de Madrid estamos a punto de conseguir el reconocimiento de dicho derecho.
No para ese millón de usuarios que se desesperan cada mañana esperando al cercanías para que les conduzca a su precario trabajo, junto a los universitarios que han visto aumentadas sus tasas y los investigadores arrumbadas sus expectativas. Esperanzas diluidas por la incapacidad para resolver problemas.
La política de las derechas, del Partido Popular y de Ciudadanos, en Madrid, es florero e impostura. Pasan el día diciendo lo que van hacer, presentando planes y estrategias, pero poco preocupados de que en Madrid existan dos sociedades que caminan en direcciones opuestas: una minoría cada vez más rica y una mayoría cada vez más pobre, con un alto riesgo de exclusión social. Deberían explicar cómo en una región rica, el 21,7% de su población está en riesgo de pobreza o exclusión social, alcanzando el 34% si hablamos de los menores de 18 años.
Lo más grave, lo más triste, es que esta Comunidad tiene un alto potencial para poder ser una región referencia a nivel europeo. Por ello, el PSOE está obligado a ponerse a trabajar a favor de ese inmenso caudal innovador y creativo de la sociedad madrileña. Poner en valor este potencial exige aportar propuestas, acciones y recursos comenzando por políticas de equilibrio social.
El PSOE de Madrid, es decir, nosotros, tenemos parte de responsabilidad de tantos años de gobierno de la derecha en la Comunidad de Madrid. No hemos sabido hacer llegar alternativas creíbles, que las tenemos, ilusionando a la mayoría de los madrileños. Pero creo sinceramente que estamos en el punto de inflexión.
No podemos quedarnos en la merecida crítica a las políticas del PP. Debemos aportar soluciones. Ahora toca trabajar para construir un proyecto político que sintonice con las necesidades de la mayoría, con los que comparten nuestro proyecto progresista. Y en este sentido abrimos las puertas a todas las personas progresistas que quieran sumar sus fuerzas a las nuestras.
Mayoría que hoy demanda una gestión eficaz y limpia de lo público. Recordemos: lo público no es de ningún gobernante, es de los ciudadanos, de todas las personas. Para los socialistas, nuestra labor exclusiva tiene un recorrido único: la obligación de recuperar Madrid para los ciudadanos y para su futuro, como un espacio cultural, social y cívico para los madrileños, no para gestores que creen reinventarse y siguen repartiendo los beneficios, en muchas ocasiones, con sus amigos.
Queremos dejar atrás la imagen de corrupción en Madrid. No basta, como algunos hacen, con declaraciones de intolerancia. La corrupción se combate con mayor calidad democrática, con otra forma de hacer y aplicar la política.
Este año conmemoramos los socialistas, los madrileños y los españoles, el centenario de Enrique Tierno. Tierno entendía la política como defensa del interés general, conectando con los intereses y anhelos de la ciudadanía. Una forma de hacer política en la que la gente sí se siente representada y esa estela vamos a seguir.
Volver a ser lo que fuimos, lo que debemos ser: un territorio de pluralidad, entendimiento, convivencia cívica y bienestar. Este será el primero de los ejes de nuestra propuesta política: Crecer en calidad democrática. Recuperar el orgullo colectivo de vivir en Madrid.
Una democracia de calidad se consigue con:
- Instituciones basadas en la integridad, con códigos éticos de conducta, con una regulación estricta de los conflictos de interés, con medición periódica del clima ético y trasladándolo a la sociedad.
- Necesitamos una normativa de transparencia, que a los ciudadanos les valga no solo para conocer y controlar, sino, para participar en la actividad política, exigiendo rendición de cuentas a los gobernantes. Vivimos nuevos tiempos donde además de estar a la vista de los ciudadanos hay que contar de forma efectiva con su opinión.
- Donde los grupos de intereses y los lobbies estén regulados y controlados. Alcanzando un Acuerdo Anticorrupción de todas las fuerzas políticas poniendo fin la situación vivida. Protegiendo a los denunciantes de la corrupción como ciudadanos modélicos. No con palabras, con leyes y controles.
El segundo eje es hacer de Madrid un territorio de crecimiento económico sostenible y trabajo digno, propiciando la generalización de empleo de calidad en sus condiciones económicas y laborales. Un crecimiento sostenible en lo económico y en lo ambiental, protagonizado por ciudadanos no crispados respetuosos y orgullosos de su entorno y de sus conciudadanos, que no vivan con el permanente miedo de caer en la carencia y la pobreza con lo que vitalmente supone.
- Haciendo que el impacto tecnológico y las nuevas configuraciones del empleo no expulsen a los más débiles, propiciando mayor solidaridad laboral a través de la formación y la cobertura social, en un diálogo y compromiso permanente entre sindicatos y empresarios, pues todos seremos beneficiarios de ello.
- La revolución tecnologica tiene que servir para vivir mejor no para temer el rápido avance. Hay que hacer una apuesta por una reindustrialización 4.0 integradora y por la adaptación del pequeño comercio para que sea competitivo.
El tercer eje es conseguir un territorio pleno en equidad, con una igualdad efectiva de género, edad, raza, condición sexual, sin discriminaciones y generando oportunidades para que no solo sea igualdad jurídica, sino que todos sus ciudadanos se sientan efectivamente libres e iguales. Erradicando la violencia machista, generando una actuación preventiva de protección efectiva de las mujeres y niños en posible situación de riesgo, en ello no se pueden escatimar ni recursos económicos ni humanos. Mejorar la autonomía económica de las mujeres como estrategia para terminar con la violencia que sobre ellas se ejerce. Es necesario y posible.
Cuarto Eje: hay una cuestión esencial que suele colarse de rondón y que tiene que ver con el enriquecimiento de la convivencia, de la capacidad económica, del empleo, del atractivo turístico de Madrid y sobre todo del enriquecimiento del valor humano. Me refiero a la cultura.
Madrid carece de un planteamiento cultural propio que le identifique hacia el exterior desde hace más de dos décadas. Durante años carecimos incluso de una Consejería de Cultura. No es una cuestión inocente. Tiene un pleno sentido ideológico, y a mi juicio, se refleja cada año en un mísero presupuesto inferior al 1%. La cultura es un patrimonio común, colectivo, potenciador y dinamizador de la sociedad.
Queremos propiciar que los madrileños accedan a la Cultura en igualdad de condiciones, independientemente del poder adquisitivo y que sus profesionales alcancen unas condiciones laborales dignas y estables de trabajo. Apoyaremos el pleno desarrollo del Estatuto del Artista. El mundo de la cultura ya no es esa imagen bohemia, decadente y anarcoide que la derecha siempre quiere vender. Es una potente industria generadora de riqueza y puestos de trabajo basada en la libre creatividad humana. Tenemos en la cultura un motor de desarrollo. No cabe por ello políticas de circunstancias.
Las impresionantes infraestructuras culturales que tenemos precisan de una política ambiciosa, haciendo de Madrid un referente cultural no solo para España, sino también para el Mundo, y que sus beneficios redunden en los madrileños.
Vivimos en una zona privilegiada de España pero no lo sentimos así, por ello nuestra quinta prioridad es sencilla de formular: construir en Madrid una Sociedad Sostenible en un territorio sostenible. Para ello hay que disminuir y corregir los efectos del cambio climático, que la movilidad pública sea la base sobre la que se construya un nuevo concepto de desplazamiento territorial, con un urbanismo al servicio de la ciudadanía y no de la especulación, gestionando nuestros recursos naturales solidaria y responsablemente.
Con el cultural, el patrimonio natural es el que compartimos por igual todos los ciudadanos. Madrid puede ofrecer a sus habitantes, visitantes y empresas una mayor calidad ambiental, para ser más atractivos y saludables.
Potenciar el Empleo Verde, fomentando la fiscalidad diferencial e incentivos a empresas. Reorientar el Desarrollo Sostenible de los espacios rurales. Una nueva Estrategia Eco-territorial revisando las infraestructuras planificadas y planteando sistemas de regeneración urbana, recuperación de espacios urbanos infrautilizados como espacios públicos.
En términos urbanísticos, nos encontramos en una encrucijada: la burbuja inmobiliaria estalló trayendo una larga crisis, y se retoma la actividad urbanística de manera similar. La burbuja y la crisis, contribuyeron a procesos especulativos y a la corrupción financiero-política. Ahora, hay que cambiar el paradigma, es decir, cambiar la consideración mercantil del urbanismo por su función social. Una ciudad habitable con una calidad de vida digna.
Nuestra Comunidad tiene un impresionante capital humano que constituye una verdadera inteligencia colectiva. Ello le podría y debería permitir ser un “Territorio del Conocimiento” homologable a otros similares en Europa y en el Mundo. Es la sede de 7 universidades públicas, que reúnen a más de 200.000 estudiantes y de 10.000 profesores. Junto con las universidades privadas, se alcanza hasta los 250.000 estudiantes.
Las universidades son un poderoso motor del desarrollo de las sociedades avanzadas. Los países que invierten mucho en I+D no lo hacen porque sean los más ricos, sino que son los más ricos precisamente porque han invertido mucho y de manera continuada en I+D. Madrid apenas dedica el 1,66% del PIB a gasto en I+D.
Si se hubieran destinado mayor atención y más recursos cuidando a sus universidades y prestando más atención a las políticas de investigación, podríamos haber crecido mucho más y ofrecido mejor empleo. Las bruscas subidas de tasas en un 65% en 2012 sin haber bajado significativamente desde entonces, ha sido un factor de desactivación muy importante. Estamos obligados a poner en marcha la recuperación de plantillas, que han sufrido un gran deterioro. Los investigadores jóvenes no tienen cabida por la congelación de plazas universitarias, y muchos han tenido que emigrar. Nuestro propósito es establecer un Plan Regional de Investigación bien financiado.
El Conocimiento es un vivero ejemplar para crecer humanamente y estimula una mayor calidad formativa en sus diferentes niveles. Ello dará lugar a poder explotar la capacidad de innovación tecnológica y científica, el emprendimiento económico de los talentos jóvenes que Madrid tiene en su seno, fomentando que los talentos que se marcharon encuentren condiciones y apoyo para volver, haciendo la industria atractivo y posible su regreso.
Esto requiere un impulso al sistema de enseñanza desde los niveles más bajos y sin dejar a nadie fuera. Esto significa también apostar por la educación inclusiva, consiguiendo que el alumnado con necesidades educativas especiales llegue a las aulas ordinarias y se quede en ellas.
No quiero olvidar que en Madrid existe un potente tercer sector que ha venido estando mal tratado sin ser conscientes de su aporte a la cohesión social y al desarrollo de todas las políticas públicas que hacen efectivos los derechos sociales. Son parte de las políticas educativas, asistenciales, sanitarias. Ignorarlas es un lujo que no se puede permitir.
Un vector importante de nuestras preocupaciones es la salud. Necesitamos que el sistema público sanitario funcione como un reloj de precisión. Todo lo contrario a lo que ocurre ahora.
La Sanidad no puede verse discriminada por razones económicas, es parte del potencial de nuestro sistema de convivencia: de los mayores, de los niños, de los jóvenes y de los que no somos ni una cosa ni otra. La Sanidad es quizá la responsabilidad principal de la Comunidad Autónoma de Madrid, importa a cada uno de los 6.5 millones de madrileños en lo más vital; cuando la salud se pierde o está amenazada, todo lo demás pasa a segundo plano, tanto en la esfera personal, como en la vida colectiva.
Cada día más de 150 mil madrileños entran en contacto con la sanidad pública en centros de salud, urgencias y hospitales. Afortunadamente, la inmensa mayoría por procesos leves. Pero otros no. Es el área que consume más recursos, más del 40% del presupuesto no financiero, con alto valor añadido económico y en personal cualificado y en conocimientos. Los gobiernos del PP han dado bandazos políticos nada menores, la sanidad no es su prioridad. Desde el fracaso de la gran privatización planeada por Ignacio González, hasta la desordenada adopción de medidas sin hilo conductor alguno de los actuales gobiernos. Han conseguido su objetivo, que el 30% de los madrileños tengan suscritas pólizas privadas de seguro médico. Han provocado desconfianza de lo público.
Los socialistas queremos para la sanidad de Madrid que la experiencia de los pacientes y sus familias sea positiva y satisfactoria. Buena gestión pública, calidad y eficiencia con transparencia, ética de servicio público. Buscamos, la protección y promoción de la salud pública, con especial atención a la lucha contra las desigualdades sociales en salud. Dos ejemplos de la sanidad que queremos son el Plan Bucodental Infantil o la Ley de Buen Gobierno y Profesionalización de la Gestión de los Centros y Organizaciones Sanitarias del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS), recientemente aprobada por iniciativa de los socialistas madrileños. Desde la oposicion se puede hacer cosas y nosotros hacemos todo en beneficio de los madrileños.
Otro eje del bienestar de los madrileños es la justicia, que la administración de la misma funcione. Solo una justicia rápida y de calidad permite garantizar los derechos cívicos. Si queremos que la Justicia en Madrid sea eficaz, hay que intensificar las relaciones de la Administración de la Comunidad Autónoma con el Ministerio y el Consejo General del Poder Judicial. Hay que abordar las cuestiones pendientes que demanda una justicia moderna con presupuestos adecuados y suficientes.
La implantación de la nueva oficina judicial, el expediente electrónico y sistemas de gestión procesal adelantados e innovadores; el progreso en la unificación de sistemas que permitan la comunicación electrónica, la modernización de las tecnologías e infraestructuras judiciales avanzando hacia la concentración de sedes. Crear un Instituto de Medicina Legal, la única CCAA que no lo tiene. Potenciar el turno de oficio prestado por abogados y procuradores con recursos suficientes que mejoren la calidad y atención del servicio público de la justicia, sin olvidar los servicios de orientación jurídica.
En definitiva, la justicia madrileña requiere esfuerzos y trabajo para su modernización, innovación y transformación. No estoy hablando de utopías. Madrid tiene capacidad y potencial suficiente no para mirar al futuro, sino para caminar rápido hacia él. Haciendo uso de la profesionalidad de sus empleados públicos, y disponiendo de gobiernos eficaces, limpios y honestos. Que tenga en sus Administraciones y organismos públicos verdaderas herramientas al servicio del bienestar colectivo, la igualdad y el desarrollo común.
Una Administración que rinda cuentas y asuma responsabilidades ante las personas. Una Administración participativa que responda a las necesidades de los ciudadanos; que sea eficiente y eficaz en la gestión de lo público; bien organizada, que evite despilfarros y disfunciones tanto de estructura como de medios humanos; sobria, rigurosa y honesta; que sitúe al funcionario público en el papel relevante que le corresponde, que le defienda como pieza relevante de la independencia y neutralidad de actuación de la Administración Pública; que les devuelva la dignidad: recuperando su capacidad retributiva perdida por mor de los recortes de los últimos años; que reconozca su capacidad de negociación colectiva; estableciendo procesos de selección y movilidad objetivos y transparentes.
Las políticas conservadoras y ultraliberales de la derecha han logrado mermar una cohesión social conseguida con mucho esfuerzo. Su objetivo ha sido construir un modelo social escindido entre los que tienen más y quieren más y aquellos a los que se les hurtan posibilidades, que cada vez tienen menos y solo aspiran a tener lo justo. En consecuencia, los socialistas estamos obligados a reaccionar, a combatir por recuperar sus derechos con ilusión y tesón. La vida no puede ser una resignación a lo que es sino lo que desde la política queremos que sea, en un compromiso e interlocución constante con los ciudadanos.
El enloquecido órdago lanzado por un grupo de políticos secesionistas en Cataluña ha avivado serios problemas en la política española. Todos tenemos que contribuir a encontrar lo antes posible de nuevo la senda buena. Sin entrar en el origen histórico-constitucional de las comunidades autónomas, estas han sido desde siempre en el proyecto socialista un instrumento clave para realizar el principio de subsidiariedad, acercando los centros de decisión a los problemas de la sociedad y las soluciones a aquellos que las demandan: los ciudadanos.
Por ello, las CCAA y Madrid, han de tener como responsabilidad fundamental la gestión de los grandes servicios públicos: Educación, Sanidad, Servicios Sociales, Medio Ambiente, Transportes, Cultura, Justicia y Políticas de Empleo.
Nuestro proyecto no pasa por ser un mini-estado enfrascado en estériles luchas de identidad que no tenemos. Aspiramos a liderar un gobierno regional de progreso, responsable y modelo de gestión de los servicios públicos, todos ellos complejos y con múltiples retos de futuro. Servicios que para dar respuesta a las necesidades de los ciudadanos, tienen que estar suficientemente dotados presupuestariamente.
Para ello es preciso tener ya un sistema de financiación autonómica y local acorde con nuestras necesidades, de manera solidaria con el resto de España, pero que nos permita ejercer nuestras competencias con eficiencia, calidad, transparencia, buen gobierno, etc. Reformando sin duda nuestra fiscalidad para ponerla al servicio del bienestar colectivo, así debe ser y así haremos los socialistas.
Como vengo diciendo, nos preocupan los derechos sociales, entendidos estos en el sentido más amplio, y para muestra un significativo botón. En junio de 2016 el Grupo Parlamentario Socialista en la Asamblea de Madrid presentó una enmienda a la totalidad a la Reforma del Estatuto de Autonomía para la Comunidad de Madrid que presentaba el Grupo Popular. En su artículo séptimo (7º) proponemos casi un abecedario completo (de la A a la U) de Derechos Sociales que aunque jurídicamente solo pueda constituir principios informadores y orientadores para el legislador autonómico, para los socialistas es un carta de compromiso con los ciudadanos, un Contrato Programa de lo que queremos para los madrileños y en el que centramos nuestro trabajo.
Como ojal del botón de muestra, en el párrafo j nos comprometemos a establecer el derecho a una renta básica, lo que mi partido llama “ingreso mínimo vital”, que garantice unas condiciones de vida digna y el derecho a recibirla, en caso de necesidad, de los poderes públicos con arreglo a lo dispuesto en la ley. Tema que no les debe resultar extraño, hasta el Foro de Davos lo viene discutiendo desde hace años.
Como ven, los meses de trabajo que tenemos por delante van a ser muy duros, pero contamos con un partido volcado en el objetivo de recuperar Madrid para los madrileños y, como dice el párrafo que les leí al principio de Ángel Gabilondo, sabemos que precisamos palabras que afronten la situación convocando, y que sosieguen activando. Encontraremos las palabras, seremos capaces que los madrileños nos escuchen y caminen con nosotros.
Parafraseando a Góngora, a los socialistas de Madrid nos van a encontrar amarrados al duro banco, situado en la plaza pública hablando con los madrileños y, ambas manos en el remo y ambos ojos en la tierra. Muchas Gracias.
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