DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA, A LA MINISTRA DE EMPLEO Y SEGURIDAD
SOCIAL SOBRE LAS MEDIDAS QUE PIENSA ADOPTAR EL GOBIERNO PARA ASEGURAR UNAS
CONDICIONES DE TRABAJO DIGNAS Y DE CALIDAD EN LA ECONOMÍA DIGITAL. (Número de
expediente 172/000105).
El señor VICEPRESIDENTE (Prendes Prendes): Pasamos al siguiente punto del orden del día: Interpelación urgente del Grupo Parlamentario Socialista a la ministra de Empleo y Seguridad Social sobre las medidas que piensa adoptar el Gobierno para asegurar unas condiciones de trabajo dignas y de calidad en la economía digital. Para su defensa, tiene la palabra la señora Peña Camarero.
La señora PEÑA CAMARERO: Muchas gracias. Señoría, señora ministra, hoy, desde el Grupo Parlamentario Socialista, queremos avanzar sobre el futuro del empleo, porque la globalización, la digitalización y la inteligencia artificial están cambiando el mercado laboral que conocíamos; cambios que inciden en el modelo productivo pero también en las relaciones laborales.
Esto nos exige como país una apuesta decidida para aprovechar la nueva realidad, aprovechar los cambios para construir un mercado laboral inclusivo con políticas públicas que aseguren que nadie se quede fuera de este modelo productivo; aprovechar estos cambios también para corregir las disfunciones de la reforma laboral de este Gobierno, que ha demostrado en estos seis años que no han servido para que los ciudadanos españoles tengan un salario suficiente y una expectativa de vida razonable.
Aquí radica la responsabilidad que deberían estar ejerciendo ya desde el Gobierno, porque estos desafíos suponen también cambios sociales que han de traer de la mano políticas públicas que garanticen la equidad social, pero en este momento de cambio este Gobierno llega con la tarea sin hacer, sin haberse preparado la lección y siento decirle, señora ministra, que en el mundo de hoy este país no se puede permitir repetir.
No podemos permitirnos repetir lo sucedido en las anteriores revoluciones del trabajo, quedarnos fuera, al margen, y rezagados. ¿Estamos preparados para la nueva era digital? La realidad más que los datos, señora ministra, nos dicen que no. Siempre vamos por detrás en todos los movimientos, en todas las revoluciones. Este Gobierno, además, ha conseguido un récord: estar por debajo en todos los indicadores europeos.
Por debajo en la media de conectividad, en capital humano formado en digitalización, en el uso de Internet y en competencias digitales. Visto que no estamos preparados, este Gobierno debería al menos compartir lo que los socialistas proponemos, que no es otra cosa que aprovechar los beneficios y evitar los riesgos, pero sobre todo enfrentarse a las consecuencias de este modo diferente de afrontar las relaciones laborales.
Respecto a las consecuencias, las últimas sentencias hablan de precariedad en las nuevas relaciones laborales y es que hay que aclarar una cosa; la precariedad no la ha inventado la economía digital, la mal llamada economía colaborativa, porque hay dos actores que no son nuevos; son, muy a pesar de los trabajadores y trabajadoras de este país, el eje central de la política laboral de este Gobierno y han sido los compañeros de viaje de la señora ministra durante los últimos seis años: precariedad y falsos autónomos.
Por lo que se refiere a la precariedad, no es nuevo que en estos seis años se le ha dado bien a este Gobierno precarizar el trabajo. Los trabajadores de call centers, las «kellys», los mensajeros y los empleados de las tareas del hogar saben bien qué es la devaluación salarial, la temporalidad, la parcialidad y las horas extra ilegales. Sí, esas 8,8 millones de horas extra ilegales semanales que se hicieron el año pasado, señora ministra.
Con la supresión de esas horas ilegales se hubieran creado 235 000 empleos a tiempo completo. Con este fraude a la Seguridad Social se han dejado de ingresar cerca de 2000 millones de euros. Y el segundo acompañante, los falsos autónomos, el mayor fraude perpetrado por un Gobierno a sus ciudadanos, su obsesión con el emprendimiento o mejor llamado empobrecimiento; sí personas que prestan su relación laboral total en una empresa y a las que se les obliga a darse de alta en el RETA; no se les aplica ni el estatuto ni el convenio, no tienen derecho ni a vacaciones ni a permisos y, en caso de cese, no tendrán derecho a desempleo, pero sí se ven obligados a pagar una cuota de autónomos en la Seguridad Social, el IVA y el IAE.
Este descontrol generalizado por su reforma laboral no empieza con la economía digital. Este nuevo modelo no es causante de la precariedad. La subcontratación progresiva para disminuir costes y derechos laborales, la flexibilización de las condiciones contractuales es una constante, y desde 2012 esto nos viene de serie. Por ejemplo, sectores como la construcción, la sanidad privada, el sector de la limpieza de edificios o los medios de comunicación realizan su actividad con trabajadores autónomos o Trade, cuando son en realidad trabajadores.
Es más, podríamos señalar casos donde el empresario despidió a sus trabajadores para contratarlos como autónomos a través de un contrato mercantil, obligándoles a darse de alta como autónomos. Asistimos al uso del cooperativismo también como instrumento para abaratar costes y sustituir empleo estable por empleo autónomo y precario.
Todos conocemos ejemplos en el sector cárnico, en el que las empresas, una vez que agotaron las posibilidades de contratación temporal o vía ETT, ofrecieron a estos trabajadores la única alternativa de darse de alta como cooperativistas en el RETA trabajando en el mismo puesto, con las mismas condiciones, pero sin ningún derecho y cobrando hasta 300 euros menos.
Y ahora lo último, las plataformas digitales con repartidores con un contrato de Trade. Tras la actuación de la Inspección de Trabajo se ha puesto de manifiesto lo que ya se venía denunciando, y es que esos riders son, en realidad, trabajadores por cuenta ajena sin ninguna capacidad para negociar sus condiciones laborales; trabajadores sin derechos, trabajadores sin protección.
La llegada de las plataformas digitales ha sido la gota que ha colmado el vaso; la gota que ha colmado el vaso de la explotación y el incremento exponencial del uso del RETA y de la figura del Trade para que los trabajadores, sobre todo jóvenes, como única alternativa a la falta de empleo y alentados por la tarifa plana se busquen ahí la vida; trabajadores que aportando una bici o una moto se dan de alta en el RETA con la única idea de subsistir, dándose de baja, en muchos casos, cuando se termina la rebaja en la tarifa y no pueden afrontar el pago.
Esto, además de perjudicar a los trabajadores, crea dificultades también a los autónomos que realizan con normalidad su actividad mercantil y empresarial y que ven cómo, en muchos casos, lo que se crea es una competencia desleal. Esto no lo dice solo el Partido Socialista, lo dicen también las asociaciones de autónomos y lo ejemplifican claramente con la alta rotación de autónomos en la Seguridad Social, lo que refleja que no son emprendedores con un negocio sino personas que entran y salen del sistema por otros motivos.
El número de altas en el régimen especial de trabajadores autónomos, hasta noviembre de 2017, se quedó en torno a los 635 000, mientras que las bajas en la actividad se situaron en las 620 000. Señora ministra, haga usted la cuenta y verá que alguna disfunción hay. Esto supone también perjuicio para la Seguridad Social, ya que la mayor parte de estas altas están recogidas y acogidas a tarifas planas, por lo que la recaudación que consigue la Seguridad Social y el Estado es muy baja. De hecho, el coste de estas tarifas planas supone más de 1500 millones de euros anuales, lo que contribuye a aumentar el enorme déficit del sistema.
Porque, señora ministra, recuerde que los freelance, por desgracia, no cotizan cada mes, pero los pensionistas sí que tienen derecho a cobrar su pensión cada mes. Todas las plataformas puede ser una vía de crecimiento económico, pero no podemos consentir que se conviertan en un nuevo nicho de precariedad laboral. Visto lo visto, y la verdad es que hemos visto poco, por no decir nada, señora ministra, ¿nos puede explicar qué pretende hacer este Gobierno para asegurar unas condiciones de vida dignas y de calidad en economía digital?
¿Tiene en sus planes adoptar decisiones que ayuden a distribuir justamente las ganancias extra de la productividad que llega por vía tecnológica? ¿Tiene en sus planes apostar por políticas activas de empleo más efectivas en la formación, la digitalización y la orientación o la ayuda a la incorporación al trabajo? Tras seis años de recorte en formación y tras haber echado a la calle a centenares de orientadores laborales, ¿usted es consciente de que la formación es la piedra angular de la economía venidera? ¿Tiene en sus planes establecer políticas pasivas que protejan debidamente al trabajador del riesgo del desempleo?
Parece que no, y es que este Gobierno debería liderar —y no lo hace— estas bases de la economía digital; además, se lo hemos pedido todos los grupos este Parlamento en la Comisión de Empleo. Lo que sí puedo hacer es adelantarle la posición socialista, la que habla de derogar su reforma laboral, de crear un nuevo Estatuto de los Trabajadores, la que cree necesaria una reflexión sobre cómo modificar las claves del mercado de trabajo con el objeto único de mejorar la calidad del empleo que se produce, con la audacia de poner los desafíos encima de la mesa pero siempre, siempre, con la vista puesta en la calidad del empleo. Así que, señora ministra, tiene tarea y ya ha suspendido los parciales en el trampantojo de su política de emprendimiento. Muchas gracias. (Aplausos).
El señor VICEPRESIDENTE (Prendes Prendes): Gracias, señora Peña. En nombre del Gobierno, tiene la palabra la señora ministra de Empleo y Seguridad Social.
La señora MINISTRA DE EMPLEO Y SEGURIDAD SOCIAL (Báñez García): Muchas gracias, señor presidente. Señoría, agradezco que traiga a debate esta mañana a la Cámara la repercusión que la digitalización va a tener sobre el ámbito laboral y el presente y el futuro de nuestro país. Es un proceso que no se puede tratar de manera aislada sino sobre el que tenemos que reflexionar y dar una respuesta conjunta.
El análisis tiene que ser integral porque ese cambio no viene solo, esa revolución 4.0 de transformación digital cambia los procesos productivos y además a gran velocidad, va a cambiar la gestión empresarial y también, por supuesto, las relaciones laborales. Habrá tareas más repetitivas que terminen haciendo las máquinas, pero también, en paralelo —y lo tenemos que poner en valor—, van a surgir nuevas profesiones, algunas de las cuales ya están en marcha, como los analistas de big data, los expertos en ciberseguridad, los desarrolladores de aplicaciones móviles o los arquitectos informáticos.
Algunas de esas profesiones hace diez años no existían y, según algunos informes europeos que tenemos, ocho de cada diez jóvenes dentro de veinte o treinta años trabajarán en empleos digitales que hoy no conocemos o no existen. Por tanto, tenemos que adaptarnos desde ya a esa realidad. Es más, la Unión Europea reconoce que hay 900 000 vacantes en este momento en todos los países de la Unión que no se cubren por su alta capacitación técnica.
En nuestro país hay empresas donde el 24 % de las vacantes tarda en cubrirse más de lo necesario precisamente por la alta cualificación técnica requerida. Ese fenómeno de la digitalización, que es una realidad hoy en nuestro país, acompañado de otro también muy profundo que también está actuando en todo el mundo, como el proceso de interconexión y globalización, hacen que las nuevas realidades de la gestión empresarial y el mundo laboral estén cambiando rápidamente.
Y esto tenemos que verlo no como una incertidumbre, sino como una gran oportunidad. Primero, porque la globalización está permitiendo que muchos países del mundo salgan de la pobreza; es más, el mundo cumplió la meta del primer Objetivo del Desarrollo del Milenio de Naciones Unidas a mitad de 2015, pese a que el horizonte temporal era posterior.
Eso no quiere decir que no nos quede tarea por delante, queda mucha y con grandes desafíos. ¿Por qué? Porque esta nueva realidad está produciendo tensiones, tensiones en el tejido productivo, con la competencia creciente de manufacturas y servicios procedentes de diferentes partes del mundo, pero tensiones también —y usted ha hecho referencia a ello— en los marcos regulatorios nacionales, porque la legislación se tiene que adaptar a esas nuevas realidades laborales. La primera reflexión que quiero hacer es que cualquier revolución industrial ha venido acompañada a lo largo de nuestra historia reciente de un patrón de mejora de las oportunidades y de las condiciones laborales en el mundo.
Hace falta que nos preparemos para esos nuevos desafíos, estar atentos y modificar también las normas, si fuera necesario. Pero quiero decir esta mañana que, lejos de preocuparnos en exceso o verlo como una gran incertidumbre, debemos mandar a la sociedad un mensaje de confianza de que juntos podemos afrontar este nuevo reto que tenemos en el presente y dar esa batalla, la de la digitalización, porque, en España, ni vamos a perder ninguna oportunidad de emprendimiento ni vamos a dejar que se menoscaben los derechos de los trabajadores por esa nueva realidad que es la economía digital.
Por tanto, aquí pido que seamos capaces de sumar lo mejor de nosotros mismos. Nosotros estamos trabajando intensamente en el diálogo social con los interlocutores sociales y también con las comunidades autónomas para dar respuesta a este enorme desafío, que no es español, es europeo y es también, si quieren ustedes, mundial. La Agenda Digital para Europa —me lo han oído en alguna ocasión ya en esta Cámara— dice con claridad: por cada dos nuevos empleos que perdamos en la economía real se crearán cinco en la economía digital.
Esa es la gran oportunidad para España. En esa tarea estamos trabajando desde España y también con Europa. Algunas cosas van bien en nuestro país, pese a que usted lance soflamas de demagogia en su intervención. España lidera hoy, le guste o no, gracias al esfuerzo de la sociedad española y de la reforma laboral del Gobierno del Partido Popular, la creación de empleo en Europa. ¿Quién lo diría en el año 2011? Un 3,7 % más, por ejemplo, que Alemania, que es el segundo que más empleo crea, y hasta cinco veces más que un país tan importante y vecino como Francia o incluso como Italia.
Hemos conseguido el año 2017 que en nuestro país se creen más de 611 000 empleos, 1700 empleos diarios, lo que nos anima a seguir teniendo confianza en un país que crece, que crea oportunidades y cada día mejores oportunidades, aunque nos quede mucho por hacer. La economía en nuestro país, la recuperación, es integradora. Se está creando empleo en todos los colectivos, en todas las comunidades autónomas y en todos los sectores económicos y, por supuesto, también en la economía digital. La economía digital está creciendo de manera fuerte en nuestro país. Es más, es uno de los sectores que más empleo ha creado.
Desde la recuperación, la subida es superior al 19 %. Hoy hay más personas trabajando en el sector TIC en España que nunca en nuestra historia económica y hemos sabido también convertir eso en un potencial, porque el empleo que se crea en las TIC es en su mayoría de gran calidad. ¿Cuál es el desafío que tenemos por delante? Estar preparados, capacitados, con nuevas habilidades, para dar respuesta a ese nuevo desafío digital en España.
Hemos trabajado en el diálogo social yendo por delante y en el año 2017 pusimos en marcha un plan de formación en competencias digitales, como nunca en nuestra historia, de 60 millones de euros para este año 2018, de acuerdo con las comunidades autónomas, para que no perdamos durante este año ninguna oportunidad en la economía digital por alta competencia o alto nivel tecnológico.
Por tanto, España no va por detrás, España está en la delantera, a la cabeza de la respuesta a la economía digital en toda Europa. Me habla usted de baja calidad en el empleo. Señoría, en 2017, por cada empleo temporal, según la EPA, se crearon dos empleos indefinidos. Llevamos cuarenta y ocho meses consecutivos creando empleo indefinido, como nunca en nuestra historia económica. Hoy, la base del empleo es el empleo indefinido. Tres de cada cuatro personas que trabajan tienen un contrato indefinido y en el mundo digital la tasa de empleo indefinido supera en 14 puntos la media nacional.
¿Queda tarea por hacer? Sin duda ninguna, señoría, entre otras cosas, porque hay 3,5 millones de personas que están en el paro y que tenemos que activar conjuntamente y cuanto antes. Pero no hable de la economía digital como una economía que no da oportunidades y que quita derechos, porque no es verdad. Da oportunidades con intensidad y además da empleo estable. Lo que tenemos que hacer es evitar el fraude del que tuerce la norma o actúa de manera ilegal.
Por eso, en el año 2012, recién llegados al Gobierno, pusimos en marcha un plan de lucha contra el fraude que ha dado excelentes resultados: 500 000 empleos irregulares que han aflorado, 6700 empresas ficticias que ahora están dadas de baja porque defraudaban a la Seguridad Social y conversión de 345 000 contratos mal inscritos como temporales en indefinidos, que eran lo que eran.
Y todo eso tiene un impacto económico para las arcas públicas de más de 20 400 millones de euros. Ahí están los datos, y la inspección trabaja con independencia y profesionalidad; y también lo hace por indicación, por cierto, del Parlamento Europeo en su resolución de junio de 2017, de manera particular en la economía colaborativa, a la que usted se ha referido.
Por eso hemos hecho nuestro trabajo desde la Inspección de Trabajo y Seguridad Social y los inspectores y subinspectores han hecho su trabajo. Después de hacer las visitas correspondientes ante denuncias que han aparecido en el buzón del fraude de la Seguridad Social o denuncias de sindicatos o de trabajadores, se ha solicitado a la Tesorería General que dieran de alta en el régimen general a cerca de setecientos trabajadores que estaban falsamente inscritos como trabajadores autónomos. Por tanto, el fraude se persigue en cualquier sector y cualquier día de la semana.
Estamos trabajando sobre estas cuestiones, entre ellas la economía colaborativa, con los interlocutores sociales para hacer un análisis sereno y real para que no se pierda —insisto— ninguna oportunidad de emprendimiento pero que eso no suponga, en ningún caso, ningún menoscabo de los derechos de los trabajadores en el ámbito del diálogo social y también en el ámbito europeo.
En el nuevo pilar social de derechos hay expresamente recogido por todos los países nuestra preocupación por la adecuación de esos trabajadores atípicos que ni son claramente régimen general común ni son, efectivamente, trabajadores autónomos. Y estamos trabajando en Europa para darle una respuesta conjunta.
La economía digital y los nuevos empleos del futuro nos preocupan. Hace un año, interlocutores sociales y expertos trabajamos con la OIT sobre los nuevos empleos que queremos para el futuro, con mayor calidad. Ahora mismo vamos a poner en marcha un grupo de trabajo, derivado de ese trabajo previo, que es el libro blanco de los empleos digitales del futuro.
Y lo estamos haciendo porque creemos profundamente que esa economía digital es una gran oportunidad para España y para Europa. Señoría, Europa no es solo una ubicación geográfica; a día de hoy representa también el mejor espacio del planeta para garantizar los derechos sociales. Yo le animo a que, desde el Partido Socialista, se sume a los expertos españoles, a los interlocutores sociales, a esos nuevos retos y desafíos que tenemos: la economía digital y los mejores empleos y los mejores derechos para el futuro de nuestros trabajadores. Muchas gracias. (Aplausos).
El señor VICEPRESIDENTE (Prendes Prendes): Muchas gracias, señora ministra. A continuación, tiene la palabra la señora Peña Camarero.
La señora PEÑA CAMARERO: Gracias. Señora ministra, es cierto que sí podemos valorar el impacto de la revolución digital en el mercado de trabajo. Estos avances de la robótica, estos avances de la economía de plataformas se analizan con estudios como el de la OCDE, que dice que en este país perderemos el 12 % del trabajo existente.
Por tanto, algo habrá que hacer. Es verdad que la tecnología es capaz también de generar nuevos empleos, nuevas oportunidades y nuevos puestos de trabajo que hoy ni siquiera imaginábamos. Las tecnologías crean empleo, claro que sí, pero ¿qué proporción de empleo crean?, ¿qué proporción de empleo destruyen? Y lo más importante, señora Báñez, ¿qué tipo de empleo crean, cuál es el impacto en nuestro sistema y cuál es el impacto en nuestra sociedad?
Hablaba de dos de cinco; claro, es que esto no lo ha inventado la economía digital, eso ya lo inventó el Partido Popular con su reforma laboral, con la que cogieron un trabajo estable de ocho horas diarias y lo convirtieron en tres: parciales, temporales y precarios. Para eso no hacía falta que llegara la economía digital, ya llegó el Partido Popular en 2012 para ponerlo en marcha.
La pregunta es qué podemos hacer como país y que pueden hacer ustedes como Gobierno, y yo creo que lo primero que tienen que hacer es ponerse las pilas porque británicos, franceses, italianos, alemanes, todos, tienen encima de la mesa un plan, medidas ya aprobadas, como el derecho a la desconexión francesa, y nosotros no tenemos nada de nada. Pero es verdad, no se vuelvan locos, hay tres cosas que se pueden hacer desde ya.
En primer lugar, respecto de la formación; en segundo lugar, respecto de la creación de una renta pública, y en tercer lugar, respecto del cambio de la normativa laboral. En primer lugar, la formación, porque lo que sí que sabemos, lo tenemos claro y tienen claro todos los expertos, es que los nuevos puestos de trabajo requieren de nuevas competencias, de nuevas habilidades, que son complejas, y este Gobierno, a través de lo que ha comentado, no es capaz de reconocer que lo importante es invertir en capital humano y formación en esta nueva generación de trabajadores.
También es cierto que habrá una generación a la que le va a ser más fácil adaptarse, pero no le he escuchado a usted decir absolutamente nada sobre esas personas mayores de cincuenta años a las que, además, este Gobierno ha quitado la prestación. En segundo lugar, le decía también que pueden actuar desde ya fortaleciendo la protección social para que nadie se quede fuera.
Esto es una cosa muy sencilla: este Gobierno debería dejar de vetar el desarrollo parlamentario de la iniciativa legislativa popular presentada por los sindicatos para la creación de ese ingreso mínimo vital que va a ser fundamental ya en el presente pero también en el futuro de nuestra sociedad.
Y en tercer lugar, hay que enterrar la reforma laboral porque el modelo productivo de este país no puede seguir considerando los recursos humanos como un factor de producción sin más, sin derechos laborales, sin derechos sociales, y si mantenemos esta norma, nos volveremos a quedar fuera.
Lo cierto es que he evitado hablar de datos en mi intervención y buscaba también que usted dejara de esconderse en los datos y en los informes que le preparan en su despacho y empatizara con lo que pasa en la calle.
Bueno, no quería usar datos, pero ya que los ha usado usted, yo también tengo unos cuantos: 3,7 millones de personas en desempleo, una temporalidad del 90 %, hacen falta treinta y cinco contratos por cada puesto de trabajo estable creado, 6 millones de trabajadores tienen un salario menor de 650 euros y la renta media ha caído desde que ustedes gobiernan en 610 euros al año; uno, dos, veinte o los datos que ustedes quieran para seguir acreditando la frustración de las personas trabajadoras de este país.
Así pues, señora ministra, preferimos que aflore más trabajo digno y menos datos y menos números, porque con todo esto —ya para terminar— lo que han hecho es conseguir preocupar a todos. También estaría bien que llamáramos a las cosas por su nombre porque lo que sucede aquí no es una economía colaborativa, no hay igualdad en una colaboración entre quien presta sus servicios y el empresario; por tanto, empecemos a llamarlo de otra manera, ya sea economía digital, economía de las plataformas digitales o como usted crea oportuno.
Y ha conseguido preocupar a todos, porque en estos miedos coinciden los millennial explotados con las personas mayores de cincuenta años que alimentan las listas de parados de larga duración. Aquí convergen los empleados digitales a 5 euros la hora con los obreros industriales a los que han deslocalizado sus empresas.
En la angustia por el trabajo comparten trinchera todas las mujeres obligadas a elegir entre profesión o familia junto con los falsos becarios, junto con los falsos autónomos, junto con los falsos aprendices y los falsos contratados a tiempo parcial que sirven cervezas o limpian habitaciones a tiempo total. Señora ministra, señorías, qué mejor regalo para este sexto cumpleaños de reforma laboral que acabemos entre todos con ella y marquemos una nueva legislación para una nueva era que no deje fuera a nadie. Muchas gracias. (Aplausos).
El señor VICEPRESIDENTE (Prendes Prendes): Muchas gracias, señora Peña. Para concluir el debate, tiene la palabra, en nombre del Gobierno, la señora ministra de Empleo y Seguridad Social.
La señora MINISTRA DE EMPLEO Y SEGURIDAD SOCIAL (Báñez García): Muchas gracias, señor presidente. Señora diputada, este Gobierno está muy orgulloso de que el esfuerzo de la sociedad española y la reforma laboral que pusimos en marcha en 2012 haya hecho que España sea hoy un país que crea empleo con intensidad y lidera la creación de empleo en la zona euro. Esa reforma es un instrumento que ha dado y está dando tan buenos resultados en España que ha sido copiada por México, parcialmente por Italia, por Francia y acaba de ser puesta en marcha de manera similar en Argentina.
Señoría, cuando tantos países de distintos colores políticos y distintas partes del mundo ponen en marcha reformas de flexiseguridad como la española será porque algo habremos hecho bien en este país entre todos, señorías. Me sorprende que el Partido Socialista venga insistentemente con demagogia a esta Cámara a darnos lecciones sobre empleo porque cuando gobernaron mandaron a 3,5 millones de españoles al paro, subieron la tasa de desempleo juvenil del 18 al 50 % y rompieron las oportunidades de muchos hombres y de muchas mujeres en todo el territorio nacional.
Por eso, los españoles les mandaron en las elecciones a su casa para que vinieran otros que ayudaran a la sociedad española a salir adelante y por eso vino el Partido Popular. (Aplausos). Mire, señoría, le gustará o no, pero la España de hoy es la España del empleo. Sabemos que nos queda mucho por hacer, pero es con la confianza de que los 3 300 000 parados que hay en España van a encontrar oportunidades en un futuro cercano; la confianza de que hoy tres de cada cuatro personas que trabajan tienen un contrato indefinido, más que al inicio de la crisis; la confianza de que la recuperación en España es social porque el 97 % del empleo recuperado ha sido a tiempo completo, el 97 %, señoría, y porque además las mujeres están trabajando en nuestro país como nunca en nuestra historia y 5 500 000 mujeres con contratos estables, como nunca en nuestra historia reciente.
Queremos darle oportunidades a los que faltan: a los jóvenes, a las mujeres, a los parados de larga duración. Nos hemos centrado en la formación, claro que sí. Mire, en la formación en competencias digitales se han destinado 60 millones de euros para formar con las comunidades autónomas a los mayores, a los jóvenes y a los medianos de este país para que tengan una oportunidad en esa nueva economía digital.
Por cierto, para los jóvenes menores de treinta años —que la mitad de los que están en el paro no tienen ni la educación secundaria obligatoria— hemos impulsado la formación profesional dual a través del contrato de formación y aprendizaje, que le ha dado muchas oportunidades a los jóvenes desde el año 2012.
Pues bien, pactamos en el diálogo social que a ese contrato de formación y aprendizaje se le pudiera dar una ayuda económica suplementaria por encima del salario de convenio a un joven de 430 euros. Con lo cual, un joven que en España hoy podría tener un contrato de formación y aprendizaje cobrando de salida 1000 de salario no lo puede hacer, ¿sabe por qué? Por su cabezonería y porque no entienden cómo pueden avanzar los jóvenes con más empleos, mejores empleos y mayor formación. (Aplausos).
Eso es lo que pasa con el Partido Socialista hoy, que perjudica a los jóvenes. Cuando no les gustan los pactos sociales, los pactos de los grupos parlamentarios Ciudadanos y el Partido Popular, son capaces de perjudicar a los jóvenes, que no tengan empleo, que no se formen, que no cobren más de 1000 euros con el primer salario y que no entren en el mercado de trabajo, solamente por su ideología y su cabezonería. Por eso se merecen seguir en la oposición. (Aplausos.—Un señor diputado: ¡Qué barbaridad, qué barbaridad!).
El señor VICEPRESIDENTE (Prendes Prendes): Muchas gracias, señora ministra
El señor VICEPRESIDENTE (Prendes Prendes): Pasamos al siguiente punto del orden del día: Interpelación urgente del Grupo Parlamentario Socialista a la ministra de Empleo y Seguridad Social sobre las medidas que piensa adoptar el Gobierno para asegurar unas condiciones de trabajo dignas y de calidad en la economía digital. Para su defensa, tiene la palabra la señora Peña Camarero.
La señora PEÑA CAMARERO: Muchas gracias. Señoría, señora ministra, hoy, desde el Grupo Parlamentario Socialista, queremos avanzar sobre el futuro del empleo, porque la globalización, la digitalización y la inteligencia artificial están cambiando el mercado laboral que conocíamos; cambios que inciden en el modelo productivo pero también en las relaciones laborales.
Esto nos exige como país una apuesta decidida para aprovechar la nueva realidad, aprovechar los cambios para construir un mercado laboral inclusivo con políticas públicas que aseguren que nadie se quede fuera de este modelo productivo; aprovechar estos cambios también para corregir las disfunciones de la reforma laboral de este Gobierno, que ha demostrado en estos seis años que no han servido para que los ciudadanos españoles tengan un salario suficiente y una expectativa de vida razonable.
Aquí radica la responsabilidad que deberían estar ejerciendo ya desde el Gobierno, porque estos desafíos suponen también cambios sociales que han de traer de la mano políticas públicas que garanticen la equidad social, pero en este momento de cambio este Gobierno llega con la tarea sin hacer, sin haberse preparado la lección y siento decirle, señora ministra, que en el mundo de hoy este país no se puede permitir repetir.
No podemos permitirnos repetir lo sucedido en las anteriores revoluciones del trabajo, quedarnos fuera, al margen, y rezagados. ¿Estamos preparados para la nueva era digital? La realidad más que los datos, señora ministra, nos dicen que no. Siempre vamos por detrás en todos los movimientos, en todas las revoluciones. Este Gobierno, además, ha conseguido un récord: estar por debajo en todos los indicadores europeos.
Por debajo en la media de conectividad, en capital humano formado en digitalización, en el uso de Internet y en competencias digitales. Visto que no estamos preparados, este Gobierno debería al menos compartir lo que los socialistas proponemos, que no es otra cosa que aprovechar los beneficios y evitar los riesgos, pero sobre todo enfrentarse a las consecuencias de este modo diferente de afrontar las relaciones laborales.
Respecto a las consecuencias, las últimas sentencias hablan de precariedad en las nuevas relaciones laborales y es que hay que aclarar una cosa; la precariedad no la ha inventado la economía digital, la mal llamada economía colaborativa, porque hay dos actores que no son nuevos; son, muy a pesar de los trabajadores y trabajadoras de este país, el eje central de la política laboral de este Gobierno y han sido los compañeros de viaje de la señora ministra durante los últimos seis años: precariedad y falsos autónomos.
Por lo que se refiere a la precariedad, no es nuevo que en estos seis años se le ha dado bien a este Gobierno precarizar el trabajo. Los trabajadores de call centers, las «kellys», los mensajeros y los empleados de las tareas del hogar saben bien qué es la devaluación salarial, la temporalidad, la parcialidad y las horas extra ilegales. Sí, esas 8,8 millones de horas extra ilegales semanales que se hicieron el año pasado, señora ministra.
Con la supresión de esas horas ilegales se hubieran creado 235 000 empleos a tiempo completo. Con este fraude a la Seguridad Social se han dejado de ingresar cerca de 2000 millones de euros. Y el segundo acompañante, los falsos autónomos, el mayor fraude perpetrado por un Gobierno a sus ciudadanos, su obsesión con el emprendimiento o mejor llamado empobrecimiento; sí personas que prestan su relación laboral total en una empresa y a las que se les obliga a darse de alta en el RETA; no se les aplica ni el estatuto ni el convenio, no tienen derecho ni a vacaciones ni a permisos y, en caso de cese, no tendrán derecho a desempleo, pero sí se ven obligados a pagar una cuota de autónomos en la Seguridad Social, el IVA y el IAE.
Este descontrol generalizado por su reforma laboral no empieza con la economía digital. Este nuevo modelo no es causante de la precariedad. La subcontratación progresiva para disminuir costes y derechos laborales, la flexibilización de las condiciones contractuales es una constante, y desde 2012 esto nos viene de serie. Por ejemplo, sectores como la construcción, la sanidad privada, el sector de la limpieza de edificios o los medios de comunicación realizan su actividad con trabajadores autónomos o Trade, cuando son en realidad trabajadores.
Es más, podríamos señalar casos donde el empresario despidió a sus trabajadores para contratarlos como autónomos a través de un contrato mercantil, obligándoles a darse de alta como autónomos. Asistimos al uso del cooperativismo también como instrumento para abaratar costes y sustituir empleo estable por empleo autónomo y precario.
Todos conocemos ejemplos en el sector cárnico, en el que las empresas, una vez que agotaron las posibilidades de contratación temporal o vía ETT, ofrecieron a estos trabajadores la única alternativa de darse de alta como cooperativistas en el RETA trabajando en el mismo puesto, con las mismas condiciones, pero sin ningún derecho y cobrando hasta 300 euros menos.
Y ahora lo último, las plataformas digitales con repartidores con un contrato de Trade. Tras la actuación de la Inspección de Trabajo se ha puesto de manifiesto lo que ya se venía denunciando, y es que esos riders son, en realidad, trabajadores por cuenta ajena sin ninguna capacidad para negociar sus condiciones laborales; trabajadores sin derechos, trabajadores sin protección.
La llegada de las plataformas digitales ha sido la gota que ha colmado el vaso; la gota que ha colmado el vaso de la explotación y el incremento exponencial del uso del RETA y de la figura del Trade para que los trabajadores, sobre todo jóvenes, como única alternativa a la falta de empleo y alentados por la tarifa plana se busquen ahí la vida; trabajadores que aportando una bici o una moto se dan de alta en el RETA con la única idea de subsistir, dándose de baja, en muchos casos, cuando se termina la rebaja en la tarifa y no pueden afrontar el pago.
Esto, además de perjudicar a los trabajadores, crea dificultades también a los autónomos que realizan con normalidad su actividad mercantil y empresarial y que ven cómo, en muchos casos, lo que se crea es una competencia desleal. Esto no lo dice solo el Partido Socialista, lo dicen también las asociaciones de autónomos y lo ejemplifican claramente con la alta rotación de autónomos en la Seguridad Social, lo que refleja que no son emprendedores con un negocio sino personas que entran y salen del sistema por otros motivos.
El número de altas en el régimen especial de trabajadores autónomos, hasta noviembre de 2017, se quedó en torno a los 635 000, mientras que las bajas en la actividad se situaron en las 620 000. Señora ministra, haga usted la cuenta y verá que alguna disfunción hay. Esto supone también perjuicio para la Seguridad Social, ya que la mayor parte de estas altas están recogidas y acogidas a tarifas planas, por lo que la recaudación que consigue la Seguridad Social y el Estado es muy baja. De hecho, el coste de estas tarifas planas supone más de 1500 millones de euros anuales, lo que contribuye a aumentar el enorme déficit del sistema.
Porque, señora ministra, recuerde que los freelance, por desgracia, no cotizan cada mes, pero los pensionistas sí que tienen derecho a cobrar su pensión cada mes. Todas las plataformas puede ser una vía de crecimiento económico, pero no podemos consentir que se conviertan en un nuevo nicho de precariedad laboral. Visto lo visto, y la verdad es que hemos visto poco, por no decir nada, señora ministra, ¿nos puede explicar qué pretende hacer este Gobierno para asegurar unas condiciones de vida dignas y de calidad en economía digital?
¿Tiene en sus planes adoptar decisiones que ayuden a distribuir justamente las ganancias extra de la productividad que llega por vía tecnológica? ¿Tiene en sus planes apostar por políticas activas de empleo más efectivas en la formación, la digitalización y la orientación o la ayuda a la incorporación al trabajo? Tras seis años de recorte en formación y tras haber echado a la calle a centenares de orientadores laborales, ¿usted es consciente de que la formación es la piedra angular de la economía venidera? ¿Tiene en sus planes establecer políticas pasivas que protejan debidamente al trabajador del riesgo del desempleo?
Parece que no, y es que este Gobierno debería liderar —y no lo hace— estas bases de la economía digital; además, se lo hemos pedido todos los grupos este Parlamento en la Comisión de Empleo. Lo que sí puedo hacer es adelantarle la posición socialista, la que habla de derogar su reforma laboral, de crear un nuevo Estatuto de los Trabajadores, la que cree necesaria una reflexión sobre cómo modificar las claves del mercado de trabajo con el objeto único de mejorar la calidad del empleo que se produce, con la audacia de poner los desafíos encima de la mesa pero siempre, siempre, con la vista puesta en la calidad del empleo. Así que, señora ministra, tiene tarea y ya ha suspendido los parciales en el trampantojo de su política de emprendimiento. Muchas gracias. (Aplausos).
El señor VICEPRESIDENTE (Prendes Prendes): Gracias, señora Peña. En nombre del Gobierno, tiene la palabra la señora ministra de Empleo y Seguridad Social.
La señora MINISTRA DE EMPLEO Y SEGURIDAD SOCIAL (Báñez García): Muchas gracias, señor presidente. Señoría, agradezco que traiga a debate esta mañana a la Cámara la repercusión que la digitalización va a tener sobre el ámbito laboral y el presente y el futuro de nuestro país. Es un proceso que no se puede tratar de manera aislada sino sobre el que tenemos que reflexionar y dar una respuesta conjunta.
El análisis tiene que ser integral porque ese cambio no viene solo, esa revolución 4.0 de transformación digital cambia los procesos productivos y además a gran velocidad, va a cambiar la gestión empresarial y también, por supuesto, las relaciones laborales. Habrá tareas más repetitivas que terminen haciendo las máquinas, pero también, en paralelo —y lo tenemos que poner en valor—, van a surgir nuevas profesiones, algunas de las cuales ya están en marcha, como los analistas de big data, los expertos en ciberseguridad, los desarrolladores de aplicaciones móviles o los arquitectos informáticos.
Algunas de esas profesiones hace diez años no existían y, según algunos informes europeos que tenemos, ocho de cada diez jóvenes dentro de veinte o treinta años trabajarán en empleos digitales que hoy no conocemos o no existen. Por tanto, tenemos que adaptarnos desde ya a esa realidad. Es más, la Unión Europea reconoce que hay 900 000 vacantes en este momento en todos los países de la Unión que no se cubren por su alta capacitación técnica.
En nuestro país hay empresas donde el 24 % de las vacantes tarda en cubrirse más de lo necesario precisamente por la alta cualificación técnica requerida. Ese fenómeno de la digitalización, que es una realidad hoy en nuestro país, acompañado de otro también muy profundo que también está actuando en todo el mundo, como el proceso de interconexión y globalización, hacen que las nuevas realidades de la gestión empresarial y el mundo laboral estén cambiando rápidamente.
Y esto tenemos que verlo no como una incertidumbre, sino como una gran oportunidad. Primero, porque la globalización está permitiendo que muchos países del mundo salgan de la pobreza; es más, el mundo cumplió la meta del primer Objetivo del Desarrollo del Milenio de Naciones Unidas a mitad de 2015, pese a que el horizonte temporal era posterior.
Eso no quiere decir que no nos quede tarea por delante, queda mucha y con grandes desafíos. ¿Por qué? Porque esta nueva realidad está produciendo tensiones, tensiones en el tejido productivo, con la competencia creciente de manufacturas y servicios procedentes de diferentes partes del mundo, pero tensiones también —y usted ha hecho referencia a ello— en los marcos regulatorios nacionales, porque la legislación se tiene que adaptar a esas nuevas realidades laborales. La primera reflexión que quiero hacer es que cualquier revolución industrial ha venido acompañada a lo largo de nuestra historia reciente de un patrón de mejora de las oportunidades y de las condiciones laborales en el mundo.
Hace falta que nos preparemos para esos nuevos desafíos, estar atentos y modificar también las normas, si fuera necesario. Pero quiero decir esta mañana que, lejos de preocuparnos en exceso o verlo como una gran incertidumbre, debemos mandar a la sociedad un mensaje de confianza de que juntos podemos afrontar este nuevo reto que tenemos en el presente y dar esa batalla, la de la digitalización, porque, en España, ni vamos a perder ninguna oportunidad de emprendimiento ni vamos a dejar que se menoscaben los derechos de los trabajadores por esa nueva realidad que es la economía digital.
Por tanto, aquí pido que seamos capaces de sumar lo mejor de nosotros mismos. Nosotros estamos trabajando intensamente en el diálogo social con los interlocutores sociales y también con las comunidades autónomas para dar respuesta a este enorme desafío, que no es español, es europeo y es también, si quieren ustedes, mundial. La Agenda Digital para Europa —me lo han oído en alguna ocasión ya en esta Cámara— dice con claridad: por cada dos nuevos empleos que perdamos en la economía real se crearán cinco en la economía digital.
Esa es la gran oportunidad para España. En esa tarea estamos trabajando desde España y también con Europa. Algunas cosas van bien en nuestro país, pese a que usted lance soflamas de demagogia en su intervención. España lidera hoy, le guste o no, gracias al esfuerzo de la sociedad española y de la reforma laboral del Gobierno del Partido Popular, la creación de empleo en Europa. ¿Quién lo diría en el año 2011? Un 3,7 % más, por ejemplo, que Alemania, que es el segundo que más empleo crea, y hasta cinco veces más que un país tan importante y vecino como Francia o incluso como Italia.
Hemos conseguido el año 2017 que en nuestro país se creen más de 611 000 empleos, 1700 empleos diarios, lo que nos anima a seguir teniendo confianza en un país que crece, que crea oportunidades y cada día mejores oportunidades, aunque nos quede mucho por hacer. La economía en nuestro país, la recuperación, es integradora. Se está creando empleo en todos los colectivos, en todas las comunidades autónomas y en todos los sectores económicos y, por supuesto, también en la economía digital. La economía digital está creciendo de manera fuerte en nuestro país. Es más, es uno de los sectores que más empleo ha creado.
Desde la recuperación, la subida es superior al 19 %. Hoy hay más personas trabajando en el sector TIC en España que nunca en nuestra historia económica y hemos sabido también convertir eso en un potencial, porque el empleo que se crea en las TIC es en su mayoría de gran calidad. ¿Cuál es el desafío que tenemos por delante? Estar preparados, capacitados, con nuevas habilidades, para dar respuesta a ese nuevo desafío digital en España.
Hemos trabajado en el diálogo social yendo por delante y en el año 2017 pusimos en marcha un plan de formación en competencias digitales, como nunca en nuestra historia, de 60 millones de euros para este año 2018, de acuerdo con las comunidades autónomas, para que no perdamos durante este año ninguna oportunidad en la economía digital por alta competencia o alto nivel tecnológico.
Por tanto, España no va por detrás, España está en la delantera, a la cabeza de la respuesta a la economía digital en toda Europa. Me habla usted de baja calidad en el empleo. Señoría, en 2017, por cada empleo temporal, según la EPA, se crearon dos empleos indefinidos. Llevamos cuarenta y ocho meses consecutivos creando empleo indefinido, como nunca en nuestra historia económica. Hoy, la base del empleo es el empleo indefinido. Tres de cada cuatro personas que trabajan tienen un contrato indefinido y en el mundo digital la tasa de empleo indefinido supera en 14 puntos la media nacional.
¿Queda tarea por hacer? Sin duda ninguna, señoría, entre otras cosas, porque hay 3,5 millones de personas que están en el paro y que tenemos que activar conjuntamente y cuanto antes. Pero no hable de la economía digital como una economía que no da oportunidades y que quita derechos, porque no es verdad. Da oportunidades con intensidad y además da empleo estable. Lo que tenemos que hacer es evitar el fraude del que tuerce la norma o actúa de manera ilegal.
Por eso, en el año 2012, recién llegados al Gobierno, pusimos en marcha un plan de lucha contra el fraude que ha dado excelentes resultados: 500 000 empleos irregulares que han aflorado, 6700 empresas ficticias que ahora están dadas de baja porque defraudaban a la Seguridad Social y conversión de 345 000 contratos mal inscritos como temporales en indefinidos, que eran lo que eran.
Y todo eso tiene un impacto económico para las arcas públicas de más de 20 400 millones de euros. Ahí están los datos, y la inspección trabaja con independencia y profesionalidad; y también lo hace por indicación, por cierto, del Parlamento Europeo en su resolución de junio de 2017, de manera particular en la economía colaborativa, a la que usted se ha referido.
Por eso hemos hecho nuestro trabajo desde la Inspección de Trabajo y Seguridad Social y los inspectores y subinspectores han hecho su trabajo. Después de hacer las visitas correspondientes ante denuncias que han aparecido en el buzón del fraude de la Seguridad Social o denuncias de sindicatos o de trabajadores, se ha solicitado a la Tesorería General que dieran de alta en el régimen general a cerca de setecientos trabajadores que estaban falsamente inscritos como trabajadores autónomos. Por tanto, el fraude se persigue en cualquier sector y cualquier día de la semana.
Estamos trabajando sobre estas cuestiones, entre ellas la economía colaborativa, con los interlocutores sociales para hacer un análisis sereno y real para que no se pierda —insisto— ninguna oportunidad de emprendimiento pero que eso no suponga, en ningún caso, ningún menoscabo de los derechos de los trabajadores en el ámbito del diálogo social y también en el ámbito europeo.
En el nuevo pilar social de derechos hay expresamente recogido por todos los países nuestra preocupación por la adecuación de esos trabajadores atípicos que ni son claramente régimen general común ni son, efectivamente, trabajadores autónomos. Y estamos trabajando en Europa para darle una respuesta conjunta.
La economía digital y los nuevos empleos del futuro nos preocupan. Hace un año, interlocutores sociales y expertos trabajamos con la OIT sobre los nuevos empleos que queremos para el futuro, con mayor calidad. Ahora mismo vamos a poner en marcha un grupo de trabajo, derivado de ese trabajo previo, que es el libro blanco de los empleos digitales del futuro.
Y lo estamos haciendo porque creemos profundamente que esa economía digital es una gran oportunidad para España y para Europa. Señoría, Europa no es solo una ubicación geográfica; a día de hoy representa también el mejor espacio del planeta para garantizar los derechos sociales. Yo le animo a que, desde el Partido Socialista, se sume a los expertos españoles, a los interlocutores sociales, a esos nuevos retos y desafíos que tenemos: la economía digital y los mejores empleos y los mejores derechos para el futuro de nuestros trabajadores. Muchas gracias. (Aplausos).
El señor VICEPRESIDENTE (Prendes Prendes): Muchas gracias, señora ministra. A continuación, tiene la palabra la señora Peña Camarero.
La señora PEÑA CAMARERO: Gracias. Señora ministra, es cierto que sí podemos valorar el impacto de la revolución digital en el mercado de trabajo. Estos avances de la robótica, estos avances de la economía de plataformas se analizan con estudios como el de la OCDE, que dice que en este país perderemos el 12 % del trabajo existente.
Por tanto, algo habrá que hacer. Es verdad que la tecnología es capaz también de generar nuevos empleos, nuevas oportunidades y nuevos puestos de trabajo que hoy ni siquiera imaginábamos. Las tecnologías crean empleo, claro que sí, pero ¿qué proporción de empleo crean?, ¿qué proporción de empleo destruyen? Y lo más importante, señora Báñez, ¿qué tipo de empleo crean, cuál es el impacto en nuestro sistema y cuál es el impacto en nuestra sociedad?
Hablaba de dos de cinco; claro, es que esto no lo ha inventado la economía digital, eso ya lo inventó el Partido Popular con su reforma laboral, con la que cogieron un trabajo estable de ocho horas diarias y lo convirtieron en tres: parciales, temporales y precarios. Para eso no hacía falta que llegara la economía digital, ya llegó el Partido Popular en 2012 para ponerlo en marcha.
La pregunta es qué podemos hacer como país y que pueden hacer ustedes como Gobierno, y yo creo que lo primero que tienen que hacer es ponerse las pilas porque británicos, franceses, italianos, alemanes, todos, tienen encima de la mesa un plan, medidas ya aprobadas, como el derecho a la desconexión francesa, y nosotros no tenemos nada de nada. Pero es verdad, no se vuelvan locos, hay tres cosas que se pueden hacer desde ya.
En primer lugar, respecto de la formación; en segundo lugar, respecto de la creación de una renta pública, y en tercer lugar, respecto del cambio de la normativa laboral. En primer lugar, la formación, porque lo que sí que sabemos, lo tenemos claro y tienen claro todos los expertos, es que los nuevos puestos de trabajo requieren de nuevas competencias, de nuevas habilidades, que son complejas, y este Gobierno, a través de lo que ha comentado, no es capaz de reconocer que lo importante es invertir en capital humano y formación en esta nueva generación de trabajadores.
También es cierto que habrá una generación a la que le va a ser más fácil adaptarse, pero no le he escuchado a usted decir absolutamente nada sobre esas personas mayores de cincuenta años a las que, además, este Gobierno ha quitado la prestación. En segundo lugar, le decía también que pueden actuar desde ya fortaleciendo la protección social para que nadie se quede fuera.
Esto es una cosa muy sencilla: este Gobierno debería dejar de vetar el desarrollo parlamentario de la iniciativa legislativa popular presentada por los sindicatos para la creación de ese ingreso mínimo vital que va a ser fundamental ya en el presente pero también en el futuro de nuestra sociedad.
Y en tercer lugar, hay que enterrar la reforma laboral porque el modelo productivo de este país no puede seguir considerando los recursos humanos como un factor de producción sin más, sin derechos laborales, sin derechos sociales, y si mantenemos esta norma, nos volveremos a quedar fuera.
Lo cierto es que he evitado hablar de datos en mi intervención y buscaba también que usted dejara de esconderse en los datos y en los informes que le preparan en su despacho y empatizara con lo que pasa en la calle.
Bueno, no quería usar datos, pero ya que los ha usado usted, yo también tengo unos cuantos: 3,7 millones de personas en desempleo, una temporalidad del 90 %, hacen falta treinta y cinco contratos por cada puesto de trabajo estable creado, 6 millones de trabajadores tienen un salario menor de 650 euros y la renta media ha caído desde que ustedes gobiernan en 610 euros al año; uno, dos, veinte o los datos que ustedes quieran para seguir acreditando la frustración de las personas trabajadoras de este país.
Así pues, señora ministra, preferimos que aflore más trabajo digno y menos datos y menos números, porque con todo esto —ya para terminar— lo que han hecho es conseguir preocupar a todos. También estaría bien que llamáramos a las cosas por su nombre porque lo que sucede aquí no es una economía colaborativa, no hay igualdad en una colaboración entre quien presta sus servicios y el empresario; por tanto, empecemos a llamarlo de otra manera, ya sea economía digital, economía de las plataformas digitales o como usted crea oportuno.
Y ha conseguido preocupar a todos, porque en estos miedos coinciden los millennial explotados con las personas mayores de cincuenta años que alimentan las listas de parados de larga duración. Aquí convergen los empleados digitales a 5 euros la hora con los obreros industriales a los que han deslocalizado sus empresas.
En la angustia por el trabajo comparten trinchera todas las mujeres obligadas a elegir entre profesión o familia junto con los falsos becarios, junto con los falsos autónomos, junto con los falsos aprendices y los falsos contratados a tiempo parcial que sirven cervezas o limpian habitaciones a tiempo total. Señora ministra, señorías, qué mejor regalo para este sexto cumpleaños de reforma laboral que acabemos entre todos con ella y marquemos una nueva legislación para una nueva era que no deje fuera a nadie. Muchas gracias. (Aplausos).
El señor VICEPRESIDENTE (Prendes Prendes): Muchas gracias, señora Peña. Para concluir el debate, tiene la palabra, en nombre del Gobierno, la señora ministra de Empleo y Seguridad Social.
La señora MINISTRA DE EMPLEO Y SEGURIDAD SOCIAL (Báñez García): Muchas gracias, señor presidente. Señora diputada, este Gobierno está muy orgulloso de que el esfuerzo de la sociedad española y la reforma laboral que pusimos en marcha en 2012 haya hecho que España sea hoy un país que crea empleo con intensidad y lidera la creación de empleo en la zona euro. Esa reforma es un instrumento que ha dado y está dando tan buenos resultados en España que ha sido copiada por México, parcialmente por Italia, por Francia y acaba de ser puesta en marcha de manera similar en Argentina.
Señoría, cuando tantos países de distintos colores políticos y distintas partes del mundo ponen en marcha reformas de flexiseguridad como la española será porque algo habremos hecho bien en este país entre todos, señorías. Me sorprende que el Partido Socialista venga insistentemente con demagogia a esta Cámara a darnos lecciones sobre empleo porque cuando gobernaron mandaron a 3,5 millones de españoles al paro, subieron la tasa de desempleo juvenil del 18 al 50 % y rompieron las oportunidades de muchos hombres y de muchas mujeres en todo el territorio nacional.
Por eso, los españoles les mandaron en las elecciones a su casa para que vinieran otros que ayudaran a la sociedad española a salir adelante y por eso vino el Partido Popular. (Aplausos). Mire, señoría, le gustará o no, pero la España de hoy es la España del empleo. Sabemos que nos queda mucho por hacer, pero es con la confianza de que los 3 300 000 parados que hay en España van a encontrar oportunidades en un futuro cercano; la confianza de que hoy tres de cada cuatro personas que trabajan tienen un contrato indefinido, más que al inicio de la crisis; la confianza de que la recuperación en España es social porque el 97 % del empleo recuperado ha sido a tiempo completo, el 97 %, señoría, y porque además las mujeres están trabajando en nuestro país como nunca en nuestra historia y 5 500 000 mujeres con contratos estables, como nunca en nuestra historia reciente.
Queremos darle oportunidades a los que faltan: a los jóvenes, a las mujeres, a los parados de larga duración. Nos hemos centrado en la formación, claro que sí. Mire, en la formación en competencias digitales se han destinado 60 millones de euros para formar con las comunidades autónomas a los mayores, a los jóvenes y a los medianos de este país para que tengan una oportunidad en esa nueva economía digital.
Por cierto, para los jóvenes menores de treinta años —que la mitad de los que están en el paro no tienen ni la educación secundaria obligatoria— hemos impulsado la formación profesional dual a través del contrato de formación y aprendizaje, que le ha dado muchas oportunidades a los jóvenes desde el año 2012.
Pues bien, pactamos en el diálogo social que a ese contrato de formación y aprendizaje se le pudiera dar una ayuda económica suplementaria por encima del salario de convenio a un joven de 430 euros. Con lo cual, un joven que en España hoy podría tener un contrato de formación y aprendizaje cobrando de salida 1000 de salario no lo puede hacer, ¿sabe por qué? Por su cabezonería y porque no entienden cómo pueden avanzar los jóvenes con más empleos, mejores empleos y mayor formación. (Aplausos).
Eso es lo que pasa con el Partido Socialista hoy, que perjudica a los jóvenes. Cuando no les gustan los pactos sociales, los pactos de los grupos parlamentarios Ciudadanos y el Partido Popular, son capaces de perjudicar a los jóvenes, que no tengan empleo, que no se formen, que no cobren más de 1000 euros con el primer salario y que no entren en el mercado de trabajo, solamente por su ideología y su cabezonería. Por eso se merecen seguir en la oposición. (Aplausos.—Un señor diputado: ¡Qué barbaridad, qué barbaridad!).
El señor VICEPRESIDENTE (Prendes Prendes): Muchas gracias, señora ministra
DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA, SOBRE LAS MEDIDAS QUE PIENSA ADOPTAR EL
GOBIERNO PARA CORREGIR LA BRECHA SALARIAL ENTRE HOMBRES Y MUJERES. (Número
de expediente 173/000075).
El señor VICEPRESIDENTE (Prendes Prendes): Pasamos al siguiente punto del orden del día: Moción consecuencia de interpelación urgente, del Grupo Parlamentario Socialista, sobre las medidas que piensa adoptar el Gobierno para corregir la brecha salarial entre hombres y mujeres. Por el grupo autor de la iniciativa, tiene la palabra la señora Cancela Rodríguez.
La señora CANCELA RODRÍGUEZ: Muchas gracias, señor presidente. La verdad es que, después de escuchar determinadas intervenciones por parte de alguna «miembra» del Gobierno (Rumores.—La señora Bonilla Domínguez: ¡Madre mía!), es difícil trasladar algún ánimo constructivo y propositivo. En todo caso, vamos a intentarlo porque ya lo hemos demostrado a lo largo de nuestra historia. En el Pleno de la semana pasada, cuando presentamos una interpelación… (Continúan los rumores).
El señor VICEPRESIDENTE (Prendes Prendes): Un momento, señora Cancela. Silencio, por favor. Les ruego silencio. Continúe.
La señora CANCELA RODRÍGUEZ: Cuando presentamos una interpelación urgente para conocer cuáles son las medidas que el Gobierno del Estado piensa desarrollar para luchar contra la brecha salarial, poníamos encima de la mesa una serie de datos del mercado de trabajo.
Por un lado, la encuesta de estructura salarial del Instituto Nacional de Estadística, la encuesta Decil de salarios de empleo principal, constata el estancamiento en la corrección de la brecha salarial entre mujeres y hombres: el 23 % de salario promedio anual femenino es inferior al masculino, las mujeres cobran 414,4 euros al mes menos que el salario medio de los hombres, el 18,4 % de las mujeres tuvo salarios medios menores o inferiores al salario mínimo interprofesional y en el tramo de salarios inferiores a 15 000 euros al año, las mujeres tienen un 40,3 % frente al 20,7 % de los varones.
Según la EPA, en el cuarto trimestre de 2017 el 46 % de las personas ocupadas son mujeres y son ellas las que desempeñan el 75 % de las jornadas a tiempo parcial. Esta estadística discriminatoria de la mujer en el ámbito laboral, trasvasada al sistema público de pensiones, nos sitúa en una brecha de género que asciende al 38 %.
Podremos discrepar sobre los datos del mercado de trabajo, lo cual es legítimo. Pero la cuestión fundamental y la pregunta real y que nos debe preocupar es: ¿existe brecha salarial? Yo creo que en este punto estamos todos y todas de acuerdo. Por lo tanto, si existe brecha salarial, tenemos que corregir determinados datos y determinadas situaciones del mercado laboral como son la segregación horizontal y la segregación vertical, lo que denominamos el techo de cristal.
Tendremos que hablar de que hay una menor tasa de actividad de las mujeres, una tasa mayor de desempleo, mayores interrupciones en la carrera profesional, mayor dificultad en el acceso, permanencia y promoción del mercado de trabajo; el lastre de la asunción de tareas de cuidados familiares porque la corresponsabilidad no es tal; la extralimitación de las jornadas de trabajo sin contraprestación económica, y jornadas a tiempo parcial que realmente lo que esconden son jornadas a tiempo completo; la no equivalencia de los permisos de paternidad y maternidad, etcétera.
Si esto es así, nuestra obligación —de todos y todas, señorías— es poner en marcha medidas suficientes que luchen de verdad, que remuevan los obstáculos y los impedimentos para garantizar la igualdad en el mercado de trabajo de las mujeres y los hombres.
Por lo tanto, nosotros planteamos la necesidad de un marco legal integral y transversal en su promoción profesional, en el acceso a la formación, que no supongan un lastre las responsabilidades familiares, que se implanten medidas de conciliación y corresponsabilidad y que el Estado —el Estado— asuma y desarrolle políticas de apoyo a las familias y de atención a la dependencia. Señorías, la brecha salarial se dispara en conceptos salariales como las horas extraordinarias, que llegan a un 79 %; los complementos salariales, un 30 %, y las pagas extraordinarias un 36 %.
Esta moción lo único que pretende es que entre todas y todos luchemos para remover los obstáculos que impiden su corrección y su erradicación. Lo que pretendemos con esta moción es que no ocurra lo mismo que ocurrió hace un año, cuando presentamos una moción que fue aprobada por todos los grupos parlamentarios de esta Cámara, y pero un año después ley no ha sido presentada en el Congreso de los Diputados.
No ha sido, por tanto, una prioridad política de este Gobierno, y lo más grave es que consideramos que tampoco hay voluntad política de hacerlo. Precisamente por eso quería comentarles que respecto a la moción del día de hoy y las consideraciones y enmiendas que han hecho los distintos grupos parlamentarios, aceptamos, por supuesto, la enmienda que presenta el PDeCAT referente a la necesidad u oportunidad de un acuerdo previo en el proceso de diálogo social. Nosotros creemos en el diálogo social y creemos que es necesario reforzarlo.
Pero hay una cuestión importante de reflexión al respecto. El diálogo social está constituido por tres patas fundamentales: la representación por las organizaciones sindicales mayoritarias de este país que representan a los trabajadores y a las trabajadoras, las organizaciones empresariales más representativas y el Gobierno.
Por lo tanto, el Gobierno sí ha podido llevar al marco del diálogo social una iniciativa legislativa fruto del acuerdo mayoritario —mejor dicho: unánime— de esta Cámara para que se debatiera y se presentara un texto respecto a la erradicación de la brecha salarial en este país.
Y eso no ha ocurrido. Por lo tanto es una cuestión de querer porque poder, pueden, si quisieran. Aceptamos también las enmiendas presentadas por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea porque proceden también de la moción anterior que se presentó en su momento y, aunque reproducen de alguna manera lo allí acordado, en este caso no sobra sino que viene a reforzar el planteamiento que compartimos entre todas y todos.
Sabemos además que uno de los problemas fundamentales para erradicar la brecha salarial reside en la opacidad de las retribuciones salariales, por lo tanto, incidir en su transparencia y en el conocimiento de las condiciones retributivas para poder transmitir esa información a la representación de las personas trabajadoras y poder ejercer más control sobre su adecuación al marco normativo es clave.
En ese sentido seguramente estaremos de acuerdo. (La señora presidenta ocupa la Presidencia). En relación con la propuesta que plantea el Grupo Parlamentario Popular, estamos de acuerdo con las propuestas concretas que desarrollan en la misma. Estamos de acuerdo en que la obligación empresarial de comunicar información a los trabajadores y trabajadoras y a sus representantes sobre la cuantía de las retribuciones y sus componentes es una buena medida.
Coincidimos en que las auditorías salariales en empresas de más de 250 trabajadores aportan mayor transparencia; coincidimos en que la modificación del Real Decreto 7313, en relación con el registro y depósito de los convenios colectivos, para incorporar los planes de igualdad a ese registro refuerza la posición; y coincidimos también en la transparencia y la riqueza del conocimiento de las estadísticas oficiales, pero tenemos una discrepancia en cuanto al enfoque, que tiene una relación directa con la mención que hacía al proceso de diálogo social.
Consideramos que, independientemente del diálogo social, sí puede acordarse en esta Cámara una ley en relación con la lucha activa y definitiva contra la brecha salarial, porque no solamente es necesario, no solamente es de justicia y equitativo, sino que además es lo que hemos acordado previamente. No creo que sea incompatible el trabajo en esta Cámara con lo que se desarrolle en el proceso de diálogo social.
Para terminar, señora presidenta, esta semana hemos recordado y celebrado el 130.º aniversario del nacimiento de Clara Campoamor. Dijo, al defender el derecho de sufragio femenino: No podéis construir una democracia solo con la mitad de la ciudadanía. Hoy, en pleno siglo XXI, reivindicamos esas palabras con fuerza. La discriminación y la precarización de la mujer en el mercado laboral no nos convierte en una sociedad más justa, sino más injusta, con una democracia muchísimo más débil. En nuestras manos está, señorías, que eso sea diferente. Muchísimas gracias. (Aplausos).
El señor VICEPRESIDENTE (Prendes Prendes): Pasamos al siguiente punto del orden del día: Moción consecuencia de interpelación urgente, del Grupo Parlamentario Socialista, sobre las medidas que piensa adoptar el Gobierno para corregir la brecha salarial entre hombres y mujeres. Por el grupo autor de la iniciativa, tiene la palabra la señora Cancela Rodríguez.
La señora CANCELA RODRÍGUEZ: Muchas gracias, señor presidente. La verdad es que, después de escuchar determinadas intervenciones por parte de alguna «miembra» del Gobierno (Rumores.—La señora Bonilla Domínguez: ¡Madre mía!), es difícil trasladar algún ánimo constructivo y propositivo. En todo caso, vamos a intentarlo porque ya lo hemos demostrado a lo largo de nuestra historia. En el Pleno de la semana pasada, cuando presentamos una interpelación… (Continúan los rumores).
El señor VICEPRESIDENTE (Prendes Prendes): Un momento, señora Cancela. Silencio, por favor. Les ruego silencio. Continúe.
La señora CANCELA RODRÍGUEZ: Cuando presentamos una interpelación urgente para conocer cuáles son las medidas que el Gobierno del Estado piensa desarrollar para luchar contra la brecha salarial, poníamos encima de la mesa una serie de datos del mercado de trabajo.
Por un lado, la encuesta de estructura salarial del Instituto Nacional de Estadística, la encuesta Decil de salarios de empleo principal, constata el estancamiento en la corrección de la brecha salarial entre mujeres y hombres: el 23 % de salario promedio anual femenino es inferior al masculino, las mujeres cobran 414,4 euros al mes menos que el salario medio de los hombres, el 18,4 % de las mujeres tuvo salarios medios menores o inferiores al salario mínimo interprofesional y en el tramo de salarios inferiores a 15 000 euros al año, las mujeres tienen un 40,3 % frente al 20,7 % de los varones.
Según la EPA, en el cuarto trimestre de 2017 el 46 % de las personas ocupadas son mujeres y son ellas las que desempeñan el 75 % de las jornadas a tiempo parcial. Esta estadística discriminatoria de la mujer en el ámbito laboral, trasvasada al sistema público de pensiones, nos sitúa en una brecha de género que asciende al 38 %.
Podremos discrepar sobre los datos del mercado de trabajo, lo cual es legítimo. Pero la cuestión fundamental y la pregunta real y que nos debe preocupar es: ¿existe brecha salarial? Yo creo que en este punto estamos todos y todas de acuerdo. Por lo tanto, si existe brecha salarial, tenemos que corregir determinados datos y determinadas situaciones del mercado laboral como son la segregación horizontal y la segregación vertical, lo que denominamos el techo de cristal.
Tendremos que hablar de que hay una menor tasa de actividad de las mujeres, una tasa mayor de desempleo, mayores interrupciones en la carrera profesional, mayor dificultad en el acceso, permanencia y promoción del mercado de trabajo; el lastre de la asunción de tareas de cuidados familiares porque la corresponsabilidad no es tal; la extralimitación de las jornadas de trabajo sin contraprestación económica, y jornadas a tiempo parcial que realmente lo que esconden son jornadas a tiempo completo; la no equivalencia de los permisos de paternidad y maternidad, etcétera.
Si esto es así, nuestra obligación —de todos y todas, señorías— es poner en marcha medidas suficientes que luchen de verdad, que remuevan los obstáculos y los impedimentos para garantizar la igualdad en el mercado de trabajo de las mujeres y los hombres.
Por lo tanto, nosotros planteamos la necesidad de un marco legal integral y transversal en su promoción profesional, en el acceso a la formación, que no supongan un lastre las responsabilidades familiares, que se implanten medidas de conciliación y corresponsabilidad y que el Estado —el Estado— asuma y desarrolle políticas de apoyo a las familias y de atención a la dependencia. Señorías, la brecha salarial se dispara en conceptos salariales como las horas extraordinarias, que llegan a un 79 %; los complementos salariales, un 30 %, y las pagas extraordinarias un 36 %.
Esta moción lo único que pretende es que entre todas y todos luchemos para remover los obstáculos que impiden su corrección y su erradicación. Lo que pretendemos con esta moción es que no ocurra lo mismo que ocurrió hace un año, cuando presentamos una moción que fue aprobada por todos los grupos parlamentarios de esta Cámara, y pero un año después ley no ha sido presentada en el Congreso de los Diputados.
No ha sido, por tanto, una prioridad política de este Gobierno, y lo más grave es que consideramos que tampoco hay voluntad política de hacerlo. Precisamente por eso quería comentarles que respecto a la moción del día de hoy y las consideraciones y enmiendas que han hecho los distintos grupos parlamentarios, aceptamos, por supuesto, la enmienda que presenta el PDeCAT referente a la necesidad u oportunidad de un acuerdo previo en el proceso de diálogo social. Nosotros creemos en el diálogo social y creemos que es necesario reforzarlo.
Pero hay una cuestión importante de reflexión al respecto. El diálogo social está constituido por tres patas fundamentales: la representación por las organizaciones sindicales mayoritarias de este país que representan a los trabajadores y a las trabajadoras, las organizaciones empresariales más representativas y el Gobierno.
Por lo tanto, el Gobierno sí ha podido llevar al marco del diálogo social una iniciativa legislativa fruto del acuerdo mayoritario —mejor dicho: unánime— de esta Cámara para que se debatiera y se presentara un texto respecto a la erradicación de la brecha salarial en este país.
Y eso no ha ocurrido. Por lo tanto es una cuestión de querer porque poder, pueden, si quisieran. Aceptamos también las enmiendas presentadas por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea porque proceden también de la moción anterior que se presentó en su momento y, aunque reproducen de alguna manera lo allí acordado, en este caso no sobra sino que viene a reforzar el planteamiento que compartimos entre todas y todos.
Sabemos además que uno de los problemas fundamentales para erradicar la brecha salarial reside en la opacidad de las retribuciones salariales, por lo tanto, incidir en su transparencia y en el conocimiento de las condiciones retributivas para poder transmitir esa información a la representación de las personas trabajadoras y poder ejercer más control sobre su adecuación al marco normativo es clave.
En ese sentido seguramente estaremos de acuerdo. (La señora presidenta ocupa la Presidencia). En relación con la propuesta que plantea el Grupo Parlamentario Popular, estamos de acuerdo con las propuestas concretas que desarrollan en la misma. Estamos de acuerdo en que la obligación empresarial de comunicar información a los trabajadores y trabajadoras y a sus representantes sobre la cuantía de las retribuciones y sus componentes es una buena medida.
Coincidimos en que las auditorías salariales en empresas de más de 250 trabajadores aportan mayor transparencia; coincidimos en que la modificación del Real Decreto 7313, en relación con el registro y depósito de los convenios colectivos, para incorporar los planes de igualdad a ese registro refuerza la posición; y coincidimos también en la transparencia y la riqueza del conocimiento de las estadísticas oficiales, pero tenemos una discrepancia en cuanto al enfoque, que tiene una relación directa con la mención que hacía al proceso de diálogo social.
Consideramos que, independientemente del diálogo social, sí puede acordarse en esta Cámara una ley en relación con la lucha activa y definitiva contra la brecha salarial, porque no solamente es necesario, no solamente es de justicia y equitativo, sino que además es lo que hemos acordado previamente. No creo que sea incompatible el trabajo en esta Cámara con lo que se desarrolle en el proceso de diálogo social.
Para terminar, señora presidenta, esta semana hemos recordado y celebrado el 130.º aniversario del nacimiento de Clara Campoamor. Dijo, al defender el derecho de sufragio femenino: No podéis construir una democracia solo con la mitad de la ciudadanía. Hoy, en pleno siglo XXI, reivindicamos esas palabras con fuerza. La discriminación y la precarización de la mujer en el mercado laboral no nos convierte en una sociedad más justa, sino más injusta, con una democracia muchísimo más débil. En nuestras manos está, señorías, que eso sea diferente. Muchísimas gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias. Por el Grupo Parlamentario Ciudadanos tiene la palabra la señora Reyes Rivera.
La señora REYES RIVERA: Gracias, presidenta. Señorías, hoy hablamos de nuevo de brecha salarial y desde luego no está de más que así sea. El otro día yo publicaba en una red social una noticia que tenía que ver con este asunto, y para mi sorpresa recibí una gran cantidad de comentarios e incluso de insultos que venían a negar la existencia de la brecha. Por eso, aunque parezca absurdo, es necesario empezar esta intervención diciendo algo que para todos nosotros, espero, debería resultar algo obvio, y es que la brecha salarial entre hombres y mujeres existe.
Vivimos en una sociedad desigual y por supuesto esto tiene su reflejo en el ámbito laboral; la brecha no significa necesariamente que cobremos menos por hacer el mismo trabajo, la brecha significa que las mujeres cobramos menos y tenemos peores trabajos por la desigualdad estructural que existe en nuestra sociedad, y por ello en el mercado de trabajo.
No es que exista una conjura maldita, no, los empresarios no se reúnen en aquelarres todas las noches para estudiar cómo poner trabas a nuestras carreras profesionales Para conocer las causas debemos fijarnos en los datos concretos: las mujeres somos mayoría en lo que a estudios universitarios se refiere, aproximadamente un 58 %; mientras que nuestra tasa de actividad laboral es 12 puntos inferior a la masculina; la temporalidad es superior en el caso de las mujeres, nada más y nada menos que un 25 % frente a un 8 % entre los hombres; son tan solo un 11,8 % las mujeres que forman parte de los consejos de administración del IBEX.
Como ustedes comprenderán, esto no se debe a que las mujeres tengamos menos ganas de trabajar. La tasa de actividad laboral entre hombre y mujer no es muy diferente hasta los treinta años, es a partir de esa edad cuando disminuye considerablemente en las mujeres, y curiosamente en los hombres aumenta, esto sucede a la edad de tener hijos.
Las mujeres dedicamos el doble de horas a las tareas del hogar y nos cogemos además el 93 % de las excedencias laborales por cuidado de hijos. Las mujeres ganamos menos porque trabajamos menos horas remuneradas, en sectores peor pagados, y estamos menos representadas en los escalones más altos.
Y esto son hechos, señorías, hechos que deben cambiar porque mientras tanto nuestra sociedad se está perdiendo un importante talento por el camino. Es nuestra gran asignatura pendiente, no solamente la de España, sino la de toda Europa. Casi todos los países europeos, algunos con muchísimos mejores datos que nosotros, están tomando ya medidas para acabar con la brecha salarial. Yo les pediría a sus señorías del Partido Popular que fueran rigurosos.
La semana pasada, en la sesión de control, el señor Rajoy daba unos datos y hablaba de una brecha laboral de un 14,9 %, según datos antiguos de Eurostat. Pues mire, señora Romero, lo que yo tengo aquí es bien indiferente (Muestra el titular de una noticia), esta noticia dice así: 30 % la brecha salarial. Esto es lo que hay actualmente y estos son datos de los técnicos de Hacienda, datos fiables de la Agencia Tributaria, del señor Montoro. ¿No contaba el Gobierno con estos datos? ¿Por qué los oculta? Llegó la hora, señorías del PP; tenemos que meternos en esto porque es urgente.
La brecha no solo no está disminuyendo como debería, sino que está aumentando. Eso no es justo para las mujeres ni para toda la sociedad al completo. No podemos prescindir ni menospreciar esa mitad del talento. Una de las medidas básicas para luchar contra la brecha son los permisos parentales igualitarios, la corresponsabilidad, esa que decía la señora Cancela, porque como he apuntado es justo en el momento de tener hijos cuando la carrera profesional de la mujer se ve gravemente perjudicada.
Es necesario que tanto hombres como mujeres nos impliquemos de igual manera en el cuidado de nuestros hijos: permisos igualitarios y también, por qué no, regular la custodia compartida, que ustedes tienen vetada, señorías del Partido Socialista. (Aplausos). Sean coherentes. Hablan de corresponsabilidad, lo repiten y lo repiten. ¿La custodia compartida no es corresponsabilidad? Parece que a veces les guste vivir en el siglo pasado.
Pues bien, Ciudadanos exigió en el acuerdo de investidura con el Partido Popular aumentar e igualar los permisos de paternidad. Pactamos después los Presupuestos Generales de 2017 y conseguimos incluir diferentes medidas naranjas. Gracias a ello los padres españoles pudieron disfrutar de dos semanas más de permisos el año pasado.
Estos son hechos, señorías del Partido Socialista. Estamos a la espera de que el Gobierno de una vez traiga a esta Cámara los Presupuestos Generales de 2018 para poder continuar aumentando los permisos. A nosotros, como a los ciudadanos que están en sus casas, nos valen los hechos, no las palabras, señorías socialistas.
Es más, además de los permisos esos presupuestos generales contienen otras medidas que van a disminuir la brecha salarial, unas medidas que pactamos nosotros con el Partido Popular: una ayuda adicional de 1000 euros anuales para las familias que tengan hijos de cero a tres años y un complemento salarial para jóvenes que ayudará mayoritariamente a las mujeres.
Los Presupuestos Generales del Estado —sí, señorías— son claves para cambiar las cosas en este país. Como ustedes no se bajen al barro van a seguir así, tal y como hasta ahora, sin conseguir absolutamente nada. ¿Saben ustedes cuántas iniciativas se han discutido y aprobado ya sobre brecha salarial en lo que va de legislatura? Como mínimo cuatro, creo.
Podemos seguir así, debatiendo horas y horas sobre brecha salarial, manifestarnos con pancartas, gritar, etcétera, pero si eso no consigue que se ponga en marcha ninguna medida concreta que afecte a la vida de los ciudadanos, ¿de qué sirve? ¿Quieren ustedes realmente mejorar la vida de las mujeres o quieren simplemente utilizarlas como una pancarta más?
Tienen aquí una guerra entre los socialistas y Podemos para ver quién da más. Pues ustedes saben perfectamente que lo que dijo el señor Rajoy el otro día, eso de no nos metamos en esto, no lo decía en broma. Claro que no quiere meterse. Tres mociones aprobadas ya desde hace más de un año.
La señora PRESIDENTA: Señora Reyes, tiene que terminar.
La señora REYES RIVERA: Finalizo, presidenta. Tres mociones aprobadas ya desde hace más de un año sin que se pongan en marcha. No sean ingenuos. Los Presupuestos Generales del Estado, lo repito, esa es la manera. Mójense ustedes o al menos absténganse y dejen que se pongan en marcha las iniciativas naranja que acabarán con la brecha salarial. Gracias. (Aplausos).
DEL GRUPO PARLAMENTARIO CIUDADANOS, SOBRE LOS PLANES DE LA MINISTRA DE
AGRICULTURA Y PESCA, ALIMENTACIÓN Y MEDIO AMBIENTE SOBRE LOS PLANES DE SU
MINISTERIO EN MATERIA DE AGUA. (Número de expediente 173/000076).
La señora PRESIDENTA: Continuamos con la moción consecuencia de interpelación urgente del Grupo Parlamentario Ciudadanos sobre los planes del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente en materia de agua. Por el grupo autor de la iniciativa, tiene la palabra el señor Garaulet Rodríguez.
El señor GARAULET RODRÍGUEZ: Muchas gracias, señora presidenta. Señorías, la semana pasada vino aquí la ministra y soltó los avances y la visión a largo plazo que estaba haciendo el Partido Popular para mejorar el déficit hídrico de nuestra nación. La verdad es que lo tenían muy fácil porque el Partido Socialista no hizo nada en su momento.
Bueno, sí, derogó un trasvase del Ebro e inició una política de desaladoras que no concluyó y encima nos costó 1500 millones de euros más. Por lo tanto lo tenía fácil. Pero a mí me hubiera gustado que la señora ministra, en vez de venir aquí y estar tan elocuente, se hubiera dado una vuelta por España, y como los que convivimos con la tensión y la realidad de una escasez hídrica —como puede ser en mi caso la zona del sureste— hubiera testado y sentido la incertidumbre que tienen estos ciudadanos.
Que pulsara la realidad física y social de lo que está haciendo con sus políticas de agua, la inseguridad que está generando; esta es una política de parches, de vamos corriendo a solucionar un problema. Aquí no se está poniendo en marcha una política real para mejorar el sistema.
No, no, señores del PP, ustedes vienen y sueltan: nosotros lo hacemos fantásticamente, lo hacemos fenomenal, pero me gustaría que la señora ministra fuera a Murcia o a Alicante o a Almería y les dijera a los ciudadanos de allí que lo tienen solucionado, que tienen la problemática solucionada; no va. Que hubiera ido a ver el mar Menor; no fue.
Y estas son las cosas que tenemos que hacer, no venir aquí y decir qué bien lo hago, sino hacer las cosas que le piden los ciudadanos, que para eso nos han votado. (Aplausos). No me gusta mirar para atrás, porque eso es lo que hacen ustedes, mirar para atrás, siempre para atrás. Y los de Podemos, imagínense. Vamos a mirar para adelante, vamos a ver tres ejes que creo que debemos implementar para mejorar esto de una vez por todas. En primer lugar, España.
Sí, señorías, esto ha dejado de ser un problema de tres regiones, de los malditos del sur, porque por desgracia los impactos del cambio climático hacen que esto sea nacional o estatal o, según los secesionistas, de la Península Ibérica, pero que yo sepa Fontibre todavía está en Cantabria. Si no saben qué es Fontibre es donde nace el Ebro, se lo dicen al señor Rufián. (Aplausos).
Que se reduzcan un 30 o un 40 % las producciones agrícolas afecta a la cadena de valor. Al final bajará la calidad del producto, subirán los precios y afectará a los ciudadanos, a todos los ciudadanos. Además como país nos hemos comprometido a cumplir unas directivas que no estamos cumpliendo. Ni la Directiva Marco del Agua ni la de la calidad de las aguas ni la de reutilización.
Por cierto, ya nos multan con 177 000 euros al día —más que con los estibadores, lo que pasa es que aquí nadie dice nada— y a lo mejor una multa pendiente de mil millones. Si estuviera el señor Iglesias aquí —que no está— diría: ¡Cuántos colegios públicos haríamos con mil millones! Pues póngase al caso y plantéeselo. (Aplausos).
Tenemos que cumplir —y esto tiene que cumplir— con la visión y los objetivos de la Iniciativa Europa 2020, con la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible, con la iniciativa de gobernanza del agua de la OCDE, con la nueva política del agua y de la Agenda Urbana 2030. Tenemos que cumplir, y eso debe ser la base de este nuevo marco del pacto nacional del agua.
Y también la lucha contra la desertización, que aquí nadie habla de ello, pero tenemos un avance de la desertización brutal en nuestro país. Debemos asegurar, señorías, la disponibilidad y el suministro del agua a la población, y por supuesto las aguas de riego y las aguas para la industria. Mejorar y asegurar los actuales estándares de calidad de las aguas de la nación, especialmente las de consumo humano y por supuesto las que nutren a los ecosistemas acuáticos.
Ningún ciudadano de este país se puede sentir discriminado en la cuestión del agua por vivir en un sitio u otro, señorías. Tenemos que hablar también de otro tema, de la regeneración. El agua tiene muchísimos problemas, pero lo que hay que hacer es cambiar de chip; vamos a hacerlo, vamos a hacer una práctica de regeneración, de integridad y de transparencia. Aprovechemos y cambiemos el modelo ahora.
Dejémonos de las políticas de siempre, de las de ustedes, que en veinticinco años no nos han llevado a nada, sino a la escasez. Cambiemos el modelo; ahora hay que implementar los escenarios del cambio climático, por supuesto que sí. Hay que cambiar los hábitos y la gestión de las inversiones. Hay que intentar que la inversión en una infraestructura no pase de costar 120 millones a 600 millones; eso lo hizo el señor Ramón Luis Valcárcel con la desaladora de Escombreras.
¡No se puede pasar de 120 millones a 600! Ese es el gran problema que tenemos en este país. Asimismo hay que apostar por la ley de gestión integral del agua. Tenemos que establecer un órgano regulador, sin quitar las competencias por supuesto ni a los entes municipales ni a las autonomías, pero hay que crear un sistema de juego y crear una normativa para que todos funcionemos igual.
No se puede hacer un benchmarking de la normativa de la gestión del agua en las ciudades, no se puede hacer porque así van como van. ¡No generamos seguridad jurídica para que se hagan las inversiones que se tienen que hacer! Por cierto, inversiones por valor de 17 000 millones de euros que también generarían 23 000 puestos de trabajo. ¡Ojo!
Pero la obsolescencia de nuestras cañerías, de nuestros alcantarillados es brutal, tienen una edad media de sesenta años y una tasa de reposición de 0,6 y cuando se cambien tendrán cien años. ¿Saben el agua que se pierde en cañerías de cien años? Un tercio. De los 3200 hectómetros cúbicos que se miden en las ciudades, se pierden 1060 hectómetros cúbicos de agua. Y dirán: bueno, ¿y eso cuánto es? Es el déficit hídrico de Almería, de Murcia y de Alicante. (Aplausos).
Hay que aplicar las directivas europeas, mejorar las eficiencias, inscribir los escenarios de cambio climático y hacer un banco público de agua que dé transparencia para que deje de existir ese mercado negro del agua.
Hay que incluir un plan de gestión de riegos de avenidas, por supuesto, pero también en las ciudades, así como un plan de gestión de riesgo de sequías. ¡Hay que innovar, hay que mejorar el déficit de infraestructuras, hay que invertir urgentemente 12 000 millones en actuaciones urgentes para que no nos multen!
La suerte que tenemos entre todas estas desgracias es que tenemos el capital humano y la tecnología, porque la escasez ha hecho que nosotros mejoremos; lo único malo es que desde 2007 a 2017 se han bajado en un 90 % las inversiones en este país. Y ese capital humano y esas tecnologías se están aplicando en el exterior, no en España, sino en el exterior, porque tenemos los mejores y aquí vienen a ver a los mejores.
Hay que modernizar el riego. ¡No podemos tener 800 000 hectáreas de regadío sin modernizar! ¡No se pueden utilizar de los 15 000 hectómetros cúbicos 5000 en riego a manta! ¡Es imposible! Tenemos que hacerlo, tenemos que utilizar las nuevas tecnologías. Hay que apoyar a las unidades de explotación que mejoren la modernización de sus riegos.
Para finalizar, señorías —iba a decir muchísimas cosas más, pero me pierde este tema—, el objetivo es conseguir un pacto nacional que busque el equilibrio y se beneficie a todos los españoles, a todas las familias, a todos los sectores y se apoye en la solidaridad, en la creación de valor y en los principios de sostenibilidad y de transversalidad.
Eso es lo que venimos a decir aquí, señorías, no venimos a poner coto y decir qué hay que hacer. Hemos de pedir responsabilidad de la señora ministra para que convoque esta Mesa del Agua y los 350 —que aquí hay menos hoy— tenemos la responsabilidad de sacar este tema hacia delante. Eso nos lo van a agradecer los ciudadanos si lo hacemos. Muchísimas gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Continuamos con la moción consecuencia de interpelación urgente del Grupo Parlamentario Ciudadanos sobre los planes del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente en materia de agua. Por el grupo autor de la iniciativa, tiene la palabra el señor Garaulet Rodríguez.
El señor GARAULET RODRÍGUEZ: Muchas gracias, señora presidenta. Señorías, la semana pasada vino aquí la ministra y soltó los avances y la visión a largo plazo que estaba haciendo el Partido Popular para mejorar el déficit hídrico de nuestra nación. La verdad es que lo tenían muy fácil porque el Partido Socialista no hizo nada en su momento.
Bueno, sí, derogó un trasvase del Ebro e inició una política de desaladoras que no concluyó y encima nos costó 1500 millones de euros más. Por lo tanto lo tenía fácil. Pero a mí me hubiera gustado que la señora ministra, en vez de venir aquí y estar tan elocuente, se hubiera dado una vuelta por España, y como los que convivimos con la tensión y la realidad de una escasez hídrica —como puede ser en mi caso la zona del sureste— hubiera testado y sentido la incertidumbre que tienen estos ciudadanos.
Que pulsara la realidad física y social de lo que está haciendo con sus políticas de agua, la inseguridad que está generando; esta es una política de parches, de vamos corriendo a solucionar un problema. Aquí no se está poniendo en marcha una política real para mejorar el sistema.
No, no, señores del PP, ustedes vienen y sueltan: nosotros lo hacemos fantásticamente, lo hacemos fenomenal, pero me gustaría que la señora ministra fuera a Murcia o a Alicante o a Almería y les dijera a los ciudadanos de allí que lo tienen solucionado, que tienen la problemática solucionada; no va. Que hubiera ido a ver el mar Menor; no fue.
Y estas son las cosas que tenemos que hacer, no venir aquí y decir qué bien lo hago, sino hacer las cosas que le piden los ciudadanos, que para eso nos han votado. (Aplausos). No me gusta mirar para atrás, porque eso es lo que hacen ustedes, mirar para atrás, siempre para atrás. Y los de Podemos, imagínense. Vamos a mirar para adelante, vamos a ver tres ejes que creo que debemos implementar para mejorar esto de una vez por todas. En primer lugar, España.
Sí, señorías, esto ha dejado de ser un problema de tres regiones, de los malditos del sur, porque por desgracia los impactos del cambio climático hacen que esto sea nacional o estatal o, según los secesionistas, de la Península Ibérica, pero que yo sepa Fontibre todavía está en Cantabria. Si no saben qué es Fontibre es donde nace el Ebro, se lo dicen al señor Rufián. (Aplausos).
Que se reduzcan un 30 o un 40 % las producciones agrícolas afecta a la cadena de valor. Al final bajará la calidad del producto, subirán los precios y afectará a los ciudadanos, a todos los ciudadanos. Además como país nos hemos comprometido a cumplir unas directivas que no estamos cumpliendo. Ni la Directiva Marco del Agua ni la de la calidad de las aguas ni la de reutilización.
Por cierto, ya nos multan con 177 000 euros al día —más que con los estibadores, lo que pasa es que aquí nadie dice nada— y a lo mejor una multa pendiente de mil millones. Si estuviera el señor Iglesias aquí —que no está— diría: ¡Cuántos colegios públicos haríamos con mil millones! Pues póngase al caso y plantéeselo. (Aplausos).
Tenemos que cumplir —y esto tiene que cumplir— con la visión y los objetivos de la Iniciativa Europa 2020, con la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible, con la iniciativa de gobernanza del agua de la OCDE, con la nueva política del agua y de la Agenda Urbana 2030. Tenemos que cumplir, y eso debe ser la base de este nuevo marco del pacto nacional del agua.
Y también la lucha contra la desertización, que aquí nadie habla de ello, pero tenemos un avance de la desertización brutal en nuestro país. Debemos asegurar, señorías, la disponibilidad y el suministro del agua a la población, y por supuesto las aguas de riego y las aguas para la industria. Mejorar y asegurar los actuales estándares de calidad de las aguas de la nación, especialmente las de consumo humano y por supuesto las que nutren a los ecosistemas acuáticos.
Ningún ciudadano de este país se puede sentir discriminado en la cuestión del agua por vivir en un sitio u otro, señorías. Tenemos que hablar también de otro tema, de la regeneración. El agua tiene muchísimos problemas, pero lo que hay que hacer es cambiar de chip; vamos a hacerlo, vamos a hacer una práctica de regeneración, de integridad y de transparencia. Aprovechemos y cambiemos el modelo ahora.
Dejémonos de las políticas de siempre, de las de ustedes, que en veinticinco años no nos han llevado a nada, sino a la escasez. Cambiemos el modelo; ahora hay que implementar los escenarios del cambio climático, por supuesto que sí. Hay que cambiar los hábitos y la gestión de las inversiones. Hay que intentar que la inversión en una infraestructura no pase de costar 120 millones a 600 millones; eso lo hizo el señor Ramón Luis Valcárcel con la desaladora de Escombreras.
¡No se puede pasar de 120 millones a 600! Ese es el gran problema que tenemos en este país. Asimismo hay que apostar por la ley de gestión integral del agua. Tenemos que establecer un órgano regulador, sin quitar las competencias por supuesto ni a los entes municipales ni a las autonomías, pero hay que crear un sistema de juego y crear una normativa para que todos funcionemos igual.
No se puede hacer un benchmarking de la normativa de la gestión del agua en las ciudades, no se puede hacer porque así van como van. ¡No generamos seguridad jurídica para que se hagan las inversiones que se tienen que hacer! Por cierto, inversiones por valor de 17 000 millones de euros que también generarían 23 000 puestos de trabajo. ¡Ojo!
Pero la obsolescencia de nuestras cañerías, de nuestros alcantarillados es brutal, tienen una edad media de sesenta años y una tasa de reposición de 0,6 y cuando se cambien tendrán cien años. ¿Saben el agua que se pierde en cañerías de cien años? Un tercio. De los 3200 hectómetros cúbicos que se miden en las ciudades, se pierden 1060 hectómetros cúbicos de agua. Y dirán: bueno, ¿y eso cuánto es? Es el déficit hídrico de Almería, de Murcia y de Alicante. (Aplausos).
Hay que aplicar las directivas europeas, mejorar las eficiencias, inscribir los escenarios de cambio climático y hacer un banco público de agua que dé transparencia para que deje de existir ese mercado negro del agua.
Hay que incluir un plan de gestión de riegos de avenidas, por supuesto, pero también en las ciudades, así como un plan de gestión de riesgo de sequías. ¡Hay que innovar, hay que mejorar el déficit de infraestructuras, hay que invertir urgentemente 12 000 millones en actuaciones urgentes para que no nos multen!
La suerte que tenemos entre todas estas desgracias es que tenemos el capital humano y la tecnología, porque la escasez ha hecho que nosotros mejoremos; lo único malo es que desde 2007 a 2017 se han bajado en un 90 % las inversiones en este país. Y ese capital humano y esas tecnologías se están aplicando en el exterior, no en España, sino en el exterior, porque tenemos los mejores y aquí vienen a ver a los mejores.
Hay que modernizar el riego. ¡No podemos tener 800 000 hectáreas de regadío sin modernizar! ¡No se pueden utilizar de los 15 000 hectómetros cúbicos 5000 en riego a manta! ¡Es imposible! Tenemos que hacerlo, tenemos que utilizar las nuevas tecnologías. Hay que apoyar a las unidades de explotación que mejoren la modernización de sus riegos.
Para finalizar, señorías —iba a decir muchísimas cosas más, pero me pierde este tema—, el objetivo es conseguir un pacto nacional que busque el equilibrio y se beneficie a todos los españoles, a todas las familias, a todos los sectores y se apoye en la solidaridad, en la creación de valor y en los principios de sostenibilidad y de transversalidad.
Eso es lo que venimos a decir aquí, señorías, no venimos a poner coto y decir qué hay que hacer. Hemos de pedir responsabilidad de la señora ministra para que convoque esta Mesa del Agua y los 350 —que aquí hay menos hoy— tenemos la responsabilidad de sacar este tema hacia delante. Eso nos lo van a agradecer los ciudadanos si lo hacemos. Muchísimas gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias. Por el Grupo Parlamentario Socialista tiene la palabra el señor Palacín Guarné.
El señor PALACÍN GUARNÉ: Gracias, presidenta. Buenos días a todos, señorías. Debatimos hoy la moción consecuencia de interpelación sobre la convocatoria de una mesa nacional del agua. He de confesar que, después de escuchar la interpelación de la semana pasada, tenía interés en ver qué proponía Ciudadanos en el debate en materia de agua y, una vez conocido el texto de la moción, con corrección incluida, y después de haberles escuchado hoy, he de decir que han superado todas mis expectativas.
Tanto en los tiempos como en las formas y el contenido son marca de la casa y para muestra un botón. En la exposición de motivos de la propia moción indicaban que iban a proponer, cito literal, diez cuestiones de amplio alcance propicias a la reflexión crítica y al diálogo interdisciplinar, pero la moción únicamente cuenta con un punto y mi pregunta es: ¿Tanto ruido para solicitar una mesa del agua?
He de decir que también nos interesaría haber conocido cuáles eran el resto de estas nueve medidas. Y he de indicar, como ya han dicho otros portavoces, que ya existen órganos participativos. Lo que tiene que hacer el Gobierno es convocarlos y dar participación a la sociedad. Y en cuanto a qué colectivo echamos de menos pues, por ejemplo, a los territorios cedentes. Las zonas cedentes no están bien representadas dentro del Consejo del Agua.
No se dan cuenta de que con esta moción, señores de Ciudadanos, lo que están haciendo es hacerle el juego al Gobierno; Gobierno que está mareando la perdiz con 125 reuniones, pero con ninguna propuesta encima de la mesa. (Aplausos).
Y, como saben, porque ustedes participaron de la votación, aprobamos por unanimidad la creación de la subcomisión para el estudio del tema del agua y el impacto del cambio climático. Ese debe ser el foro para tratar temas y propuestas del agua. Yo creo que el momento para traer esta moción es simplemente el oportunismo político naranja a que nos tienen acostumbrados.
Ahora me quiero centrar en la exposición de motivos, ya que poco puedo decir de las medidas propuestas, donde se intuyen varias cosas. Hablan de que en nuestro país no hay un debate público o que si existe es parcial o circunstancial, y es que, que ustedes no lo conozcan o no participen, no quiere decir que no exista.
Desde el Partido Socialista les damos la bienvenida a este tipo de debates y nos alegramos de que se sumen. Como he dicho, estamos a la espera de que nos traigan las nueve propuestas que faltan. Desde el Partido Socialista hemos trabajado con expertos en los últimos meses en un documento que se llama ‘Bases para un acuerdo de país sobre el agua’; un documento abierto, un documento participativo, del que ya estamos recibiendo inputs por parte de la sociedad, y un documento que, curiosamente, este sí que cuenta con diez propuestas base para lograr el acuerdo.
Yo solo les voy a leer la primera de ellas que dice: Elaborar una auditoría hidrológica, porque cualquier planteamiento que hagamos, cualquier planteamiento político que hagamos, tiene que estar basado en criterios técnicos y científicos. Es evidente que hay que tener en cuenta la base científica y no solo vale la voluntad política para llegar a un acuerdo vacío.
Por eso, el partido que represento —y ustedes hacen mención en su moción— derogó parcialmente el Plan Hidrológico Nacional de 2001, porque era un plan que no tenía en cuenta los criterios técnicos y lo que avanzaba en cuanto al cambio climático, además de contravenir normativas europeas. En su moción, también hace referencia al Plan de desalinización, como le llama, puesto en marcha por el Gobierno socialista, indicando que tampoco contó con el consenso total.
Pero, ¿cómo iba a contar con el consenso total, si aquí había unos señores que defendían el agua para todos sin límite y que, además, negaban la existencia del cambio climático? ¡Era imposible que hubiera consenso con el Partido Popular de aquel entonces! Ahora ya no.
Ahora ya defendemos la existencia de la desalación y apostamos por ella. Hemos llegado doce años después, hemos perdido mucho tiempo, pero ahora sí que se pueden plantear otro tipo de acuerdos. Hacen también especial hincapié en la falta de obras hidráulicas y hablan de la solidaridad intercuencas.
Bueno, se apuntan a la fiebre de los trasvases, aunque literalmente no lo digan, pero líderes de su partido, por ejemplo en Aragón, han venido a decirnos que el plan hidrológico nacional tendría que ser un plan de trasvases. Lo que es evidente es que en un país con pocos recursos hídricos estos deben gestionarse y aprovecharse de la manera más eficiente posible, porque son recursos escasos —como he dicho— y valiosos, tanto para la sociedad, para la economía como para el medio ambiente.
Por esa razón, mi grupo siempre defenderá iniciativas que mejoren esa gestión, como he dicho, sostenible de un recurso muy importante en nuestro país. Pero este no es el caso de la moción que hoy nos traen, porque poco o nada aporta a este debate.
Por esa razón, no va a contar con el apoyo del Grupo Socialista. Simplemente, para acabar, quiero hacerles una petición a las señorías de Ciudadanos: que no utilicen el agua como arma arrojadiza para hacer política; que no la utilicen y que salgan del oportunismo político en cuanto a materia de agua. Nada más, muchas gracias, y espero que reflexionen en materia de agua, que es un asunto muy importante para nuestro país. Muchas gracias. (Aplausos).
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