sábado, 20 de junio de 2020

COMPARECENCIA PEDRO SÁNCHEZ 20 JUNIO 2020



Sánchez pide a los partidos un “respaldo activo” en la negociación del Plan de Recuperación: “Europa debe vernos unidos en la defensa de los intereses nacionales”

“La unidad ha salvado miles de vidas. Y puede y debe salvar empresas y empleos. También por eso nos necesitamos todos y todas”, afirma el presidente.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha realizado este sábado un llamamiento a la “unidad” interna, de cara a la negociación del Plan europeo de Recuperación frente a la crisis provocada por la pandemia. “España debe entenderse con España. Por eso –anunció-, en los próximos días, desde el Gobierno compartiremos con las fuerzas políticas que participan del ideal europeo el desarrollo de las negociaciones dentro del Consejo Europeo de esas propuestas de la Comisión y solicitaremos un respaldo activo a las posiciones del Gobierno de España. Europa debe vernos unidos en la defensa de los intereses nacionales y del avance de la causa europea”.

En una declaración institucional, con la que pone fin a las comparecencias realizadas durante el estado de alarma, el presidente Sánchez ha señalado que, en la vida política, “gastamos demasiadas energías y tiempo en crear diferencias y divisiones entre nosotros”, cuando “lo útil es unir fuerzas y propósitos; lo eficaz y lo que tiene sentido en estas horas tan críticas es cooperar”. Recordando que “el Parlamento está dispuesto en semicírculo para hablar con claridad e incluso con dureza, pero para dialogar. No es un ruedo en el que solamente se deba pelear, no es un campo para el insulto, la provocación o la mera confrontación”.



Señaló también que ello no implica “renunciar a las propias ideas”, sino abandonar “las formas crispadas y broncas”, y que “en el camino del entendimiento, el respeto es un paso, pero ese paso es también a la vez una meta”. De hecho, “todos hemos comprobado que la cooperación ha sido fundamental en el combate contra la enfermedad y la muerte”, como “todos sabemos que en el horizonte acechan otros enemigos igualmente temibles como son el paro, la pobreza y la exclusión social. Y también contra esos enemigos la mejor defensa es la unidad y la cooperación”.

“La unidad ha evitado contagios, la unidad ha salvado miles y miles de vidas. La unidad puede y debe salvar empresas, puede y debe salvar empleos. También por eso nos necesitamos todos y todas”. “No tengamos miedo a avanzar unidos”, el mejor y más duradero homenaje que podemos tributarle a los fallecidos es “volver a levantar nuestro país desde la unidad”; “hacer un país mejor y más justo, más vivible”, añadió.



Gratitud a todos los españoles

A escasas horas de que concluya en toda España el estado de alarma decretado el 14 de marzo para hacer frente a la Covid-19, el también secretario general del PSOE ha dado las gracias a todos los ciudadanos que, “sin distinción de ideas o de lugar de residencia, han actuado responsablemente, con generosidad; han sido solidarios y comprensivos, han hecho frente al sufrimiento y las dificultades de manera ejemplar. Todas esas personas, que han sido y son la inmensa mayoría de la sociedad española, son las que nos definen como pueblo. Una España que, además de proteger, avanza unida. Así debe ser: avanzar unidos y unidas”.

En este periodo de reconstrucción que ahora toca, Sánchez afirmó que “la recuperación debe ser lo más rápida posible” pero deber realizarse sentando “las bases de una nueva economía”, tal y como nos ha señalado también una “nueva Europa”, que –al contrario que en 2008, “ha buscado el acuerdo, la unión y la solidaridad a través de un Plan”- y que presenta una agenda marcada por el cambio de nuestro modelo energético y la digitalización de nuestras empresas.



Además de esa nueva respuesta desde la economía, es preciso “poner en pie un Estado del Bienestar que subsane las carencias que se han evidenciado en esta crisis”. Por eso, desde el Grupo Socialista se impulsará “una Comisión mixta Congreso-Senado de Evaluación para analizar con rigor el estado de nuestra Sanidad, de nuestra Ciencia, de nuestro sistema de atención a mayores, en definitiva, de nuestro sistema de protección social”.

En la nueva normalidad

De cara a la etapa que ahora se abre de nueva normalidad, Pedro Sánchez ha pedido mantener “la guardia alta” -también desde el punto de vista institucional-, “seguir a rajatabla las reglas de higiene y de protección” y hacerlo sobre todo “con la mayor responsabilidad personal”, pues como hemos aprendido en estas semanas “cada uno podemos ser un muro frente al virus o una vía de contagio. Depende de cada uno”. En consecuencia, debemos estar “vigilantes, pero también orgullosos de lo que hemos conseguido juntos”.

Destacó igualmente que, aunque en España y Europa mantenemos a raya el virus, no ocurre lo mismo en otras zonas del planeta: la OMS considera que la pandemia está en fase de expansión y ayer mismo se reportaron 180.000 nuevos contagios en el mundo, 18 veces más que el día en que se declaramos en nuestro país el estado de alarma. “La advertencia es clara: el virus puede volver y puede sacudirnos de nuevo en una segunda ola y hemos de evitarlo entre todos a toda costa”.




COMPARECENCIA PEDRO SÁNCHEZ

Buenas tardes. Mañana domingo todo el país, toda España, culminará la desescalada. Dejaremos atrás el Estado de Alarma y entraremos de lleno en lo que hemos denominado la Nueva Normalidad. Antes de la pandemia -hace muy pocos meses- en marzo de 2020, todos los países del todo mundo nos preparábamos para los Juegos Olímpicos de Tokio, la NASA presentaba un nuevo vehículo robotizado que enviaría a Marte y los países europeos deliberábamos sobre sus nuevos presupuestos comunitarios.

En España, el nuevo Gobierno acababa de asumir sus funciones y los españoles se preparaban para celebraciones tan populares como Las Fallas y la Semana Santa. Todos lo ignorábamos, pero un virus desconocido ya había entrado tiempo antes silenciosamente en nuestras vidas.

Había atravesado las fronteras, procedente de Asia sin que los sistemas de prevención de todo el continente fueran capaces de detectarlo. Nadie sabía que estábamos a las puertas de lo que hemos sufrido, la mayor conmoción sanitaria, social y económica de estos últimos 80 años.

Todos ignorábamos que era solo el inicio de una pesadilla que ha atacado primero a Europa, cebándose con las naciones -como la nuestra- más transitadas y que después, ha proseguido su viaje letal -América del Norte, América del Surcobrándose la vida hasta hoy de cerca de medio millón de seres humanos en todo el mundo, según los registros oficiales de la Organización Mundial de la Salud. Más de 28.000 compatriotas han perdido la vida en nuestro país.

La prioridad absoluta hace 99 días era frenar la propagación del virus, frenar la curva de contagio, evitar el colapso de nuestros hospitales. En resumen, el propósito común que teníamos todos era salvar vidas. Por ello, el 14 de marzo anuncié la activación del Estado de Alarma y nuestro país se paró en seco. Recuerdo las palabras que utilicé como nuestra columna vertebral para vencer al virus: sacrificio, resistencia y moral de victoria. Es aún doloroso recordar aquellos momentos oscuros, el sufrimiento insoportable y la oscuridad en la que nos movíamos.

Nadie podía predecir cuándo y cómo podía terminar aquella pesadilla. El desasosiego de las familias que perdían a sus familiares, a sus seres queridos, sin poder despedirse de ellos. Las heridas psicológicas, emocionales en muchas familias y también en el conjunto del país las heridas económicas y sociales

Hubo que parar la vida para contener al virus. Tuvimos que sostener un tejido económico que estaba sano para que se pudiera sobrevivir después de la pandemia pero que tuvimos que congelar entonces. Tuvimos también que ofrecer un escudo a las familias, sobre todo aquellas más desfavorecidas, que habrían sucumbido sin la ayuda de lo público. Y lo hicimos, lo hicimos unidos.

Fuimos golpeados con fuerza, con extrema dureza, pero resistimos. Y lo hicimos con la misma fuerza. Doblegamos la curva. Contuvimos la propagación del virus. Y lo hicimos unidos. Y gracias a ello, tras semanas verdaderamente tenebrosas, vinieron las primeras medidas de alivio y luego iniciamos la desescalada. Nuestras calles volvieron a recuperar poco a poco la vida, sobre todo con el pulso y la vitalidad de nuestros pequeños. Nuestra economía empezó a recuperar el pulso hasta hoy.

En unas horas, en el día de mañana, ya quedará definitivamente levantado el Estado de Alarma en el conjunto del Estado. Ahora que ya no resulta necesario si me gustaría hacer balance y recordar que precisamente gracias a ese instrumento constitucional, al Estado de Alarma, hemos podido limitar movimientos, contactos y evitar así nuevos contagios con la cobertura plena de nuestra Constitución. Gracias al Estado de Alarma hemos beneficiado a todas y cada una de las Comunidades Autónomas, a todas y cada una de las Ciudades Autónomas.

Gracias al Estado de Alarma hemos podido salvar miles y miles de vidas en el conjunto del país. Según estudios científicos independientes 450.000 vidas se han salvado en nuestro país y más de tres millones de vidas en todo el continente europeo gracias a las medidas de confinamiento que hemos realizado en el conjunto de países europeos. Comienza ahora una etapa nueva.

Hemos recuperado la calle, hemos reconquistado la movilidad, nuestra economía comienza a latir, nuestras fronteras empezarán a abrirse en el día de mañana y estamos en condiciones de avanzar, tenemos el deber de avanzar.

Desde luego si me gustaría compartir con ustedes que no podemos bajar la guardia. Tendremos que mantener la guardia alta –también desde el punto de vista institucional- y seguir a rajatabla las reglas de higiene y de protección. Sobre todo, con la mayor responsabilidad personal que hemos desempeñado hasta ahora. Cada uno podemos ser un muro frente al virus o una vía de contagio. Depende de cada uno de nosotros y nosotras. Eso es lo que hemos aprendido a  lo largo de éstas semanas tan difíciles.

Porque aunque en España mantiene a raya el virus y lo mismo sucede en el conjunto de la Unión Europea, no ocurre lo mismo en otras zonas del planeta: la Organización Mundial de la Salud considera que la pandemia está en fase de expansión y ayer mismo se reportaron 180.000 nuevos contagios en el mundo. Para que se hagan una idea, 18 veces más que el día en que declaramos en nuestro país el Estado de Alarma. La advertencia es clara: el virus puede volver y puede sacudirnos de nuevo en una segunda ola y tenemos entre todos que de evitarlo a toda costa.

Seguimos siendo vulnerables, seguimos necesitando la colaboración de todos y de todas, individual y también la responsabilidad colectiva para que lo conquistado con tanto esfuerzo hasta ahora no tenga marcha atrás. Así que depende de todos y de cada uno de nosotros y nosotras.

Por eso, el Estado está preparando entre otras cuestiones una reserva estratégica con productos esenciales para hacer frente a posibles futuras emergencias sanitarias en nuestro Sistema Nacional de Salud. Una reserva estratégica que ha de complementar las reservas que deben constituir las Comunidades Autónomas en el ejercicio de sus competencias vinculadas con la Sanidad y la Salud Pública.

Estamos vigilantes, pero estamos también –esto me gustaría compartirlo con todos ustedes- estamos orgullosos de lo que hemos conseguido juntos.

Y en este día, lo justo es reconocer a quienes más han hecho. Lo justo es conceder el protagonismo a todas las personas que con su esfuerzo, con su dedicación, con su compromiso han protegido a nuestro país, al conjunto de ciudadanos, en estos meses tan terribles.

Por eso, como Presidente del Gobierno quiero volver a dar las gracias: Gracias en primer lugar a quienes han estado en primera línea. A los profesionales sanitarios que han dado todo lo que tenían, y también lo que no tenían, para salvar nuestras vidas. A veces, incluso, a costa de las suyas propias. Gracias. Gracias también a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a las policías autonómicas, a las policías locales, a las Fuerzas Armadas por desplegar su profesionalidad y amparo en todos los rincones y por acudir en socorro de los mayores cuando estaban más desvalidos.

Gracias también a todos los trabajadores que nunca se detuvieron para que los demás pudiéramos parar en seco: a los agricultores, a los empleados de supermercados, a los transportistas, al personal de limpieza, a los profesionales de las telecomunicaciones, del suministro de energía y de agua. Son muchos, en todos los frentes. Gracias. Gracias también a quienes se han reinventado a toda velocidad para mantener nuestra mente activa, nuestra mente sana: a los profesores, a los maestros, a los educadores sociales, a los psicólogos.

Gracias también al mundo de la cultura por demostrar su imprescindible valor social abriéndonos puertas y ventanas al pensamiento y al entretenimiento durante estas semanas tan largas de confinamiento. Lógicamente dar también las gracias por su esfuerzo y compromiso a nuestros deportistas. Gracias a los profesionales de la comunicación que mantuvieron prendida la luz de la información cuando parecía que todo estaba oscuro a nuestro alrededor.

Gracias a los trabajadores que cuidan de nuestros mayores y que en estos meses han tenido sobre sus hombros la carga más dura. Gracias también a los científicos que trabajan día y noche precisamente para lograr ese remedio terapéutico o esa vacuna que nos permita superar esta epidemia.

Gracias a los pequeños que han tenido que soportar una experiencia que muchas veces les costaba entender. Gracias también a los jóvenes que han contenido su vitalidad para proteger precisamente lo que más querían: a sus padres, madres y abuelos, abuelas. Sufrieron los jóvenes el parón de las clases o la expulsión del mercado de trabajo que se ha cebado, sobre todo, entre los más jóvenes.

Por eso formación, empleo y vivienda son tres demandas legítimas de nuestros jóvenes a las cuales las instituciones públicas y sin duda alguna el Gobierno de España van a dar respuesta. Formación, empleo, vivienda, esto es emancipación y futuro. Y gracias a los mayores que han aportado serenidad cuando sentían muy cerca la amenaza del COVID-19. Me gustaría dar también las gracias en especial a las mujeres.

Representan entre nosotros la mayoría del personal sanitario, son mayoría en el comercio, la  alimentación, los servicios de limpieza hospitalaria y de residencias, también en los cuidados a una sociedad que se sentía desvalida. Algunas, además, por desgracia han tenido que sufrir en esta situación la violencia de género que se ha exacerbado desgraciadamente durante estos meses de encierro.

Nunca las olvidaremos y por ellas y sus hijos e hijas trabajamos sin descanso. Me gustaría también agradecer a todos los Gobiernos Autonómicos, a todos los Gobiernos Municipales, a los Consells a los municipios, a las provincias -con independencia de su color político- el trabajo que han hecho conjunto con el Gobierno de España.

Y me permitirán también que como Presidente del Gobierno de las gracias también al Ministerio de Sanidad. A todos y cada uno de sus trabajadores y trabajadoras que lo han hecho sin descanso, día y noche, desde el primero al último del Ministerio de Sanidad. Gracias de verdad. Gracias de corazón. Gracias en definitiva a todos los ciudadanos por el sacrificio, por la responsabilidad y por la disciplina y la moral de victoria que han desplegado en estas semanas tan complicadas para todos.

Gracias a todos y todas por quedarse en casa. De corazón. Es un orgullo, un honor, el ser presidente del Gobierno de este gran país. El trabajo de todos nos honra como país y honra la memoria de quienes hemos perdido por el camino. A todos ellos, a todas ellas, a quienes nos han salvado y a quienes murieron sin poder ser salvados desgraciadamente, rendiremos un gran homenaje de Estado el próximo día 16 de julio; un homenaje que presidirá el jefe del Estado, S.M. el Rey y al que asistirán los presidentes y presidentas autonómicos, las máximas autoridades europeas y también en representación de la Organización Mundial de la Salud su Director General.

Pero me gustaría también decir y compartir con ustedes algo, hay otro homenaje más duradero que podemos tributarles sobre todo a aquellos que han estado en primera línea y sobre todo aquello que hemos perdido como consecuencia de esta pandemia, es volver a levantar nuestro país desde la unidad. Unidad para empezar con los más débiles, con los más vulnerables. Socorriéndoles asegurando el techo, la energía, el sustento en definitiva. Sin dejar a nadie atrás en esta crisis.

Como hemos hecho, por ejemplo, al aprobar sin ningún voto en contra en el Congreso de los Diputados el Ingreso Mínimo Vital. Una medida histórica en nuestro país, sin precedentes también en el mundo que llega en un momento crítico. No íbamos a permitir más infancias rotas, más generaciones sin futuro o más familias sin esperanzas.

Ahora como saben toca la reconstrucción, toca la recuperación, que debe ser lo más rápida posible. Pero que no consiste en restaurar un viejo edificio para devolverlo a su estado anterior. Sabíamos que ese edificio contaba con debilidades, errores, que teníamos que corregir. Debemos rehabilitar, remozar el antiguo edificio de nuestra economía.

Hemos de poner las bases de una Nueva Economía. Así lo estamos trabajando con Europa, que ha presentado una agenda marcada por el cambio de nuestro modelo energético, por la transición ecológica, por la digitalización de nuestras empresas y por la formación, la educación y la ciencia. Ese es el sentido de los Planes que hemos presentado para sectores que han sido dañados como consecuencia del COVID-13 como es el Turismo o el sector de la Automoción.

Ese es el sentido, también, de la aprobación de medidas tan importantes en el Consejo de Ministros que ahora mismo están tramitándose en el parlamento como es la Ley de Cambio Climático, la Estrategia de Economía Circular, el Plan Nacional de Energía y Clima o la Ley de Educación. Y los planes que vamos a aprobar en el ámbito de la digitalización, de la ciencia, de la vivienda, de la renovación urbana, de la movilidad sostenible, del comercio y sobre todo y ante todo de nuestros jóvenes.

Una transformación positiva en base a criterios de sostenibilidad y de inclusión social como es por ejemplo el Ingreso Mínimo Vital aprobado por el Congreso de los Diputados hace escasos días. Necesitamos sectores recuperados cuanto antes pero también necesitamos sectores renovados y adaptados a un mundo que debe erradicar las emisiones contaminantes que debe hacer frente a la emergencia climática y que ha de contener el derroche de energía.

En definitiva, necesitamos recuperar nuestra economía y al mismo tiempo debemos renovarla para hacerla más inclusiva y más sostenible. Precisamos, en consecuencia, de dar una nueva respuesta desde la economía también a este nuevo mundo que ha surgido después de la pandemia del COVID. Este es el camino que tenemos ante nosotros. También el de poner en pie un Nuevo Estado del Bienestar que subsane las carencias que se han evidenciado en esta crisis.

Por eso, impulsaremos una Comisión mixta de Evaluación en el Congreso y el Senado para analizar con rigor el estado de nuestra Sanidad, de nuestra ciencia, de nuestro sistema de atención a los mayores, en definitiva de nuestro sistema de protección social. Contamos esta vez con una ventaja que no se dio en la anterior crisis y es la respuesta europea.

De la pandemia también emerge una Nueva Europa que ha aprendido la lección y que ha buscado el acuerdo, la unión, en definitiva la solidaridad a través de esa propuesta que hemos conocido de la Comisión Europea por una recuperación para la crisis que comportará transferencias, préstamos para que el conjunto de economías europeas pero sobre todo aquellos países más golpeados podamos relanzar nuestras economías impulsando la transformación digital, la formación, la ciencia, el cambio de modelo energético y también podamos asistir a los sectores sociales más afectados por la crisis.

En la crisis de 2.008 ya comprobamos que el egoísmo, que la división entre los países, y dentro también de los países, ahondó los males de la economía y los prolongó en el tiempo. Hubo entonces, y los hay ahora, dentro y fuera de nuestras fronteras, quienes vieron en la pobreza y el paro, un desafío no económico sino una especie de castigo merecido por los pueblos del sur de Europa por supuestos defectos morales que no eran tales.

Pero lo cierto es que no fue ninguna penitencia lo que enderezó la economía y nos permitió recuperar la senda de crecimiento; fue el cambio, por ejemplo, en la política monetaria del Banco Central Europeo lo que mejoró la economía y en consecuencia mejoró la creación de empleo y la prosperidad del conjunto de economías europeas.

Tenemos por delante el horizonte de la reactivación de nuestra economía a nivel europeo y a nivel estatal, no solo para reconstruirla, sino sobre todo para hacerla más sostenible, más digital, más productiva, más inclusiva. Para poner en pie una Nueva Economía.

Hemos aprendido de la anterior crisis que la insolidaridad no reactiva nada sino que ahonda y prolonga los problemas de las empresas, de la exclusión social y de la precarización de los trabajadores. También aquí es bueno no olvidar tan pronto las lecciones de un pasado tan reciente. También aquí necesitamos hacer las cosas de una manera diferente a como se hicieron en el pasado.

Y es lo que estamos haciendo entre todos. Esta vez Europa debe salvar a Europa. Y no como se hizo antes. Y a mí no me cabe duda de que es lo que vamos a lograr. Y de este modo también el espíritu europeo recibirá un nuevo impulso.

En el plano español, en el plano de nuestro país estoy convencido de que España debe entenderse con España. Y por eso, en los próximos días, desde el Gobierno compartiremos con las fuerzas políticas que participan del ideal europeo el desarrollo de las negociaciones dentro del Consejo Europeo de esas propuestas conocidas por parte de la Comisión Europea y solicitaremos un respaldo activo a las posiciones del Gobierno de España.

Europa debe vernos, como somos, unidos en la defensa de los intereses nacionales y del avance de la causa europea. España debe entenderse con España. Una de esas consecuencias de esa filosofía de que España deba reentenderse y reencontrarse con España debe ser sacar la reflexión que compartimos en muchas ocasiones de que da la sensación de que la experiencia vivida es que gastamos demasiadas energías, demasiado tiempo, en crear diferencias, divisiones en definitiva confrontación entre nosotros.

Diferencias que luego resultan peor que inútiles porque son dañinas, cuando surgen los problemas de verdad, como son los que hemos visto y sufrido durante estas largas semanas como es la enfermedad y la muerte. Nos lo decimos cuando asistimos impotentes a un fallecimiento o a una desgracia. Pero parece como que pronto lo olvidamos.

Lo útil es unir fuerzas y propósitos; lo eficaz, lo que tiene sentido en estas horas tan críticas es cooperar. Es algo que hacemos en muchos ámbitos de la vida, si lo pensamos lo hacemos en el trabajo, lo hacemos en la escuela, lo hacemos en la familia, lo hacemos con nuestros vecinos y vecinas. Y cada vez que lo hacemos comprobamos que da resultado. Sin embargo, desde hace mucho, la sensación que tiene la opinión pública, el conjunto de ciudadanos y ciudadanas, es que esto no ocurre en la política.

Y no tiene sentido que en todos los ámbitos de la vida seamos capaces de convivir, menos en el ámbito de la política, en el que no se destila precisamente ese entendimiento. No podemos aceptar como algo natural e inevitable que la política se convierta en un generador de confrontación, de provocación, de odio. El Parlamento precisamente está dispuesto en un semicírculo para hablar. Para hablar con claridad, incluso con dureza. Pero también para dialogar.

No es un ruedo en el que solamente se deba pelear, no es un campo para el insulto o la provocación o la mera confrontación. No se trata de renunciar con esto a nuestras propias ideas, a defenderlas con pasión, ni a que nadie se le pida actuar y defender ideas o intereses que van contra sus valores y convicciones. A lo único que debemos renunciar es a la falta de respeto, al insulto, al acoso, a la amenaza, a la provocación.

Se trata de recordar que por encima de las diferencias legítimas que nos separan nos une la voluntad de convivir. Ninguno de nosotros tenemos el poder de obligar a nadie a que abandone las formas crispadas y broncas en la vida política, pero todos y cada uno de nosotros tenemos el poder de abandonarlas en nuestra propia acción. En el camino del entendimiento, el respeto es un paso, pero ese paso es también una meta a la vez que un paso.

Todos hemos comprobado que la cooperación ha sido fundamental en el combate contra la enfermedad y también contra la muerte. Y todos sabemos que en el horizonte acechan otros enemigos igualmente temibles como son el paro, la pobreza, la exclusión social. Y también contra esos enemigos la mejor defensa es la unidad y la cooperación.

La unidad, lo he dicho en muchas ocasiones, ha evitado contagios, la unidad ha salvado miles y miles y miles de vidas en nuestro país. Y la unidad puede salvar empresas, puede y debe salvar empleos. También por eso nos necesitamos todas y todos. Si tuvimos el coraje suficiente para resistir juntos, no tengamos miedo alguno ahora de avanzar unidos. Avanzar unidos será el horizonte de los cuatro años de legislatura que tenemos por delante.

Y yo estoy convencido de que el mejor homenaje que los vivos podemos hacer a los fallecidos es honrar la vida, hacer un país mejor y más justo, más vivible. Como saben ésta será mi última comparecencia de este periodo excepcional y quiero acabarla dándoles las gracias por su atención.

Y sobre todo, agradeciendo a todos los ciudadanos y ciudadanas que, sin distinción de ideas o de lugar de residencia, han actuado responsablemente, con generosidad, con espíritu y moral de victoria, han sido solidarios, han sido comprensivos, han hecho frente al sufrimiento y las dificultades de manera ejemplar. Todas esas personas, que han sido –no nos quepa duda- la inmensa mayoría de la ciudadanía española, son las que nos definen como pueblo. Una España que, además de proteger, avanza unida. Así debe ser, avanzar unidos y unidas.

Gracias, muchas gracias.

ORDEN NUEVA NORMALIDAD COMUNIDAD DE MADRID

ORDEN 668/2020, de 19 de junio, de la Consejería de Sanidad, por la que se establecen medidas preventivas para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionadapor el COVID-19 una vez finalizada la prórroga del estado de alarma establecida por el Real Decreto 555/2020, de 5 de junio (B.O.C.M. de 20 de junio).

Como consecuencia de la expansión del COVID-19, en el ámbito de la Comunidad de Madrid por parte de la Consejería de Sanidad se adoptaron medidas de prevención y contención necesarias para la vigilancia y control en materia de salud pública.
La Organización Mundial de la Salud el 11 de marzo de 2020 calificó oficialmente al brote de infecciones por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 y la enfermedad denominada COVID-19 como una pandemia global.
Con el objeto de adoptar las medidas necesarias para hacer frente a la situación de emergencia de salud pública ocasionada por el COVID-19 y de conformidad con lo previsto en el artículo cuarto, apartado b), de la Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio, de los estados de alarma, excepción y sitio en relación con el artículo 116.2 de la Constitución, el Gobierno mediante Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo acordado en Consejo de Ministros declaró el estado de alarma en todo el territorio nacional, el cual ha sido prorrogado en seis ocasiones.
Los efectos de la declaración del estado de alarma se proyectan en la modificación del ejercicio de competencias por parte de la Administración y las autoridades públicas y en la adopción de medidas que pueden suponer limitaciones o restricciones.
De conformidad con la doctrina del Tribunal Constitucional la decisión gubernamental por la que se declara el estado de alarma tiene un carácter normativo, en cuanto establece el concreto estatuto jurídico del estado que se declara, disponiendo la legalidad aplicable durante su vigencia, constituyendo también fuente de habilitación de disposiciones y actos administrativos. Esta legalidad excepcional desplaza durante el estado de alarma la legalidad ordinaria en vigor, en la medida en que viene a excepcionar, modificar o condicionar durante ese periodo la aplicabilidad de determinadas normas cuya aplicación puede suspender o desplazar.
Las medidas contenidas en el citado Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, en los sucesivos reales decretos de prórroga del estado de alarma y en las órdenes, resoluciones, disposiciones e instrucciones dictadas por los Ministros designados como autoridades competentes delegadas han constituido el marco regulador básico para hacer frente a la emergencia provocada por la pandemia. Finalizada la vigencia del estado de alarma las concretas medidas adoptadas decaerán en su eficacia.
Mediante Acuerdo de 28 de abril de 2020 el Consejo de Ministros se aprobó el Plan para la transición hacia una nueva normalidad, en el que se establecen los principales parámetros e instrumentos para la consecución de la normalidad a través de un proceso gradual de reducción de las medidas de contención en función de la evolución de los datos epidemiológicos.
Durante el periodo de vigencia de la sexta y última prórroga del estado de alarma aprobada por el Real Decreto 555/2020, de 5 de junio, se pretende culminar dicho proceso de tal manera que una vez finalizada la misma, será plenamente de aplicación en todo el territorio nacional el Real Decreto-ley 21/2020, de 9 de junio, de medidas urgentes de prevención, contención y coordinación para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, hasta que el Gobierno declare de manera motivada y de acuerdo con la evidencia científica disponible, previo informe del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, la finalización de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19.
Dada la naturaleza e imprevisible evolución de la situación sanitaria, así como el estado actual de la investigación científica y la incertidumbre en relación con las formas de contagio y propagación del virus, se impone la necesidad de adoptar una serie de medidas de prevención y contención que permitan seguir haciendo frente a la crisis y asegurar el adecuado control de la propagación de la enfermedad en la Comunidad de Madrid, una vez expire la vigencia del estado del alarma y decaigan las medidas de contención derivadas de su adopción y hasta que el Gobierno declare la finalización de la crisis sanitaria.
El artículo 43 de la Constitución Española encomienda a los poderes públicos la tutela de la salud pública a través de medidas preventivas.
De acuerdo con lo previsto en el artículo primero de la Ley Orgánica 3/1986, de 14 de abril, de Medidas Especiales en Materia de Salud Pública, las distintas Administraciones públicas, dentro del ámbito de sus competencias, al objeto de proteger la salud pública y prevenir su pérdida o deterioro, pueden adoptar las medidas previstas en la citada Ley cuando así lo exijan razones sanitarias de urgencia o necesidad.
En virtud de lo establecido en su artículo tercero con el fin de controlar las enfermedades transmisibles, la autoridad sanitaria, además de realizar las acciones preventivas generales, puede adoptar las medidas oportunas para el control de los enfermos, de las personas que estén o hayan estado en contacto con los mismos y del medio ambiente inmediato así como las que se consideren necesarias en caso de riesgo de carácter transmisible.
De conformidad con el artículo veintiséis.1 de la Ley 14/1986, de 25 de abril, General de Sanidad, en caso de que exista o se sospeche razonablemente la existencia de un riesgo inminente y extraordinario para la salud, las autoridades sanitarias adoptarán las medidas preventivas que estimen pertinentes, y cuantas otras se consideren sanitariamente justificadas.
Sin perjuicio de las medidas previstas en la Ley Orgánica 3/1986, de 14 de abril, de Medidas Especiales en Materia de Salud Pública, y la Ley 14/1986, de 25 de abril, General de Sanidad; la Ley 33/2011, de 4 de octubre, General de Salud Pública, en su artículo 54 prevé que con carácter excepcional y cuando así lo requieran motivos de extraordinaria gravedad o urgencia, la autoridad competente de las Comunidades Autónomas puede adoptar, mediante resolución motivada, entre otras medidas la suspensión del ejercicio de actividades.
El artículo 55.1 de la Ley 12/2001, de 21 de diciembre, de Ordenación Sanitaria de la Comunidad de Madrid, dispone que la función de Autoridad en Salud Pública incluye la adopción, cuando proceda, de las medidas previstas en la Ley Orgánica 3/1986, de 14 de abril, de Medidas Especiales en Materia de Salud Pública, y especialmente en los supuestos contemplados en sus artículos 2 y 3 así como la adopción de cualquier otra medida necesaria en función del análisis de los determinantes del proceso salud-enfermedad en la Comunidad de Madrid.
Pese a haberse superado la fase aguda de la crisis sanitaria es imprescindible mantener determinados comportamientos y formas de actuación que se han mostrado eficaces en el control de la misma ante el progresivo incremento de la actividad económica y social que se producirá tras la pérdida de vigencia del estado de alarma y de las medidas de contención que en su virtud se dictaron.
En este contexto y ante este nuevo escenario resulta necesaria la adopción de una serie de medidas, con el objeto de garantizar la salud pública y la seguridad de la ciudadanía, que permitan asegurar un mejor control de la emergencia sanitaria así como evitar y minimizar los riesgos de propagación de la enfermedad COVID-19 ante la eventual aparición de nuevos brotes epidemiológicos o nuevas cadenas de transmisión no identificadas que pudieran comprometer la integridad física y la salud de las personas, mientras no sea declarada oficialmente la finalización de la situación de crisis sanitaria por parte del Gobierno de España.
Tales medidas afectan tanto en la forma de actuar que debe de observar el conjunto de la ciudadanía mientras no finalice la crisis como a la manera en la que se debe reiniciar y desarrollar temporalmente las actividades propias de los diferentes sectores económicos, productivos, comerciales, profesionales, educativos o sociales de la región por lo que, dado el carácter general y multisectorial de las mismas, se ha oído previamente a las diferentes Consejerías de la Comunidad de Madrid y dándose cuenta de su adopción al Consejo de Gobierno.
Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, a propuesta de la Dirección General de Salud Pública y en virtud de las facultades atribuidas por el artículo 12 de la Ley 12/2001, de 21 de diciembre, de Ordenación Sanitaria de la Comunidad de Madrid,
DISPONGO
I. Objeto y ámbito de aplicación
Primero. Objeto
La presente Orden tiene por objeto establecer las medidas de contención y prevención necesarias para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, una vez finalizada la prórroga del estado de alarma establecida por el Real Decreto 555/2020, de 5 de junio.
Segundo. Ámbito de aplicación
Las medidas previstas en esta Orden serán de aplicación en todo el territorio de la Comunidad de Madrid.
Tercero. Efectos
La presente Orden producirá efectos desde las 00:00 horas del día 21 de junio de 2020, una vez finalizada la prórroga del estado de alarma establecida por el Real Decreto 555/2020, de 5 de junio. y mantendrá su vigencia hasta que el Gobierno de España declare la finalización de la situación de crisis sanitaria de acuerdo con lo previsto en el artículo 2.3 del Real Decreto-ley 21/2020, de 9 de junio, de medidas urgentes de prevención, contención y coordinación para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19.
Cuarto. Planes específicos de seguridad, protocolos organizativos y guías
Las medidas previstas en la presente Orden podrán ser completadas y desarrolladas por planes específicos de seguridad, protocolos organizativos y guías adaptados a cada sector de actividad, aprobados por las administraciones públicas en el ámbito de sus competencias.
Quinto. Seguimiento de la aplicación de las medidas
Las medidas previstas en esta Orden serán objeto de seguimiento y evaluación continua a través de la Comisión Interdepartamental sobre el coronavirus COVID-19 de la Comunidad de Madrid establecida por Acuerdo de 11 marzo de 2020 del Consejo de Gobierno.
En función de la evolución epidemiológica los titulares de la Consejería de Sanidad y de la Dirección General de Salud Pública, en su calidad de autoridades sanitarias, así como los titulares de otros órganos administrativos habilitados expresamente en la presente Orden, podrán modificar o suprimir las medidas de contención establecidas o bien establecer adicionales en caso de ser necesario.
Sexto. Control del cumplimiento de las medidas y régimen sancionador
Los servicios de inspección municipales y autonómicos, en sus respectivos ámbitos competenciales según el sector de actividad de que se trate, serán los encargados de vigilar el cumplimiento de las medidas recogidas en esta Orden, correspondiendo la instrucción y resolución de los procedimientos sancionadores que procedan a las autoridades municipales o autonómicas competentes de acuerdo con el ámbito sectorial de que se trate.
II. Medidas higiénicas generales
Séptimo. Deber de cautela y protección. Medidas de prevención e higiene de aplicación general para toda la población
1. Todos los ciudadanos deberán adoptar las medidas necesarias para evitar la generación de riesgos de propagación de la enfermedad COVID-19, así como la propia exposición a dichos riesgos, con arreglo a lo establecido en el Real Decreto-ley 21/2020, de 9 de junio, y en esta Orden. El deber de cautela y protección será igualmente exigible a los titulares de cualquier actividad regulada en dicho Real Decreto-ley.
2. Asimismo, deberán respetarse las medidas de seguridad e higiene establecidas por las autoridades sanitarias para la prevención del COVID-19 y en particular:
a) Deberá mantenerse una distancia de seguridad interpersonal mínima de, al menos, 1,5 metros tal y como dispone el Real Decreto-ley 21/2020, de 9 de junio, y, cuando no sea posible, se adoptarán medidas de protección e higiene adecuadas para prevenir los riesgos de contagio.
b) Deberá realizarse una higiene de manos correcta y frecuente.
c) De conformidad con el artículo 6 del Real Decreto-ley 21/2020, de 9 de junio, todas las personas de seis años en adelante quedan obligadas al uso de mascarillas en los siguientes supuestos:
• En la vía pública, en espacios al aire libre y en cualquier espacio cerrado de uso público o que se encuentre abierto al público, siempre que no resulte posible garantizar el mantenimiento de una distancia de seguridad interpersonal de, al menos, 1,5 metros.
• En los medios de transporte aéreo, en autobús, o por ferrocarril, así como en los transportes públicos y privados complementarios de viajeros en vehículos de hasta nueve plazas, incluido el conductor, si los ocupantes de los vehículos de turismo no conviven en el mismo domicilio.
La obligación de uso de mascarilla no será exigible para las personas que presenten algún tipo de enfermedad o dificultad respiratoria que pueda verse agravada por el uso de la mascarilla o que, por su situación de discapacidad o dependencia, no dispongan de autonomía para quitarse la mascarilla, o bien presenten alteraciones de conducta que hagan inviable su utilización.
Tampoco será exigible en el caso de ejercicio de deporte al aire libre, ni en los supuestos de fuerza mayor o situación de necesidad o cuando, por la propia naturaleza de las actividades, el uso de la mascarilla resulte incompatible, con arreglo a las indicaciones de las autoridades sanitarias.
No obstante, se recomienda como medida de precaución la utilización de mascarilla de forma generalizada, incluso aun pudiéndose garantizar la distancia de, al menos, 1,5 metros y especialmente en todos aquellos espacios cerrados que se compartan con otras personas no convivientes.
3. Cualquier persona que experimente alguno de los síntomas más comunes compatibles con COVID-19, deberá limitar las salidas del domicilio y comunicarlo a su servicio sanitario a la mayor brevedad.
En caso de que sea imprescindible abandonar su domicilio deberá utilizar mascarilla en todo momento, realizar la higiene de manos con frecuencia y evitar al máximo las interacciones sociales. Igualmente, si existen convivientes en el domicilio, deberá evitar el contacto con los mismos y, si es posible, usar una habitación de forma exclusiva hasta recibir instrucciones de los servicios de salud.
Octavo. Medidas de higiene y prevención generales para el personal trabajador
1. Sin perjuicio del cumplimiento de la normativa de prevención de riesgos laborales y de la normativa laboral, el titular de la actividad económica o, en su caso, el director de los centros y entidades previstas en esta Orden deberá adoptar las acciones necesarias para cumplir las medidas de higiene y prevención para el personal trabajador de los sectores de actividad establecidos en esta Orden.
En este sentido, se asegurará que todos los trabajadores tengan permanentemente a su disposición en el lugar de trabajo agua y jabón, o geles hidroalcohólicos o desinfectantes con actividad virucida autorizados y registrados por el Ministerio de Sanidad para la limpieza de manos. Asimismo, cuando no pueda garantizarse la distancia de seguridad interpersonal de, al menos, 1,5 metros, se asegurará que los trabajadores dispongan de equipos de protección adecuados al nivel de riesgo. En este caso, todo el personal deberá estar formado e informado sobre el correcto uso de los citados equipos de protección.
Lo dispuesto en el párrafo anterior será también aplicable a todos los trabajadores de empresas que presten servicios en los centros, entidades, locales o establecimientos a los que resulta de aplicación esta Orden, ya sea con carácter habitual o de forma puntual.
2. Se adoptarán medidas de ventilación, limpieza y desinfección adecuadas a las características e intensidad de uso de los centros de trabajo.
3. El fichaje con huella dactilar será sustituido por cualquier otro sistema de control horario que garantice las medidas higiénicas adecuadas para la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores, o bien se deberá desinfectar el dispositivo de fichaje antes y después de cada uso, advirtiendo a los trabajadores de esta medida.
4. La disposición de los puestos de trabajo, la organización de los turnos y el resto de condiciones de trabajo existentes en los centros, entidades, locales y establecimientos se adaptarán de forma que se garantice el mantenimiento de una distancia de seguridad interpersonal mínima de 1,5 metros entre los trabajadores. Cuando ello no sea posible, deberá proporcionarse a los trabajadores equipos de protección adecuados al nivel de riesgo.
5. Asimismo, las medidas de distancia previstas en esta Orden deberán cumplirse, en su caso, en los vestuarios, taquillas y aseos de los trabajadores, así como en cualquier otra zona de uso común.
6. Si un trabajador empezara a tener síntomas compatibles con la enfermedad, contactará de inmediato con el teléfono habilitado para ello por la comunidad autónoma o centro de salud correspondiente y, en su caso, con el correspondiente servicio de prevención de riesgos laborales. El trabajador se colocará una mascarilla, debiendo abandonar, en todo caso, su puesto de trabajo hasta que su situación médica sea valorada por un profesional sanitario.
Noveno. Medidas de higiene y prevención para el personal trabajador de los establecimientos y locales que abran al público
La distancia entre el vendedor o proveedor de servicios y el consumidor durante todo el proceso de atención al consumidor será de, al menos, 1 metro cuando se cuente con elementos de protección o barrera, o de 1,5 metros sin estos elementos.
En el caso de servicios que no permitan el mantenimiento de la distancia de seguridad interpersonal, como pueden ser las peluquerías, centros de estética o fisioterapia, se deberá utilizar el equipo de protección adecuado al nivel de riesgo que asegure la protección tanto del trabajador como del cliente, debiendo asegurar en todo caso el mantenimiento de la distancia de 1,5 metros entre clientes.
Décimo. Medidas para prevenir el riesgo de coincidencia masiva de personas en el ámbito laboral
1. Sin perjuicio de la adopción de las necesarias medidas de protección colectiva e individual, los centros deberán realizar los ajustes en la organización horaria que resulten necesarios para evitar el riesgo de coincidencia masiva de personas, trabajadoras o no, en espacios o centros de trabajo durante las franjas horarias de previsible máxima afluencia o concentración, atendiendo a la zona geográfica de la que se trate, y de conformidad con lo recogido en los siguientes apartados.
2. Se considerará que existe riesgo de coincidencia masiva de personas cuando no haya expectativas razonables de que se respeten las distancias mínimas de seguridad, particularmente en las entradas y salidas al trabajo, teniendo en cuenta tanto la probabilidad de coincidencia masiva de las personas trabajadoras como la afluencia de otras personas que sea previsible o periódica.
3. Los ajustes a los que se refiere el apartado anterior deberán efectuarse teniendo en cuenta las instrucciones de las autoridades competentes, así como, en su caso, lo previsto en la normativa laboral y convencional que resulte de aplicación.
Undécimo. Medidas generales de prevención e higiene exigibles a todas las actividades
Con carácter general, sin perjuicio de las normas o protocolos específicos que se establezcan en función de cada actividad concreta, serán aplicables a todos los establecimientos, locales de negocio, instalaciones y espacios de uso público y actividades de carácter público las siguientes medidas de higiene y prevención:
a) El titular de la actividad económica o, en su caso, el director o responsable de los centros, instalaciones, espacios de uso público y entidades, deberá asegurar que se adoptan las medidas de limpieza y desinfección adecuadas a las características e intensidad de uso de los establecimientos, locales, instalaciones o espacios recogidas a continuación.
En las tareas de limpieza y desinfección se prestará especial atención a las zonas de uso común y a las superficies de contacto más frecuentes como pomos de puertas, mesas, muebles, pasamanos, suelos, teléfonos, perchas y otros elementos de similares características, conforme a las siguientes pautas:
1.a) Se utilizarán desinfectantes como diluciones de lejía (1:50) recién preparada o cualquiera de los desinfectantes con actividad viricida que se encuentran en el mercado y debidamente autorizados y registrados. En el uso de ese producto se respetarán las indicaciones de la etiqueta.
2.a) Tras cada limpieza, los materiales empleados y los equipos de protección utilizados se desecharán de manera segura, procediéndose posteriormente al lavado de manos.
Las medidas de limpieza se extenderán también, en su caso, a zonas privadas de los trabajadores, tales como vestuarios, taquillas, aseos, cocinas y áreas de descanso.
Asimismo, cuando existan puestos de trabajo compartidos por más de un trabajador, se establecerán los mecanismos y procesos oportunos para garantizar la higienización de estos puestos. Se procurará que los equipos o herramientas empleados sean personales e intransferibles, o que las partes en contacto directo con el cuerpo de la persona dispongan de elementos sustituibles.
En el caso de aquellos equipos que deban ser manipulados por diferente personal, se procurará la disponibilidad de materiales de protección o el uso de forma recurrente de geles hidroalcohólicos o desinfectantes con carácter previo y posterior a su uso.
b) En el caso de que se empleen uniformes o ropa de trabajo, se procederá al lavado y desinfección regular de los mismos, siguiendo el procedimiento habitual.
c) Deben realizarse tareas de ventilación periódica en las instalaciones y, como mínimo, de forma diaria y durante el tiempo necesario para permitir la renovación del aire.
d) Cuando los centros, entidades, locales y establecimientos dispongan de ascensor o montacargas, se utilizarán preferentemente las escaleras. Cuando sea necesario utilizarlos, su ocupación máxima será de una persona, salvo que se trate de personas convivientes o que empleen mascarillas todos los ocupantes.
e) La ocupación máxima para el uso de los aseos, vestuarios, probadores, salas de lactancia o similares de clientes, visitantes o usuarios será de una persona para espacios de hasta cuatro metros cuadrados, salvo en aquellos supuestos de personas que puedan precisar asistencia; en ese caso, también se permitirá la utilización por su acompañante. 

  • Para aseos de más de cuatro metros cuadrados que cuenten con más de una cabina o urinario, la ocupación máxima será del cincuenta por ciento del número de cabinas y urinarios que tenga la estancia, debiendo mantenerse durante su uso la distancia de seguridad interpersonal. Deberá reforzarse la limpieza y desinfección de los referidos espacios garantizando siempre el estado de salubridad e higiene de los mismos.
f) Se promoverá el pago con tarjetas y otros medios que no supongan contacto físico entre dispositivos. Se limpiará y desinfectará el datáfono tras cada uso, así como el TPV si el empleado que lo utiliza no es siempre el mismo.
g) Se dispondrá de papeleras para depositar pañuelos y cualquier otro material desechable, que deberán ser limpiadas de forma frecuente y, al menos, una vez al día.
h) Aquellos materiales que sean suministrados a los usuarios durante el desarrollo de la actividad y que sean de uso compartido deberán ser desinfectados después de cada uso.
i) Lo previsto en este apartado se aplicará sin perjuicio de las especificidades en materia de limpieza y desinfección establecidas para sectores concretos en esta Orden o a través de protocolos específicos.
Duodécimo. Medidas generales de control de aforo y organización de las instalaciones abiertas al público
1. Con carácter general los establecimientos, instalaciones y locales deberán exponer al público su aforo máximo y asegurar que el mismo, así como la distancia de seguridad interpersonal, se respeta en su interior, debiendo establecer procedimientos que permitan el recuento y control de asistencia de forma que el aforo permitido no sea superado en ningún momento.
2. La organización de la circulación de personas y la distribución de espacios deberá procurar la posibilidad de mantener la distancia de seguridad interpersonal. En la medida de lo posible se establecerán itinerarios para dirigir la circulación de clientes y usuarios y evitar aglomeraciones en determinadas zonas, tanto en el interior como en el exterior, y prevenir el contacto entre ellos. Cuando se disponga de dos o más puertas, se procurará establecer un uso diferenciado para la entrada y la salida, con objeto de reducir el riesgo de formación de aglomeraciones.
3. Cuando se disponga de aparcamientos propios para trabajadores y usuarios, se establecerá un control de accesos para mejor seguimiento de las normas de aforo. En la medida de lo posible, las puertas que se encuentren en el recorrido entre el aparcamiento y el acceso a la tienda o a los vestuarios de los trabajadores dispondrán de sistemas automáticos de apertura o permanecerán abiertas para evitar la manipulación de los mecanismos de apertura.
4. En su caso, el personal de seguridad velará por que se respete la distancia interpersonal de seguridad y evitará la formación de grupos numerosos y aglomeraciones, prestando especial atención a las zonas de escaleras mecánicas, ascensores, zonas comunes de paso y zonas recreativas.
5. En caso necesario, podrán utilizarse vallas o sistemas de señalización equivalentes para un mejor control de los accesos y gestión de las personas a efectos de evitar cualquier aglomeración.
6. En cualquier caso, la señalización de recorridos obligatorios e independientes u otras medidas que se establezcan se realizará teniendo en cuenta el cumplimiento de las condiciones de evacuación exigibles en la normativa aplicable.
III. Actividades de carácter social
Decimotercero. Medidas y condiciones para el desarrollo de velatorios y entierros
1. Las instalaciones funerarias en todas las áreas de acceso público no podrán superar el setenta y cinco por ciento de su aforo. En todas las áreas, tanto cerradas como al aire libre, de acceso público serán de obligado cumplimiento las medidas de seguridad e higiene establecidas para la prevención del COVID-19.
2. Los velatorios podrán realizarse en todo tipo de instalaciones, públicas o privadas, debidamente habilitadas con un límite máximo, en cada momento, de cincuenta personas en espacios al aire libre o de veinticinco personas en espacios cerrados, sean o no convivientes.
3. La participación en la comitiva para el enterramiento o despedida para cremación de la persona fallecida se restringe a un máximo de cincuenta personas, entre familiares y allegados, además de, en su caso, el ministro de culto o persona asimilada de la confesión respectiva para la práctica de los ritos funerarios de despedida del difunto.
4. Deberán establecerse las medidas necesarias para procurar mantener la distancia de seguridad interpersonal en las instalaciones o, en su defecto, la utilización de medidas alternativas de protección física con uso de mascarilla.
5. Además del cumplimiento general de las medidas de higiene y prevención establecidas, en el caso de que en el local se preste algún tipo de servicio de hostelería y restauración, la prestación de este se ajustará a lo previsto en las condiciones para la prestación del servicio en los establecimientos de hostelería y restauración.
Decimocuarto. Medidas y condiciones para el desarrollo de actividad en lugares de culto
1. La asistencia a lugares de culto no podrá superar el setenta y cinco por ciento de su aforo. El aforo máximo deberá publicarse en lugar visible del espacio destinado al culto y se deberán cumplir las medidas generales de seguridad e higiene establecidas por las autoridades sanitarias.
2. La utilización del exterior de los edificios o de la vía pública para la celebración de actos de culto deberá ser aprobada por la autoridad municipal correspondiente, y deberán establecerse las medidas necesarias para procurar mantener la distancia de seguridad interpersonal o, en su defecto, la utilización de medidas alternativas de protección física con uso de mascarilla.
3. Sin perjuicio de las recomendaciones de cada confesión en las que se tengan en cuenta las condiciones del ejercicio del culto propias de cada una de ellas, deberán observarse las siguientes medidas:
a) Uso de mascarilla en la entrada y salida del recinto y en los desplazamientos en el interior entre espacios comunes.
b) Diariamente deberán realizarse tareas de desinfección de los espacios utilizados o que se vayan a utilizar y de manera regular se reiterará la desinfección de los objetos que se tocan con mayor frecuencia.
c) Se organizarán las entradas y salidas para evitar aglomeraciones de personas en los accesos e inmediaciones de los lugares de culto.
d) Se pondrá a disposición del público dispensadores de geles hidroalcohólicos o desinfectantes con actividad viricida debidamente autorizados y registrados en lugares accesibles y visibles, y, en todo caso, en la entrada del lugar de culto, que deberán estar siempre en condiciones de uso.
e) No se permitirá el uso de agua bendecida y las abluciones rituales deberán realizarse en casa.
f) Se facilitará en el interior de los lugares de culto la distribución de los asistentes señalizando, si fuese necesario, los asientos o zonas utilizables en función del aforo permitido en cada momento.
g) En los casos en los que los asistentes se sitúen directamente en el suelo y se descalcen antes de entrar en el lugar de culto, se usarán alfombras personales y se situará el calzado en los lugares estipulados, embolsado y separado.
h) Se limitará al menor tiempo posible la duración de los encuentros o celebraciones.
i) Durante el desarrollo de las reuniones o celebraciones se evitará el contacto personal, tocar o besar objetos de devoción u otros objetos que habitualmente se manejen.
j) No estará permitida la actuación de coros durante las celebraciones.
Decimoquinto. Medidas y condiciones para la celebración de ceremonias nupciales y otras celebraciones religiosas o civiles
1. Las ceremonias nupciales y otras celebraciones religiosas o civiles podrán realizarse en todo tipo de instalaciones, públicas o privadas, ya sea en espacios al aire libre o espacios cerrados, siempre que no se supere el setenta y cinco por ciento de su aforo, y en todo caso podrán asistir un máximo de ciento cincuenta personas en espacios al aire libre o de setenta y cinco personas en espacios cerrados.
2. En el caso de que la ceremonia, o su celebración posterior que implique algún tipo de servicio de hostelería y restauración, se ajustarán a lo previsto en la presente Orden para los establecimientos de hostelería y restauración y al límite máximo de asistencia señalado en el párrafo anterior.
IV. Establecimientos y locales comerciales minoristas y de prestación de servicios asimilados
Decimosexto. Medidas y condiciones que deben cumplir los establecimientos y locales comerciales minoristas y de actividades de servicios profesionales abiertos al público
1. Con carácter general para todo tipo de actividades comerciales y de servicios, con independencia del tamaño del establecimiento en que se realicen, deberán establecerse las medidas necesarias para evitar aglomeraciones y procurar mantener la distancia de seguridad interpersonal de, al menos, 1,5 metros o, en su defecto, la utilización de medidas alternativas de protección física.
2. Desde la entrada en vigor de la presente Orden y hasta el 5 de julio de 2020, los establecimientos comerciales minoristas y de actividades de servicios profesionales que abran al público deberán reducir al sesenta por ciento su aforo total. En el caso de establecimientos o locales distribuidos en varias plantas, la presencia de clientes en cada una de ellas deberá guardar esta misma proporción.
Desde el 6 de julio de 2020 y hasta que la evolución epidemiológica lo aconseje el porcentaje de aforo permitido se elevará al setenta y cinco por ciento.
En todo momento deberá garantizarse el cumplimiento de la debida distancia de seguridad interpersonal de, al menos, 1,5 metros entre los usuarios o, en su defecto, la utilización de medidas alternativas de protección física con uso de mascarilla.
3. Las limitaciones de aforo previstas en los párrafos anteriores no serán de aplicación a los establecimientos y locales comerciales minoristas que ya estaban abiertos al público conforme a lo previsto en el artículo 10.1 del Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo (establecimientos comerciales de alimentación, bebidas, productos y bienes de primera necesidad, establecimientos farmacéuticos, servicios médicos o sanitarios, ópticas, productos ortopédicos, productos higiénicos, peluquerías, prensa y papelería, combustible para la automoción, estancos, equipos tecnológicos y de telecomunicaciones, alimentos para animales de compañía, comercio por internet, telefónico o correspondencia, tintorerías y lavanderías), sin perjuicio de la obligatoriedad de cumplir en todo momento las medidas generales de higiene y protección así como de velar por el cumplimiento de la debida distancia de seguridad interpersonal de, al menos, 1,5 metros.
4. Deberá informarse al consumidor o usuario, en el exterior del establecimiento, del aforo máximo simultáneo permitido. Asimismo, deberá informarse en tiempo real del nivel de ocupación del establecimiento en cada momento mediante los medios que se consideren más adecuados en función del tipo de establecimiento, disponibilidad de personal y medios técnicos.
5. Además de observarse las medidas higiénicas determinadas con carácter general en esta Orden, los establecimientos y locales comerciales minoristas y de actividades de servicios profesionales abiertos al público realizarán, al menos dos veces al día, una limpieza y desinfección de las instalaciones, con especial atención a las zonas de uso común y a las superficies de contacto más frecuentes, conforme a lo establecido en el punto a) del apartado undécimo y prestando especial atención a la limpieza de superficies o espacios donde se pueda producir un mayor riesgo de contacto entre empleados y clientes, tales como cajas o mostradores. Una de las limpiezas se realizará al finalizar el día, o bien antes de la reanudación de la actividad al día siguiente.
6. Deberán ponerse a disposición del público dispensadores de geles hidroalcohólicos o desinfectantes con actividad virucida, debidamente autorizados y registrados, en lugares accesibles y visibles, y, en todo caso, en la entrada del local o establecimiento así como en las cajas y mostradores, debiendo estar siempre en adecuadas condiciones de uso.
7. Se revisará frecuentemente el funcionamiento y la limpieza de sanitarios, grifos y pomos de puerta de los aseos en los establecimientos y locales con apertura al público.
8. Se priorizará la apertura automática de puertas de acceso a los establecimientos. En caso de que el establecimiento no disponga de puertas con apertura automática, la apertura deberá hacerse por personal del establecimiento.
9. Se procurará la atención con servicio preferente para mayores de 65 años.
10. Los establecimientos comerciales y de servicios podrán negar el derecho de acceso a clientes que no lleven mascarilla mientras sea obligatorio su uso y no estén exentos de su utilización, así como a aquellos que se nieguen a utilizar los medios de protección puestos a su disposición por el establecimiento o que por su actitud o comportamiento puedan comprometer la seguridad o salud de empleados y demás clientes.