jueves, 4 de junio de 2020

COMISIÓN EDUCACIÓN 25 MAYO 2020 TERCERA PARTE

Ahora les hablaré del presente, e iniciaré esta exposición atendiendo a las fases de desescalada en las que nos encontramos inmersos, y en cómo afectan al sector educativo, cultural y deportivo. En el seno de la conferencia sectorial de Educación celebrada el pasado 14 de mayo, se acordó que la decisión sobre la apertura de los centros educativos para la docencia presencial fuera una decisión que cada comunidad autónoma debía tomar de cara a la fase 2 de la desescalada. 

En este sentido, este Gobierno ya se había pronunciado sobre ello en sede parlamentaria el pasado 2 de mayo, en la comparecencia celebrada por parte del presidente Emiliano GarcíaPage. 

Nuestro Gobierno adoptó la postura de no abrir a la docencia presencial, ni las etapas de 0-6 años ni los centros de educación especial. Así se transmitió al Gobierno central en la videoconferencia celebrada el domingo 3 de mayo con el presidente del Gobierno, siendo ratificado luego por nuestro vicepresidente, José Luis Martínez Guijarro, en rueda de prensa posterior. Como les decía, tras la conferencia sectorial del 14 de mayo, este Gobierno manifestó de forma clara su postura de no reanudar las enseñanzas de forma presencial, esas que acabo de mencionar. 

Esto no se hace a la ligera, se hace de forma consensuada con todo el sector, escuchando a los equipos directivos, escuchando a los equipos docentes de 0 a 6 años, y escuchando también a los directores de los centros de educación especial. 

Sin embargo, por la relevancia que tiene la prueba de la EBAU o la superación del módulo de formación en centros de trabajo para el alumnado de formación profesional, el alumnado de segundo de bachillerato y el de segundo curso de ciclo formativo de grado medio y superior, sí que podrá acudir de forma voluntaria y organizada a resolver dudas a los centros educativos de forma presencial, a partir de que toda la región se encuentre en fase 2. 

Para ello, se está haciendo una labor de limpieza y adecuación de los espacios, con el objetivo de cumplir con todos los protocolos sanitarios, y se ha dotado, de manera excepcional, de protección. Asimismo, se ha estudiado y consensuado esta apertura con todos los sectores implicados, y se remitirá a los centros educativos toda la información necesaria sobre las medidas de seguridad, para la preparación y organización de esta apertura. 

Esto se hará con un protocolo que ya ha avisado, evidentemente, Sanidad. He de decirles que estos centros educativos ya están atendiendo tareas administrativas desde la fase 1, para lo que ya se han realizado estas labores de limpieza y estos protocolos de seguridad sanitaria. Para ello hemos contado con personal de limpieza, personal de los ayuntamientos y GEACAM. Cada uno ha recibido una dotación de mamparas y protección para aquellos que tienen que tener un contacto con las personas que llegan a realizar tareas administrativas. 

En cuanto a museos, archivos y bibliotecas, comenzamos también, a partir de la fase 2, a una vuelta progresiva a la normalidad, respetando aforos y cualquier otro protocolo necesario para garantizar la seguridad sanitaria de empleados y visitantes. 

Quiero, antes de pasar al siguiente punto, dejar una cosa muy clara: todos y cada uno de los protocolos utilizados para estas fases de desescalada en la apertura de distintos centros, tanto los educativos como los culturales o los deportivos, han sido elaborados por las autoridades competentes a nivel nacional, adaptados a nuestras circunstancias particulares, y visados por la Consejería de Sanidad regional. Pero no solo hay presente, también hay un futuro, aún incierto, a nivel sanitario, por lo que ya llevamos bastantes días trabajando en el próximo curso escolar. 

No sabemos cuál será la realidad con la que nos encontremos en septiembre, por lo que nos estamos basando en tres posibles escenarios: Un primer escenario, que sería el que todos quisiéramos, de una vuelta con toda la normalidad a la docencia presencial, tal y como la dejamos el día 12 de marzo. Otro escenario, en el que se tengan que seguir manteniendo distancias de seguridad, menos aforos en espacios cerrados, etcétera, en el que tendríamos que acudir, por tanto, a una educación semipresencial, regida por criterios muy distintos.

Otro —que esperemos que no se produzca—, en el que tengamos la misma situación que hemos vivido en estos últimos dos meses. ¿Cómo estamos preparando este nuevo curso escolar? Desde una única forma, la única forma que creo que se puede hacer: con el consenso, con la participación de todos, recogiendo sus aportaciones y su sentir. 

Toda la comunidad educativa debe participar en estas decisiones, ya que ellos y ellas forman parte del día a día de nuestro proceso de enseñanza-aprendizaje. Ellos y ellas han vivido unos meses en los que han tenido que trabajar de una forma que nunca antes hubieran vivido. 

Se han tenido, en muchos casos, que reinventar, por lo que consideramos que su experiencia y sus aportaciones son fundamentales para poner en marcha el curso escolar, un curso escolar que tiene que ser seguro, garantista e inclusivo. ¿Cómo debemos afrontar este nuevo curso? Pues junto con los equipos directivos, las delegaciones de Educación, el resto de las Administraciones, especialmente la Administración local, debemos analizar las posibilidades que ofrece el centro, la plantilla, los espacios complementarios, los recursos humanos y materiales que tiene cada uno de los centros. 

Además, debemos estudiar, si cabe, modificar las posibilidades normativas que se puedan garantizar, y que tengan que garantizar el derecho a la educación en las mayores proporciones posibles de presencialidad. Vamos a intentar la máxima presencialidad, y para ello debemos reinventarnos, debemos ayudarnos y debemos ser solidarios. 

Necesitamos a todos y todas: comunidad educativa, ayuntamiento y otras Administraciones, y también los necesitamos a ustedes, si así lo consideran. Por otro lado, desde la consejería ya se está trabajando en un aspecto fundamental para asegurar cualquiera de los escenarios, que es el proceso de la digitalización. 

En este sentido, se está elaborando un plan de digitalización, en el que se contemplan todos los aspectos que pueden facilitar un proceso de enseñanza-aprendizaje de forma no presencial o semipresencial. Por supuesto, la digitalización es fundamental en cualquier proceso educativo. No queremos decir con esto que no haya estado presente ya en la educación de esta región —evidentemente, ha estado presente—. 

Por ejemplo, podemos hablar de, entre otros, el proyecto Carmenta, en el que participan 156 centros educativos de la región, y al que esperamos que se sumen muchos más el próximo curso 2020-2021. Lo que pretendemos con este nuevo plan de digitalización es prepararnos para cualquier situación que pueda llevarnos a un contexto similar al que estamos viviendo. 

Para ello, se está trabajando en los siguientes aspectos: por un lado, el equipamiento informático y tecnológico. Llevamos ya varios años con el plan META, dotando de este equipamiento informático a los centros educativos, pero queremos implementarlo de forma que el profesorado disponga, en sus centros, del material necesario para llevar a cabo un proceso de enseñanza-aprendizaje garantista desde este punto de vista digital. 

Como segundo de los pilares de este plan, definición del modelo educativo no presencial y semipresencial, por si se necesitase, sabiendo que la premisa es buscar siempre las posibilidades de máxima presencialidad: entornos colaborativos, sistema de videoconferencias y materiales curriculares electrónicos. 

Queremos garantizar que el profesorado disponga de herramientas seguras y operativas, que pueda trabajar de forma fluida con su alumnado, con las familias y con el resto de sus compañeros. Otro tercero de los pilares de este plan de digitalización es la teletramitación de todos los procedimientos, incluyendo la firma digital, la firma electrónica del profesorado. 

Un cuarto pilar fundamental que todos los docentes nos han pedido en las distintas reuniones que hemos tenido y que seguimos teniendo con ellos es la formación del profesorado en el desarrollo de la competencia digital docente y la implementación de nuevas metodologías. 

Para ello ya se ha elaborado un proyecto de competencia digital docente, por parte del Centro Regional de Formación del Profesorado, así como un plan de formación basado, fundamentalmente, en dos grandes aspectos: el aspecto digital y el de las nuevas metodologías. Como ya he dicho en estas ocasiones, esta nueva situación nos obliga a flexibilizar, a ver nuevas opciones, a adaptarnos, y por eso no podemos descartar ningún método de enseñanza - aprendizaje que pueda favorecer este proceso.

Como pueden ver, señorías, esta consejería no ha descansado ni un minuto desde hace dos meses. Ha sido, como decía antes sobre la cultura, una consejería que se ha adaptado a cada situación, como no se había visto hasta ahora. 

Cualquier acción que hemos llevado a cabo se ha valorado, al menos, desde dos parámetros: el de la rapidez de la reacción y el de la eficacia de los resultados. Se han cometido algunos errores, por supuesto. Nadie —ni nosotros ni ustedes— sabía a lo que nos enfrentábamos. Por tanto, hemos podido cometer alguno de esos errores. Pero tenemos que sacar provecho también de esos errores, para no volverlos a cometer de nuevo. 

No deseo que parezca que me justifico. Por supuesto que los responsables somos quienes tomamos las decisiones, pero hubiera sido mucho peor la falta de acción, y nosotros, desde luego, hemos actuado. Cada contexto nos ha ido ayudando a comprender, y hemos ido comprendiendo y actuando. Ahora finaliza un curso, y en breve comenzará otro. Es momento de rediseñar la educación, de encontrar nuevas vías culturales. 

Nos anticiparemos a la incertidumbre. Para ello, imaginaremos posibles y variados escenarios, con el fin de encontrar el sistema educativo más eficaz, más eficiente, más solidario y más inclusivo. Llegaremos allá donde los teóricos de la educación no llegaron nunca, porque ni siquiera pudieron imaginarlo. La educación es —como he dicho tantas veces— asunto de toda la comunidad educativa, e incluso también de quienes todavía no lo son, pero en el futuro formarán parte de ella, porque nadie quedará fuera de su interés y de nuestro interés. 

Todos los sectores conformarán las piezas del puzle educativo. Sin una pieza, la imagen del puzle estará incompleta, y esa no es, desde luego, la intención de esta consejería. Nuestra intención es crear la educación que todos queremos ver. 

Nuestro compromiso continuará siendo el mismo: que todos los sectores educativos sigan sintiéndose escuchados y partícipes de las decisiones. Sinceramente, yo ya pienso con esta imagen, y sé que todos los que formamos parte de la gran comunidad educativa pondremos nuestro grano de arena, nuestra pieza del puzle. 

Antes de terminar quiero reiterar nuevamente mi agradecimiento a todas aquellas personas que han participado en hacer crecer la educación y la cultura, porque la educación y la cultura no pertenecen a un color, nos pertenecen a todos y a todas. 

Terminaré con una frase de Spinoza, que dice que “son menos importantes los acontecimientos que la manera de experimentarlos de cada uno”. Por ese motivo, una de nuestras premisas ha sido la de intentar una atención lo más individualizada y humana posible, porque cada uno y cada una han vivido una pandemia diferente, y cada uno y cada una se han merecido, desde luego, una atención diferente. Muchas gracias, señorías.

SEÑORA CONSEJERA DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTES (Doña Rosa Ana Rodríguez Pérez): Muchas gracias, señor presidente. En primer lugar, quería agradecer, en el conjunto, el tono de la comisión. Además, por lo que ustedes han comentado en el uso de su palabra, que ha sido un tono conciliador, un tono de encuentro. 

Creo que, tratándose de una materia, como es la materia educativa, y como es la materia cultural y el deporte, con todo lo que conlleva la deportividad, realmente es el escenario perfecto para poder encontrar esos puntos de conexión que debemos de fijar. Como ha dicho alguno de ustedes, creo que la señora Carmen Picazo, a quien agradezco especialmente esa cuestión, la educación no tiene colores, y, por tanto, tenemos que encontrar entre todos, un camino de unión dentro de nuestras diferencias, que, evidentemente, las podemos llegar a tener. 

Por tanto, lo agradezco sustancialmente. De la misma manera que agradezco también la emoción de la portavoz del Grupo Socialista. Una emoción contenida, que habla realmente de la sensibilidad de la educación. Creo que hoy, más que ser portavoz del Grupo Socialista, ha sido docente, y ese espíritu docente que tenemos todos los que nos dedicamos a la enseñanza, que no podemos obviar ni reprimir, en muchos casos, ha aflorado hoy más que nunca. 

Creo que esa personalización, esa búsqueda del reencuentro con aquellos, y ese agradecimiento en la labor tan magnífica y extraordinaria que está haciendo toda la comunidad educativa, la emoción y las lágrimas son para ellos y por ellos. 

Te lo agradezco especialmente, porque denota que tenemos la educación en las mejores manos: en las manos de nuestros docentes y nuestras docentes de Castilla-La Mancha, y eso realmente habla bien. Voy a dar respuesta a cada una de las cuestiones que tan generosamente han aportado, y que creo que todas van a contribuir decididamente a la construcción y la reconstrucción de todo este sistema, y el abordaje, de la mejor manera posible, de la finalización de este curso y del inicio del curso que viene. Voy a ir contestando por orden a las cuestiones que me han ido señalando. 

En primer lugar, la portavoz de Ciudadanos. Señoría, la primera nota que tengo es la de que comenta usted que el día 25 de febrero nosotros no enviamos la notificación a los centros. Sí que mandamos esa notificación a los centros. Está registrado. Quiero decir que a esto es muy fácil hacerle el seguimiento y el rastreo, y, por tanto, es así. 

Les mandamos una comunicación en la que les informamos debidamente de cuáles eran las condiciones en ese momento —que no en otro— de la situación de la pandemia. Una situación que nos sitúa en una superficie pantanosa y escurridiza, porque el propio virus es pantanoso y escurridizo. Por tanto, nos obliga a tomar decisiones de forma rápida y de forma ágil. Además, es difícil. 

Se lo digo porque, realmente, cuando nosotros trabajamos en educación y gestionamos educación —y hacemos educación—, trabajamos sobre la base de un contexto teórico, para luego poder aplicar a la praxis en una realidad determinada de un contexto de enseñanza-aprendizaje. En este momento le puedo garantizar que no existe ningún teórico —ninguno, ningún pedagogo— en educación que haya planificado, que haya estudiado o que haya contemplado esta realidad, tal y como la estamos viviendo. Por tanto, es casi una hoja en blanco lo que estamos escribiendo. 

Pero no solo la está escribiendo esta consejería y esta comunidad autónoma, lo están haciendo las 17 comunidades autónomas de este país. Es más, esto incluso pasa fronteras, y llega hasta los contextos europeos y más allá. Es decir, esto mismo que estamos pasando nosotros, lo están abordando en todos los países que están sufriendo la pandemia. Por tanto, es un fenómeno universal, es un fenómeno global, y desde esa fenomenología hay que abordarlo. 

Me dice usted que el 12 de marzo se anuncian los cierres de forma precipitada, sin que haya un plan. Le vuelvo a decir, y de verdad que no quiero tampoco ser contundente ni ser muy persistente en esto, pero creo que hay que ser coherente: esto es una crisis sanitaria que conllevará una crisis social, que tiene como consecuencia una crisis educativa —con crisis educativa quiero decir del ajuste del sistema educativo, en ese sentido—, y realmente llegó de repente, de la noche a la mañana. Sin avisar. 

Quizá la crisis del 2008 tiene como condición el hecho de que fue anunciándose, fue aventurándose, fue adelantándose. Nosotros no tuvimos esa ventaja. Llegó como llegó, de la noche a la mañana, y nosotros, como autoridad educativa —que no sanitaria—, desde luego, siempre nos hemos dejado llevar por aquellas cuestiones o aquellas decisiones o aquellos asesoramientos que nos ha marcado la autoridad sanitaria, que son los que realmente conocen la pandemia, o los que realmente tienen los conocimientos sanitarios suficientes como para poder saber cuál es la mejor manera de enfrentarse a ella. Nosotros no somos autoridad sanitaria, y, por tanto, si a nosotros nos desaconsejan el hecho de que no cerremos los centros, no los cerramos. 

Cuando después nos dicen que hay que cerrarlos, nosotros, obediente y valientemente, los cerramos. Podríamos haber esperado una semana antes, pero decidimos hacerlo en ese momento, porque lo que no queríamos de ninguna de las maneras era poner en riesgo la salud de nuestro alumnado, ni tampoco la salud del profesorado, a sabiendas de que era difícil, a sabiendas de que era una decisión que igual no podía entenderse. 

Pero nosotros sabíamos que teníamos una responsabilidad para nuestra comunidad y con nuestra comunidad educativa, y había que tomar esa decisión, y la tomamos, y creo que de forma acertada, porque la propia evolución de la pandemia así lo ha ido demostrando. 

Por tanto, creo que decir lo que uno debía haber hecho y no hizo, y “yo sabía más”, yo creo que eso da igual. Lo importante es lo que hicimos en función de los elementos que teníamos, en una ecuación muy difícil y muy compleja, porque la educación ya es una ecuación muy complicada, y, en este caso, esta educación contempla numerosas incógnitas, muchísimas más. 

No es una ecuación de segundo grado, es una cuestión mucho más allá. Por tanto, estamos jugando con un enemigo que desconocemos, que es el virus y su comportamiento, y con toda la derivada económica, por supuesto, también tendrá una derivada política, pero también económica, educativa, sanitaria, etcétera.

Me habla usted de la planificación. Incluso el señor Prieto también lo ha mencionado, y ya aprovecho y os contesto un poco a los dos al tiempo. Un plan para hacer frente a esta pandemia. Ustedes dicen que no hay un plan. La pedagogía es una ciencia, como otra cualquiera. Es una ciencia que tiene un proceso y un método científico. 

Dentro de ese método científico, cuando uno toma una decisión, tiene que haber un primer paso, y es la toma de conocimiento y la recopilación de datos, para luego, sobre esos datos, empezar a construir y a trabajar en función de una serie de hipótesis de trabajo. 

Ese es un poco el planteamiento científico que tiene cualquier ciencia, y también, por tanto, la pedagogía. Nosotros estamos, ahora mismo, elaborando ese plan. Ninguna comunidad autónoma — ninguna, da igual el color político que tenga— tiene elaborado un plan, porque no puede tenerlo en este momento, evidentemente. Ningún país tampoco tiene elaborado su plan. 

Pero, dicho esto, hay un primer momento de la elaboración de ese plan —en el que de verdad que les pido tranquilidad porque estamos trabajando—, que es la recogida de la información. Porque ese plan no afecta solo a la consejería como Administración, afecta al resto de las Administraciones, afecta a toda una comunidad educativa, afecta a más de 200.000 alumnos, más de 30.000 profesores y profesoras, equipos directivos, ayuntamientos. 

Es decir, afecta a una generosa población, a un montón de colectivos, con unas tipologías muy diferentes cada uno de ellos, porque estamos hablando del sistema educativo en general, pero, si particularizamos, no es lo mismo ese plan cuando se aplique en una etapa educativa como puede ser educación infantil, o en una etapa como pueda ser educación primaria, educación secundaria, o, ya no digamos, la universidad. 

Por tanto, es un espectro muy grande, y hay que atajarlo en su conjunto, pero también de forma individual. Por tanto, estamos haciendo esa recogida de información, y para ello nos estamos reuniendo con toda la comunidad educativa, con los directores y las directoras de las cinco provincias, con representantes de padres y madres, con los sindicatos, que también tienen mucho que decir en este orden de cosas, con el Consejo Escolar, que, evidentemente, es un órgano fundamental en la acción educativa, y también nos reunimos, evidentemente, con los alcaldes y las alcaldesas en un momento determinado. 

Con toda esa información, más la información que estamos haciendo desde la propia consejería, en la propia consejería se está haciendo un estudio detallado de todos los centros, pormenorizado, centro a centro, localidad a localidad. 

No es lo mismo un centro, aunque esté enfrente de otro, cada uno tiene unos recursos humanos, tiene unos espacios determinados, tiene unas claves diferentes, tiene unos programas puestos en marcha de forma distinta, tiene un profesorado preparado en una cuestión o en otra. Es decir, con todo eso se está haciendo un estudio detallado de todos los centros. 

Por tanto, ya le estoy diciendo que hay dos cuestiones que ya estamos avanzando en ello. Hoy mismo el viceconsejero está en un grupo de trabajo a nivel ministerial con las 17 comunidades autónomas, porque ninguna tiene un plan de contingencia preparado para el año que viene, evidentemente, para poder hablar, en conjunto, de cuáles son nuestras ideas y aportaciones que hemos recogido de nuestro sector, para llevarlo a ese plan de contingencia, que tiene que tener también un carácter global y general, a nivel nacional. 

Ese es el momento actual de la planificación. Evidentemente, a mí, como a usted, como al señor Prieto y como a cualquiera de sus señorías que están aquí, nos encantaría ya tener la definición del plan. Nos gustaría tener el plan de contingencia. 

Pero hay dos cuestiones. Una, que no sabemos qué situación real nos vamos a encontrar en el mes de septiembre. Evidentemente, no sabemos ni la que vamos a tener en julio, como para saber la que vamos a tener en septiembre, pero bien, no la tenemos. Y otra, que, evidentemente, los planes se hacen con criterio, despacio, con tranquilidad, y, sobre todo, con consenso y con coordinación, y en ese trayecto, en ese camino es en el que estamos. 

No sé si se lo he explicado bien, pero ese es el momento. Yo soy sincera: el plan es ese. Entonces, ahora mismo me encantaría, de verdad, se lo digo de corazón, me encantaría tener la solución magnífica. Probablemente, si tuviera la solución, a lo mejor ni estaría aquí, estaría, no sé, en la Comunidad Económica Europea casi, diciendo a todos los Gobiernos cuál es la solución. 

Pero seamos realistas: no se puede tener una solución tajante, porque, además, tenemos que ser flexibles. 

Sí que es cierto que hemos recogido, por parte de todos los directores y las directoras de la región, esa intencionalidad de que habrá que hacer remodelaciones curriculares, que habrá que hacer flexibilizaciones en los horarios, que habrá que hacer la mayor presencialidad posible, que no hay que tratar igual a un curso que a otro, que hay que dar prioridad de presencialidad a determinados cursos, a lo mejor, en un determinado contexto, y también que hay que apostar por la digitalización, y ese plan sí que se lo he explicado, sobre todo los cuatro pilares fundamentales que contemplamos en ese plan, y que, evidentemente, tienen que llevarse a efecto de cara al próximo curso. 

Por tanto, ya existe un trabajo grande, serio, y, además, hecho con la fortaleza y el criterio de un montón de personas que están implicadas en el hecho educativo, y eso no lo podemos olvidar. Pero los planes de contingencia incluso tienen que pasar, sobre todo, por un conjunto de planes de higiene y sanitarios, pero también con una concepción pedagógica nueva. 

De ahí que sea muy importante, y que ya está elaborado el plan de formación. Evidentemente, los planes de formación para el profesorado siempre son sumamente flexibles. Fíjese si son flexibles, que hemos sabido adaptarlos en este momento, y, desde luego, le puedo asegurar que muchos de los cursos de formación que se han dado, estos 22 que hemos puesto en marcha estos meses, no estaban contemplados en este momento, han sido fruto de la remodelación, de la reinvención que estamos haciendo permanentemente, pero no porque improvisemos, sino porque escuchamos la voz de la comunidad educativa que nos habla y nos dice que necesita esto. Son conscientes. 

Algunos incluso han dicho: “mire, nosotros estaríamos de acuerdo con empezar a formarnos en el mes de julio”. Ellos realmente piensan que hay que prepararse para esto. Además, hay que prepararse en dos estrategias fundamentales. 

Una, que es la digitalización, tenemos que ser muy competentes desde el punto de vista digital. La digitalización ha venido para quedarse. Hemos hecho un trabajo importante previo. Sin ese trabajo que habíamos hecho en los años anteriores, les puedo garantizar que no hubiéramos podido solucionar la brecha digital. Un trabajo costoso, laborioso, y financieramente fuerte. 

Pero somos conscientes de que hemos de seguir trabajando en esa línea, porque la digitalización es un pilar fundamental. Por tanto, más allá de ese vacío que nos encontramos, y que hemos tenido que retomar, que retomamos en su momento, y que gracias a ese plan META que empezamos a poner en marcha, que ya empezó el año pasado, y le contesto también al señor Prieto que nosotros, esta segunda parte este plan, ha sido paralizado por este proceso, pero lo volveremos a poner en marcha, evidentemente, gracias a eso, ahora mismo tenemos una dotación digital, creo que incluso, comparada con otras comunidades autónomas, con cuyos consejeros y consejeras hablo permanentemente, que bastante buena. No digo que sea la mejor, pero creo que bastante buena. 

Por tanto, hemos hecho una apuesta importante, y también una apuesta de conectividad. No nos olvidemos que el plan de escuelas conectadas es un plan que ya estaba funcionando, y que nos ha permitido también sustentar, de alguna manera, este paso por estos dos meses y medio. Pero también el plan Carmenta, que ha sido una herramienta muy útil para aquellos centros donde la habían impuesto. 


Todo esto se conforma y tiene que servir de impulso y de plataforma para continuar avanzando. Pero ya existe un plan de digitalización, que ya le digo que lo vamos a trabajar de cara al año que viene. Pero hay otro plan también, señora Picazo y señor Prieto, que —como me han preguntado por los planes —también es importante en esta consejería: es el plan de refuerzo del año que viene. Tenemos que continuar ese plan de refuerzo. 

Cuando hablamos con los profesores y las profesoras, la evaluación siempre tiene un fin diagnóstico, evidentemente. La evaluación supone que, a posteriori, después de la propia evaluación, hay un feedback en el que uno conoce cuáles son los desajustes a nivel de aprendizajes, para poder trabajar. Este año más que nunca la evaluación tiene que ser continua.

Además, esos informes que siempre hacemos los profesores y las profesoras al finalizar el curso han de ser la herramienta inicial, o esa primera evaluación, para poder, sobre ella —entre otras cuestiones, no solo sobre ella, evidentemente— poder arrancar el curso que viene. Por tanto, sabemos que el año que viene vamos a tener que reforzar, que hacer mucho refuerzo, porque las competencias educativas, evidentemente, pueden haberse visto lesionadas en algunos casos. 

Ya les hablo de que hay un plan de digitalización, un plan de contingencia —que estamos organizando—, que se refiere más a la organización de los propios centros educativos, y después hay un plan de refuerzo desde el punto de vista pedagógico. 

Un plan de refuerzo que conllevará unos ajustes curriculares y una flexibilización de la norma, que ahí es donde las Administraciones tenemos que estar hábiles para poder solucionar. Me hablaba de la plataforma Papás, del colapso. Ya le he hablado de que soy coherente. Entonces, señora Picazo, realmente le doy la razón. La plataforma Papás no se creó para soportar ese tráfico, esa navegación que ha tenido, ese nivel de concurrencia en número de usuarios. 

Por tanto, ha habido que trabajar en esa plataforma. Es una plataforma que se creó como elemento de comunicación, para mensajería, y para poder hacer algún tipo de comunicación con las familias. Pero, desde luego, nadie pudiera pensar, pero ni esta plataforma, ni la plataforma Alexia en Madrid, ni la plataforma de Castilla y León, ni ninguna otra plataforma de las 17 comunidades autónomas, evidentemente, y todos y todas nos hemos tenido que poner manos a la obra para reforzar y aumentar. Ahí ya les he dado los datos de que, al principio, podría tener, cuando la navegación normal de esa plataforma venía siendo de unos 2.000 usuarios, puede llegar a 50.000. Ha tenido picos de 35.000, y no se ha colapsado. 

Pero, evidentemente, hemos tenido que trabajar en esa plataforma, y eso es lo que yo les he dicho. Todos hemos tenido que reajustar estas estrategias y estas herramientas. No me quiero dejar ningún tema, pero si me dejo algún tema, me lo recuerda luego. La conciliación y la educación. Ahí, un poco le doy la razón también a la señora Diana en este sentido, y se lo voy a matizar. Como usted sabe, yo soy docente, y, evidentemente, eso se lleva siempre por delante. 

Nosotros, los docentes, somos conscientes de que a través de la escuela se consigue la conciliación de la familia, y que una vez que comienza el curso escolar, la vida de la familia gira en torno a la presencia del alumnado en los centros educativos. En torno a eso se diseña un poco la vida de la familia. 

Pero realmente creo que el tema de la conciliación debe ser un tema de corresponsabilidad social. Se ha visto, en este momento, que cuando la conciliación solo se pilota sobre una columna única, como ha sido el caso de esta sociedad, que solamente se ha pilotado en torno a la educación, eso es tan frágil que finalmente se cae. 

Por tanto, yo le digo que la mejor manera —como decían los griegos— de sujetar el templo es que las columnas estén separadas, y así se sujeta mejor, pero tiene que haber varias columnas para sustentar el templo. En la conciliación pasa lo mismo. 

Tiene que ser la educación una parte de esa conciliación, evidentemente, pero tiene que haber más implicación del resto de las Administraciones, y, por supuesto, de las empresas, porque la conciliación es un tema de corresponsabilidad, pero la función de la escuela en sí misma no es la de conciliar, aunque concilie de forma indirecta, por el entorno que genera. 

Pero realmente su función última no es la de conseguir la conciliación. Cosa que yo, de verdad, dicho esto, me sitúo en la posición de aquellas familias que, evidentemente, tienen dificultades para la conciliación. Creo que este Gobierno está siendo muy sensible con este tema de la conciliación, máxime cuando una de las cuestiones que tenemos para la reincorporación del funcionariado en las labores presenciales contempla esa conciliación mientras que dure el curso escolar. Por tanto, creo que somos sumamente sensibles a esta conciliación. 

Pero realmente existe un problema que quizá haya puesto de manifiesto esta crisis, y que tendremos que abordar, y que tendremos que abordar entre todos, pero no solamente desde la escuela. Creo que eso es fundamental.

En cuanto a las ayudas, señora Picazo, le digo que nosotros vamos a seguir trabajando en la línea que hemos trabajado de las ayudas a comedor, a material escolar y transporte. Quiero decir, todas estas cuestiones, nosotros no solamente retomamos las ayudas de comedor, sino que además lo decimos de tal manera que no hay convocatorias para ayudas de comedor. 

Cualquier alumno o alumna que llega a Castilla-La Mancha en mitad del curso está abierta la línea de subvención, la línea de ayudas, y nosotros la mantenemos viva para que todos tengan derecho a ella. Quiero decir, nosotros esas ayudas se las vamos a dar, y me imagino que, si surgen más, tendremos que implementarlas y ampliarlas. 

En eso estamos completamente de acuerdo ustedes y nosotros. Además, le agradezco que sea sensible especialmente en esa tarea, que me parece fundamental. En cuanto al tema de la cultura, realmente nosotros hemos apostado por un paquete de medidas importante, con el objetivo de aumentar el consumo cultural, porque aumentar el consumo cultural significa, sobre todo, dar vida a las empresas culturales. En esto también voy a contestar al tiempo al señor Prieto. 

Las industrias culturales de nuestra región, nuestra obligación es protegerlas, porque si hay algún sector que ha sufrido sustancialmente esta crisis, desde luego lo es la industria cultural. En muchos casos, la industria cultural de nuestra región son pequeñas empresas, e incluso a veces pequeñas empresas familiares. A veces incluso autónomos que ejercen esta actividad. 

Por tanto, nosotros nos hemos decidido a no restar ninguna ayuda a estas empresas. Podríamos haber tomado la otra decisión. Es decir, todos sabemos lo que pudo pasar en un momento determinado. No hacemos caso, recortamos las ayudas, no se las damos, y como las condiciones higiénico-sanitarias y los protocolos de sanidad nos indican que no podemos llenar los teatros, o que tenemos que tener unas medidas que no se corresponden a lo que siempre hemos trabajado, podríamos haber obrado de espaldas a este sector. 

Pero no lo hemos querido hacer, porque creemos que nuestra obligación es estar con ellos. Realmente, lo que hemos hecho ha sido reconstruir, remodelar y redefinir todas las propuestas culturales que había. 

Vamos a intensificar la promoción de los parques arqueológicos y de los yacimientos arqueológicos. Por supuesto, estamos trabajando ya con la Dirección General de Turismo para hacer —no comenzar, estamos ya haciendo— esta promoción también de este sector. Hemos trabajado ya para la reapertura de los museos y las bibliotecas. 

Porque, además, la cultura, que a alguien le puede parecer que no sirve más que para generar una autoestima colectiva —cosa que es sumamente importante—, yo creo que aparte del bien que hace a esta región por reconocer nuestro pasado, por saber y reencontrarnos con aquello que nos ha hecho como somos —que eso es básico en la cultura—, nosotros la concebimos como un derecho. La cultura es un derecho, y, por tanto, como derecho, el acceso a la cultura tiene que ser universal, y nosotros tenemos que facilitar ese acceso a la cultura. 

De ahí que hayamos generado, por ejemplo, algunas acciones de subvenciones que no estaban contempladas, que se quitaron en un momento determinado, y que había que rescatarlas. En ese sentido, nosotros hemos puesto en marcha una de las acciones del paquete, que consiste en la producción de largometrajes y cortometrajes para las empresas de nuestro sector. 

Una acción importante, que les va a permitir poder concursar luego con el resto de las empresas de otras comunidades autónomas en el Ministerio de Ciencia y Deporte, en las convocatorias que tienen. Por tanto, velamos por su seguridad, velamos por su trabajo, y, además, estamos encontrando puntos de conexión en los que vamos a facilitar el encuentro con todas las direcciones generales que tienen que ver con la cultura, y también con las otras Administraciones que tienen que ver con la cultura. 

Por tanto, creo que estamos trabajando en red desde el punto de vista cultural. Incluso, fíjese, es importante el paquete de medidas, es importante la dotación económica, es importante la financiación en materia de cultura, pero es quizá mucho más importante generar esa red de conexión entre las Administraciones —desde el punto de vista cultural— para comenzar a reedificar nuevamente la cultura.

Nosotros hemos apostado por eso, de la misma manera que hemos apostado por —desde luego— no bajar ni un euro a ninguna de las subvenciones. Los festivales seguirán, de una forma diferente, probablemente, pero para eso son creativos. 

Para eso ellos, desde luego, se han puesto a disposición nuestra en distintas reuniones que hemos mantenido, y van a reelaborarse. Los festivales de cine, por ejemplo, continuaremos dándoles la financiación que necesitan. En cuanto al aprobado general, yo no voy a hacer un aprobado general —ya lo he dicho—, ni aprobado general ni aprobado general encubierto. 

Es que no hay aprobado general. Entonces, esta es la ley, la LOMCE, que ya saben que es una ley que hizo el señor Wert, y que se aprobó. Este es el Boletín Oficial en el que sale la Ley Orgánica 2/2006, del 3 de mayo, de Educación, y ahí se habla de evaluación. Cuando hablamos de evaluación, no digo que solamente haya que contemplar el esfuerzo o la actitud —la “actitud, con C—, también hay que valorar la “aptitud”, con P, claro. 

También hay que valorar una cuestión que se nos olvida a veces, pero que está en la ley, y es que hay que evaluar por competencias. Eso lo dice la ley. Igual que la ley dice que es el equipo docente el encargado de asumir la valoración, la calificación, la promoción y la titulación del alumnado, viendo al alumnado en su conjunto. 

Que no lo digo yo, es que lo dice la ley en su artículo 28, por si lo quieren recoger, y su artículo 21, que también habla de la evaluación. Es decir, tiene varios artículos destinados a la evaluación, y en todos ellos habla de las competencias, no habla de contenidos. No habla de conceptos, habla de competencias educativas, porque es de lo que hay que hablar. 

No nos olvidemos que nuestro sistema educativo, que es sumamente enciclopédico —es verdad que lo es— y muy extenso, y muy denso en sus contenidos, pero es cierto que tiene una cuestión, y es que trabaja por etapas educativas. 

Lo que pasa es que nosotros lo organizamos luego en cursos, evidentemente, por aquello de secuenciar y graduar la dificultad. Pero hay que evaluar al alumnado en su conjunto, y hay que evaluarle al final de la etapa —sobre todo—, y, además, hay que evaluarle en torno a las competencias. 

Una de las cuestiones que hemos recogido de las sendas reuniones que hemos tenido con los directores y las directoras es un poco volver otra vez, y reconocer el valor de las competencias como elemento básico para la organización de la metodología. Hay que trabajar en esa línea metodológica, en esa ruptura, en ese cambio. 

Pero, además, no porque queramos ser revolucionarios. Es porque la ley contempla ya estas cuestiones. Por tanto, nosotros, cuando hablamos de promoción, hablamos de titulación, no nos saltamos la ley, la ley está aquí, y la ley es un referente. Evidentemente, es el marco grande sobre el que nosotros nos movemos, y del que no nos podemos salir. 

Eso está claro. En cuanto a los horarios, a ver, lo que yo le decía con los horarios es que, extrapolar los horarios, tal y como se conciben de forma presencial, a una actuación no presencial, no se puede hacer. Entonces nosotros lo que les dijimos, porque, además, recogimos la información de las familias, en estos casos, había un poco el celo de hacerlo bien, porque el profesorado, de verdad que ha sido magistral el trabajo que ha hecho, y a veces respetaban rigurosamente ese horario. 

Nosotros, lo que les dijimos, en la norma, en las instrucciones, en una de las instrucciones, es que no había que hacer una reproducción exacta de ese horario, porque, evidentemente, un niño no tiene la misma capacidad de atención, y en su casa tiene un conjunto de distractores que no los tiene en la escuela. Por tanto, hay que ajustar ese horario. 

Pero no porque nosotros queramos hacer un horario especial, sino porque creo que la psicología nos habla de todo esto. En cuanto al absentismo, a ver, el absentismo, efectivamente, puede darse, pero precisamente nosotros, lo que intentamos es que no haya absentismo. El absentismo, de alguna manera, tiene que ver con el esfuerzo del alumnado, y, por tanto, esos alumnos o esas alumnas que están ausentes, también su profesorado, evidentemente, tomará —como no puede ser de otra manera— para ellos una serie de consecuencias. Todo esto es así. 

Es decir, hay una parte que hay que adaptar. Pero nosotros, claro, tenemos que trabajar de cara a generar procesos garantistas tanto en la calificación como en la promoción, como en la titulación, y, por supuesto, como en el esfuerzo.

Más o menos creo que le he contestado a todo. Si acaso ve que no le he contestado a algo, me lo señala. En cuanto al PP, voy a empezar aquí. Usted ha empezado un poco fuerte, diciendo que el presidente tuvo una bronca con el rector. 

El presidente de esta comunidad, que yo sepa y que me a mí conste —y le puedo garantizar y asegurar—, nunca ha discutido con el rector, y menos una bronca, porque lo de la bronca es un poco... Bueno, es un lenguaje muy coloquial, por decirlo de alguna manera, pero, evidentemente, no. Podemos tener ciertas diferencias, como con cualquiera, pero, desde luego, en ningún caso ha habido ninguna bronca en relación con esto. 

En cuanto al tema de la planificación, creo que ya se lo he hablado. Usted nos dice que no hemos dado pasos firmes ni con rigor. Bueno, nosotros hemos sido rigurosos, y, desde luego, hemos sido firmes. Dentro de la firmeza y el rigor que hay que tener porque somos flexibles, pero hemos dado instrucciones que la comunidad educativa estaba esperando, que la comunidad educativa deseaba, y que, además, las hemos dado en el momento oportuno. 

Nosotros hemos dado instrucciones desde el primer momento, primero, para la consecución del segundo trimestre, y después, a posteriori, hemos dado dos instrucciones de carácter general para el tercer trimestre, y daremos otra más de aquí al finalizar el curso, para plantearnos el tema de la memoria final de curso, y el principio del curso siguiente. 

Por tanto, hemos hecho —en rigor— lo que demandaba la comunidad educativa, escuchando en todo momento a la comunidad educativa, y coordinándonos con los ministerios correspondientes, y también, desde luego, teniendo en cuenta las disposiciones que ellos nos han tenido que ir dando para que nosotros pudiéramos establecer las distintas instrucciones o resoluciones. 

Usted habla de que ha presentado 70 preguntas en Cortes. Bueno, no sé, cuando a nosotros nos lleguen esas preguntas, yo creo que aquí nosotros vamos a contestar a todas, se lo garantizo, no vamos a tener ningún problema, porque la consejería tiene como norma contestar. 

De hecho, en el portal de educación le puedo decir que hay consultas permanentes, que hace que estén contestando hasta altas horas de la noche personal de la consejería, a quienes agradezco, desde luego, esa implicación. Le vamos a contestar a las preguntas, pero me sorprende, y le voy a decir lo que me sorprende. No sé, es que me sorprende que tengan ustedes 70 preguntas, y que en las 100 propuestas que el señor Núñez hizo en esta sede el día 2 de mayo, de las 100 propuestas — supuestas propuestas—, solo dos eran de educación. O sea, que ustedes tienen 70 preguntas y 2 propuestas. Además, porcentualmente es muy fácil: de las 100, 2, un 2 %. 

Por tanto, un 2 % significa que hay un 2 % de interés por pensar que la educación tiene que ser uno de los elementos que haya que trabajar de cara a esta situación, pero me sorprende aun más, señor Prieto —y perdone que se lo diga, y se lo digo de verdad, desde la confianza y desde el respeto máximo—, que en esas 100 propuestas hay cero de cultura y cero de deportes. O sea, que la cultura es un 0 % del interés que suscita, o de las ideas que tienen para mejorarla, y la educación un 2 %. Que, por cierto, el 2 % —que yo las he leído, porque soy muy rigurosa, y creo que es mi obligación— hablan de la brecha digital. Nosotros ya hemos hecho la tarea. 

Si tengo que esperar al 2 de mayo —bueno, que solamente las mostraron, no nos las dieron, pero luego nosotros las hemos rescatado—, todavía estarían esperando los centros educativos la resolución de la brecha digital. Con lo cual, nosotros, de verdad, empezamos ya a trabajar la brecha digital desde marzo. 

Gracias a que en esta región ha habido un ejército de personas trabajando para desplegar en la primera y en la segunda fase, hemos podido rescatar, que, como nos lo van a preguntar en las 70 preguntas, ya se lo diremos, el número de efectivos que había en los centros educativos los hemos puesto a disposición del alumnado, como no podía ser de otra manera. Pero, además, hemos comprado 400 tabletas más, más luego tarjetas 4G. 

Por tanto, hemos hecho esa labor. Lo que le pido es: de verdad, nosotros le vamos a contestar a las preguntas, pero más que preguntas, me encantaría que hubiera sugerencias, que hubiera propuestas, porque solo con las propuestas se avanza, con las preguntas se resuelve, pero con las propuestas se avanza. Por tanto, esto no es —permítame, como soy docente— hacer un examen: “voy a hacerles 70 preguntas a ver si aciertan”. No, es que no se trata de examinarnos, se trata de ayudarnos. 

Ahí le digo que tenemos posibilidad de tirar para adelante, posibilidad de actuar con impulso para que la educación sirva de cambio, y de cambio social, que también es importante. Desde luego, seguimos todavía queriendo mostrar esa actitud. También me ha dicho que cuánto dinero le vamos a inyectar —por decirlo de alguna manera— a este plan, a este procedimiento y a este cambio. 

De verdad, están interesados, y me alegro de que se interesen por la financiación de la educación, ya que en un momento determinado tampoco estuvieron muy duchos en la financiación educativa, sino todo lo contrario, realmente me alegra que finalmente tomen conciencia de que para avanzar también en materia educativa y en materia cultural, hay que impulsarla desde el punto de vista económico, y, desde luego, no recortar. 

Muchas veces me planteo que, si desde el 2011 al 2015 hubiésemos seguido con esa progresión en la adquisición y en la implicación de las nuevas tecnologías en la escuela —que, por cierto, se recogen en el capítulo 11 de la LOMCE, una ley que hizo el PP, que habla de la tecnología; por tanto, está recogido en su intencionalidad, desde el punto de vista del PP, en este caso, que fue quien hizo esta ley—, nos hubiéramos encontrado muchísima más dotación tecnológica, y, por tanto, hubiéramos podido solucionar mucho mejor esa brecha digital. 

Pero, bueno, no pasa nada, está bien, que se aprende de los errores, y aunque realmente uno no puede predicar sobre lo que no hizo, por lo menos ha aprendido que es mejor solucionarlo de otra manera. Usted habla de contradicciones, y habla específicamente de Cuenca. Yo ya sé que, a usted, Cuenca le interesa especialmente. Bueno, lógicamente, vive allí. 

A ver, le digo que no hay ninguna contradicción. La delegada y la consejería dan esas órdenes a los ayuntamientos, porque los ayuntamientos... No porque no haya niños ni niñas en los centros educativos, es que los centros tenían que limpiar y acondicionar para la entrada de los equipos directivos —que así se lo dijimos en las instrucciones— para abordar temas administrativos. 

Dese cuenta de que se han puesto en marcha una serie de procedimientos —como el proceso de admisión— que exigen, de alguna manera, esa presencialidad. Podrían exigir esa presencialidad. Por tanto, a los equipos directivos se les dijo que ellos o alguien en quien ellos delegasen, evidentemente, siempre respetando las medidas de salud y los protocolos que previamente les mandó la consejería, tenían que abrir para solucionar. 

Por tanto, no es que no se abrieran o no se abrieran para los niños y las niñas, es que estaban abiertos para otras cuestiones, que son las cuestiones administrativas. El principio de curso, creo que se lo he explicado, se lo he explicado a los dos a la vez. Por tanto, no voy a repetirme. 

En cuanto a educación concertada, la educación concertada, a pesar de representar un 15 % de la educación de esta región, nosotros la incorporamos en todas nuestras instrucciones. Están recibiendo la misma información que los centros públicos, la misma. 

La hemos incorporado a todas las reuniones, en todas las reuniones, tanto las que hemos hecho con el presidente como las que hemos hecho en la consejería, han estado representados los centros educativos concertados, de la misma manera. Han estado representados también en las reuniones de padres y madres, y, por supuesto, están también representados en el Consejo Escolar. 

Es decir, no trabajamos de espaldas a la enseñanza concertada, sino que trabajamos de la mano de ellos. También los hemos incorporado a la brecha digital, los hemos dotado de los materiales informáticos necesarios cuando así nos lo han dicho. 

Por tanto, creo que no se han podido sentir, y, de hecho, en las reuniones nos han agradecido el que hayamos contado con ellos en igualdad de condiciones que el resto. En cuanto al tema de la formación, le digo: nosotros no tenemos ningún tipo de desajuste con la formación que les damos, participan de la formación. Los profesores y las profesoras se han hecho... 

En las plataformas hay un límite en las inscripciones de los cursos de formación, evidentemente, porque usted piense que no se debe a que la plataforma no admite más o menos participantes en un curso, es que ese curso lo imparten monitores, profesores, profesoras, expertos, etcétera, y ellos tienen también que evaluar, que contactar con el alumnado. 

Por tanto, cada curso de formación, evidentemente, tiene unos numerus clausus. Pero cuando la demanda de ese curso de formación es tan grande que se quedan personas fuera de ese curso, se les vuelve a reincorporar o se vuelve a hacer otra vez ese curso. Por tanto, existe esa capacidad de poder ir haciendo. Por ejemplo, en el último curso, en este curso que ahora mismo está en fase de inscripción, hay 900 inscripciones. 

Es que la demanda que estamos teniendo es grandísima, pero es que hemos llegado a más de 3.000 profesores y profesoras. En el último que hicimos en Microsoft Teams —que es el que usted específicamente comenta—, el 99 % del profesorado ha participado. Es cierto que lo hemos hecho por centros, de tal manera que hemos seleccionado dos docentes por centro. 

No hemos querido ir a más, porque luego después, por el efecto cascada, ellos pueden ir formando al resto. Pero, además, vamos a seguir formándolos, porque todos en estas reuniones que hemos mantenido con los directores y las directoras, han sido numerosos los que nos han hablado bien de esa herramienta que permite, sobre todo, generar esos entornos de coordinación entre el profesorado. Por tanto, vamos a seguir trabajando en esto. 

En cuanto a la cultura, aparte de lo que le he comentado, de los cortometrajes y de los largometrajes, hemos ampliado la convocatoria para incrementar los fondos bibliográficos y los fondos, y también para mejorar, como novedad dentro de las bibliotecas, les hemos permitido la renovación y la mejora de los equipamientos. Por tanto, ahí también hay un incremento. 

Después habla del transporte, bien, y dice que nosotros lo hemos dado porque teníamos un poco que darlo, por obligación. Bien, hay unas condiciones en los pliegos de condiciones —no en los contratos, pero sí en los pliegos de condiciones—, en las que se habla, evidentemente, de esa indemnización. Pero sí que es cierto que lo que se contempla es cuando se acabe todo. 

Es decir, se tendría que acabar el efecto de la pandemia para que nosotros pudiéramos dar ese dinero. Pero nosotros hemos decidido incluso adelantar esa prestación, ese 50 %, a fin de poder solventar esos problemas económicos que puedan estar teniendo puntualmente. 

Porque más allá de las empresas de transporte, igual que más allá de las empresas de los comedores escolares, de cáterin, que están haciendo una labor magnífica, y que de verdad que se lo agradeceré infinitamente, porque en el momento en que se toma la decisión había que ver cuáles eran las circunstancias, y más allá de todo eso, hay personas, hay hombres y mujeres, hay familias detrás de esas empresas, y nosotros no hemos querido dejarlas en la estacada. 

Por eso hemos luchado por que ellos tuvieran esa fuente de financiación. En cuanto a las escuelas infantiles, usted me habla de una en concreto, de Pastorcitos de Fátima, es una escuela infantil, que supongo que se referirá a una que está aquí, en Toledo. Nosotros nos hemos reunido con la Federación Regional de Escuelas Infantiles Privadas, porque la toma de decisión del cierre de 0 a 6 años, evidentemente, las afectaría a ellas también. 

En esa federación, que está conformada por asociaciones de las cinco provincias, ninguna quería abrir de 0 a 6 años. Es decir, llegamos al acuerdo con ellas de no abrir. 

Ellas nos dijeron que realmente no podían abrir, fundamentalmente también por una cuestión económica, y, sobre todo, porque había que preparar muy bien, y ellas, la verdad que en un ejercicio de responsabilidad y de generosidad, así lo vieron. 

Pero no solamente hay una escuela infantil, hay casi 500 en toda la región. Por tanto, nosotros hemos oído el sentir de la mayoría, evidentemente. No quiere decir que una de ellas no tenga importancia, para nosotros todas tienen importancia, pero es así. En cuanto a las ayudas económicas, sabe usted que no es competencia de esta consejería. 

Ellas tendrán derecho a una serie de ERTE o de ayudas como autónomas, pero nosotros, en ese sentido, también les hemos aconsejado y las hemos dirigido a donde tenían que dirigirse para poder abordar y tener el acceso a esas ayudas. Más allá de eso, no podemos hacer otra cosa, porque nuestra consejería no tiene esa capacidad. 

Tiene capacidad en el ámbito del proyecto educativo que se desarrolla. Pero, no obstante, se han sentido muy agradecidas por haberles escuchado y por haberlas atendido. Hay otra cuestión que usted habla, que son las sustituciones, y dice que no hemos hecho sustituciones. 

Yo tengo aquí lo que me pasan de la Dirección General de Recursos Humanos, un Excel con todas las bajas. Sabe usted que las sustituciones vienen provocadas por las bajas. Estas son las bajas que ha habido en toda la región, educativas, en los dos meses y medio: 40 bajas. No es que no haya sustituciones, es que no se han producido casi bajas. 

Entonces, yo no puedo sustituir si no hay bajas. Primero tendrá que haber bajas, y luego sustituir. Por tanto, las bajas se han sustituido, siempre y cuando el equipo directivo haya determinado que era óbice el hecho de sustituir al profesorado, pero nosotros no hemos dicho que haya faltado la sustitución. 

Creo que, de verdad, hay que ser rigurosos, y a lo mejor la rumorología no es la que procede en este caso, y se lo agradezco, porque, además, me da la oportunidad de poder decirle realmente, con datos, lo que hay. Por tanto, esa es la realidad: 40 bajas hasta la fecha del viernes pasado, y se han sustituido en función de esas 40 bajas. En cuanto a la universidad, me dice que había que reducir o devolver parte de las tasas al alumnado de Castilla-La Mancha. ¡Madre mía! 

Pero ¿es que usted se cree que la universidad ha parado en marzo? Los alumnos y las alumnas han seguido trabajando, los profesores y las profesoras también. Pero ¿cómo vamos a devolver las tasas de la universidad, si están trabajando? Vamos, creo que eso se lo dice usted a los profesores y a las profesoras de la universidad, y van a decirle que cómo es esto, que si pone usted en tela de juicio que están trabajando. Están trabajando, señoría, están trabajando. 

Por tanto, si están trabajando, están llevando a cabo un proyecto educativo de forma no presencial. Pero el proyecto educativo continúa. 

Además, me consta, porque en la última reunión que mantuvimos la semana pasada con el rector y con algunos catedráticos de la universidad para hablar distintos temas de la universidad —porque yo sigo teniendo reuniones, evidentemente, con la Universidad de Castilla-La Mancha— me dijeron que en este momento estaban procediendo a las evaluaciones del alumnado, que todo iba con normalidad, 

que estaban contentos porque realmente estaban dando cumplimiento a los objetivos que se habían propuesto, que no había ningún desajuste en el proceso de enseñanza-aprendizaje, y la verdad es que se mostraban optimistas, y yo salí contenta de la reunión, precisamente por ese garantismo que ellos me mostraron. Por tanto, no podemos pedir a la universidad que rebaje las tasas. 

Desde luego, yo no se lo voy a pedir, porque respeto, sobre todo, el trabajo que están haciendo, tan magnífico, y, desde luego, la capacidad de reajustarse que han tenido. Además, han trabajado también con la brecha digital, porque les han dado 700 dispositivos de conexión. 

De esto también hablamos en la reunión que mantuvimos con el rector y con algunos de los representantes del claustro de la universidad. Me alegra mucho que se ocupen ahora de la universidad. ¿Yo qué sé? Claro, cuando hago números y digo: en el 2011 se pagaron 165 millones de euros a la universidad, en el 2012 —que fue el presupuesto que ustedes hicieron por primera vez como miembros de un Gobierno en esta región— lo bajaron a 98 millones. 

Un recorte del 40 %. Nosotros hemos recuperado ese 40 %. Nosotros, este año, con el contrato programa que tenemos con la universidad, ahora mismo, este año hemos dado 669 millones. Les estamos dando, ahora mismo, más dinero de lo que ustedes se encontraron, y, por supuesto, hemos tenido que pasar —o hemos tenido que recuperar— ese descalabro económico por el que ha atravesado la Universidad de Castilla-La Mancha. 

¿Ustedes saben la cantidad de profesores y profesoras, y la cantidad de recursos que podían haberse implementado en estos cuatro años? Muchos. Pero esto es lo que hay, y nosotros, desde luego, bien está que puedan ustedes, ahora mismo, reflexionar sobre ello. En cuanto a los test, usted me pregunta que si va a haber test. 

Vamos a ver, de verdad: nosotros, lo que nos dicen las autoridades sanitarias. Si las autoridades sanitarias nos dicen que es imprescindible realizar test a los docentes y a los alumnos y alumnas, pues los haremos, si nosotros no decimos que no, pero esa es una competencia sanitaria, y nosotros ahí no vamos a entrar. 

De todas maneras, lo que ellos dicen es que tienen un nivel de fiabilidad de una serie de días. Por tanto, 217.000 alumnos o alumnas, 30.000 profesores. 

Si todos los lunes hay que hacer los test a todos los profesores, a todas las profesoras y a todos los alumnos y alumnas, no sé, no me parece que sea. Pero, en cualquier caso, si a mí me dicen: “hay que hacer test”, yo los haré, de verdad, porque para nosotros —y creo que en esto sí que hemos sido muy escrupulosos y muy rigurosos— la salud ha sido lo primero. Desde luego, nos hemos preocupado tanto de la salud física, por supuesto, como de la salud emocional. Creo que les he contestado a todos. No obstante, hay un turno de réplica. Por mi parte, muchas gracias.


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