DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA, SOBRE LA SUSPENSIÓN DEL CALENDARIO DE LA IMPLANTACIÓN DE LA LEY ORGÁNICA 8/2013, DE 9 DE DICIEMBRE, PARA LA MEJORA DE LA CALIDAD EDUCATIVA (ORGÁNICA). (Número de expediente 122/000001).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias. Por el Grupo Parlamentario Popular en el Congreso tiene la palabra la señora Moneo Díez.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias. Por el Grupo Parlamentario Popular en el Congreso tiene la palabra la señora Moneo Díez.
La señora MONEO DÍEZ: Gracias, señora presidenta. Señorías, las elecciones del pasado mes de diciembre abrieron una nueva etapa en nuestro país. Los ciudadanos expresaron con claridad que el nuevo escenario surgido de las urnas, y ratificado con mayor nitidez el pasado mes de junio, exigía de las diferentes fuerzas una nueva forma de entender y practicar la actividad política.
Esta casa, el Parlamento, debía convertirse en el escenario perfecto para la búsqueda de acuerdos, de consensos, desterrando prejuicios pasados y aceptando que, a pesar de las profundas diferencias que nos puedan separar, es mucho más importante lo que nos une. Señorías, en la actividad política y parlamentaria lo que servía hace algunos años me temo que ya no sirve a día de hoy.
Todos los que estamos en esta Cámara hemos asumido compromisos con los ciudadanos, todos los hemos defendido apasionadamente, seguramente con el firme convencimiento de que eran estos y no otros los que podían incidir en la mejora de aquellos que habían depositado en nosotros su confianza. Es totalmente legítimo.
Ahora bien esta nueva etapa que los ciudadanos han validado con su voto exige ir mucho más allá, porque por encima de las legítimas aspiraciones de unos y otros la sociedad no aceptará aquella iniciativa que no comience por una palabra: acuerdo. Nosotros lo hemos entendido y por eso no nos gustaría, señorías, que la iniciativa que hoy somete a debate el Grupo Parlamentario Socialista cerrase las puertas al acuerdo.
No es nuestra intención que así sea, aunque he de decirles que la intervención del portavoz socialista nos lo está poniendo muy difícil. Nosotros, señorías, no vamos a caer en provocaciones. Si alguien quiere excluirse del pacto porque en el fondo quizá ese pacto va a abordar un debate educativo serio, más allá de fundamentalismos, más allá de estereotipos creados, que lo haga. Nosotros no lo vamos a hacer y no es nuestra intención dejar fuera a ningún grupo de esta Cámara.
Los españoles no entenderían que, si durante meses hemos hablado de la necesidad de un gran pacto por la educación, pretendiéramos asentar los cimientos de ese pacto sobre un debate bronco cuando ya estamos trabajando en esta Cámara por la constitución de una subcomisión que pueda dar luz verde al acuerdo.
Por eso precisamente no entendemos a qué viene esta iniciativa, este debate. Algunas de sus señorías han dicho que carecía de sentido. Si carece de sentido, entonces ¿por qué votarla a favor? ¿Cuál es el sentido de su debate en el día de hoy? Máxime cuando ustedes, señorías del Grupo Parlamentario Socialista, saben que sus efectos pueden ser limitados en algunos casos pero perniciosos en otros.
Pareciera que para sentarse a negociar necesitan ciertas condiciones, que la consecución de un pacto debe pasar necesariamente por subir al cadalso a una ley educativa aprobada legítimamente por la mayoría de esta Cámara.
Señorías, sinceramente creo que comienzan esta andadura cometiendo los mismos errores del pasado; errores que desgraciadamente han impedido que nuestro sistema educativo pudiera adelantarse a las necesidades y requerimientos de la sociedad del futuro.
Mientras nosotros discutimos, existe una realidad educativa adoptada por aquellos países que han experimentado un salto cualitativo y cuantitativo en la calidad de su sistema y en la mejora de sus resultados; una realidad fundamentada en la cultura de la transparencia, la rendición de cuentas, la autonomía de los centros, el refuerzo de la figura del profesorado y su formación a lo largo de toda su vida profesional.
Nosotros, señorías, no entendemos la educación ni desde planteamientos apriorísticos ni desde trincheras ideológicas. Acudimos al pacto con la firme voluntad de llegar a un acuerdo; sabemos que eso implicará cambios y modificaciones legislativas, pero eso lo decidiremos aquí en esta Cámara entre todos. Señorías, el Grupo Popular ha dado pasos hacia el acuerdo, pero nosotros damos un paso hacia delante y ustedes, señorías del Grupo Parlamentario Socialista, dan un paso hacia atrás. Hoy han dado varios pasos hacia atrás y así es muy complicado que nos encontremos en el término medio.
Estamos trabajando sinceramente para lograr el máximo consenso, porque es el compromiso que hemos asumido con los españoles plasmado en nuestro programa electoral; porque es el compromiso adquirido con otras fuerzas políticas de esta Cámara, con el Grupo Parlamentario Ciudadanos; porque es el compromiso del presidente del Gobierno, que en su discurso de investidura no solo abogó por la necesidad del pacto por la educación, sino que dio un paso más solicitando la paralización de los efectos académicos de las evaluaciones hasta que se lograse ese pacto; porque es el compromiso de este grupo parlamentario, que está trabajando por consensuar un texto conjunto para iniciar los trabajos de la subcomisión; y porque es el compromiso del ministro de Educación, que ya ha anunciado la convocatoria de la conferencia sectorial para llegar a un acuerdo con los consejeros.
Señorías del Grupo Socialista, por nosotros no va a quedar, pero para ello voy a tener que quedarme solo con la parte final de su discurso, señor Cruz, y olvidar el aquelarre que usted ha pretendido hacer esta tarde aquí con la Lomce.
¿Creen sinceramente que este es un debate constructivo? Solo le pido que se ponga ante diferentes supuestos. Si esta iniciativa se toma en consideración —como parece que así va a ser— estaremos ante una norma que con toda probabilidad se anticiparía a las propuestas y conclusiones del pacto social y político por la educación resultantes de la subcomisión.
¿Y si, por ejemplo, esas conclusiones dicen que hay que preservar el 85% de las propuestas del pacto social y político defendido en su día por el ministro Gabilondo que, por cierto, contiene la Lomce? ¿Las paralizamos?
¿Las van a paralizar ustedes, señorías del Grupo Socialista? ¿O las derogamos? Pónganse en el lugar de las familias, de los alumnos y de los profesores. ¿Qué les explicamos? ¿Qué haga lo que haga la subcomisión, la Lomce con la que se están educando sus hijos no sirve? ¿Que el año que viene estudiarán con una ley distinta? Por cierto, ¿con qué ley? ¿Con la LOE? Señorías, la LOE está derogada.
Hay que dar tranquilidad al sistema y a las familias. Ustedes saben que la Lomce está totalmente implantada en primaria, en secundaria y en bachillerato y que la formación profesional básica se está desarrollando con absoluta normalidad. ¿Qué hacemos si seguimos su iniciativa, que paraliza el calendario de implantación y deroga después? ¿Qué hacemos con los alumnos? ¿Qué título les damos? ¿Les dejamos promocionar?
¿Hacia dónde? ¿Derogamos también, a mitad de curso después de llegar a un acuerdo, la prueba final de bachillerato para el acceso a la universidad? ¿En qué limbo jurídico y administrativo dejamos a los alumnos de segundo de bachillerato?
Por no hablar del tema financiero, que a ustedes les preocupa tanto. Ustedes saben que la implementación de la Lomce está condicionada por la inversión del Fondo Social Europeo. ¿Ustedes saben que la paralización de la misma implicaría para España la pérdida de más de 600.000 millones de euros? (Rumores). ¿Estamos realmente en condiciones de prescindir? (Continúan los rumores).
La señora PRESIDENTA: Un momento, señora Moneo. Por favor, guarden silencio. Señorías, les ruego una vez más que guarden silencio. Continúe, señora Moneo.
La señora MONEO DÍEZ: Señorías, esta iniciativa no es sostenible ni en la forma, porque ustedes saben como nosotros que no es posible paralizar ni derogar una norma regulatoria del ámbito educativo sin un nuevo calendario de aplicación e implementación, ni en el fondo, porque además de la falta de rigor técnico estamos hablando de consecuencias personales para los directamente implicados en la educación y económicas para el conjunto del país.
Han hecho el discurso —quiero entender— que buena parte de sus votantes, de sus incondicionales, necesitan, pero, con sinceridad, no es el discurso que necesita la educación en nuestro país. La educación, señorías, necesita serenidad y sosiego, necesita mirar al futuro y dejar de lado el pasado, necesita inteligencia y generosidad, porque solo mediante el diálogo será posible la creación y aplicación de políticas educativas eficaces.
Para alcanzar un acuerdo hace falta el acuerdo de todos, y ello, señorías, incluye también al Grupo Parlamentario Popular, avalado humildemente por cerca de 8 millones de españoles. (Aplausos). Finalizo, señora presidenta. Recientemente tuve ocasión de leer unas declaraciones de un ilustre exministro de Educación socialista donde avalaba la necesidad de acuerdo en educación no sin antes señalar que el consenso hay que hacerlo.
Yo no puedo estar más de acuerdo, pero no olvidemos que el consenso es el acto mediante el cual varias partes llegan a un acuerdo que satisface a todos, no lo olviden. Señor Cruz, como le dije antes, me voy a quedar con la última parte de su discurso, precisamente en aras de ese consenso. Solo le digo una cosa: les esperamos en la subcomisión de educación. Muchas gracias. (Aplausos).
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