SEÑOR CONSEJERO DE SANIDAD (Don Jesús Fernández Sanz): Buenas tardes,
presidente, señorías, presidente de Castilla-La Mancha, todas las personas que nos siguen,
quizás buenas tardes, mejor que buenos días. Ni son buenas tardes, ni son buenos días. No son
buenos tiempos, pero seguro que juntos los haremos mejores.
Quería comenzar mi intervención, en primer lugar, uniéndome, como ya ha hecho el
presidente, al pésame, a la condolencia a todas las personas, a todas las familias que han
perdido a alguien por esta maldita pandemia. También para quienes, sin haber sido por el
COVID-19, también han fallecido y no han podido recibir el acompañamiento al que estamos
acostumbrados y que nos gusta en este país, en esta tierra, por culpa también del maldito virus.
Seguramente lo habré dicho, a lo mejor, alguna vez, he subido emocionado a esta tribuna,
nunca como hoy, por muchos motivos. Primero, por esas víctimas. Segundo, por los que están
ahora mismo ingresados, por los profesionales, por las palabras del presidente.
Gracias,
presidente por los agradecimientos hacia todas las personas que han tenido algo que ver contra
esta pandemia, y también por tu compromiso y por tus llamadas, y por ese cariño del día a día. A
mí me lo has hecho un poco más fácil, espero que a todos los demás también.
Emocionado también porque los ciudadanos están dando una muestra impresionante de
civismo.
Nadie pensaba, cuando el estado de alarma proponía el confinamiento, que lo íbamos a
llevar de esta manera. Hoy España parece una fiesta. Hoy he recibido varias fotos de gente,
gente de mi entorno y amigos, aunque más lejanos, habiendo salido a correr con las bicicletas, o
hablando en corro con las familias. Hoy es una fiesta en España. No sé si vale la pena la
palabra, no sé si cabe, quizás no, pero fíjense si hemos sido capaces de estar tantos días
confinados, que hoy, solo por salir una hora, lo agradecemos.
Creo que eso es tremendamente
importante.
Pero también emocionado por quién soy, a quién represento y lo que están haciendo todas y
todos mis compañeros. No es fácil afrontar tantos días así. Mucho más cuando, además, sientes
la profesión desde dentro, ves lo que están sufriendo, ves a tu equipo. He tenido 10 personas de
mi equipo con COVID positivo, 10 personas en su casa, trabajando, como decía el presidente.
No sé si se lo podremos agradecer alguna vez.
De mi equipo directo, y he tenido otras 17 de los
equipos de las áreas, de primera línea. Ninguno, ninguna ha dejado de trabajar. Eso también es
para emocionarse.
Me emociono por la profesión, por quien soy, de dónde soy. Nos ha afectado mucho a CastillaLa Mancha. Soy de Pedro Muñoz, fíjense si conozco cómo se ha comportado el virus en La
Mancha. Me da mucha pena leer que mi pueblo es el pueblo, no sé si con más muertes o no sé
qué, 1 de cada 100, y es mentira. Es mentira. Me da pena. En mi pueblo han fallecido por COVID
31 personas, no 70, y son capaces de escribirlo. ¡Qué vergüenza!
También me emociona eso.
Me emociona que sea mentira, porque, seguramente, después de
esto habremos cometido errores, cómo no, pero al menos no habremos mentido. Soy médico, y
toda mi familia con la que convivo somos profesionales sanitarios médicos en el sistema público.
¿Cómo no voy a estar emocionado? ¿Cómo no voy a vivir esta crisis desde la primera línea,
desde el primer nivel? ¿Cómo no me van a emocionar las palabras del presidente, de mi
Gobierno entero, que me llaman diariamente?
Voy a intentar seguir, como dice el juramento hipocrático que en el año ‘83 prometí, hace
muchos años ya, y dice que: “estableceré el régimen de trabajo de los enfermos de la manera
que les sea más provechosa, y según mis facultades y mi entender, y evitando todo mal y toda
injusticia les procederé su mejoría”. Eso he hecho siempre, y eso he hecho en esta crisis, y eso
voy a intentar hacer siempre a lo largo de toda mi vida, ahora política, antes gestora, y siempre
sanitaria.
Hace algún tiempo pensé cómo tendría que explicar, a lo largo de los muchos días que me
tocará esta crisis, y dije: la realidad nos tiene que situar en cómo hacerlo. Hoy ha surgido una
realidad, presidente, por cierto. Has anunciado que ibas a pedir mañana, en la Conferencia de
Presidentes, algo que ya se han adelantado: 16.000 millones para la recuperación. Creo que en tu cabeza estaba ir a agradecer que lo hayan hecho ya. Así que esa es otra realidad. Decía:
¿cómo lo contamos?
Pues con realidades como esta, y las realidades son hechos.
Seguramente ahora subirán sus señorías, y a lo largo de mucho tiempo, y viene ocurriendo
antes, cuando no tenía que haber ocurrido. Ahora tendríamos que estar dedicándonos solo al
bicho. Pero ha venido ocurriendo, y va a ocurrir, y va a seguir ocurriendo, y digo: ¿la crítica es
que hay muchos casos? Los hay. ¿Que hay muchos fallecidos? Los hay. Solo uno sería mucho,
pero hay muchos fallecidos, los hay.
¿La crítica son los datos?
Bueno, habría que mirar qué estamos haciendo en el conjunto de
España, qué está haciendo el ministerio, y examinarnos por eso. ¿La crítica son los respiradores,
o cuando se produjo el pico en la última semana de marzo, primera de abril? Puede haber crítica.
¿Los test, hablando de los test, como si todo el mundo supiese hablar de test? Hay hasta
ingenieros de test ya, me sorprende. Esa es la crítica.
Los EPI, los profesionales, cuidar a los profesionales. ¿A los profesionales se les cuida con
EPI? Sí, evidentemente, pero no solo con EPI, a los profesionales se les cuida con más
contratos, se les cuida ayudando a su especialidad, a ser especialistas. Se les cuida haciendo
estudios de seroprevalencia cuando se debe.
Hoy estamos a unos meses, precisamente a principios de mayo hace un mes, más o menos,
que se produjo nuestro primer caso, y hace un par de meses o tres que empezó todo esto.
El
presidente lo ha explicado muy bien, y yo no me voy a repetir, porque, epidemiológicamente, ni
siquiera los que ahora se dedican a la epidemiología, los expertos que cada día se dedican,
dentro de la salud pública, a estudiar lo que nos está pasando, tienen todo el tiempo para
hacerlo.
Pero lo van a tener, y nos van a seguir enseñando, y nos van a seguir diciendo, como el
Instituto Carlos III nos está ayudando, cómo entró el virus en Mancha Centro, en la zona de
Tomelloso; cómo se produjo esa agrupación de casos, si es que se produjo, y lo están
estudiando, estamos estudiándolo conjuntamente con el Carlos III; cómo se produjo la migración
de casos entre Madrid y Castilla-La Mancha, con esos miles y miles.
El presidente hablaba de las recetas interoperables, de las recetas entregadas. Además de
eso, presidente, han sido 15.000 atenciones a ciudadanos solo de Madrid en estos dos meses,
15.000 atenciones en nuestro sistema. Claramente tiene que haber ciento y pico mil recetas,
cómo no, si han sido 15.000 atenciones. Con mucho gusto, como hace Madrid con nosotros,
claro que sí.
Pero la explicación epidemiológica vendrá, y nos dirá por qué se produce un cluster o una
agrupación de casos, por qué esas 15 entradas en España, por qué la zona de Mancha Centro y
el corredor entero por la cantidad de pueblos grandes que tenemos en esa zona, mi pueblo
Pedro Muñoz, pero mucho mayores: Socuéllamos, Campo de Criptana, Herencia, Alcázar,
Tomelloso, Daimiel, Manzanares, Valdepeñas, la propia capital.
Por cosas como esta, de la
agrupación de personas, pasa, y también por qué tipo de cepa ha sido. Es muy fácil hablar. Por
qué hay más muertos en Ciudad Real, o por qué hay más casos, o por qué esto, o por qué.
Ojalá y lo supiésemos. En cuatro meses, epidemiológicamente hablando, es imposible. Es
imposible. No sabemos ni qué cepa está actuando en España, si es una o si son cualquiera de
las nueve que dicen que existen a nivel mundial. No se sabe tampoco si son definitivamente las
15 entradas, o van a ser más, y no se sabe el comportamiento virulento de cada una de esas
cepas.
Pero nosotros nos entretenemos hablando de cifras, y si pueden ser malas y muchas, mejor.
Pues no, la realidad no es que lo peor sean las cifras, la realidad son las personas que hay
detrás, y estamos muy dolidos con el número de casos y, sobre todo, con las personas
fallecidas, por no poder haber hecho nada más, por no haber podido salvarlas.
Porque, si algo tiene la profesión sanitaria, es que luchamos contra la muerte diariamente,
minuto a minuto. Para nosotros cada muerte es un fracaso. Imagínense cuando yo tengo que
hablar de 2.000 fracasos en Castilla-La Mancha, o 2.500 fracasos, o de veintitantos mil en
España. Para nosotros, la muerte es un fracaso, porque no hemos podido resolverlo. Pero no es
un fracaso personal, ni siquiera de la profesión. Es un fracaso vital, es que nos gustaría que no
ocurriese.
En medio de todo eso, casi que nos culpan, o bien a unos o a otros, al consejero, al
presidente, a los gestores. Yo creo que hay muchas cosas que hacer todavía en este tiempo de
virus, muchas, y, principalmente, explicarnos cómo ha ocurrido, para que no nos vuelva a ocurrir,
y, sobre todo, para que, si nos vuelve a ocurrir, sepamos afrontarlo mejor.
Porque lo peor que nos ha pasado con este virus es que no teníamos herramientas ni siquiera
para conocer cómo se iba a comportar. Ahora se están empezando a desarrollar herramientas
para conocer cómo se iba a comportar. Ahora, después de cuatro meses, atisban los primeros
estudios epidemiológicos de investigación que dicen el número de cepas posibles, que dicen
cómo podrá ser la vacuna, que dicen cómo podrá acometerse la gestión científica de una
situación así.
En medio de todo, ha habido que gestionar, y gestionar muchas veces la incertidumbre.
Gestionar la incertidumbre es quizás lo más difícil que hay en cualquier estado de la vida.
Cualquier cosa que nos pase, de la manera más rutinaria. No hay libro de instrucciones, como
tampoco lo hay para educar a los hijos, por ejemplo, y poco a poco hemos ido aprendiendo y
cada día lo hacemos mejor.
Con esto pasa algo parecido. Estamos construyendo sobre la marcha el libro de instrucciones,
y eso es muy importante. Nosotros hemos tenido que construir otro libro, que ha sido el de la
Normativa. Más de 30 normas hemos tenido que crear en este tiempo, exprés, además de las
que ha creado el Gobierno de España. 30 normas en Castilla-La Mancha, de esa índole, y
muchas han tenido que ver con los profesionales.
Hablaba el presidente de las más de 4.300 personas que hemos contratado. El 37 % de todas
ellas, casi el 38, han sido enfermeras o enfermeros. Llegamos a agotar las bolsas de enfermeras
y enfermeros. Casi el 32 % de CAE, técnicos auxiliares, y casi 600, que son el 14 %, de
celadores. Números impresionantes. Más de 4.000 personas, la comunidad que más ha
contratado porcentualmente con respecto a los profesionales que disponíamos y del número de
habitantes, y la segunda comunidad en número absoluto. La siguiente después que Madrid.
Eso es gestionar la crisis del número de casos.
Como Madrid tiene muchos casos, y tiene
muchos habitantes, ha contratado más, y nosotros tenemos muchos casos, aunque con menos
habitantes, y hemos sido la segunda. Eso es una gestión acertada, que, aunque no es
reconocida por algunos sectores —sí por otros muchos—, creo que quedará también en el
recuerdo de la gestión de esta crisis.
Pero con los profesionales hemos hecho más cosas. Por ejemplo, de los 3.006 que han estado
afectados, ya hay curados 2.014. Muchos, más de la mitad, como ven. Queda un tercio, que
seguiremos trabajando para que se recuperen, porque esto lo hacemos, evidentemente, por su
salud principalmente, y también por la capacidad del sistema.
Por eso decía que con los profesionales hay muchas maneras de cuidarlos, que no son solo
las EPI, que también. Por eso se ha propuesto —es otra manera de gestionar, estoy hablando en
este momento de profesionales— un estudio de seroprevalencia solo para profesionales
sanitarios, sociosanitarios y las empresas asociadas a nuestra tarea, como limpieza, seguridad,
transporte sanitario y algunas más.
Ese estudio de seroprevalencia se le va a hacer al cien por cien de las personas
asintomáticas, para saber cuál es el grado de afectación o de la posible inmunidad, porque aún
no se puede hablar de inmunidad en toda su extensión.
Tampoco se puede hablar de inmunidad
todavía. Científicamente no se ha demostrado la inmunidad, pero nosotros vamos a hacer el
estudio de seroprevalencia para, primero, tranquilizar al entorno sanitario y sociosanitario, y
también a las personas que vayan a ser atendidas. Este estudio de seroprevalencia, no crean
que se está haciendo en todas las comunidades.
Aquí ya se ha empezado a hacer.
Además de todo, me gustaría dar algunas cifras importantes de la gestión también en este
tiempo con los profesionales. De haber atendido la crisis con los especialistas, en este caso,
médicos que había cuando llegamos, de las especialidades que están en primera línea, decirles:
- En anestesiología y reanimación, anestesistas, la hubiésemos afrontado con el 18,4 % menos de los que hoy tenemos.
- En medicina intensiva, los intensivistas, las UCI, con el 10 % menos.
- En medicina interna, los que manejan infecciosos, el 17,8 % menos.
- En urgencias, con el 26,2 % menos.
- En medicina del trabajo, servicios de prevención de riesgos laborales, el 12 % menos.
- En medicina preventiva, donde se trabaja la epidemiología, con el 10,5 % menos.
- En microbiología y parasitología, los que trabajan en los laboratorios, con el 5,4 % menos.
- En neumología, aparato respiratorio, el 22,7 % menos.
Eso es lo que nos encontramos. Pero es que, además, lo que hemos sumado en este tiempo
ha sido:
- En anestesia, el 8,5 % más, además de la recuperación de todo ese otro porcentaje.
- En medicina intensiva, el 26 % más, además de todo lo recuperado.
- En medicina interna, el 11,5 %.
- En urgencias, el 30 % más.
- En medicina del trabajo, el 30 % más.
- En preventiva y salud pública, el 5 % más.
- En microbiología y parasitología, el 32 % más.
- En neumología, el 17,5 % más.
Eso quiere decir que hay especialidades que las hemos recuperado el 50 % más que cuando
empezó esta crisis, sin haber contratado nadie en el COVID. No, ya los teníamos preparados.
Eso también es gestión.
Esta pandemia la hemos pasado con 7.300 profesionales más en el sistema sanitario, que
hace cinco años ahora. Pero es que, si hablamos de especialistas, lo he dicho muchas veces y lo
quiero repetir, porque esos son a los que, entre otros muchos, hoy aplaudimos, y hubiésemos
aplaudido a muchos menos. Miren qué porcentaje, solo he hablado de la primera línea.
Si hablo de especialistas en formación, cuando llegamos había 190 especialistas en formación
en Castilla-La Mancha: 190 para toda la región. Hoy las especialidades son 474. Eso es la
gestión, y para el COVID nos ha venido muy bien.
Como tener abiertas 668 camas más, cuando ha llegado, más las 1.300 que hemos puesto, es
decir, casi 2.000 camas más para atender el COVID.
Eso habrá que ponerlo también cuando
expliquemos la gestión, cuando hablemos de realidades.
Decía que creo, o a mí al menos me lo parece, que hablar de casos, hablar de fallecidos,
hablar de datos, tenía que ver mucho con cómo nos habíamos comportado con respecto a otras
autonomías. Lo mismo digo —y ahora me dedicaré a eso— con el material.
Como ya ha repasado el presidente con respecto al material, y ha dado incluso cifras muy
interesantes, yo solamente decirles: en el año 2019, todo el material de protección —antes del
COVID—, todo lo que se utiliza para atender pacientes, lo habíamos multiplicado por 4, en cuatro
años, todo el material, y con el COVID lo hemos multiplicado por 20.
Creo que, sin triunfalismos, reconociendo los errores, sabiendo de la dificultad, que está
principalmente enmarcada, y lo he explicado ya más de una vez —me gusta explicarlo muy
pedagógicamente—, en materia sanitaria, nuestros proveedores para todo habitualmente son
europeos o americanos. Nosotros, el mercado asiático no lo conocíamos.
Hemos tenido que, de
manera exprés, ir al mercado asiático, que es quien más fácil nos lo ha puesto, en todos los
sentidos, principalmente porque producían más, no por otra cosa.
En ese mercado asiático nos han engañado, lo han ralentizado, nos han cobrado más, a
veces, de lo debido. Nos han dicho que venía una cosa y ha venido otra, ha pasado de todo, y
también han pasado cosas muy buenas.
De hecho, en este momento tenemos 1.063
proveedores, en total, y la mayoría fidelizados. Por eso nos han permitido tener los cincuenta y
tantos millones de mascarillas o de EPI, o de lo que quieran, y también de material tecnológico,
porque los hemos fidelizado.
Esto ha pasado en todas las comunidades, cómo no. ¿Qué creen, que cuando Castilla-La
Mancha iba a comprar batas desechables, solamente íbamos nosotros? No, íbamos nosotros,
toda España y toda Europa. Así ha pasado, que nos hemos quedado sin batas desechables.
Las donaciones han sido impresionantes. Un agradecimiento expreso a ella mismas, pero
también les tengo que decir: con la mejor voluntad, nos han hecho donaciones que no se podían
utilizar. Pues hasta eso ha sido malinterpretado y mal utilizado. He visto vídeos de material que,
quien nos lo ha donado, sabiendo que no era el adecuado, ha hecho un vídeo. Eso lo he visto yo.
A mí me parece que no merece la pena, y hablo de quizás una o dos personas.
No merece la pena, pero es bueno saberlo, porque la mayoría ha sido de verdad y ha sido bueno, y la mayoría
de lo que hemos comprado también.
Las mascarillas que tuvimos que retirar porque el Gobierno las había entregado defectuosas,
es una manera de hablar, son mascarillas que un lote se podía reincorporar de nuevo. Pero es
que, cuando hemos comprado tanto, hablar de unos cuantos miles de mascarillas, entre tantos
millones, se ha demonizado.
Comentaba el presidente, y yo añado.
Hablaba el otro día con el consejero de Andalucía, con el que me une una tremenda amistad,
por muchos motivos. Se llama Jesús, como yo, y me decía en su lenguaje, es cordobés: “vaya
tela, Jesús, la que me están liando con las mascarillas”. Digo: “la misma que me lían a mí, o sea
que no te preocupes, Jesús, es así la vida”. Es así la vida, no es justo. No es justo.
Pero vamos a seguir insistiendo en hacer la mejor gestión de compras, con la plataforma
creada con la Consejería de Economía, Empresas y Empleo, con el IPEX. Tienen nombres y
apellidos las personas, que no han dormido, que se han descargado ellos mismos, las personas
que dirigen esas direcciones generales, paquetes, a las tres de la madrugada, para poderlos
servir a la mañana siguiente en los centros.
Claro que nos hemos equivocado.
¿Qué creen, que yo vengo aquí a hacer triunfalismo de
eso? No, vengo a hacer autocrítica, porque eso lo tendremos que hacer mejor la siguiente vez.
No habrá que descargar a las tres de la mañana, porque lo que hay que hacer es preverlo. Pero
es que esta vez no podía ser. Cuando todo eso ocurría, llevábamos dos meses y medio de virus.
Eso estaba ocurriendo en toda Europa, en toda España.
Sean sensibles a esto, señorías, sean
sensibles.
Decía también, en este ámbito del material, la tecnología. No hemos comprado solo
respiradores, hemos comprado caudalímetros, para que el conducto de oxígeno y vacío de las
camas que hemos puesto de respiradores, más allá de las UCI instaladas, pudiesen tener los
caudalímetros.
O hemos comprado cabeceros portátiles, o hemos comprado mesillas. Hemos
comprado tantas cosas, además de los ventiladores invasivos o no invasivos, que también me
gustaría hacer una parada en la gestión de esta compra.
Nosotros disponemos de respiradores de primer nivel en las UCI, aproximadamente 150 de
puestos fijos en UCI en Castilla-La Mancha. Puede haber arriba o abajo unos cuantos, pero
porque se cambian, porque hay momentos de más intensidad a lo largo de un año, pero
imagínese 150.
En nuestro estudio de aprovisionamiento, porque así nos lo decían las condiciones de
predicción, pensábamos que íbamos a tener que utilizar aproximadamente unas 480 o 500
camas con respirador, y disponíamos de 150. Esto, a últimos de febrero-primeros de marzo, nos
hizo trabajar día y noche con ello. ¿Dónde estaban entonces las grandes casas, las grandes
firmas?
Que compramos 70 a una gran firma, Phillips concretamente, y al cabo de no más de 12
horas nos comunicó que los americanos habían decidido no mandar el material y, por tanto, no lo
podían fabricar.
No nos pasó solo con Phillips. ¿Dónde estaban las grandes marcas, que aún siguen sin poder
fabricar respiradores a ese nivel? Vamos al mercado a ver dónde están las marcas de segunda,
y a ver qué nos ofrecen, y miren por dónde, nos encontramos una marca de respiradores
invasivos, que nos ofrecen 100. Caros, pero nos los ofrecen.
Este modelo, ¿de qué año es? Del
2013. Está bien. ¿Cuándo se han fabricado? No, no se han fabricado. Si nos los compráis, los
fabricamos. El 4 de febrero se pusieron a fabricarlos, 4 de febrero del 2020, y decimos: entonces,
50 más, 150.
Ya nos han venido los primeros 100.
Bien criticados que fuimos por ello, porque eran
pequeños, o eran de transporte, o eran no sé qué, o eran no sé cuántos. Han venido
respiradores, a esta tierra, donados, de mucha peor calidad que esos, y a esos se les ha hecho
un altar, y a los nuestros se les ha demonizado.
¿Qué creen que consiguen con eso? Inseguridad a los ciudadanos. Inseguridad. Malestar.
¿Para qué? ¿Qué pretenden?
Esos respiradores son de respiración invasiva. Valen para
extubar, valen para estar siete días conectados a ellos, y poderlos transportar de unos sitios a
otros. ¿Por qué? Porque no se pueden poner fijos, son respiradores que hay que llevar, por
ejemplo, al hospital de día de Ciudad Real, hospital de día oncohematológico que ahora no es
hospital de día oncohematológico, ahora ha sido UVI, y allí no tenemos las columnas puestas, ni se puede hacer obra para poner columnas.
Allí hay que poner respiradores que se puedan mover
de un sitio a otro, y un cabecero portátil, y un caudalímetro portátil. Eso hay que pensarlo antes
de criticarlo. Era más fácil lo contrario.
En este momento, y preparando la desescalada, una de las cosas importantes es saber con
qué contamos en este nivel de respiradores.
Contamos ya con un parque muy importante,
porque, aparte de los de la gerencia, tenemos guardados 354, 286 invasivos y 68 no invasivos.
Eso nos permitirá preparar un desescalado con holgura, cosa que no nos pasaba cuando
empezamos esto.
Cuando empezamos esto teníamos 150. Ahora tenemos 489. Por lo tanto,
estamos preparados para esa desescalada.
Los directivos de nuestra sanidad, los gestores, los gerentes, los directores médicos,
directoras médicas, subdirectores, los de gestión, las de enfermería, todos los equipos directivos
de atención primaria, de atención hospitalaria, todos, son expertos en ello, son expertos en
gestión. Todos.
De una u otra manera, son expertos, y lo hacen bien siempre, y se desvelan
siempre.
Parece que con el COVID todos se han vuelto malos, y todo lo hacen mal. Esos mismos que
hace poco felicitábamos por cualquier cosa, ha venido el COVID y los ha maltratado. Pues no, lo
único que ha hecho es que muchos de ellos han estado trabajando con positivo, pero dando el
callo, y son directivos que, como bien ha dicho el presidente de los equipos, hay que cuidarlos.
Pasará el COVID, y los equipos seguirán trabajando, como no puede ser de otra manera.
Además, se han comprado muchas más cosas. Por ejemplo, saben que, para este maldito
virus, una de las cosas importantes en el nivel diagnóstico es la radiología, y mucha gente no
podía moverse. Hemos adquirido nueve equipos portátiles que, sumados a los 33 que ya
teníamos, suman 42. Eso ha permitido hacer casi ya 70.000 radiografías de tórax
anteroposteriores y laterales para el diagnóstico.
Porque, llegado a este punto, les explico, el
diagnóstico no son los test. Los test son una parte del diagnóstico. El laboratorio de cualquier
área sanitaria forma parte del área de diagnóstico, pero no es el único.
El diagnóstico de un paciente, de una paciente, se hace en la entrevista con los clínicos, en la
exploración médica o de enfermería, con el diagnóstico de radiología, de cualquier imagen de
laboratorio. Yo creo que eso lo saben todos. “No, test, hemos decidido que sean los test”. Pues
no.
Hemos hecho 70.000 radiografías para el diagnóstico. Es muy importante.
Llegado este tiempo, nos hemos tenido que plantear qué pasaba con los test. Porque no solo
hay que dar explicaciones, que también, que yo no niego las explicaciones y la autocrítica una
vez más.
Pero ¿qué pasaba con los test? ¿Cómo explicamos los test?
Para diferenciar cualquier enfermedad infecciosa, como es esta, el mejor test es el
inmunológico, y es el que se demuestra con la PCR. Pero con la PCR pasó —como con las
mascarillas, con los gorros y los respiradores— que se fue agotando, y había que cuidar a los
proveedores que nos proveen de PCR. Roche, Werfen.
Hay cuatro proveedores en España que
nos están proveyendo de PCR.
Teníamos que seguir diagnosticando. Entonces, aprendiendo de quien ya lo había pasado, de
lo que los científicos nos iban diciendo, descubrimos que el test de anticuerpos rápido nos podía
ayudar. Sobre todo, nos podía ayudar a una cosa: a despejar los positivos. Test rápido no
significa universal, ni tampoco significa masivo. Significa test anticuerpos.
Quiere decir que solo
si has tenido la enfermedad o la estás teniendo, y han pasado una serie de días en ese
momento, tu cuerpo a generado, inmunológicamente, una respuesta que se llama anticuerpo, y
eso da positivo en un componente sanguíneo.
Era muy importante discriminar los positivos, sobre todo en profesionales y en residencias.
También en las urgencias en los peores momentos. ¿Que hicimos? Ponernos a mirar el
mercado. Mira por dónde, corrigiendo a mi presidente, con permiso, presidente, dice: “fue por
suerte”. Pues no, no fue solo suerte. Fue que testamos seis test diferentes, con la ayuda de
profesionales de Castilla-La Mancha y con la ayuda inestimable del Instituto Carlos III.
No
estuvimos conformes hasta que no conseguimos el mejor, y entonces le dijimos al presidente:
“presidente, tenemos test rápidos, y vamos a ponernos con ello”.
Teníamos unos, los que habíamos decidido que eran los buenos. Carlos III nos hizo un informe
certificado que guardamos, diciendo: “esta es la sensibilidad y esta es la especificidad, id hacia
adelante”. Llamé al ministro, después que al presidente, y le dije: “ministro, vamos a hacer esto”.
“Sois los únicos”. “No me importa, vamos a empezar con ellos”, y empezamos con los test
rápidos.
También salieron de la empresa Alhambra. Ahora es la distribuidora para el ministerio para el
estudio de seroprevalencia para toda España. Tampoco lo he visto en redes.
Yo no quiero que me premien, no digo a mí, digo al Gobierno, y a los profesionales que han
hecho posible esto. Detrás de ese examen de test hay nombres y apellidos de personas que han
estado trabajando a todas horas. Les podría decir los microbiólogos que nos han hecho los
estudios, y les podría decir el nombre y apellidos de la persona que, en el Carlos III, nos ha
testeado este test.
Tengo el nombre y apellido de esas personas, es mi obligación.
Eso ha querido decir que, a fecha de hoy, llevamos más de 100.000 test hechos, entre PCR y
test rápidos, que nos han permitido diagnosticar con absoluta seguridad, y por eso somos la
comunidad que más casos positivos confirmados damos con respecto a los sospechosos.
En la mayoría de las comunidades, si miran los datos, verán que el número de sospechosos es
mucho mayor que el de confirmados. En el nuestro no. En el nuestro, los confirmados son tantos
como los sospechosos, o más, tanto en el número de casos como en el de fallecidos, porque
hemos hecho muchas pruebas. Sin ir más lejos, ahora les daré unos datos del día de hoy que así
lo reflejan.
En cuanto a otro tema tremendamente importante, y que nos ha llevado a muchos desvelos, a
muchas preocupaciones, a muchas ocupaciones y a mucha revisión, han sido las residencias,
porque sabíamos que, en una tierra como la nuestra, que hemos presumido de bienestar a lo
largo de todos los años, porque hemos creado muchos entornos para que las personas mayores
puedan vivir bien, entornos que ahora, si le llamamos a todo residencias o lugares donde estar,
son más de 440.
Tantos como la Comunidad de Madrid. Fíjense, para 2.000.000 de habitantes tenemos tantos
como Madrid para 6.000.000. Claro, eso, para el estado de bienestar nos ha venido muy bien.
Para un momento como este, no es que nos haya venido mal, simplemente es que están más
juntitos, están malos, están muy medicados, son muy pluripatológicos, son muy vulnerables, y si
pasa eso con personas de 35 años, no es el mismo resultado que si pasa con personas de 85
años.
Les recuerdo que el 4 % de las personas que vivimos en Castilla-La Mancha tienen más de 85
años, y que la mortalidad de este virus, más del 75 % estaba por encima de los 70 años. Por lo
tanto, eso es un cóctel molotov. Es una combinación perfecta para que ocurra esto. Es una
combinación que nos ha hecho preocuparnos mucho de cómo actuar en las residencias.
Las residencias no son malditas, no pasa nada. Lo decía el presidente: hay quien se ha
comportado mejor, y quien no.
Habrá que verlo a posteriori, y hay quien se ha portado muy mal.
Unas mejor, otras peor, y otras muy mal, y hay que decirlo: muy mal. Hemos tenido que
intervenir en algunas. No solo que las hemos intervenido, que en alguna lo hemos hecho. Que
hemos tenido que intervenir, les recuerdo Villamayor en Cuenca, que tuvimos que vaciarla
rápidamente en una tarde, porque se quedaron sin trabajadores, dejémoslo ahí, y dimos
respuesta.
Dimos respuesta porque desde el primer momento creamos una red de trabajo colaborativa
con las residencias. ¿Para qué? ¿Para hacer de bienestar social? No, era para medicalizar
algunas residencias, porque las residencias habitualmente tienen una respuesta sanitaria
mínima, como se merecen las personas que viven en ese entorno.
Una respuesta sanitaria con
sus enfermeras que están pendientes, con algún médico, en algún caso fijo, y en otro que acude
por horas. Ese es nuestro sistema en España. No aquí: en España. ¿Por qué? Porque las
personas que están en residencias es su domicilio, y necesitan ciertos cuidados.
Pero ¿quién iba a pensar que llegado este momento no necesitan ciertos cuidados?
Necesitan
médicos y enfermeras para que los cuiden, porque el virus mata. El virus no llega y dice:
“¿cuántos médicos y cuántas enfermeras hay en esta residencia?” No, el virus llega y mata, y
tuvimos que intervenir medicalizando ciertas residencias, y, en otros casos, informando y
acudiendo con nuestros médicos y enfermeras del servicio de salud.
En cuatro residencias, y una quinta que tenemos ahora en marcha —que es la de Cañete, en
Cuenca—, la de Elder, en Tomelloso; Centenari, en Villacañas; Santo Cristo del Sahúco, en
Peñas de San Pedro; Siglo XXI en Guadalajara; y ahora, como digo, en Cañete, hemos hecho residencias medicalizadas. Ahí hemos puesto a las personas que estaban peor, y en el resto,
hasta más de cuatrocientas y pico, ya hemos intervenido en más de 300, diciendo cómo hay que
separar los casos aislados.
La preocupación era de los test. La preocupación en las residencias era: “hagan test”. ¡No! Eso
también. La primera preocupación es que los sintomáticos estén separados de los asintomáticos.
Ya les haremos test, y les pondremos tratamiento y les haremos de todo.
Primero, separen a los
asintomáticos de los sintomáticos. Esa es la regla, y eso es lo que tuvimos que ir a enseñar a
muchos sitios.
A pesar de eso, en las residencias ha azotado mucho esto, claro que sí. Sobre todo, en
residencias de ciertas zonas, como pasaba en las provincias.
Es que, en Ciudad Real, en
residencias y no residencias, lo que nos pasó con el posible cluster o agrupación de casos que
se está estudiando en el Carlos III, muy duramente, sobre Tomelloso y sobre toda la comarca, y
arrastró hasta a la capital, aquello fue tremendo.
¿Fue importado? Claro que fue importado. Ahora se verán las consecuencias de cómo tratar
los casos importados cuando llega esto, en situaciones de tanta vulnerabilidad y de tanta
casuística como es esta.
No se había dado nunca en el mundo.
¿Hay justificación para tantos casos y tantos fallecidos? La justificación es el propio virus.
Dense cuenta de una cosa: el virus llegó a Castilla-La Mancha de manera agresiva, en algunos
sitios más que otros. Castilla-La Mancha sufrió en La Mancha centro, posiblemente, su mayor
virulencia, aunque todo lo que Madrid despejaba hacia aquí, ha surgido en número de casos
también voluminoso en el resto.
Pero en aquella zona entró de tal manera la virulencia, que hospitales como Tomelloso,
Mancha Centro, Manzanares, Villarrobledo y hasta el propio Ciudad Real fueron los primeros que
estuvieron atendiendo el mayor número de casos. Todo eso después del estado de alarma,
después del 14 de marzo. Porque, realmente, todo ocurrió en las fechas anteriores.
Pero a todos
nos pilló esperando qué pasaba.
Yo les recuerdo: reunión del director general de Salud Pública y yo con el ministro y con don
Fernando Simón, en el ministerio, para hablar de la influencia que el Corredor del Henares y el
Corredor de la Sagra iban a tener, con respecto a Madrid, en Castilla-La Mancha.
Eso fue la
tarde en la que nosotros estábamos seguros de que, en aquellos momentos que no teníamos
prácticamente casos había que, primero, tener calma, y segundo, seguir las recomendaciones de
los epidemiólogos, y no cerrábamos colegios, y Fernando Simón nos dijo: “muy bien”. Al día
siguiente cerró Madrid. Los colegios, digo.
Ahí empieza todo. Si a eso le sumamos la agrupación de casos de lo que pasó en Tomelloso,
esa es la suma de las cosas. También pasó en las residencias igual, cómo no, igual en las
residencias. Además, estamos seguros —y se está estudiando también epidemiológicamente—
de que la viralidad de la zona Mancha y de toda la provincia de Ciudad Real es diferente a la
viralidad o el compromiso de otras cepas. Pero esto no lo podemos saber ahora, esto se sabrá
con el tiempo.
Era importante también la creación de los equipos en las residencias. ¿Saben cuántos equipos
han estado y están funcionando en las residencias en toda la región? 51 equipos de médico y
enfermera. 51 equipos de todos los niveles: hospitalario, geriatras, médicos de familia,
enfermeras, enfermeras especialistas.
De todo tipo. 51 equipos en las residencias de Castilla-La
Mancha. Eso es medicalizar las residencias. 30 han sido itinerantes, y 21 de refuerzos.
No quiero cansarles con muchos datos, pero es obligatorio, llegado este punto, hablar de
datos, y aprovecho los de hoy.
Igual que el virus llegó agresivamente en pico, y la última semana
de marzo empieza el gran pico en Castilla-La Mancha y nos dura dos semanas más, la gestión
de ese pico la hemos hecho de la mejor manera que sabíamos, y ahora los resultados empiezan
a ser los esperados.
Los datos de hoy son que las urgencias de nuestros hospitales ingresan solo ya el 16 o 17 %
de lo que llega.
Hemos llegado a ingresar el 60 %. Ingresan solo el 16 o el 17 %. Que tenemos
161 respiradores libres, además de los almacenados, que ya solo quedan 713 personas
hospitalizadas por COVID-19, positivos o sospechosos. Hemos llegado a tener casi 4.000.
Que estamos utilizando, en este momento, 165 respiradores.
Que ya vamos por 5.702 altas.
Son casi un centenar, cada día, más que el día anterior. Altas, lo explico, me refiero a las altas epidemiológicas, gente que se ha curado, personas que se han curado. No son altas de hospital,
que son muchísimas más. Personas que se han curado: 5.702.
Que han fallecido: 2.534 personas, que es lo peor que nos ha pasado, sin duda.
Que los
fallecidos entre ayer y hoy son 36. Es verdad que va disminuyendo el número, pero, como
siempre, 1 es mucho, pues 36 es muchísimo más. Que tenemos 227 residencias con casos
positivos. Es una más de las que teníamos el día de ayer, y tenemos casi 5.000 personas con
casos positivos en residencias: 4.914. Podemos decir esto porque hacemos muchas pruebas en
residencias. 4.900 positivos, y de ellos, 1.056 fallecidos positivos.
También, como decía el presidente: “¿qué afán por esconder los fallecidos?” Pero ¿a quién se
le ocurre pensar eso? Cuando dicen: “hay más fallecidos en Castilla-La Mancha, en Galicia, en
Madrid, que los que dicen”. Claro que sí, nunca lo hemos dudado, nunca lo hemos negado. Es
que nosotros hablamos de fallecidos positivos.
Es lo que el ministerio pide. ¿Para qué lo pide el Ministerio? Lo pide para mantener una
homogeneidad, una comparación, y los estudios epidemiológicos concretos. No pueden estudiar
epidemiológicamente con personas posibles, no pueden. No se puede hacer, está prohibido por
la ciencia. Solo con los positivos. Además, ¿hay posibles? Sí. Les digo: 1.149 sospechosos. Si
es público, no pasa nada.
También les digo esto, y a la vez: nosotros damos un número de posibles y un número de
positivos muy parecidos, como ven: 1.056 y 1.149. En muchos sitios que se hacen menos
pruebas y tienen menos positivos, dan, a lo mejor, 1.000 confirmados y 4.000 posibles. No es el
caso de Castilla-La Mancha.
¿Qué ocurre con los registros? Esto se llama registro sanitario epidemiológico, el de los
confirmados. Hay otros registros, como el civil o como el que quieran, que no son comparables.
El civil tiene su propio registro, en el que están los positivos, los posibles, los que se mueren por
otras causas, y todos. ¿Cómo no va a ser mayor?
Claro que es mayor que el número de
confirmados.
Quiero pensar que, cuando les daba el dato, al empezar, de mi pueblo, con 70, a lo mejor son
31 por COVID y otras personas que han fallecido por otras causas, quiero pensar. Pero por
COVID: 31. No se puede maldecir a una población. No se puede hacer maldita, ni a esa ni a
ninguna.
Los fallecidos confirmados comportan un registro sanitario, y el resto de los fallecidos por
posible COVID u otras causas, son otros registros.
Este tipo de datos, si quieren, les digo alguno
más del día de hoy. ¿Por qué? Porque empezamos a preparar la desescalada o la transición, y
ya hay datos muy interesantes.
Por ejemplo, en el hospital de Albacete, el jueves no ingresó nadie con COVID, ayer
ingresaron tres, y ya hemos empezado a realizar cirugías. En el de Ciudad Real, ayer fue el
primer día con cero fallecidos dentro del hospital, y de las pruebas que se hacen a los sanitarios,
el 90 % de esas seroprevalencias, negativo.
Es una noticia excelente.
En Puertollano, en la última semana de marzo, ingresaron 120 por COVID. Para una población
como la de Puertollano es mucho, ¿verdad? En la última semana de abril, 2 pacientes en
Puertollano. No hay ningún ingreso por COVID en los últimos tres días en el hospital de
Puertollano.
En el hospital de Alcázar llevamos una semana sin ingresar a nadie en la UCI por COVID. En
Tomelloso ya se ha abierto esta semana el centro número 2, que tuvo a todos sus médicos
afectados por COVID. Fíjense si apretó bien en Tomelloso.
Hoy, en el hospital de Tomelloso hay
26 personas ingresadas.
En Cuenca hay más ingresados por no COVID que por COVID: 73 por no COVID, 36 por
COVID, y en las últimas 24 horas no ha fallecido nadie en el hospital de Cuenca. En
Guadalajara, además de que ya se ha empezado también con la actividad quirúrgica, como en
otros muchos sitios, se han realizado ya 46.
No lo tengo apuntado, pero quiero unirme a la felicitación de esa persona de 105 años, que,
cuando la ves, al menos a mí se me cae alguna lágrima. Yo creo que es importante. Eso pasó en
Guadalajara. Hay 68 pacientes de COVID hoy en Guadalajara.
En Toledo no ha ingresado a nadie en la UCI en las últimas 24 horas, y, sin embargo, sí
hemos dado 3 altas. En Manzanares ahora ya no hay ningún fallecido por COVID, etcétera.
Pero estos datos, ¿qué significan exactamente? Primero, ningún triunfalismo, cero. Pero sí
esperanza. Esperanza que se tiene que unir a los datos que el ministerio lanza cada día. Hoy
habrán salido los de hoy. Serán muy parecidos a los de ayer, seguro.
Yo tengo los de ayer por la
tarde, pero hoy, o salen ahora, o salen esta tarde, que son la tasa de crecimiento del virus y el
índice de contagio.
Subió mucho, por agresividad del virus, en Castilla-La Mancha. Pero la gestión realizada ha
hecho que también baje mucho, y muy deprisa. Se ha hecho un pico, una montaña. Ahora mismo
somos la comunidad con menor tasa de crecimiento: -15,5 %. Nos vamos a manejar entre el -10
y el -18, aproximadamente.
Estamos, en este momento, en el -15,5 %, seguidos por Madrid. Es
que nosotros vamos paralelos a Madrid. Somos la comunidad con menos tasa de crecimiento del
virus, y somos la comunidad con menor nivel de contagio en estos momentos: 0,55.
Luchamos ahí, en los primeros puestos de menos contagios, con Asturias, con Baleares, con
Canarias. 0,55. Incluso yo preveo que en los datos de los siguientes días sea algo menor, pero
no estoy seguro.
Lo que sí estoy seguro es del dato de ayer: nivel de contagio: 0,55.
Esto significa que una persona es capaz de contagiar a 0,55 personas. Cuando nuestro pico,
en Castilla-La Mancha, lejos de ser los primeros en menos contagiar, éramos de los primeros en
más contagiar, por la viralidad y por la rapidez del virus en Castilla-La Mancha. Estábamos en
1.4: una persona contagiaba a 1.4 personas. Ahora, una persona contagia a 0,5 personas.
Importante.
Por eso son esperanzadores estos datos.
Quiero hablar también, y además casi debería ir terminando, pero quiero hablar de dos temas
todavía. Uno, de la coordinación y del fortalecimiento del Sistema Nacional de Salud. La
coordinación con el ministerio es absoluta, total, pero no de este consejero, de todos los
consejeros y consejeras de Castilla-La Mancha, de todos los colores políticos.
Tenemos nuestras
discusiones, claro que sí. Hacemos dos videoconferencias semanales como mínimo.
Yo hablo con los demás consejeros, sobre todo con los limítrofes, Madrid, Castilla y León,
Valencia, Extremadura, Andalucía, muy a menudo. Hemos hecho cosas comunes. Hemos hecho
cosas conjuntas. Hemos tenido normas parecidas.
Yo le he pasado normas a Aragón, y Aragón a
nosotros. Valencia ha hecho normas como las nuestras. Nosotros hemos hecho normas como
Madrid. Madrid ha hecho como nosotros. Porque nos hemos pasado las normas, y hemos
hablado entre nosotros. Hemos hecho cosas parecidas.
Lo bueno y lo malo lo hemos hecho muy parecido. Lo malo, por inexperiencia, por
desconocimiento, porque no sabíamos qué nos iba a pasar. Lo bueno, por trabajo de los miles y
miles de gentes que trabajan con nosotros.
Nosotros solamente somos quienes estamos dando
la cara, y quienes hacemos visible la gestión de ellos. Pero eso ha pasado en todas las
comunidades.
El Sistema Nacional de Salud ha salido fortalecido hasta ahora, y creo que lo va a seguir
saliendo. El músculo que ha sacado el sistema público. Les recuerdo que estamos en una
comunidad en la que casi el 90 % de la asistencia es pública, por eso estoy más satisfecho. Por
eso tenemos que estar más satisfechos.
Por eso es importante este paso al frente en el sistema de salud, porque somos de las
comunidades que más sanidad pública prestamos.
Hay otras comunidades que lo hacen con el
40, con el 50, con el 60 %, con 70 %. Nosotros, más del 87 % de la atención que prestamos es
pública, y ha salido reforzada, está saliendo reforzada y va a salir más. Necesita mucho apoyo,
necesita dinero.
Contaba las cifras el presidente, esos 152 millones. Van a ser más con los gastos
repercutidos, con los gastos indirectos. Van a ser más.
Ya daremos buena cuenta. Pero un tercio
de ese dinero, en personas. Eso es lo que hace fuerte al sistema: un tercio de ese dinero, en
personas. No sé si muchos sistemas lo pueden decir. No lo sé. Francia, Italia, Alemania, donde
están respondiendo lo mejor que pueden y saben.
No sé cuántos sistemas pueden decir que, de
lo que hemos invertido en Castilla-La Mancha en este COVID, en sanidad, el 33 % es para las
personas —yo creo que es importantísimo—, además de lo que ya se viene invirtiendo.
Ahora vamos a seguir haciéndolo con los estudios de seroprevalencia a los profesionales, y
también va a salir reforzado nuestro sistema, porque ya hemos decidido, en el seno del Consejo
de Gobierno, a iniciativa del propio presidente, ampliar el estudio de seroprevalencia que está
haciendo el Gobierno a 6.400 personas de Castilla-La Mancha, vamos a hacer, con más del doble, un estudio de seroprevalencia de Castilla-La Mancha a los castellanomanchegos, que
empezaremos cuando esté teniendo los primeros resultados el de España.
Y
a está diseñado. Ayer tuve la suerte de leer el primer borrador de ese estudio de
seroprevalencia. Por lo tanto, vamos a hacer test a esas casi 14.000 personas que se elijan de
manera aleatoria para saber cómo es el comportamiento del virus, desde Castilla-La Mancha
para Castilla-La Mancha, además de los 6.400 que va a hacer el Gobierno de la nación, que
estamos haciendo con profesionales de Castilla-La Mancha. En todas las comunidades lo están
haciendo las comunidades.
Por lo tanto, sale muy reforzado el sistema regional de salud, porque esto es lo que está
pasando en el día a día, y repito una vez más, porque no quiero dejar de repetirlo: sin
triunfalismo ninguno. Sale reforzado por el impulso, por la mecánica, por el trabajo, por el bien
hacer, por lo que sabe hacer la gente que está con nosotros, los más de 30.000.
Ahora llega un tiempo diferente en tres aspectos.
Uno, en el aspecto de la investigación. Son
muchos los centros. Ciudad Real está en un estudio precioso, de investigación, relacionado con
la plasmaféresis y con el empleo de plasma de personas ya curadas para curar a otros que están
enfermos de COVID. Precioso.
En Albacete está habiendo uno, se puso en marcha —lo firmamos antes de ayer—, sobre el
tratamiento en las personas mayores y la mortalidad en las mismas, en residencias y en
domicilios. El investigador principal será el jefe de geriatría de Albacete.
En Tomelloso, ayer mismo, gestionado por la Fundación del Hospital Nacional de Parapléjicos,
un estudio internacional sobre miles de personas ingresadas y su comportamiento por los
diferentes tratamientos por COVID-19.
En el hospital Virgen de la Salud, también en geriatría, un estudio sobre la mortalidad y el
tratamiento de las personas mayores y el fortalecimiento de las personas más vulnerables,
dependiendo de qué tratamiento se haya utilizado.
Sobre 3D, la utilización de los materiales con impresoras 3D, en definitiva.
Sobre la maquinaria
proteica del COVID, cómo se comporta, también desde la Fundación del Hospital Nacional de
Parapléjicos con el hospital Virgen de la Salud.
En definitiva, estamos en una nueva etapa, en la etapa de la investigación, que favorecerá los
estudios de la vacunología, que favorecerá los estudios del comportamiento del virus, el
tratamiento y el diagnóstico.
También estamos —he dicho tres factores— en otro factor importante en cuanto a esta etapa
nueva, a esta etapa que empieza cuando baja la virulencia del bicho, que es que vamos a hablar
de salud, vamos a empezar a hablar mucho más de salud que de sanidad. Vamos a hablar de
cómo prevenir, vamos a hablar del comportamiento epidemiológico de este COVID.
Quiero pararme un momento para aprovechar y felicitar, de manera expresa, a todos los
servicios de salud pública de España, pero, si me lo permiten, de una manera especial a los de
Castilla-La Mancha. Servicios de salud pública que viven en sus centros de trabajo, día y noche,
que son los que han hecho las encuestas epidemiológicas, una a una de las personas afectadas,
una a una, telefónicamente, que son los que están atendiendo a la respuesta de las residencias,
a la respuesta de los profesionales, uno a uno. Servicios de salud pública que están creando la
nueva gestión epidemiológica del COVID-19 en Castilla-La Mancha.
Un recuerdo especial,
dentro de los profesionales sanitarios, a los servicios de salud pública.
Es tiempo de salud, y menos tiempo de sanidad. Eso también nos va a hacer ver el futuro de
otra manera. Esa inversión en salud que venimos prometiendo durante tiempo, que es el cambio
del sistema. Este es un ejemplo vivo y claro de que el dinero empleado en salud pública, el
dinero empleado en salud y no en sanidad, nos dará un futuro muchísimo más halagüeño.
Por fin el tercer factor: ha llegado el momento de la desescalada, de la transición, como bien
ha dicho el presidente, y como bien quería luchar mañana en la Conferencia de Presidentes con
el presidente de España, que ya ha anunciado hoy los 16.000 millones, llega el tiempo de
desescalada, de transición, que no solo es sanitaria, también tendremos protagonismo en
materia sanitaria, pero en la desescalada ya son mucho más actores, y mucho más importantes.
Este Gobierno no ha empezado hoy a hablar de desescalada, en ese sentido. Este Gobierno
empezó hace muchas semanas a hablar de desescalada y de recuperación. No crean que el
acuerdo que se firmó ayer con la CECAM y con más organismos provenientes de la propia Confederación de Empresarios, y con Comisiones Obreras y UGT, que se acordó que se firmará
el lunes.
¿Es fruto de una reunión de ayer? Qué va. Ojalá fuese todo tan fácil.
Llevamos trabajando en
la desescalada y en la transición muchas semanas, de la mano de mucha gente, claro que sí. El
primer grupo de trabajo para la desescalada, y primer nombramiento que se hizo, en materia
sanitaria, hace ya cuatro semanas de ello, el doctor Criado.
El doctor Criado nos representa en el
ministerio como persona que va a presentar los documentos de la desescalada de Castilla-La
Mancha en materia sanitaria.
Llevamos muchas semanas trabajando, y eso tiene que ver con habernos hecho fuertes
intramuros.
Tenemos capacidad dentro de los servicios hospitalarios, y con el refuerzo, que para
eso es obligatorio, de la atención primaria, porque no se olviden que la mejor desescalada
vendrá de la mano del comportamiento de la atención primaria en las comunidades. Es quien
determina cómo ha de comportarse la población. Son los dueños de lo que ocurre en primera
instancia en una desescalada sanitaria.
El reforzamiento, para eso es la atención primaria. La capacidad intramuros de los centros, las
camas que ya tenemos instaladas, que hemos comprado. No todas las teníamos. Teníamos las
nuevas de Toledo, teníamos otras de residencias, hemos cogido de hoteles, pero hemos
comprado camas también. Las tenemos. Muchas todavía puestas, y otras en los almacenes.
Los respiradores, más de 300 almacenados, nos sirven para la desescalada.
Las EPI que
ahora algunas vienen por millones, y que dicen: “¿qué vais a hacer con tantas mascarillas?” Ya
veremos qué hay que hacer con tantas mascarillas. De momento, 5.000.000 a la población, de
una manera directa a sus domicilios. Ahora, como ha dicho el presidente, con el acuerdo con el
colegio de farmacia vamos a seguir ofreciendo a la población, y, además, serán las mascarillas
quirúrgicas, también ofreceremos mascarillas reutilizables y también infantiles. “¿Qué hacéis con
tantas mascarillas?” Pues haremos.
Seguimos buscando batas, si no pueden ser desechables porque en el mercado no hay,
estamos investigando otros tejidos, con el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales, para
tener batas para dos años, y todo esto será ayudado con la plataforma y con la ley que ha dicho
el presidente en su comparecencia.
Trabajaremos para la desescalada con los datos.
Estamos construyendo los indicadores que el
ministerio tiene que publicar ahora, y nos estamos aprovisionado de materia para eso. Porque es
importante, y ahí viene el dato de pocos contagios y pocos casos que tenemos. Por eso es
importante mantenernos en estas cifras de 0,55 en nivel de contagio, porque eso nos hace más
fácil la desescalada.
El ámbito territorial decidido por el ministerio es la provincia, pero es discutible, y seguiremos
trabajando en esa discusión y cómo lo tenemos que hacer dentro de la región. Para eso hay seis
grupos de trabajo montados. El primero de desescalado, que es exclusivamente técnico; dos
dentro del seno del Gobierno, uno técnico y otro social; y tres más en mi consejería, uno para el
aprovisionamiento tanto de farmacia como de material, otro para la seguridad y los profesionales,
y otro para la capacidad asistencial; y un cuarto, que está preparado para el después, para
cuando no haya COVID, que ya hay que estar trabajando en eso.
Hay que estar trabajando en qué nos va a pasar con la gripe. ¿Qué vendrá? O, ¿qué va a
pasar con las personas que están en lista de espera? O, ¿qué va a pasar con el sistema? O,
¿qué va a pasar con la atención primaria? ¿Cómo vamos a recuperar a tantas personas que han
estado aguantando en sus casas?
Por lo tanto, eso constituirá un documento, y constituirá la
nueva herramienta de trabajo.
Son muchas cosas las que quedan por hacer, muchas las que se han hecho. Mucho desvelo,
mucho compromiso, mucha tarea, mucha emoción vertida en todo esto.
Quiero terminar como he empezado, con la misma emoción que me he mantenido a lo largo de
la comparecencia. Inmersos en todo este tipo de trabajo, mejor o peor hecho, pero con todas
nuestras fuerzas, vigor y conocimiento, nos pasó una cosa mala.
En medio de todo eso nos pasó
una cosa que no le pasó a ninguna comunidad: el Partido Popular decidió presentar la
constitución de una Comisión de Investigación. No sé qué pretendía el Partido Popular. Lo
desconozco. Desde luego, no pretendían mejorar el tratamiento del virus ni el comportamiento de
los sanitarios.
Mi emoción de hoy solamente es para pedirles que pidan disculpas. A mí, al presidente, y a
todos los profesionales.
Muchas gracias.
(Aplausos).
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