Hay, evidentemente, muchas posibilidades en el futuro, pero de esta hemos aprendido, y por
eso quiero decirles que vamos a traer a las Cortes —doy por hecho que la apoyarán por
unanimidad— una ley de reserva estratégica de material, que afectará a todo el sistema sanitario
y a todos los sistemas sociales de residencias, y determinados centros y entidades.
Lo anuncié hace unos 10 días, y veo que también el Partido Popular en esto nos va a seguir la
corriente. Me alegro. Espero que pueda ser una ley pactada y apoyada unánimemente, porque,
ya digo, creo que fui el primero en plantearla en España, el día 28.
La vamos a plantear, además, con carácter de urgencia, porque buena parte del material ya lo
tenemos. Yo no voy a excusarme.
Ha faltado, y lo que queremos es que no pase más. Ha
faltado, a lo mejor, en la proporción que querríamos, o en la que te da seguridad. No te falta para
el día a día, pero te falta para la semana a semana. Puede pasar.
Luego, ha habido también, seguramente, gente que, a lo mejor, ha utilizado —algún
expediente en ese sentido está abierto— material que no era del hospital, y que no tenía que
estar en hospital, y que así lo ha hecho.
Es verdad que hoy es mucho más famoso que antes,
evidentemente, pero lo cierto es que hay que ser muy serio para todo, y el esfuerzo de los miles
de profesionales que han estado, con mucha resignación, trabajando, a veces queda arrastrado
por gente que, con más o menos interés —seguramente político, en algún caso claramente
político, que quedará muy claro, además— utiliza el esfuerzo del resto.
Pero fíjense, por ejemplo, en esta área, el enorme esfuerzo que hemos hecho en mascarillas
de los distintos tipos, el esfuerzo que hemos hecho en material.
El esfuerzo es enorme. En el año
2015 no gobernábamos nosotros, lo saben ustedes. En total, de todo tipo de mascarillas, por
ponerles un caso, lo que nos encontramos cuando llegamos, para entendernos, el consejero de
Sanidad, que ya estaba, y yo de presidente, las mascarillas que había en nuestros almacenes de
los hospitales eran 2.161.000. Las que ese año 2015 se compraron, de los distintos modelos.
Fundamentalmente la quirúrgica, lógicamente.
Nosotros entramos, y el primer año ya pasamos a 7.890.000. Hemos seguido creciendo en la
compra de material año tras año, sin pandemia. De hecho, en el 2019, frente a los 2 millones y
pico de mascarillas que había en los almacenes, llegamos a tener 12,8 millones. Claro, una
barbaridad, comparado con lo que había y lo que hemos ido comprando. Pero fíjense que hemos
tenido que llegar a comprar, en este momento, 51,4 millones.
Pero no venimos de no comprar. Venimos de hacer mucho esfuerzo, que, evidentemente, se
queda corto cuando viene un huracán vírico como el que nos ha venido. Esto, en dinero, se
podría traducir también de la misma manera. Pero vamos, que hemos multiplicado por cinco el
gasto que nos encontramos en material, esto sin contar el esfuerzo de este año, estoy hablando
hasta el COVID.
Ejemplos de estos podríamos poner muchos, pero también lo tengo que referir a la tecnología:
respiradores UCI.
Yo creo que somos la autonomía que más ha instalado, en proporción a
nuestra dimensión sanitaria, en proporción a nuestros habitantes y en proporción a nuestros
recursos. Tiene que ver con el personal, porque hemos tenido que contratar a mucho personal
que las pueda atender. No podría mucha gente.
De hecho, hay gente que incluso ha pensado que cualquier tipo de marca deportiva o cualquier
tipo de instrumento valdría.
Hoy ya hay informes solventes de los científicos, que hasta dicen que
pueden haber sido muy peligrosos. Agradezco las donaciones que se hacen, muchas veces, de
material. No siempre ese material donado ha tenido certificación correcta, y, por tanto, no se ha
podido utilizar, pero las agradezco de todo corazón.
Ahora bien, en la tecnología hemos pasado de 150 posibilidades de UCI y de respiración
asistida, a 481. Créanme que es muy importante.
Hoy se están utilizando 169, pocas más de las
que necesitábamos con carácter general para todo tipo de dolencias, antes del COVID. Pero es
que hemos multiplicado por cuatro, en un esfuerzo ímprobo de compras.
Algunas peripecias contractuales han sido muy públicas, como los famosos respiradores, que,
básicamente, el material era casi todo francés y alemán, pero que montaban, obviamente,
supongo que por coste de mano de obra, en Turquía. Estas cosas pasan.
Agradezco el trabajo de la ministra de Exteriores, sinceramente, y del ministro Illa, porque
movieron Roma con Santiago para poder echarnos una mano, y al cónsul, y agradezco a
empresas concretas, algunas que tienen origen aquí, en pueblos de Albacete y en Castilla-La Mancha, cuyos intermediarios nos han ayudado, no se imaginan. Esos sí que merecen muchas
medallas, porque están también, a mi juicio, en el engranaje del sistema sanitario, como merece,
sin duda, el sistema en su conjunto.
Mucha gente que nos ha ayudado y que permitieron que llegaran, no solo son válidos, no solo
son útiles, sino que, además, me parece que resulta bastante difícil de soportar que se diga, por
ejemplo, que no nos importa que la gente se pueda morir en una UVI medicalizada en tránsito,
que ahí no tiene que haber buenos respiradores, o que tienen que ser distintos en los
helicópteros.
Perdonen, no solo se han usado, no solo ahora ya no son necesarios. Lo serán seguramente
en el futuro.
No solo vamos a seguir contratando, sino que, además, tiene que haber todo tipo de
ayuda de los que necesitan intubación, de los que no necesitan intubación, de los que son para
varios días, de los que tienen que estar en quirófanos, que son los más excepcionales, a los que
pueden estar en una habitación normal.
Yo, esto he llegado a aprenderlo, sobre todo por entender algunas de las cosas que se nos
han dicho, y por eso agradezco mucho a los profesionales que hoy han tenido la valentía de
decir, con publicidad y con tranquilidad, que por falta de respiradores no se ha quedado nadie sin
atender. Lo agradezco.
Lamento que tenga que soportar las críticas, incluso de los que dijeron otras cosas, pero lo
valoro muchísimo, porque, créanme, podría haber pasado. Podría haber pasado perfectamente,
y no tengo duda de que en otros hospitales en España ha pasado. No tengo duda de que eso ha
podido pasar en Madrid. No tengo dudas de que ha podido pasar donde se produjo un mayor
huracán, y eso no le quita ni un milímetro de moralidad, ni al presidente o presidenta de turno, ni
a su equipo de consejeros.
En definitiva, señorías, en las líneas de trabajo también hemos seguido una línea muy recta y
coherente en materia de datos y de seguimiento, de estadísticas. Duele cuando hay gente que
usa políticamente los muertos. No es la primera vez. Yo he visto a políticos incluso, de los que
me he llevado una enorme decepción, sacar a las puertas de un funeral pancartas y banderas,
hace unos años. Ya no están en la política. A lo mejor hoy ya no las sacaban.
Yo he visto muchas cosas en política, créanme, y yo sé que, al final, se impondrá el sentido
común y la razonabilidad, porque la ciudadanía no se puede permitir tener políticos que usen el
dolor y la muerte. Créanme, desde la buena fe. ¿O es que alguien, de verdad, puede pensar que
el presidente que está aquí, o el consejero, hemos dejado de hacer todo lo que estaba en
nuestra mano —seguramente menos de lo que es necesario— para resolver los problemas?
¿Por qué? ¿Por meterle un gol a Pedro Sánchez? Algunos, a lo mejor, lo piensan, habida cuenta
de mi relación. Seguro.
No, hombre, no.
Hoy está Pedro Sánchez, y es el presidente del Gobierno,
independientemente del partido en el que milite, y si hubiera estado Rajoy, Aznar, quien sea, sin
duda ninguna este Gobierno hubiera tenido un comportamiento de lealtad absoluta.
Quiero que la gente sepa que los datos que ha suministrado el sistema sanitario de Castilla-La
Mancha han sido, siempre y en todo momento, los oficiales que nos ordenaban, a los que nos
obligaban el estado de alarma y el ministerio, que, por cierto, son también los mismos a los que
el ministerio le obliga la Organización Mundial de la Salud.
¿Hay más muertos? ¿Hay más fallecidos que los que han tenido diagnóstico COVID, gente
que ha fallecido con COVID, aunque no haya tenido el COVID, y no se podrá saber durante
muchísimo tiempo —a lo mejor nunca ya—, porque, encima, la Normativa de excepcionalidad
hizo que el Estado cambiara los ritmos de los enterramientos, y se tuviera que enterrar lo antes
posible, sin autopsias, por evitar contagios?
Se cambió la Normativa y se dio orden a todo el mundo. Hay que acordarse hasta de las
funerarias, que han trabajado con un estrés tremendo. De ellos también tenemos que
acordarnos, porque han trabajado como nadie, y no creo que eso lo vean como un negocio.
Lo
han visto simplemente como un drama humano, y, en muchos casos, teniendo que enterrar con
rapidez por evitar contagios, con unos sistemas de seguridad que se han tenido que incluso
cambiar, porque no había bolsas de zinc para trasladar los cuerpos.
Son muchas cosas que, a lo mejor, creen ustedes que no tienen importancia, pero la tienen.
Por tanto, sí, nadie discute —es más, nosotros, los que menos— que va a haber más fallecidos en los registros, y eso que nosotros no tenemos, como tiene la Comunidad de Madrid, o como
tiene Valencia, o como tienen Cataluña, el País Vasco o Andalucía, competencias en Justicia y
en los registros civiles.
Nosotros, como Administración, desde el mismo momento en que sale de un hospital, no
tenemos por qué saber cuál es el recorrido que sigue un fallecido. Eso depende del sistema
judicial, y esto es lo que hace que, probablemente, una parte del dolor que tengamos que tener
como sociedad española es la de saber que hay gente fallecida que ha tenido que ser incinerada
o enterrada, sin que haya podido tener la prueba.
En una sola cosa hemos ido por delante de lo que decía la ley, nunca al margen: en que
hemos hecho más pruebas que nadie. No hemos escondido test ni hemos dejado de hacerlos.
Hemos comprado más test que nadie. De hecho, fíjense que los test que ha comprado la
Administración regional, por suerte, evidentemente, no es que tengamos más pericia, Jesús, los
test que ha comprado la Administración regional han terminado siendo —me refiero a los
rápidos, ya estamos un poco familiarizados— los más eficaces de todo el sistema, hasta el punto
de que son los que se están utilizando para el test de prevalencia.
Los que compró Castilla-La
Mancha, no ninguna otra comunidad, y, por supuesto, no el ministerio, que, como saben, le ha
salido por dos veces fallido el sistema de test.
Aquí tuvimos esa suerte, tuvimos ese acierto, y por eso hicimos más test que muchos, y,
además, antes que muchos. Por eso hemos podido incorporar a más profesionales que la
mayoría de los que podían tener algún síntoma.
Por eso, a pesar de que todos hemos tenido un
enorme problema con el contagio de los profesionales, hemos mantenido niveles por debajo de
la media de contagio de los profesionales.
Hay aquí muchos profesionales, hay algunos que han seguido despidiendo, pero nosotros, que
tenemos muchos profesionales trabajando, y, por tanto, más capacidad de riesgo, hemos estado
prácticamente siempre por debajo en el nivel de contagio de profesionales.
Pero, sobre todo,
hemos tenido la capacidad de exigir que, cuando se tenían que reincorporar, tuvieran test, y lo
fundamental es que, como digo, hemos cumplido siempre con las instrucciones.
En esto, señorías, quiero que se tenga mucho sentido de país. En España en su conjunto no
se está utilizando un procedimiento más ligero que el que usan otros países. No digo China, que
no lo sabemos. Aquí no está pasando como en Estados Unidos, donde a la gente se le
amontone en bolsas, en camiones, y que acaben como están acabando, y hemos visto fotos, en
algunas zanjas.
No digo que todo Estados Unidos se comporte así, pero lo cierto y verdad es que aquí, este
país está utilizando un mecanismo, que es el que establece la OMS, y no lo digo, ni por
defender... Que, si hubiera sido otro, tendríamos que aplicar otra norma. Pero he visto cómo, a
veces, se puede decir claramente “es que el Gobierno miente”. Por favor, que vivimos en un
sistema claramente legal, de Estado de derecho, con transparencia absoluta.
Todo el mundo tiene derecho a saber por qué ha fallecido su familiar. Lo lamentable es que no
haya dado tiempo a poder hacer autopsias, que, en ningún caso, dependen de esta
Administración. Evidentemente que cuando tengamos que recordar a las víctimas, lo haremos
con los que han fallecido con prueba de COVID, y los que sospechamos que tenían COVID, y
han fallecido sin poder hacer la prueba.
Por cierto, esta región es la que tiene el nivel de información de datos, entre fijos con prueba y
sospechosos, más ajustada de todo el Estado español. Más ajustada. Sumando los que nosotros
mismos reconocemos que pueden tener sospecha, más los fallecidos claramente por COVID,
incluso teniendo un criterio amplio en el concepto de sospecha, somos en los que esa suma más
se aproxima a la realidad que se va a demostrar en los registros civiles, que, como saben,
tampoco tiene que ver con los de enterramiento.
No sé, creo que en esto es muy importante que, por favor, nadie piense que se puede jugar
con las cifras. Todas las autonomías hemos dado los mismos datos. Luego ha habido un
momento, como consecuencia de las informaciones que aparecen, en donde, además de dar los
datos de pruebas, se han podido dar los de registros civiles. Me parece estupendo. Yo también
comparto ese criterio, sobre todo para el que los tenga a su cargo, porque, evidentemente, no es
nuestro caso, pero reconoceremos a todos, solo faltaba.
El drama es enorme si en vez de ser 20.000 son 50.000, pero es que con 20.000 el drama ya
es inmenso, es absolutamente imposible de evitar. No creo que estemos en esa pelea
estadística, no creo que se lo merezca la ciudadanía, y menos aun los fallecidos.
De las preguntas que me sigo haciendo: ¿cómo habría sido la sanidad con la gestión que nos
encontramos? No estaban ustedes, los señores de Ciudadanos, pero sí estaban muchas de las
señorías del Partido Popular. ¿Cómo hubiera sido con Cospedal, con Echániz, o con el señor
Núñez?
A lo mejor esta pregunta es mejor responderla en otro debate, en otra comisión, que
estudiemos a conciencia, o, no sé, o luego en la réplica, si les parece, pero yo creo que es bueno
que tengamos muy claro, ya que hablamos de costes, hablamos de ejercicio, hablamos de
profesionales, que no hubiera sido igual.
Así, a priori, como conclusión evidente.
Si se hubiera perpetrado la venta de hospitales, no hubiera sido igual. Ni si no se hubieran
parado las obras de los hospitales, que terminaremos. Ya les aseguro que no vamos a dejar por
el camino ninguna de las obras, a pesar de que solo el gasto que lleva hoy ya la Consejería de
Sanidad, equivale a bastante más que el hospital de Albacete, a dos veces el hospital que vamos
a hacer en Puertollano.
Pues, aun así, con este gasto excepcional, no lo utilizaremos de coartada
para parar ningún tipo de obra. Al contrario, habrá que intentar que vayan lo más deprisa posible.
¿Qué hubiera pasado, sinceramente, si se hubieran cerrado tantos centros de primaria en los
pueblos, en los sitios más alejados y rurales? ¿Qué hubiera pasado?
Cuando, además, en esto,
en la respuesta al COVID, tan clave es el tiempo que va uno desde su pueblo hasta que puede
llegar a un hospital o a una urgencia. No sé.
¿Qué hubiera pasado, fíjense ustedes, si se hubiera terminado consintiendo la operación de
expulsión de ciudadanos de Castilla-La Mancha al sistema sanitario madrileño? Si hubiera
estado en marcha el convenio con la Comunidad de Madrid, no podríamos haber atendido a
miles y miles de ciudadanos de Toledo y de Guadalajara.
Hubieran tenido la obligación de
hacerlo —es verdad que pagándolo nosotros— en una comunidad que, a todas luces, tenía
todos los sistemas estallando, y todas sus costuras saturadas.
No lo sé. A mí me parece que era más fácil como hemos hecho, tener la posibilidad —que
hicimos desde el primer día— de ofrecer a las comunidades vecinas camas por cientos, hemos
dejado.
Por cientos. Camas e incluso espacios en Toledo, para poder atender, y pruebas, y test.
A mí no se me ocurriría decir, señorías, que hubiera habido más muertos de haber seguido la
señora Cospedal. No se me ocurrirá decirlo. Evidentemente, el sistema sanitario es un todo, pero
no se me ocurrirá. Porque estoy convencido de que, si hubiera sido presidenta Cospedal, aun
con mucha gente despedida, llegado el momento del COVID, hubiera hecho todo lo posible para
atender la epidemia.
Créanme, y en su caso, además, que ha tenido síntomas de una manera, si
quieren, más clara.
Ciertamente, hay mucho debate en España sobre lo que son las pruebas diagnósticas, los test.
Las plantillas horizonte, es que aquí se plantearon para seguir despidiendo a personal. No sé,
todo esto sí que conviene, a lo mejor, que lo investiguemos, que lo estudiamos en su momento,
pero con calma, no para sacar ningún tipo de responsabilidad, por Dios. A estas alturas, ya las
ventiló la ciudadanía.
Pero sí es importante saber, porque hablamos de test. Ojalá que ya no necesitemos más test,
que acabe el virus. ¿Saben los test que van a seguir siendo necesarios? Los del talón, por
ejemplo, para los niños recién nacidos. Porque no se merecían, los que nacieron sin COVID, que
se quedaran solo con 10 pruebas, cuando ahora hemos recuperado a 0,26.
En definitiva, señorías, todo tiene un límite en la vida, y en la política no vale todo. Una cosa
muy distinta es apostar por la sanidad, apostar por la educación, aplaudir, por supuesto, a
nuestros profesionales, pero todo el año. Conocerlo, eso es evidente.
Yo sigo comprometido con el sistema sanitario, como lo estarán ustedes, desde luego, más a
partir de esta experiencia que antes, no lo sé.
Espero que esa sí que sea una de las reflexiones,
que ya no se discuta en España por distintos modelos de recorte. Ojalá y lleguemos a blindar, en
el Estatuto de Autonomía y en la Constitución española, la sanidad pública. Si quieren ustedes,
en combinación con la colaboración privada, pero con la sanidad pública, el sistema que
nosotros tenemos, el sistema de garantía universal y de acceso para todo tipo de personas y de
rentas. Ojalá, porque hay que estar orgullosos.
Eso me llevaba a otra pregunta que nos hacemos todos: ¿cómo se ha comportado, en general,
la sociedad? Yo siento un orgullo profundo, lo he sentido siempre, pero, para ser sincero, hoy
más que nunca, de ser español. La ciudadanía se ha comportado con un nivel de ejemplaridad,
que espero no destroce la clase política.
Yo creo que los políticos estamos, a partir de ahora, siempre estamos, pero ahora más,
tenemos que estar a la altura de la unidad que ha tenido la gente dentro de sus casas, y que ha
tenido socialmente, a cualquier hora del día, especialmente a las ocho.
Lo cierto es que también creo que el personal de todos los servicios públicos, especialmente
de los sanitarios, pero también los docentes, y, por supuesto, mucha gente que tiene que ver con
el sector del comercio, que ha tenido que estar atendiendo al consumo, o en las farmacias, o el
personal de limpieza.
En realidad, créanme, la gente se ha portado de una manera extraordinaria.
Hay muchísimos
héroes en España, afortunadamente, una inmensa mayoría. Claro, en todas las historias de
héroes siempre cuentan con algunos villanos, pero no seré yo el que saque este tema a relucir
aquí, porque no se lo merece el conjunto de la sociedad española.
¿Cómo se han portado los agentes sociales? Al menos en esta tierra, de una manera
extraordinaria.
Por eso hoy podemos hablar aquí de esperanza y de recuperación, más que en
otros sitios, porque ayer mismo el Gobierno de Castilla-La Mancha llegó a un acuerdo
trascendental, que yo voy a firmar el lunes con empresarios y sindicatos, el más importante que
he podido firmar en mi vida, y estoy tremendamente agradecido a los dirigentes empresariales y
sindicales, con los que el lunes voy a poder firmar un acuerdo que es, al margen de importante
por sí mismo, un documento con un alma y un compromiso fuera de intereses de partidos,
verdaderamente increíble.
Me emociona muchísimo, créanme, poder llegar a un acuerdo, en un momento tan difícil, con
empresarios y sindicatos. No ha sido fácil, porque se ha trabajado mucho. En general han tenido
claro que tienen que rendir cuentas, y fíjense que, seguramente, han tenido, en algunos casos,
presiones para que no tuvieran prisa ninguna en trabajar codo a codo con el Gobierno.
Creo que, en conjunto, este Gobierno ha recogido, y se lo agradezco a la consejera, a Patricia,
al vicepresidente, de una manera muy señalada, no solo el fruto de muchos años con mecánica
de pactar, pactar y pactar, cuando nadie lo ha hecho, y en este país, en donde ni siquiera veo
fácil que se pueda pactar, ni en vía parlamentaria, ni sin ella.
Ojalá. Lo deseo, pero no lo veo. No lo veo muy sencillo. Aquí hemos podido cosechar ya ese
gran faro que va a iluminar el proceso de recuperación.
Ya lo hicimos, cuando tuvimos que iniciar
el camino de la reconstrucción de Castilla-La Mancha, detrás de aquella otra pandemia
económica y social que vivimos.
Por tanto, sí, estoy muy orgulloso del comportamiento de los agentes sociales, y no solo de los
que han protagonizado este acuerdo, de muchos otros que, de manera sectorial, en el sistema
sanitario, en el educativo, han mantenido un acuerdo, y a los que vamos a convocar, junto con
organizaciones agrarias, que desde el primer momento también ha colaborado, algunas incluso
en cuestiones muy prácticas de la gestión de la crisis.
Los medios de comunicación, que han tenido un comportamiento verdaderamente
extraordinario, en su inmensa mayor parte, claro, lógicamente. Miren que, como convendrán, yo
no tengo que compartir, ni puedo compartir muchas de las cosas que se dicen, porque son
ataques. Pero lo cierto y verdad es que han cumplido, poniendo por delante, de una manera muy
mayoritaria, la sensibilidad de la gente. El hecho de tener a la gente con ansiedad en sus casas,
y no incrementársela más de lo que ya lo tiene en la realidad.
Agradezco de verdad, porque lo ofrecimos desde el primer momento.
Yo creo que también
fuimos el primer Gobierno en ofrecer un pacto a los partidos políticos. Agradezco las
declaraciones iniciales de los partidos parlamentarios a estar de acuerdo, y agradezco mucho a
Ciudadanos que no solo haya colaborado en las reuniones, y haya contestado ya con
propuestas.
Lo agradezco mucho, porque los acuerdos requieren urgencia, y Ciudadanos no ha estado
mareando la perdiz. Nos ha dado propuestas que van a servir, y mucho, para llegar a acuerdos.
A lo mejor en todo no podemos estar de acuerdo, no lo sé, pero es esencial trabajar con propuestas. El Gobierno las tiene, las conocen. De hecho, muchas se van a firmar con los
sindicatos y empresarios, que son una piedra angular, y se lo agradezco a Ciudadanos.
Lamento, señor Núñez, que haya pasado tanto tiempo y todavía no tengamos ninguna
contestación ni ninguna propuesta. Lo lamento.
El plazo, no sé si se ha acabado o no, pero lo
cierto y verdad es que requería urgencia, la que nos requieren los autónomos, nos requieren los
agricultores, la que nos requieren, por supuesto, los parados, multitud de empresas, a las que
hay que estar respondiendo sin esperas.
Aunque puedo entender que se tomen todo el tiempo del mundo para hablar con unos y con
otros, y lo pueden seguir haciendo. Sin duda lo harán. Yo creo que el lunes, hasta con el señor
rector.
Pero lo cierto es que es importante dedicarle tiempo a proponer cosas, porque es más
fácil no estar en las propuestas y en las soluciones, y estar en los bulos.
No lo voy a decir directamente por ustedes, aunque me constan, y miren que he hecho por
abstraerme de las redes sociales todo lo posible, porque, si no, uno no vive.
Pero no crean que
no es doloroso ver a dirigentes, que, a lo mejor, luego en el pasillo —hoy ya no se puede, pero
antes— nos daban un abrazo, decir las cosas que han dicho de mí. Muy duro. Si quieren
ustedes, les paso el resumen de todo lo que han dicho del presidente de Castilla-La Mancha. No
lo ha dicho el señor Tudanca, el presidente de Castilla y León. Claro, yo debo ser mucho peor.
Debo de ser mucho peor político, persona, presidente.
No me entretendré, pero estamos muy cerca de saber incluso la gente profesional que se ha
dedicado, con mucho origen en Albacete, casualmente, a protagonizar movimientos en masa de
redes, de manera profesionalizada, manipulando vídeos, cortándolos y, por supuesto,
difundiéndolos.
Es duro, no crea que no es duro aguantar que, a las cifras de fallecidos y de enfermos, haya
que estar, encima, contestando desde una desmoralización que se llevaría uno si está más
pendiente de las redes que de otras cosas. Eso no va a salir nunca bien, se lo aseguro.
No va a
salir nunca bien.
¿Cómo afrontamos la salida? Es la pregunta que nos hacemos de unos días a esta parte.
¿Cómo lo afrontamos, señorías? Lo afrontamos con mucha determinación, pero con algunos
criterios que yo creo que son claves. La salida definitiva vendrá, esto que han llamado “la
desescalada”, nosotros tenemos más experiencia en escaladas.
No saldremos del todo hasta
que no haya vacuna, es evidente.
Porque hay que tener mucha prudencia, señorías. Hoy coincide este Pleno con la gente
saliendo a las calles, paseando, haciendo deporte. No saben cuánto me alegro. No sé si va a ser
fácil que yo me anime a ponerme un chándal y hacer deporte a las siete de la mañana, porque
ya estoy perdido en esta experiencia, pero me alegra, porque es un síntoma de cierta
normalización, y casi parece mentira que sea un derecho elemental la libre movilidad.
Pero hay que tener todavía prudencia, porque el grado de contagio de un solo caso es
enorme, lo ha sido. No hay experiencia todavía de que la carga vírica se haya reducido
notablemente, de un solo caso. Sí que han ganado los profesionales, ajustando muchísimo mejor
que al principio, y miren que es duro saber que los tratamientos se han ajustado de tal manera
que, a lo mejor, gente que no los tenía tan ajustados al principio, hubiera podido salir adelante.
Pero, en estos tres meses de experiencia, los propios profesionales le están cogiendo la
medida al virus, y hoy sale muchísima más gente. Entra menos en urgencias. Ayer mismo, ni una
sola persona por COVID en urgencias, en Albacete. Me parece que nueve días seguidos ya, en
algunos hospitales. Es verdaderamente importante.
Pero, además de eso, de ir reduciendo el impacto, lo importante es que muchos de los que
entran y antes estaban muy difíciles de tratar, ahora salen con muchas más posibilidades. Se
está acercando, estamos acorralando, encajonando el virus entre todos, especialmente los que
entienden, lógicamente, desde el punto vista sanitario.
Por eso, ¿cómo abordamos esta desescalada, sanitariamente? Nuestro objetivo es revisar,
cosa que les anuncio, vamos a plantear, a partir de los próximos días, todos los planes de
contingencia de las áreas de salud tanto de primaria como de los hospitales.
Vamos a revisar
esos planes de contingencia.
Esperamos tener la misma suerte de que se hayan podido ajustar a la realidad, para permitir,
poco a poco y con prudencia, pero con mucha determinación, que se vaya normalizando el circuito ordinario de atención a la salud —muchísima gente lo necesita— manteniendo un circuito
paralelo, un circuito separado para el tratamiento COVID.
Hemos creado un comité de expertos, no tanto el que estaba, que también, como para la
desescalada. Además, a eso le vamos a añadir un consejo, en el que queremos escuchar
permanentemente, aprender con la sociedad, algo que muchos opinamos, pero solo con la
experiencia terminaremos sabiendo.
Por eso les digo que vamos a seguir bajo la dirección nacional.
Yo no seré de los que tengan
prisa en que el Estado se desentienda. A lo mejor hay gente en España que tiene ese interés,
por lo que sea, porque, a lo mejor, tienen el interés, no de desentenderse del Gobierno, sino de
España, no lo sé. Pero nosotros sabemos que, si hemos tenido el aluvión de contagios, por
ejemplo, de Madrid, cualquier cosa que afecte a Castilla-La Mancha en la desescalada pasa
también por lo que se decida en Madrid.
Lo otro sería, para mí, irresponsable, y tengo que exigir y pedir, lo haré mañana, de manera
reiterada, al presidente del Gobierno y a los demás presidentes, que, por favor, ya que algunas
decisiones se tomaron sin tener en cuenta la vecindad, en la salida se tenga en cuenta por
completo la vecindad, y que aquí todos somos potenciales víctimas. Esto, para mí, es
determinante.
Espero que mantengamos el nivel de consenso y de acuerdo que se está
manteniendo entre los distintos vecinos, y, por supuesto, comunidades autónomas.
En el transporte, ¿cómo lo afrontamos? Obviamente, mediante acuerdo con el sector. Miren
que hay miedo a la gente, al transporte colectivo. Pero, tomando medidas que están muy
avanzadas ya con el sector, y, por supuesto, manteniendo los mismos sistemas de estímulo para
las personas que lo van a necesitar.
Pero soy consciente de que en el transporte hay muchas
limitaciones y mucho temor. De hecho, se ha incrementado notablemente, en comparación con el
público, el uso del transporte privado, y con las condiciones estrictas de muy poca gente dentro
del coche.
¿Cómo lo abordamos en la Administración? Evidentemente, no lo vamos a hacer con
despidos, ni echando interinos, salvo aquellos que, evidentemente, por razones de cumplimiento
de contratos o por razones administrativas, les tenga que tocar.
Con carácter general, vamos a
mantener las condiciones, las circunstancias y la estructura del sistema administrativo tal y como
está.
Soy consciente de que la que viene es gorda desde el punto vista económico. De que vamos a
tener, no sé si más que entonces, pero que es gorda. Además, aquí, para entendernos, ni
siquiera puedo hablar de herencia, porque la herencia es del COVID, el culpable es el COVID, es
el virus.
Esta región iba muy fuerte y muy bien, pero lo cierto y verdad es que, en esta materia, vamos
a mantener al máximo la colaboración con las fuerzas sindicales y con los representantes de los
trabajadores, y, además, a seguir trabajando en sectores que son muy específicos, dos
particularmente que nos deben preocupar: los colegios y las residencias.
Las residencias, sobre todo de personas mayores —no todas, solo las de mayores—, han sido
el objeto de preocupación, probablemente, más doloroso para todos los españoles, y siguen
siéndolo, y para mí.
(Murmullos).
Sí, señoría. Luego tiene el uso de la palabra, si quiere, también. Porque, efectivamente, las
residencias, sí. Las residencias de mayores.
Empezamos hace 40 años en este país a extender el sistema de residencias de una manera
importante. Entonces, casi todos los ciudadanos aspiraban a entrar con la jubilación, y
normalmente en unas condiciones de salud y de bienestar muy razonables, no solo por la ley de
dependencia, que ha cambiado por completo la ley de dependencia. Ya sé que a algunos no les
ha gustado la ley de dependencia. Pero no solo por la ley de dependencia, sino por la evolución
de la propia sociedad.
Hoy nuestras residencias, esta es una región que tiene muchas residencias públicas y
privadas. Quien tiene menos, pues, mire usted por dónde, ha llegado a tener menos problemas.
Han fallecido muchos mayores en sus casas, como en las residencias. Pero las residencias
tienen que causar, y nos han causado a todos, un dolor infinito —cuando hablo de residencias digo de mayores, hay otras, como ya digo, también hay juveniles, hay de estudiantes— porque
nos ha pasado a todos.
En esto, comprenderán que coincido con lo que decía, sin ir más lejos, una persona a la que
respeto mucho, que es el presidente Feijóo, que dijo que en las residencias ha pasado lo mismo
en toda Europa, y, por supuesto, en toda España.
Ciertamente que uno de los problemas muy fuertes que se ha planteado las residencias, no
hablo de que el personal estuviera mejor o peor preparado, ni siquiera voy a entrar en la
demagogia de que haya residencias privadas mejor que las públicas. Es fácil, ha habido
comportamientos para todos los gustos, y, además, como saben, vamos a hacer un estudio
concreto, una auditoría concreta de cada centro residencial, más allá del que haga la Fiscalía,
que, obviamente, está en ello en algunos casos.
Lo vamos a hacer, por tener una claridad meridiana de qué ha pasado.
Yo estoy convencido
de que la inmensa mayoría de las direcciones —la inmensa— han querido hacer lo mejor, y que
todo el mundo se ha encontrado con un enorme problema de un día para otro.
Porque el contagio no solo era muy rápido, sino que, en el caso de las personas vulnerables,
de las personas muy dependientes, de las que, señoría, sí, técnicamente, incluso los contratos y
en las cotizaciones se llaman “no válidos”, ya sé que algunos han utilizado esta expresión para
vapulearme en los medios, manipulando los vídeos.
Ya sé que algunos lo han planteado, parece
mentira. Parece mentira que se pueda pensar que ninguna persona, ya no digo un presidente,
pueda, utilizando un término técnico y profesional, estar insultando a nadie. Lo lamento, lo
lamento mucho.
Pero para que quede muy claro, señoría, ya que veo que está obsesionado: sí, las personas
que tenemos en las residencias están, en muchos casos, muy malitas. No sé si esa expresión le
vale más.
Tenemos muchos casos de personas que no se pueden levantar ni siquiera del váter,
porque tienen incontinencia permanente. Tenemos un nivel de fallecimientos normales en las
residencias, tremendo, porque la media de edad son 85 años, y la media de la letalidad de este
virus en España pasa de los 75 sobradamente.
Por tanto, sí, las personas que entran hoy en las residencias por la ley de dependencia,
cuando se aplica, porque cuando los expedientes se acumulan en los despachos o se acumulan
en los cajones, sin tramitar la ley de dependencia, la gente está igual de malita, tiene el mismo
grado de, antes decían “invalidez”, y se distinguen así, y lo verá usted hasta en los anuncios,
cuando pasa eso, cuando en España la gente que entra está tan vulnerable, nos tiene que llevar
a una reflexión, y es, evidentemente, aplicar nuevas disposiciones.
Eso es lo que además quiero hacer, sin duda ninguna, una revisión muy profunda de toda la
Normativa que afecta a los centros residenciales, y no solo de mayores, porque hay gente muy
vulnerable que lo es por otras patologías, sin ser persona mayor.
Vamos a revisar a conciencia, además, el sistema de conciertos. Lo vamos a revisar, porque
hay que sacar conclusiones y experiencias.
Fíjense que ya a estas alturas hay algunas
residencias que nos están planteando, permanentemente, en pleno estado de alarma y con
casos COVID en las residencias, seguir incorporando a personas mayores, evidentemente, con
gran dependencia, es decir, técnicamente no válidas.
Todavía no lo plantean, y tenemos que estar denegándolo.
Por tanto, llegaremos a una
revisión. Hemos tenido una línea de colaboración enorme con los sistemas de residencias,
muchos privados. La inmensa mayoría, tengo que decir que se han portado con mucha decencia
y con mucha honestidad. Algún caso, posiblemente, pueda sonrojar, pero no estoy por
amargarles hoy el día. Pueda sonrojar en muchos sentidos, porque alguno, a lo mejor, hasta
puede incurrir en algún tipo de responsabilidad.
Lo cierto y verdad es que yo estoy orgulloso del conjunto de los profesionales y de las
directivas de los centros residenciales, y he sufrido, como nadie, como habrán pasado ustedes,
el dolor que significa que una persona mayor tenga que estar durante días y días confinada.
¿Yo no sufro, señora Merino? ¿Yo no sufro? ¿Por qué? ¿Porque usted ha firmado un escrito
en el que prácticamente nos responsabiliza de las muertes, y casi se queda a un milímetro de
llamarnos asesinos? ¿Por eso?
Sí.
Yo he sufrido muchísimo, como todos los ciudadanos de bien en este país, al pensar en
cómo están las personas mayores confinadas durante días, y oyendo o viendo, informándose de que el de la habitación de al lado ya se ha ido. Sí, francamente, es de las cosas de las que más
tenemos que aprender, en las que más hay que cambiar.
Probablemente no le sirva de consuelo lo que dice el señor Feijóo, y todos los demás
presidentes de comunidades autónomas, que estoy seguro, señora Merino, que sufren lo mismo,
y que no sé si porque tengan mejor o peor acierto, alguien les está acusando de las muertes. Por
escrito, por escrito.
No.
Yo tengo el honor de tener una, vamos a decir, incomprensión política por el Partido
Popular en esta tierra, hasta el punto de que ni siquiera, señorías, se han esperado a que pase la
pandemia para pedir la dimisión. La pidieron, ¿saben cuándo? Cuando solo había un fallecido en
Castilla-La Mancha, y 50 contagios. El primer minuto ya pidieron la dimisión, el primero.
Esto, no
creo que le pueda pasar a mucha más gente. Debo ser un diablo, desde luego.
Fíjense que podían haber tenido lo que yo creo que la inmensa mayoría de los ciudadanos
hubieran entendido bien: que esperaran primero a atacar al virus, acabar con él, y luego intentar
sacar tajada política, por ejemplo, en versiones de Comisión de Investigación.
No lo ha hecho ni
el señor Casado.
En medio, cuando estábamos más atacados todos, cuando todos estábamos con más
sufrimiento, en el momento de cresta de la pandemia, un poco antes incluso, ya estaban
pidiendo una Comisión de Investigación. No investigar el virus. No, no han pedido investigar el
virus: al Gobierno. A este, obviamente. Creo que ese es un comportamiento, señorías, que,
evidentemente, tiene poco que ver con la educación normal —política, me refiero— que
reclaman los ciudadanos. Por eso, en educación también vamos a esforzarnos.
Mañana, pretendo, entre otras cosas, pedirle al presidente del Gobierno en la Conferencia de
Presidentes que desechen las hipótesis y los planes para que se retome el curso en junio o en
julio. Porque hay quien está planteando, desde el Gobierno de España, también el mes de julio.
A lo mejor les llama la atención, porque, evidentemente, una mala expresión mía hizo que
mucha gente se me ofendiera, con razón, porque se pudo interpretar que yo había hablado de
que los maestros, los docentes —ya saben que me gusta hablar claro—, lo que querían eran
vacaciones.
Ya pedí disculpas a las pocas horas, aunque, evidentemente, ese vídeo no lo han dado
ustedes, y las vuelvo a pedir. No solo porque tengo familia, y me hubiera gustado, incluso a mí,
en vez de dedicarme a la política, haber sido docente. No, no solo por eso, sino porque, además,
en realidad no estaba pensando en eso. Una mala faena.
Al contrario, estaba pensando en lo que pasó, en que cientos de miles de madrileños y de
ciudadanos de toda España, como luego han dicho presidentes a los que también aprecio, como
el de Murcia, hicieron. No me refiero al señor Aznar en el chalet de Marbella, que tiene todo el
derecho del mundo, como el resto.
Lo que digo es que sí, que lo que fue un clamor a los dos días, y es este concepto en el que la
gente, al no saber que iba a haber confinamiento, podía tener una idea equivocada, se supo en
cuanto tuvimos confinamiento.
Por eso, además, ese día fue un día duro para el presidente de
Castilla-La Mancha, porque estábamos, por un lado, obligados a cumplir con lo que nos
ordenaba el Ministerio de Sanidad, y por otro, viendo cómo había quien, por libre, tomaba la
decisión, sin autorización del consejero de Sanidad, es más, con el expreso rechazo del
consejero de Sanidad, y también de la consejera de Educación, y teniendo que dar más ejemplo
que nadie, hizo exactamente lo contrario.
Dirán: este señor es poco político.
Si los políticos tienden a quedar bien con todo el mundo. No
les arriendo a ustedes la ganancia si se ven en ese momento, no se lo deseo, sabiendo lo
poquito que sabíamos ya a estas alturas, en ese momento, por dónde venían las previsiones,
que se generara el estado de ansiedad que encontramos en tres horas en los colegios, en los
padres, con razón.
Yo entiendo que los padres y las madres estuvieran asustados, y que se hicieran
manifestaciones en los colegios en cuestión de minutos. Claro, si lo hacen unos, ¿por qué no lo
hacen otros? Eso lo puedo entender.
Es más, terminamos todos acatando esa decisión, que solo tenía un sentido estricto si se iba a
confinar a la población. De lo contrario, como comprenderán, hubiéramos encontrado el
resultado distinto.
Lo siento, pero lo cierto y verdad es que, en educación, vamos a plantear que se rechace la
idea de considerar a los docentes como si fueran solo cuidadores en guardería de los chavales.
No puede ser. Primero, porque han estado durante este tiempo trabajando de forma online.
Hemos roto una cierta brecha digital que teníamos con 9.000 estudiantes. Hemos tenido que
comprar 4.000 mecanismos móviles, IPads, hemos tenido que poner mecanismos, para que…
Hay quien decía que ya los tenía puestos en la región. Curioso, porque hemos tenido que
poner nosotros miles de mecanismos de conexión, para que le llegara a mucha gente la señal.
Lo cierto es que los docentes han estado todo este tiempo, unos, seguramente, con más
posibilidades, otros menos; unos con más afición, otros con menos, porque no todos conocemos,
yo lo haría bastante regular, porque soy bastante torpe trabajando con los alumnos.
Yo he visto a mis propios hijos, sin ir más lejos, obviamente hasta haciendo pruebas. Es un
mecanismo extraño. No es el que queremos para el futuro. Sí aumentar la digitalización, y sí
establecer una cierta variabilidad en online.
Hace mucho tiempo, cuando dije que íbamos a comprar tablets y tal, dije que una parte
siempre de las enseñanzas que hoy tiene la gente por Internet, se harían en su momento, y por
eso prometimos y comprometimos tablets para los chavales, si no me equivoco, antes del 2025,
que estuviera todo el sistema digitalizado. Tienen que estar también las antenas y demás.
Pero eso solo vale para una parte. Nunca podremos renunciar a la enseñanza presencial.
Es
más, a la presencial y al contacto entre los chavales, a que jueguen, a que haya recreo, a que
haya experiencias colectivas.
Por tanto, no nos engañemos, nosotros no vamos a apostar por eso, y miren que hay algunas
universidades que han hecho una cantidad de propaganda por enseñanza online —privadas, me
refiero, en España— estos días, que también, pero no es el modelo por el que apostaremos,
como no apostamos en su día por otra cosa que por contratar a maestros, docentes.
Hay gente que me puede reprochar lo que quiera, pero, desde luego, lo que no podrán decir es
que este Gobierno se quedó corto recuperando el sistema educativo, evitando cierre de colegios
rurales, manteniendo y doblando los sistemas de transporte, por supuesto, bajando las ratios y
aumentando mucho el personal, su formación.
En definitiva, ese es el camino que hay que seguir, y muy claramente vamos a plantear al
Gobierno, y, además, ya les digo yo, mi compromiso es que no se retome el curso, sino que se
dé por finalizado con las pruebas que ya están instrumentalizadas, y que el martes el Gobierno
dará visto bueno definitivo, el Gobierno de Castilla-La Mancha.
No con el ánimo de entrar en una pelea, que a algunos les gusta mucho en España, de: “a
algunos partidos les gusta aprobar hasta a los más incapaces, y a otros no, otros exigen el
esfuerzo”.
Por favor, confíen en los docentes para unas cosas y para otras. Quien más tiene que
adaptar las pruebas, y quien lo está haciendo y quien lo debe hacer, no es ningún ministro ni
ningún consejero, ni ninguna consejera en este caso, tienen que ser los propios docentes,
obviamente, siguiendo unos ciertos criterios.
No es que se vayan a regalar las notas, ni aquí nadie apuesta por el aprobado general.
Pero
yo creo que hay que ser sensibles y conscientes de que, si todos los sectores de la sociedad
están recibiendo ayuda, descuento o subsidio, no solo los docentes que han estado trabajando,
sino también los alumnos, hay que pensar en ellos de una manera...
Han estado trabajando en
unas condiciones inimaginables.
¿Eso tiene que llevar a que todo el campo es orégano? No, hombre. No, por supuesto que no.
Nadie está diciendo eso. Estamos diciendo que no agravemos el COVID, y que, sobre todo, no
hagamos una batalla ideológica con este problema, porque, sinceramente, no se corresponde.
Lo cierto es que tanto en esta área como en la de cultura, la consejería ha estado trabajando.
Se lo agradezco mucho al equipo, fundamentalmente femenino, que tenemos en la
Viceconsejería de Cultura, porque tanto el programa que se va a plantear para biblioteca,
también digital, y para el apoyo cerrado a la industria cultural de nuestra tierra, yo creo que va a
rendir sus frutos. Es una de las cosas que, probablemente, también habría que plantear para el
conjunto del país.
Entro en la última fase —perdónenme, se lo he dicho al principio, que me extienda, pero es
inevitable—, que tiene que ver con la reconstrucción y con la esperanza. Hoy tengo mucha más
que ayer mismo, por el acuerdo con los empresarios y con los sindicatos. Sí, así empecé hace cinco años, firmando un acuerdo tremendo, que ha servido de guía, muy bien gestionado por
todos los interlocutores sociales, y me parece un buen síntoma que empezamos aquella
recuperación de esta manera y esta otra, a lo mejor es más dura todavía, la estamos empezando
de la mano del diálogo, y me gustaría que ese acuerdo lo fuera con todos.
Que lo fuera,
sinceramente, con los partidos políticos, con los demás interlocutores sociales.
Pero lo cierto y verdad es que este ya garantiza un planteamiento importante, que afecta a la
paz social. No sé si habrá paz política, pero a la paz social me importa mucho que le afecte, y
más cuando vienen tan difíciles, vienen muchas curvas en la economía, y mucha cuesta, lo
sabemos todos.
Por eso, señorías, quiero que, en este caso, podamos seguir intentando que
haya un planteamiento de acuerdo en las cosas que me parecen estructurales, y que tienen que
ver con la recuperación, no solo del sistema económico, también de nuestro sistema de
Tesorería.
La comunidad autónoma, yo ya me la encontré con el doble de deuda que se la encontraron
los de antes.
Lo hemos hablado muchas veces, ¿verdad? Pero, claro, es absolutamente
incalculable el problema económico que vamos a tener. O sea, lo difícil es incluso que es
incalculable. Todavía hoy no se sabe. Se sabrá cuando acabemos, y cuando hayamos
empezado a sacar muchas conclusiones, también, lógicamente, financieras.
Por eso voy a plantear también, y se lo anuncio, que haya una conferencia especial, en este
caso presencial, si es posible, en cuanto lo permita la realidad, con el presidente del Gobierno,
para abordar, exclusiva pero meticulosamente, y estudiadamente de antemano, no para charlar,
no para dialogar solamente, que eso es útil y está bien, sino para estudiar propuestas concretas
que afecten a la financiación con las comunidades autónomas.
Esto, que estuvo años sin arreglar por Rajoy, y que tampoco se ha abordado en estos, que yo
veía difícil, además, con las presiones de los independentistas y el problema que algunos
plantean desde Cataluña. Esto, sin embargo, al menos se tiene que empezar a abordar en lo que
toca a la sanidad y en lo que toca a la dependencia.
Acumulamos deuda de dependencia, muchos millones, lo saben ustedes.
Esto le puede
afectar incluso al vicepresidente Iglesias. Vamos, incluso no, seguro que le tiene que afectar, y
espero soluciones. Esperamos soluciones. Esta conferencia especial que pedimos tiene que
poner en orden qué va a pasar con toda la financiación que espero que terminemos
consiguiendo de Europa.
Si Europa pone, aunque sea en forma de préstamo, no es lo que más nos guste, y al consejero
de Hacienda menos, pero lo peor de esto no sería que llegue más o menos, sino que, encima, no
nos llegue a las autonomías, cuando somos los que realmente, junto con las prestaciones que
está haciendo el Estado vía Seguridad Social, tenemos que responder.
Esto es clave, y exigiremos, además, que este plan de desescalada establezca precisiones
muy concretas para garantizar la liquidez al sistema empresarial, la liquidez no solo en
adelantos, sino la liquidez real de Tesorería de las comunidades autónomas.
Que se establezca,
lógicamente, el abanico de ayudas razonable que hay que tener desde el Estado, con los
distintos tejidos empresariales que se ven más afectados.
Por supuesto, vamos a plantear, dentro de la estrategia pactada con sindicatos y empresarios,
y que queremos pactar con todos ustedes también, retomar la estrategia de exportación, e
incluso de captación de empresas.
Medidas muy concretas para la hostelería y para el comercio,
y, de una manera muy especial, para el turismo. El turismo, como todo lo que tiene que ver con
la movilidad, se va a afectar mucho. De 1.200-1.300 millones de turistas, muchos de ellos,
cientos de millones, chinos, que eran los que garantizaban que España tuviera 80 millones de
turistas el año pasado, como comprenderán, si hay algo que ahora mismo está amenazado es
ese miedo a viajar, ya no digamos a dónde.
Donde sería muy importante que sepamos que hay que hablar bien de nosotros mismos, y de
la región, y de España, porque todos los que se dediquen a hablar mal, hagan una pandemia
añadida del país, lo que van a intentar decirles a todos los visitantes es que no vengan. Eso yo
me lo encontré aquí, hace unos años, cuando se decía que Castilla-La Mancha era Grecia, en
términos financieros, como para ir a buscar empresas, como para convencer a empresas de que
invirtieran en Castilla-La Mancha. Les aseguro que es muy importante una cierta moral positiva.
Lo digo para el país. Obviamente, de una manera especial para nosotros.
Vamos a propiciar un sistema de economía entre nosotros, todo lo que podamos invertir desde
la Junta, y que revierta, de una manera concreta, aunque a veces puede ser simbólico, a
sectores nuestros, desde el turismo social, desde el uso para restaurantes, hoteles nuestros,
todo eso lo vamos a plantear desde una mentalidad de economía hacia adentro, como hemos
hecho con la gestión sanitaria, atendiendo hacia adentro en nuestros hospitales, sin tener que
necesitar o improvisar ninguna medida, que, por lo demás, estaban previstas y adoptadas.
Por tanto, sí, medidas que tienen que afectar, y que esperemos salgan bien, por ejemplo, para
la agricultura y la ganadería. Hay algunos sectores, en concreto, muy afectados, con los que
estamos manteniendo negociaciones, como el de la leche, y algunos sectores de ganadería que,
como saben, están especialmente hundidos en este momento.
Lo cierto es que nos afecta y nos preocupa la salida del tema del vino, como saben, y, sobre
todo, que pueda funcionarse adecuadamente. Por eso fuimos los primeros en pedir, y ahora
vamos a pedir la prórroga, también se lo anuncio, hasta octubre, de la movilidad de los
temporeros. Nos importa.
Es una medida puntual pero trascendente para que no nos falte mano
de obra, dentro de que ya la está faltando, por las situaciones de epidemia.
Además, una estrategia concreta con el sector de la industria agroalimentaria, que redondee la
decisión más importante que esperamos conocer de la Unión Europea, que es la prórroga de la
PAC para los años ‘21 y ‘22.
Saben que estamos en pleno proceso de PAC, que había una
amenaza muy rotunda de bajada, que se mantengan los mismos criterios y fondos de prórroga
para el ‘21 y para el ‘22, y que, entre tanto, vayamos a negociar en un escenario presupuestario
mayor, es, de entrada, mejor escenario que el que había.
El Gobierno lo tiene muy avanzado. Se lo agradezco muchísimo a la vicepresidenta y al
ministro de Agricultura, porque nos han mantenido al tanto, y creo que podemos, en un momento
determinado, conseguir un buen acuerdo.
Ya saben que no tengo ningún tipo de subvención en
la PAC, ni tengo un metro cuadrado, pero esto, estoy convencido de que, a lo mejor, es más
celebrado por algunos miembros de la Cámara.
Es muy importante que sigamos con una estrategia de captación de las empresas.
Han venido
muchas inversiones desde el extranjero. De hecho, hemos sido la comunidad autónoma que más
inversión ha conseguido por habitante y por presupuesto. Hay que intentar, por todos los medios,
agilizar la instalación de empresas, la ampliación de negocio y la instalación de ellos.
Por eso también les anuncio, y espero poder tener su consenso tanto del Partido Popular
como de Ciudadanos, dos leyes, en concreto, de trámite exprés tanto para los procedimientos
económicos y de empresas como para los procedimientos urbanísticos. Son de temas delicados.
Se dice pronto lo de quitar trámites, pero, por ejemplo, cuando se dice suprimir trámites en el
ámbito urbanístico, ya aparecen muchas dudas de todo tipo, y ya no digamos si se relacionan
con la honestidad.
Por favor, les pediría que estas leyes que tenemos ya en proceso de elaboración muy
avanzada, y que han sido objeto, además, de conversación y de pacto con los empresarios
fundamentalmente, sean aprobadas por unanimidad. Sería un gesto muy claro de que vamos a
meterle la directa a todos los trámites que podamos, que, obviamente, están condicionados por
algunos del Estado y por Normativa básica, pero en todos los que podamos, y algunas
autoexigencias que nos hemos planteado.
Por ejemplo, saben que suele haber siempre mucho atasco con los impactos ambientales. Ya
estos días empieza el equipo E —de ecología, no crean que es otra cosa— para la
sostenibilidad, que nos lleva a contratar 34 ingenieros para acelerar todos los trámites en materia
de impacto ambiental, y que permitan acelerar muchos de los trámites que ya estaban en
marcha, y que, sobre todo, van a ser determinantes para la reconstrucción económica.
Voy acabando, diciéndoles que, siendo importante la recuperación económica, es esencial que
España salga bien del debate sobre el colchón, la renta, la renta básica, la política social. Esta
crisis no puede ser a costa de los que menos tienen. Esta crisis, sí que no va a permitir la gente,
y, desde luego, quien les habla menos, que sirva de excusa para cargarse servicios públicos que
nunca han gustado.
No, de esta crisis tiene que salir fortalecida la sanidad pública, la educación, la educación
pública, muchos otros servicios que son claves, servicios que, además, nosotros queremos
gestionar desde la eficacia. Una de las medidas que les he planteado, como es la ley para la reserva estratégica mínima y básica de material para la sanidad en Castilla-La Mancha, va a ir
acompañada en ese proceso legal de la creación de una empresa dentro del SESCAM, que se
dedique, no solo a comprar el material con carácter estable, con carácter fluido, sino a propiciar
que se fabrique aquí.
Estamos, además, haciendo gestiones que —sueño con ellas— ojalá dieran buen curso a un
importante anuncio de iniciativa con el Gobierno de España, en relación con esta materia. Ojalá.
Pero, en todo caso, salga o no adelante la iniciativa que estamos gestionando —y que puede ser
muy importante, sobre todo para alguna zona muy en concreto—, queremos que el material se
haga aquí.
España está perfectamente preparada para hacer este material.
Obviamente se hace en
China, como todo el mundo sabe, porque lo hacen siempre más barato y en una escala que no
tienen, ni Alemania ni Francia, aunque ahora ya todos la vamos a tener, en España también.
En Castilla-La Mancha lo queremos hacer, en correspondencia con la cantidad de gente,
además, que lo ha hecho, cambiando su modo de trabajo en la industria del calzado, en la
industria textil, para hacer mascarillas, hacer batas, cooperativas, mujeres, que tenemos casos
enormes de cooperativas, normalmente de mujeres, que, además, encima han regalado el
material.
Estamos, en ese sentido, créanme, muy agradecidos.
Por eso, creo que es esencial que tengamos muy claro, y les convocaré a este gran acuerdo,
para doblar el esfuerzo en materia de empleo, de políticas activas de empleo. Sé que a algunos
nunca les han gustado.
Luego, a la hora de la verdad, los ayuntamientos de un color o de otro
han terminado entrando en los pactos por el empleo que promovía el Gobierno, pero van a ser
más necesarios que nunca, incluso vinculados a algunas iniciativas distintas, porque habrá que
adaptarlas con el sector privado.
Por supuesto, vamos a reiniciar, en cuanto acabe el estado de alarma —y espero que a
marchas aceleradas—, el itinerario para toda la gente que está en espera en la dependencia,
porque hay que facilitar enseguida retomar las plazas tanto en residencias como la ayuda a
domicilio, como la teleasistencia, como todas las medidas que, de una manera o de otra, son
determinantes.
En definitiva, señorías, creo que la salida tiene que ser económica y tiene que ser social, y
tiene que mantener la unidad que los españoles han demostrado ante la crisis, y que nos va a
exigir que mantengamos ante la crisis y que estemos a la altura.
Esa experiencia, créanme, es, a
lo mejor, una de las cosas que, en positivo, pueden salir de todo drama. Es así, que todos
seamos como somos, que cada uno, desde su responsabilidad, independientemente de
veleidades políticas, la vida vale mucho más que todos los partidos juntos, sin duda de ningún
tipo, ni los que hay, ni los que puedan venir.
Esto, créanme, esta experiencia nos tiene que llevar a los dirigentes políticos, no solo a estar
orgullosos de la sociedad que tenemos, a la que gobernamos, sino a buscar que ellos estén más
orgullosos que nunca de los políticos, de los dirigentes públicos.
Créanme que es muy
importante.
Seguramente en el pasado se han dado muchas muestras que tienen que ver con la falta de
transparencia en los bolsillos, con declaraciones ambiguas, con formas de mentir
permanentemente, diciendo unas cosas y haciendo las contrarias. No lo sé, y no sé si algunos
tienen capacidad para cambiar.
Lo que sí sé es que sería una muy buena reflexión que la clase
política nos pongamos a la altura de la ciudadanía, buscando la retribución a ese orgullo
colectivo que ha salido desde dentro, y dejándonos la piel para la recuperación.
Afortunadamente, si la sociedad quiere gobernantes y quiere políticos expertos en
recuperación, que sepan lo que es, no destrozar, no destruir, no demoler, sino reconstruir, yo
creo que en esta región hay mucha gente preparada.
Al menos el tiempo que me toque, ese será
mi objetivo, el de recuperar esta región, que ya se levantó después de una pandemia enorme,
recuperarla y, en este caso, de una manera muy evidente, refortaleciendo los lazos con toda
España, más españoles que nunca.
Muchísimas gracias.
(Aplausos).
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