Sánchez: La unidad ahora es más importante que nunca y hemos de mantener a raya el virus de la división y la provocación
El Gobierno pedirá una última prórroga del estado de alarma y, a partir del 8 de junio, la autoridad para la desescalada en cada territorio la tendrán los presidentes autonómicos.
“Es lógico que sintamos todos un intenso alivio al comprobar este logro colectivo. Pero no podemos relajarnos, debemos mantener la prudencia, hemos de seguir las normas. El virus sigue acechando. Es una amenaza gravísima”. El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha asegurado este domingo desde La Moncloa que “casi hemos logrado lo que nos propusimos” al inicio de la crisis de la pandemia, pero pide “prudencia y pido respeto a las reglas sanitarias para evitar una recaída que es un riesgo real en todo el mundo”. En esta última fase de la desescalada es más “fundamental” si cabe la “responsabilidad individual”.
Para Sánchez “en la etapa que se abre, la unidad es más importante que nunca. Hemos de mantener a raya el virus de la división y la provocación. A todos, ahora, les pido concordia y comprensión”. El presidente del Gobierno ha añadido: “A todos les pido que usen precisamente esa bandera de España como una bandera de paz y de futuro, nunca de división y de provocación”.
Si ahora España levanta la cabeza tras meses muy duros ha sido “gracias a un instrumento constitucional y esencial que permitía limitar la movilidad y así contener la expansión del virus: el estado de alarma”. Y hoy, en la duodécima reunión con los presidentes autonómicos, en la que se ha estudiado el estado de las fases en cada comunidad autónoma y la situación de la última propuesta de fondos para la reconstrucción de la Unión Europea, Sánchez ha anunciado “volvemos a necesitar una última y definitiva prórroga de 15 días del estado de alarma”.
“Será un Estado de Alarma más liviano, pero lo necesitamos para culminar el trabajo que hemos hecho entre todos”, ha explicado el Presidente, y a partir del día 8 de junio, “momento en que más de la mitad de España debería estar en fase 3, la autoridad para la desescalada en cada territorio será el presidente o la presidenta de cada Comunidad Autónoma”. Serán los presidentes autonómicos “quienes decidirán cómo gestionar los ritmos y modalidades de la vuelta a la nueva normalidad en sus respectivos territorios, incluyendo el paso de fase y su duración”. “Pasamos de la cogobernanza a la gobernanza plena por las CCAA”, ha valorado Sánchez.
En este momento de la desescalada, el presidente del Gobierno ha querido realizar “un elogio público de dos personas que encarnan las mejores cualidades de nuestro gran país”: Fernando Simón, Director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, y a Salvador Illa, ministro de Sanidad. “Nunca se han dejado arrastrar por la provocación. Ni una sola vez”. “Cuando nos hemos sobrepuesto a la peor crisis mundial en un siglo vale la pena que no nos dejemos distraer por el griterío y la provocación y que centremos nuestra atención en figuras como el doctor Simón y Salvador Illa. Nos hacen simplemente mejores como sociedad” y el país “necesitará muchos comportamientos como los suyos y muchos ejemplos como los de los sanitarios para acometer la Reconstrucción económica y social que tenemos por delante”.
El presidente del Gobierno se ha referido precisamente al Ingreso Mínimo Vital, aprobado el viernes, como una medida para “erradicar la pobreza”. “Sólo en España, el porcentaje de hogares por debajo del 30% de la renta media, roza el 7%, una situación que afecta a más de dos millones de niños y niñas, es decir, a nuestros hijos e hijas y la que es la próxima generación de nuestro país. Debemos protegerles y ayudarles a avanzar. No vamos a permitir más infancias rotas, más generaciones sin futuro o más familias sin esperanzas”. “Desde este viernes España ha ganado en justicia social, pero sobre todo ha ganado en decencia”, ha zanjado.
APOYO AL SECTOR TURÍSTICO Y DE LA AUTOMOCIÓN
Sánchez ha explicado que el Gobierno “está consagrado a la preparación de un Plan de recuperación e inversión de una magnitud sin precedentes, nuestra versión nacional del Plan Marshall Europeo; lo presentaremos a Europa y servirá de catalizador de la actividad empresarial”. Y ha hecho hincapié en que “los sectores del turismo y la automoción han sido golpeadas fuertemente por la pandemia y su reconstrucción tendrá otro rasgo común: la transformación hacia un modelo sostenible que permita la creación de empleo de calidad”.
APUESTA POR LA SANIDAD PÚBLICA Y LA CIENCIA
El jefe del Ejecutivo también ha apostado por un sistema sanitario potente: “Nunca más podemos permitir que se debilite nuestro sistema nacional de salud, es nuestra trinchera más segura. La segunda gran lección es que nunca más debemos relegar a la investigación y la ciencia. La ciencia es empuje y es progreso. Nuestros investigadores son un orgullo para toda España”.
COMPARECENCIA PEDRO SÁNCHEZ
Buenas tardes a todos y a todas. En las primeras comparecencias de esta crisis del COVID, dije que el primer logro en la batalla contra el COVID19 llegaría cuando superáramos el pico de propagación de la enfermedad y doblegáramos la curva.
Lo hemos conseguido entre todos. También dije que el segundo logro llegaría cuando el saldo de altas médicas fuese superior al de nuevos infectados. Y también, los datos atestiguan que hemos logrado con creces entre todos ese objetivo. Y que el tercer logro tendría lugar cuando el número de contagios cayese en picado.
Ahí está también, los datos de las autoridades sanitarias nos indican que efectivamente esa curva está bajando y de manera muy intensa y en consecuencia, que hemos logrado ese resultado entre todos, con el esfuerzo de todos. Nuestro reconocimiento a los profesionales sanitarios, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, al ejército, a todos los compatriotas siempre será poco.
No hay palabras suficientes para describir lo que sentimos, lo que nos llevamos de este tiempo. Es en consecuencia lógico que sintamos, como estamos viendo en las calles de nuestro país, un intenso alivio al comprobar este logro colectivo que hemos alcanzado.
Pero al igual que reconocemos este esfuerzo, los logros y los resultados tan extraordinarios que estamos disfrutando a lo largo de estas últimas semanas en términos de contagios y de evolución de la pandemia, me gustaría subrayar algo muy importante, y es que no podemos relajarnos. Que debemos mantener la prudencia.
Que hemos de seguir las normas que nos dictan las autoridades sanitarias. Que el virus sigue acechando. Que es una amenaza gravísima. Y que en consecuencia hay que apelar a la responsabilidad individual además del conjunto de instituciones públicas.
La responsabilidad individual en este momento de desescalada, de fase final de esta emergencia sanitaria, es prioritaria. Es fundamental si queremos defender lo colectivo, la salud pública del conjunto de la ciudadanía.
Basta además con mirar alrededor para comprobar la mortandad que sigue provocando en países incluso tan poderosos como la primera potencia del mundo EEUU, donde desgraciadamente la COVID se ha cobrado la vida de más de 100 mil personas.
Sólo en el Estado de Nueva York hay más víctimas mortales que en todo nuestro país. Por tanto, no podemos olvidar tan pronto el sacrificio de todos durante el confinamiento, la abnegación de nuestros profesionales sanitarios, las miles de vidas que desgraciadamente el COVID19 se ha llevado a lo largo de estas semanas tan intensas y tan duras.
En consecuencia, pido prudencia, prudencia y pido también respeto a las reglas sanitarias para evitar cualquier tipo de recaída por mínima que sea porque es un riesgo real no solamente para nuestro país, sino para el conjunto del planeta, como hemos visto a lo largo de estos últimos meses.
Pero lo cierto es que casi hemos logrado lo que nos propusimos. Y lo hemos conseguido siguiendo el plan que trazamos con el consejo de los expertos y gracias también a un instrumento constitucional que se ha declarado como esencial para permitir la limitación de la movilidad y en consecuencia, contener la expansión del virus. Me estoy refiriendo al estado de alarma que viene reconocido y recogido en el artículo 116 de la Constitución Española.
Es verdad que empezó siendo un estado de alarma con restricciones muy severas; luego fuimos suavizándolo e introduciendo alivios, que ahora mismo están empezando a notarse en muchos sectores económicos y también, en el día a día en los espacios públicos, en el uso por parte de la ciudadanía de los espacios públicos.
Ahora, estamos a punto de llegar a puerto. Estamos a punto de llegar a buen puerto. Y necesitamos recorrer el trecho más sencillo y a la vez, el más decisivo que es acabar con la desescalada.
En definitiva, acabar con esta emergencia sanitaria tal y como la hemos sufrido a lo largo de estas largas semanas de estado de alarma.
Hoy, tras la duodécima conferencia de presidentes y presidentas autonómicos, en la que hemos analizado múltiples cuestiones - las últimas órdenes que se aprobaron por parte de las autoridades sanitarias, así como el estatus de las fases de cada una de las CCAA y también, la situación de la última propuesta de los fondos de reconstrucción anunciados por la Comisión Europea- he comunicado, como decía en esta duodécima conferencia de presidentes, he comunicado al conjunto de presidentes y presidentas autonómicas que volvemos a necesitar una última y definitiva prórroga de 15 días del estado de alarma.
Una última y definitiva prórroga de 15 días del estado de alarma. Será un estado de alarma muy distinto, mucho más liviano, pero lo necesitamos para culminar el trabajo que hemos hecho entre todos. Es muchísimo lo que hemos avanzado. Tanto que este último estado de alarma tendrá una novedad sustancial que me gustaría compartir con todos ustedes, y es que: la máxima responsabilidad en la gestión de la desescalada se traslada definitivamente a las propias Comunidades Autónomas que estén en la Fase 3.
Esta misma mañana he compartido esta propuesta con las presidentas y presidentes autonómicos de las Comunidades Autónomas. A partir del día 8 de junio, momento en el que más de la mitad de nuestro país debería estar en fase 3, la autoridad para la desescalada en cada territorio será el presidente o presidenta de esa Comunidad Autónoma.
Serán, por lo tanto, los presidentes autonómicos quienes decidirán cómo gestionar los ritmos, las modalidades de la vuelta a la nueva normalidad en sus respectivos territorios, incluyendo el paso de fase y su duración. En consecuencia, lo que estamos haciendo es pasar de la cogobernanza que hemos tenido durante estas últimas semanas a la gobernanza plena por parte de las Comunidades Autónomas, que no olvidemos nunca son las que ostentan la competencia en materia de sanidad.
Naturalmente, igual que contamos con la colaboración de las Comunidades Autónomas hasta ahora, a las que agradezco de corazón el trabajo realizado, ahora van a ser las Comunidades Autónomas quienes podrán contar con el respaldo del Gobierno de España, con el respaldo en este caso del Ministerio de Sanidad, que mantendrá funciones de cooperación e información general; y también con el asesoramiento de sus especialistas, en particular del Centro de Coordinación Emergencias sanitarias que dirige brillantemente el Dr. Simón.
Pero la capacidad de decisión, esto es lo que me parece relevante para trasladarles a ustedes de esta última fase de la desescalada, le corresponderá a cada Comunidad Autónoma, a cada presidente o presidenta de Comunidad Autónoma. Es decir, en manos del Gobierno, lo único que quedará será la regulación de la movilidad.
Cuando estamos a punto de conseguirlo, cuando se disponen a pasar el testigo a las Comunidades Autónomas, permítanme que haga un elogio público a dos personas que encarnan las mejores cualidades de nuestro gran país. El primero es un aragonés, el segundo es un catalán. El primero es un funcionario, un servidor público, a quien ni siquiera conocía antes de esta terrible crisis y que fue elegido y designado por otro Gobierno, por otra administración. He podido tratar al Dr. Simón en las horas más extremas, en los momentos más oscuros.
Y siempre le he visto igual, como le han visto a diario el conjunto de españoles y españolas: entregado a su trabajo y entregado al bien común. Pensando en el país más que en sí mismo, hasta cuando estuvo infectado por el mismo virus que combatía. Le he visto enlazar días y noches, trabajar hasta la extenuación, soportar estoicamente el desdén de los más ignorantes, las críticas más descabelladas; como todos los españoles le he visto explicarse una y otra vez, responder a todo tipo de dudas y preguntas.
Reconocer con modestia, como se tiene que hacer, los límites del conocimiento científico del que disponemos. Admitir con humildad nuestra indefensión en momentos duros. Nunca, nunca se ha dejado arrastrar por la provocación. Ni una sola vez.
El segundo elogio se refiere a un político. A un político que conocía ya antes de este trance, pero a quien he vuelto a descubrir nuevas y enormes cualidades en estos días tan límite que hemos vivido el conjunto de la sociedad española. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, nunca ha fallado ni ha desfallecido.
Si cada uno en la soledad de su casa ha sentido momentos de desaliento, de zozobra, pueden imaginarse lo que habrá pasado por el ánimo del máximo responsable de nuestra Sanidad. Pero siempre se ha mantenido, y eso es lo que me gustaría subrayar, sereno y firme. Siempre ha dialogado y cooperado; nunca ha escurrido el bulto ni ha culpado a nadie. Ha soportado las peores descalificaciones, los insultos más mezquinos. Y jamás, ha perdido la compostura ni se ha permitido una sola mala palabra. Jamás ha caído en la provocación. Ni una sola vez.
Cuando nos hemos sobrepuesto a la peor crisis mundial en un siglo vale la pena que no nos dejemos distraer por el griterío, tampoco por la provocación y que centremos toda nuestra atención y toda nuestra referencia en figuras como el doctor Simón, un servidor público y como el ministro de Sanidad, Salvador Illa.
Nos hacen simplemente mejores como sociedad. Y necesitaremos muchos comportamientos como los suyos, igual que necesitaremos muchos ejemplos como los de los profesionales sanitarios para acometer la Reconstrucción, la recuperación económica y social que tenemos por delante. Las previsiones económicas coinciden.
Coincide que nuestro país, nuestra economía al igual que la de la zona euro, la de la Unión Europea vivirá una recuperación en V. Pero los tramos no serán simétricos. La caída que sufriremos este año será brusca y superará al 9% de nuestro Producto Interior Bruto, como hemos hecho ya llegar a Bruselas.
La recuperación será más prolongada y durará los dos próximos años. Se iniciará desde el último trimestre de este año, de forma que al final de esta legislatura estaremos en una posición mejor que antes del impacto de la pandemia. En todo caso, mientras llega ese momento de la recuperación económica que queremos y trabajamos todas las instituciones para que así sea cuanto antes mejor.
Mientras llega esa recuperación, como decía antes, tenemos que socorrer en primer término a miles y miles de familias que ya antes incluso de esta pandemia soportaban situaciones de pobreza extrema. La tasa de pobreza en nuestro país es la mayor de los países de nuestro entorno y duplica la media de la Unión Europea.
El gobierno tenía ya, como saben ustedes, entre sus planes la erradicación de la pobreza y el descalabro que ha originado la crisis del COVID19 nos ha llevado a acelerar esta medida. Y por eso, el pasado viernes, aprobamos en un Consejo de Ministros extraordinario el Ingreso Mínimo Vital. Empezará a aplicarse desde el mes de junio que empieza mañana y puede amparar a 4 de cada 5 personas en situación de pobreza extrema.
Esto supone, más o menos, 850.000 hogares y más de dos millones de personas se puedan ver beneficiados por ello. Este Gobierno tiene el compromiso de erradicar la pobreza que conlleva como principal prioridad erradicar la pobreza infantil, y dar cumplimiento, en consecuencia, a las recomendaciones que, cada año y desde 2014, hace el Consejo de Europa a España.
También, como saben, este es un Gobierno comprometido con la Agenda 2030, con los objetivos de desarrollo sostenible, que recoge en su primer objetivo poner fin a la pobreza en todas sus formas. Para que se hagan una idea, la tasa de pobreza en nuestro país es la mayor de todos los países de nuestro entorno, como decía antes, duplicando la media de la Unión Europea y triplicando a países como Alemania.
Sólo en España, el porcentaje de hogares por debajo del 30% de la renta mediana, roza el 7%, una situación que afecta a más de dos millones de niños y niñas en nuestro país, es decir, a nuestros hijos, nuestras hijas y la que es la próxima generación de nuestro país. Debemos protegerles, debemos ayudarles a avanzar. No vamos a permitir más infancias rotas, más generaciones sin futuro o más familias sin esperanzas.
Nuestros hijos, nuestras hijas, nazcan donde nazcan, vivan donde vivan, deben tener las mismas oportunidades y los mismos derechos sin riesgo alguno de exclusión. Se trata, simplemente, de hacer lo que es justo, de garantizar una vida digna y saludable a aquellos que, hasta en los peores momentos, como la actual emergencia sanitaria, nos devuelven una sonrisa para llenarnos de optimismo.
Ni el Gobierno, ni tampoco la sociedad española van a mirar para otro lado mientras nuestros compatriotas forman colas para comer, sobre todo para dar de comer a nuestros niños y nuestras niñas. Desde este viernes, y como consecuencia de la aprobación de este Ingreso Mínimo Vital nuestro país ha ganado en justicia social, pero sobre todo y esto es lo que me gustaría compartir con ustedes, ha ganado en decencia.
Socorrer a los más vulnerables será una prioridad, lo está siendo ya, en la Reconstrucción Económica y Social, pero en paralelo debe discurrir la reconstrucción y la recuperación económica. Y las prioridades económicas estarán alineadas con aquellas que señala Europa. Desde el primer momento, ustedes lo han visto en la acción que ha desplegado el Gobierno de España a lo largo de estas últimas semanas, nuestro país ha ejercido un papel de liderazgo activo y propositivo.
Entre todos, hemos conseguido acercar acuerdos que son acuerdos sin precedentes en la historia de la Unión Europea. Por ejemplo la flexibilización de los criterios de déficit público establecidos por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, el Programa de Compra de deuda pública por parte del Banco Central Europeo valorado, en nada más y nada menos, que en 750.000 millones de euros, o por su puesto también la triple red aprobada de 540.000 millones de euros en el Consejo Europeo del pasado 23 de abril.
La posición española ha resultado también decisiva en otros dos procesos actualmente en marcha que me gustaría compartir con ustedes. En primer lugar incrementar el Marco Financiero Plurianual, es decir, los presupuestos de la Unión para los próximos siete años hasta 1,1 billón de euros, y crear un Fondo de Recuperación, que fue anunciado por la Comisión Europea ésta misma semana, para que la economía europea cuente con 750.000 millones de euros, del que nuestro país sería uno de los principales beneficiados.
Eso último supondrá para nuestro país, si llegan a buen puerto las negociaciones que estamos a punto de comenzar a nivel europeo, esto supondría para nuestro país más o menos 140 mil millones de euros de ayuda directa a los sectores más necesitados.
Sectores, como saben ustedes, como el turismo, el comercio, el transporte o también el sector de la automoción. Este no ha sido ni está siendo un proceso fácil, sin duda alguna no lo está siendo. Pero podemos sentirnos orgullosos al ver que nuestro país, España, ha defendido sus intereses legítimos defendiendo a la vez los intereses comunes del conjunto de la Unión Europa.
Hemos defendido siempre que Europa necesitaba para esta crisis un nuevo Plan Marshall. En el primero, el que se puso en marcha en año 1948 tras la IIª Guerra Mundial, fue Estados Unidos quien ayudó a la reconstrucción de Europa. Y 72 años después, Europa debe salvar a Europa. Si el Plan Marshall originó un crecimiento económico muy importante y que se consagró al relanzamiento de la industria en general; este nuevo Plan Marshall europeo se concentrará en la transformación medioambiental, en la transición digital y la creación de empleo, y de un empleo que tiene que ser necesariamente de calidad.
El Gobierno está consagrado a la preparación de un Plan de recuperación e inversión de una magnitud sin precedentes, lo he dicho antes, 140.000 millones de euros y nuestra versión nacional del Plan Marshall Europeo lo presentaremos a Europa y servirá para catalizar muchas de estas ayudas y en consecuencia para recuperar de la actividad y el tejido productivo dañado como consecuencia del parón y el cierre de los mismos.
Un sector clave para nuestra economía es, sin duda, el turismo. Y es el más afectado por las restricciones sociales que ha impuesto la propia pandemia. El turismo es uno de nuestros grandes pilares económicos y culturales además de creador de empleo y el relanzamiento del Turismo debe ser inmediato y debe proyectarse en una doble dimensión: en primer lugar la nacional y en segundo lugar la internacional.
Desde muy pronto, en pocos días, podremos disfrutar de las maravillas de nuestro propio país. Nos ofrecerán descanso, alegría, encuentro tras estos meses devastadores. Pero, además, somos un referente mundial en turismo, y los 80 millones de extranjeros que nos visitan anualmente son los mejores aliados para nuestra reactivación económica.
Esperamos a nuestros visitantes desde el inicio del mes de julio con los brazos abiertos y con nuestros hoteles y locales lo más seguros posibles. Van a volver a poder disfrutar de nuestro clima, de nuestra naturaleza, de nuestras playas, de nuestra cultura, de nuestra gastronomía. Y, además, van a disfrutar de algo muy importante en esta crisis que es de nuestra seguridad sanitaria y de nuestro compromiso con el medio ambiente.
Mientras el virus circule en el mundo, en España van a encontrar esos turistas distancia física, pero cercanía emocional. Otro sector especialmente afectado por la pandemia —y que contará con una atención específica y unos programas de estímulos— es el sector de la movilidad y el sector de la automoción. Este sector es un sector estratégico como saben ustedes también para el conjunto del país, en particular para determinados territorios a los cuales no quiero olvidar. Suponen un 10% de nuestra capacidad de riqueza anual, del PIB y también una importante cantidad de empleo directo en indirecto.
El gobierno está trabajando en un plan de reactivación de la movilidad, también del sector de la automoción, que incluirá acciones de apoyo al sector del automóvil a lo largo de toda la cadena de valor, al tiempo que también vamos a ayudar a realizar más rápidamente la transición hacia esos vehículos más limpios, más sostenibles, en esa transición ecológica en la que está comprometida nuestro país y sobre todo las generaciones más jóvenes.
Aprobaremos una Ley de Movilidad Sostenible que generará un marco regulatorio para la fabricación y la comercialización de este tipo de vehículos sostenible. En consecuencia, turismo y automoción han sido duramente golpeadas por la pandemia. Y su reconstrucción tendrá otro rasgo común: la transformación hacia un modelo sostenible que permita la creación de empleo de calidad.
Esta prioridad también implica cambios en la normativa laboral. Para ello, desde el diálogo social, vamos a trabajar para adaptar nuestra legislación al entorno actual, crear un Estatuto de los Trabajadores del siglo XXI adaptando, por ejemplo, la legislación de los ERTEs, tan importante en esta crisis, a la nueva normalidad y facilitando las habilidades en áreas de especial prioridad, como la transición ecológica, la digitalización, el sector sanitario o también algo muy importante como es la investigación científica.
Pero apoyando también nuestra economía en el saber hacer de nuestro sector agroalimentario que se ha comportado de una manera extraordinaria, sin precedentes en el mundo, y en el desarrollo de más y mejores infraestructuras. Como saben, durante estas semanas siempre nos hemos referido a ese término que es el de la “Nueva Normalidad”. Y añadimos siempre coletilla de que durará hasta que dispongamos de una vacuna.
Y precisamente en dirección a esa vacuna se orienta en estos momentos un volumen ingente de recursos y de talento en todo el mundo. España está participando en varios proyectos europeos conjuntos. En estos momentos, un total de diez equipos investigadores financiados por el Fondo COVID-19, que aprobó el Gobierno de España, se encuentran en la fase preclínica de proyectos que buscan la vacuna desde orientaciones diferentes.
Y además, nuestro país está presente en las iniciativas globales promovidas por la Comisión Europea, como la Conferencia de Donantes para COVID-19 en la que España se comprometió a aportar 125 millones de euros para apoyar el desarrollo de vacunas y facilitar que sean accesibles a nivel mundial. Pero además de fondos, España aporta talento. Esto es algo que me gustaría subrayar ante ustedes.
Hay equipos españoles trabajando en el desarrollo de prototipos; cada uno de ellos con una aproximación diferente, pero manteniendo una coordinación entre sí que jamás se había producido. Algunos se sitúan entre los más avanzados del mundo y otros precisarán más tiempo para llegar a la fase clínica, pero los científicos españoles están en condiciones de comenzar las pruebas clínicas en breve. Prácticamente a la vez que grandes multinacionales y empleando tecnologías similares e incluso más avanzadas en alguno de los casos.
Las noticias que nos llegan, en todo caso, alimentan a la esperanza. Y a la vez que reducimos el espacio del virus y le mantenemos a raya empieza a parecer posible contar con una vacuna en un plazo más breve de lo esperado.
En estos momentos hay además más de 200 proyectos de investigación que hemos evaluado y financiado en menos de dos meses, y sobre los que estamos haciendo seguimiento activo de sus resultados y necesidades.
Estos estudios abarcan muchos frentes que necesitamos abordar para estar preparados y vencer de manera toral al virus: ensayos clínicos para nuevos fármacos, test diagnósticos mucho más rápidos, estudios de factores de riesgo y de inmunidad, detección del virus en el aire, uso de aguas residuales como marcador epidemiológico de nuevos brotes, estudios de ciencia sociales para conocer el impacto de la pandemia; y otros muchos, liderados por el Instituto de Salud Carlos III, el CSIC, así como Universidades y centros en todo nuestro país.
Ya desde ahora podemos extraer algunas lecciones de esta emergencia sin precedentes.
- La primera que me gustaría compartir con ustedes, sin duda, es que nunca más podemos permitir que se debilite nuestro sistema nacional de salud: es nuestra trinchera más segura.
- Y la segunda lección que me gustaría también compartir con ustedes viene a colación del aporte de la ciencia y es que nunca más debemos relegar a la investigación y la ciencia. La ciencia es empuje y es progreso. Nuestros investigadores e investigadoras son un orgullo para el conjunto del país.
- La tercera lección que me gustaría compartir con ustedes es que, en la etapa que se abre, la unidad es más importante que nunca. Hemos de mantener a raya el virus de la división, el virus de la provocación. A todos, ahora, les pido eso, concordia, comprensión, convivencia. A todos les pido solidaridad, empatía con los que peor lo están pasando.
A todos les propongo que completemos juntos esta desescalada y que nos sumemos con fuerza para la reconstrucción que tenemos que avanzar y abordar por delante no se aplace. Contamos con todas y todos. Pero especialmente con los más jóvenes que son los más dañados desde el punto de vista de la educación, también desde el punto de vista del mercado laboral. Ha llegado el momento de transformar definitivamente España. Nuestra misión, en consecuencia, como instituciones públicas es esa, es proteger y avanzar. Proteger y avanzar sin dejar a nadie atrás. Gracias.
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