El señor PRESIDENTE: Pasamos al punto II del orden del día relativo a las proposiciones no de ley.
Comenzamos con la del Grupo Parlamentario Popular relativa a la consecución de un pacto nacional en
materia educativa. Para la presentación de esta iniciativa tiene la palabra el señor Casado.
El señor CASADO BLANCO: Muchas gracias, señor presidente.
Señorías, el Grupo Parlamentario Popular presenta esta proposición no de ley que lo que persigue es
impulsar un pacto nacional en materia educativa y es consciente de que lo hace en un momento
trascendental.
Llevamos ya varios meses hablando de pactos, y si analizamos lo que la calle nos está
diciendo y lo que los distintos partidos políticos hemos incluido no solo en nuestros programas electorales,
sino en nuestras conversaciones e intervenciones públicas, hay un punto que todos compartimos, que es
la necesidad de acordar un marco educativo para las próximas generaciones, en el que todos podamos
tener una estabilidad en las leyes que vayan a garantizar una educación de calidad para nuestros hijos.
Por eso, nosotros no venimos aquí a hacer una guerra de cifras o un memorial de agravios o, incluso, un
histórico de nuestros aciertos. Nosotros venimos aquí intentando dejar a un lado nuestros prejuicios
ideológicos e intentando apelar a la responsabilidad de todos los grupos para acordar algo que es ya
urgente y es absolutamente imprescindible. Para ello, queremos empezar con los antecedentes que al
hablar de pactos nos remontan directamente al Pacto constituyente. Sí hubo un Pacto constituyente
educativo.
Y lo hubo, además, en el artículo 27 de la Constitución que consagraba dos derechos básicos:
el derecho a la educación y el derecho a la libertad de enseñanza, cierto es con un impulso muy personal
de personas como Abril o como Guerra que, una vez más, dejaron esa histórica dicotomía entre la libertad
y la igualdad, supuestamente, la libertad enarbolada históricamente por los partidos de centro derecha, y
la igualdad enarbolada históricamente por los partidos de centro izquierda. Se comprobó que no solo son
dicotómicas, sino que son absolutamente imprescindibles y tienen que ir siempre de la mano.
Después de este antecedente de pacto, hemos vivido tres décadas en las que en España solo ha
habido leyes promulgadas, aprobadas y en vigor por parte de Gobiernos de izquierda. Hubo una ley
aprobada en 2004, que no llegó a entrar en vigor, y ahora hay otra reforma de una ley que lleva en vigor
un año. Con lo cual, en este caso, el diagnóstico no tiene responsabilidades compartidas. Y el diagnóstico,
en mi opinión, tiene dos elementos fundamentales: el primero es que la calidad educativa en España es
mejorable.
No lo decimos nosotros, lo dicen los índices internacionales, lo dice el Informe Pisa, lo dicen
todos esos indicadores sobre los que he prometido no hacer guerra de cifras, pero que todos conocemos
perfectamente bien. Si tuviéramos que resumirlo en cuatro parámetros fundamentales, vemos que la tasa
de abandono y fracaso escolar es demasiado elevada, que el rendimiento académico es demasiado bajo,
que hay pocos titulados de formación profesional, muy pocos comparados a los países de nuestro entorno,
y también que hay una empleabilidad baja entre los graduados, es decir, licenciados o doctorados.
El segundo diagnóstico que tenemos que hacer —ese no depende de nosotros— es que la revolución
tecnológica y digital ha hecho que todo cambie; ya nada va a ser igual que antes —y muy en especial en
el ámbito educativo— para docentes y para alumnos.
De nada sirve seguir enseñando sencillamente la
transmisión de conocimientos en plena era de la revolución del conocimiento a golpe de clic, sino que
tenemos que empezar a hablar de habilidades y de competencias adaptables a lo que ya dicen los
expertos: que la mitad de nuestros hijos va a trabajar en empleos que aún no existen; o, como dicen
los últimos informes de la Unión Europea, que hay más de un millón de empleos en la Unión Europea que
no se cubren por falta de capacitación profesional y académica para hacerlo; o —lo que es más grave— que hay millones de jóvenes en la Unión Europea y también en España, que están infraempleados o que
no están satisfechos con la correlación entre su formación académico-profesional y su puesto de trabajo.
Visto el antecedente clínico-diagnóstico, ¿cuál es el diagnóstico que nosotros habíamos recetado y
que, repito, no venimos aquí a intentar justificar porque ya ha habido debates suficientes al respecto?
Nosotros vimos unos puntos fundamentales y urgentes en los que intentamos lanzar una reforma
educativa.
El principal era recuperar una cultura del esfuerzo, del mérito, de la capacidad. Pensamos
además que no es algo elitista, sino precisamente lo que permite igualar a la persona —ante la igualdad
de oportunidades— para que con su esfuerzo pueda prosperar. El segundo era aumentar la libertad de
elección, tanto de los centros como de los padres, así como de la autonomía del profesorado. También
queríamos simplificar el currículo educativo y, en concreto, ofrecer materias troncales para vertebrar
territorialmente y cohesionar nuestro país.
Además queríamos apostar por las lenguas; no solo por las
lenguas oficiales en las distintas comunidades autónomas sino también por el bilingüismo, y muy
especialmente por el aprendizaje del inglés. Por último quisimos —queremos porque está en vigor—
implantar la evaluación objetiva externa, porque pensamos que la transparencia y tener información de las
familias es absolutamente imprescindible.
¿Cuál es el pacto que proponemos para dar de alta a estos problemas, el pacto que creo que todos
podemos empezar a trazar?
Podemos resumirlo en tres pilares fundamentales: una vertiente de las
personas, de la propia sociedad e incluso de la economía o del futuro empleo de nuestros jóvenes. Las
personas son varias; primero, los docentes. Hemos hablado de cómo tiene que ser un estatuto de la
profesión, ese libro blanco que un gran experto como Marina ha propuesto para tener precisamente un
marco de función muy prestigioso y sobre todo muy adecuado a los profesores, que son la clave de
bóveda del sistema educativo.
Hemos hablado del sistema de selección. Nosotros propusimos hace
mucho tiempo que estudiara ese MIR educativo, esos sistemas de selección a nivel nacional que prestigien,
como en otros países, la profesión. Asimismo hablamos de una formación continua; hablábamos de los
idiomas y de las nuevas tecnologías que tienen que propiciar que los profesores no dejen nunca de
aprender para poder enseñar siempre de forma actualizada.
Por último, hemos consagrado su autoridad
pública, la de los docentes, precisamente para que no haya ningún problema en las aulas.
En segundo lugar, hay que hablar de los centros. Reforzamos la autonomía de los centros y la
evaluación de sus pruebas objetivas. Pensamos que esa es la mayor igualación posible para las familias.
Como los centros públicos pueden competir se incluyen materias novedosas; si los centros tienen buenos
índices de éxito para que los padres se fijen los elegirán basándose en esa información objetiva. En
cuanto a las familias, queremos no solo la libertad de elección entre la educación pública o concertada o
privada, sino la igualdad de oportunidades, reforzando las becas, como se ha hecho en estos años, e
incluso potenciando más ese refuerzo.
En cuanto a los alumnos, hemos hablado ya de idiomas, de nuevas
tecnologías, pero también queremos un plan de convivencia escolar, en contra del bullying, que creo que
es algo absolutamente urgente y que tenemos que afrontar entre todos.
Desde el punto de vista social, pensamos que esa cohesión en las materias a las que ya hemos hecho
referencia —esa equidad para que cada alumno pueda tener una enseñanza acorde con su potencialidad
y con sus circunstancias, esa inclusividad para que haya atención temprana e incluso aprendizaje y
enseñanza muy dirigida a aquellos alumnos que tienen más problemas y por supuesto la calidad en la
búsqueda de la excelencia— también tiene una vertiente económica o de búsqueda de empleo. En primer
lugar, creemos en una formación profesional de calidad y muy dirigida a aquellos puestos de trabajo y a
la demanda del mercado laboral que se necesite.
Nos inclinamos por la formación profesional dual, con
más incorporación de las empresas, que son las que mejor saben exactamente en lo que los jóvenes se
tienen que capacitar.
Querríamos una universidad competitiva, abierta al mundo para que podamos
exportar también nuestra lengua, el español, como una de nuestras potencialidades pero con autonomía
y con la capacidad de que los licenciados y graduados puedan encontrar un trabajo y, por supuesto, un
refuerzo institucional, fiscal y educativo en cuanto a I+D+i.
En definitiva, queremos dejar claro que hay mucho más de lo que nos une que de lo que nos separa,
y tendemos la mano a un pacto sincero.
Esta es una propuesta de acuerdo que se tiene que perfeccionar
porque nuestra iniciativa es de punto de partida; no es ningún objetivo en sí mismo, sino un instrumento
para seguir hablando. Pensamos que es nuestra responsabilidad porque la educación de hoy va a ser, sin
duda, el éxito de España en el mañana.
Muchas gracias. (Aplausos).
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Olòriz.
Por el Grupo Parlamentario Ciudadanos tiene la palabra la señora Rivera.
La señora RIVERA DE LA CRUZ: Gracias, señor presidente.
Señorías, hace años conocí a una mujer mayor que me contó una historia que quiero compartir. A esta
mujer sus padres la habían sacado de la escuela a los nueve años. Como a ella le gustaba el colegio,
todos los días se acercaba a la escuela de su pueblo, se sentaba en la calle y a través de una ventana
abierta escuchaba la lección que la maestra daba a las otras niñas.
Un día alguien cerró la ventana y no
volvieron a abrirla. Seguro que no fue con mala intención, pero ya se quedó siempre cerrada. Aquella niña
no pudo seguir escuchando. A veces, señorías, tengo la impresión de que también sin mala intención
sucesivos Gobiernos se han pasado la vida cerrando ventanas. Fue lo que hizo este Gobierno con la
Lomce, una ley que ignoró el diálogo con la comunidad educativa, una ley tan mal planteada y tan mal
recibida que su máximo responsable se dijo aquello de que siempre nos quedará París y allí se fue y
allí está.
Me alegro de que se presente hoy esta proposición no de ley, porque miren que nos ha costado al
resto de partidos convencerles de que la actividad parlamentaria tenía que continuar aun estando el
Gobierno en funciones. Nunca es tarde para rectificar y más si lo que ponen sobre la mesa es ese pacto
nacional sobre la educación, del que Ciudadanos empezó a hablar hace ya más de un año, un pacto listo
para durar una generación y no una legislatura, un pacto al margen de politiqueos, personalismos o
intereses creados.
En la Comisión de Educación conseguimos el compromiso de la mayoría de los partidos
para crear una subcomisión que empieza a trabajar para lograr ese gran acuerdo educativo. Me gusta que
llamen al consenso; sin embargo, en el texto que han registrado ustedes hablan de continuar con la línea
de trabajo iniciada la pasada legislatura. Creo que lo último que necesitamos es seguir haciendo las cosas
como las hizo el señor Wert. El pacto que proponemos se hace consensuando, escuchando, proponiendo
y cediendo.
La escuela hay que usarla para formar hombres y mujeres listos para enfrentarse a la vida con
las armas de la sabiduría, la curiosidad y el sentido ético. Michel de Montaigne, que ya ha sido citado esta
tarde, decía: Es preciso que la educación nos haga mejores. Aquellos que reciben una formación excelente
tienen mucho más fácil ser buenas personas.
Tenemos diecisiete sistemas educativos peligrosamente dispares.
¿Hay algo menos equitativo que el
que la calidad de la enseñanza varíe en función del lugar donde se nace? La injusticia social comienza
con la desigualdad de oportunidades. Cuando la enseñanza pública es peor en una comunidad autónoma
que en otra empezamos a trazar la línea divisoria entre ciudadanos de primera y de segunda.
Y si es
terrible que el lugar de nacimiento vaya a marcar la calidad de la formación, más lo es aún que el nivel
socioeconómico de los padres pueda condicionar el futuro de los hijos. Eso, que es una vergüenza, pasa
en España mucho más que en otros países del entorno. Los recursos tienen que distribuirse pensando en
los más capaces y en los menos preparados, en quienes vienen de familias ilustradas y en los que
proceden de hogares donde nunca entran libros. La escuela pública está para eso, para igualar por arriba.
Los niños con dificultades para el aprendizaje tienen que encontrar allí la posibilidad de personalizar la
enseñanza con un buen sistema de tutores. La escuela tiene que ser también un lugar para detectar el
talento. El niño torpe con las matemáticas puede ser un gran pianista y la niña a la que se le atraganta la
química una futura escritora. Nos hemos resignado a que España obtenga unas pobres cifras en las
evaluaciones educativas.
¿Saben de dónde sale esa resignación? De que hace tiempo que en España la
educación es un apéndice de la confrontación política. Sacudámonos las siglas cuando hablemos de
enseñanza.
En cuanto a los profesores, han sido despojados del prestigio social que merecen porque hemos
perdido de vista su importancia en el desarrollo de generaciones futuras.
En Ciudadanos apostamos por
una carrera docente marcada por la ambición y la excelencia, por ese MIR para profesores que convierta
a los nuestros en los mejores de Europa. Nada puede influir tanto en el futuro de un niño como que se
cruce en su vida un buen profesor. Cuando supo que le habían concedido el premio Nobel de Literatura,
una de las primeras cosas que hizo Camus fue escribir una carta a su maestro, el ya anciano señor
Germain.
En ella le decía: Sin la mano afectuosa que tendió al niño pobre que era yo, sin su enseñanza, nada de esto hubiera sucedido. Quiero vivir en un país donde en el momento más importante de su vida
haya un adulto que recuerde al profesor que tuvo.
Apostemos por los centros de estudio, hagámosles ganar en independencia, permitamos que
recuperen su autonomía.
La escuela tiene que ser también un lugar de convivencia donde se aprenda a
respetar, a dialogar, a negociar y a construir. Hacen falta programas específicos contra el bullying, la
homofobia y la transfobia, porque en la escuela también se aprende a ser buenas personas.
Señoras y señores diputados, son muchas las cosas que nos separan, algunas seguramente nunca
podrán ponernos de acuerdo —la política es así—, pero cuando hablamos de educación estamos hablando
de algo más grande que nuestras siglas.
Les pido que hagamos un esfuerzo para el éxito de esta tarea.
La educación es el único camino posible para levantar una España sin miedo al futuro y sin complejos, un
país invulnerable a la mentira, la demagogia, el populismo y el resentimiento; en definitiva, un país más
justo y más libre. Señorías, si no somos capaces de llegar a acuerdos en el asunto de la educación,
seremos culpables de cerrar la ventana a aquella chiquilla de la que les hablaba al principio. Les pido que
mantenerla abierta sea la meta y el compromiso de los que aquí estamos.
Muchas gracias. (Aplausos).
VIDEO MARTA RIVERA EN CONGRESO
VIDEO MARTA RIVERA EN CONGRESO
El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Rivera.
Por el Grupo Parlamentario Socialista tiene la palabra la señora Martínez Seijo.
La señora MARTÍNEZ SEIJO: Gracias, presidente.
Sorprendente y provocadora nos parece su propuesta. Sorprendente porque, después de haber tenido
mayoría absoluta en estos últimos cuatro años, después de haber impuesto una ley educativa sin ningún
tipo de diálogo con padres y madres —que aquí nos acompañan—, profesores, asociaciones o colectivos
educativos, ahora cuando son 123 nos traen una propuesta de pacto.
Señor Casado, me temo que su
visión de la educación y de los teóricos logros de la Lomce proviene de los mundos de Yupi. Señorías,
debo recordarles que si en España no hay un pacto educativo es porque el Partido Popular lo impidió.
Debo recordarles que el exministro Gabilondo logró acuerdos importantes. Se hicieron grandes esfuerzos
y también grandes renuncias en materia educativa para poder alcanzarlos, pero ustedes no fueron de fiar.
En el último momento se echaron atrás defraudando a todo el mundo y es que nunca han querido renunciar
a utilizar la educación como arma electoralista; ahora tampoco.
Debo recordarles, señorías, que fue el
Partido Socialista el que logró la universalización de la educación y debo recordarles que muchas personas
estamos hoy aquí con una titulación universitaria gracias a la política de becas que el Partido Socialista
logró en España. (Aplausos).
¿Debemos fiarnos ahora del Partido Popular? ¿Por qué ahora, después de no haber escuchado a
nadie ni haber contado con nadie? Lo que el Grupo Parlamentario Popular propone no es un pacto. Lo que
ustedes proponen es que este Congreso revalide su modus operandi de la Lomce.
Lo que ustedes piden
—cito literalmente— es la necesidad de continuar con la línea de trabajo iniciada en la pasada legislatura
en materia educativa para constituir un gran pacto. Señorías, este grupo ni aprueba esa línea de trabajo
ni acepta esa línea de recortes brutales, de estar de espaldas a los grupos políticos, a la comunidad
educativa, a los expertos y a toda la gente que tiene que ver con la educación de este país.
Pactar significa
acordar algo entre dos o más personas o entidades, obligándose mutuamente a su observancia. Esta
definición de la RAE, que complementa la que se ha dado anteriormente de consensuar, al menos implica
a dos partes y me temo que con sus antecedentes no se puede hablar de pacto, porque hasta ahora
siempre han tomado decisiones de manera unilateral. Nuestra respuesta es un no rotundo a esa forma de
política educativa y a esa perversión de la utilización malintencionada del término pacto.
Un no claro a la
continuidad de una ley que se caracteriza por un ideario mercantilista, segregador en todos los sentidos,
que cierra puertas en vez de abrirlas y que excluye al alumnado; una ley que ha vuelto a lo más retrógrado
de la España de los setenta con la religión evaluable, con reválidas, con itinerarios tempranos, eliminando
la participación y el carácter democrático de los centros educativos, eliminando las funciones de los
consejos escolares y creando una dirección de centro exclusivamente administrativa.
Un no a una ley
improvisada con escasa financiación y llena de interrogantes. Cuando algo no se acuerda, cuando algo
no se madura, está destinado al fracaso. Por eso lo que deben hacer es cumplir con el mandato de esta
Cámara, cumplir con la paralización de la Lomce, que es lo que hemos acordado mayoritariamente en
esta Cámara hace escasamente una semana, porque es el sentir no solo de la mayoría de los grupos
parlamentarios sino también de la sociedad española. La urgencia es parar la Lomce, y empezar por la
reválida de sexto ya.
Señorías, la proposición que presentan quiere volver a sustraer el debate educativo, quiere limitar la
voz a la comunidad educativa y política. Lo que ustedes proponen —y se debe saber aquí— no es un
pacto social, educativo o político, que es el modelo que defiende el Grupo Socialista, porque para impulsar
cambios en educación que afectan a toda la sociedad hay que escuchar, diagnosticar con rigor e incorporar
sensibilidades, necesidades y adoptar propuestas y medidas acordadas.
El Partido Popular quiere un
pacto cerrado exclusivamente en la Conferencia Sectorial de Educación, en la que ni están presentes los
grupos políticos, ni la comunidad educativa, a la que, por cierto, ni siquiera convocan. Hasta doce
comunidades autónomas se lo han pedido en tres ocasiones —ayer precisamente la última— y no han
hecho ni caso.
El hecho de no convocar a la conferencia sectorial está provocando que en España
tengamos diecisiete sistemas educativos diferentes gracias a su ineptitud, su inacción, su descoordinación
y la política general de este Gobierno. ¿Cómo se puede implementar una ley educativa sin hablar con las
comunidades autónomas?
Nos sorprende también que en la exposición de motivos traigan a colación haber acordado siete
planes educativos conjuntamente en el seno de la conferencia sectorial.
Eso sí, tras eliminar la mayoría
de los programas de cooperación territorial; entre otros, el tan importante y al que ustedes tanto apelan,
como es el de la lucha contra el abandono escolar, y dicen conjuntamente. Me explico: el libro blanco al
que usted ha hecho referencia fue presentado de manera unilateral y encargado exclusivamente a una
persona, y el plan de convivencia, con el Gobierno en funciones y sin haber convocado al Observatorio
estatal de la convivencia en los últimos cuatro años.
Nos hablan de un programa de lenguas extranjeras
del que nadie sabe nada. Nos plantean un programa de conectividad de centros después de haber
eliminado hace cuatro años el programa Escuela 2.0. Nos hablan también de un plan de apoyo, de
medidas para la implantación de la formación profesional básica. ¡Pero si la FP básica no necesita un plan
de apoyo, lo que necesita es una modificación de arriba abajo! ¿O debo recordarles el desastre de su
implementación, la falta de previsión e incluso de encaje con otras enseñanzas?
Señorías, nosotros sí queremos pacto, pero desde luego no un pacto que imponga la continuidad de
una gestión de recortes y de una ley inaceptable, porque eso es una propuesta de pacto educativo por la
puerta falsa que no responde al concepto de pacto que la sociedad demanda y que nuestro sistema
educativo necesita.
Por el contrario, defendemos un pacto serio, educativo, social y político contando con
todo el mundo, como el que ya intentamos, que es uno de los objetivos inmediatos del Gobierno de
cambio progresista que todos deseamos, pero no cuenten con este grupo para apoyarles en semejante
paripé y ayudarles a lavar su imagen ante la comunidad educativa.
Muchas gracias. (Aplausos).
El señor PRESIDENTE: Pasamos ahora a la proposición no de ley del Grupo Parlamentario Socialista,
sobre la reforma fiscal y la lucha contra el fraude y la evasión fiscal.
Para presentar la iniciativa tiene la palabra el señor Saura.
El señor SAURA GARCÍA: Gracias, señor presidente.
Señorías, la proposición no de ley de la que vamos a hablar a continuación trata de poner en el
corazón del Congreso de los Diputados los ingresos tributarios y los ingresos públicos de nuestro país.
(La señora vicepresidenta, Villalobos Talero, ocupa la Presidencia). Estamos a 6,6 puntos del PIB
en relación con la media de la Unión Europea y estamos a 8,2 puntos de la media de la zona euro de ingresos públicos en relación con el PIB.
Ahora bien, creemos que para poner en el centro, en el
corazón de este Congreso la política de ingresos tributarios hay que plantear, consensuar y aprobar una
amplia y profunda reforma fiscal de los impuestos en nuestro país. Esto es lo que viene a decir la
proposición no de ley.
¿En qué dirección? La proposición no de ley básicamente plantea tres objetivos. ¿Cómo podemos
hacer un sistema impositivo más justo y más decente en nuestro país? En primer lugar, hay que acercar
los tipos efectivos a los tipos nominales.
Este es el primer problema que tiene nuestro sistema fiscal,
nuestros impuestos, que por una parte están los tipos nominales y, por otra, los tipos efectivos, y hay que
acercar los tipos efectivos a los tipos nominales. En segundo lugar, la riqueza tiene que contribuir de
manera suficiente en la financiación del Estado del bienestar. Este es el segundo objetivo de una reforma
en profundidad de los impuestos y de la fiscalidad.
El segundo objetivo es, efectivamente, atrapar, desde
el punto de vista de los impuestos, la riqueza. Y, en tercer lugar, hay que combatir el fraude fiscal, la
optimización agresiva de los impuestos, la optimización agresiva contra la recaudación y la evasión fiscal.
Este es el tercer punto de la proposición no de ley que hoy planteamos y sometemos a debate.
En ese sentido, y también en la proposición no de ley, entendemos que los ingresos públicos, la
fiscalidad, tiene un reto global, internacional y, por eso, el Parlamento tiene que tener una visión global;
nuestro Parlamento tiene que tener un acercamiento al problema de los impuestos de manera global.
Efectivamente, nuestra proposición no de ley dedica una parte importante a que el Gobierno de España
lidere, en el seno de la Unión Europea, de la OCDE, de la ONU, una apuesta por la lucha contra la elusión
y la evasión fiscal. Para luchar contra el fraude fiscal, señorías, se necesitan fundamentalmente dos
cosas. En primer lugar, se necesitan medios y, en segundo lugar, luchar contra el deterioro de la conciencia
fiscal en nuestro país. ¿Qué ha hecho este Gobierno, el Gobierno en funciones?
Pues no ha hecho
ninguna de las dos cosas. Sobre los medios materiales y humanos, podríamos hablar de los medios
humanos. En la Agencia Tributaria, ahora, hay en torno a tres mil efectivos menos que hace cuatro años.
Sobre la conciencia fiscal, ¿qué les voy a decir, señorías? Este Gobierno ha dañado gravemente la
conciencia fiscal en nuestro país como consecuencia de su política tributaria y su utilización de la Agencia
Tributaria.
Como esto es lo que ha sucedido, nosotros planteamos una proposición no de ley que va
dirigida, justamente, hacia esta dirección. Por ejemplo, les quiero adelantar que desde el Grupo
Parlamentario Socialista proponemos una transacción para que se cree una comisión de investigación
que investigue los papeles de Panamá y su relación con la amnistía fiscal.
Este es uno de los puntos que
planteamos al resto de grupos en relación con la lucha contra el fraude y en la idea de mejorar la conciencia
fiscal de los españoles. ¿Se va a crear aquí una comisión de investigación? Lo vamos a ver a continuación.
¿Se ha creado en el Parlamento Europeo? Se va a crear en el Parlamento Europeo una comisión de
investigación para analizar lo que ha sucedido con los papeles de Panamá.
Se han creado también
comisiones de investigación en otros parlamentos de nuestro entorno. ¿Por qué no crearla aquí? Aquí,
probablemente es más necesario. En sede parlamentaria, el ministro de Hacienda, en la Comisión de
Hacienda, la semana pasada nos dijo que muchas de las personas y de las sociedades que aparecían en
los papeles de Panamá se habían acogido a la amnistía fiscal. Señorías, esto es muy grave porque, desde
el año 2011, los inspectores de Hacienda, los técnicos de Hacienda de nuestro país, los jueces y los
fiscales pueden consultar, pueden trabajar con la información que se les envía desde Panamá.
Pero
cuando eso se puede hacer desde el año 2011, este Gobierno, para salvar a muchos de los que están en
los papeles de Panamá, ha aprobado una amnistía fiscal; para salvar a muchos amigos o dirigentes del
Partido Popular que están en los papeles de Panamá, para salvarlos. Como se podía intercambiar
información, como los jueces podían utilizar la información, se aprueba una amnistía fiscal para salvar a
los amigos y dirigentes del Partido Popular que están en los papeles de Panamá.
Señorías, esto es muy
grave, porque la amnistía fiscal de Rajoy, de Montoro, del Partido Popular, es la máquina de lavado de
dinero negro más importante de la historia reciente de nuestro país. Esta es la realidad. Esta es la realidad.
(Aplausos). Hay muchos dirigentes del Partido Popular —el señor Soria, el señor Blesa, el señor Aznar,
el señor Rato— que han demostrado una insolidaridad con los españoles clara y evidente.
Han utilizado
esa vía que los dirigentes del Partido Popular llaman optimizar los recursos fiscales, optimizar la fiscalidad,
han utilizado la evasión fiscal o la elusión fiscal para ser insolidarios básicamente con los españoles que
más lo necesitan, porque no creen en el Estado del bienestar y porque tienen nulos principios para haberse
dedicado o dedicarse a la política.
Dicho de otra manera, el señor Aznar, el presidente de honor del Partido Popular y muchos dirigentes
del Partido Popular tienen el honor en funciones. Esto es lo que estamos viendo todos los días a través de
lo que se conoce por los medios de comunicación.
En definitiva, señorías, y termino ya señora presidenta, ya sé que esta comisión de investigación, si
no se alarga la legislatura, no se va a aprobar. Por eso, hago un llamamiento a todas las fuerzas del
cambio que entiendan que los españoles se merecen una comisión de investigación sobre los papeles de
Panamá y la amnistía fiscal.
Hago un llamamiento a todas las fuerzas del cambio para que la legislatura
permita que se pueda analizar, investigar y aprobar todo lo relacionado con los papeles de Panamá y la
amnistía fiscal. Ese llamamiento del cambio porque los españoles se merecen esa comisión de
investigación.
Gracias, señora presidenta. Gracias, señorías. (Aplausos).
El señor PRESIDENTE: Mucha gracias, señor Capdevila.
Por el Grupo Parlamentario Ciudadanos, tiene la palabra el señor Ten.
El señor TEN OLIVER: Señor presidente, señorías, hace no más de cuatro meses, antes de iniciar esta
nueva etapa como diputado por Ciudadanos, ejercía como técnico de Hacienda del Estado en Valencia, en
la Agencia Tributaria; una organización a la cual admiro profundamente por su profesionalidad y dedicación,
aunque cada año sean menos funcionarios en la lucha contra el fraude, tal como recordaba el señor Saura.
Señorías, el pasado 16 de marzo, nuestro Grupo Parlamentario, Ciudadanos, presentó también una
proposición no de ley de lucha contra el fraude en la Comisión de Hacienda, que resultó aprobada por la
totalidad de los grupos parlamentarios menos, casualmente, el Partido Popular. Y, señorías de la bancada
popular, es una auténtica lástima, porque estamos convencidos de que muchísimos de sus votantes estarían
de acuerdo con todas esas medidas.
Parece que su partido está en contra de recuperar esos 2.800 millones
que se han perdido de recaudación por la amnistía fiscal del señor Montoro, que hoy no está aquí, en contra
de prohibir esas amnistías fiscales, en contra de incorporar a Panamá en la lista de esos paraísos fiscales.
Por cierto, su Gobierno nos debe una explicación de la relación de estos y de por qué una de las últimas
actuaciones de su Gobierno era la de iniciar los trámites para sacar el paraíso fiscal de Jersey; no sé, quizá
tengan alguna razón, alguna persona que conozcan; quizá habría que hablar con el señor Soria. (Rumores).
Señorías, votaron ustedes en contra del refuerzo del Servicio Prevención de
Blanqueo de Capitales y de las denuncias por delito fiscal. Saben que las denuncias por delito fiscal son
a partir de 120.000 euros. Les recuerdo que, además, en estos últimos cuatro años de su Gobierno se han
primado las inspecciones de pequeño importe y han bajado las denuncias por delito fiscal. Señorías,
votaron en contra del control de la Agencia Tributaria sobre las Sicav, esas sociedades que además
tributan al 1%, tan solo al 1%.
Votaron en contra de un estatuto de la Agencia Tributaria que solucione los
problemas de organización, en contra además de aumentar su plantilla. Les recuerdo un dato, simplemente
un dato: en España la Agencia Tributaria tiene tan solo 5,4 funcionarios por cada 10.000 habitantes; la
media europea es el doble. Además de la tasa de retorno, es decir que por cada euro que invertimos en
la Agencia Tributaria recuperamos once.
Este año se destinaron más de 1.300 millones a la lucha contra
el fraude y recuperamos más de 15.600 millones. Realmente cuando hablo de plantilla, cuando veo que
se está reduciendo la plantilla de la Agencia Tributaria…
Señorías, les cuento una simple anécdota muy rápidamente. Hace pocos días me llamó un compañero
de promoción y me dijo: Vicente, ¿te acuerdas del caso de José Bretón, aquel asesino que mató a sus dos
hijos?
Esa persona solicitó un traslado de prisión por acercamiento a su familia y el mes pasado se lo
concedieron. Señorías, hay muchísima más movilidad de los presos en nuestras prisiones que movilidad
de los funcionarios en la Agencia Tributaria. (Aplausos). Mi reconocimiento desde aquí, desde esta
tribuna, a aquellas personas que cumplen con su deber lejos de su domicilio familiar. Y todo se debe a que
no hay aumento la plantilla.
En definitiva, votaron en contra de dotar de medios a la Agencia Tributaria para cobrar a los morosos.
Está muy bien la modificación del artículo 95 de la Ley General Tributaria, incluyendo esa lista de morosos,
pero, señorías, durante más de dos años consecutivos faltan por cobrar 50.000 millones de euros; 50.000
millones de euros, señorías.
Hoy, en su comparecencia en la Comisión de Economía, el señor De Guindos nos adelantaba unas
previsiones macroeconómicas negativas: el incumplimiento del déficit, la reducción de la tasa de
crecimiento de la economía, nos anunciaba nuevos recortes; y de nuevo esa oportunidad perdida cuando
realmente lo tenía a favor.
El señor De Guindos nos decía que tenía viento de cola. Señorías, con tan solo
7.000 millones tendríamos recursos para hacer las reformas que hemos planteado con el Partido Socialista,
con tan solo 7.000 millones.
Señorías, les pongo un simple ejemplo, muy sencillo. ¿Saben lo que es esto? (Muestra un cigarrillo).
Esto es un cigarrillo. Estoy convencido de que a algunas de sus señorías les apetecería fumarse un
cigarrillo en esta Cámara, pero saben perfectamente que no se puede fumar en esta Cámara; saben que
además está sancionado. Sin embargo, no veo fumar a nadie de ustedes, incluso ni a escondidas y, desde
luego, no es porque les vayan sancionar, sino porque sus propios compañeros les señalarían, sus propios
compañeros les dirían que no se fuma aquí porque está muy mal visto.
Sucede todo lo contrario de lo que
pasa con el fraude, todo lo contrario de lo que pasa con la evasión fiscal y la corrupción. Hay quien no solo
lo tolera, sino que además premia las injustas conductas de aquellos que evaden los impuestos con sus
amnistías fiscales. (Aplausos). El señor Montoro lo hizo en el año 2012, pero también sus señorías socialistas
lo hicieron en 1984, en 1991 y en 2010.
Voy concluyendo, señor presidente. Hoy es un día muy especial, no porque sea la primera vez que me
subo a esta tribuna, sino porque creo que hay que invocar el espíritu de Kennedy en el año 1961. No
busquemos los votos de las personas con menos recursos, sino busquemos lo justo. La lucha contra el
fraude fiscal y la corrupción es de justicia social y esa contribución justa, que está reflejada en el artículo 31
de la Constitución es, desde luego, lo que sostiene nuestro Estado del bienestar.
Señorías, el Grupo Parlamentario Ciudadanos no puede más que votar a favor de esta proposición no
de ley, habiendo incorporado al texto algunas medidas recogidas en la reforma fiscal que realizamos con
el acuerdo de las doscientas reformas. Y recuerden, señorías, y termino, el dinero público no es de unos
pocos, el dinero público es de todos los españoles.
Muchísimas gracias. (Aplausos).
El señor PRESIDENTE: A continuación, procedemos a votar la proposición no de ley del Grupo
Parlamentario Popular en el Congreso, relativa a la consecución de un pacto nacional en materia educativa
y se vota en los términos resultantes de la incorporación de la enmienda del Grupo Parlamentario Mixto
del señor Martínez Oblanca.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 324; a favor, 107; en contra, 179;
abstenciones, 38.
El señor PRESIDENTE: Queda rechazada la proposición no de ley. (Aplausos).
El señor PRESIDENTE: A continuación, votamos la proposición no de ley del Grupo Parlamentario
Socialista sobre la reforma fiscal y la lucha contra el fraude y la evasión fiscal, y se vota en los términos
de la enmienda transaccional presentada por el Grupo Parlamentario Socialista, el Grupo Parlamentario
Podemos-En Comú Podem-En Marea, el Grupo Parlamentario Ciudadanos, el Grupo Parlamentario Catalán
(Democràcia i Llibertat), el Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV) y el Grupo Parlamentario Mixto, señor
Garzón y señora Oramas.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 324; a favor, 208; en contra, 105;
abstenciones, 11.
El señor RIVERA DÍAZ: Gracias, presidente.
A cualquier ciudadano que nos esté viendo y que seguramente ha llegado a casa de trabajar —si es
que tiene trabajo— ni se le ocurriría pensar en no acudir a su puesto de trabajo y hoy el Gobierno no ha
acudido a su puesto de trabajo, que son las Cortes generales, el Congreso de los Diputados. (Rumores).
Ningún ciudadano…
Les pido silencio porque encima de que no viene el Gobierno solo falta que no nos
dejen hablar a los que hemos venido. (Aplausos). No se pongan nerviosos que su Gobierno no está. Lo
segundo que quería manifestar a los ciudadanos españoles es que la etapa de bloqueo, la etapa del no,
la etapa de no aparecer por la Cámara, la etapa de no dar cuentas, la etapa de la decadencia política se
acaba, se va a acabar más pronto que tarde.
Esto que estamos viendo de que el Gobierno no rinda
cuentas, que no se gane el sueldo, que no dé la cara —menudo papelón— se va acabar. Estoy convencido
de que España se va a levantar de esta etapa de decadencia. España y los españoles se merecen un
Gobierno que simplemente se gane el sueldo, un Gobierno que simplemente conteste a los diputados que
tenemos que cumplir con nuestra función.
Estoy convencido de que estamos ante un fin de etapa y no se
me ocurriría mejor foto para este fin de etapa que la ausencia del señor Rajoy y todo su gobierno para no
dar la cara hoy aquí, en esta Cámara.
Por otro lado, quería hacer referencia a la etapa que vamos a vivir, porque España se va a levantar de
esta. Vamos a tener un nuevo Gobierno, no sabemos quién será el presidente ni quiénes formarán parte
del Gobierno, no sabemos todavía cuál será la mayoría pero habrá un Gobierno de España. Habrá un
nuevo Gobierno de España con gente que respete a los españoles, habrá un nuevo presidente de España
—sea quien sea— que dé la cara ante los españoles.
Habrá una nueva etapa política en la que el diálogo
y la discrepancia legítima en esta Cámara con los que no pensamos igual sea fruto de la normalidad. Por
tanto, estoy convencido de que este es el final de una etapa que más pronto que tarde se acabara. Si
ustedes siguen bloqueando la legislatura tendremos que repetir las elecciones; si ustedes permiten que la
legislatura avance aunque no esté su Gobierno, podremos poner en marcha todas estas reformas.
(Rumores).
Para acabar, también quiero referirme, lógicamente, a esa etapa.
Estoy convencido de que es
imposible que España avance si no tenemos un Gobierno que dé la cara ante los españoles. Señoras y
señores diputados del Partido Popular, no es una elección a disposición del Partido Popular dar la cara
ante el Congreso, es una obligación constitucional. Aquí hoy los diputados que estamos cumpliendo,
ustedes también, tienen que aguantar, estoy convencido, cosas que no les gustan. (Rumores).
Ya voy acabando, que no está el presidente Rajoy pero otros sí que hemos
venido. Estoy convencido de que a ustedes no les gusta aguantar esto, el papelón que tienen que aguantar
ustedes sin su Gobierno aquí. Se tienen que ganar un puesto en la lista, pero es incómodo no dar la cara.
Por tanto, les pido… (Rumores).
No se pongan nerviosos, que ya acabo. (Un señor diputado: Ya queda poquito). Ya queda poquito y también queda poquito para otra cosa, así que tendremos
un nuevo Gobierno de España y habrá un presidente y ministros que vengan a dar la cara ante todos los
españoles.
Muchas gracias. (Aplausos).
El señor HERNANDO VERA: Gracias, señor presidente.
Señorías, ¿por qué el Gobierno en funciones no quiere venir a dar explicaciones al Congreso de los
Diputados y a ser controlado democráticamente por el mismo? Esa es la pregunta que le hubiésemos
hecho hoy al presidente del Gobierno, pero mi grupo, por respeto institucional a esta Cámara, ha sido de
los que ha defendido que no se hiciesen veinticinco preguntas a los escaños vacíos de los miembros del
Gobierno.
Es el respeto institucional que el Gobierno no ha tenido a esta Cámara y a la ciudadanía no
viniendo a esta sesión de control y el respeto institucional que no ha tenido a ciudadanos y a trabajadores
que se levantan todas las mañanas, que van a trabajar y que muchas veces reciben un salario injusto por
ese trabajo; sin embargo, hoy los miembros del Gobierno van a cobrar por no trabajar.
El presidente del Gobierno y sus ministros defienden que no tienen que venir a dar explicaciones por los
papeles de Panamá cuando los papeles de Panamá se han llevado por delante al ministro de Industria, no
sabemos si por mentir masivamente o por tener sociedades en paraísos fiscales.
El presidente del Gobierno
y sus ministros defienden que no tienen que venir a dar la cara por la desviación del déficit y prefieren
mandar al ministro Montoro a amenazar a las comunidades autónomas y más recortes sociales y más
recortes de derechos. Defienden que no tienen que venir a dar explicaciones por acoger a dieciocho
refugiados, ¡un escándalo humanitario frente a los cientos de miles que hay! ¿Qué tiene que pasar en este
país para que el señor Rajoy venga aquí a dar la cara y a dar explicaciones?
La imagen vacía del banco azul
es triste, pero es coherente con la de un presidente del Gobierno que se ha pasado la vida huyendo.
Últimamente ha huido dos veces de la candidatura a la investidura y hoy ha huido de sus fantasmas, de los
fantasmas del presente y de los fantasmas del pasado, de los fantasmas que se llaman Soria, que se llaman
Barberá, que se llaman González, que se llaman Rato e incluso Fabra que, por cierto, ha pasado al tercer
grado.
La ausencia hoy del presidente del Gobierno es un epitafio político a la carrera de una persona que
se ha pasado la vida sin querer dar la cara en las instituciones y en el Congreso de los Diputados.
Que ha
mandado a sus subordinados a los debates electorales. Que ha comparecido a través del plasma. Un
presidente del Gobierno que se ha ido del Congreso de los Diputados por la puerta de atrás ¡y del Senado
por el garaje! (Rumores.—Varios señores diputados pronuncian palabras que no se perciben).
Señorías, se nos va a decir por parte del Grupo Parlamentario Popular que ninguno de nosotros tiene
razón, que somos injustos, que somos incoherentes y que nuestras reivindicaciones no son legítimas,
pero yo les digo: este va a ser el último Gobierno en funciones de la historia de la democracia española
que no venga a dar la cara a este Congreso de los Diputados. Esto no se va a volver a repetir. (Rumores).
Elijamos entre todos un Gobierno y un presidente que respeten las instituciones, que respeten la democracia; un presidente y un Gobierno que sean decentes y que vengan aquí a dar la cara y no a huir,
como ha hecho el señor Rajoy. (Protestas).
Muchas gracias. (Prolongados aplausos)
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