viernes, 29 de abril de 2016

PLENO CONGRESO 27 ABRIL

DEL GRUPO PARLAMENTARIO PODEMOS-EN COMÚ PODEM-EN MAREA, RELATIVA A LA DEROGACIÓN DE LAS REFORMAS LABORALES DE 2010 Y 2012 QUE AFECTAN Y MODIFICAN EL TEXTO REFUNDIDO DEL ESTATUTO DE LOS TRABAJADORES. (Número de expediente 162/000114). 

La señora VICEPRESIDENTA (Navarro Garzón): Pasamos al punto tercero del orden del día, relativo a las proposiciones no de ley. Comenzamos con la proposición no de ley del Grupo Parlamentario Podemos-En Comú Podem-En Marea, relativa a la derogación de las reformas laborales de 2010 y 2012 que afectan y modifican el texto refundido del Estatuto de los Trabajadores. Para la presentación de la iniciativa tiene la palabra, por siete minutos, la señora Bescansa. 

La señora BESCANSA HERNÁNDEZ: Buenas tardes, señoras diputadas y señores diputados. La inminente disolución de las Cortes tal vez convierta este Pleno en un dintel de esos momentos históricos en los cuales todo lo sólido se desvanece en el aire; pronto lo sabremos. La ausencia de un Gobierno de cambio y progreso ha transformado en efímera la tramitación de la ley 25, de rescate ciudadano, ha dejado en el cajón la paralización del calendario de no aplicación de la Lomce y, en definitiva, ha pasado a mejor vida todo el trabajo que hemos realizado desde el día 13 de enero. 

Creo que no me equivoco si afirmo que en estos últimos cuatro meses todas las personas que estamos aquí hemos dedicado mucho tiempo a analizar la situación política de nuestro país y a proponer, en la medida de lo posible, cada uno desde nuestro lugar, posibles soluciones. No voy a empezar esta intervención con un debate sobre quién ha tenido la culpa de que ahora estemos así. 

Creo que la gente tiene elementos de juicio más que suficientes para sacar sus propias conclusiones, pero, desde hace unas semanas, cada vez que pienso en la situación política de mi país, me asalta una historia, una obra maestra del cine que, a mi juicio, describe muy bien lo ocurrido en los últimos meses. Y como todo lo que estamos haciendo hoy dentro de una semana desaparecerá, permítanme que les cuente esta historia en esta tarde de primavera. 

En esta historia, un grupo de burgueses es invitado a una cena en una mansión después de asistir a la ópera. Tras la cena, los sirvientes y los cocineros se sienten muy incómodos y tienen muchos deseos de marcharse de la mansión y se van corriendo. Sin embargo, los invitados, de repente, no son capaces de salir del salón, aunque aparentemente no hay nada que los retenga allí, y, a medida que van pasando los días, los alimentos empiezan a escasear, los anfitriones y los invitados empiezan a enfermar, se acumula la basura, no tienen donde dormir. 

A partir de ese momento —que tal vez se parezca a las 23:59 horas del 2 de mayo—, la etiqueta y las buenas maneras de los invitados y los anfitriones saltan por los aires y empiezan a comportarse como fieras salvajes. Finalmente, pasadas muchas semanas, los invitados se dan cuenta de que para salir de la mansión solo tienen que hacer una cosa: abrir la puerta. (Rumores). 

Muchos de ustedes ya se habrán dado cuenta de que estoy hablando de esa obra maestra de Luis Buñuel titulada El ángel exterminador. Compañeras y compañeros socialistas que militasteis en la defensa de los derechos de los trabajadores y de las trabajadoras de nuestro país, para salir de la casa de Ciudadanos solo tenéis que hacer una cosa: abrir la puerta. (Rumores.—Aplausos). 

Para salir de la casa de Ciudadanos solamente tenéis que abrir la puerta, y al otro lado os estaremos esperando para conformar el Gobierno de progreso y de cambio que necesita nuestro país. (Varios señores diputados pronuncian palabras que no se perciben.— Aplausos). 

Al otro lado os estaremos esperando para conformar el Gobierno de cambio y progreso que necesita nuestro país, un Gobierno que garantice que la gente tiene un trabajo digno, el derecho de la gente a que le paguen las horas extraordinarias, un Gobierno que garantice que se pueden negociar colectivamente las condiciones de trabajo, un Gobierno que garantice una indemnización justa cuando te despiden, un Gobierno que te garantice que tienes un contrato indefinido cuando tu trabajo es indefinido y que no tienes por qué ser autónomo si tu trabajo no es de autónomo, en definitiva, un Gobierno que garantice el derecho de la gente a tener un trabajo digno y a no tener miedo a quedarse sin él. Cada uno de nosotros tiene sus razones para estar aquí. 

La gente con su voto nos metió dentro de de las instituciones, dentro del Congreso, y nos ha dicho muchas veces lo que tenemos que hacer. Personalmente he hecho mía una de esas cosas que a lo largo de la campaña desde que iniciamos Podemos la gente en la calle no ha dejado de repetir: Derogad la reforma laboral. Cuando lleguéis, derogad la reforma laboral. (Aplausos). 

Derogad la reforma del PP y derogad la reforma del PSOE. Derogad las reformas laborales que nos han dejado sin derechos. (Aplausos). Curiosamente, los autores de las reformas laborales, la del PP y la del PSOE, insistieron en que blindar normativamente el derecho a despedir —ojo, que digo el derecho a despedir, aunque se parezca en su sonoridad a otra cosa— era la mejor herramienta para crear empleo. Jamás una falacia tan burda vestida de paradoja ha resultado tan cruel y tan falsa. 

Las condiciones de trabajo en España son durísimas, de las más duras de entre los países de nuestro entorno, y desde que se pusieron en pie las reformas laborales, la del PSOE y la del PP, no han hecho más que empeorar. Entre el año 2008 y el año 2013 se destruyeron 1.300.000 empleos indefinidos y 1.400.000 de empleos temporales, pero cuando en 2015 se incrementó el número de empleos en medio millón, la Seguridad Social ofreció el peor resultado de su historia o uno de los peores. ¿Cómo puede ocurrir eso? 

Eso ocurre porque la contratación en España es precaria y temporal, porque que haya más gente trabajando no significa que en la Seguridad Social haya más ingresos. El 92% de los contratos que se firmaron en el año 2015 fueron temporales. En España se contrata por poco, se trabaja mucho y se cobra mal. 

Entre 2010 y 2014 los salarios reales en España cayeron un 4%. El 34% de los trabajadores recibe un salario equivalente al salario mínimo interprofesional y el 50% gana menos de 900 euros. Se echan horas extra en todos los sectores, pero no se pagan. Los informes de Comisiones Obreras, sí, de Comisiones Obreras, dicen que el 56% de las horas extra en este país no se pagan. 

Las reformas laborales, las del PP y las del PSOE, liberalizaron de facto el despido, redujeron los días de indemnización y ampliaron las causas para poder llevarlo a cabo. Redujeron la capacidad de la gente para poder negociar colectivamente las condiciones de su trabajo, petrificaron la temporalidad y garantizaron a todo el que quiera contratar que puede hacerlo y deshacerlo cuando quiera y en las condiciones que quiera. 

Las reformas laborales en España han sido y siguen siendo la causa de muchas y muy graves tragedias personales y familiares. En definitiva, las reformas laborales en España, las que promovieron ustedes y las que promovieron ustedes (Señala los escaños del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso y del Grupo Parlamentario Socialista) han sido una desgracia para la gente.

Podemos nació para cambiar este estado de cosas, para eso vinimos aquí, para recuperar nuestros derechos, para acabar con el fraude laboral, también con el fraude fiscal, también con los lavaderos de dinero, para que nunca más se aprueben en España normas que cercenan de manera tan cruel y violenta los derechos de la gente que trabaja y para todo eso, compañeras y compañeros socialistas, nos encontraréis tan pronto toméis esa decisión, la de abrir la puerta. 

Al otro lado os estaremos esperando para poner en pie un Gobierno de progreso y de cambio. Muchas gracias. (Prolongados aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Podemos-En Comú Podem-En Marea, puestos en pie).

La señora VICEPRESIDENTA (Navarro Garzón): Muchas gracias, señor Campuzano. Por el Grupo Parlamentario Ciudadanos, tiene la palabra la señora Faba. 

La señora FABA DE LA ENCARNACIÓN: Gracias, señora presidenta. Buenas tardes, señorías. Sin duda, los datos de desempleo y precariedad laboral en España son alarmantes, como lo vienen siendo desde hace décadas con Gobiernos de uno y otro signo. Recordemos: 18% de paro de media con Gobiernos socialistas y con Gobiernos populares. 

Este es el problema que principalmente preocupa a todos los españoles. Por tanto, el fomento del empleo y una mejor regulación del marco de relaciones laborales ha de ser y es desde luego para Ciudadanos una prioridad. La iniciativa que esta tarde debatimos y que nos trae el Grupo Parlamentario Podemos-En Comú Podem-En Marea propone no solo derogar la reforma laboral de 2012, obra del Partido Popular, sino también la anterior reforma del año 2010 debida al Partido Socialista. 

Desde luego, en Ciudadanos no necesitamos que vengan sus señorías de Podemos y confluencias a explicarnos que ambos modelos laborales, el del Partido Popular y el del Partido Socialista, han fracasado, que vienen fracasando desde hace décadas y que se traducen ambos en una idéntica cifra de paro, el 18%, y de precariedad también. 

En Ciudadanos lo sabemos perfectamente —no hace falta que vengan a recordarlo— y por eso no nos conformamos con el fracaso, sino que proponemos un cambio de marco en el mercado laboral, uno que permita reducir el desempleo con una economía más dinámica, uno que a la vez ofrezca protección igual para todos los trabajadores y la posibilidad de conservar sus derechos a lo largo de su carrera profesional, aunque cambien de puesto de trabajo, con medidas como la reducción del número de contratos y la lucha contra la dualidad laboral, medidas como el fondo o mochila austriaca que permite acumular derechos en una cuenta personal del trabajador, medidas para fomentar la estabilidad laboral como el sistema de bonus-malus que premia o penaliza a las empresas en función de su abuso de la temporalidad y la rotación de trabajadores, y un énfasis muy particular en políticas activas de empleo eficientes y bien financiadas, medidas todas ellas que atestiguan la centralidad que el empleo tiene para nosotros y medidas, por cierto, que Ciudadanos consiguió que se recogieran en el acuerdo de reformas firmado con el Partido Socialista y que no se podrán poner en práctica de manera inmediata gracias a la intransigencia y el personalismo que se ha manifestado en ambos extremos ideológicos. 

Frente a estas propuestas y este espíritu constructivo que creo que mi grupo ha demostrado en todo momento, lo que hoy nos encontramos aquí es una iniciativa propagandística que meramente pretende la derogación de las dos últimas reformas laborales sin proponer ningún modelo alternativo, ni una sola idea realista sobre cómo mejorar nuestro desastroso mercado laboral. 

Porque además, señorías, conviene precisar que la derogación de las normas vigentes referidas no tendría el efecto que hace revivir la regulación anterior, y eso es así fundamentalmente porque el texto refundido del Estatuto de los Trabajadores vigente ya no es el que aquellas normas modificaron, sino que ahora rige el texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores aprobado en octubre de 2015.

En suma, lo que se nos presenta hoy es una iniciativa de dudosa fundamentación técnica, que no soluciona ni un solo problema de los que tenemos todos los españoles y que además trasluce una total falta de ideas y de capacidad para afrontar los retos que hoy en día se presentan en nuestro mercado de trabajo. La derogación propuesta no lograría en modo alguno el crecimiento de los niveles de empleo en España. 

Tampoco se ve de qué manera piensan las señorías del Grupo Podemos que su afán derogador va a mejorar la situación de los millones de trabajos precarios, habida cuenta de que el porcentaje de contratos basura en España está estabilizado desde hace décadas en torno a un tercio; repito, el mismo modelo fracasado que PSOE y PP han compartido antes y después de 2010 y 2012. 

Por tanto, y dado que en Ciudadanos creemos que nuestra actuación política debe servir a las necesidades reales de los españoles y no al mero postureo ideológico o propagandístico, no contemplamos la mera derogación ni volver a ningún sistema anterior. 

Quién sabe, quizás sus señorías de Podemos sienten nostalgia del franquista Fuero del Trabajo. (Protestas.—Aplausos). Contemplamos definir un nuevo marco de relaciones laborales; un nuevo marco que tenga como objetivos fundamentales la lucha contra la precariedad y el paro —sobre todo el de larga duración— y el impulso de las políticas activas de empleo. 

Para ello proponemos impulsar un proceso de negociación entre los principales interlocutores sociales que culmine en el plazo de un año con la aprobación de un nuevo Estatuto de los Trabajadores, un nuevo estatuto que recupere su naturaleza originaria: carta de garantía de los derechos laborales. 

En este sentido, el Grupo Parlamentario Ciudadanos ha formulado su enmienda, una enmienda que recoge lo sustancial del acuerdo de reformas firmado en su momento con el Partido Socialista y que esperamos sea respaldada por el Grupo Parlamentario Podemos y por el resto de grupos de la Cámara. Muchas gracias. (Aplausos). 

La señora VICEPRESIDENTA (Navarro Garzón): Muchas gracias, señora Faba. Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra la señora Rodríguez Fernández. 

La señora RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ: Muchas gracias, señora presidenta. Señorías de Podemos-En Comú Podem-En Marea, señora Bescansa, ni el Primero de Mayo de este año, ni mañana, 28 de abril, que es el día que reivindicamos la salud y la seguridad en el trabajo, habrá un Gobierno que derogue reforma laboral alguna, ni la de 2010 ni la de 2012, que es la que todos queremos derogar. 

No habrá ese Gobierno porque, señorías de Podemos, ustedes dicen ser de izquierdas, pero yo empiezo a dudar que lo sean, ya que mi abuelo y mucha gente de izquierdas de verdad no entienden que un partido de izquierdas deje gobernar al Partido Popular. (Aplausos). 

Ustedes han perdido una oportunidad histórica para que nuestro país tuviera un Gobierno de cambio y de progreso; un Gobierno que antepusiera el bienestar y la felicidad de la ciudadanía al enriquecimiento de unos pocos; un Gobierno que cambiara de raíz las políticas de sufrimiento —porque son políticas de sufrimiento— que estos cuatro años ha impuesto el Partido Popular a los trabajadores y a la ciudadanía en general; un Gobierno que persiguiera el trabajo con derechos y no la precariedad; un Gobierno que apoyara la negociación colectiva y la subida de salarios, y no la devaluación salarial y el autoritarismo en la empresa; un Gobierno, en definitiva, que hiciera realidad las cláusulas del Estado social y democrático de derecho que todavía es nuestro país, y no banalizara sin escrúpulos, como ha hecho el Partido Popular, los derechos sociales que todavía reconoce nuestra Constitución. Señorías, los socialistas sí queremos —lo digo alto y claro: sí— derogar las normas laborales que han supuesto un recorte de los derechos de los trabajadores. (La señora vicepresidenta, Villalobos Talero, ocupa la Presidencia). 

Hemos sido los socialistas, señora Bescansa, señorías de Podemos, los que primero propusimos a la ciudadanía recuperar un acuerdo básico entre trabajadores y empresarios para elaborar un estatuto de los trabajadores —esa fue nuestra primera propuesta— que fuera una carta no de los derechos perdidos sino de los derechos conquistados por los trabajadores y las trabajadoras de nuestro país. (Aplausos). 

¿Hay que derogar? Sí, las normas que han recortado los derechos, de acuerdo. Pero quiero decirles una cosa, señorías de Podemos-En Comú Podem-En Marea, el Partido Socialista y el Partido Popular nunca hemos sido iguales en nuestras políticas de empleo ni en muchas otras cosas y nuestras reformas laborales jamás, jamás han sido iguales. 

Los socialistas no eliminamos la autorización administrativa en los despidos colectivos, que ha hecho que hoy los empresarios puedan despedir a su antojo. Los socialistas no lo hicimos, señorías. Los socialistas no eliminamos la indemnización por despido de los salarios de tramitación, que ha abaratado y facilitado el despido de miles de trabajadores de nuestro país, hasta 5 millones de trabajadores de nuestro país. Los socialistas no lo hicimos, señorías. 

Los socialistas no eliminamos la ultraactividad de los convenios colectivos, como ha hecho el Partido Popular con el apoyo de Democràcia i Llibertat, que ha llevado al limbo jurídico a más de 3 millones de trabajadores, que ha sumido en la inseguridad jurídica, señorías del Partido Popular, a miles de empresarios de nuestro país y que ha provocado la jubilación forzosa e injusta de algún magistrado de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo. 

No; no lo hicimos los socialistas, ni consignamos la prioridad absoluta y sin cortafuegos del convenio colectivo en la empresa, que hoy se está utilizando para bajar los salarios de los trabajadores, entre ellos los de las camareras de piso, que estuvieron el otro día en esta Cámara. No lo hicimos los socialistas, señorías. (Aplausos). 

Ni los socialistas nos inventamos —el Partido Popular sí— un falso contrato indefinido, que es en verdad un contrato temporal de un año, donde el despido es libre y sin indemnización alguna, como acaba de decirnos, y de denunciar al Partido Popular, la Organización Internacional del Trabajo y el Comité Europeo de los Derechos Sociales. 

Así que, señorías, deroguemos, sí, cuando tengamos Gobierno, y espero que de izquierdas, las normas que sean lesivas para los derechos de los trabajadores, pero no vamos a aceptar que ustedes digan que todos somos iguales y que todas las reformas laborales son lo mismo, porque no lo son, señorías de Podemos-En Comú Podem-En Marea. No lo son. (Aplausos). 

Y, sí, señorías del Partido Popular, hay que derogar su reforma laboral, por muchas y muy poderosas razones. La primera es porque fue impuesta a los trabajadores y a los empresarios de nuestro país. Es la primera vez en la historia de nuestra democracia que un Gobierno legisla contra un acuerdo de diálogo social. 

Hay que derogar su reforma laboral, señorías del Partido Popular, por los millones de trabajadores que hoy sufren contratos precarios que duran, cuando más, cincuenta y tres días y, cuando menos, tres días. Ustedes, señorías del Partido Popular, no han creado tanto empleo como dicen. Los descensos de paro se deben más bien a desilusión, a deserciones de la población activa, y los contratos que se firman, hasta diecisiete millones de contratos precarios el año pasado, obedecen al reparto del poco trabajo que existe. Han multiplicado como si fueran panes y peces un contrato… 

Han multiplicado, como si fueran panes y peces, un contrato de ocho horas por dos contratos de cuatro horas y por cuatro contratos de dos horas. Hay que derogar su reforma por los más de 2,5 millones de trabajadores pobres de nuestro país. 

Hay que derogar su reforma por los miles de trabajadores jóvenes que hoy están fuera de su país. Hay que derogar su reforma por los miles de mayores de cincuenta años que no tienen esperanza de volver a trabajar. Hay que derogar su reforma por los miles de mujeres que cobran un 24% menos de salario que sus compañeros varones. 

Pero, sobre todo, señorías del Partido Popular, hay que derogar su reforma porque han convertido el trabajo digno y con derechos en poco menos que un privilegio, una utopía o un sueño. Señoría, termino ya. Y por eso, señorías, porque trabajar es un derecho y no una utopía, hay que derogar, sí, señorías de Podemos, la reforma laboral del Partido Popular. Muchas gracias, presidenta. Muchas gracias, señorías. (Aplausos).

El señor ECHÁNIZ SALGADO: Muchas gracias, señora presidenta. Señorías, en la tarde de hoy no solo vamos a debatir sobre la derogación de un instrumento esencial, útil para la sociedad española; hoy debatimos sobre el pasado o el futuro, debatimos sobre la inutilidad o la eficacia, debatimos, en definitiva, sobre el sectarismo o la sociedad abierta y dinámica. 

Porque todos los países desarrollados, señorías, saben perfectamente que el mercado laboral español ha sido durante muchos años una enorme anomalía. 

Un paro estructural no homologable —el triple que en la Unión Europea—, la dualidad, la volatilidad del empleo, la ausencia de flexibilidad y de competitividad han sido rasgos endémicos y permanentes del deficiente funcionamiento histórico de nuestro mercado laboral, un mercado obsoleto, diseñado para antes de la globalización y con una legislación cargada de rigidez que ha empujado siempre a ajustar a los trabajadores despidiéndolos, en lugar de convertir el despido en una vía indeseable y objeto únicamente de la última opción posible. 

Esto lo sabe muy bien el Partido Socialista, que, ante la necesidad de cambiar la realidad porque subió el paro del 9% al 24%, con su terrible efecto sobre la desigualdad, sobre la pobreza o sobre el bienestar social, no quiso nunca asumir el coste político de las reformas necesarias, adelantó las elecciones e incluso dejó al país sin unos Presupuestos Generales del Estado durante todo 2012. 

Por eso el Partido Popular tuvo un importante respaldo social, porque los españoles recordaban bien los 5 millones de empleos creados hasta el año 2004, porque eso hizo que el Gobierno del Partido Popular, el Gobierno de Mariano Rajoy, no dudase ni un segundo en reformar con valentía nuestras normas laborales para crear empleo y para recuperar nuestra economía. 

Por eso, todas esas reformas equilibradas y responsables de esta legislatura en contratación, en negociación colectiva, en políticas activas de empleo, en políticas pasivas, en flexibilidad, en empleo juvenil, en productividad o en empleabilidad. 

Por eso, señorías, el Gobierno de España ha cumplido y por eso, señorías, estos resultados, que sorprenden en toda la Unión Europea cuando hemos remado con el mismo escenario internacional que el resto de los países, han permitido frenar la sangría del paro y darle la vuelta: donde había un 26% de paro ahora hay seis puntos menos; donde se destruyeron 3,5 millones de empleos, ahora hay un millón más de trabajadores en nuestro país; donde se destruyeron 177.000 empresas, hoy se han creado 256.000 empresas; donde cerraron sus negocios 571.000 autónomos, ahora han levantado su persiana más de 100.000. (Aplausos). 

Si no se hubieran hecho estas reformas, hoy España tendría un millón de empleos menos; si el Partido Socialista en la época de Zapatero, en 2008, hubiera hecho estas reformas, no habrían caído en 2 millones los desempleados en aquella época. 

Ningún instituto de estudios económicos lo pone en duda: crecemos, creamos empleo, sobre todo indefinido, 4,7 millones de contratos indefinidos desde el año 2011, los de jóvenes creciendo al 11%, el 85% de toda la Unión Europea, seis nuevos empleos por cada pensionista en nuestro país, y generamos sostenibilidad y estabilidad para nuestro Estado del bienestar. 

Que con nuestras reformas, con nuestras políticas sociales y laborales, que han sabido estimular la oferta del empleo, muchos españoles hayan recuperado su proyecto de vida, su tranquilidad familiar, sus ilusiones y sus sueños es un orgullo para todos los que formamos el Partido Popular (Aplausos), para todos nuestros votantes que nos dieron su mayoría, su apoyo y que nos pidieron el 20 de diciembre continuar esta tarea. 

Ha sido nuestra obsesión y nos hemos dejado la piel en ello. No nos hemos olvidado ni un solo día de todos ellos, ni un solo día a lo largo de toda la legislatura, y no nos vamos a olvidar tampoco en el futuro hasta que recuperemos uno por uno todos los empleos que destruyeron el Partido Socialista Obrero Español y la izquierda. (Aplausos). 

Esto ha dado pleno sentido a nuestra actividad política, a nuestro servicio público a los españoles, porque ninguno ha dejado más empleo en España al principio que el Partido Popular. Esto es, y no otra cosa, un Gobierno de progreso, un Gobierno que crea empleo, un Gobierno que crea oportunidades, un Gobierno que crea una mejor sociedad en nuestro país. 

El empleo es una seña de identidad del Partido Popular y de nadie más en toda esta Cámara. Nadie se ha comprometido a crear 2 millones de nuevos empleos en los próximos cuatro años, nadie absolutamente. Es más, es desalentador leer los programas electorales de todas las fuerzas políticas de esta Cámara excepto del Partido Popular. Solamente el Partido Popular se ha comprometido a tener 20 millones de empleos en el año 2020, nadie más. (Risas). 

Solo el Partido Popular ha sido la única garantía que han tenido, que tienen y que tendrán los españoles en la creación de empleo en los últimos treinta y ocho años de nuestra democracia. El Partido Popular es el único capaz de hacerlo, y los españoles lo saben muy bien. 

Por eso decía al principio que el debate de hoy no es un debate solo de instrumentos sobre el mercado laboral. Es un debate esencialmente de pasado o de futuro, de inutilidad o de eficacia, de destruir o de construir, entre perseverar en el camino con lo que ha demostrado al mundo ser útil o volver a las andadas, volver a 3,5 millones de parados. 

Señorías, queda mucho por hacer —pero sin desandar caminos, porque ha costado mucho llegar hasta este momento— manteniendo el impulso de las reformas sensatas y de las reformas eficaces y manteniendo la estabilidad política también, que son precisamente las dos tarjetas de visita que el Partido Popular ha ofrecido siempre a los españoles. Tengo una pregunta para todos ustedes, señorías. 

Hoy, con su voto, España verá si ustedes ambicionan un 2020 con 20 millones de españoles trabajando o si quieren volver a 6 millones de parados. El Partido Popular, desde luego, en esto va a estar una vez más, como siempre, con los españoles. Muchísimas gracias. (Aplausos).

DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO, RELATIVA A LA PRONTA LIBERACIÓN DE LOS PRESOS POLÍTICOS EN LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA. (Número de expediente 162/000031).

El señor GUTIÉRREZ LIMONES: Muchas gracias, señor presidente. Señorías, intentaré serenar un poco este debate. La vida de cada persona es única, insustituible e irrenunciable. En cada una de la más humilde de las personas que cada uno podamos conocer nace la dignidad de que nadie nunca vivirá su vida igual, por eso es verdad que no podemos pedirnos unos a otros, exigirnos, dedicar nuestra vida a ningún dios, a ninguna ideología y ni siquiera a la salvación del conjunto de la humanidad. 

Ahora bien, los seres humanos somos seres de encuentro; no somos seres individuales, aislados. Nacemos con la vocación de convivir; juntos somos más y somos mejores. Vivimos en pueblos y en ciudades y construimos modos de convivencia cada día más elevados, pero al mismo tiempo no podemos permanecer impasibles cuando miramos a nuestro alrededor y hay personas que no tienen las mínimas condiciones para llevar a cabo su vida con dignidad. Homo sum, humani nihil a me alienum puto. Soy humano y nada de lo humano me puede ser ajeno. 

Por eso, no podemos aceptar las víctimas del destino, igual que no podemos aceptar que nadie tenga el  derecho a castigar a alguien por su pensamiento o por sus ideas; solo se castiga por lo que se hace. (Aplausos). Por tanto, el Parlamento español no puede permanece indiferente ante la situación que viven los presos políticos en Venezuela o en el resto del mundo. 

La indiferencia etimológicamente significa ninguna diferencia. Wiesel, el que fuera premio Nobel de la Paz y superviviente del Holocausto, decía que la indiferencia era un estado extraño y artificial que se situaba entre la luz y la oscuridad, el anochecer y el amanecer, el crimen y el castigo, la crueldad y la compasión, lo bueno y lo dañino. 

Porque la indiferencia, señorías, nos atrae, nos tienta, nos seduce; porque es mucho más fácil ver a la víctima desde lejos. Amarse es un inconveniente en nuestra vida, porque es implicarse en el dolor y en el sufrimiento, en la desesperación de la otra persona, y eso nos rompe nuestra vida cotidiana; nos interrumpe en nuestros sueños y nuestras esperanzas. 

Pero también decía él que la indiferencia no es un principio sino un final. Es amiga siempre del enemigo, es siempre la que apoya al agresor. Por eso, un preso político en su celda, unos niños hambrientos o unos refugiados sin hogar no pueden pensar nunca que nosotros no podemos mirarles, que no podemos llevarles una chispa de esperanza, que no participamos de sus apuros y de sus angustias, porque sencillamente en ese momento —justo en ese momento— los estamos exiliando de la memoria humana. 

Estoy seguro de que Leopoldo López, como cualquier preso político en Venezuela o en el mundo, en la soledad de su celda lo último que puede pensar es que su sufrimiento le es ajeno al resto de sus semejantes. Cuando denegamos la humanidad —su humanidad— nos estamos negando a nosotros mismos. El Partido Socialista nació hace casi un siglo y medio, precisamente por eso, por no ser indiferente a ninguna injusticia y por luchar por la libertad, la igualdad y la dignidad de las personas. (Aplausos).

Por eso precisamente apoyamos esta proposición no de ley. Termino. Vamos a apoyar la enmienda transaccional y lo hacemos además habiendo añadido dos conceptos: el de la no violencia y el del diálogo. Nuestra pretensión no es crear más tensión ni alejar a los venezolanos del reencuentro y de la convivencia. 

Por eso denunciamos firmemente esta situación, pero al mismo tiempo decimos que tenemos que encontrar mediadores incluso aunque estos no tengan el terreno para mediar. Porque llegará el día de la negociación, llegará el día de avenirse a razones, el día de la democracia, y nosotros deberíamos haber hecho algo más que sencillamente denunciar lo obvio y señalar los problemas, porque tendremos que demostrar que los españoles hemos estado siempre de parte de las soluciones. 

Finalmente, señorías, decía Neruda: Vengo triste de ver el mundo que no cambia. Yo sé que algunos se conforman solo con denunciar y lamentar los males de este mundo; nosotros los socialistas, no. Nosotros queremos gobernar para cambiarlo aunque solo sea porque así estaremos un poquito más cerca de conseguirlo. Buenas tardes y muchas gracias. (Prolongados aplausos).

El señor RIVERA DÍAZ: Gracias, presidente. Diputados y diputadas, la verdad es que de los derechos humanos incluso se puede hablar en el Congreso de los Diputados, no solo en el intergrupo de los derechos humanos, por la importancia que tiene hablar de derechos humanos. En mis manos tengo una iniciativa que Ciudadanos ha presentado para hablar de los derechos humanos en Guinea Ecuatorial en la Comisión de Exteriores. 

Algunos hemos hablado de los derechos humanos de Guinea Ecuatorial y, claro que sí, vamos a hablar hoy de los derechos humanos en Venezuela. No hay que buscar excusas para equivocarse de botón votando. (Aplausos). Si algo ha demostrado la historia de Europa es que no es suficiente decir que un país tiene democracia por tener urnas. 

En Alemania, en los años treinta, ganaron en las urnas aquellos que cometieron la barbaridad más grande de la historia, y hubo un gran aprendizaje de la historia: los demócratas firmaron la Carta de Derechos Humanos en el año 1948 precisamente para que no bastaran urnas sino que hubiera que respetar los derechos humanos. Por tanto, en Venezuela no hay democracia porque, aunque haya urnas, no se respetan los derechos humanos. (Aplausos).

En el breve tiempo que tengo no puedo hablar ni voy a hablar de la situación económica y social desastrosa y caótica de nuestros compatriotas venezolanos. Hace unos días me reuní con el embajador de Colombia y el Comisionado para la Paz y me explicaron la afluencia de venezolanos, un país que ha sido rico históricamente, en las fronteras colombianas en busca de medicamentos y para ser atendidos en la sanidad colombiana. 

Eso no es propio de un país rico como Venezuela, eso es consecuencia de unas políticas económicas y sociales nefastas, lamentables, que en ningún caso pueden ser un ejemplo a seguir sino algo para olvidar y para nunca aplicar en un país como España. (Aplausos). 

Pero, además de subir a esta tribuna como diputado y portavoz de mi grupo, hoy subo también como amigo de una persona que nos acompaña, Leopoldo López Gil, el padre de Leopoldo López, que está hoy aquí en la tribuna. (Prolongados aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, del Grupo Parlamentario Socialista y del Grupo Parlamentario Ciudadanos, puestos en pie mirando a la tribuna de invitados). 

Gracias, Leopoldo, por estar aquí. Leopoldo, en esta Cámara somos un país tan democrático que aquellos que no son mayoría tienen derecho a hablar con exactamente el mismo tiempo que grupos que tienen más votos y aquellos incluso que han defendido posiciones justificando el terrorismo en España tienen grupo parlamentario. En cambio, en tú país ni siquiera podéis ejercer la democracia los que sois mayoría. (Aplausos). 

Pero quiero deciros una cosa a todos los compañeros de Venezuela que nos acompañáis hoy: por suerte, lo que vamos a contar aquí son votos y escaños y aquí el 75% de esta Cámara va a dar un abrazo y va a apoyar a los demócratas venezolanos, por mucho ruido y mucho aplauso vergonzoso que hayamos escuchado en esta Cámara. Así que el aplauso y el voto del 75% lo vais a tener cuando votemos esta resolución. 

Y eso es un mensaje al mundo también. España no puede permanecer mirando hacia otro lado, ni en Guinea, ni en Irán, ni en Arabia Saudí, ni en Venezuela, señor Iglesias. Por tanto, vamos a votar todos los demócratas a favor de la democracia. Para concluir, también les quiero decir que no solo nos estamos jugando lo que pasa en Venezuela, también nos estamos jugando el papel de España a nivel internacional. Aquí tengo el libro de Leopoldo López escrito desde la cárcel. (Muestra el libro) 

Un opositor, que podríamos ser cualquiera de nosotros, que escribe desde la cárcel. Además, tengo la suerte de contar con la firma del padre, la madre y la mujer de Leopoldo, cosa que aprecio y valoro. Y les digo una cosa: más pronto que tarde en Venezuela habrá democracia de verdad, más pronto que tarde, y todo lo que pueda hacer España y la nación española por Venezuela lo hará, porque los españoles, el 75 % de esta Cámara, estamos con vosotros y vamos a hacer todo lo que esté en nuestras manos para ayudaros. 

Así que ahora, señores, a los demócratas españoles nos toca votar. Para los ciudadanos que nos vean —igual no lo saben—, en los escaños hay tres botones: un botón verde, un botón rojo y otro amarillo; el único botón hábil para los demócratas hoy es el verde; el botón rojo o el amarillo es el que pulsaría el señor Maduro o el señor Chávez si estuviera vivo, pero los demócratas y los opositores mayoritarios en Venezuela pulsarían el botón verde. (Rumores). 

Así que, ustedes escogen. Si quieren votar lo que votaría Maduro, el líder de algunos de los que aquí están, el referente ideológico de algunos de los grupos de esta Cámara, adelante, pero algunos no nos vamos a equivocar de botón, vamos a apretar el botón verde del sí a la libertad, del sí a la democracia. Ojalá Podemos se sumara a esta iniciativa, pero el señor Maduro se enfadaría con ellos y eso tendría consecuencias para Podemos. (Aplausos). 

Por tanto, en nombre de los 3,5 millones de españoles que representamos, y estoy convencido de que los demócratas de esta Cámara a nuestra izquierda y a nuestra derecha también, aquí no hay ideologías, aquí lo que hay son valores democráticos (Rumores), y hoy la mayoría de los españoles vamos a votar en esta Cámara a favor de la democracia. 

Termino con una frase de uno de nuestros presidentes, Manuel Azaña, que decía que la libertad no hace ni mejores ni peores a los hombres, nos hace sencillamente hombres. Pues eso, ¡libertad para Venezuela! (Aplausos del Grupo Parlamentario Ciudadanos, puestos en pie).

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