lunes, 22 de julio de 2019

DEBATE DE INVESTIDURA PEDRO SÁNCHEZ


Sánchez pide la confianza de la Cámara para poner en marcha un Gobierno progresista que haga avanzar a España



El candidato socialista apuesta por una segunda transformación del país basada en la Educación y desgrana un ambicioso programa para hacer frente a seis retos clave: la calidad del empleo y la sostenibilidad de las pensiones, la revolución digital, la emergencia climática, la igualdad entre hombres y mujeres, la desigualdad social y el fortalecimiento del proyecto europeo.

El candidato socialista a la investidura y líder del PSOE, Pedro Sánchez, pidió este lunes la confianza del Congreso de los Diputados para poner en marcha cuanto antes “el Gobierno mandatado por las urnas” el 28 de abril: un Ejecutivo “progresista, ecologista, feminista y europeísta” que “mire hacia delante”, siente las bases de los “grandes acuerdos” que nuestro país necesita para “encarar los retos que ya son presente”, y para hacer avanzar al conjunto de la nación.

El presidente del Gobierno en funciones y secretario general socialista subrayó que esa voluntad de avanzar quedó patente en el resultado electoral del 28A y el 26M: “Los ciudadanos debían escoger entre la confrontación y la convivencia, y eligieron convivencia, cohesión y limpieza. Votaron por un Gobierno progresista y una oposición responsable, y esa tarea comienza por desbloquear inmediatamente la formación del Gobierno”, explicó.

En ese sentido, el líder del PSOE trasladó una primera oferta de Pacto de Estado para reformar el artículo 99 de la Constituciónpara evitar “la amenaza de una repetición electoral”. Sánchez reiteró la necesidad de que “España tenga Gobierno, tenga oposición y no quede bloqueada” porque “los problemas cotidianos, las angustias y las esperanzas de la gente no se detienen”. “Hoy, no mañana”, ahondó, es necesario un Ejecutivo que afronte los retos pendientes.

A juicio del socialista, seis son los principales desafíos que afronta nuestro país: el empleo digno y la sostenibilidad del sistema de pensiones, la revolución digital, la emergencia climática, la igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres, la desigualdad social, y el fortalecimiento del proyecto europeo “manteniendo los valores que fundamentan” Europa. En su intervención, Sánchezdesgranó las medidas que aplicará su Ejecutivo en cada caso.

El socialista también se dirigió al resto de formaciones. A Unidas Podemos le dijo que “nada que merezca la pena es fácil”, pero subrayó que el acuerdo que puede lograrse “merece mucho la pena”. “Nos une la promesa de las izquierdas: un progreso sostenible y su distribución justa, que mejore la vida de la gente y cambie la Historia de España”, apuntó. En cuanto a la bancada conservadora, Sánchez le dirigió un mensaje claro: “No les pido que apoyen este proyecto, les pido que permitan que España tenga un Gobierno; les pido, les exijo que permitan que España avance”, concluyó.
Empleo de calidad y pensiones públicas sostenibles

En materia de empleo y pensiones, apostó por poner en pie un nuevo Estatuto de los Trabajadores, aprobar un Estado del becario, dar luz verde a un plan estratégico de retorno del talento, sacar adelante una ley de igualdad, reformar las políticas activas de empleo y el subsidio de desempleo para aumentar la tasa de cobertura, mejorar los derechos de los autónomos, ahondar en las medidas del plan director por un trabajo digno, apoyar a las empresas de la economía social, racionalizar los horarios y subir el salario mínimo interprofesional, entre otras medidas. Además, se comprometió con la subida de las pensiones de acuerdo al IPC y a garantizar su sostenibilidad con nuevas vías de financiación.



Liderar la revolución digital

En segundo lugar, subrayó su deseo de que España lidere la revolución digital, y para ello se comprometió a invertir “de forma decidida” y aprobar un pacto de Estado por la Ciencia, una ley de startups, un marco estratégico que ayude a las pymes en su digitalización, medidas para aumentar el peso de la industria en el PIB, un pacto por la Cultura y a dar un impulso decidido a la digitalización de la administración.



Acción contra el cambio climático

Ante la emergencia climática, Sánchez se comprometió a actuar a nivel internacional, colocando a España a la vanguardia de esta causa; a nivel estatal, adaptando la normativa para combatir el calentamiento global; a nivel corporativo, impulsando alianzas público-privadas; y a nivel ciudadano, actuando para mejorar la conciencia de toda la ciudadanía con este problema. Además, su Gobierno impulsará una estrategia de movilidad sostenible, la rehabilitación de 100.000 viviendas al año, la fiscalidad ambiental y una estrategia para hacer más sostenible el turismo. El candidato también apostó por regular zonas de bajas emisiones en todas las ciudades de más de 50.000 habitantes: “Nadie va a parar Madrid Central, no puede haber pasos atrás”, agregó.



Claro compromiso feminista

En su discurso, el socialista recordó las más de mil víctimas de la violencia de género y reafirmó su compromiso con el conjunto de medidas contempladas en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género. Más allá de los asesinatos machistas, denunció todas las formas de desigualdad que afectan a las mujeres y planteó medidas contra la brecha salarial, para modificar la tipificación de los delitos sexuales bajo el principio de que “el silencio no equivale a una afirmación” y contra toda forma de discriminación. También expresó su defensa de la diversidad y del colectivo LGTBI, con propuestas como un plan contra los delitos de odio, la Ley de Igualdad de Trato y No Discriminación y la modificación de la Ley de Identidad de Género. Asimismo, alertó sobre la necesidad de reformar la Constitución para eliminar el término “disminuidos” en referencia a las personas con discapacidad.



Salarios justos y oportunidades para todos

La justicia social fue el quinto eje del discurso del líder del PSOE, que advirtió de que “una sociedad donde la desigualdad crece nunca será plenamente libre”. Por ello, concretó, es necesario seguir elevando el salario mínimo interprofesional, establecer rentas de inserción, debatir la instauración de un ingreso mínimo vital para luchar contra la pobreza infantil, fortalecer la educación pública y mejorar el sistema de becas. Igualmente urgente resultado abordar la cuestión de la vivienda para mejorar las posibilidades de emancipación de los jóvenes, algo para lo que propuso un renta de emancipación, aumentar la oferta de alquiler social y adoptar medidas contra las subidas abusivas de las rentas. Revitalizar el sistema nacional de Dependencia y eliminar progresivamente los copagos farmacéuticos fueron algunas de las propuestas que también planteó Sánchez. Todo ello, resumió, para que “la igualdad sea la base de la convivencia” en España, atendiendo también la necesaria “cohesión territorial” en materia, por ejemplo, de infraestructuras y afrontando el reto demográfico.



Una Europa fuerte y de valores

Por último, el candidato a la investidura hizo referencia a la necesidad de fortalecer el proyecto europeo desde los valores en los que se fundamenta, así como de construir consensos comunitarios para abordar desafíos como la política migratoria y de asilo. Sánchez, que dijo soñar con una futura Constitución Europea, expresó su compromiso con la construcción de una UE social alineada también con la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. Entre las medidas concretas que planteó, figuran la creación de un Seguro Europeo de Desempleo, una estrategia común contra la Violencia de Género o un salario mínimo común.



A lo largo de casi dos horas, el candidato realizó 130 propuestas: 12 pactos de Estado, 3 reformas constitucionales, 25 leyes y otras 90 medidas. Entre ellas, la supresión del voto rogado, la derogación de la ley mordaza, la regulación de la eutanasia o la exhumación del dictador Franco, una Ley de Bienestar Animar, la recuperación de la Justicia Universal, una Ley de Protección a los Testigos de casos de corrupción o la regulación del juego en nuestro país.




DISCURSO DE INVESTIDURA:

Gracias, Presidenta. Buenas tardes, Señorías. En 1979, cuarenta años atrás, se celebró el primer debate de investidura en esta Cámara. Muchos de quienes están presentes hoy aquí o bien no habían nacido o, como es mi caso, éramos tan niños que no guardamos recuerdos de aquel instante. En aquellos tiempos todavía no estaban esos agujeros de bala en el techo del Hemiciclo. 

El aire estaba lleno del humo del tabaco de los diputados, en su mayoría hombres. Y quien quería hacer una llamada tenía que hacerlo desde un teléfono fijo. Ha pasado mucho tiempo, señorías, pero el ritual democrático de la investidura, reglado en nuestra Constitución, es el mismo: el Jefe del Estado encarga a uno de los candidatos, generalmente el que tiene la mayoría de la Cámara, que exponga su programa y solicite la confianza de la mayoría para formar Gobierno. 

Esto es lo que pretendo hacer durante los próximos días. Solicitar su confianza. Apelar a su responsabilidad, apelar también a su generosidad. Para, entre todos, lograr que España tenga Gobierno y no se suma en el bloqueo. Señorías, España ha cambiado mucho en estas cuatro décadas. Si en 1979, sólo el 5% de los diputados eran mujeres, hoy es el 47%, el porcentaje más alto del conjunto de la UE. Si entonces Europa era un sueño lejano para nuestros abuelos, padres y madres, hoy España es una democracia plena que contribuye al fortalecimiento de nuestro proyecto común, que es Europa. 

Todo lo logrado no ha sido por casualidad. Ha sido gracias a la firme voluntad del pueblo español de siempre avanzar. De mirar al futuro. De caminar siempre hacia delante, juntos, juntas, sin dejar a nadie atrás. Eso mismo, a mi juicio, hicieron los españoles cuando fueron convocados a las urnas, el pasado 28 de abril y también el 26 de mayo. Avanzar. 

No retroceder. Avanzar frente a los riesgos claros, más que evidentes, de los intentos de involución planteados por los partidos que componen hoy la bancada conservadora. Avanzar y no dar ni un paso atrás frente al cuestionamiento de las libertades y los derechos civiles que representan a minoría y que están siendo puestos en cuestión por algunas fuerzas políticas. 

Avanzar y no cuestionar nuestro modelo de convivencia territorial. Avanzar y repudiar todo intento de banalización de la violencia que sufre la mitad de la población por el hecho de ser mujer. Ojalá este contundente mandato, expresado por los españoles el 28 de abril y el 26 de mayo, sirviera para que los dos partidos de la bancada conservadora se alejaran de las redes autoritarias y la corriente reaccionaria que impregna la política europea y desgraciadamente también ha entrado en la Cámara.

Por lo pronto, los dos partidos conservadores y la ultraderecha han institucionalizado en ayuntamientos y en algunas comunidades autónomas, la foto de la Plaza de Colón de Madrid. Se olvidaron de los discursos que hablaban de la lista más votada. Expulsaron del constitucionalismo a quienes no pensaban como ellos. Con el mismo cordón sanitario que pusieron al Partido Socialista, se han atado a la ultraderecha. 

Señorías, Me dirijo a ustedes en nombre de la fuerza más votada en las elecciones generales. En nombre de un partido que acumula más escaños que la suma de las dos siguientes fuerzas parlamentarias aquí presentes, y que ostenta la mayoría absoluta en el Senado. 

En nombre de un partido que en 2019 cumple 140 años de vida, y que quiere hacer efectivo el mandato del 28 de abril: que España avance y que lo haga con justicia social. El 28 de abril, los ciudadanos debían escoger entre seguir encallados en la confrontación o apostar por la convivencia. Y dijeron claramente que querían avanzar con convivencia y concordia. Entendieron que un país no puede avanzar dejando abandonados en la exclusión a una parte de sus compatriotas. Y eligieron crecimiento y prosperidad. Eligieron cohesión social. 

Decidieron reivindicar la ejemplaridad y extirpar la corrupción de la vida pública que había sido la tónica habitual durante los últimos mandatos del PP. Decidieron reivindicar la ejemplaridad, y eligieron la limpieza en la política. Convivencia, cohesión y limpieza. Este fue el camino elegido por los ciudadanos el pasado 28 de abril. Ellos y ellas ya han hecho lo que debían hacer. Votar. 

¿Qué ofrecen a los españoles los que le niegan el único gobierno posible? Los españoles, señorías, votaron por un gobierno progresista y una oposición responsable. Ahora somos nosotros quienes tenemos que ser útiles para servirles desde esta Cámara. Y esa tarea comienza por desbloquear inmediatamente la formación del Gobierno. Solo con un Gobierno puede haber oposición. 

Sin Gobierno solo hay vacío de poder. A tal fin, quiero trasladarles una primera oferta de Pacto de Estado. Resulta evidente que el artículo 99 de nuestra Constitución, que regula el procedimiento de investidura de la Presidencia del Gobierno, debe ser actualizado a la nueva realidad parlamentaria. Los ciudadanos no deben nunca más sufrir la amenaza de una repetición electoral. 

Con una votación basta. Al igual que el sistema garantiza la conformación de gobiernos municipales el pasado 15 de junio, autonómicos –en muchos estatutos autonómicos– o, también, el gobierno de esta Cámara, así debe quedar garantizada la constitución del Poder Ejecutivo a nivel nacional. Para poder materializar esta propuesta, este acuerdo, que refuerce la estabilidad del sistema, les pido que facilitemos entre todos la formación del Gobierno de España y que abordemos la reforma constitucional del artículo 99 para que nunca más vuelva a ocurrir el bloqueo. 

No estamos eligiendo entre izquierda o derecha, entre progresistas o conservadores. Eso ya lo hicieron los españoles el 28 de abril. Estamos eligiendo entre Gobierno o no Gobierno. No estoy proponiendo el debilitamiento de la labor de la oposición, que podrá ejercerse con toda la contundencia que se considere oportuna una vez que haya Gobierno. Estoy proponiendo que España tenga Gobierno. Que España tenga oposición. Que España no quede bloqueada. Sobre todo, señorías, porque el mundo no se para: los problemas cotidianos, las angustias y las esperanzas de la gente, no se detienen. 

Los jóvenes agobiados por la carestía de la vivienda no dejan de padecerla porque no haya Gobierno. La precariedad de un rider o el desempleo de una mujer, no desaparecen como consecuencia de la no asunción de responsabilidad por parte de esta Cámara. La soledad de muchos de nuestros mayores en muchos pueblos y ciudades, no deja de sufrirse. Quienes presentaron un millón de firmas pidiendo una Ley de Eutanasia para poder morir con dignidad demandan una respuesta clara. Hoy; no mañana. Ya, no en septiembre o en octubre o noviembre. Les propongo, por ello, avanzar en la formación del Gobierno mandatado por las urnas: un Gobierno progresista, ecologista, feminista y europeísta. 

Un Gobierno que tienda puentes; que mire hacia delante y sea capaz de construir la base de los grandes acuerdos que exige nuestro país para encarar retos que ya son presente. Retos en los que es imprescindible la acción inmediata del Gobierno, pero en la que no debe faltar tampoco la acción conjunta de la sociedad. De todos los objetivos a los que nos enfrentamos, a mi juicio hay seis en los que España se juega su presente y su futuro. 

Seis objetivos que engarzan con la Agenda 2030, con la que estamos plenamente comprometidos. El primero, sin duda alguna, es la principal preocupación de los ciudadanos: es el del empleo digno y la sostenibilidad del sistema de pensiones. 

  • El empleo sufre en España de problemas estructurales que no han terminado de corregirse. Ni en épocas de bonanza ni en épocas de crisis económica. Seguimos teniendo una elevada tasa de paro, en torno al 14,7%, inferior a la de estos últimos años pero superior a la de la media de la UE, con un alto grado de desempleo de larga duración, pese a que estamos en niveles récord de cotizantes a la Seguridad Social, con más de 19,5 millones. 
    • Asimismo, hay una elevada tasa de temporalidad –casi un 26%– y altos niveles de empleo a tiempo parcial no voluntario, que ponen de manifiesto las debilidades crónicas de nuestro marco laboral, que sufren con particular contundencia los jóvenes y las mujeres. 
    • En consecuencia, la consecuencia lógica tiene un nombre: precariedad. 
    • Precariedad laboral que se traduce en vidas en permanente estado de incertidumbre. Catorce de cada cien personas que trabajan en nuestro país son trabajadores pobres, no llegan a fin de mes con su sueldo. 
    • Los trabajadores autónomos también están expuestos a amenazas y dificultades: sufren demasiadas cargas administrativas y cotizan por ingresos muy superiores a los reales que tienen cada mes. 
    • La situación de las kellys, los riders o los temporeros agrícolas no son pequeñas excepciones de precariedad, sino deficiencias estructurales que tenemos que corregir. Porque todas y todos ellos son trabajadores que necesitan y merecen derechos y dignidad. Una economía moderna no puede basar su competitividad en el abuso salarial sobre una parte de los trabajadores ni excluir a una de cada seis personas en edad de trabajar o a uno de cada tres jóvenes. 
    • Y, junto a ello, debemos garantizar la dignidad en la cuantía, la sostenibilidad y la naturaleza pública de nuestro sistema de pensiones. 
    • Esta legislatura debe alumbrar un nuevo Pacto de Toledo, que salvaguarde la clave de bóveda de nuestro Estado del Bienestar, el sistema público de pensiones, en un contexto exigente por la caída de la natalidad, el aumento de la esperanza de vida y el aumento del ratio de pensionistas sobre trabajadores. 
    • La pregunta es: ¿Dónde debe estar España? Y nuestra respuesta es: promoviendo empleo digno en una economía competitiva y sostenible. Garantizando pensiones dignas, salvaguardando el sistema público de pensiones. 
  • El segundo reto tiene que ver con la revolución digital, la revolución tecnológica. Según la OCDE, un 21,7% de los empleos de nuestro país están en riesgo de automatización, y por tanto, de desaparición. Y otro 30,2% sufrirá una transformación radical por el avance de la tecnología. La revolución digital no solo impacta sobre el empleo, que es algo que es lo que más afecta e importa a la ciudadanía. 
    • Sino que también afecta de lleno también a la fiscalidad, la justicia fiscal. Hace pocas semanas supimos que una conocida plataforma digital audiovisual pagó en España, quédense con la cifra, 3.146 euros en concepto de impuesto de sociedades. No es la única. Esto no solo resulta insostenible, sino que atenta contra los más elementales principios de responsabilidad y de justicia fiscal. La revolución digital incide en nuestros derechos y libertades. 
    • Llevamos un ordenador 100.000 veces más potente que el Apolo XI en nuestro bolsillo y que ya sabe más acerca de nosotros que nosotros mismos, porque acumula millones de datos sobre nuestras preferencias. ¿A quién pertenece esa información? ¿Quién controla esos datos que se están convirtiendo en un factor de producción tanto o más importante que la energía o el trabajo humano? 
    • Sectores enteros de nuestra economía se reestructuran y se adaptan a modelos de plataformas digitales. Pese a ello, seguimos respondiendo con reglas de siglos pasados a problemas del siglo XXI. En ausencia de nuevas reglas, se abren paso nuevas formas de trabajo precario como son los riders, nuevas formas de evasión fiscal, como el ejemplo que les he puesto, y nuevas formas de vulneración de los derechos humanos a la privacidad y al honor personal. En este periodo de transformación digital, ¿dónde tiene que estar España? 
    • Nuestra respuesta es: liderando en Europa, porque sólo se puede hacer en Europa, la revolución digital y protegiendo a la ciudadanía frente al poder de los nuevos monopolios. 
  • El tercer gran reto al que nos enfrentamos es la emergencia climática. 
    • Este no es un desafío específico de España, es un desafío del conjunto de la humanidad. Pero al que nuestro país, singularmente, está muy expuesto. 
    • Así lo demuestran los episodios de temperaturas extremas, las sequías, el aumento del nivel del mar o incendios tan devastadores como los sufridos recientemente. La contaminación del aire mata; y acorta la vida de muchas personas al año. ¿Es esta la sociedad que queremos para nosotros y también nuestros hijos y nuestros nietos? 
    • Si no tenemos planeta, lo que hagamos en otros ámbitos no servirá de nada. Uno no puede amueblar una casa sin paredes ni tejado. Por eso la sociedad, en especial los jóvenes, reclama que actuemos, y que actuemos ya. Que detengamos esa dinámica suicida que está erosionando la casa en la que vivimos y amenaza con destruirla definitivamente. 
    • Nuevamente la pregunta es: ¿Dónde debe estar España? Y nuestra respuesta vuelve a ser: liderando la lucha contra el cambio climático. Convirtiendo este gran desafío en los que realmente puede llegar a ser: una gran oportunidad de progreso seguro para la ciudadanía española. Señorías, 
  • El cuarto reto al que quiero referirme está relacionado con la igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres. La desigualdad que sufren las mujeres muestra su rostro más cruel en el machismo criminal. En 2018, casi la quinta parte de los homicidios registrados lo son de violencia de género. En apenas década y media, más de 1.000 muertes han sido asesinadas como consecuencia de la violencia de género. 
    • Esta lacra tiene un nombre:  violencia machista, sin apellidos ni eufemismos. Se cometa en una casa o en la jauría de una manada. Aquellos que quieren banalizar este drama, retroceder al pasado o inventar conspiraciones, que tengan algo muy claro: nos van a tener enfrente. Pero la desigualdad que soportan las mujeres se expresa de muchas más formas. La más visible es la participación injusta en el reparto de las oportunidades, las responsabilidades en el hogar y los ingresos. Todo un despilfarro de recursos. 
    • Según estimaciones del Ministerio de Economía, el PIB crecería un 15% más si se erradicara la brecha de género en el mercado de trabajo. Señoras y señores diputados, La desigualdad es un problema de dignidad. Es un problema de derechos humanos. Es un problema de progreso social. 
    • La pregunta es: ¿Dónde debe estar España? Nuestra respuesta es: siendo un referente mundial del feminismo y de la lucha por los derechos de la mujer. 
  • El quinto reto al que quiero hacer referencia es el de la desigualdad social. 
    • Ocho millones y medio de españoles están en situación de exclusión social, una cifra escandalosa. La mitad de ellos sufren una exclusión severa; es decir, tienen una vivienda insegura y una precariedad laboral continuada. 
    • Y un millón ochocientos mil están directamente expulsados de la sociedad: no tienen acceso a una vida digna ni esperanza razonable de conseguirla en el futuro. Todo ello en un país que es la cuarta economía de la zona euro y la decimotercera del mundo. 
    • Vivimos en una sociedad que no da las mismas oportunidades a todos. En especial a todas. No es cierto que la desigualdad sea una consecuencia de la falta de méritos. 
    • La desigualdad es consecuencia de fallos del sistema que hay que corregir. De fallos a veces estructurales. Como los que nos llevan a tener una insoportable tasa de riesgo de pobreza infantil que alcanza al 26,8% de los niños y niñas. ¿Alguien piensa que un niño malnutrido, con déficits escolares y carencias de todo tipo puede desarrollar un proyecto de vida libremente? 
    • La desigualdad social no es solo una lacra moral: también mina nuestra convivencia y socava las bases de nuestra democracia. 
    • La pregunta es: ¿dónde debe estar España? Nuestra respuesta es: en primera fila de la lucha contra desigualdad. 
  • Finalmente, nos enfrentamos al reto de fortalecer Europa manteniendo los valores que la fundamentan. 
    • La idea de una Europa unida está hoy amenazada por quienes nunca han creído en ella. España tiene que contribuir a un ideal en el que nuestra sociedad sigue creyendo con fuerza, con mucha contundencia. 
    • Por eso debemos proteger Europa. Proteger sus ideales, proteger sus valores, proteger un modelo social único en el mundo. Europa necesita, por lo demás, afirmarse en el terreno de la tecnología, el cambio climático y la economía. Y debe hacerlo a través de una mayor integración. 
    • Reforzando un espacio económico sólido capaz de competir con otras potencias globales. Todos los países europeos, juntos, somos un gigante entre gigantes; por separado, incluso el más grande, es decir Alemania, cuenta muy poco en el mundo del siglo XXI. Europa es el espacio en el que se superan y se han superado las rivalidades nacionalistas que han arrastrado a nuestro continente a dos guerras devastadoras. 
    • Europa es paz y superación de egoísmos nacionales, que hemos sorteado compartiendo soberanía, no cediendo, sino compartiendo. 
    • Europa debe ser también el ámbito en el que se superen las rivalidades dentro de los países, el horizonte superador de nuestras propias tensiones internas. ¿Qué sentido tiene fomentar la desunión, la desagregación y la división dentro de España cuando necesitamos más Unión Europea? 
    • ¿Qué sentido tiene levantar fronteras internas cuando necesitamos derribar muchas fronteras externas? Es ir contra la Historia. 
    • La superación de nuestras tensiones territoriales no vendrá solamente de la invocación de la Ley, de la Constitución y de su aplicación, sin duda alguna necesaria: derivará de un proyecto colectivo de regeneración nacional, progreso y de inspiración europeísta. 

Señoras y señores: Estos son los seis grandes retos que tiene por delante España y estas son nuestras respuestas: Frente al desempleo y la precariedad, empleo digno en una economía competitiva. 


  • Pensiones dignas y un sistema público sostenible; 
  • Frente al reto tecnológico, transformación digital; 
  • Frente al cambio climático, transición ecológica; 
  • Frente a la discriminación de la mujer, feminismo; 
  • Frente la desigualdad, justicia social; 
  • Y frente a los desafíos globales, una España unida y diversa en una Europa diversa y unida. 
  • Y tengo que decirles que podemos lograrlo, tenemos que aprender de nuestra reciente historia. 

España vivió las primeras tres cuartas partes del siglo XX una historia turbulenta y, desgraciadamente, una larga dictadura. Tuvimos dificultades para la modernización del país, atravesamos las esperanzas quebradas de la República, frustradas por el golpe de Estado, y cuarenta años de franquismo. Esa historia, nos lleva a veces a no apreciar en su justa magnitud lo que hemos logrado.


Un país en el que no hay ninguna justificación para no sentirnos orgullosos de lo logrado. Un país que ha sabido siempre convertir las amenazas en grandes éxitos colectivos. Muchos de nuestros mayores recuerdan bien la vida casi miserable de la España en la que nacieron. Hambre, pobreza extendida, carreteras sin asfaltar o pueblos sin luz eléctrica. 

En 1975, salimos de la dictadura. Hoy somos una de las 20 democracias plenas del mundo. 40 años después, el Gobierno espera dar pronto cumplimiento a la ley de Memoria Histórica y al mandato de esta Cámara, porque una democracia no puede tener un mausoleo dedicado al dictador. En 1975, teníamos una economía anquilosada y unas infraestructuras casi tercermundistas. 

Hoy hemos duplicado nuestra renta per cápita, somos una economía moderna y contamos con una de las redes de alta velocidad con más kilómetros del mundo. En 1975, no había libertades ni derechos civiles. Existía una Ley de Peligrosidad Social que permitía encarcelar a homosexuales para rehabilitarlos por el simple hecho de serlo. 

Hoy somos todo lo contrario: uno de los países referentes en lo que a libertad sexual y respeto hacia la comunidad LGTBI se refiere. En 1975, las mujeres estaban sometidas a los hombres incluso legalmente. Hoy, cada 8 de marzo, España es noticia a nivel mundial por su compromiso en defensa del feminismo. En 1975, Europa nos cerraba sus puertas. 

Hoy estamos en su núcleo de decisión. En 1975, éramos un país completamente centralista, sin autonomías y sin respeto a las lenguas vasca, gallega y catalana. Hoy somos el segundo país más descentralizado del mundo. En 1975, el terrorismo causaba estragos y dolor en el corazón de la sociedad española. Hoy somos una democracia orgullosa de su triunfo sobre la violencia. 

Nuestra transformación como país ha sido colosal, señorías. Se han añadido diez millones de personas a nuestra población activa, de los que siete millones son mujeres. Hemos sido capaces de aumentar nuestro PIB en un volumen equivalente a las economías de Holanda y Dinamarca juntas en este periodo. 

Hemos multiplicado nuestras exportaciones por 47 y casi triplicado el número de turistas que nos visitan anualmente. Tenemos ocho veces más universitarios y nuestro presupuesto educativo per cápita ha crecido un 1.400%. Hemos multiplicado por 13 el gasto sanitario y hemos construido uno de los sistemas de salud más eficientes del mundo. España es un gran país. Admirado y admirable. En 1975, lo hicimos y ahora vamos a volver a hacerlo.

Hace 40 años se inició la primera gran transformación de nuestro país. Un proyecto de éxito en el que colaboraron gobiernos de diferente signo. En esta legislatura les propongo que comencemos la segunda gran transformación de nuestro país. Abordando los seis grandes objetivos antes expuestos. 

Esta segunda gran transformación se asentará en una apuesta decidida por la Educación. O, si me lo permiten, por el Conocimiento. Es decir, Educación, Ciencia y Cultura. Estas materias impregnarán toda la acción de Gobierno. 
  • Por eso, les propongo, Señorías, un acuerdo que garantice que la inversión educativa sea del 5% del PIB, al margen de la coyuntura económica y de los sucesivos gobiernos. 
  • Un primer compromiso para transmitir a la sociedad una idea: que el poder Ejecutivo y el poder Legislativo apuestan, de verdad, por la educación. 
  • La Educación nos abre las puertas de lo que somos como personas. 
  • No es sólo un instrumento productivo, no es sólo una herramienta de transformación, no es sólo un vehículo de conciencia democrática y de respeto. Este año, uno de los estudiantes con las máximas calificaciones en Selectividad, Carlos Rodríguez, decía en un medio de comunicación que quiere iniciar estudios de dramaturgia en la Real Escuela de Arte Dramático de Madrid. 
  • Podría elegir cualquiera de los grados más prestigiosos o con más salidas laborales. 
  • Cualquiera de las carreras que no tienen desempleo, como matemáticas, o que garantizan unos ingresos elevados. Pero ha elegido lo que, en definitiva, mueve sus sueños. Para eso está la Educación. 
  • Para sacar de cada uno lo mejor que puede dar a la sociedad y que puede darse a sí mismo. Señorías, Los seis retos expuestos debemos afrontarlos con urgencia. No podemos esperar mucho más tiempo si no queremos que España pierda el tren del progreso. 
  • Y debemos hacerlo, además, en un contexto económico complejo, al que me quiero referir a continuación: Nuestra economía sigue creciendo de forma robusta, es verdad, pero también es cierto que tiende a aminorar su ritmo de crecimiento. 
  • Con todo, crecemos sustancialmente más que los países de nuestro entorno, y las previsiones para este año se han elevado por distintos analistas internacionales. 
  • Hace unos meses, el consenso estimaba que nuestra economía iba a crecer un 2,2% en 2019. El mes pasado, el Banco de España subió esta previsión a 2,4% y la Comisión Europea las acaba de situar en 2,3%. España, por lo tanto, duplicará aproximadamente el crecimiento previsto para la zona euro. 
  • Y, lo que es más importante, lo hará de manera mucho más equilibrada, con un comportamiento virtuoso de nuestro sector exterior.


DEBATE DE INVESTIDURA III


LOS ESPAÑOLES HABLARON EL 28 DE ABRIL Y EL 26 DE MAYO

  • Los resultados del 28 de abril y del 26 de mayo dejaban claro que los españoles querían un Gobierno del PSOE y a Pedro Sánchez como presidente. 
    • Como se ha demostrado durante estas semanas, la única alternativa a un gobierno socialista, son unas nuevas elecciones. 
  • España necesita un gobierno y lo necesita ya. Por eso, ante la imposibilidad de que se forme un gobierno alternativo al del PSOE, pedimos a Unidas Podemos, Partido Popular y Ciudadanos que no bloqueen la investidura. 


BLOQUEO A UN GOBIERNO PROGRESISTA

  • Desde el primer momento, la derecha bloqueó la posibilidad de que se produjese un gobierno progresista que no dependiera de formaciones independentistas. Sólo con la abstención de uno de los grupos de la derecha, el voto de los independentistas dejaría de ser determinante. 
  • Lo único que buscaban Casado y Rivera, era poder acusar al presidente del Gobierno durante los próximos cuatro años de una investidura condicionada por los partidos independentistas. En su mano estaba evitarlo y no lo han hecho. 
  • Al bloqueo de la derecha y la extrema derecha, se ha sumado la posición de Unidas Podemos con su abstención vergonzante. Por segunda vez, Pablo Iglesias ha decidido no investir a un presidente de izquierdas, rechazando una oferta realista y equilibrada para un gobierno de coalición.
LA OPORTUNIDAD PERDIDA DE UN GOBIERNO PROGRESISTA
  • El problema con Unidas Podemos nunca fue el programa 
    • Nunca hubo problemas de programa que impidieran el acuerdo. No existe ni un solo obstáculo programático para el acuerdo con Unidas Podemos. 
    • Unidas Podemos no ha formulado ni una sola propuesta de programa que no estuviese en nuestra propuesta, ni en las reuniones privadas, ni en las intervenciones en el Congreso. 
  • Hemos llegado más lejos que ningún gobierno en democracia para tener un gobierno de coalición de izquierdas 
    • Durante la negociación hemos formulado sucesivas propuestas: un gobierno del PSOE con apoyo externo de Podemos, la invitación a figuras cualificadas del entorno de Unidas Podemos al Consejo de Ministros, hasta la inclusión de miembros de Unidas Podemos en el gobierno. 
    • La última propuesta era que Unidas Podemos tuviera una vicepresidencia social del gobierno y una serie de ministerios de hondo alcance social: 
    • Una vicepresidencia encargada de coordinar el corazón del proyecto político del Gobierno: la justicia social. De ella dependerían las competencias de bienestar social, como la lucha contra la pobreza, el Sistema Nacional de Dependencia y los servicios sociales. 
    • Un grupo de ministerios de gran relevancia política para una fuerza progresista: Igualdad, Vivienda y Economía Social, Sanidad y Consumo, todas ellas carteras con un alto contenido social y que contribuyen a mejorar la vida de los ciudadanos.
    • Como ha señalado Pedro Sánchez, en cada una de las propuestas hemos demostrado una clara voluntad de acuerdo: la cooperación al desarrollo, la Agenda 2030, la pobreza infantil, la economía social, el reto demográfico, universidades, cultura, ciencia, agricultura…Todas fueron rechazadas. No era una propuesta sólo para la investidura, sino que era una propuesta para dirigir el país durante cuatro años. 
    • A Unidas Podemos no le ha interesado la política social, ni la sanidad, ni la igualdad, ni la agricultura, ni la vivienda, ni ciencia, ni universidad, ni que España tenga un Gobierno progresista. 
  • Las peticiones de Unidas Podemos eran desmesuradas 
    • Unidas Podemos se ha negado a asumir el resultado electoral. El PSOE gano claramente las elecciones, pero Unidas Podemos llego a pedir gestionar el 60% del gasto público de este país. También exigían controlar los ingresos: tributos, inspección fiscal, secretaría y subsecretaría de hacienda y la Autoridad de Responsabilidad Fiscal. 
    • Públicamente decían que pedían lo que les correspondía, pero exigían 4 de las 6 áreas que Pedro Sánchez planteó como prioritarias para el proyecto socialista (Trabajo, Ciencia, Transición Ecológica y área Social). 
    • Unidas Podemos no buscaba que su partido entrase en un Gobierno socialista, querían un gobierno sólo y exclusivamente hecho a su medida. Querían un gobierno paralelo al gobierno socialista. 
    • Pablo Iglesias dijo sentirse humillado con la propuesta del PSOE. Pero no hay precedente alguno en el que un dirigente se sintiera humillado ante la oferta de una vicepresidencia o de un ministerio del Gobierno de España. No puede considerarse una humillación tener una Vicepresidencia de derechos sociales, un ministro de Sanidad y Consumo, o de Vivienda y Economía Social, o de Igualdad.
GOBIERNO DE PRINCIPIOS
  • El presidente del Gobierno ya ha demostrado que es un hombre de principios, y si tiene que elegir entre una Presidencia de Gobierno que no sea útil a los españoles, o sus convicciones, ha elegido sus convicciones y proteger a España. 
  • El Secretario General y el PSOE aspiran a presidir el Gobierno de España, pero no a cualquier precio. Hace falta un gobierno, un gobierno coherente y cohesionado, no dos gobiernos en un solo gobierno. 
  • A partir de ahora los partidos de la derecha y Unidas Podemos deben asumir sus responsabilidades para desbloquear la investidura y evitar nuevas elecciones. No hay ninguna alternativa a un gobierno del PSOE. O gobierna el PSOE o nuevas elecciones.

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