lunes, 22 de julio de 2019

DEBATE INVESTIDURA PEDRO SÁNCHEZ II

En los últimos doces meses, se han creado más de 510.000 empleos y el paro registrado se ha reducido en cerca de 150.000 personas. El número de afiliados a la Seguridad Social ha superado los diecinueve millones y medio, por primera vez en la historia de nuestro país. Y todo indica que, este mismo mes de julio, el número de parados caerá por debajo de los tres millones por primera vez desde noviembre de 2008. 

El déficit público se situó, al cierre de 2018, en el 2,5% del PIB, seis décimas mejor que el año anterior. Este buen dato ha permitido a España salir del brazo corrector del Procedimiento de Déficit Excesivo de la Unión Europea, en el que estábamos desde 2009. Por primera vez desde el inicio de la crisis, el conjunto de las administraciones públicas cuenta con superávit primario. 

Asimismo, la deuda pública se redujo hasta el 97,1% del PIB, ligeramente más de lo esperado. Pero no nos conformamos, queremos ir a más. Tenemos por objetivo sanear las cuentas públicas, reducir el déficit total hasta el 2% del PIB este año y situar la deuda en el 95,8% del PIB. Pese a todo ello, debemos huir de la complacencia. Y tenemos que hacerlo, en primer lugar, porque si algo hemos aprendido en esta última década es que no basta con crecer: hay que hacerlo sobre bases sólidas. 

Con aumentos de la productividad y la competitividad. No basta con crecer. Es necesario que los frutos de ese crecimiento se puedan redistribuir con justicia para reducir las lacerantes desigualdades que sufre parte de la sociedad española. No basta con crear empleo. Es necesario que ese empleo sea de calidad y esté correctamente remunerado para que ese 14% de trabajadores que hoy son pobres puedan llegar a fin de mes. No basta con reducir el déficit. 

También es necesario recuperar la inversión pública y apuntalar la inversión social, tras años de deterioro de nuestro Estado de bienestar.. Sólo así serán compatibles el crecimiento y la igualdad. 

Crecimiento sin cohesión social y cohesión social sin crecimiento no son posibles: es la lección de la última crisis. En segundo lugar, debemos huir de la complacencia por las incertidumbres del contexto internacional. Por ello, somos prudentes. El aumento de las tensiones proteccionistas y las dudas sobre el Brexit son realidades que debemos tener presentes a la hora de conocer y conceptualizar el contexto económico de nuestro país y a la hora de saber cuál es el programa económico que poder llevar a cabo. Finalmente, no sería prudente fiarlo todo al buen momento del ciclo económico. 

Porque los ciclos económicos se rigen por sus propias leyes. Y porque nuestra economía se enfrenta a reformas estructurales que no pueden, no deben, postergarse. Reformas en la educación y las políticas activas de empleo.

Reformas que permitan diversificar territorialmente las inversiones y nuestras relaciones comerciales y de inversión extranjera. Reformas en el mercado de trabajo, a favor del emprendimiento, la innovación y la mayor dimensión del tejido empresarial hoy muy atomizado en nuestro país. Reformas para garantizar la competitividad de nuestro sector industrial y energético, que debe ser cada día más verde. Reformas, en definitiva, que permitan sostener nuestro Estado del Bienestar y, por ello, modernizar nuestro sistema fiscal y nuestros sistemas de financiación autonómica y local. 

Señorías, Paso a continuación a desgranar las medidas que propongo a la Cámara en cada uno de los seis objetivos de legislatura. 

El primero, como les expuse, es nuestro mercado laboral y el sistema público de pensiones. Cada vez que se produce una revolución tecnológica como la que estamos viviendo, los países deben enfrentarse a un doble reto: 

  • por un lado, modernizar sus tejidos productivos y actualizar sus sistemas educativos. 
  • Y por otro, actualizar los marcos laborales, las redes de protección social y los mecanismos de redistribución, a fin de garantizar la justicia social y proteger a quienes se vean más afectados por la disrupción tecnológica. 
    • Esta revolución representa una gran oportunidad para que España resuelva sus problemas estructurales en su mercado laboral. 
    • En los últimos doce meses de Gobierno, gracias también al apoyo de otras fuerzas parlamentarias, aprobamos la subida del Salario Mínimo Interprofesional a 900 euros; aprobamos el Plan Director por un Trabajo Digno y regulamos el registro de jornada para garantizar el respeto de los límites horarios y la retribución de las horas extraordinarias. 
    • Pero eso es sólo el principio de la modernización de nuestro sistema laboral. 
  • Es necesario poner en marcha un paquete transversal de diez medidas: 
    • En primer lugar, tenemos que actualizar nuestro Estatuto de los Trabajadores, para que blinde derechos y regule las nuevas relaciones laborales. Hay que hacer una actualización integral. Porque las plataformas digitales y la robotización han desfigurado los conceptos clásicos de empresario, trabajador por cuenta ajena y trabajador autónomo, como estamos viendo continuamente. En el menor tiempo posible, traeremos a la Cámara una propuesta basada en el dialogo social. Un nuevo Estatuto de los Trabajadores que tenga como fundamento el paradigma de “trabajo decente” de Naciones Unidas y la OIT, que exige, entre otros aspectos, que la contratación indefinida sea la forma habitual, ordinaria de contratación. Un Estatuto técnicamente solvente y que proporcione seguridad jurídica a todas las partes. Un Estatuto para las próximas generaciones. Todo ello sin perjuicio de abordar de forma urgente en el marco del diálogo social los aspectos más lesivos de la reforma laboral impuesta en 2012. 
    • En segundo lugar, promoveremos la incorporación de los jóvenes al mercado de trabajo a través de ayudas, programas de prácticas y políticas activas de empleo. Pero, sobre todo, aprobaremos un Estatuto del Becario que protegerá a quienes dan sus primeros pasos en el mundo del trabajo, fomentando su retribución y evitando el encadenamiento ilimitado de periodos de prácticas. 
    • En tercer lugar, aprobaremos un Plan Estratégico de Retorno para recuperar el talento profesional de aquellos españoles que tuvieron que marcharse al extranjero, sobre todos los jóvenes, los investigadores y los científicos. 
    • En cuarto lugar, aprobaremos una ley de igualdad en nuestro mercado de trabajo, a la que me referiré posteriormente. 
    • En quinto lugar, transformaremos las políticas activas de empleo para garantizar la formación continua a lo largo de la vida y mejorar las oportunidades de los desempleados de larga duración. Propondremos, además, una reordenación y simplificación de los subsidios por desempleo, con el objetivo de elevar la tasa de cobertura y la intensidad de la protección de aquellos que lo necesiten. 
    • En sexto lugar, en el plazo de un año aprobaremos un nuevo Plan Director por el Trabajo Digno, que tan buenos resultados nos está dando. 
    • En séptimo lugar, avanzaremos en la mejora de las condiciones de trabajo de los autónomos, universalizando sus derechos laborales y reduciendo trabas y cargas administrativas. Modificaremos esta legislatura el Régimen Especial para que coticen de acuerdo con sus ingresos reales, y seguiremos ampliando la protección social de este colectivo, como hemos hecho estos últimos doce meses, gracias al apoyo de otros grupos parlamentarios, con la intención de equipararla a la de los trabajadores por cuenta ajena. 
    • En octavo lugar, reforzaremos el apoyo a las empresas de la economía social como modelo de empresa sostenible, integradora y generadora de empleo de calidad. 
    • En noveno lugar, impulsaremos un gran pacto social y político para la racionalización de los horarios. Para que los españoles y, sobre todo las españolas, tengamos las mismas posibilidades de compaginar la vida personal, familiar y laboral. 
    • Y, finalmente, abordaremos junto a los agentes sociales un pacto de rentas para mejorar los niveles salariales de los hombres y mujeres trabajadores, cuya punta de lanza será el crecimiento progresivo del salario mínimo en consonancia con lo marcado en la Carta Social Europea. 
  • El reto, Señorías, consiste en situar nuestro país a la vanguardia de la transformación tecnológica al tiempo que conseguimos situarlo al frente de un nuevo sistema económico que beneficie a toda la sociedad y no solo a unos pocos privilegiados. 
  • Pero no sólo necesitamos medidas laborales. Para ganar el futuro del empleo hay que ganar el reto del conocimiento y adaptar el modelo educativo a los nuevos tiempos. El futuro lo ganará aquella sociedad que tenga profesionales preparados, investigadores y empresarios y empresarias capaces de innovar. 
  • Antes dedicábamos las dos primeras décadas de nuestra vida a formarnos y el resto a usar esa formación en nuestra vida profesional. 
    • Ahora tenemos la necesidad de formarnos continuamente, permanentemente, de aprender nuevas habilidades, de estar en permanente desarrollo, y tenemos la obligación, en consecuencia, de ofrecer a la ciudadanía un modelo que responda a esa realidad. 
    • Por eso me propongo convertir a España en el primer país europeo que reconozca el derecho a la educación a lo largo de toda la vida. 
    • Eso va a implicar un esfuerzo, un cambio muy importante, muy intenso: nos exigirá crear sistemas formativos que aún no existen, un nuevo ecosistema educativo integrado por universidades, por centros públicos y privados de formación profesional, y por empresas. 
    • Ese ecosistema nos permitirá proveer de cursos y de itinerarios de formación flexibles y adaptados a la realidad laboral. Para que los ciudadanos y las ciudadanas tengan la oportunidad de reiniciarse profesionalmente cuando lo deseen o cuando lo necesiten. 
    • Hace unos días me emocionó leer la historia de un hombre que empezó a trabajar con siete años en el campo y a pesar de ello caminaba quince kilómetros diarios para ir a la escuela nocturna y obtener su graduado, que aprobó. 
    • Ese mismo hombre, ya jubilado y cuidando a su nieta, ha aprobado la Educación Secundaria Obligatoria. 
    • Esto es España, Señorías. Tenemos que recordar estos ejemplos para inspirar a la sociedad a seguir siempre aprendiendo. 
    • Y tenemos que garantizar las oportunidades para hacerlo. Señorías, Estoy convencido de que en el futuro los ciudadanos y las ciudadanas tendrán trabajos cada vez más próximos a sus intereses, a sus pasiones y a sus capacidades creativas. 
    • Tenemos que luchar para ello. Por eso, es imprescindible que sepamos leer lo que los tiempos nos están diciendo. Nuevas leyes laborales y nuevas oportunidades de crecimiento en el conocimiento y la formación para avanzar en empleo estable y bien remunerado. 
    • Esos factores –estabilidad y empleo de calidad– son fundamentales para consolidar uno de los pilares de nuestro Estado del Bienestar, como es el sistema público de pensiones. 
  • En esta materia el acuerdo político y el diálogo social estuvo a punto de lograrse antes de las elecciones del 28A y hoy son más indispensables que nunca. Tenemos bases sólidas sobre las que reforzar nuestro sistema. Y en la Cámara hay la clara voluntad política de evitar que haya merma en el poder adquisitivo de los pensionistas. 
    • Por eso es preciso consolidar la actualización de las pensiones conforme al IPC real que hicimos en diciembre pasado, eliminando el índice de revalorización en vigor; reducir la brecha de género con especial atención a las pensiones mínimas y no contributivas; y reformular el factor de sostenibilidad conforme al acuerdo social alcanzado en 2011. 
    • Planteo conciliar estos objetivos con la eliminación, en un horizonte de cinco años, del déficit del sistema de la Seguridad Social. Para ello, estudiaremos nuevas fórmulas de financiación que garantice la sostenibilidad del sistema. 
    • Estas medidas se complementarán mediante una reordenación de las bonificaciones, destinándolas exclusivamente a la inserción en el mercado laboral de los colectivos más vulnerables. 
  • Señorías, les propongo, sencillamente, avanzar con justicia social: un nuevo Estatuto de los Trabajadores, medidas de choque contra el desempleo, ambición educativa firme, determinada, y renovar el Pacto de Toledo. A continuación, les desarrollaré las medidas para abordar la revolución tecnológica. En cuatro años el tráfico de datos se multiplicará por cinco. 
    • El Internet de las cosas hará que todo esté conectado entre sí y emita información: los vehículos, los electrodomésticos, las zapatillas de deporte con las que corremos o las bombillas. La Inteligencia Artificial, la biotecnología, el Big Data son procesos que van a transformar el mundo entero, las economías y las relaciones de poder, como ha ocurrido siempre en las revoluciones tecnológicas. 
    • Pero hay una gran diferencia: esta es la primera vez que España está en posición de liderar esta revolución digital. 
    • Tenemos todas las herramientas para hacerlo y no podemos perder la oportunidad. España, Señorías, hay que decirlo permanentemente, es el país europeo con la mayor cobertura de fibra óptica hasta el hogar, con un 77,4%. 
    • Sólo en nuestro país hay más fibra que en la suma de las grandes economías europeas. 
    • España es, de hecho, el quinto país de la Unión Europea y el octavo del mundo con mayor Internet inclusivo. 
    • Tenemos, en suma, las mejores llaves del futuro. España acaba de ser, y estuve hace poco con los científicos en Barcelona, elegida para instalar el Supercomputador Mare Nostrum 5, una gran infraestructura tecnológica que demuestra que cuando cooperamos Ayuntamiento de Barcelona, Generalitat, Gobierno de España e instituciones europeas hacemos grandes cosas por nuestro país, por Cataluña y por la ciudad de Barcelona. Avances como éste no pueden ser una excepción, sino la norma. Y solamente en un marco de estabilidad inversora podremos explotar todo el potencial de nuestro país y dar respuesta a las grandes demandas del sector. 
  • El Gobierno ya aprobó la Estrategia Española de I+D+I, que sirve de base para la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial, que presentaremos antes de que finalice el año. En ella se abordará el impacto ético, laboral, económico y social de estas tecnologías, y vamos a invertir de forma  decidida. Vamos a convertir a España en un país de referencia. 
  • No podemos permitirnos ser el único de entre los principales economías de la Unión Europea en el que se ha reducido la inversión en I+D+i. Es necesario avanzar, llegar a ese 2% del PIB. Para ello, promoveré algo bien sencillo: que esta sea la legislatura del Pacto de Estado por la Ciencia. Uno de sus objetivos será el aumento progresivo de la inversión en I+D+i, hasta situarnos en la media actual de la Unión Europea. 
  • Apoyaremos con fuerza la transformación de nuestro tejido empresarial a través de la creación, les anuncio, de una entidad pública de financiación de la innovación, el emprendimiento, la transformación digital y la transición ecológica. 
  • Vamos a crear una entidad pública de financiación que integre en un mismo grupo los programas y entidades públicas de crédito existentes. Gracias a la Estrategia Nación Emprendedora, puesta en marcha hace doce meses, aprobaremos una Ley de Startups que reconocerá la naturaleza específica de las nuevas empresas de base tecnológica, con incentivos fiscales para su financiación y desarrollo. Madrid y Barcelona están en la lista de las diez ciudades europeas donde han nacido más startups en 2018. 
  • No hablamos, por tanto, de lograr sino de consolidar lo logrado y ampliarlo a más territorios. Cuando nos referimos a la economía digital estamos apelando también a las PYMES. Las PYMES tienen en la innovación y digitalización una oportunidad única que ya están aprovechando. Les doy algunos datos: 
    • El 18% de las PYMES vende a través de Internet. El 7% realiza ventas transfronterizas, ampliando sus mercados. 
    • Nuestras PYMES han obtenido más de 3.300 millones de euros de la Unión Europea para inversiones en proyectos de I+D+i. Y somos el país que más proyectos de colaboración lidera en el conjunto de la Unión Europea. 
    • A principios del próximo año aprobaremos el Marco Estratégico de las PYMES 2030, y lo pondremos en marcha de forma inmediata. 
  • Tenemos que aumentar el peso de la industria en nuestro sector productivo para llegar al 20% de nuestro PIB, tal como recomienda la Unión Europea. 
    • Por eso, vamos a impulsar un Pacto de Estado por la Industria. Será un acuerdo para definir una política integral y sostenida en el tiempo que contribuya a mejorar nuestra productividad y competitividad, haciendo de este sector un motor de la economía y la creación de empleo estable y de calidad. 
    • La transformación digital será también un instrumento clave dentro de nuestro Plan Estratégico de apoyo a las industrias culturales y creativas, con especial atención al sector audiovisual y a los videojuegos. 
    • Reforzaremos la digitalización de contenidos en todos los ámbitos como forma de preservar el amplio patrimonio cultural de nuestro país. Pero la cultura es mucho más que un sector industrial. Es lo que nos define como seres humanos. 
    • Cualquier país que se sienta orgulloso de su identidad debería defender la cultura como una cuestión de Estado. Y nuestra cultura es rica y diversa y además se expresa en varias lenguas, que constituyen una riqueza aún mayor. Con esta convicción, proponemos un gran Pacto por la Cultura que proteja e impulse la actividad cultural y la afiance como uno de los sectores estratégicos de nuestra economía. 
    • En este ámbito, completaremos el desarrollo del Estatuto del Artista, crearemos la Oficina de Derechos de Autor y aprobaremos una Ley de Mecenazgo que necesita el tercer sector y, en particular, el sector cultural. 
    • La digitalización también tiene que alcanzar al sector público, para facilitar y aligerar trámites, reducir cargas burocráticas e incrementar la eficiencia de los recursos. 
    • Daremos un impulso importante a la administración digital y pondremos en práctica herramientas como la Carpeta Ciudadana 2020, que será un espacio único con la información y trámites de las múltiples relaciones de los ciudadanos con la Administración. 
    • Además, incorporaremos herramientas de inteligencia artificial en ámbitos como la sanidad, para mejorar los diagnósticos y optimizar los recursos. La digitalización ofrece infinidad de posibilidades para facilitar la vida de los ciudadanos. Pero para ello hay que facilitar también su conectividad y garantizar derechos digitales, protegiéndolos de posibles ataques y de violaciones de la seguridad. 
    • En este sentido, vamos a desarrollar la Estrategia de Ciudadanía Digital, vamos a poner en marcha un bono social de acceso a Internet para colectivos vulnerables y a desarrollar servicios de capacitación para quienes estén en riesgo de exclusión digital. Al mismo tiempo, impulsaremos una Carta de Derechos Digitales y crearemos un Certificado Digital para medir el nivel de respeto a esos derechos por parte del sector privado. 
    • También regularemos los requisitos del derecho al Testamento Digital y prepararemos una estrategia nacional para la lucha contra la desinformación. Para poder utilizar los productos digitales con total seguridad, aprobaremos el Plan de Ciberseguridad y la creación del Foro Nacional de Ciberseguridad, y, además, potenciaremos la Oficina de Coordinación Cibernética entre la Policía Nacional y la Guardia Civil y pondremos en marcha el Centro de Operaciones de Ciberseguridad. 

Señorías, Es necesario apostar decididamente por la ciencia y el conocimiento para la formación del capital humano que todos estos desafíos requieren. La nueva ley educativa deberá atender a este problema. Invertiremos más recursos en un Plan de Transformación Digital de la Educación y la Formación Profesional, y apostaremos por la innovación educativa y la competencia digital del profesorado, el alumnado y los propios centros. 


  • En el plazo de un solo año me comprometo a incorporar a todos los estudios de Formación Profesional un módulo sobre Digitalización en cada titulación. Vamos a apostar con determinación por la Formación Profesional. Diseñaremos ochenta nuevas ofertas asociadas, entre otras, a la fabricación inteligente, la inteligencia artificial, el big data, la realidad virtual y aumentada, la robótica colaborativa, los vehículos autónomos, los drones, las redes 5G o el diseño de videojuegos. 
  • Ochenta nuevas titulaciones atractivas para nuestros jóvenes y adaptadas al mercado laboral del presente. Es necesario fomentar las vocaciones científicas y tecnológicas, las llamadas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). 
  • El número de estudiantes que optan por esta formación decrece cada año, especialmente entre las mujeres. Y la demanda de profesionales altamente cualificados va en aumento. Se estima que en la Unión Europea habrá 756.000 puestos vacantes en el sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones en 2020. 
  • Estamos, en consecuencia, divorciando la universidad del mundo, y eso es inaceptable. Por eso les anuncio que propondremos una ley del sector universitario consensuada entre agentes sociales, los gobiernos y las fuerzas parlamentarias. Este es, en suma, el horizonte de Gobierno que les planteo en esta materia: apuesta por la ciencia y la innovación; estrategia de liderazgo en la revolución industrial 4.0. y una reforma educativa que adecúe los conocimientos que se imparten al mundo real en el que vivimos. 

Señorías, Como les dije, el tercero de los seis ejes de acción del Gobierno, es el de la transición ecológica. La emergencia climática no sólo es un reto de país. Es un reto global. Un desafío que encuentra expresión en iniciativas como el Acuerdo de París, la Agenda 2030 de Naciones Unidas y el Marco de Energía y Clima de la Unión Europea. 


  • Es nuestro deber asegurar que un modelo económico sostenible ofrezca a la vez oportunidades en sectores vinculados a la transición energética y protección a los afectados por los cambios. Permítanme señalar también la dimensión intergeneracional de este debate, porque son los jóvenes quienes se sitúan a la vanguardia de una causa que no sólo es justa, sino también urgente. 
  • En los últimos doce meses, sentamos las bases para la transformación de nuestro modelo energético con el Marco Estratégico de Energía y Clima, que ha incluido la aprobación del borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima y la Estrategia de Transición Justa. De todos los planes de actuación presentados ante la Comisión Europea, el de España fue reconocido como el más completo y riguroso. Trazamos el rumbo a seguir en los últimos doce meses. Ahora se trata de seguir avanzando, con la aprobación, cuanto antes mejor, de una Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Para ello propongo actuar en cuatro ámbitos:
    • A nivel internacional, con España a la vanguardia de la respuesta multilateral a este desafío. 
    • A nivel estatal, promoviendo la adaptación de nuestra normativa, como hemos hecho estos últimos doce meses. 
    • A nivel corporativo, fomentando una gran alianza público-privada con nuestras empresas. 
    • Y, a nivel ciudadano, impulsando una toma de conciencia colectiva, siguiendo la estela de los jóvenes. 
  • Se dice que es más fácil cambiar las leyes que cambiar las conciencias. Contar con una complicidad creciente en este terreno por parte de la sociedad, es nuestra mejor esperanza para ganar este desafío. Es imprescindible vincular crecimiento sostenible y transición ecológica justa. Les propongo avanzar con decisión en este ámbito. 
    • Primero, por convicción moral. 
    • Pero, también, porque hay enormes oportunidades ante nosotros en la economía verde. 

Oportunidades en la generación de nuevo empleo verde y en la reducción de la dependencia energética de España. La lucha contra el cambio climático, o, mejor dicho, la adaptación y la mitigación del cambio climático, tiene en la movilidad de las ciudades y en el urbanismo uno de sus escenarios principales. Por eso, avanzaremos en una triple dirección: 


  • En primer lugar, con una Estrategia y una Ley de Movilidad Sostenible. Reconocer y garantizar el derecho a una movilidad eficaz, intermodal y conectada, avanzando de la mano del sector industrial. Lo haremos mediante el Plan Estratégico de Apoyo Integral al Sector de la Automoción que se ejecutará entre 2019 y 2025. 
  • En segundo lugar, a través de la rehabilitación energética, con el compromiso de actuar en 100.000 viviendas al año en nuestro país. 
  • Y, en tercer lugar, lucha sin cuartel contra la contaminación en el ámbito urbano: regularemos la obligación de que las ciudades de más de 50.000 habitantes se doten de zonas de bajas emisiones, con restricciones para los vehículos más contaminantes. 
    • Quiero ser muy claro en este ámbito: máxima exigencia con todas las administraciones. Nadie va a parar Madrid Central. No puede haber pasos atrás. Es una irresponsabilidad absoluta exponer a España al riesgo de sanciones por parte de las instancias europeas y, más aún, una irresponsabilidad aún mayor, renunciar al derecho de la ciudadanía a respirar un aire más limpio. 
    • Señorías, La OCDE acaba de afirmarlo con claridad: nuestro país tiene una asignatura pendiente en materia de fiscalidad medioambiental. No podemos seguir estando a la cola de la UE. No se trata de recaudar más, sino de desincentivar un modelo productivo con enormes costes sociales, ambientales y sanitarios. Además, el Gobierno apostará por la emisión de “bonos verdes” que vinculen la deuda pública a la financiación de proyectos bajos en carbono.
  • La transformación de nuestro modelo energético debe ser justa con los territorios y con los sectores damnificados por el cambio de paradigma; y además tiene que ser solidaria e inclusiva. Hemos avanzado mucho en este año, por ejemplo, con la Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética, que supuso la mejora y unificación de los bonos sociales eléctrico y térmico, y, además, la eliminación del llamado Impuesto al sol. Medidas que tienen un horizonte claro y firme: bajar el precio de la luz en los hogares. 
    • Pero esa transformación también debe aportar un valor añadido a nuestra economía. El Estatuto del Consumidor Electro intensivo parte de esa filosofía: potenciar la competitividad de la industria mitigando los costes de electricidad para aquellas empresas en las que dicho concepto tiene un peso relevante y que no podemos obviar. 
    • Esa medida ilustra, a mi juicio, el camino a seguir: compensación de costes y exención de pagos a cambio de ser más eficientes y mantener el empleo. 
    • En la misma línea, nos comprometemos a aprobar una Estrategia Estatal de Economía Circular, en la que estará incluida una Ley de Plásticos de Un Solo Uso para reducir la generación de residuos y fomentar el consumo sostenible. 
    • La sostenibilidad debe impregnar todos los sectores de desarrollo industrial. Por eso aprobaremos un plan con el horizonte de 2030 para la transición ecológica y la descarbonización, maximizando las oportunidades de las industrias y mejorando la competitividad. 
    • También el sector turístico es clave para nuestra economía. Impulsaremos, en este ámbito, una Estrategia de Turismo Sostenible 2030. 
    • Somos el país con más reservas de la biosfera de todo el mundo. Para estar a la altura de ese patrimonio pondremos en marcha una Estrategia Estatal de Conservación de la Biodiversidad y otra de Infraestructura Verde, Conectividad y Restauración Ecológica. De nosotros, señorías, depende no sólo preservar nuestra riqueza ambiental, sino hacer de ella una palanca de desarrollo para la España interior, la mal llamada España vacía. 

Señorías, Nos enfrentamos a la amenaza representada por la escasez de recursos estratégicos, lo estamos viendo en forma de sequía, claramente, durante este año. Por eso es necesario actuar en ámbitos como el de la gestión del agua. 


Les propongo, por ello, aprobar un nuevo marco basado en el reconocimiento del derecho al acceso al agua, la sostenibilidad y suficiencia de nuestras cuencas. España quiere, puede y debe ser un referente global en esta lucha por una transición ecológica justa. Queremos que se nos reconozca por ser un país que cumple sus compromisos, no sólo porque es consciente de las consecuencias de la inacción, sino porque convierte los desafíos en una palanca de cambio para avanzar. Para avanzar en la reducción de nuestra dependencia energética en quince puntos en una década.

Para avanzar en el desarrollo de energías limpias y mejorar nuestra competitividad. Avanzar, en definitiva, para que España esté a la vanguardia de la nueva Ilustración medioambiental que marcará esta era de transformación. 

Señoras y señores diputados, El nombre del cuarto eje de mi programa es el compromiso con la causa feminista y la defensa a ultranza de la igualdad. Antes me he referido a la cifra, pero quiero volver a ponerla encima de la mesa para que tomemos conciencia de su gravedad: hay más de mil mujeres muertas por la violencia machista desde enero de 2003. La última fue asesinada ayer mismo en Vilalba, Lugo, y hoy presumiblemente, otra lo ha sido en Calpe. 

No se trata de mejorar esas cifras, sino de lograr que no haya ni una mujer muerta más por esa causa. Hay más violencias contra las mujeres, sin duda alguna: una de cada tres víctimas de delitos sexuales no cobra la indemnización que le corresponde. Y de aquellas que sí la reciben, la cantidad es irrisoria, poco más de 160 euros. Por eso, adoptamos ya las medidas más urgentes y el compromiso del Gobierno de España es aplicar el Pacto de Estado contra la Violencia de Género. 

Tomaremos la iniciativa para que se avance en este sentido en la Unión Europea, donde no existe una definición conjunta para el feminicidio ni una legislación homogénea en torno a la violencia de género. Las mujeres no sólo sufren violencia y agresiones: siguen sufriendo una desigualdad de partida. Un ejemplo elocuente es la brecha salarial, que repercute lógicamente en las pensiones cuando llega la edad de jubilación. 

En la pasada legislatura ya iniciamos el camino para eliminar la brecha salarial y para equiparar los permisos de maternidad y paternidad, y vamos a impulsar la Ley de Igualdad de Trato y de Oportunidades en el Empleo y la Ocupación, que avanza, precisamente, en la conciliación de la vida laboral y familiar. Y ratificaremos el Convenio 189 de la OIT, con el objetivo de consolidar la igualdad de derechos laborales y de seguridad social de las personas que trabajan como empleadas domésticas, en su mayoría mujeres. 

Es innegable que todavía existen techos de cristal que impiden el desarrollo profesional de muchas mujeres en muchos ámbitos profesionales. Afortunadamente, no en todos: el 54% de las mujeres están en puestos de dirección y mando en las cooperativas de trabajo. Si pueden hacerlo en las cooperativas, ¿por qué no en el resto de las empresas? Hoy, además, y este es un dato muy ilustrativo, el 83% de los hogares monoparentales en España están compuestos por mujeres con hijos, y casi la mitad (el 42,9%) de estos hogares está en riesgo de pobreza. 

Problemas como estos y otros muchos deberán tener respuesta en la que será una Ley de Familias, en plural, no en singular; una ley que debe responder a las   nuevas realidades, como las familias numerosas de nuestro tiempo, las familias monoparentales, los partos múltiples y las familias de acogida. La discriminación de la mujer no es fruto del azar, es producto de una sociedad patriarcal que ha tolerado como normales situaciones que discriminan a la mujer en el hogar, en el trabajo, en el espacio público, y también en las relaciones interpersonales. 

En el ámbito sexual, esta mentalidad confiere al varón el derecho a disponer del cuerpo de la mujer y a ignorar su deseo. Para mi Gobierno, no puede existir una relación sexual sin el consentimiento expreso de la mujer. El silencio no equivale a una afirmación, y por eso modificaremos la tipificación de los delitos sexuales, porque una violación es una violación. 

No queremos “manadas” ni lobos solitarios en las calles de nuestro país. Existen otras formas de discriminación de la diversidad. Y la diversidad, en todos los frentes, es la bandera que mejor representa a nuestro país. La de la alegría de vivir en un país que ha abrazado la diferencia como símbolo de riqueza humana. Y si estamos comprometidos con la diversidad, estamos comprometidos contra la discriminación. 

Nuestro ordenamiento jurídico cuenta hoy, es verdad, es cierto, con el mayor conjunto de medidas de protección y reconocimiento de los derechos de todas las personas, independientemente de las circunstancias relativas a la discapacidad, a la orientación sexual, a la identidad de género, a la etnia, a la libertad de culto, etc. 

Pero la realidad es mucho más incómoda que las leyes. La sombra del odio ha regresado, desgraciadamente, y numerosos colectivos se enfrentan aún a estigmas y dificultades de distinto grado en su día a día. Los “delitos de odio” registrados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad han aumentado en los últimos años, y la historia nos ha hecho recordar más de una vez que el progreso no es necesariamente irreversible. 

Hace dos semanas, en los días en los que el Colectivo LGTBI celebraba su Orgullo por las calles de pueblos y ciudades de España, vimos varias agresiones homófobas. Por eso desarrollaremos y aplicaremos el Plan de Acción contra los Delitos de Odio y de una vez por todas tramitaremos la Ley Integral para la Igualdad de Trato y no Discriminación y la modificación de la Ley de Identidad de Género. 

Vamos a proponer también que nuestra Constitución se adapte a las exigencias recogidas en la Convención sobre los Derechos de las personas con Discapacidad de Naciones Unidas. Reformaremos el artículo 49 para que desaparezca el término “disminuidos”, y espero, para ello, encontrar el acuerdo unánime de esta Cámara. Señorías, Una sociedad donde la desigualdad crece nunca será una sociedad plenamente libre.

DEBATE DE INVESTIDURA III

DEBATE DE INVESTIDURA

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