lunes, 22 de julio de 2019

DEBATE INVESTIDURA PEDRO SÁNCHEZ III

Todo nuestro sistema público está sostenido en esos dos gruesos pilares: la libertad y la igualdad. Y cuando uno de ellos falla, se derrumba el edificio entero. Ese es el quinto eje de actuación al que haré referencia a continuación. La justicia social no como elección, sino como necesidad para el progreso de todos y todas. Por eso es necesario que establezcamos mecanismos que busquen la predistribución de la riqueza además de la redistribución. 

Es decir, mecanismos que permitan repartir esa riqueza más justamente desde el mismo momento en que se produce. De ahí que la subida del Salario Mínimo Interprofesional hasta situarlo al final de la legislatura en el 60% del valor del salario medio, como establece la Carta Social Europea, sea fundamental. El fortalecimiento de rentas de inserción estables que detengan la pobreza severa es otra de las medidas que avanzan en ese camino. 

Y es necesario, además, poner sobre la mesa el debate con rigor y seriedad la propuesta de un ingreso mínimo vital, vinculado a la lucha contra la pobreza infantil. Por eso hemos destinado a esta causa, la de la pobreza infantil, 210 millones de euros, y este verano hemos dedicado 15 millones al programa VECA, destinado a financiar el ocio vacacional y los comedores escolares en el período estival. Y por eso impulsaremos un Pacto Nacional contra la Pobreza Infantil. 

Y aquí volvemos, Señorías, a la educación, que es la base de la igualdad de oportunidades. Por eso vamos a fortalecer la educación pública, como garantía de cohesión social. Una educación pública con recursos y con vocación de excelencia: material escolar gratuito para quien necesita de él. Recursos suficientes para prevenir esa lacra que sufre nuestro sistema educativo, que es el abandono escolar temprano. 

Vamos a universalizar la escolarización de 0 a 18 años, no mediante la obligatoriedad, sino promoviendo una oferta suficiente de plazas públicas. Antes que nada, en educación infantil. Los ayuntamientos podrán destinar su superávit a este fin con un impacto de 300 millones de euros, y se presupuestarán 30 millones de euros para aquellos municipios que no tienen superávit pero que planifiquen estas infraestructuras en sus ayuntamientos. 

Tenemos que apostar por la gratuidad desde las escuelas infantiles hasta las de la primera matrícula universitaria. Vamos a revisar en profundidad el sistema de becas. En primer término, incrementando su dotación. En segundo lugar, simplificando y agilizando las ayudas, que deben llegar también a los estudiantes de posgrado. 

Y, por último, priorizando la situación económica de las familias, porque el rendimiento académico no sólo depende del mérito sino de las condiciones de partida de cada persona en la vida. Abordaremos, de forma urgente, la modernización del currículo escolar básico para que garantice la formación integral de los alumnos y el desarrollo de las competencias clave.

Les avanzo que, para ello, crearemos un Instituto de Desarrollo Curricular e Innovación Educativa, en coordinación con los gobiernos autonómicos y la comunidad educativa. Somos ambiciosos, somos ambiciosos en todo lo que compete a los niños y los jóvenes de nuestro país, porque en ningún lugar mejor podemos depositar nuestro legado. 

Queremos que España se convierta en el mejor país del mundo para ser niño, desde el derecho a la educación hasta el derecho a jugar, tal y como recoge la Declaración de Salzburgo. Eso nos garantizará no solamente el futuro, sino también una sociedad fuerte. 

Por ello, una de las primeras leyes que tramitaremos en el Consejo de Ministros será la Ley Orgánica para la Protección Integral de la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia, que desgraciadamente quedó pendiente en el último tramo de la pasada legislatura y que estoy seguro que contará con el respaldo de sus señorías. Señorías, Nuestra apuesta por los jóvenes también es irrenunciable. 

Desarrollaremos un Plan Nacional de Fomento de la Emancipación Juvenil y también hablaremos de vivienda: el acceso a la vivienda es uno de los principales problemas para los jóvenes. Pero queremos que para todos los españoles el acceso a la vivienda sea un derecho constitucional, no un privilegio. Somos conscientes de que este es uno de los grandes problemas de los españoles. Por eso es necesario avanzar. 

Para ello vamos a impulsar una Ley Estatal de Vivienda con el objetivo de recoger su función social, evitar las situaciones de desamparo y exclusión residencial, y regular el servicio público. Además, se adoptarán medidas para frenar las subidas abusivas de los alquileres y se revisará el Plan Estatal de Vivienda con el objetivo de fomentar los arrendamientos asequibles. 

Queremos una España en la que la Ley de Dependencia vuelva a funcionar. Lo hicimos en nuestro acuerdo presupuestario, que naufragó desgraciadamente por el rechazo de la mayoría de la Cámara. Vamos a consolidarla a través de una nueva Ley Marco estatal de Servicios Sociales. 

Incorporaremos la teleasistencia avanzada y la figura del asistente personal al catálogo de prestaciones del Sistema, para que nuestros mayores puedan seguir viviendo en sus casas si así lo desean. Además, recuperaremos la financiación, la aportación estatal, del nivel acordado de la dependencia. Señorías, nuestro sistema público sanitario es el tercero más eficiente del mundo. 

Un sistema cuya universalidad recuperamos nada más llegar al gobierno. Tenemos un gran sistema sanitario, del que su mejor activo son sus profesionales; pero queda mucho por hacer. Vamos a trabajar en la ampliación de la cartera de servicios sanitarios fundamentales, como la salud bucodental. Y eliminaremos progresivamente el copago farmacéutico a los colectivos de mayor vulnerabilidad.

Como acabo de explicar, vamos a trabajar por una España en la que la igualdad sea la base de nuestra convivencia. Pero es necesario, además, perseguir la cohesión territorial. Conseguir que esos y otros derechos sean iguales para todos los ciudadanos y ciudadanas, vivan donde vivan. 

En estas cuatro décadas, España ha culminado el proceso de descentralización más avanzado de su historia. Lo ha hecho desde el acuerdo y no desde la imposición. Desde el respeto a nuestra rica diversidad. El Estado Autonómico ha servido para cohesionar España, sin duda alguna. Hemos reducido las desigualdades entre territorios gracias a la descentralización. 

La España de las autonomías fue y es una gran idea. Pese a ello, existen desequilibrios que debemos afrontar con valentía para garantizar la igualdad de todos los españoles. Uno de esos desequilibrios es el de las infraestructuras, que tanto han servido para la cohesión de nuestro país: conectar territorios es conectar oportunidades. 

Conectar territorios es conectar ciudadanos. Si no, que se le pregunten a los vecinos y vecinas de Granada. Señorías, me comprometo a impulsar un Pacto de Estado en materia de infraestructuras y transporte, que garantice el cumplimiento de los planes ferroviarios de alta velocidad actualmente en ejecución, que estudie las conexiones largamente demoradas, como la de Cantabria o la de Extremadura, y que determine la inversión en cercanías y las actuaciones necesarias en los corredores Mediterráneo y Atlántico. 

Tenemos por delante un reto fundamental en el ámbito autonómico: abordar la reforma del sistema de financiación autonómica y local, concretando necesidades y recursos para fortalecer la suficiencia, la solidaridad interterritorial y nuestro Estado del Bienestar, que gestionan en gran medida las Comunidades Autónomas. 

Ya dimos los primeros pasos al recuperar el diálogo constante con las Comunidades a todos los niveles. Ese mismo diálogo es imprescindible para abordar otra de los grandes desafíos a nuestra cohesión territorial: el que supone el reto demográfico y la lucha contra la despoblación. En muchos pueblos la gente ha tenido que marcharse porque no tenían un médico o un colegio cerca, no porque desearan marcharse. En muchos pueblos ya no hay farmacia, ni agencia bancaria, ni tampoco presencia de la Guardia Civil. 

En este último ámbito, vamos a avanzar en dos frentes: 

  • Primero: recuperar el número de efectivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado perdidos durante los siete años de la administración anterior. La Oferta de empleo público de 2019 es la mayor de los últimos años: supone más de 2.500 nuevos puestos en la Policía Nacional y más de 2.200 en la Guardia Civil.
  • En segundo lugar, vamos a impulsar el Plan de Infraestructuras de la Guardia Civil, con una dotación de 600 millones de euros en los próximos 7 años. Este cambio de tendencia se mantendrá hasta garantizar algo que para nosotros es fundamental: el servicio público de la seguridad de nuestros pueblos. 

A partir de las directrices ya aprobadas en la pasada legislatura, ultimaremos la Estrategia Nacional para el Reto Demográfico. ¿Qué haremos para revitalizar la España interior? 


  • En primer lugar, garantizar el acceso a los servicios públicos y la conectividad del territorio, física y digital. 
  • En segundo lugar, vamos a propiciar la generación de empleo, promoviendo el emprendimiento, el trabajo autónomo y reduciendo las cargas administrativas y fiscales. 
  • En tercer lugar, dar un nuevo impulso al sector agroalimentario, promoviendo el turismo sostenible de interior y apostando por el fomento de las energías renovables y del tejido industrial asociado. 

Queremos una España en la que cada uno elija dónde desea vivir y pueda hacerlo en igualdad de oportunidades, un mandamiento firme del Gobierno que pretendo formar, si la Cámara me otorga su confianza. Señorías, España debe volcarse en la causa de una Europa unida. Y ese será el sexto eje de actuación prioritaria de mi Gobierno. 


La Unión Europea es más que un espacio de valores y principios que nos definen. Es, también, nuestra mejor defensa ante desafíos inabarcables si actuáramos por separado. Los cinco retos a que he hecho mención con antelación sólo pueden afrontarse con garantías de éxito desde una Unión más sólida. En pocos ámbitos esa necesidad es tan acuciante como en política migratoria. Europa necesita de una migración regular y ordenada, sí, sin duda. 

Pero, al mismo tiempo, ha de combatir la inmigración irregular y las tramas que trafican con seres humanos, y tenemos que hacerlo sobre dos principios: solidaridad y responsabilidad. España ha demostrado durante este año que se puede combinar una política migratoria responsable con una respuesta solidaria y acorde a los valores europeos inscritos en nuestros tratados fundacionales. 

En este sentido, quiero hacer mención a la extraordinaria labor de los trabajadores de Salvamento Marítimo en nuestras costas, que han rescatado a 50.000 seres humanos han sido rescatados de un destino trágico en 2018. Nuestra política migratoria es, además, una política eficaz. En lo que va de año, el número de entradas irregulares ha caído un 27% respecto al mismo periodo de 2018. Pero tenemos que hacer mucho más. Especialmente en dos ámbitos:

  • Primero, tenemos que impulsar una reforma del sistema de asilo común europeo. 
  • Y segundo, una apuesta por la cooperación con actores clave, singularmente Marruecos, y los países de origen y tránsito. El fenómeno migratorio tiene gran potencial divisivo, no sólo entre los socios europeos sino en nuestras sociedades. Por eso, tenemos que combatir la instrumentalización de este fenómeno con decisión. Y reforzar la cooperación al desarrollo como un vector fundamental. Señoras y señores diputados, Europa es un proyecto que nos cohesiona como país y como sociedad en sus tres vertientes: 
    • La Europa de los ciudadanos: ampliando derechos y las libertades. Reforzando el demos europeo. Soñando, –¿por qué no?– con una Constitución Europea en el futuro. Yo sueño con ello. 
    • En segundo lugar, la Europa de los Estados Nación. Avanzando en la cooperación entre países en el ámbito de la Industria, de la Energía, del desafío Digital y la Ciberseguridad, de la Migración, la política Exterior y de Defensa común, el cumplimiento de los Acuerdos de París y la exigencia de que nuestro continente sea neutro en emisión de CO2 para 2050. 
    • En tercer lugar, la Europa de las regiones. En el siglo urbano, la perspectiva territorial y local resulta vital si queremos responder eficazmente a los desafíos y legitimar aún más el ideal europeo. 
    • Tres enfoques que identifican un anhelo: una España autonómica en una Europa federal. Un nuevo espacio de soberanía que no merma el sentimiento de pertenencia. Nadie es menos español, o menos catalán, menos vasco, menos madrileño o menos andaluz por ser europeo; ocurre todo lo contrario: reforzamos nuestras identidades a fuerza de ser europeos. Aprendamos las lecciones que ofrecen experiencias recientes, como el Brexit. 
    • Un proceso contrario a la lógica de los tiempos y al sentido de la historia, construido sobre una falacia, sobre la mentira, que debilita a la democracia y destruye consensos en la sociedad británica. 

Hoy, por primera vez, hay una coincidencia casi exacta entre el ciclo político en España y el que se abre en la Unión Europea. A su vez contamos con la hoja de ruta marcada por la Agenda 2030 de Naciones Unidas. Tenemos, por tanto, una ocasión única, la de alinear nuestras políticas desde ese triple enfoque: España, Europa y Naciones Unidas, a través de la Agenda 2030. ¿Qué es más útil? ¿Ejercer una soberanía pequeña e inútil desde el aislamiento? ¿O ser parte de un espacio común, compartiendo soberanía para enfrentar desafíos que nos desbordan como país? En esta disyuntiva la respuesta es clara: compartir no dividir, integrar no aislar.


España llegó más tarde de lo que merecía a Europa; pero llegó para quedarse y comprometerse con el ideal europeo. Hoy, asumimos un renovado protagonismo, del que el mejor ejemplo es la candidatura de Josep Borrell, un catalán español, para estar al frente de la diplomacia europea. Señorías, Europa es el mayor espacio de solidaridad, justicia social y democracia de todo el planeta. Somos el primer donante global de cooperación al desarrollo, sobre todo en África. Europa, como ideal, vive mucho más allá de sus fronteras en su compromiso, por ejemplo, con el Sahel, con Palestina o con Latinoamérica. 

Vivimos un momento trascendental para el futuro de la Unión, señorías. Un momento en el que lo relevante no es pensar en lo que España puede obtener; sino en lo que España puede ofrecer a la Unión. Somos un interlocutor idóneo; único, diría yo, en su capacidad de diálogo. Nuestro vínculo con Latinoamérica, las raíces mediterráneas y nuestra presencia incuestionable en África son el mejor ejemplo. 

Desde el gobierno, señoras y señores diputados, ofrezco el compromiso firme, determinado, de avanzar en la Europa social. Impulsaré la dimensión social de la Unión Europea a través del Seguro Europeo de Desempleo, del Salario Mínimo común y de una Estrategia vinculante contra la Violencia de Género. Del mismo modo, es imprescindible contar con un auténtico presupuesto europeo. Un presupuesto que consolide líneas estratégicas para nuestro país como la Política Agraria Común, esencial para nuestro medio rural, nuestros agricultores y ganaderos. 

Trabajaremos por una PAC orientada a mantener la rentabilidad, favorecer un medio rural vivo y atractivo para los jóvenes, reconocer el papel fundamental de la mujer en la agricultura, la sostenibilidad, la calidad y la innovación en los procesos. 

  • Por ello, aprobaremos un Plan Estratégico Nacional con una financiación conjunta –UE, Estado y Comunidades Autónomas– superior a los 50.000 millones de euros en su periodo de vigencia. Señorías, es fundamental completar la arquitectura institucional del euro. 

España tiene una gran oportunidad que no puede desaprovechar en tiempo de repliegue de otros actores. Por ello, me comprometo a liderar el sentimiento mayoritario de la sociedad española: un Ejecutivo europeísta y reclamo el apoyo de la Cámara en lo que considero una auténtica política de Estado. Protejamos Europa como ideal necesario y fortalezcamos, al mismo tiempo, una Unión que proteja a su ciudadanía, a sus estados y a sus territorios. 


Señorías, Hacer realidad la Segunda Transformación de España que planteamos, requerirá una apuesta sostenida por más España en Europa. Pero también por una renovada presencia exterior en un contexto cambiante y sometido a extraordinarias incertidumbres. Esta es una cuestión de Estado.

Somos una potencia media de relevancia geoestratégica, pero también tenemos una vocación global. Nuestra visión del mundo debe basarse en un multilateralismo eficaz para afrontar amenazas globales que no pueden encararse desde el aislamiento; sino desde una sociedad abierta y cohesionada como la nuestra. En ejercicio de esa vocación, hoy más de 2.500 hombres y mujeres de nuestras Fuerzas Armadas participan en 15 misiones internacionales. 

En 2018, se cumplieron 25 años de la primera baja sufrida por nuestras Fuerzas Armadas en misiones internacionales de paz, cuando el teniente Muñoz Castellanos fue mortalmente herido mientras llevaba medicamentos a la ciudad de Mostar, en Bosnia. Su recuerdo evoca el de todos los hombres y mujeres que sacrificaron su vida cumpliendo una misión que no sólo nos enorgullece como españoles; sino como sociedad comprometida con los valores democráticos y con los derechos humanos dentro y más allá de nuestras fronteras. 

España, en su acción exterior, debe abrirse con la misma determinación con que lo hacen sus empresas y emprendedores. Consciente de su peso real, pero también de las fortalezas que tenemos. El continente americano siempre será un ámbito nuclear de la acción exterior de España. Me propongo avanzar en el reforzamiento de una relación llena y cargada de simbolismo, lazos culturales y económicos, a partir de cuatro vectores: 

  • En primer lugar, el espacio multilateral como dinámica de coordinación, en materias como la extensión de la lengua y la cultura. 
  • Incrementar, en segundo lugar, recursos en cooperación con Iberoamérica al desarrollo y alinearlos con los objetivos de la Agenda 2030. Aumentar los intercambios comerciales para favorecer a nuestras empresas. 
  • Y reforzar la dimensión humana, con acciones en materia social y migratoria. Nuestra implicación en la negociación del histórico acuerdo entre la UE y Mercosur, en el marco de la reunión del G20, es el mejor ejemplo del papel que podemos jugar como país. España debe seguir siendo un actor relevante en el fortalecimiento de las instituciones democráticas en Latinoamérica. 
    • Por ello, en relación con un país hermano objeto de controversia en la política doméstica, Venezuela, es preciso mantener nuestros compromisos con el Grupo Internacional de Contacto, a partir de una salida pacífica de la crisis; negociada entre venezolanos y con celebración de elecciones que tengan las debidas garantías y supervisión de la comunidad internacional. Del mismo modo, es imprescindible reforzar nuestro compromiso para superar la crisis humanitaria y proteger a la colectividad española en ese país, cuyo sufrimiento sentimos como propio. 

En un mundo cada vez menos eurocéntrico, Asia es uno de los centros de poder más relevantes. En este sentido, les alerto de que la relación de Europa con China es sin duda uno de los dilemas estratégicos más

importantes de nuestros tiempos, y España debe implicarse de forma decidida en esa reflexión, como España y como Europea. 

Esta visión debe ir acompañada del fortalecimiento de lazos bilaterales más estrechos con otros países de un área clave para la economía y el comercio global. La globalización se adentra en una nueva etapa a partir de un concepto clave: infraestructuras de conectividad entre Europa y Asia. 

Debemos estar presentes en este auténtico cambio de paradigma, sí, pero también debemos hacerlo desde la defensa del multilateralismo y un sistema internacional de comercio basado en reglas. El continente africano es otro marco de acción prioritario para España. Tanto por proximidad geográfica como por convicción moral, estamos comprometidos con un espacio llamado a experimentar una gran transformación en las próximas décadas y que va a duplicar su población en 2050. 

El Plan África III, aprobado recientemente en Consejo de Ministros con la colaboración del anterior Congreso de los Diputados, será uno de los ejes de actuación más relevantes en este ámbito. Señorías, Defender la paz y la seguridad implica contar con los recursos adecuados. 

Por ello vamos a continuar con un aumento progresivo del presupuesto de defensa conforme a los compromisos con nuestros socios y el fortalecimiento de nuestras capacidades. Hemos sido y seguiremos siendo uno de los principales impulsores de la Europa de la defensa. España defiende esa visión en un marco mucho más amplio, el de la OTAN, y debe materializarlos participando en cuantas iniciativas contribuyan a una mayor integración europea en este terreno. 

Es preciso impulsar una auténtica cultura de la seguridad nacional: implicar a la sociedad en la defensa como tarea colectiva, como elemento de cohesión cívica. Avanzaremos en el modelo integral de la gestión de crisis, con una apuesta decidida por la mejora de las infraestructuras de comunicaciones y la ciberseguridad, un ámbito en el que también está en juego la fortaleza de nuestro sistema democrático. 

Estaremos presentes como país en el debate sobre la protección de los espacios comunes globales, la no proliferación de armas de destrucción masiva o el ciberespacio. Y del mismo modo, reforzaremos nuestro compromiso en la lucha contra el terrorismo y la radicalización violenta. Un desafío que exige contar con las herramientas adecuadas para garantizar nuestra seguridad y apostar por políticas de prevención y cohesión social para reducir ese riesgo real a nuestra convivencia. 

En definitiva, una España abierta al mundo. Y una España cohesionada para fortalecer una Europa más necesaria que nunca. He hecho mención, señoras y señores diputados, a los seis grandes ejes que centran la propuesta programática con la que pido la confianza

mayoritaria. Es un programa para volver a modernizar y transformar España; para abrirla al mundo y afrontar estos seis grandes desafíos como lo que son: auténticas oportunidades para nuestro país. Para alcanzar esas metas, es preciso fortalecer nuestra arquitectura institucional.

 La sociedad nos demanda avanzar en materia de derechos y libertades; en transparencia, rendición de cuentas y regeneración democrática. La nuestra es una sociedad democrática ya madura. Una sociedad que se rebela cuando la autoridad se ejerce de forma injusta y arbitraria. En esa conciencia civil reside la fuerza de nuestro país. Y esa conciencia constituye, por cierto, un motivo más que justificado para derogar la Ley Mordaza, un compromiso que quiero asumir de forma expresa con la Cámara. 

Para que cada generación haga suyo el sistema jurídico en el que vive, es necesario avanzar en el reconocimiento efectivo de nuevos derechos y mantener la garantía de los ya existentes. Hace unos meses, nos sentimos profundamente conmovidos con la historia de Ángel Hernández y su mujer María José Carrasco, enferma de esclerosis múltiple. 

Fue un auténtico aldabonazo a la conciencia colectiva en una sociedad que, reiteradamente, muestra su predisposición a regular el derecho a la eutanasia y la muerte digna. Vamos a impulsar ya esa regulación, defendiendo el derecho a elegir con libertad hasta el último minuto y a recibir la mejor atención médica en ese trance tan duro. 

Con el mismo afán, es preciso impulsar una Carta de Derechos Digitales. Hay quien se refiere a los datos como el petróleo del siglo XXI. Bien, pues evitemos por todos los medios que la explotación indiscriminada de los mismos se constituya en un peligro para nuestra dignidad y cree nuevos privilegios. Reconocimiento, por tanto, de nuevos derechos. Pero también mejora de las condiciones en que se ejercen otros que necesitan de una especial protección. 

Es necesario impulsar una Ley sobre Libertad de Conciencia para dotar a la sociedad de más recursos en la lucha contra la intolerancia en todas sus vertientes. Con idéntica filosofía, tenemos que suprimir el voto rogado. Estamos ante una auténtica tragedia democrática. Es intolerable que apenas seis de cada cien españoles residentes en el exterior ejercieran el derecho al voto el pasado 28 de abril. Un ciudadano español lo es independiente del lugar en que el resida. 

Del mismo modo, me propongo impulsar una Ley de Bienestar Animal de ámbito estatal. La ciudadanía nos pide firmeza frente a la crueldad y el sufrimiento de los animales. La sociedad demanda, igualmente, que regulemos con valentía el juego, que se ha extendido de forma descontrolada en las calles de nuestro país, y en particular en los distritos con menos renta. Debemos actuar con rigor para prevenir la aparición de las ludopatías y fomentar, en definitiva, un ocio alternativo saludable. Señoras y señores diputados, Regeneración democrática es relegitimar nuestras instituciones tras años de bloqueo político. Es más democracia. Es abordar reformas inaplazables en nuestro sistema institucional. Y para ello es fundamental actuar en el ámbito de la Justicia. 

Necesitamos una Justicia eficaz, accesible, moderna y fiable que garantice el principio de tutela judicial efectiva y refuerce la confianza de la ciudadanía en las instituciones. Quiero, en este sentido, trasladar la oferta de un Pacto de Estado para la Reforma de la Justicia. Una propuesta con dos anclajes: modernización y financiación adecuada. En el ámbito normativo, es fundamental abordar la elaboración de una nueva Ley de Enjuiciamiento Criminal, además de revertir reformas lesivas como el plazo de caducidad impuesto para la instrucción de causas complejas. 

También considero imprescindible revertir el cambio normativo de 2014, con el objetivo de recuperar el sistema español de Jurisdicción Universal. Del mismo modo, es preciso avanzar en un nuevo sistema de acceso a la judicatura. Es fundamental avanzar en mecanismos que garanticen la igualdad de oportunidades. Señorías, sólo un dato: en 2014, para un 60% de españoles la corrupción era uno de los tres principales problemas al que hacía frente nuestro país. 

Hoy, cinco años después, esa cifra se ha reducido al 26%. Pero no podemos bajar la guardia. Por eso, les anunció que impulsaré una Ley Integral de Protección de Testigos y Denunciantes de casos de corrupción, con las máximas garantías para quien denuncia prácticas corruptas y máximo reproche social para una conducta que corroe los cimientos de la democracia. 

Es imprescindible regular de manera más efectiva los conflictos de intereses para evitar el descrédito que representa el mecanismo de las puertas giratorias. La Oficina de Conflicto de Intereses debe actuar como autoridad independiente en la emisión de sus dictámenes. Estos serán públicos, en cumplimiento del principio de transparencia. Regenerar la democracia es, también, terminar con la vigencia de figuras obsoletas, como los aforamientos. 

Es importante que en esta legislatura acabemos con los aforamientos de los políticos. Les pido a todos ustedes –también a mi partido– que seamos capaces de encontrar la forma de llegar a acuerdos para renovar instituciones sumidas en la interinidad durante un periodo de tiempo inaceptable. Me refiero al Consejo General del Poder Judicial, el Defensor del Pueblo, la Presidencia del Consejo de Transparencia y el Consejo de RTVE. El Gobierno apostará siempre por la vigencia de los principios de igualdad, mérito, capacidad, prestigio y consenso amplio en la elección de estos órganos.

Regenerar nuestra democracia, por último, es también honrar la memoria democrática de España. Por ello, daremos un nuevo impulso a las políticas de reparación de las víctimas de la Guerra Civil y de la Dictadura. Siguiendo las recomendaciones de las Naciones Unidas, el Estado asumirá directamente la gestión de las políticas y actuaciones de búsqueda de la verdad, justicia y reparación. 

España es el primer país de la Unión Europea y el segundo del mundo en número de desaparecidos. No podemos fingir que este hecho nos es ajeno. Señorías, Tenemos ante nosotros un tiempo apasionante. Un tiempo que figurará en los libros de historia porque supone un instante único en el progreso de la humanidad. De nosotros depende que este sea en España un tiempo donde la esperanza venza a frustración. Ahora es el momento de avanzar. 

Hoy podemos empezar a corregir los déficits estructurales de nuestro mercado laboral y de nuestro empleo. Hoy podemos empezar a sentar las bases de nuestro liderazgo en la revolución digital. Hoy podemos reafirmar nuestro compromiso firme e inequívoco con una transición ecológica justa. Hoy podemos seguir todos juntos la senda abierta por el feminismo en la causa de la igualdad. Hoy podemos empezar a consolidar nuestro Estado del Bienestar para combatir cualquier forma de desigualdad social. 

Hoy tenemos la oportunidad de ponernos al frente de las transformaciones que necesita la Europa en la que creemos. Señores y señoras diputados, España no se divide en diecisiete comunidades y dos ciudades autónomas: España se une en su diversidad desde diecisiete comunidades y dos ciudades autónomas. Esa es la España en la que creemos. Y tengan el convencimiento de que nuestro mejor momento no pasó: está aún por llegar. 

Para construir esa España pido la confianza de la Cámara. No en mí, sino en la sociedad española. No en mí, sino en el propio Parlamento, que sólo se pondrá a andar efectivamente cuando haya un Gobierno. Y los españoles han decidido avanzar. Nos han pedido avanzar. 
  • Y estamos en condiciones de hacerlo en base a un acuerdo con varios grupos de esta Cámara a los que quiero agradecer su interlocución y muy señaladamente el Grupo de Unidas Podemos. Señoras y señores diputados, Procedemos de dos tradiciones distintas de la izquierda. Hasta ahora hemos hablado mucho de nuestras diferencias; y no ha sido sencillo alcanzar un  punto de encuentro. Pero nada que merezca la pena es fácil. 


Y lo que tenemos por delante merece mucho la pena. Tenemos sobre nosotros la mirada esperanzada de millones de personas. Ahora toca trabajar para sacar adelante todo aquello en lo que coincidimos, todo lo que nos une. Y lo que nos une se resume en muy pocas palabras: la promesa de la izquierda. Un progreso ecológicamente sostenible y la distribución justa de ese progreso. O si lo prefieren de otra manera: una sociedad de mujeres y hombres libres e iguales, en armonía con la naturaleza. 

Muchas personas han puesto un gran esfuerzo y mucha ilusión para que uniéramos nuestras fuerzas, pero también mucho más que nuestras fuerzas: nuestra sensibilidad, nuestra inteligencia, nuestra experiencia, para mejorar la vida de la gente y, de este modo, cambiar la historia de España. 

Debemos atender a esa llamada, guiados por el ejemplo de las generaciones que nos precedieron y por la Constitución que nos legaron. Señoras y señores diputados de la bancada conservadora, sé que ustedes hubieran preferido marchar en otra dirección. Pero eso ya lo decidieron los españoles el 28 de abril. No les pido que apoyen este proyecto, les pido que retiren las barreras. Les pido que permitan que España tenga un Gobierno. Lo que les pido, lo que les exijo, es que España avance. ¡Gracias!

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