Podría elegir muchos datos. De hecho, los voy a repasar a lo largo de mi intervención. Pero
tenemos una foto de partida optimista. No digo feliz ni digo absoluta, digo que las cosas están
objetivamente bastante mejor que hace cuatro años, que tampoco tenemos que inventar la
pólvora para seguir avanzando, que tenemos que seguir con lo que estamos haciendo, y más, si
es posible.
Porque, evidentemente, la ciudadanía ha avalado, si quieren ustedes, la medicina que
esta región tuvo que recibir después de los años anteriores y los años de la crisis.
El proyecto que planteo se basa en tres conceptos a modo de triángulo, que están
relacionados. Soy un firme defensor de que los tres dependen de forma interactuada entre ellos:
cohesión, competitividad y sostenibilidad. Podríamos decirlo: hay que crecer, hay que saber para
qué y hay que saber cómo mantenerlo. Sería el resumen de este triángulo.
No voy a empezar por el hecho de crecer, que es lo que todo el mundo entendería. Lo primero
es crecer para luego repartir. Bueno, mi prioridad es socializar el crecimiento y la recuperación.
Porque crecer, es evidente que forma parte del objetivo de cualquier Gobierno que sea
medianamente sensato, pero de eso voy a hablar también.
Socializar la recuperación en un momento, señorías, de enorme trascendencia de modelo en
España.
Muchos de los retos que tenemos por delante, ojalá que los podamos abordar, no son
consecuencia de un fracaso de sociedad. Es más bien lo contrario: son el éxito de nuestra
sociedad.
¿Es un problema, de verdad, que dentro de 10 años haya más personas jubiladas que
trabajando? Si no se cambian las cosas, claro, la legislación. ¿Es un problema que necesitemos
cada vez más atención sanitaria, porque la gente vive más? ¿Es un problema que cada vez
necesitamos más plazas de residencias para mayores y para dependientes, que tiene mucho que
ver con la esperanza de vida?
Bueno, habría, a lo mejor, quien lo querría arreglar rebajando sustancialmente la esperanza de
vida. Claro, si la gente se muere antes, no se preocupen, que, evidentemente, el gasto público
baja una brutalidad.
No, yo creo que podemos presumir, entre todos, de haber conseguido la tasa de esperanza de
vida más alta del mundo después de Japón, y de haberlo hecho, además, de una manera
homogénea en una sociedad conflictiva, en cambio, en transformación, cambiando y
revolucionando nuestros medios de comunicación, la distribución, desde el Internet hasta la
logística, cambiando tantas cosas, que no somos todavía capaces de adivinar cómo van a acabar.
Estamos en medio de una enorme transición económica que lleva años, y que no sabemos
siquiera dónde nos dejará como sociedad dentro de años. Sabemos algunas cosas. Sabemos que
la población va a seguir envejeciendo, afortunadamente. Sabemos, probablemente, que esta
sociedad está transformándose hasta el punto de que, a la vuelta de poco tiempo, tendremos que
hablar de que los impuestos no solo los paguen los ciudadanos, sino que los terminen pagando
las máquinas. Ya lo verán.
Realmente, y no planteo subir los impuestos a nadie, y menos a las máquinas, pero digo que la
sociedad a la que vamos dentro de una década o dos, nos lleva a un cambio en el modelo
productivo, en el modelo de trabajo, que no hay que ver como negativo. Al contrario, que encaja
con todos los planteamientos de orden, de progreso, e incluso constitucionales.
Lo saben muy
bien también los responsables del servicio jurídico, como el presidente del Consejo Consultivo de
la comunidad autónoma, que nos acompaña.
La pregunta que nos tendríamos que hacer es: ¿a dónde va esta sociedad de éxito? ¿Cómo, lo
que son retos, son retos en vez de problemas, y cómo los abordamos? Por supuesto, las
pensiones; por supuesto, la atención a la dependencia.
Todos los problemas que tienen que ver
con el vivir más, y solo se vive más porque se vive mejor.
La segunda pregunta que me tengo que hacer y nos hacemos en esta socialización de la
recuperación es si en realidad, a pesar de que el mundo es mejor para todos, y hoy todos
querríamos nacer hoy, en vez de en el siglo XVI, salvo que uno naciera siendo conde o duque, y
con esos derechos tan extraños que tenían antes los poquitos, pero hoy todo el mundo quiere
nacer, si tiene, sobre todo, problemas, más que hace 40, 50 o 60 años, ya no digamos en la
posguerra. Pero, aun así, nos tenemos que seguir preguntando si todos tienen las mismas
oportunidades de verdad. Este es el proyecto que planteamos.
Por eso la clave está en la cohesión. Cohesión que empieza por el desarrollo, la
implementación y el incremento notable de las políticas sociales.
Prometí, y vamos a cumplir, un objetivo que es: 2.000-2.000-2.000. 2.000 plazas más por
ejercicio, para plazas de residencia para personas mayores; 2.000 plazas más en ayuda a
domicilio; y 2.000 plazas más para teleasistencia. Son tres elementos que van a condicionar por
completo la tranquilidad de nuestra gente mayor, su sosiego y su jubilación, que sea júbilo de
verdad.
(Aplausos).
Su vida, con ella la de sus hijos, la conciliación de los hijos, y, sobre todo, de las mujeres, para
que puedan trabajar.
Por supuesto, combatir un fenómeno que alguien se tomará a risa, pero que
empieza a ser algo evidente en una sociedad que envejece, que es el de la soledad.
No voy a crear una consejería para la soledad, pero créanme que tendremos que empezar a
hablar del problema que se plantea en una sociedad en la que la gente se puede encontrar sola
en los últimos años de su vida, y que tienen que ver con un desafío, también, incluso si quieren,
moral o de valores para esta sociedad.
Vamos a plantear que en esta legislatura seamos capaces de hacer 40.000 incorporaciones
más, 40.000 valoraciones más a la dependencia. Vamos a plantear, por supuesto, no solo seguir
subiendo peldaños, que estamos ya entre el notable alto en valoraciones de dependencia en
España.
Estábamos muy suspensos hace escasamente cuatro años, de los peores en el país,
sino que vamos a plantear, además también, la exigencia en el país de un colchón de renta, que,
bien sea con nuestra legislación, o mejor, amparada con la del Estado, nos lleve a tener un
mínimo asegurado en el conjunto del país, y que, sobre todo, homogeneice, que compatibilice,
que evite distorsiones en las muchas ayudas que damos puntualmente, si no para energía, para
pobreza, si no para otras razones concretas de familia numerosa, etcétera.
Interesa mucho que haya un punto de partida en el que la sociedad pueda descansar la
principal responsabilidad que tenemos, y es que lo esencial, lo básico, no le falte a nadie.
(Aplausos).
En esto voy a plantear con mucha claridad la ayuda del tercer sector. Afortunadamente, en
España, por encima de otros muchos países, tenemos organizaciones que no tienen interés
lucrativo, mueven dinero, mucho, y cada vez tienen que mover más, y tienen plantillas y tienen
trabajadores, y cada vez tienen que tener más, pero que no se mueven por dinero, se mueven por
otro concepto de rentabilidad, que emparenta claramente con nuestros objetivos, y con el mío de
una manera muy clara, que es el de la rentabilidad social.
En esto, tenemos que ser serios, espero, y les invoco a todos los grupos parlamentarios para
aprobar la legislación, que será de las primeras que traigamos la Ley del Tercer Sector por
unanimidad, que podamos establecer programas y conciertos duraderos, estables y razonables
con el tercer sector para garantizar un crecimiento en las políticas sociales, que, además, no será
disparatado en su gestión, y que además tendrá muy claro que la prioridad es el paciente, el
dependiente, el usuario.
Por supuesto importa quién es el trabajador, pero si no importa si es del Gobierno o es de una
gran Administración o de una gran ONG, o una gran asociación, lo verdaderamente importante es
cómo están de atendidos, y que podamos incrementar las tasas de cobertura del conjunto de una
manera que solo en España podemos hacer, porque ha ido creciendo un tejido asociativo
verdaderamente envidiable.
Esta será una ley de las primeras que aprobemos, de las primeras
que tramitemos, y que ya tiene prácticamente todos los informes evacuados para sacarla
adelante.
Además, plantearemos seguir abriendo y poniendo en servicio las infraestructuras sociales,
que en esta última legislatura solo hemos podido abrir la mitad, que están hechas, que estuvieron
casi terminadas, que se hicieron para algo, pero que se descontaron hace cinco años.
Contamos con 122 recursos físicos para determinados servicios sociales que se paralizaron
hace cuatro años y medio, de los cuales hemos abierto más de la mitad, y que pretendemos abrir
a lo largo de esta legislatura. No vamos a tener ni que construir cosas nuevas.
Bastará con poner
en marcha las que estaban previstas, de manera que haremos, además, justicia, con esa
inversión y ese gasto que la sociedad hizo en su momento, que luego se ralentizó por los tiempos
de crisis o por el cambio de prioridades políticas, o a veces por las dos cosas, pero que siguen siendo un activo importante de una sociedad que no tendrá derecho o no tendrá posibilidad de ir
los primeros en todo, pero que sí tiene que hacerlo en materia de cohesión y de igualdad.
Vamos a plantear también una ley que, estoy seguro, tendrá mayoría de la Cámara, a ser
posible unanimidad, que es la ley que nos permitirá presumir de ser la primera región en España,
creo que en Europa, pero por concentrarme en el país, en universalizar el servicio de atención
temprana.
Qué importante es para la tranquilidad de la gente, para el futuro de nuestra gente, de
nuestras familias, y para el mejor funcionamiento de nuestros servicios de atención, tanto
sanitarios como sociales.
Hay muchas familias a las que seguramente vamos a poder seguir diciendo que tiene su hijo
una enfermedad rara, y cuando decimos rara, decimos que no se sabe. Pero nuestro objetivo es
que, aun así, y a expensas de que la ciencia avance, tengan atención, tengan tratamiento, y,
sobre todo, estén integrados en el conjunto del funcionamiento de la sociedad. Esto es lo más
importante, señorías.
(Aplausos).
Tendremos, también, una ley en estas Cortes para la infancia y la familia. Una ley para la
accesibilidad, que pretendo negociar también con el sector, y que entendemos tiene que ser
avanzada. No una ley clásica, que de esas ya tenemos, y que han dado un buen rendimiento, sino
una ley que nos ponga en el siglo XXI de verdad, y en el siglo XXII si podemos, en ambición, para
hacer más cómoda, más fácil y, sobre todo, más democrática la vida diaria.
Porque aquí todo el mundo puede votar. En las últimas elecciones, incluso gente que antes
tenía inhabilitación judicial. Pero se puede ser democrático en eso y no en la vida diaria, porque
también la democracia exige que todo el mundo pueda andar por la calle, y que las aceras sean
válidas para todos. Fíjense qué cosa más sencilla. Pero en eso también consiste una democracia,
que ya sé que se dice fácil y que cuesta mucho cambiar.
Pero las leyes tienen que servir para remover obstáculos, para plantear objetivos y para
determinar prioridades presupuestarias.
Habrá también una ley que convertirá, como digo, con el
mayor rango, la estrategia que hasta ahora estamos siguiendo, para reservar parte de la
contratación pública a los centros especiales de empleo, sea una reserva mayor y garantizada.
Por tanto, una ley para reservar parte de la contratación pública a los centros especiales de
empleo, que, en esta región, además, son muy importantes.
(Aplausos).
No creo que haya muchos Gobiernos que puedan dar lecciones en política social a este.
Créanme.
Más allá de los discursos o de la estética, yo creo que realmente, para comprobar el
tono y la sensibilidad social de un Gobierno, hay que mirar a sus políticas. En esta, yo creo que
hay una clave que tiene que ver con la cohesión, eje en el que me estoy moviendo en primer
momento, que es la sanidad.
La sanidad, fíjense es de las cosas de las que más orgullosos nos
sentimos los españoles y las españolas, porque realmente el cambio de estos 40 años nos
permite saber que, independientemente del dinero que tengan los padres en los bolsillos, o que
tengamos, uno se pone enfermo y es atendido, y si es de urgencia, con el nivel de urgencia que
requiere la enfermedad y determina el médico.
Esto, no crean que lo pueden decir muchos países.
Ni se puede decir por igual en todo nuestro entorno, pero en España sí.
Ahora, nosotros tenemos que medirnos por el nivel de exigencia que nosotros mismos nos
hemos puesto y nos pone la ciudadanía, y por eso estos próximos años van a ser determinantes
en la sanidad. Lo han sido en los últimos cuatro, pero ¿cuántas regiones pueden decir que tienen
tantas obras hospitalarias en marcha como tenemos nosotros?
Que sepan que hoy ya, señora alcaldesa, es el primer día que el Gobierno de Castilla-La
Mancha ya tiene las llaves, ya ha recibido las llaves del gran centro hospitalario de Toledo. Hoy es
el primer día.
(Aplausos).
Empieza la cuenta atrás para su apertura, que no es fácil, que a lo mejor alguien piensa que es
una mudanza sencilla, ninguna lo es, desde luego, a nadie se la deseo, pero esta mudanza llevará
su tiempo, pero creo que antes de un año podremos tener la perfectamente organizada.
Es muy importante este hospital, como lo son los que están en marcha, que estuvieron
parados, y que incluso nos ha costado una millonada tener que negociar con las empresas a las
que se les vulneraron sus derechos, y que al final nos han terminado costando, como digo, mucho dinero. Pero, por supuesto, será una realidad, y avanza a muy buen ritmo el de Guadalajara,
avanza a muy buen ritmo el de Cuenca, y, por supuesto, vamos a hacer en esta legislatura.
En los próximos meses estará ya el proyecto y la concesión definitiva al de Albacete, que va a
ser un hospital de enorme referencia.
Sé que hay gente que ha planteado ahí, como planteó
Ciudadanos, señora Picazo, cambiar el sitio del hospital. No soy partidario. No soy partidario,
porque vamos a hacer un nuevo hospital en la misma ubicación, y sin tener que hacer la misma
mudanza. De una manera u otra será complicado, pero finalmente va a ser casi más fácil que
hacer la gran mudanza del hospital de Toledo, que, sin embargo, se lleva al trasladar el sitio.
Además, vamos a abordar, porque ya está también en rodaje el hospital, que será, además, un
proyecto precioso en Puertollano.
Créanme que es muy importante tener grandes hospitales,
tenerlos en coordinación con aquellos hospitales medianos a los que hemos dado solvencia y
hemos evitado su cierre, tanto en Tomelloso como en Almansa y como en Villarrobledo, y hacerlo
con centros de salud que acerquen la sanidad a la gente.
(Aplausos).
Hacerlo al mismo tiempo que mejoramos, y mucho, la tecnificación, la tecnología, que cambia
tanto la esperanza de vida de la gente.
Poder decir que va a haber medicina nuclear como en
ninguna comunidad autónoma. Del máximo nivel ya la tenemos en varios sitios, pero se van a
ampliar a Guadalajara, a Albacete y a Toledo.
Habrá oncología radioterápica en todas las provincias, y resonancia en todos los hospitales.
Esto, no crea que lo pueden decir todos los sitios en España. En algunas varias, evidentemente.
Vamos a plantear 2.000 nuevos profesionales en el ámbito sanitario. 37 quirófanos nuevos que
habrá cuando estén culminadas las obras de todos los hospitales que están en marcha.
Vamos a plantear medidas cualitativas, con una incidencia extraordinaria que sé que tiene
mucha repercusión, la han tenido ya para los menores de 18 años, pero en esta legislatura creo
que lo podremos hacer en el ‘20. Vamos a cumplir con el compromiso de que los parches, para los
que necesitan insulina, puedan ser gratuitos en toda la región y para todos los dependientes de
ello.
(Aplausos).
Vamos a plantear también un incremento hasta llegar al 25 % en atención primaria. Nos
hubiera gustado poder llegar en esta legislatura, y solo el hecho de no poder tramitar en
condiciones los últimos presupuestos, nos lo ha dificultado. Aun así, somos la región que más ha
avanzado, con diferencia, en el conjunto de España, y seguramente la que más lo haga en los
próximos, porque lo tenemos clarísimo.
Más vale prevenir que curar, y curar cuanto antes, antes de
tensionar más los hospitales y los centros de referencia. Por supuesto, vamos a plantear también
el cumplimiento de la hemodiálisis para agudos en Talavera y en Alcázar de San Juan.
Son muchas las decisiones que vamos a tomar. Son muchas las que tienen que ver con el
desarrollo de lo prometido en sanidad.
Es mucho lo que tenemos que hacer en relación y en
coalición con los sindicatos y con los trabajadores, a los que agradezco: a los sanitarios, a los
docentes, a los sociales, que, en buena medida, también van a incrementarse, los públicos y los
que tienen que ver con el tercer sector a lo largo de esta legislatura, a todos los trabajadores
públicos les tengo que dar mi agradecimiento.
Hemos mejorado mucho las condiciones a lo largo de estos cuatro años, porque aquí se
recortaron como en ningún sitio de España. Acabamos de cumplir ahora, en julio, con la tasa de
recuperación integral de todo el sueldo que se recortó en la época dura y negra de esta región,
con un incremento del 0,25 en la nómina de todos los funcionarios y funcionarias.
(Aplausos).
Alguien podrá sonreírse con esto, pero es que es muy importante. Tenemos más funcionarios,
los formamos más, vamos a seguir creciendo, lo vamos a hacer cumpliendo con el objetivo de
déficit y con la legislación de ortodoxia financiera en España, lo vamos a hacer en mejores
condiciones físicas por los sitios donde se trabaja, y lo vamos a hacer, además, optimizando, y
mucho, todos los recursos.
Además, planteamos la mejora de las condiciones en medio de un país en el que los
funcionarios en su conjunto siempre han sido el primer colectivo del que se han acordado los
distintos Gobiernos a la hora de empezar unos, recortes más pequeños, y otros muchos, más
agudos.
Lo cierto es que le estoy muy agradecido a los miles y miles de trabajadores públicos de la
Administración y a aquellos que trabajan para el servicio público en colaboración con la
Administración, porque realmente forman parte, no solo del principal objetivo del Gobierno, sino de
la economía de esta región.
El peso específico que tiene la decisión del Gobierno, lo que aquí decidimos, pesa en nuestra
economía más de lo que pesan las decisiones de muchos Gobiernos respecto de sus economías
relativas. ¿Por qué? ¿Porque somos más humildes? Sí. ¿Porque la región adolece de otros
déficits de iniciativa empresarial o privada? Sí, por supuesto. Eso no nos quita un ápice de
responsabilidad. Al contrario, nos la aumenta.
Además, nos hace trabajar más en coalición con el empresariado, que se ha portado muy bien
estos cuatro años, no digo con la Junta, que también, con la sociedad, porque ha habido un
esfuerzo sostenido para ir mejorando las condiciones de los trabajadores, y lo ha ido haciendo en
un momento en el que el crecimiento era verdad, pero no estaba garantizado.
Es más, no lo
podemos decir ni siquiera en España, para mucho tiempo.
En definitiva, la cohesión nos lleva a hablar de políticas sociales. La cohesión me lleva a hablar
de sanidad. La cohesión me lleva a hablar de igualdad. Este es un principio que atraviesa todo el
discurso. Por lo tanto, igualdad, para entendernos, cuando hablamos de igualdad hablo de
igualdad en todas las oportunidades, pero me van a entender, de una manera muy evidente, en
materia de igualdad entre hombres y mujeres.
Tenemos que ser referencia con la legislación de igualdad y con la Ley de Igualdad de estas
Cortes, como lo hemos sido en la lucha contra la violencia machista. Claro que hay muchos tipos
de violencia, pero no podemos jugar, y menos aún mercadear, para llegar a los Gobiernos o a las
poltronas, con conceptos que, cuando una mujer es asesinada, llevan a todos a hacer el mismo
discurso. Yo les reclamo a todos los partidos que cuando van a una manifestación por violencia
machista digan lo mismo, y que luego lo digan, de la misma manera, cuando se sientan en un
Parlamento.
(Aplausos).
Porque lo contrario es engañar, y en esto no se puede, ni tener ambigüedad ni lenguajes
ambiguos. Hombre, por favor, a estas alturas, y menos en esta región, que fue la pionera en la
lucha contra la violencia machista, la pionera. Es más, pretendo darle el máximo rango a la lucha
de igualdad, precisamente en la formación del Gobierno, y pretendo hacerlo, además, para que
sea más transversal todavía la política de igualdad.
Lo ha sido, porque la formación, la presencia de una magnífica responsable, probablemente
quien más entiende en España de esto, la magnífica presencia permanente, su vigilancia, no sé si
necesaria, querida Araceli, en el Gobierno, ha sido la mejor demostración de que esa política se
hacía día a día, sin necesidad de acordarnos de ella cuando llegan momentos memorables o
celebraciones que nos recuerdan a todos que la igualdad es una cosa y la diversidad también lo
es. Diversidad que, a lo largo de estos días, va a poder también exhibir en las calles de España
mucha gente que tiene distinta orientación sexual, y que aquí no solo tenemos que defender, sino
que tenemos que amparar frente a los ataques que rezuman una antigüedad en España, que no
quiere la inmensa mayoría de la ciudadanía.
(Aplausos).
Por eso la igualdad es la clave de la cohesión. Cohesión que, fíjense, me lleva a hablar de
cohesión fiscal en este capítulo. No en otro. Cohesión fiscal. Está de moda que los partidos,
cuando llegan las elecciones, prometan acabar con impuestos, incluso, que no tenemos. También
está de moda que los que lo dicen, luego nunca lo hacen. Eso es así. Aquí se prometió acabar
con el céntimo sanitario, y no solo lo doblaron, sino que encima se ha generalizado en toda
España con el Gobierno del Partido Popular.
Yo creo que he sido muy serio en el planteamiento fiscal, y no me he dejado llevar ni en la
campaña ni en ningún tipo de debate sobre populismo fiscal. El populismo fiscal es de los peores,
y no crean que lo hace solo Podemos o lo hace Vox. Claro, dirán ustedes que como no están
aquí, lo digo con más facilidad. No. Que el populismo fiscal lo han hecho los partidos mayoritarios
en España, uno muy especialmente. Yo les diría que, en esto, seamos serios.
La fiscalidad de esta región afecta muy poco a la actividad económica. A lo mejor sí afectará.
Podríamos decir que sería mejor.
Pero algunos aspectos que sí pueden importar al empresariado, y me importan a mí también moralmente, sí creo que tienen que ponerse en homogeneidad con
España.
Esta competencia obscena entre comunidades autónomas, a ver quién liquida más el
patrimonio, a ver dónde se llevan los empresarios o el que tiene dinero su último testamento, esto
es lo contrario del motivo de las autonomías. Autonomías que son ricas, y que dicen que bajan los
impuestos, pero que luego exigen financiación al Estado a costa de los demás.
Este cuento se tiene que acabar, señorías, lo diga una autonomía nacionalista o lo digan del
PP, por ejemplo, como la que en Madrid tiene gala de intentar darnos ejemplo, pero sin aceptar
nunca que hagamos un debate serio sobre financiación, sobre dumping fiscal y sobre dónde tiene
que estar el domicilio fiscal, para que echemos las cuentas en serio y no podamos hablar de
balances de renta, que realmente nos llevan a confusión.
Por eso sí, voy a plantear en una iniciativa legislativa de estas Cortes, que en España se
aborden, incluso si lo quiere gestionar el Estado, los impuestos que llevan a conflicto absurdo,
porque afectan a muy poca gente, pero sí a una determinada orientación, la homogeneidad de
impuestos, tanto en patrimonio como en sucesiones y donaciones.
Si yo busco la igualdad en la vida, entenderán que la busque cuando tiene que haber
sucesiones, después de la muerte, porque es bastante injusto que en España haya competencia
fiscal absurda, cuando para eso no hemos nacido las autonomías. Eso sí que rompe, como ha
roto la unidad del país, más a veces, que alguna comunidad autónoma muy destacada se haya
negado a poner en el sistema informático nacional la tarjeta sanitaria.
¿Por qué durante años no se ha podido tener una tarjeta que teníamos 16 de las 17
autonomías en servicio, y podía uno ponerse enfermo donde quisiera, y tener un trámite fácil?
¿Por qué no ha sido posible?
Porque un Gobierno autonómico se ha estado negando hasta hace
cuatro meses, y no era independentista. No era independentista. Esto, señorías, nos tiene que
llevar a que, realmente, el debate sobre el país tiene que ser apasionado cuando hablamos de la
soberanía, pero sensato, sereno, ponderado, moderado, porque en realidad es lo que nos ha
hecho avanzar como sociedad.
Por tanto, la cohesión es una clave que requiere como condición previa el crecimiento, y el
crecimiento relacionado con un concepto que tiene mala prensa, sobre todo en la izquierda, que
es el de competitividad.
Pero yo lo hago, porque creo que sí, que la sociedad tiene que competir. Que la sociedad, si
asumimos que es una sociedad de mercado, tiene que llevar incorporada una dosis de
entusiasmo, si quieren ustedes, por emprender y por crear. Por emprender y por crear.
El que no
quiera amparar ese concepto creador o emprendedor, yo no sé si es de izquierdas o de derechas,
simple y llanamente no está en el mundo que vivimos.
Además, se puede encontrar con que, a la hora de repartir, no reparte derechos, reparte
miserias. Créanme que creo, además, que la actualización de la vida política nos lleva a dejar muy
claro que esta sociedad tiene que, sí, cuidar a los que menos, buscar la cohesión, pero en ningún
momento erradicar o combatir a aquellos que producen, que crean, que no estoy hablando solo de
los grandes empresarios, ni siquiera de los pequeños, que estoy hablando de muchos creadores
artísticos que también se tienen que sentir amparados.
Que estoy hablando de todo aquel que quiera hacer algo por los demás, incluso en el servicio
público, porque predico, no es el concepto adecuado predicar, alguien puede confundirme en esta
tribuna, pero puedo decir con mucha claridad que el concepto de emprendimiento también lo
reclamo para la Administración pública.
Claro, si es más fácil no fijar objetivos. Es más fácil que todo el mundo cobre, trabaje más o
trabaje menos, pero eso no es razonable. Eso no es razonable, y menos aún sostenible.
Por tanto,
sí, vamos a avanzar en derechos de todos, y en proporción en exigencia, cada vez que se plantea
un derecho, hay que plantearse un deber ciudadano, laboral, social, político. Esto es así.
Esto es a lo que yo llamo competitividad en serio. Casi se lo resumiría. Para que el país sea
competitivo tiene que tener dos listas: la de derechos y la de deberes.
No es competitivo si solo
tiene una, cualquiera de las dos por separado. En esto resumo una parte importante de la filosofía
política que gestiona o que ampara el conjunto del proyecto. Claramente, el mejor medidor, la
mejor consecuencia y el principal objetivo que tenemos es el empleo, para crecer.
El empleo.
Hemos ido por delante del conjunto de las comunidades autónomas. Hemos reducido nuestra
diferencia con la media nacional, cinco puntos, más de cinco puntos. Ese es el camino que seguir,
señorías, no pensar que el mundo es un mundo de milagros. Con mucho esfuerzo, con mucha
estrategia, siendo la comunidad autónoma que más dinero pone para la contratación, la que más
ayuda da a los empresarios para el establecimiento de empresas o su ampliación, es como
podemos seguir avanzando.
Ojalá se abra, en el nuevo periodo europeo, un nuevo marco presupuestario que permita que
otra vez podamos gestionar, desde las autonomías, dinero europeo que vaya dirigido a políticas
clásicas de incentivación. Porque en Europa han cambiado mucho las cosas, aunque no se
sepan. No sé ni siquiera lo que estarán cambiando hoy, pero una parte de lo que ha cambiado es
que el concepto de cohesión, el concepto de igualdad ha retrocedido en Europa, claramente.
En
eso tienen más culpa unos que otros.
Pero eso afecta, de una manera evidente, a cómo nos llega el dinero y cómo lo podemos
gestionar. En todo caso, el crecimiento, la competitividad, la investigación el I+D+i que todos
hemos interiorizado ya como acrónimo, es clave para el futuro de esta región. El objetivo,
señorías, es conseguir otros 100.000 puestos de trabajo. Otros 100.000 empleos.
(Aplausos).
Otros 100.000. Soy consciente de que estos segundos 100.000 empleos serán más difíciles de
conseguir que los primeros, por muchas razones, pero creo que el objetivo no puede ser menor
que el que nos planteamos hace cuatro años.
Fíjense que hoy hemos dado unos datos que nos colocan en 11 años. Habría que remontarse
11 años para conseguir los datos de paro registrado de hoy, que es todavía incluso más optimista
en datos de evolución de la EPA. La región va bien en materia de empleo.
Ojalá y además podamos gestionar que el empleo no es precario, es más estable y en mejores
condiciones.
Eso ya mucha gente, muchos observadores internacionales, el Fondo Monetario,
mucha gente ya ha establecido que uno de los principales problemas que puede tener la
economía española es la enorme precariedad de sus ingresos.
No vamos a sustentar la competitividad sobre la precariedad de los trabajos. Es que eso no es
económicamente sensato. Además de que, moralmente, evidentemente, muchos no estamos
dispuestos a sostenerlo. No, no. De verdad, créanme.
¿Por qué algunos dicen unas cosas en
público, y luego, cuando hablan, se da cuenta, cualquier empresario, que es que no puede vivir,
una familia, con 500 euros, con 600 euros? Ni vivir él, ni el tendero de abajo. No, hombre.
Yo creo que tenemos que abandonar las políticas que consisten en que, para que la economía
vaya bien, que no haya impuestos, que para que la economía vaya bien, el Estado pague todo. Es
que no se puede ser comunista y capitalista por horas alternas.
Hay que tener un modelo en la
cabeza, que sea coherente. Tan público es el dinero que damos a las empresas para abrirse,
como el que damos a los trabajadores, como el dinero que pagamos a las empresas por hacer
carreteras. Igual de público.
Por tanto, cuando hablemos de lo público, que nadie lo demonice, y cuando hablemos de lo
privado, que tampoco nadie lo dramatice.
Porque lo uno y lo otro, forman parte de una rueda, de
un círculo claramente elemental.
Créame que conseguir que ese equilibrio sea cierto ha tenido mucho que ver con el éxito de
estos cuatro años en una sociedad serena, sensata, que sabe lo que quiere. Que tiene claro que
puede avanzar mucho más, pero que lo quiere con normalidad, sin aspavientos. Con ayuda, sí,
con solidaridad, pero sin barbaridades. Creo que esto es muy claro como mensaje, después de las
últimas elecciones.
Por tanto, vamos a plantearnos eso con muchas medidas. Entre otras, poner en marcha el
contrato puente, que con 12.000 euros garantizará al menos un año para el primer lanzamiento de
contrato para la gente, que cuesta encontrarlo en su primera salida. Lo vamos a desarrollar, que
ya lo tenemos anunciado, como saben, y lo vamos a hacer, además, también con un programa de
ayudas para la mejora de las condiciones de trabajo en las empresas, y, sobre todo, de la ayuda a
la conciliación en las empresas.
(Aplausos).
Hemos llegado a un acuerdo con los sindicatos importantes en la recta final de este último
mandato, para la conciliación en la Administración. Es relativamente fácil llegar a ese acuerdo.
Vamos, fácil. No digo gratis ni barato, digo que es fácil porque coincidimos el Gobierno y
coincidimos los sindicatos, y, evidentemente, es más complejo abordarlo en el mundo de la
empresa privada. Soy consciente.
Por eso nos vamos a plantear estimularlo, incentivarlo. Llegará un momento en que podamos
plantear que algunas normas de conciliación estén relacionadas con los niveles de ayuda que se
piden a la Administración.
Pero, en todo caso, no voy a hacer nada por mi cuenta, lo vamos a
hacer pactado.
Ya les digo que, en materia social y económica, no tengo, ni mentalidad de héroe ni de
aventurero. Tengo mentalidad de pactar. La idea de pactarlo con los sindicatos y con los
empresarios. Porque, afortunadamente, a los que conozco que se sientan en la mesa, los conozco
desde hace años y sé que son cabales. No digo que coincidamos en todo, y ellos lo saben, pero
creo que hacen lo que no hacen muchos políticos hoy en España, que es poner los intereses del
conjunto por los de su organización.
Ojalá hicieran otros, en España, lo mismo que yo veo a los agentes sociales hacer a lo largo de
los últimos años, al menos con nosotros. Por eso, señorías, vamos a plantear programas de
mejora en las condiciones de trabajo, y, sobre todo, para atacar colectivos que tienen una difícil
situación. En este caso, un plan regional para mayores de 50 años que carecen de prestaciones.
Vamos a ampliar, también, el trabajo y el esfuerzo económico en materia de investigación y de
ciencia.
La ley de ciencia y de innovación está a punto ya de ser tramitada. Nos ha costado bastante
tiempo pactar. Nos ha costado bastante tiempo llegar a consensos en ella, pero es una estrategia
que va a llevar además un pequeño aparato que intenta coordinar, una agencia que queremos
plantear, y que, además, comprometí residenciar en la ciudad de Puertollano, y que tiene que
servir para mejorar, y mucho, las condiciones de la investigación, de la innovación, de la
modernización y de la competitividad relacionada con estos conceptos en el ámbito económico en
su conjunto.
Además, aunque no es competencia directa de la Administración autonómica, pero nos ocupa
de una manera muy evidente también, queremos intensificar las políticas en ayuda de los
autónomos. Aquí también muchas veces se hace demagogia y populismo del peor, pero vamos a
crear una dirección general, precisamente para atender de manera más cercana, si quieren más
especializada, porque ya se hacía, de una manera evidente, en los anteriores Gobiernos, la
situación de los autónomos.
Miren, esta región va a plantearse seguir siendo la región con más ayuda y estímulos, tanto al
empleo como la empresa, y lo vamos a hacer sabiendo que es fácil que la región, siendo como es,
tan grande, crezca más en unos sitios que en otros. Esto es lo que más me molesta, o lo que a
veces genera más impotencia, porque las empresas, señorías, a pesar de que algunos
empresarios y algunos sindicatos piensan que las pone el Gobierno, es mentira. No se lo piensen.
Yo soy consciente de que cada vez que voy a abrir una empresa en un sitio, porque nos
invitan, las más importantes, por cierto, además, que se han instalado en la región, tienen a gala
no pedir un duro, un euro diría hoy, a la Administración, las más importantes. Alguna que está
abriendo sus puertas ahora mismo en Illescas, lo sabe muy bien el alcalde, que también nos
acompaña. Lo llevan a gala.
Pero yo no pongo las empresas en un sitio. Ahora, eso sí, antes de que se vayan a otra región,
en Castilla-La Mancha. Esto, sin duda ninguna. Créame que es importante.
(Aplausos).
Porque ya nos ocuparemos de que la cohesión social y económica revierta, por vía de
impuestos, en servicios públicos, que tienen que ser iguales a todos, y también nos vamos a
ocupar de dar más ayuda, de desarrollar la ley de zonas preferentes, de las zonas que tienen el
nivel de paro más acusado.
Hay sitios donde nos tenemos que volcar de una manera más evidente, como puede ser
Talavera, nos acompaña su alcaldesa; como puede ser Puertollano; como puede ser Almadén.
Como pueden ser muchos sitios que tienen un factor de despoblamiento y también estructural con
el paro, mayor que el conjunto de la media. Hay zonas en esta región que van a estar en paro
técnico en muy poquito tiempo, y otras que, sin embargo, van a estar por encima, no solo de la
media autonómica, sino de la media nacional.
Eso nos tiene que llevar a una reflexión, de apoyar más, de hacer discriminación positiva, y
estamos dispuestos a hacerlo. Incluso en la ayuda. En la ayuda, también, para la gestación de
suelo industrial. No es que falte. En la región tenemos 6.000.000 de metros cuadrados para suelo
industrial, que puede ser aprovechado. Pero ni todo está bien colocado ni todo bien gestionado.
Da igual.
En todo caso, tendremos tendencia y necesidades, porque muchas veces la gente
piensa que, si no hay suelo, no vienen las empresas. Otros dicen que para que haya suelo,
primero tienen que estar las empresas. Es el pez que se muerde la cola.
Vamos a hacer las dos cosas al mismo tiempo, buscar empresas, que a veces exigen sitios, y
que a veces exigen decisiones urbanísticas para que ese sitio sea el que ellos dicen. Fíjense lo
que estoy diciendo.
Lo digo aquí con la inmunidad, para que nadie se cabree, que le lleva a uno
ser parlamentario.
Dentro de la ley, lo vamos a hacer todo para que las empresas se radiquen aquí. Incluso
vamos a acelerar los mecanismos para facilitar más suelo, creando, en la empresa pública que
tenemos, en Gicaman, una división específica para el desarrollo de suelo industrial, sobre todo,
destinado a las zonas preferentes de la comunidad autónoma.
Además, vamos a plantear que todos los proyectos que tengan una dimensión mediana para
arriba cuenten en la región con un tutor específico.
Mucha gente habla de los problemas
burocráticos. Unas veces es cierto, y muchas no. No es lo mismo instalar una empresa que puede
ser contaminante, una empresa que puede destrozar los ríos o que puede contaminar el aire. Aquí
hay alcaldes que saben perfectamente los problemas que podemos tener en algunos sitios. No es
lo mismo una empresa así, que una empresa de servicios que no plantea ningún tipo de
contravención a Normativa europea.
Por tanto, no nos engañemos ni hagamos demagogia. Vamos a avanzar mucho en la
agilización de trámites.
Pero hay una fórmula que no falla, y es que cuando un empresario quiera
ser atendido por el presidente de la Junta, va a ser atendido. Cuando quiera ser recibido por el
consejero o la consejera, tanto del área económica como del área de hacienda, como el área de
sanidad o el de educación, porque muchos tienen que ver, o el de agricultura, para la
agroalimentaria, lo va a hacer.
Además de eso, vamos a establecer una Normativa que identifique un tutor específico para que
acompañe a modo de funcionario único, ya que la ventanilla única es más compleja y, a veces,
más falsa de lo que se puede plantear. Son muchas Administraciones, nosotros podemos hablar
de la nuestra, pero no de los ayuntamientos y no de la del Estado. Pero sí un tutor único que se
responsabilice de llegar a buen puerto con esa inversión, de acompañar permanentemente al
empresario o la empresaria que quiera invertir en nuestra región.
Créanme, esa figura va a ser
muy útil, y seguramente será muy imitada en el conjunto de España.
En definitiva, busco acuerdos para que la región avance en el ámbito social y en el ámbito
económico. Lo vamos a hacer en todas las direcciones, pero también en el sector del turismo, de
la artesanía, que, como saben, es determinante en esta región.
La verdad es que ha ido bien. Ha crecido el turismo, vamos por buen camino. Tienen que
seguir las cosas en esa misma dirección.
Queremos que Farcama adquiera el rango de feria
internacional. Queremos, además, ampliar los espacios comerciales al servicio de los artesanos,
poner en marcha en Talavera de la Reina, además con eficacia para el sector, el Centro Regional
de la Artesanía. Queremos, por supuesto, poner, en coalición con todo el sector, en marcha, el
concepto de “hecho en Castilla-La Mancha”.
No vamos a obligar a nadie, pero queremos, lo han hecho otras Administraciones y les ha ido
muy bien, establecer la marca Castilla-La Mancha como un elemento, ya no solo de garantía y de
calidad, sino también de mayor estímulo económico.
Nos interesa apoyar a aquellos que dejan el
dinero aquí, y que, además, lo pagan aquí, y que, por tanto, además, van unidos a factores de
protección que tienen que ver, por supuesto, con los productos alimentarios, tienen que ver con la
agricultura, con la ganadería, pero tienen que ver con tantas cosas que requieren determinado tipo
de protección.
Nunca vamos a plantear la ruptura comercial como está planteando los Estados Unidos.
Algunos en España, que son magos del liberalismo, le tendrían que recomendar a Trump, vamos,
que le va a dar lo mismo lo que le recomienden, porque está visto, pero le tendrían que
recomendar lo mismo que decía antes, que no se puede ser comunista y capitalista según las horas del día. Que esto no va más así. Que esto no puede ser por caprichos. Que, además,
sincera y llanamente, Europa no puede ser el objetivo de la diana, que es error, y que, si es así,
en Europa, y nosotros formamos parte de Europa, tenemos que estar como una piña la derecha y
la izquierda en Europa.
Porque lo que se está planteando a nivel económico mundial es un
desafío que va más allá de lo que mucha gente imagina.
Que hay que reírse luego de lo que pasa con el sector de la cuchillería o con el sector del
calzado, o con el sector del vino, que ya se ha implantado para los franceses, pero que puede
venir para España cuando se establecen limitaciones comerciales.
Eso, después de haber roto un
acuerdo comercial que ha llevado años para Estados Unidos y para Canadá con la Unión
Europea, que nos ha llevado años y discusiones, y manifestaciones con todo tipo de chalecos.
Por tanto, ojo, estamos abordando una estrategia que no pasa por la comunidad autónoma,
pero que nos puede y nos debe afectar.
Por eso, señorías, en este ámbito de la competitividad, de la ciencia, de la investigación,
incorporo también la educación.
A lo mejor alguien piensa que tendría que estar en el ámbito de
los derechos. Sí. Bueno, es un derecho y un deber. La educación, de hecho, en España es
obligatoria en una franja de edad. Pero vamos mucho más allá de la educación obligatoria. Es un
problema de competitividad. El mayor producto que tenemos, la mayor materia prima son nuestros
chicos y nuestras chicas.
Por tanto, créanme que es determinante fabricar talento y retener talento, e incorporar, si
puede ser. ¿Por qué no va a venir aquí gente con talento, aunque se haya formado o educado en
otros sitios?
Es determinante apostar por la educación, hacerlo combinando todos los factores: un plan de
infraestructura hasta el 2023, que va a ser tremendo; la digitalización, que va a llegar a todos los
alumnos y alumnas en el año ‘23-’24; un pacto, que quiero que cerremos con los agentes sociales,
en el ámbito de la educación, para ir cumpliendo con la Normativa, tanto en materia de ratios
como en la mejora de condiciones. Ya en este curso queremos empezar a plantear mejoras en las
ratios, y vamos a cumplir con la legislación estatal en el conjunto de la legislatura, pero de manera
combinada, también, con otras mejoras que no están en la legislación, pero que nosotros
queremos negociar. Todo no puede ser al tiempo, pero lo vamos a hacer.
Lo vamos a hacer ya incluso con tercero y cuarto de secundaria para este curso, pero lo
queremos pactar, aprovechando también que ha habido mucha cordura en la mayoría de los
agentes sociales, en los sectores especializados, tanto en la sanidad como en la educación, a la
hora de negociar con nosotros.
Sí, hay que mejorar las condiciones del profesorado y la docencia, tanto las horas como las
ratios, como las instalaciones físicas, y, por supuesto, también en los nuevos métodos de
enseñanza.
Esto, créanme, importa, como importa la universidad. Tenemos el plan cerrado con la
Universidad de Castilla-La Mancha. Hay una estrategia después de dos años de tensiones que
aquí vivimos, con más de una deslealtad política. Pero, bueno, pelillos a la mar, como dirían, o
aquí sería al Guadiana o al Tajo, porque mar no llegamos a tener todavía.
Sí, tiene que ir bien la universidad en estos próximos cuatro años, con las nuevas titulaciones
que vamos a desarrollar, frente a todos los malos augurios, y un campus magnífico pactado, y que
solo por la tozudez de algunas autoridades locales, no está ya en obras y en construcción en
Guadalajara.
Va a ser una gran realidad y va a ser de las grandes cosas que van a ver ustedes como
diputados y diputadas de Guadalajara, de cualquier sitio, como un elemento de orgullo regional.
Tenemos una universidad extraordinaria, como es la de Castilla-La Mancha, y trabajamos con una
de las mejores universidades de España, como es la de Alcalá de Henares, y lo vamos a hacer
para Guadalajara.
(Aplausos).
Obviamente, hablar de educación es hablar de cultura. En cultura, fíjense, de las primeras
espinitas que nos vamos a sacar de encima, porque es determinante, es la Ley de Mecenazgo.
Esta, la vamos a traer con mucha rapidez.
(Aplausos).
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