La señora PRESIDENTA: Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común,
tiene la palabra en primer lugar el señor Iglesias Turrión. (Aplausos de las señoras y los señores
diputados del Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en
Común, puestos en pie).
El señor IGLESIAS TURRIÓN: Gracias, señora presidenta.
Quisiera, señoría, que mis primeras palabras de esta tarde fueran en memoria de las tres mujeres
asesinadas durante la última semana. Ha dicho el candidato a la Presidencia que la violencia machista es
una lacra. Es algo más que una lacra, es violencia estructural y se puede combatir y evitar con políticas
públicas correctamente financiadas. (Aplausos).
Señor Sánchez, he escuchado esta mañana con mucha atención su discurso. Ha sido un discurso
extenso. Carezco de tiempo para analizar todos los elementos que usted ha desarrollado esta mañana,
pero querría hacerle algunos comentarios.
El primero, de orden histórico. Ha afirmado usted: en 1975
salimos de la Dictadura. No, señor Sánchez, en 1975 murió un dictador en la cama, y le quiero pedir que,
por respeto a la dignidad de los antifascistas y los demócratas que también en 1975, muchos de ellos
militantes socialistas, se jugaban la libertad y se jugaban la vida combatiendo contra la dictadura, rectifique
usted esas palabras de esta mañana. (Aplausos).
La primera propuesta importante que ha hecho usted esta mañana me ha llamado mucho la atención.
Ha propuesto usted un pacto de Estado, pero no ha propuesto un pacto de Estado para blindar la
actualización de las pensiones ni para garantizar la dignidad de los salarios ni tampoco ha propuesto un
pacto de Estado para blindar algunos derechos constitucionales que recoge la Carta Magna.
Ha propuesto
un pacto de Estado al Partido Popular para reformar el artículo 99 de la Constitución española. Y esto me
ha llamado mucho la atención, porque usted quiere reformar el artículo 99 de la Constitución española
para que una fuerza política con menos del 30% de los votos pueda formar gobierno sin ponerse de
acuerdo con nadie.
Es una propuesta legítima, pero me llama la atención que haya sido la primera propuesta que usted ha definido como propuesta de pacto de Estado en su intervención de investidura
esta mañana. Es una propuesta legítima, pero va en contra del espíritu de la Constitución española del 78,
que consagra que nuestro sistema político es parlamentario, no presidencialista, y eso quiere decir que
para formar gobierno hay que buscar el acuerdo para obtener las mayorías suficientes, en este caso la
mayoría absoluta, o al menos más síes que noes, en segunda votación.
Para ser usted constitucionalista
es llamativo que usted proponga una reforma de la Constitución nada menos que al Partido Popular que
borra de un plumazo el diseño del sistema político que establece nuestra Carta Magna.
El segundo elemento que llama la atención de esa propuesta es que va en contra de lo que han votado
los españoles. Cuando los españoles quieren un Gobierno de partido único le dan mayoría absoluta —lo
hicieron con el señor Felipe González, lo hicieron con el señor José María Aznar—, pero si los ciudadanos
votan a diferentes fuerzas políticas, lo que están diciendo los ciudadanos españoles es que no quieren un
gobierno de partido único, quieren que nos pongamos de acuerdo.
No sé si es sensato plantear un pacto
de Estado para reformar la Constitución como una suerte de triquiñuela para evitar que hagamos el
trabajo que nos han encargado los ciudadanos, que es ponernos de acuerdo. Le aseguro a usted una
cosa: si los ciudadanos quisieran que su partido gobernara solo, le habrían dado mayoría absoluta, y
parece poco serio querer reformar la Constitución para cambiar la voluntad de los ciudadanos españoles.
(Aplausos).
El tercer elemento que me llama la atención de su propuesta es que revela algo muy evidente. Si
usted quisiera cambiar la Constitución para que con el 28% de los votos pudiera formar un Gobierno de
partido único, eso revelaría que usted no quiere o no querría hacer un acuerdo de Gobierno con nosotros,
que si usted está negociando un acuerdo integral de Gobierno con nosotros es porque no le queda más
remedio.
Disimule un poco (risas), porque, como estrategia de negociación, cuando no hemos llegado a
un acuerdo, no parece lo más sensato ni lo más recomendable.
Al mismo tiempo, me llama la atención
que cuando todavía no hemos negociado un acuerdo de Gobierno usted insista en pedir la abstención al
Partido Popular y a Ciudadanos. Le pido por favor que no se la pida también a VOX cuando intervenga el
señor Abascal. (Aplausos).
Muchos nos hemos sentido como se sentía Nanni Moretti en una secuencia
memorable de Aprile —una película genial— en la que veía a Massimo d’Alema discutir con Silvio
Berlusconi, y Nanni Moretti le decía: «D’Alema, dì qualcosa di sinistra».
Dígale usted algo de izquierdas al
Partido Popular y a Ciudadanos, señor Sánchez; sus votantes y los nuestros creo que se lo agradecerían.
Hace un año hicimos una moción de censura. Usted tenía ochenta y cuatro diputados y nosotros le
apoyamos en esa moción de censura a cambio de nada.
Me reconocerá usted que trabajamos incluso
más que su partido para que esa moción de censura, sobre la que nos habían repetido hasta la saciedad
—ustedes también— que era imposible conseguir los números, saliera adelante.
Y lo hicimos a cambio de
nada. Fue nuestra experiencia de Gobierno a la portuguesa: un Gobierno en minoría con ochenta y cuatro
diputados y acuerdos parlamentarios con nosotros. Reconocerán ustedes que esa experiencia de
Gobierno a la portuguesa fracasó.
Y fracasó, básicamente, por una razón, porque tuvimos un Gobierno
inestable incapaz de atar las mayorías suficientes para sacar adelante los Presupuestos Generales del
Estado, y, por lo tanto, hubo que convocar elecciones.
Por lo tanto, esa experiencia demostró que no
funcionaba y creo que es legítimo que tratemos de construir una mayoría más estable y que este país
tenga un Gobierno estable, con una base parlamentaria seria, porque el problema es que, cuando usted
insiste en pedir al Partido Popular y a Ciudadanos la abstención, hay mucha gente que podría pensar que
lo que usted desea no es un Gobierno estable de izquierdas, sino que lo que usted desea es ser presidente
a toda costa y no importa si las abstenciones vienen del Partido Popular, Ciudadanos, Esquerra
Republicana, Bildu o cualquier formación política.
Una mínima coherencia en los programas y en las
alianzas es necesaria cuando se va a una sesión de investidura, porque, si usted insiste en pedir el apoyo
de la derecha, hay mucha gente que va a pensar que lo prioritario para ustedes es el poder, y no aplicar
un programa de izquierdas, para lo cual ustedes tendrían que ponerse de acuerdo con formaciones
políticas de izquierdas. (Aplausos).
Hace un año, en aquella moción de censura, señor Sánchez, le dije algo que seguramente usted
recuerda. Le dije: Ganemos juntos las elecciones a la derecha en las próximas elecciones. Y lo
conseguimos, juntos.
Ustedes tuvieron un resultado muy bueno, 7,4 millones de votos, el 28%, pero esos
son menos votos que los que obtuvieron el Partido Popular, Ciudadanos y VOX; esos son menos escaños
que los que obtuvieron el Partido Popular, Ciudadanos y VOX. Solamente con los 3,7 millones de votos
que obtuvimos nosotros, el 14%, la mitad de lo que obtuvieron ustedes, podemos sumar una fuerza
parlamentaria más amplia que la que suman las tres derechas, juntos.
Y desde el minuto uno después de las elecciones generales les propusimos unir fuerzas para ser un Gobierno de coalición que encarara el
futuro de nuestro país desde la estabilidad, desde el respeto y con un proyecto político. A partir de ahí creo
que ustedes plantearon excusas.
La primera excusa: Haríamos un Gobierno de coalición con ustedes
inmediatamente pero no sumamos mayoría absoluta. Les dijimos: Probemos, probemos a presentar un
acuerdo de Gobierno de coalición en esta Cámara y, si no logramos sacar la mayoría adelante, nosotros
replanteamos nuestra posición. No volvieron a plantear ustedes ese argumento nunca más.
Nos dijeron
ustedes: Su programa es demasiado radical. Y les dijimos: De acuerdo, vamos a moderar nuestro
programa y nos vamos a centrar en que los artículos de la Constitución española de 1978 que protegen
los derechos sociales se garanticen desde políticas públicas y se puedan desarrollar.
No pedimos nada
en la negociación programática que estamos llevando a cabo con ustedes para hacer un Gobierno de
coalición diferente a aplicar la Constitución española. La tercera excusa que pusieron ustedes fue
Cataluña.
Por cierto, me ha llamado la atención que, hablando tanto de Venezuela y de China esta
mañana, no haya hecho usted una sola mención a una situación que es grave en España, y es el conflicto
que se vive en Cataluña. Ha dicho usted algo que creo que no piensa y que también va a rectificar. Ha
dicho: Los independentistas no tienen apoyo suficiente para reivindicar lo que están reivindicando.
Creo
que los independentistas han recibido con alborozo esa afirmación y que, si usted lo piensa dos veces,
rectificará lo que ha dicho esta mañana. Pues bien, sobre esto le dijimos: No hay líneas rojas por nuestra
parte, asumimos su liderazgo porque han tenido más votos que nosotros en España y esta vez han tenido
más votos también en Cataluña.
La cuarta excusa que usted planteó fue un veto a mi persona, algo inédito
en la cultura política española y en la cultura política democrática: vetar al candidato de la fuerza política
con la que se aspira a llegar a un acuerdo de Gobierno.
Creo que no miento si digo que nuestra respuesta
les sorprendió a ustedes, y a partir de ahí ustedes se quedaron sin ninguna excusa.
Le voy a ser muy claro, sin florituras, sin matices. Le voy a explicar para qué queremos formar parte
de un Gobierno de coalición con ustedes.
Queremos formar parte de un Gobierno de coalición con
ustedes para que en este país haya de una vez justicia fiscal y que nos aproximemos un poquito más a
los estándares de justicia fiscal de la Unión Europea. Queremos formar parte de un Gobierno de
coalición con ustedes para que en este país se limite la precariedad laboral y para que en este país
haya salarios dignos.
Queremos formar parte de un Gobierno de coalición con ustedes para que haya
por fin una transición ecológica. Queremos formar parte de un Gobierno de coalición con ustedes para
que haya garantías de que cuando este Gobierno se siente con las grandes eléctricas podamos asegurar
que a los ciudadanos de este país se les va a bajar la factura de la luz.
Queremos hacer un Gobierno
de coalición con ustedes para asegurar que hay un Gobierno dispuesto a dar competencias a los
ayuntamientos para intervenir el mercado del alquiler y que los alquileres abusivos que se practican en
España puedan bajar.
Queremos formar parte de un Gobierno de coalición con ustedes para que haya
escuelas públicas infantiles de 0 a 3 años gratuitas. Queremos que haya un Gobierno de coalición con
ustedes para que haya una ley de eutanasia de una vez, y le recuerdo que nosotros propusimos una ley
de eutanasia y ustedes no la apoyaron en esta Cámara en su momento. (Aplausos).
Queremos
gobernar en coalición con ustedes para que haya por fin una ley de igualdad LGTBI. Y para eso no
pedimos nada que no nos corresponda. Renunciamos desde un primer momento a compartir con
ustedes la responsabilidad en eso que llaman ministerios de Estado, y tendríamos todo el derecho del
mundo a exigir nuestra participación en la proporción que nos dan los votos, pero les tenemos que
plantear que necesitamos competencias y responsabilidades de Gobierno acordes con nuestro peso
electoral para formar parte de un Gobierno con ustedes y llegar a un acuerdo de investidura.
Se lo tengo
que decir con toda la claridad: respeten ustedes a nuestros 3,7 millones de votantes y no nos propongan
ser un mero decorado en su Gobierno, porque no lo podremos aceptar. (Aplausos).
Señor Sánchez,
solo le pedimos respeto y reciprocidad. Creo que los españoles no entenderían que ustedes provocaran
un adelanto electoral, aunque las encuestas que ustedes citan desde esta tribuna tantas veces les
digan que ustedes tendrían un resultado estupendo.
Creo que los españoles no entenderían que un
exceso de autoconfianza y un exceso de arrogancia hicieran perder la oportunidad histórica de que este
país tuviera un Gobierno de coalición de izquierdas.
Muchas gracias. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario
Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común, puestos en pie.—Aplausos
del señor Iglesias Turrión dirigidos a su grupo parlamentario).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Iglesias.
Tiene la palabra el señor Asens Llodrà.
El señor ASENS LLODRÀ: Señorías, buenas tardes, bona tarda.
Es la primera vez que tomo la palabra en esta tribuna, y quería empezar dando las gracias a todas las
mujeres y todos los hombres que nos han abierto camino; a las mujeres, que levantaron un espejo
incómodo para que fuéramos conscientes de nuestros privilegios; a los jóvenes, que salieron a la calle a
defender el futuro de nuestro planeta; a nuestra gente mayor, que ganaron para nosotros derechos que
ahora algunos quieren arrebatarnos. Estamos orgullosos de toda esa gente, forman parte de nuestro
ADN.
No olvidemos nunca quiénes somos y de dónde venimos. (Aplausos).
Y nosotros venimos de lejos, pero también de una experiencia cercana de Gobierno en el Ayuntamiento
de Barcelona, y ahí demostramos que sí se puede, que se puede gobernar de otra forma, y también
aprendimos tres reglas básicas que hoy aquí han brillado por su ausencia: la primera, sentido del momento
histórico y, por tanto, de la oportunidad; segunda, sentido de la responsabilidad y, por tanto, de la gestión
de las propias contradicciones; tercera, sentido de la institucionalidad y, por tanto, que uno se presenta a
las elecciones con un partido pero luego debe gobernar para todos y para todas, y eso significa pactar con
la diferencia también.
Desde la humilde experiencia de ese Gobierno de la capital de Cataluña, la segunda
ciudad del Estado, permítanme que le agradezca a Pablo Iglesias haber estado a la altura de todos esos
principios. (Aplausos).
Gracias, Pablo, por tu gesto de renuncia. Hay gestos que demuestran la altura
política y humana de un dirigente: nosotros estamos orgullosos de ti. «No nos falles», con este grito miles
de personas saludaron la victoria de Zapatero hace ya quince años. Hoy, como ayer, tenemos un reto
histórico para sanar las heridas sociales y territoriales que nos han legado las derechas. Por eso, señor
Sánchez, yo les pido que no eludan sus responsabilidades.
Señor Sánchez, ¿a qué tiene miedo? ¿Tiene miedo a aquellos que usted denunció en Salvados
cuando nos contó que le presionaban para que no pactaran con nosotros y pactaran con la derecha? Yo
me acuerdo de cómo usted en un determinado momento no se amedrentó ante los poderes fácticos y de
cómo incluso se atrevió de hablar de plurinacionalidad. Escuche más a la militancia del PSOE. ¿Se
acuerda de lo que decían en Ferraz? «Sí se puede». Claro que se puede, sea valiente.
Depende de usted
que se pueda, depende de ustedes. Y para eso hay que dejar de poner excusas. Una ha sido Cataluña.
Es verdad que tenemos diferencias, pero hay que aprender a cooperar con las diferencias cuando se
quiere gobernar con la diferencia.
Ustedes nos acusan de condescendencia con el independentismo,
pero, no se confundan, no es condescendencia. Cuando nosotros defendemos los derechos de nuestros
adversarios políticos, eso no quiere decir que estemos de acuerdo con su proyecto político ni que estemos
de acuerdo con sus errores. Nosotros estamos de acuerdo con lo que dice la ONU, estamos de acuerdo
con lo que dicen la mayoría de juristas garantistas de este país, con lo que dicen los jueces europeos.
Nosotros estamos de acuerdo con lo que piensa la inmensa mayoría de la población catalana y una parte
de la española cuando vio lo que pasaba en Cataluña el 1 de octubre. Vergüenza sintieron viendo apalear
a personas indefensas tan solo por querer votar. Y no estamos tan lejos; nosotros no nos olvidamos de
cuando ustedes reprobaron a la vicepresidenta del Gobierno del Partido Popular. (Aplausos).
Nosotros
no nos olvidamos de cuando el señor Iceta y otros dirigentes criticaron la prisión de los líderes sociales y
políticos catalanes. Nosotros tampoco nos olvidamos de cuando los alcaldes y las alcaldesas de su partido
en Cataluña se opusieron con firmeza a la aplicación de un 155 que ni Fraga Iribarne hubiera soñado
cuando presentó su enmienda en el debate constituyente.
La verdad es que hoy, como se ha dicho, la gran ausencia, la ausencia freudiana, ha sido Cataluña.
Usted se postula como presidente hoy, y, desde el respeto que tenemos a las siglas que usted representa,
el partido de Indalecio Prieto, de tantos luchadores antifascistas y republicanos, permítame que le recuerde
tres realidades y que le plantee un reto. Primero, que sin los votos de Cataluña hoy no estaría usted,
estaría el trío de Colón, y ya hemos visto hoy lo que es el trío de Colón.
Bueno, aún nos falta VOX, que,
después de las intervenciones de PP y Ciudadanos, no sé qué tienen que hacer, igual tienen que sacar
las pistolas. Dos, que igual que no se puede gobernar Cataluña con cuatro tópicos sobre España, tampoco
se puede gobernar España sin entender Cataluña. Tres, eso significa que cuando nos entendemos,
cuando las fuerzas progresistas españolas se entienden con las fuerzas catalanistas, España avanza,
España avanza en derechos y en democracia.
Siempre ha sido así a lo largo de la historia, fue así en el
pacto de San Sebastián de nuestros abuelos y nuestras abuelas que dio a luz a la República. Lo decía
Lluís Companys: Cataluña no puede avanzar si España no avanza —lección para los independentistas—, pero también decía: España no puede avanzar sin Cataluña.
Necesitamos un marco de convivencia
plurinacional libremente acordado, y eso le debería sonar, porque es lo que defendían los socialistas
catalanes durante la República, durante el franquismo, es lo que defendía Anselmo Carretero en la
Transición o Maragall desde la Generalitat; y eso es lo que se rompió con la imposición de un estatuto que
nadie había votado, y eso es lo que se rompió cuando miles de personas salieron a la calle y la única
respuesta que recibieron fue no a todo, incomprensión; y por eso estamos como estamos, cuando la mitad
de los catalanes se quieren ir de España, y en buena medida eso es porque creen que no hay una España
alternativa más allá de aquella que embiste al grito de: «¡A por ellos!».
El reto —y acabo—, nuestro reto es precisamente el suyo y el nuestro. Nuestro reto es convencerles
de que no es así, de que existe la posibilidad de una España nueva que deje atrás la España vieja,
carcomida por el odio y la venganza. ¿Tenemos algún plan alternativo a la amenaza del 155? Aquí se ha
hablado mucho del plan y de las bandas, pero es que no tenemos ningún plan. ¿Va a poder volver la
política a los congresos, salir de las prisiones y de los tribunales? ¿Va a seguir siendo Marchena el
ministro de la crisis territorial?
Nosotros creemos que hay una alternativa, pero pasa evidentemente por el
diálogo. Y acabo precisamente con Machado. Machado decía que en el diálogo es muy importante
preguntar y luego escuchar. Cataluña se merece un Gobierno de España que pregunte y que la escuche;
no se merece una pared, no se merece un Gobierno que esté todo el rato amenazando.
Necesitamos un
Gobierno que castigue menos y que convenza más. Hablémonos más, escuchémonos más. Si nos
conociéramos más, quizás todos nos respetaríamos un poco más. Tenemos una oportunidad; no la
perdamos.
Muchas gracias. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario
Confederal de Unidas Podemos-en Comú Podem Galicia en Común, puestos en pie).
La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Asens.
Tiene la palabra, por el mismo grupo parlamentario, el señor Garzón Espinosa.
El señor GARZÓN ESPINOSA: Muchas gracias, señora presidenta.
Señor Sánchez, el 28 de abril mucha gente votó con esperanza pero también, por qué no decirlo, con
miedo, con miedo de que pudiera triunfar una España oscura, una España reaccionaria, una España que
es el eco de la España menendezpelayista, homogénea e intolerante.
Los resultados han mostrado algo
claro: hay una oportunidad abierta para formar un Gobierno progresista, ¿Por qué? Porque han pasado
más de diez años desde el inicio de la crisis, una crisis que ha sido una verdadera estafa, una transferencia
de fondos públicos a manos privadas, un saqueo descomunal en diferentes instancias que ha incrementado
la explotación, la precariedad y la desigualdad en numerosos niveles.
Y esta es una oportunidad para
corregirlo; tenemos una oportunidad, señor Sánchez, para corregirlo. Por eso, son decepcionantes sus
llamamientos a las derechas, a las mismas derechas reaccionarias que usted bien definió en determinados
momentos, para que le faciliten a usted el Gobierno, porque es mucho mejor transitar el otro camino, el
camino de ese Gobierno progresista.
Usted ha hecho descripciones muy interesantes y, a nuestro juicio, acertadas en su discurso.
Ha
descrito situaciones laborales deprimentes, situaciones laborales que impiden realizar un proyecto de
vida, pero se le ha olvidado explicar el cómo se resuelve eso. Se le ha olvidado explicar, por ejemplo, la
necesidad ir al programa para entender que derogar la reforma laboral del Partido Popular del año 2012
es una condición necesaria; no es suficiente, pero es necesaria.
Es preciso entender esto, porque la
reforma laboral incrementó la explotación, la precariedad, afectó a los salarios, hizo que las familias
trabajadoras cada vez reciban menos parte de la tarta, de la riqueza generada por este país. Y es necesario
también hacer medidas destinadas a mejorar las condiciones de vida de las familias trabajadoras.
Se han
citado algunas aquí por el compañero Pablo Iglesias, usted mismo ha dicho algunas que suenan
interesantes, como intervenir en el mercado de la vivienda, rebajar la factura de la luz, subir los salarios.
Subimos los salarios con el SMI, y nos dijeron las derechas y las instituciones de derechas que se
pretenden neutrales que iba a ser una catástrofe: se ha demostrado que son instituciones ideológicas y
reaccionarias en muchos sentidos. También se ha citado una reforma fiscal. Son muchas las razones que
explican el para qué queremos un Gobierno progresista en este momento.
Y usted lo ha dicho también
muy bien: hay determinados retos, y podemos compartir la descripción de algunos de esos retos, como el
reto ecológico, la destrucción del planeta, el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, o el reto del
patriarcado, porque falta todavía mucho para que sea erradicado y son muchas las políticas que tenemos
que hacer en ese sentido, o el reto territorial, sobre el que nuestro compañero Jaume Asens acaba de hablar con acierto.
Pero todos estos retos necesitan también un cómo, no vale solo describirlos, señor
Sánchez, y el otro cómo que se le ha olvidado no son ya las políticas, son las alianzas.
Usted tiene 123
escaños: no son suficientes para responder a los retos que estamos teniendo, y nosotros le estamos
diciendo que somos unos aliados potenciales y necesarios para responder a estos retos, retos que tienen
que ver con lo que le decía yo al principio para enfrentarse a esa España reaccionaria, esa España de eco
menendezpelayista, que parte de entender que hay otra España posible, otra España que tiene hondas
raíces en la historia de nuestro país, raíces republicanas, raíces republicanas-federales, raíces del
movimiento obrero, una España diversa que entiende que nuestro país no es que quiera ser plurinacional,
es que es plurinacional y que, por lo tanto, tiene que adaptar las instituciones para garantizar la convivencia,
y es tomar el camino inverso a quienes desde la derecha reaccionaria utilizan el odio, las hipérboles, los
discursos incendiarios para enfrentar a unos españoles contra otros.
Por eso no se comprende lo que
usted ha hecho hoy aquí pidiéndoles el apoyo al PP y a Ciudadanos, el apoyo en forma de abstención,
señor Sánchez. ¡Si usted mismo se fue de este Congreso en el año 2016 para no dar una abstención que
era para usted, bien en ese momento entendido, un apoyo!
Por tanto, usted está necesitado de pactar con
la izquierda; pero no usted, sino este país, la gente que fue a votar el 28 de abril.
Y creo que usted ha cometido importantes errores en ese tiempo, no solo por las excusas que ha ido
poniendo para evitar este camino y esta senda, sino también porque lo primero que usted tiene que hacer
es respetar a los potenciales aliados.
Creo que la decisión de vetar al secretario general de Podemos, una
fuerza distinta a la mía, a la que yo represento, que es Izquierda Unida, ha sido un error. Sin embargo,
creo que Pablo Iglesias ha estado a la altura para seguir facilitando un acuerdo que lleve a un Gobierno
progresista. (Aplausos).
Creo que tenemos una oportunidad, que no es la oportunidad de que usted sea
presidente ni la de los ministros o ministras que vayamos a poner; es la oportunidad de iniciar un camino
distinto al que nos describe la España reaccionaria, es la oportunidad de concretar los anhelos y la
esperanza de mucha gente de izquierdas y progresista que votó el 28 de abril.
Por tanto, le pido en
nombre de Izquierda Unida que no frustre estas esperanzas, que no se deje llevar por la tentación que
quizá alguien le sugiere de repetir las elecciones para tirar los dados y que otro resultado sea mejor. No
hay otro resultado mejor. España es plural en muy diferentes niveles: a nivel nacional, pero también a nivel
político e ideológico.
Este Parlamento tan diverso y heterogéneo es el reflejo de una España diversa y
heterogénea. No miremos hacia otro lado. No hace falta modificar el artículo 99, lo que hace falta es una
nueva cultura política de entenderse con el que piensa distinto. Ese es el mensaje más profundo de la
democracia y de los valores republicanos.
Muchas gracias. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario
Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común, puestos en pie).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Garzón.
Por el mismo grupo parlamentario tiene la palabra en último lugar la señora Díaz Pérez.
La señora DÍAZ PÉREZ: Señora presidenta, señor candidato, a pesar de lo que no ha pronunciado
esta mañana, sigo confiada firmemente en la esperanza de un cambio en nuestro país, y sigo confiada
porque —fíjense— estamos en condiciones de hacer historia, sin subterfugios, ustedes y nosotras, en
coalición.
A veces la historia ciertamente se condensa en horas, a veces incluso en unos pequeños
momentos —creo que en eso estamos— y colma de responsabilidad a quienes la protagonizan. Estemos
a la altura de las circunstancias.
Se lo debemos a la gente que tanto en el pasado y en el presente ha
luchado para llegar hasta aquí. Puedo rememorar a aquellas mujeres que consiguieron para todas
nosotras el voto en la Segunda República o, por ejemplo, a aquellos millones y millones de personas que,
a pesar de vivir lo peor de la historia española, nunca perdieron la esperanza, a aquellos que ocuparon las
plazas un 15-M y desde entonces España ya nunca volvió a ser igual (aplausos), o a las mujeres que un 8
de marzo dimos una lección al mundo.
Todas y todos —creo no exagerar— esperaban un momento como
este. Les debemos, señor candidato, este presente, y el presente es un Gobierno de coalición valiente y
progresista.
Señor Sánchez, imaginemos un país que cumple su Constitución. Voy a darle solo un dato —usted ha
dado muchos—, porque no tengo tiempo.
Según los datos de afiliación a la Seguridad Social, el 51% de
sus afiliaciones son contratos temporales y precarios; por ejemplo, tiempos parciales, gente que no es que
no pueda llegar a final de mes, es que malvive, señor presidente.
Mi grupo cree que esto no es solo una
urgencia, sino una emergencia social, y, sinceramente, pensamos que las últimas reformas tienen que ser
con urgencia modificadas (aplausos), igual que creemos que hay que actuar en el alquiler, en la vivienda y contra la violencia machista, así como en el precio de la luz, en la sanidad, en la dependencia y en la
educación e igual que creemos que hay que dar esperanza a nuestra gente. Estos son nuestros retos,
señor candidato.
Pero somos galegos y galegas y tengo que hablar también en nombre de Galicia en
Común. Señor candidato, creemos que hay que abordar también los retos de Galicia, la agenda gallega;
usted la conoce bien.
Creemos que ha llegado el tiempo de hablar de financiación justa, de infraestructuras
para Galicia, de conexiones ferroviarias, de conexiones portuarias, de la inaplazable transferencia de
la AP-9 en mi país, del saneamiento de las rías galegas, del sector lácteo, del sector naval, también de
nuestra pesca. Son sectores para Galicia, señor candidato, estratégicos— y también —estamos a punto
de conseguirlo— la devolución del Pazo de Meirás.
Señoras y señores diputados, el 28 de abril el pueblo nos ha dado un mandato. Nos ha dicho que
dialoguemos, que construyamos conjuntamente un futuro. Nosotras traemos hoy aquí desde Galicia en
Común el anhelo de poder creer que lo que dice la ciudanía afuera, lo que dice y desea la sociedad afuera
es posible.
Hemos llegado aquí para decir que es posible cambiar la vida de la gente. Señor candidato,
hagámoslo. Nos están esperando. Caminemos decididamente con esperanza, porque, señor candidato, la
gente cree que sí se puede. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario
Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común, puestos en pie).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Díaz.
Tiene la palabra el candidato a la Presidencia del Gobierno.
El señor SÁNCHEZ PÉREZ-CASTEJÓN (candidato a la Presidencia del Gobierno): Muchas gracias,
señora presidenta.
Señor Iglesias, hago al Grupo Parlamentario Confederal de Unidas PodemosEn Comú PodemGalicia
en Común algunas consideraciones previas. Señorías, yo en mi intervención he hablado de distintos
pactos de Estado.
He hablado de transición ecológica, he hablado de pacto de Estado contra la violencia
de género, he hablado de la reforma educativa, he hablado también de una nueva ley de universidades,
he hablado de una reforma fiscal, de la reconstrucción del Estado del bienestar, he hablado de la
dependencia, de la sanidad…
En definitiva, he hablado de todo aquello que nos puede unir a dos fuerzas
políticas de izquierdas como es la suya y la mía, la que honestamente los 123 escaños que están aquí
representados materializamos.
Es verdad que he hablado en mi primera intervención de la necesidad de reformar el artículo 99 de la
Constitución y creo que está bastante claro por qué, dadas las razones que he dado en mi primer turno de
palabra.
Por ejemplo, el 15 de junio todos éramos conscientes de que estábamos convocados en cada
uno de los plenos de los ayuntamientos de este país para elegir el Gobierno municipal y se sepa que el
15 de junio el Gobierno municipal es constituido con una fórmula que puede ser distinta y que no es
antagónica al entendimiento, al diálogo, a la negociación y al acuerdo que pueda haber entre distintas
formaciones.
Así ocurre en los Gobiernos municipales, como ustedes saben bien, por ejemplo, si no hay
una mayoría absoluta, la que gobierna es la lista más votada. Así ha ocurrido en el Ayuntamiento de
Barcelona gracias a un gesto de generosidad por parte de un antiguo aliado del señor Rivera, el señor
Valls.
Para que no gobernara quien él entendía que no era positivo para la ciudad de Barcelona,
considerando a la señora Ada Colau en relación con el candidato de Esquerra Republicana, Ernest
Maragall, dio esos votos a Ada Colau para que fuera alcaldesa de Barcelona y, por cierto, hoy está
gobernando en coalición con el Partido de los Socialistas catalanes.
Una puntualización solamente, señor Asens: hay muchas discrepancias han quedado en evidencia en
su intervención en cuanto a cómo resolver la crisis en Cataluña. Eso es evidente y no solamente por las
cosas que ha venido diciendo estos últimos días en distintos medios de comunicación, como que no había
que renunciar al derecho a la autodeterminación en Cataluña.
Sabe que este ha sido uno de los principales
problemas que ha habido en el diálogo, la negociación y el acuerdo entre el Partido de los Socialistas
catalanes y el partido de la señora Ada Colau. ¿Qué es lo que se ha hecho? Lo que se ha hecho es apartar
esa discrepancia territorial y gestionar las políticas municipales. Eso se puede hacer en el Ayuntamiento
de Barcelona, claro que sí, pero ¿se puede hacer a nivel de Estado?
Les pregunto: ¿Se puede hacer a
nivel de Estado? Después le responderé a esa pregunta.
Lo que quiero decirles con esto es que yo no estoy negando, no estoy negando el diálogo y el acuerdo
con la fuerza de Unidas Podemos, al contrario.
Cuando estoy planteando la reforma de la Constitución en
su artículo 99, lo que estoy diciendo es que los españoles han sido convocados una vez a las urnas el
pasado 28 de abril. —Por cierto, fueron convocados de nuevo a las urnas el pasado 26 de mayo y dijeron de manera mucho más inapelable que el Partido Socialista era la primera fuerza política, al ganar en la
mayoría de las provincias e incluso en sitios donde hacía décadas que no ganaba el Partido Socialista,
como, en la Región de Murcia o la Comunidad de Madrid—.
Si esos gobiernos hoy no están en manos de
la izquierda es precisamente por las tres derechas, porque el Partido Popular y Ciudadanos han pactado
con la ultraderecha. Por tanto, lo que quiero decirles con esto, señorías, es que yo no renuncio a
entenderme con Unidas Podemos o con otras fuerzas parlamentarias para sacar adelante un Gobierno.
Pero, si no llegamos a un acuerdo, ¿cuál es la solución? Si no hay una mayoría alternativa porque no la
hay, ¿cuál es la solución? ¿Instalar el bloqueo y convocar las elecciones el próximo 10 de noviembre? Eso
no será responsabilidad de un grupo parlamentario o de otro, será responsabilidad de los 350 diputados
y diputadas que estamos en esta Cámara. (Varios señores diputados: ¡No!—Protestas).
Claro que sí,
señorías, claro que sí —ahora responderé también a esta cuestión—. Es evidente que si uno mira al País
Vasco, a su estatuto de autonomía, si uno mira también al Estatuto de Autonomía del Principado de
Asturias, si uno mira también a cómo se constituye la gobernabilidad en los ayuntamientos de nuestro país
—incluso la de esta Cámara, como he dicho—, verá que no significa que esté reñido el acuerdo con la
garantía de que, una vez que se convocan la sesión de investidura, en este caso de un ayuntamiento, o
la sesión plenaria para saber cuál va ser el Gobierno de esta Cámara, cuando se sale de esa sesión, haya
un Gobierno en esta Cámara o en los ayuntamientos.
¿Se merece España no tener Gobierno después de
esta sesión de investidura, después de dos procesos electorales, como hemos tenido el pasado 28 de
abril y el 26 de mayo? No se lo merece. ¿Y el que yo le exija al Partido Popular y a Ciudadanos que se
abstengan para facilitar un Gobierno significa que yo esté pactando con ellos?
No significa para nada eso,
señorías. Estoy instando simplemente al Partido Popular y a Ciudadanos a que asuman su responsabilidad,
y su responsabilidad no es dejar a este país sin alternativa, sino, en tanto en cuanto no haya alternativa
por parte de la bancada de la derecha, al menos facilitar un Gobierno progresista como el que nosotros
hemos planteado en el discurso de investidura.
Unidas Podemos dice que contribuyó de manera decisiva a la moción de censura hace doce meses,
y yo tengo que agradecer a Unidas Podemos —lo he hecho en muchas ocasiones— que facilitaran y
apoyaran la moción de censura que, efectivamente, cambio el ciclo político en España y que ha sido
materializado y reafirmado por parte de la ciudadanía española el pasado 28 de abril y, de nuevo, el 26 de
mayo.
Hay algún matiz que incorporar a algunos de los comentarios que se han hecho por parte de los
portavoces de Unidas Podemos. Hay que recordar, por ejemplo, que ellos plantearon una moción de
censura antes de que nosotros la hiciéramos cuando estábamos inmersos en un proceso interno de
primarias.
Hay que recordar además, señorías, que el Grupo de Unidas Podemos se reunió también con
el partido del señor Rivera para decir que iban a hacer una moción de censura instrumental, para poner
un presidente del Gobierno instrumental y convocar las elecciones.
Por tanto, lo que le quiero decir, señor
Iglesias, es que por supuesto que ustedes contribuyeron a que prosperara la moción de censura —y yo lo
agradezco, de nuevo, para que conste en acta—, pero, señor Iglesias, al menos reconozca el liderazgo,
el arrojo, la valentía y, sin duda alguna, el compromiso del Partido Socialista y del Grupo Parlamentario
Socialista a la hora de presentar como líderes de la oposición esa moción de censura. (Aplausos).
Unidas Podemos habla de que quieren gobernar —dejo a un lado eso de que no se fían de nosotros,
porque esto de tener un policía jurado en el Gobierno nos resulta un tanto raro—, pero al menos que se
plantee. Es como si yo le digo que quiero estar a su lado porque no me fío de ustedes.
Yo creo que esas
cosas podemos dejarlas a un lado. En todo caso, señorías, ustedes dicen que deben estar en el Gobierno
para rebajar el coste de la luz; dicen que deben estar en el Gobierno para impulsar la dependencia; dicen
querer estar en el Gobierno para aumentar las becas; dicen que deben estar en el Gobierno para elevar
el salario mínimo; dicen querer estar en el Gobierno para derogar la reforma laboral.
Yo no dudo de que
gracias a sus apoyos podríamos hacer estas cosas y otras muchas, pero, honesta y humildemente,
señorías del Grupo Parlamentario de Unidas Podemos, el Partido Socialista lleva ciento cuarenta años de
vida, cuarenta años de democracia.
Hemos gobernado más de la mitad de esos años en democracia y
muchas de las cosas que ustedes dicen querer revitalizar, por ejemplo, el sistema nacional de dependencia
o el sistema de salud pública o, por ejemplo, la educación pública, todas las cuestiones que tenemos que
actualizar, ¿sabe quién las puso en pie? El Partido Socialista cuando gobernó en España. (Aplausos).
No
estoy planteando que ustedes no contribuyan y no cuestiono su compromiso, al contrario. Creo que
ustedes quieren luchar por la igualdad y luchar contra la desigualdad social y luchar por una fiscalidad
justa y luchar por los derechos de los trabajadores. Insisto en que hemos estado doce meses, un año,
colaborando, cooperando juntos para hacer muchas de las cuestiones que, gracias yo creo al entendimiento y a la cooperación de los partidos de izquierdas, hoy son realidades para buena parte de la población que
hoy se siente más vulnerable y necesita del abrigo de las instituciones públicas.
Pero son ciento cuarenta
años de vida, señorías; son cuarenta años de democracia; son muchos años gobernando España, muchos
años gobernando comunidades autónomas, ayuntamientos. Con ustedes hemos estado un año
cooperando; hemos hecho muchas cosas también, y yo lo que les pido es que estemos cuatro años más
cooperando a favor de todos aquellos colectivos que necesitan del compromiso de sus instituciones.
Señorías de Unidas Podemos, las tres preguntas que hay que responder son el qué, para qué y cómo.
De alguna manera, en las intervenciones de los distintos portavoces de Unidas Podemos estas son las
preguntas que ustedes, a su modo, han respondido.
En cuanto al qué, pues es difícil, efectivamente es
difícil; venimos de tradiciones políticas y culturales distintas, aunque pertenecemos al ámbito de la
izquierda, el Partido Socialista y lo que representa a Unidas Podemos; es difícil porque tenemos no
solamente culturas políticas distintas, sino también formas de entender y de abordar algunos de los
problemas más urgentes y más importantes desde el punto de vista social y desde el punto de vista de
Estado.
Nosotros, por ejemplo, con ustedes no coincidimos al final de la legislatura en el acuerdo para
renovar el Pacto de Toledo; no lo hicimos, fueron ustedes los que, precisamente, se desentendieron de un
acuerdo que creo que hubiera contado con un amplio consenso en la Cámara.
No solo estamos hablando de cuestiones de Estado, estamos hablando también de políticas sociales,
pero si entramos en las cuestiones de Estado es evidente que tenemos una discrepancia profunda en
relación con cómo resolver el tema catalán.
Es verdad que otras fuerzas políticas están precisamente en
el conflicto territorial para intentar arañar una serie de votos fuera de Cataluña y no quieren resolver la
crisis en Cataluña, pero nosotros queremos resolver la crisis en Cataluña. No digo que ustedes no quieran
resolver la crisis en Cataluña, el problema es que tenemos distintas formas de afrontar ese debate.
Ustedes, por ejemplo, cuando hablan de Cataluña, la sensación que me da a mí, señor Asens, desde
fuera, ¿sabe cuál es?
Que ustedes consideran que Cataluña solamente tiene una voz, que es solo un
pueblo. Yo considero, señoría, que en Cataluña hay muchas voces, hay muchos pueblos y hay mucha
gente que quiere quedarse en España y que no quiere seguir la deriva soberanista en Cataluña, por tanto,
el problema es de convivencia. No es un problema entre Cataluña y el Estado español, que es lo que
algunas veces se infiere de los planteamientos que usted hace en sus intervenciones.
Esto no es una
crisis y un conflicto entre Cataluña y el Estado español; esta no es una crisis y un conflicto entre un pueblo
oprimido y un Estado que no es un Estado social y democrático de derecho, cuando usted plantea, por
ejemplo, la existencia de presos políticos. ¡No los hay en España, señoría! ¡No hay presos políticos en
España! (Rumores). Lo que hay son políticos que, supuestamente, han cometido ilegalidades que ahora
mismo están siendo juzgadas ante el Tribunal Supremo.
El reproche que hay que hacerle a la política, que
yo lo hago como presidente del Gobierno y lo hice como líder de la oposición, es que se ha judicializado
una crisis política o se ha politizado a la justicia, cuando estamos hablando de Cataluña y, por tanto, lo que
tenemos que hablar es de una solución política. (Aplausos).
Es evidente que tenemos discrepancias, es
evidente que tenemos discrepancias de fondo de cómo abordar un tema que va a ser capital para la
convivencia de Cataluña y, sin duda alguna, también para nuestro Estado.
Se dice que yo no he hablado de Cataluña. Insisto, he hablado de Cataluña; he hablado de Cataluña y
de cómo creo que se tiene que resolver la crisis en Cataluña: defendiendo el Estado de las autonomías;
defendiendo también el engarce del Estado de las autonomías en una Europa federal; profundizando en la
construcción europea no solamente desde el punto de vista de los derechos de la ciudadanía.
Con lo cual,
yo puedo compartir no solo las reflexiones que ha hecho el señor Garzón, sino además una construcción de
los estados nación que, sin duda alguna, afecta a Europa, y la construcción de una Europa de las regiones,
una Europa de los territorios, una Europa que tiene que dar una perspectiva mucho más local a buena parte
de su gobernanza y, sin duda alguna, también de sus problemas.
Por tanto, señor Asens, señoras y señores
diputadas y diputados de Unidas Podemos, es evidente que tenemos una dificultad en cuanto a cómo
abordar la solución a la crisis catalana. Compartimos un diagnóstico en parte; en otra, no. ¿Compartimos un
diagnóstico de que es una crisis política? Sí. ¿Compartimos el diagnóstico de que el recurso que presentó
el Partido Popular al Tribunal Constitucional de un estatuto, que fue votado precisamente no por la mayoría
de catalanes, pero sí de aquellos que participaron de forma mayoritaria por ese autogobierno catalán?
Evidentemente, lo compartimos. Sin embargo, le digo, señor Asens, señorías del Grupo Confederal de
Unidas Podemos, que no estamos hablando de eso; estamos hablando de que hay fuerzas soberanistas
ahora mismo en Cataluña que lo que quieren es romper con el orden constitucional, romper con la España
autonómica e independizarse de España.
Esto significa, señorías, una crisis de convivencia de enorme envergadura en Cataluña, y a mí me
gustaría, señor Asens, escucharle en muchas más ocasiones decirle al señor Torra y a todos aquellos que
están ahora mismo al frente de las instituciones catalanas que lo que tienen que hacer es hablar con la
otra parte de Cataluña, que la parte independentista de Cataluña tiene que reconocer a la parte no
independentista de Cataluña.
Sin duda alguna, es importante que ustedes hagan gestos con esas
formaciones políticas, pero no se olvide de una cosa, señoría: hay muchos catalanes no nacionalistas,
constitucionalistas a los que les gustaría ver a Ada Colau hablando firme y contundentemente a favor del
Estado social y democrático de derecho que existe en nuestro país. (Aplausos).
Por tanto, el qué es muy difícil porque tenemos culturas políticas distintas, porque tenemos un acervo
muy diferente en temas importantes, por ejemplo, la Constitución española, la construcción del Estado de
las autonomías y, sin duda alguna, lo que ustedes llaman derecho a la autodeterminación.
En muchas
ocasiones usted mismo, y otros diputados y diputadas del Grupo de Unidas Podemos, hablan de que el
Partido Socialista en Suresnes apoyó el derecho a la autodeterminación de los pueblos de España, de que
el Partido de los Socialistas Catalanes apoyó hace ya unos cuantos años el a mi juicio mal llamado
derecho a decidir en Cataluña, y lo hacen como reproche, como diciendo que nosotros poco menos que
hemos traicionado nuestros orígenes cuando no es verdad.
Nosotros somos coherentes con la aportación
que hemos hecho a la construcción de la convivencia en España, porque lo que hacemos es defender el
orden constitucional, porque lo que hacemos es defender el Estado de las autonomías, que está siendo
puesto en cuestión no solamente por los soberanistas, sino por la derecha y la ultraderecha, que lo que
quieren es la recentralización de muchas de las competencias en la Administración General del Estado
dejando sin muchas competencias y políticas en manos de los Gobiernos autonómicos.
Sin duda alguna,
en cuanto al qué, señorías, lo que tenemos que hacer es ser conscientes de que hay mucha gente
ilusionada por que nos entendamos, de que lleguemos a un acuerdo en contenidos, en políticas, de que
lleguemos a un acuerdo, por ejemplo, para facilitar la transición ecológica, de que lleguemos a un acuerdo
para hacer una reforma fiscal, para proteger mejor a los trabajadores autónomos, para poner en marcha
políticas de vivienda, para garantizar la sostenibilidad de nuestro sistema público de pensiones, etcétera.
Y nos lo van a poner muy difícil, señorías; muy difícil. Me podrán criticar muchas cosas, pero al menos
espero que ustedes me confieran autonomía del poder económico. Yo no cuestiono la autonomía del
Grupo Parlamentario de Unidas Podemos respecto al poder económico; yo no hablo de los empresarios
o empresarias que puedan apoyar a Unidas Podemos —no lo cuestiono—, pero al menos, señorías, no
hagan lo propio con el Partido Socialista y con aquel —que es mi caso— que está presentándose a esta
investidura. (Aplausos).
Pero va a haber gente que nos lo va a poner muy difícil. Por ejemplo, aquellos
analistas que estuvieron en la plaza de Colón reivindicando al Partido Popular el entendimiento con
Ciudadanos y con la ultraderecha, hoy en muchas tertulias en los medios de comunicación se rasgan las
vestiduras defendiendo los supuestos derechos del señor Iglesias y de Unidas Podemos.
Esa gente es la
que también me reprocharía a mí, en caso de llegar a un acuerdo con ustedes, que miembros de Unidas
Podemos estuvieran en el Gobierno. Pero, ¿sabe lo que les digo, señor Iglesias, señoras y señores
diputados de Unidas Podemos? Que yo estoy dispuesto a correr ese riesgo. (Aplausos).
Se dice el qué y el para qué.
Me ha llamado mucho la atención, señorías, no haberles escuchado
durante estas últimas semanas y estos últimos meses reivindicar estos doce meses de cooperación que
hemos tenido. Hemos subido el salario mínimo interprofesional, hemos recuperado la universalidad de la
sanidad pública, hemos recuperado, por ejemplo, la prestación para los parados de larga duración mayores
de cincuenta y dos años, hemos recuperado la prestación a la Seguridad Social de aquellos cuidadores
no profesionales, en su mayoría mujeres, en el sistema nacional de dependencia.
Hemos puesto en
marcha muchas cosas juntos y el balance que hacen ustedes de esos doce meses de cooperación, quizá
para justificar lo que viene después —ahora entraré en ello—, es precisamente que nosotros no hemos
cumplido con los acuerdos fijados con ustedes. Saben que no es cierto, que en un alto porcentaje han sido
cumplidos en todos los ámbitos, y saben incluso que hasta con un Gobierno de coalición, como ustedes
están pidiendo, ustedes y nosotros no tenemos mayoría absoluta.
Yo les escucho a ustedes hablar y
reprocharme que hablo como si tuviera una mayoría absoluta en este Parlamento. Estoy de acuerdo en
que no la tengo, es evidente, pero también cuando les escucho, señorías, me da la sensación de que
ustedes nos garantizan esa mayoría absoluta y eso tampoco es cierto.
Por tanto, si somos justos y
queremos responder a la pregunta de para qué, lo primero que tenemos que hacer es reivindicar las dos
fuerzas políticas de estos doce meses de cooperación que han sido positivos para el conjunto de la
ciudadanía, y así ha sido validado, como bien ha dicho usted, señor Iglesias, el pasado 28 de abril en las urnas y, en segundo lugar, mirar hacia delante y garantizar cuatro años de progreso con políticas de
izquierdas como las que esta mañana yo he defendido desde esta tribuna, pero también querríamos llegar
a acuerdos con ustedes en otras muchas medidas.
Ahora entramos en el cómo.
Hemos hablado del qué, del para qué y ahora del cómo. Usted ha dado
un paso a un lado y yo se lo agradezco, señor Iglesias. Creo que hay decisiones que son difíciles, pero
que benefician al conjunto de la mayoría de la sociedad española, y esas decisiones difíciles, muchas
veces o algunas veces como es su caso, no se tienen que tomar desde un Gobierno, y por eso yo desde
la tribuna le tengo que agradecer el paso a un lado que ha dado.
Dicho esto, señor Iglesias y señorías
del Grupo Parlamentario de Unidas Podemos, empezamos después del 28 de abril una conversación
en la que el Partido Socialista y yo mismo hemos ofrecido cinco escenarios distintos de entendimiento
y de cooperación a su fuerza parlamentaria: hemos ofrecido un Gobierno del Partido Socialista con el
apoyo externo de Unidas Podemos, ustedes dijeron que no; hemos ofrecido un Gobierno de cooperación
donde no solamente estábamos diciendo al Grupo Parlamentario de Unidas Podemos que eran el socio
preferente, no solamente estábamos diciendo que íbamos a crear una comisión de seguimiento para el
cumplimiento y la evaluación de los pactos a los que pudiéramos llegar, no solamente les estábamos
diciendo que queríamos incorporar a personalidades de Unidas Podemos en los ámbitos de la
Administración pública sin formar parte del Gobierno de España, y ustedes dijeron que no.
La tercera
oferta que les dije y que les hice fue incorporar a independientes de reconocido prestigio en el Gobierno
del Gobierno de España provenientes de Unidas Podemos, tampoco quisieron. Y la última de las
propuestas ha sido plantear un Gobierno de coalición con el Grupo Parlamentario de Unidas Podemos,
aun siendo consciente de que no sumamos mayoría absoluta el Grupo Parlamentario Socialista y el
Grupo Parlamentario de Unidas Podemos.
Esa es la propuesta que yo les he hecho, y ustedes
consideran que todo han sido excusas y que lo único que estamos haciendo es pedir el voto a las
fuerzas conservadoras para facilitar el Gobierno del Partido Socialista. Esto no es cierto.
Nosotros
queremos gobernar con ustedes, queremos sacar adelante muchas políticas que van a ser en
beneficio de la ciudadanía, a la cual nosotros representamos —ustedes y nosotros—, y esa mano la
tienen ustedes tendida.
Les digo una cosa, señorías del Grupo Parlamentario de Unidas Podemos: si finalmente no llegamos
a un acuerdo para conformar un Gobierno de coalición, hay otras muchas opciones que se pueden abrir.
Se puede abrir un acuerdo de investidura, acordando contenidos que puedan explicar no solamente ante
su partido, sino también ante sus votantes el que se pueda facilitar una investidura de un presidente
socialista y evitar lo que ocurrió en 2016 con el voto en contra de Unidas Podemos al Partido Socialista o
también se pueden abrir otros escenarios de acuerdos de legislatura sin necesidad de la incorporación de
Unidas Podemos a un Gobierno de coalición. Insisto, la propuesta que yo les hago es un Gobierno de
coalición, pero lo que les digo, señorías, es que entre un Gobierno de coalición como ustedes lo están
planteando y que ustedes voten con la ultraderecha en contra de la investidura de un presidente socialista
por segunda vez, en tres años, creo que hay muchas opciones que se pueden abrir durante estos días.
Señorías, yo lo único que les pido es generosidad, responsabilidad. No quebremos las esperanzas de
muchísimos electores de izquierdas que quieren que nos entendamos.
Desde luego, yo estoy abierto a
ese Gobierno de coalición, a ese entendimiento entre las distintas fuerzas parlamentarias para hacer
muchas de las cosas que ha dicho el señor Garzón en su intervención. Pero les digo también: Mediten su
voto, les pido que mediten su voto. (Aplausos). Porque lo que podemos hacer a partir del próximo mes
de agosto, una vez se pueda constituir ese Gobierno con su concurso dentro o fuera, creo que va a
merecer la pena.
La propuesta está encima de la mesa, un Gobierno de coalición, con una fuerza
parlamentaria como es la suya con la que, honestamente, creo que tenemos muchas cosas que compartir
y otras muchas en las que discrepamos. Somos conscientes —en esto hay que ser realistas— de que no
contamos con una mayoría parlamentaria absoluta, por lo que en la composición de ese Gobierno y, sin
duda alguna, en la conformación de la responsabilidad de ese Gobierno hay que tener todas estas
variables en cuenta.
Por tanto, la mano está tendida, si ustedes consideran oportuno durante estos días hasta el próximo
jueves podemos dialogar para llegar a un acuerdo. Insisto, si no llegamos a ese acuerdo, les pido que
mediten el voto y que, al menos, faciliten un Gobierno progresista para España durante los próximos
cuatro años. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Socialista
y del Gobierno en funciones, puestos en pie).
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