viernes, 28 de octubre de 2016

DISCURSO PABLO IGLESIAS DEBATE INVESTIDURA RAJOY

El señor IGLESIAS TURRIÓN: Gracias, señora presidenta. Saben ustedes, señorías, que me gusta homenajear desde esta tribuna a los luchadores por la democracia y por la libertad en nuestro país, aquellos que me hacen sentir orgulloso de ser español. Se conmemora en estos días el 80.º aniversario de la llegada a nuestra patria de las brigadas internacionales. A los pocos que quedan vivos y a los que han mantenido la llama de su memoria encendida gracias por venir a nuestra patria a combatir el fascismo. (Aplausos.—Rumores). 

El orden reina en Madrid. Ha costado, pero finalmente lo han conseguido. Lo que no consiguieron en las urnas, parece que lo van a conseguir mediante lo que algunos llaman ya el abstencionazo: una triple alianza va a hacerle presidente, señor Mariano Rajoy, y parece que esta investidura es un trámite; un trámite para ustedes, un trámite desagradable para Ciudadanos, y un trámite vergonzoso para el Partido Socialista. 

Pero créanme que esta investidura es muy importante. Esta investidura señala un antes y un después en la historia política de nuestro país, y les pediría que no tuviéramos un debate convencional, porque hoy se está haciendo historia en esta Cámara. Hoy en esta Cámara lo que representó el pasado de nuestro país da lugar a algo que será completamente distinto, y estoy convencido de que efectivamente el tiempo pondrá a cada uno en su lugar. 

El carácter histórico de esta investidura se ve en algunos hechos obvios. El primero es que el Partido Socialista va a hacer presidente al candidato del Partido Popular. Ello rompe algo fundamental en nuestra historia democrática, que era el reparto simbólico de posiciones entre dos formaciones políticas que, como decía el señor Mariano Rajoy, podían estar de acuerdo en cosas muy importantes como la economía o la relación con Europa pero que representaban culturalmente dos mundos y eso, de alguna manera, explicaba nuestra democracia. Eso hoy ha terminado. 

Hay un tercer actor en esta triple alianza que, a mi juicio, hoy agota su función histórica. Lo dijo el presidente del Banco Sabadell, hace falta un Podemos de derechas, hace falta un Podemos de los bancos. Al final, parece que para lo que ha servido Ciudadanos es para que el peor PSOE siga gobernando en Andalucía, para que el peor Partido Popular siga gobernando en Madrid y para que, finalmente, el señor Mariano Rajoy siga siendo presidente del Gobierno. Hay más señales inequívocas del carácter histórico de lo que estamos viviendo aquí. 

Esa triple alianza tiene detrás nada más y nada menos que 15 millones de ciudadanos que les han votado —eso es muy importante—, pero da la impresión de que ustedes se dejan fuera tres cosas. Se dejan fuera a las naciones sin Estado de este país plurinacional que es España, se dejan fuera a los menores de cuarenta y cinco años y se dejan fuera a las grandes ciudades. Hay un enorme contraste entre el pasado que representan ustedes y el futuro. Seguramente, el tiempo pondrá a cada uno en su lugar. 

Decía antes que es histórico que el Partido Socialista les vaya a entregar a ustedes el Gobierno, es histórico que otro partido vaya a permanecer en el bloque de la oposición y es histórico que el partido de los socialistas de Cataluña haya decidido votar no. Para los que dicen que España no es una realidad plurinacional y que Cataluña no tiene un ecosistema político propio, para muestra un botón. 

Por último, es histórico que haya un espacio político, Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, con más de 5 millones de votos detrás, que no vaya a pasar por el aro y que asuma ser oposición de verdad, porque es muy difícil decir que se es oposición después de entregar el Gobierno al Partido Popular. (Aplausos). Lo que va a ocurrir hoy pone fin al sistema político que sucedió a nuestra transición. Ironías de la historia, parece que el único partido político tradicional que sale indemne de lo que ha ocurrido en España es el PNV. A día de hoy, las dos instituciones tradicionales a prueba de crisis son la monarquía y el Partido Nacionalista Vasco, bien unidos por la cruz de Borgoña. Se sonríe el señor Aitor Esteban, que sabe lo que significó la cruz de Borgoña para los viejos ‘gudaris’ vizcaínos; el señor Rivera a lo mejor lo busca en Google. (Risas). Muy importante para España la cruz de Borgoña. (Aplausos). El sistema político que surgió de la transición… (Rumores). 

La señora PRESIDENTA: Un segundo, señor Iglesias. Ruego silencio a sus señorías. 

El señor IGLESIAS TURRIÓN: El sistema político que surgió de la transición tenía dos grandes partidos y una tercera fuerza arrinconada por el sistema electoral, construyendo una geografía cerrada muy parecida a la de algunos países de Europa, con un centroizquierda y un centroderecha. 

Eso ya no existe, se acabó. El sistema político que surgió de la transición se organizó bien con Cataluña. Después de derrotar al ‘suc’ existía Convergència i Unió, que aseguraba una gobernabilidad tranquila, entre comillas, en Cataluña y que apoyó a gobiernos del Partido Popular y del Partido Socialista. Entonces el PSC era un partido importante en Cataluña, que gobernaba nada más y nada menos que la alcaldía de Barcelona. 

Hoy, la alcaldesa de Barcelona se llama Ada Colau, En Comú Podem ha ganado las dos últimas elecciones generales en Cataluña y una alianza en el pasado inimaginable entre dos fuerzas políticas que ahora defienden abiertamente la independencia ganó las últimas elecciones catalanas. El mundo político catalán posterior a la transición ya no existe, es diferente, y tres partidos del inmovilismo —que, con todos los respetos, son subsidiarios en Cataluña— difícilmente van a poder responder a algo tan importante para nuestro país como es la plurinacionalidad del Estado. (Aplausos). 

En el País Vasco ocurrió lo mismo con el PNV, que favoreció la gobernabilidad de los partidos tradicionales españoles. El PNV resiste bien pero las dos últimas elecciones generales las ganó Podemos y Unidos Podemos y allí el Partido Socialista y el Partido Popular son los últimos partidos, ocupan la cuarta y la quinta posición y Ciudadanos es extraparlamentario. ¿De verdad creen ustedes que están preparados para asumir los desafíos que tienen que ver con la plurinacionalidad de nuestro Estado si se mantienen en posiciones inmovilistas que les han hecho ser marginales en Cataluña y en Euskadi? Contraste entre pasado y futuro. 

El sistema electoral diseñado en 1977 —porque en este país tenemos un sistema electoral preconstitucional, aunque después se convalidara— estaba diseñado básicamente para dificultar la llegada de la izquierda al Gobierno. No lo digo yo, lo decía un tal señor Wert en un paper de la Fundación FAES del año 2001. 

Los efectos que pretendía ese sistema electoral ya no se producen. Somos la primera fuerza de oposición en Baleares, en Comunidad Valenciana, en Madrid, en Navarra y en Galicia. Somos segunda fuerza en ciudades como Madrid, Bilbao, Coruña, Santiago, Vigo, Cádiz, Gijón, Oviedo, Palma de Mallorca, Santa Cruz de Tenerife, Valencia, Castellón, Alicante o Iruña. Ganamos las elecciones generales en Euskadi y en Cataluña y en las ciudades más importantes de España, así como en los tres consells insulares de Baleares, no gobiernan partidos tradicionales surgidos del sistema político del setenta y ocho. 

De verdad, les pido que tengamos un debate a la altura del momento histórico. El contraste que hay entre esta investidura y la realidad de nuestro país, entre futuro y pasado, les debería hacer reflexionar sobre que, efectivamente, el tiempo pondrá a cada uno allí donde le corresponda. (Aplausos). 

Hay dos claves para entender lo que ha ocurrido. Una no es nueva, es la plurinacionalidad de nuestro país, algo que la triple alianza se empeña en despreciar. Ustedes se bunkerizan negando lo que a los ojos de todo el mundo es evidente. Hay una segunda que tampoco entendieron nunca: lo que significó el 15M. Ustedes tuvieron la arrogancia de decir a esa gente que se manifestaba: Pues monten un partido político y preséntense a las elecciones. 

Creo que hoy algunos se arrepentirán de haber sido tan arrogantes en aquel momento. Lo que ustedes no entendieron es que el 15M inauguraba una nueva transición en España; una nueva transición en la que el miedo había dejado de ser un operador político. Se nos ha repetido hasta la saciedad que en la transición española había miedo a una nueva guerra civil. Yo creo que miedo a eso no porque en aquellos tiempos únicamente había un bando que hubiera podido guerrear, pero claro que había miedo. 

Había miedo a ese ejército, había miedo a las élites políticas del franquismo que fundaron su partido, había mucho miedo a los cuadros de mando de la dictadura. Bueno, ese mundo se ha terminado. Los jóvenes españoles no tienen miedo; el miedo no va a volver a ser un operador político que condicione el comportamiento de nuestro país y la mejor prueba de que eso es así es que nosotros estamos aquí. Contraste entre futuro y pasado, señorías. (Aplausos). 

Los únicos que tienen miedo en España son las élites y sus papagayos; por ejemplo, convierten una protesta estudiantil en violencia, después en fascismo, después en ETA y, finalmente, dicen que la hemos montado nosotros. Ahora parece que en una democracia consolidada el que la gente ejerza sus derechos civiles de reunión y manifestación es algo muy peligroso, al igual que es muy peligroso que los sindicatos puedan entender que quizá haya reformas laborales que puedan merecer una huelga general. Esos son los únicos que tienen miedo en este país. 

La gente en este país no tiene miedo a ejercer sus derechos civiles y la gente en este país no tiene miedo a que las cosas puedan cambiar. La mejor prueba es que nosotros ya gobernamos en las principales ciudades de este país, y ustedes decían que iban a dejar de tragar agua las alcantarillas y que iba a llegar el caos, pero no solamente les hemos demostrado que podemos ganar sino que cuando gobernamos, lo hacemos sin miedo y mejor. (Aplausos). La ‘brunete’ mediática existe, pero ya no asusta, da risa. 

Cuando las editoriales de periódicos que también competían en ese reparto simbólico de posiciones, rivalizan por ver quién nos insulta más, no asustan, hacen el ridículo. Cuando hoy escuchamos a diputados que dicen Venezuela, que dicen Cuba, no dan miedo, hacen el ridículo. (Rumores.—Aplausos). Señorías, hace más de cien años, Ramón María del Valle-Inclán decía que para entender la situación de crisis de nuestro país había que reflejar a los héroes clásicos en los espejos cóncavos. 

Hoy, por desgracia, no tenemos ningún Valle-Inclán y sí mucha prosa cipotuda (Rumores) y hemos llegado al punto de que el humor sirve mejor para entender la realidad de nuestro país. Leer El Jueves, Mongolia o ver El Intermedio o Polonia nos acerca más a la realidad que muchos editoriales. Les propongo un ejercicio. Cojan ustedes a José María Aznar, a Felipe González y a Juan Luis Cebrián, llévenles al callejón del Gato y póngales enfrente de los espejos cóncavos. Esa es la realidad del pasado de nuestro país, señorías. (Aplausos). 

Señor Hernando, ha llevado usted a cabo aquí una proyección de miedos. Ha dicho usted que esto no es un acuerdo de legislatura. Ha dicho usted que cuidado con el abrazo del oso. Ha dicho usted: somos diferentes, somos diferentes, somos diferentes. Le recomiendo a usted una lectura de Georges Lakoff, No pienses en un elefante. (Risas). Acudir a los principios centenarios tiene sus riesgos. Decía usted que renunciaron al marxismo. 

Pero hubo un marxismo al que ustedes se abrazaron, el de Groucho Marx: Estos son mis principios, pero si no les gustan tengo otros. (Rumores). Y le pediré una cosa: no manche usted el nombre y la memoria de los viejos socialistas. Mi abuelo era uno de esos, de los que cumplió con sus responsabilidades y acabó en la cárcel, de los pocos que militaban en su partido durante la dictadura y todos los primeros de mayo estaba frente a la tumba de Pablo Iglesias. 

No se comparen ustedes con ellos porque no tienen nada que ver. (Aplausos.—Un señor diputado: ¡Muy bien!). Por cierto, ha dicho usted que el tiempo les daría la razón. Que fue muy duro renunciar al marxismo, pero que el tiempo les dio la razón. Que fue muy dura la reconversión industrial, pero que el tiempo les dio la razón. Que fue muy dura la entrada en la OTAN, pero que el tiempo les dio la razón. Le ha faltado a usted decir: Fue muy duro descabalgar a Pedro Sánchez y seguir de portavoz, pero el tiempo me dará la razón. (Aplausos.— Rumores). 

La señora PRESIDENTA: Silencio, por favor. 

El señor IGLESIAS TURRIÓN: La situación de bloqueo político que se vivió en nuestro país tuvo que ver con un problema en el Partido Socialista, un problema que va mucho más allá de ese partido, porque hablar de la crisis del Partido Socialista es hablar de la crisis del sistema político español. Ustedes han sido el partido más importante en los últimos 35 años; el partido de la modernidad; el partido que estaba asociado a las esperanzas de progreso de buena parte de los sectores medios; el partido que más se parecía a España. 

Por eso su crisis es la crisis de un sistema político. Había dos bandos en su partido; uno que dijo desde el principio, con Felipe González a la cabeza, pongámonos de acuerdo con el Partido Popular; y otro que quería repetir elecciones a ver si se podían despertar de una pesadilla y aparecer en 2013. Lo que demuestran ustedes hoy aquí es algo muy claro y es que ustedes, aunque les cueste reconocerlo, están más cerca del Partido Popular que de nosotros. 

Ciudadanos saca pecho al decir que está más cerca del PP que de nosotros; a ustedes les avergüenza. Pero el problema no es ese, el problema es que es un contraste entre el pasado del sistema político en este país y el futuro que está por llegar. Estoy convencido, señor Hernando, de que, efectivamente, el tiempo pondrá a cada uno en su lugar. (Aplausos). 

Percibo cierta nostalgia por una izquierda de orden. En anteriores investiduras se defendió la figura de Santiago Carrillo. A Santiago Carrillo le perdonaron todo, hasta que se reuniera con Stalin. A nosotros en cambio no nos perdonan que les digamos lo que son y que les digamos lo que fueron. Quizá a Carrillo no le quedó más remedio que decirles a ustedes que sí a todo. 

¿Saben cuál es la diferencia con nosotros? Que nosotros les decimos tranquilamente y sin miedo que no, que nosotros no pasamos por el aro, que no somos una izquierda de su orden, que queremos un orden diferente y que queremos cambiar las cosas; sin ningún miedo, señorías. (Aplausos). 

El nuevo modelo que van a intentar ustedes lo describía hace poco un periodista poco sospechoso de radicalismo, que decía: garrotazos en el Congreso por la mañana, pactos estratégicos por la noche. Es la cruda realidad. Lo vimos la semana pasada. La semana pasada tuvimos la oportunidad de cambiar aquí una Ley Electoral injusta. De nuevo Ciudadanos y el PSOE votando con el PP. Tuvimos la oportunidad de cambiar la Ley de Estabilidad Presupuestaria. 

En los temas estratégicos, Ciudadanos y el PSOE votando con el PP. Es falso que se pueda gobernar desde el Parlamento. Es falso y lo han dicho ustedes mismos: el Gobierno tiene capacidad de veto, el Gobierno controla la Mesa del Congreso. Es mentira que se hubiera podido construir un Gobierno parlamentario. 

Además, yo pregunto: ¿si efectivamente puede haber mayorías parlamentarias que hagan leyes que no le gusten al Partido Popular, entonces no había una mayoría alternativa de Gobierno? Claro que la había. El problema es que ustedes están más cerca del Partido Popular que de nosotros. (Aplausos). Lo que va a salir de aquí en los próximos días es más Partido Popular, más corrupción, más inmovilismo, más ineficacia económica. Su ineficacia se mide en datos. 

Desde que ustedes gobiernan aumenta el número de ciudadanos en riesgo de pobreza, aumenta el número de hogares que no llegan a fin de mes, ya casi la mitad de las familias —según datos de la Fundación Foessa de este año— no se pueden permitir ni una semana de vacaciones. 

Ustedes han hecho recortes en educación, en sanidad, en las partidas destinadas a controlar y a proteger la violencia machista y en las partidas destinadas a políticas de igualdad. Ustedes han empeorado las condiciones de trabajo y han contribuido a que disminuyan los salarios. Los niveles de paro en este país por culpa de sus políticas siguen siendo escandalosos, en particular entre los jóvenes. 

Estamos en el grupo de cabeza en los países europeos con más desigualdad. El número de millonarios en España no ha dejado de crecer al igual de los sueldos de los ejecutivos de las empresas del Ibex 35. Desde que se aplican políticas de austeridad en España tres millones de compatriotas se han caído de la clase media. ¿Y ahora nos van a contar que este Gobierno, con Mariano Rajoy al frente, va a ir por un camino diferente? No, va a ser más de lo mismo. 

En lo que se refiere a la corrupción, ¿ustedes piensan que se puede combatir la corrupción en este país con el señor Mariano Rajoy de presidente del Gobierno? En estos días están juzgando a los responsables de la Gürtel ¿y ustedes y ustedes (señalando los escaños del Grupo Parlamentarios Socialista y los escaños del Grupo Parlamentario Ciudadanos) le van a hacer presidente?

En este país no se combate la corrupción adecuadamente si gobierna el Partido Popular. Pero es que hay otra corrupción mayor, la de los consejos de administración. Ya parece que los políticos no militan en partidos, militan en consejos de administración. Ahora parece que Borrell se postula en el Partido Socialista. Abengoa contra Gas Natural o contra la Endesa de José María Aznar. Eso es corrupción legalizada y mientras el PP mande —y ustedes se lo permiten— eso va a continuar. (Aplausos). 

Nosotros, señorías, somos una fuerza política de orden, nos gusta el orden. (Rumores). 

La señora PRESIDENTA: Silencio, por favor. 

El señor IGLESIAS TURRIÓN: Déjenme que les explique algo. Lo que en estos años ha defendido la gente en las movilizaciones es el orden, porque la gente humilde, la gente que no está en consejos de administración, la gente que no tiene aliados multimillonarios solamente tiene las instituciones para que les protejan; esas que ustedes convierten en sus cortijos privados, que privatizan o donde campa a sus anchas la corrupción. 

Las movilizaciones por la educación pública, por la sanidad pública, por el derecho a una vivienda digna son movilizaciones de los que defienden las instituciones frente a los antisistema que se sientan en el Parlamento. Dicen que han movilizado ustedes a quinientos policías. Hay más delincuentes potenciales en esta Cámara que ahí afuera, señorías. (Aplausos.—Protestas.—Varios señores diputados pronuncian palabras que no se perciben). 

La señora PRESIDENTA: Señoría, un segundo. (Continúan las protestas). Señorías, guarden silencio. Señor Iglesias… (Protestas). ¡Señorías, les ruego por favor que guarden silencio! No lo puedo decir más alto ni más claro. Señor Iglesias, le recuerdo el cumplimiento del Reglamento en lo que tiene que ver con el honor de la Cámara y el honor de las señoras y los señores diputados. (Aplausos.—Rumores). Señor Iglesias, tiene que ir concluyendo. 

El señor IGLESIAS TURRIÓN: Gracias, señora presidenta, voy concluyendo. Permítame decirle que me debo al honor de mi patria y de los ciudadanos de mi país, no al honor de esta Cámara. (Protestas.—Aplausos). Va a ser divertido si después algunos diputados exigen turno de palabra por alusiones después de hablar de potenciales delincuentes. Será una excelente manera de retratarse para algunos. (Risas.—Protestas). Señorías, concluyo ya. 

La señora PRESIDENTA: Silencio. 

El señor IGLESIAS TURRIÓN: Concluyo con una frase del primer socialista de España, que dijo: Merecer el odio de las oligarquías será la mayor de nuestras honras. Muchas gracias.

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