El señor RAJOY BREY (Candidato a la Presidencia del Gobierno): Señora presidenta, señoras y
señores diputados, señor Rivera, presidente del Grupo Parlamentario Ciudadanos, quiero agradecer una
vez más —y que este sea el comienzo de mi intervención— su apoyo y el de su grupo, como ya hice el
pasado mes de agosto.
Creo que la suya es una decisión buena para España, y así lo dije en mi discurso de ayer en esta
Cámara. España no puede estar más tiempo sin un Gobierno en plenitud de funciones. Hay decisiones
que no pueden esperar: los presupuestos y, lo primero, nuestros compromisos con Europa y con el mundo.
Hay retos que debemos abordar, el más importante, consolidar la recuperación económica y continuar con
la creación de empleo, pero además hay otros a los que aludí en mi primera intervención del día de ayer.
A lo largo de esta que voy a pronunciar ahora haré también alguna referencia a los mismos. Creo que es
buena la decisión que ustedes han adoptado porque, como ya he señalado en numerosas ocasiones en
esta Cámara, el Partido Popular ha ganado las elecciones y efectivamente tenía un candidato que es el
que eligió el propio partido, así como otras fuerzas políticas decidieron cuál era el suyo. Sinceramente,
creo que no había una alternativa razonable y que hubiera sido un disparate convocar otra vez a los
españoles a las urnas, por lo que celebro que ustedes hayan adoptado esta decisión.
Además, considero
que el hecho de que yo pueda presentarme aquí con el apoyo de ciento setenta diputados sin duda ha contribuido a que las cosas cambien o puedan cambiar. La propia resolución que aprobó el Partido
Socialista en el Comité Federal que celebraron el pasado domingo así lo dice.
El hecho de presentarse
aquí con ciento setenta diputados sin duda es un plus que debe ser tenido en cuenta y es diferente a
presentarse solo con los únicos del Partido Popular. Por tanto, insisto, agradezco el apoyo de su grupo y
ahora de lo que se trata es de intentar seguir construyendo a lo largo de los próximos cuatro años.
Los grandes objetivos que acordamos en los 150 compromisos de Gobierno a que se refería el señor
Rivera en su intervención son empleo y políticas sociales, educación, lucha contra la corrupción y terminar
con la pobreza. Hay más, pero sin duda estos son los cuatro grandes objetivos. Permítanme que empiece
mi intervención haciendo referencia al primero: la creación de empleo y el mantenimiento y mejora de las
políticas sociales. Sin duda alguna, este tiene ser el gran objetivo nacional para esta legislatura y, sin duda
alguna, vamos por el buen camino.
Es verdad que restan muchas cosas por hacer y también, como dije
ayer, que hay demasiadas personas que todavía en estos momentos no tienen la posibilidad de trabajar,
pero es verdad que vamos por el buen camino.
Señorías, como decía anteriormente, hoy hemos conocido los datos de la encuesta de población
activa correspondiente al tercer trimestre de este año e indudablemente hay algunos que nos tienen que
mover al optimismo, sin olvidar nunca el realismo, sin el cual es imposible manejarse en ninguna faceta
de la vida y, desde luego, en la política.
La encuesta de población activa nos dice que hoy en España
hay 18.527.000 personas trabajando. A principios del año 2014 eran 16.950.000, no llegaba a 17.000.000
de personas trabajando. La misma encuesta de población activa nos dice que en el primer trimestre del
año 2013 fue el peor momento para el empleo en España, 6.200.000 personas estaban en el paro. Hoy
son casi 2.000.000 de personas menos.
Sin duda alguna, tenemos que perseverar en el camino que
hemos iniciado. Pero, sin duda alguna también, no nos hemos equivocado de camino. Aumentan los
contratos indefinidos, más de 200.000 en el último año. Sin duda, todavía hay muchos contratos temporales,
pero vamos caminando en la buena dirección.
Y también hay algunos datos que son relevantes, como que
el número de hogares con todos sus miembros activos en paro está mejorando y que la tasa de paro ya
se ha reducido por debajo del 19%. Sin duda alguna, como les decía, señorías, todavía tenemos muchas
cosas por hacer, pero el empleo sigue siendo la gran prioridad para los próximos cuatro años.
Porque el
empleo es además lo que mantiene el sistema de protección social en nuestro país. Son las personas que
trabajan las que cotizan a la Seguridad Social, las que consumen, las que pagan sus impuestos, las que
mantienen los grandes servicios públicos esenciales. Estamos hablando del 63% del gasto público total
español, estamos hablando de 14.000.000 que día a día, mes a mes, reciben prestaciones de las
administraciones públicas.
Estamos hablando de un presupuesto que en educación y sanidad significa
el 25% del gasto total español. Y esto lo financiamos todos los españoles. Y esto, si queremos financiarlo,
no requiere solo —que también es importante— de buenos deseos y de buena voluntad, sino de políticas
económicas que sirvan y que sean útiles para generar crecimiento y empleo.
Por fortuna, los programas electorales de Ciudadanos y del Partido Popular coinciden en buena parte
de la política económica que debemos llevar a cabo a lo largo de los próximos años.
Coinciden en la
necesidad de mantener la estabilidad presupuestaria. Coinciden también en la necesidad de hacer
reformas para ser más competitivos. Coinciden en el apoyo que haya que dar —y se ha referido el señor
Rivera en su intervención esta mañana al apoyo a los trabajadores autónomos— y, por tanto, tengo la
convicción de que si actuamos con flexibilidad, con sensatez y con sentido común, podemos no solamente
poner en marcha los acuerdos a los que hemos llegado el pasado mes de agosto, sino algunos otros de
cara al futuro.
Por tanto, insisto, lo primero es el empleo y las políticas sociales.
En segundo lugar, la educación. Es uno de los temas más importantes y lo que más nos ha preocupado
y ocupado cuando firmamos los compromisos de Gobierno.
En la educación está la base del futuro de un
país, la educación hace a la gente más libre, hace a la gente mejor y es, sin duda alguna, uno de los
objetivos que debemos mejorar a lo largo de los próximos años. En la intervención que pronuncié en el día
de ayer en esta Cámara uno de los asuntos en los que puse más énfasis era el del pacto por la educación.
Creo que podemos hacer un acuerdo por la educación si actuamos todos sin prejuicios de ninguna suerte
y si nos fijamos solamente en los objetivos de calidad, de eficacia y de libertad. Estos son, sin duda
alguna, los tres grandes objetivos que deben guiarnos en el futuro.
Esta mañana, en contestación a la
intervención del señor Hernando y para demostrar la voluntad que tenía el Partido Popular de llegar a un
entendimiento en esta materia, me he mostrado favorable a suspender algunas de las normas que se
recogen en la Lomce. Insisto, a suspender. No creo que tengamos que hablar aquí de derogar, ya veremos
qué es lo que acordamos, pero desde luego el Partido Popular será flexible.
Este tiene que ser uno de los grandes objetivos de esta legislatura porque no podemos estar de manera continuada cambiando nuestro
sistema educativo. (Aplausos).
Señorías, la lucha contra la corrupción sin duda alguna ha de ser, como ya he señalado en numerosas
ocasiones a lo largo de este debate, otro de los temas clave que nos ocupen en esta legislatura, y también
la lucha contra la pobreza. Insisto, la lucha contra la pobreza requiere de muchas cosas, pero sobre todo
requiere de recursos, lo que requiere a su vez de buenas políticas económicas que los generen.
Paso ahora a hacer referencia a esa nueva etapa política a la que se refería en su intervención el
señor Rivera. El acuerdo que hemos firmado —150 medidas— atiende al grueso de las preocupaciones
de los españoles. Aquí está lo importante, aquí está lo que una gran mayoría de españoles —en el
supuesto de haber podido participar en ese acuerdo— pediría que se hubiera introducido. Pero me
gustaría hacer dos comentarios.
El primero es que en el acuerdo que han firmado Ciudadanos y el Partido
Popular no está todo aquello que afecta a la actuación de las administraciones públicas, en concreto del
Gobierno de España; hay más cosas.
Y el segundo comentario es que Ciudadanos y el Partido Popular
suman, junto con Coalición Canaria y los grupos con los que hemos alcanzado acuerdos preelectorales,
170 escaños, pero no suman la mayoría. Por tanto, sin apoyos, no podríamos aplicar el grueso de estos
acuerdos políticos. Por eso, aprovecho para reiterar lo que dije en el día de ayer. Sin duda, estamos en
una nueva etapa política. Creo que va a ser difícil, señor Rivera, no debemos llevarnos a engaño; no va a
ser fácil, va a ser difícil.
Pero para eso estamos nosotros y para eso estoy yo, que —coincido con usted—,
si soy elegido presidente del Gobierno en esta sesión, soy el máximo responsable de lo que pueda ocurrir
y de que las cosas vayan bien.
Tenemos que hablar, tenemos que dialogar y tenemos que acordar. Las palabras gobernabilidad,
responsabilidad y compromiso y sus sinónimos van a ser muy importantes en esta legislatura.
Habrá
cosas que se puedan hacer, otras no; unas de una manera y otras de otra manera diferente. Pero quiero
decir ante esta Cámara —y considero que es mi obligación hacerlo— que hay algunas cosas a las que no
podemos renunciar de ninguna manera.
La primera, aprobar un presupuesto, como se ha hecho siempre
y como se hace en todos los países de nuestro entorno.
La segunda, cumplir nuestros compromisos con
la Unión Europea; primero, porque son los nuestros y, segundo, porque son buenos para España.
La tercera, intentar y proporcionar, al menos, un mínimo grado de estabilidad al Gobierno de España.
Y quisiera referirme a otros dos asuntos que para mí son los más importantes de cara al futuro. El primero,
a no liquidar todas las reformas que se han puesto en marcha en la última legislatura. Sería un error el que
actuáramos de esa suerte.
El segundo, no podemos gastar lo que no tenemos. Quisiera hacer un
comentario sobre estos dos asuntos.
Las previsiones económicas para España para el próximo año 2017 son unas previsiones razonables.
España este año va a crecer en el entorno del 3%. El Banco de España habla de un 3,2; el Fondo
Monetario Internacional, de un 3,1.
Vamos a crecer, por tanto, este año el doble que los países de la Unión
Europea, dos veces y medio más que Francia y casi cuatro veces más que Italia, que va a crecer el 0,8%.
Para el año 2017 las previsiones son que España vuelva a crecer por encima del 2%; 2,3 es la previsión
del Gobierno, 2,2 la del Fondo Monetario Internacional.
Vamos a crecer mucho más que el resto de los
países de la zona euro. La unión económica y monetaria, el 1,5; Alemania, el 1,4; Francia, el 1,3; Italia,
el 0,9, y Portugal, el 1,1. Sin embargo —y esto es importante que lo tengamos todos en cuenta, señorías—,
el riesgo de la parálisis institucional sin duda alguna es un riesgo que puede afectar a estas previsiones
económicas y por tanto al crecimiento y la creación de empleo.
Las agencias de rating han advertido —la
última, el pasado mes de septiembre— que los costes económicos y fiscales derivados del actual vacío
de liderazgo están aumentando y esperamos tanto un debilitamiento del crecimiento económico como un
peor comportamiento fiscal según se aproxime 2017.
Eso si no hay Gobierno y eso si el Gobierno no está
en condiciones de gobernar. De hecho, ya hay algunas señales que se pueden superar pero que deben
preocuparnos, como el índice PMI manufacturero, el indicador del sentimiento económico o la situación
del crédito. Por tanto, señorías, es mi obligación advertir en esta Cámara que revertir las políticas
económicas y las reformas que se han puesto en marcha en la última legislatura no es bueno para
España.
Y cuando hablo de revertir no quiero referirme a que no se puedan hacer cambios sensatos,
razonables y que puedan ser útiles para ese gran objetivo que es el crecimiento económico y la creación
de empleo, pero si empezamos a derogar leyes que esta misma Cámara ha aprobado por la única razón
de que han sido aprobadas por otros a pesar de que hayan sido útiles para nuestro país, sin duda creo
que le vamos a hacer un flaco favor a España.
El segundo comentario que quiero hacer —y voy a extenderme aquí un poco más; ya he hecho una
breve referencia cuando contestaba al señor Hernando— es sobre el cuidado de la estabilidad
presupuestaria y el cuidado del gasto público. Señorías, hay algunos datos que es bueno que todos
tengamos en la cabeza. Todavía a finales de 2015 —hoy tampoco— en España no se recaudaba lo que
se recaudó por el conjunto de administraciones públicas en 2007, ocho años antes.
En 2007 la recaudación
fue de 442.000 millones de euros y en 2015 fue de 413.000. Pero llegamos a perder 70.000 millones de
euros, como ya he dicho en esta Cámara en numerosas ocasiones. Señorías, no se puede gastar lo que
no se tiene.
Están muy bien —vuelvo a reiterarlo— las buenas intenciones, pero cada uno puede lo que
puede, cada Administración, cada Estado y cada persona, y creo que eso se entiende muy bien. Cumplir
la estabilidad presupuestaria, controlar el déficit público nos hará más libres, porque todos tenemos la
experiencia —porque la hemos vivido en España— de lo que ocurre cuando el déficit se dispara.
Luego
vienen las subidas de la prima de riesgo, luego viene la imposibilidad de financiarse que afecta a muchas
administraciones y luego viene tener que pagar por el precio del dinero cantidades absolutamente
desmesuradas. Por eso —insisto, como le decía antes al señor Hernando— pido responsabilidad —lo
cual no quiere decir que nadie tenga que renunciar a nada— a la hora de plantear en esta Cámara
iniciativas que supongan un aumento desmesurado del gasto público, lisa y llanamente porque no
podemos atenderlas.
Si algo ha sido útil para superar la situación difícil en la que todavía nos encontramos
ha sido controlar el déficit público, porque eso nos ha dado, además de la posibilidad de financiarnos,
crédito y confianza fuera de nuestro país.
Señorías, el gasto público español en el año 2016 es de 468.000 millones de euros.
El grueso de ese
gasto es la protección social —pensiones y el resto de prestaciones—, 187.000 millones de euros; después
sanidad, 64.000 millones de euros; luego educación, 43.000 millones de euros.
Cuando se habla del gasto
social no conviene olvidar nunca que el grueso del gasto que hacen el conjunto de las administraciones
públicas es gasto social; repito, el grueso, muchísimo más de la mitad, y que para mantener este gasto
social conviene, primero, no gastar lo que no se tiene; segundo, hacer políticas económicas razonables;
tercero, plantear y aprobar reformas estructurales, y cuarto —con perdón—, no creer en pájaros de
colores.
Señoras y señores diputados, como dije en el día de ayer y he reiterado esta mañana, habrá mucho
que acordar, habrá mucho que hablar, habrá mucho que pactar, pero hay algunas cosas con las que no
conviene jugar y que conviene tomar en serio. Ya sé que es mi obligación persuadirles y convencerles a
todos ustedes de que esto es así y tengan la total y absoluta certeza de que lo voy a intentar.
Muchas gracias por su colaboración, señor Rivera, y por su apoyo.
Gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias.
Tiene la palabra el señor Rivera Díaz.
El señor RIVERA DÍAZ: Gracias, presidenta.
Candidato a presidente en funciones, quería aprovechar este turno de réplica para hablar de esos
datos que usted comentaba. Es verdad que ustedes han presentado un 3,6 de déficit en ese documento
económico que han llevado a Europa, ya que no tenemos presupuestos, y que la senda de déficit nos
marcaba un 3,1.
Es verdad que hay que ajustar 5.500 millones de euros, pero de lo que tenemos que
hablar —de hecho ya está hablado en el acuerdo— es de cómo poder financiar las políticas sociales, de
cómo poder recaudar más con el derrumbe de la recaudación que ha habido, por ejemplo, en sociedades,
¿verdad, señor Montoro? Por tanto, en este momento no hay que debatir lo que ya está debatido.
En esas 150 exigencias de Ciudadanos al Partido Popular que están en el acuerdo hay una tabla en la
última página, si no recuerdo mal, y en esa última página se habla de 28.000 millones de gasto, pero
también de 28.000 millones de ingresos.
Ahí es donde va a radicar la diferencia entre las políticas llevadas
a cabo hasta ahora por la mayoría absoluta del PP y las políticas naranjas —vamos a llamarlas así— que
les planteamos en esas 150 exigencias. Por tanto, ¿dónde está la diferencia?
Nosotros queremos que
antes del 30 de noviembre, urgentemente, recauden el dinero de la amnistía fiscal que no pidieron a los
defraudadores —está acordado en ese acuerdo que dice usted que va a cumplir—, segundo, queremos
que en esa reforma que ustedes van a llevar a cabo del impuesto de sociedades paguen todas las
empresas igual, que no haya unas pocas empresas privilegiadas que no pagan impuestos y el resto de
empresas pagando religiosamente —ahí hay, según ustedes, 8.000 millones de euros— y después
queremos meter las tijeras, no en la sanidad o en la educación, sino en la burbuja política.
Esa es la diferencia entre las políticas que ustedes han aplicado con mayoría absoluta y las que ahora tendrán que
aplicar con las 150 exigencias de Ciudadanos. Por eso ha cambiado este Parlamento, porque ahora no
vale subir el IRPF y el IVA otra vez; de hecho, hemos acordado no volver a subirlo.
Ahora tendrán ustedes
que reformar el agujero negro —podemos decirlo así— que se ha creado en algunos privilegios para unas
pocas empresas en sociedades, para que todas las empresas paguen igual, porque no es justo que unas
paguen más y otras menos, y tendremos que meter la tijera, claro que sí, en las duplicidades administrativas,
en mancomunidades, diputaciones o empresas públicas. Eso es lo que hemos acordado. A sus palabras
me remito.
Usted decía que iba a cumplir, pues cumpla lo que está en ese papel y ya tenemos presupuestos;
cúmplalo y ya tenemos presupuestos, porque ahí están los datos que ustedes firmaron de puño y letra
para reformar y para llegar a un acuerdo de investidura, y los datos que han publicado ustedes —ese 3,6
y ese 3,1— a mí sinceramente no me preocupan mucho porque precisamente ya se tuvieron en cuenta
cuando su equipo económico y el nuestro acordaron esos ajustes y, a la vez, esas políticas sociales que
hay que desarrollar.
Por tanto, no me preocupa en exceso conseguir sacar eso si ustedes cumplen con la
última página del acuerdo. Sí me preocupa más que otros socios de esta Cámara vayan a querer apoyar
esas políticas sociales. Me pregunto: ¿van a querer, sí o no, otros grupos de la Cámara apoyar, por
ejemplo, igualar la baja por maternidad a padres y madres, van a querer igualar el permiso de paternidad
y maternidad en España, o van a estar en contra? ¿Van a querer dar un complemento salarial a los
sueldos más bajos o van a querer que sigan sin poder llegar a fin de mes? ¿Van ustedes a sumarse al plan
contra la pobreza infantil o prefieren que los niños no tengan ese plan?
Eso es lo que hay que decidir. Y
tendrán que decidir también si apoyan la iniciativa del PP de subir a esas empresas que no pagan para
que paguen igual todas las sociedades, ¿o van a estar en contra de que paguen igual todas las sociedades?
Por tanto, en esta Cámara tendremos que debatir en breve cuáles son las prioridades del Parlamento, no
solo del Gobierno, y espero que además de Ciudadanos, que quiere recortar en burbuja política, que
quiere perseguir a los defraudadores, que quiere que todas las empresas paguen igual, también haya
partidos progresistas, como nosotros, que quieran aplicar esas políticas sociales.
Sería muy extraño ver
a Podemos o al PSOE decir que no a esas políticas que llevan en sus programas o que firmamos con
ellos. (Aplausos).
Por tanto, estoy de acuerdo con usted, señor Rajoy, en que es importante que haya Gobierno y es
importante la gobernabilidad. Como hemos dicho antes, partido a partido, y el primer partido europeo
importante —de Champions, podríamos decir, y nunca mejor dicho— son los presupuestos.
Nosotros
ya le hemos dicho que en cuanto se pongan a trabajar, en cuanto designe a su equipo de Gobierno, nos
sentamos, pero con el acuerdo que tenemos, que creo que es lo más justo. Si acabamos de llegar a un
acuerdo, cojamos el acuerdo y apliquémoslo a los Presupuestos Generales del Estado. Ahí se verá, esa
será la primera prueba para ver si el Partido Popular quiere cumplir sus acuerdos o no los cumple,
porque no hay ningún dato económico nuevo desde el acuerdo hasta hoy; todo ha seguido por el
camino previsto.
Por otro lado, quería detenerme en materia educativa. Es legítimo manifestarse contra un modelo
educativo y a veces es justo porque hay causas justas detrás, pero fíjense en cómo vamos a conseguir al
final que cambie el modelo educativo en España, que sea de consenso.
No se consigue solo protestando;
se consigue también negociando, porque el Partido Popular defendía la Ley Wert hasta hace cuatro días
—legítimamente, porque era su ley; la ley del PP—, pero hoy, el Partido Popular, porque necesita cambiar
sus políticas y hacer un cambio de rumbo para sumar apoyos, tiene que aceptar que ese pacto nacional,
que nunca se ha producido en España en cuarenta años, empiece a rodar.
Eso es la política, para eso
sirve tener escaños; no para tener más o menos poder o para quitarle el primero, el segundo o el tercer
puesto a un partido. Sirve para modificar el rumbo de aquello que no hemos hecho bien. Y nosotros
objetivamente creemos respecto al marco educativo, sin entrar en juicio sobre cada una de las leyes que
se han aprobado en democracia, que ser el país campeón de Europa en fracaso escolar no es para sacar
pecho.
Algo hemos hecho mal, y más con ocho sistemas educativos, ocho reformas educativas en treinta
y tantos años.
Por eso para Ciudadanos es tan importante la educación, pero es importante la educación también
como modelo de país.
No es lo mismo un país con cultura democrática, no es lo mismo un país con
valores democráticos, no es lo mismo un país con igualdad de oportunidades en la educación, que un país
que fracasa en la educación.
Y déjeme decir también que no es lo mismo un país que apoya la cultura que
un país que va contra la cultura, y ese es otro de los cambios y de las exigencias que hemos incorporado
al acuerdo: bajar el IVA cultural, que en definitiva pone una losa sobre los creadores en España, sobre nuestra cultura. Si nos llenamos la boca al hablar de la marca España, ¿no es seguramente nuestra
cultura de lo mejor que tenemos en España?
Por tanto, no la despreciemos y hagamos lo que hacen la
mayoría de países de Europa, ni más ni menos, que sería considerar a la cultura como parte de nuestra
marca, de lo mejor de nuestro país. (Aplausos).
Pero, señor Rajoy, en ese acuerdo, en esas 150 exigencias que le pidió Ciudadanos al PP, hay otro
pacto también importante, otro cambio de modelo: la innovación, la ciencia. Hemos hablado de eso,
hemos exigido un cambio de rumbo.
Ustedes han sido el Gobierno de Europa que más ha recortado
en I+D+i en los últimos años y nosotros queremos recuperar lo perdido, porque aquello de que inventen
otros ya se ha acabado; ahora tenemos que inventar también nosotros.
Ya no vale pensar como en los
años sesenta o en los años setenta, cuando España solo tenía sector servicios o industria pero no creaba,
no innovaba, no mejoraba. Señorías, el otro día estuve en el South Summit, el congreso que hacen de
startup en España, que no es español sino mundial, y me gustaría que alguno de ustedes hubiera ido allí
—algunos fueron—, aunque sé que los líderes políticos, al menos, no estuvieron.
Ahí hay auténtico talento,
ahí está lo mejor de España, ahí hay gente que en tres minutos defiende un proyecto delante de los
inversores para convencerles de que quiere crear empleo. Vamos a hacer una política fiscal para ayudar
a las startup en España, vamos a poner en marcha eso. (Aplausos).
No habrá un cambio en el modelo económico, como algunos piensan, contratando a un millón más
de empleados públicos; habrá un cambio de modelo económico si creamos riqueza, si creamos
empresas, si se genera empleo y con eso pagamos los servicios públicos. Algunos se piensan que esto
va de darle a la máquina del dinero. No.
Lo que hay que hacer es darles libertad y sobre todo facilidades
a todos aquellos que generan riqueza, porque cuando generas riqueza luego puedes recaudar, y cuando
recaudas luego puedes pagar los hospitales, las escuelas y las pensiones. Va en ese orden: si no hay
riqueza, repartimos miseria, así que tenemos que generar riqueza. Esa es otra de las diferencias entre
los que creemos en una economía basada en la innovación y en la modernidad y los que creen que
España se tiene que conformar por naturaleza con ser un país a remolque de la innovación.
A veces nos
queremos comparar con otros países —con Estados Unidos, Alemania o Israel— en innovación. Pues
miren lo que hacen: ayudan a los que crean, ayudan a las empresas, hay bonificaciones fiscales, hay
facilidad para financiar a esos emprendedores. Queremos ser un país que no obligue a nuestros
emprendedores a irse a otros países del mundo; queremos ser un país donde los jóvenes se queden y
no se marchen.
Señor Rajoy, en los últimos años han hecho todo lo contrario y lo que les pide Ciudadanos en esas
exigencias es que cambien el rumbo. Supongo que no están muy convencidos porque han hecho lo
contrario, pero da igual, tampoco pretendo convencerles, solo quiero que lo hagan.
Por lo tanto, el objetivo
de esta legislatura desde una oposición responsable, una oposición que quiere ayudar a levantar este
país, una oposición como Ciudadanos, que sabe darse la mano con la vieja izquierda, con la vieja derecha
o con otros partidos, es hacerles entender que es la oportunidad de cambiar el futuro de España, que el
futuro empieza hoy, que el futuro empieza ya, y que los viejos tics de la vieja izquierda y de la vieja
derecha no sirven para solucionar los problemas del siglo XXI. España, como decía Obama respecto a
Estados Unidos, no es un país de rojos y azules —él decía de Estados rojos y Estados azules—, ni de
cada uno de nosotros individualmente.
España es una gran nación, es un cúmulo, en definitiva, de
voluntades que lo que quiere es poner rumbo al futuro.
Lo que le pido, señor Rajoy, para acabar, es que seamos ambiciosos, que no nos conformemos,
porque si nos conformamos, si nos dormimos y si nos echamos a dormir, los problemas pasan.
Ya sé que
dicen algunos que usted gestiona muy bien los tiempos, yo soy más de pensar que usted básicamente
deja pasar el tiempo. Pero, en todo caso, al margen de la estrategia que siga cada uno y cada partido, lo
que le digo es que no queda tiempo, que el tiempo empieza ya, y que Ciudadanos lo que va a exigir a este
Gobierno desde una oposición responsable es que se pongan en marcha medidas para modernizar este
país.
Si eso lo conseguimos en esta legislatura, si somos capaces de poner en marcha las 150 medidas
que hemos exigido al Partido Popular, si el Partido Socialista apoya las 100 medidas que le son comunes,
esta puede ser una gran legislatura.
Gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias.
Tiene la palabra el candidato a la Presidencia del Gobierno.
El señor RAJOY BREY (Candidato a la Presidencia del Gobierno): Señor presidente, señoras y
señores diputados.
Celebro, señor Rivera, que se haya referido en esta su segunda intervención en la mañana de hoy a
algunos asuntos que, sin duda, son importantes y preocupan al común de los españoles.
Ha comenzado
haciendo referencia al déficit público, a los ingresos e incluso a los presupuestos. Tengo la obligación de
reiterar lo que he señalado en mi intervención anterior.
Conozco perfectamente el acuerdo que hemos
firmado con Ciudadanos —efectivamente, es la última página—. Creo que debemos seguir perseverando
en la lucha contra el fraude fiscal pero es mi obligación recordar también que en los últimos cuatro años,
mediante la lucha contra el fraude fiscal, se han recaudado más de 50.000 millones de euros, que no es
una cantidad menor en nuestro país —el fraude fiscal, el fraude laboral, el fraude a la Seguridad Social—.
Creo que debemos hacer una política de impuestos contenidos, estoy de acuerdo con usted y lo he
firmado. Era lo que yo pensaba, y sigo pensando: no podemos en esta legislatura subir ni el impuesto
sobre el valor añadido ni el impuesto sobre la renta de las personas físicas. Hemos tomado medidas en
relación con el impuesto de sociedades, como usted conoce bien.
De hecho, hemos presentado y se ha
aprobado un real decreto-ley en esta Cámara pero, con ser todo esto cierto, también lo es que es importante
que cumplamos con nuestros objetivos de déficit. He dicho antes, y reitero ahora, que vamos a ver cuál
es la evolución de la recaudación a lo largo de lo que resta de año, pero es importante que lo cumplamos
porque ahí nos jugamos no solamente nuestros compromisos europeos sino sobre todo la continuación
de la recuperación y la creación de empleo que, al fin y a la postre, como usted ha recordado ahora
mismo, es lo que luego nos permitirá atender las políticas sociales.
Celebro su buena disposición, que ya conocía, a colaborar para que España tenga —y tenga con la
mayor rapidez posible— un proyecto de presupuestos y por tanto unos presupuestos para el año 2017. Lo
que recogen los presupuestos son decisiones políticas que afectan a mucha gente. Hay muchas personas
que viven única y exclusivamente de los Presupuestos Generales del Estado, por ejemplo, los pensionistas,
los desempleados y muchas otras que reciben otro tipo de prestación por parte de la Administración
pública.
En los presupuestos se plasman decisiones que afectan a la gente: las inversiones, las
subvenciones, las ayudas, las atenciones a las que usted se refería de I+D+i, innovación, etcétera. Por
tanto, uno de los objetivos capitales y de los más urgentes de cara a las próximas fechas es que España
pueda disponer de los presupuestos para el año 2017.
Estoy sustancialmente de acuerdo en lo que ha dicho —no voy a reiterarlo porque ya me he referido
antes a ello— en relación con el modelo educativo. Creo que la educación y la formación —que engloba
a la educación y a más cosas—, sin duda alguna es una de las grandes prioridades para los próximos
meses.
Es realmente sorprendente —y creo recordar que alguna vez es posible que lo haya dicho en esta
Cámara— el informe que presentó en su día el señor Juncker, presidente de la Comisión Europea, que
hacía referencia a los cientos de miles de puestos de trabajo que quedaron vacantes en toda Europa, y
también en España, por falta de capacidades para las nuevas tecnologías. Por tanto, no hablamos solo
de un sistema educativo sino de una formación que va a tener que ser a lo largo de la vida de todas las
personas que trabajan.
Es importante también lo que ha dicho en relación con la innovación y la I+D+i, pero quiero decirle que
nosotros hemos atendido la I+D+i. En estos momentos se dedican bastante más recursos públicos que
cuando llegamos al Gobierno, a pesar de las reducciones que efectivamente tuvimos que hacer en los
primeros presupuestos.
Quiero recordar también que una de las pocas bonificaciones, si no la única —no
soy capaz en este momento de afirmarlo con toda seguridad—, que hay en el impuesto sobre sociedades
es para aquellas empresas que se dediquen a la I+D+i. Lo mismo ocurre con la Ley de Emprendedores
que hemos aprobado a lo largo de esta legislatura.
Por tanto, nos importa, nos ocupamos de ella y somos
un país importante en materia de innovación y también en materia de investigación. En cualquier caso, la
innovación y la investigación son muy importantes y son factores decisivos para la economía, pero lo que
hace que una economía funcione mejor, lo que hace que un país sea más rico y que los niveles de
bienestar y riqueza de la gente sean mayores, es la competitividad de la misma, y ahí sin duda alguna es
muy importante la I+D+i, la investigación, la innovación y las patentes.
Pero hay muchas más cosas que
importan y vuelvo a decirle cuáles son dos de ellas: la estabilidad presupuestaria —se lo digo a usted y a
todos los miembros de la Cámara— y las reformas estructurales, que han sido muchas —luego me referiré
a ellas— las que hemos llevado a cabo a lo largo de esta legislatura.
España ha sido un país que ha mejorado, y mucho, su competitividad porque en España durante más
de treinta meses los precios han crecido menos que en Alemania, que es uno de nuestros principales clientes y sin duda alguna es el país más competitivo de toda Europa. El sector exterior español por
primera vez en la historia lleva cuatro años en positivo, y eso es muy importante: somos más competitivos.
Exportar es bueno, es lo que nos hace ricos porque producimos aquí, la gente trabaja aquí y recibimos
remesas de fuera. No somos, como algunos todavía sostienen sorprendentemente, un país de construcción
—ya menos—, de turismo o de servicios. España exporta bienes de equipo, España tiene una industria
agroalimentaria muy potente, tiene una industria del automóvil muy potente y exporta productos químicos,
y en eso debemos seguir perseverando en el futuro.
Yo no me duermo, señor Rivera, y no me conformo. Intento hacer lo posible para hacer las cosas con
la mayor celeridad de la que soy capaz. Si usted repasa lo que ha sido esta legislatura, donde ha gobernado
en España un partido presidido por una persona a la que algunos acusan de no moverse, tendrán que
convenir conmigo en que arreglar el sistema financiero español, hacer una Ley de Estabilidad
Presupuestaria, rebajar el déficit público a la mitad, hacer una reforma laboral, hacer la Lomce, hacer una
reforma energética, poner en marcha una reforma de la unidad de mercado y tantas y tantas otras
reformas, no se hacen estando uno quieto. (Aplausos).
Si se pudiesen hacer sin moverse, no tengan la
más mínima duda de que estaría sentado muy tranquilamente, pero me temo que eso no es posible.
Señorías, por tanto, hay que hacer reformas, hay que continuar planteando reformas —estoy de
acuerdo con usted—, pero también es importante que, además de hacer reformas, no hagamos
contrarreformas.
Y le pido a usted de manera muy especial ayuda porque hay algunas reformas, sobre
todo las económicas, que además de producir efectos en sí mismas por lo que son, por lo que contienen
y por lo que significan, son muy decisivas para la confianza que pueda transmitir España en los agentes
económicos y sociales españoles y de fuera de España.
Muchas gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Ciudadanos tiene la palabra el señor Rivera Díaz.
El señor RIVERA DÍAZ: Gracias, señora presidenta.
Brevemente me referiré a tres asuntos y uno de ellos de materia económica. En 2007 con los mismos
beneficios se recaudaron 45.000 millones en sociedades y en 2016, 20.000 millones. ¡Esto es un agujero
negro! ¿Dónde están, señor Montoro? ¿Qué ha pasado con la norma que han aprobado y que ha hecho
que con los mismos beneficios falten 25.000 millones de euros? ¿Ustedes van a reformar ese impuesto
como dicen?
Bien, entonces no nos pregunten de dónde tiene que salir el dinero para pagar las políticas
sociales porque están ahí, en el agujero negro, porque unas pocas empresas tienen ventajas sobre la
mayoría y a los que nos gusta un mercado donde se compita en igualdad de condiciones, nos gusta que
todas las empresas paguen lo mismo.
En cuanto al segundo punto, usted decía que han hecho muchas cosas: la Lomce, la reforma
energética, I+D+i, etcétera. No siga porque me pienso el voto. No siga porque la Lomce no ha sido un
buen modelo, la reforma energética ha sido una chapuza (Aplausos) y en I+D+i ha sido el país que más
ha recortado de Europa en los últimos cuatro años, con lo cual hay que cambiar el rumbo, señor Rajoy,
y por eso otros han decidido no pedir cambios, han decidido votar que no y hacer supuestamente oposición.
Pero hacer oposición también es conseguir cambios, y nosotros hemos decidido bajar a la arena y pedirle
al partido que va a gobernar que cambie el rumbo, que cambie en las 150 exigencias de Ciudadanos al
Partido Popular, entre ellas, el marco educativo.
No nos gusta la Lomce, preferimos un pacto nacional
donde los temas importantes los discutamos entre todos para que duren en el tiempo porque si ustedes
hacen una ley orgánica por mayoría absoluta, cuando llegue otro partido al Gobierno la cambiará y así
sucesivamente, pero, en cambio, si la hacemos entre todos, gobierne quien gobierne, será una ley para
todos nuestros alumnos y nuestros hijos.
Por eso queremos un pacto educativo, que es lo que ustedes no
han hecho. Ustedes han hecho la Ley Wert, no un pacto educativo.
En materia energética, para acabar, no saque pecho porque entre la subida de las facturas de la luz a
los españoles, por un lado, y el impuesto al sol y la penalización sobre aquellas energías limpias, que es
una oportunidad para un país como España, por otro, estamos yendo en dirección contraria a la que va
Europa.
Ciudadanos le exige en uno de esos puntos suprimir el impuesto al sol. (Aplausos). Y fíjese si
existe el impuesto al sol que sobre una de esas leyes que hemos presentado, la ley para suprimir el
impuesto al sol, ustedes decían que no se podía tocar porque tenía consecuencias económicas. Si tiene
consecuencias económicas, existe. (Aplausos).
Señor Rajoy, para acabar, nosotros no pretendemos hacer ni parches ni contrarreformas, queremos
modernizar España y para modernizar España no hay que coger dogmas ni leyes que sean buenas en sí
mismas porque sean del PP o porque sean del PSOE, sino hacer un buen modelo laboral entre todos, un
buen modelo educativo entre todos y reformar el espacio energético para pensar qué modelo de energía
limpia queremos en los próximos treinta años.
A nosotros nos da igual si la ley la aprobó el PP o la aprobó
el PSOE, queremos una ley y leyes para los españoles, así que, señor Rajoy, no tema, porque nosotros
no venimos ni a poner parches ni a hacer reformas ni contrarreformas; queremos modernizar este país sin
apriorismos, sin dogmatismos, pensando en lo que hacen otros países y en lo mejor para todos los
españoles.
Cuenten con nosotros si ustedes están dispuestos a hablar con esta Cámara, a hacer reformas y a
mejorar este país. No cuente con nosotros para parchear, para tapar o para mantener aquello que no
funciona.
Muchas gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias.
Tiene la palabra el señor candidato a la Presidencia del Gobierno.
El señor RAJOY BREY (Candidato a la Presidencia del Gobierno): Señor Rivera, no voy a entrar en
detalle en el conjunto de las afirmaciones que usted ha hecho, tiempo tendremos para hablar, como usted
recordaba, a lo largo de los próximos meses, pero sí haré algunos apuntes importantes. ¿Qué ha pasado
con el impuesto sobre sociedades?
Estamos ante un caso de compensación de las bases imponibles
negativas después de las pérdidas que tuvieron las sociedades y ahora en los momentos mejores las van
compensando. Esa es la razón por la cual la recaudación del impuesto sobre sociedades es hoy menor
que en otros tiempos.
En segundo lugar, cuando usted hable de I+D+i no se fije única y exclusivamente en partidas de los
Presupuestos Generales del Estado porque luego hay una parte muy importante de la I+D+i que es la
parte fiscal. Ahí, como ya he señalado en mi intervención, tanto en la Ley de Emprendedores como en
la propia Ley del Impuesto sobre Sociedades se recogen bonificaciones muy importantes a estos efectos.
Estoy de acuerdo en todo lo que usted ha dicho sobre la educación. Lo único que quiero es que no se
derogue la Lomce; se pueden cambiar algunas cosas. Yo, como he señalado a lo largo de esta mañana,
estoy dispuesto a hacerlo y lo que al final surja de un acuerdo en el que podamos participar todos. Sin
embargo, tengo que decir que ya se han producido algunos efectos positivos con la Lomce, por ejemplo,
la tasa de abandono escolar a la que usted se refería.
Todavía sigue siendo muy alta pero ha bajado siete
puntos a lo largo de todos estos años, lo cual creo que es un dato positivo y que demuestra que también
la Lomce es una ley que tiene algunas cosas buenas.
Sobre el asunto de la energía solo quiero decir una cosa.
Mi único objetivo —por otra parte supongo
que compartido por todo el mundo— es que la energía sea cada vez más barata. Yo quiero recordar que
el sistema tenía un déficit de tarifa de 27.000 millones de euros; quiero recordar que algunas de las
energías renovables —yo estoy a favor de las energías renovables— tenían una rentabilidad para sus
propietarios de entre el 20 y el 25% garantizado por el Estado, que en muchos casos se convertían en
una suerte de pagarés.
No había ningún producto bancario como ese en ningún lugar del mundo porque
además tenía la garantía del Estado. Eso nos ha obligado a hacer muchas reformas. Usted recordará
—porque lo habrá visto también en los medios de comunicación— que las asociaciones dedicadas a la
defensa —legítima— de sus intereses de las compañías de fotovoltaicas y de termas solares eran muy
críticas con el Gobierno. Incluso hemos visto en los periódicos apelaciones para que no se votara al
Partido Popular por tomar decisiones que, en mi opinión, eran buenas para el conjunto de los españoles.
Porque toda esta suerte de primas, de regalos entre comillas, al final lo acabamos pagando el conjunto
de los españoles, por lo menos el conjunto de los españoles que encienden la luz que son una inmensa
mayoría. Por tanto, yo de este tema estoy dispuesto a hablar pero, créame, no tengo más objetivo que
preservar el interés general; no el interés ni de unos ni de otros.
Todos los intereses son legítimos: los
del carbón, los del gas, los de las eólicas, los de las hidroeléctricas. Todos son absolutamente legítimos,
pero nosotros estamos aquí para preservar el interés general y para actuar con una visión de conjunto.
En cualquier caso estoy absolutamente convencido de que como vamos a hablar, y mucho, a lo largo
de los próximos tiempos, le voy a convencer.
Muchas gracias. (Aplausos).
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